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Sebastián de Belalcázar



Sebastián de Belalcázar[a]​ nacido como Sebastián Moyano y Cabrera (Belalcázar, Corona de Castilla, 1480-Cartagena de Indias, Gobernación de Cartagena, Imperio español, 1551) fue un militar, explorador, descubridor y conquistador español, que fue nombrado adelantado y gobernador propietario vitalicio de Popayán en 1540, para recién tomar posesión del cargo en 1542.[1][2]

Sebastián de Belalcázar había nacido como Sebastián Moyano y Cabrera en el año 1480 en la localidad de Belalcázar,[3]​ del valle de los Pedroches, que desde 1833 forma parte de la actual provincia española de Córdoba, pero que pertenecía entonces a la Extremadura de la provincia de Salamanca en el reino de León, y por ende a la Corona de Castilla. Era hijo de N. Moyano (n. Reino de Galicia de la Corona castellana, ca. 1450) y su esposa N. de Cabrera.

Cambió su apellido original Moyano al pasar a la América española como recuerdo de su población natal, que a su vez había mudado su antiguo nombre de Gahete por el de Belalcázar tras la construcción del hermoso castillo o bello alcázar donado por el rey Juan II de Castilla al señor Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara, que tomó posesión de la fortaleza en 1445.

De acuerdo con varias fuentes, pudo haber viajado al Nuevo Mundo con Cristóbal Colón en una fecha tan reciente como 1498, en el tercer viaje colombino a América. Juan de Castellanos escribió que, habiendo matado un mulo en el año 1507, huyó de España hacia las Indias Occidentales por miedo al consiguiente castigo, y para poder escapar además de la pobreza en que vivía.

Viajó con Pedrarias Dávila al Darién, en 1514, y fue nombrado capitán. Varios años más tarde, en 1524, Francisco Hernández de Córdoba lo llevó consigo a la conquista de Nicaragua, tras la que fue nombrado alcalde de la ciudad de León. Permaneció en el cargo hasta 1527, cuando viajó a Honduras debido a las disputas internas de los gobernadores españoles.

Tras un breve retorno a León, embarcó hacia las costas de Perú (hoy Tumbes), donde se unió a la expedición que preparaba Francisco Pizarro contra el Imperio inca (1532).

Tras haber ayudado a Pizarro a combatir a las tribus locales, en las actuales provincias de Loja, Azuay, Cañar, Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi; completó en 1534 la conquista de Quito usando fondos obtenidos de sus campañas anteriores. Quito había sido la ciudad más septentrional del Imperio inca hasta ese momento, y antes de ser tomada por Belalcázar fue incendiada por el caudillo inca Rumiñahui, tras enviar el tesoro de la ciudad hacia los Andes.

Belalcázar y Almagro fundaron así la nueva ciudad de Quito sobre las ruinas de la antigua población inca, llamándola San Francisco de Quito, en honor a los misioneros franciscanos, por lo que en el escudo de la ciudad consta el tradicional cordón franciscano.

Fracasó en el intento de enviar a su colaborador Pedro de Puelles a fundar una villa en Puerto Viejo, lo que finalmente consiguió Francisco Pacheco desde San Miguel de Piura.

En octubre de 1535 durante la conquista de Popayán venció con 100 españoles a un ejército de 3000 indígenas cerca del pueblo de Timbío. Al año siguiente partió de Quito con un ejército de 200 españoles y 6.000 yanaconas con los que fundaría Santiago de Cali.

Hubo una gran hambruna entre los indígenas, Belalcázar relató que hasta 100.000 nativos murieron de hambre y 50.000 fueron usados como alimento por los supervivientes, su cálculo es considerado exagerado.

A continuación, trató de consolidar el dominio español sobre el territorio colindante, a la vez que se dirigió hacia la actual Colombia, penetrando en el valle del río Cauca en busca del mítico El Dorado y fundando varios núcleos como Ampudia, Guayaquil, Santiago de Cali y Popayán (1536-1537).

Cruzó el valle del río Magdalena en 1539, hasta la tierra de los Muiscas, una floreciente raza con más de un millón de pobladores que habitaban la altiplanicie de la cordillera occidental de los andes. Para su sorpresa allí se encontró con otros dos conquistadores que ya habían llegado a estas tierras, el Granadino Gonzalo Jiménez de Quesada y el alemán Nicolás Federmann, supo así que el continente ya estaba recorrido y dio a este lugar como el límite más lejano de las conquistas del Perú. Para dirimir diferencias entre las tres expediciones se acuerda fundar una ciudad, la cual se pondrá en disputa en las cortes de Madrid para saber su verdadero dueño y es así como en abril de 1539 se funda legalmente la ciudad de Santa Fe de Bogotá.

En mayo de 1540, el rey Carlos I de España lo nombró adelantado de España, otorgándole el cargo de gobernador de Popayán y de un amplio territorio ubicado en las actuales Ecuador y Colombia. El edicto real que lo nombró así es el siguiente: "El emperador Carlos V de Alemania y Carlos I de España le otorgaron la real cédula de 10 de marzo de 1540, que dice:

Este nombramiento motivó disputas territoriales entre Belalcázar y un gobernador vecino, Pascual de Andagoya, algo muy habitual en los primeros años de la conquista. Belalcázar pudo frenar las pretensiones territoriales de su vecino, ocupando a su vez varias tierras de su rival.

Posteriormente, Belalcázar se vio inmerso en las disputas entre las familias Pizarro y Almagro en Perú, ayudando al licenciado Pedro de la Gasca a vencer a Gonzalo Pizarro.

En 1546 ordenó la ejecución de Jorge Robledo, un gobernador provincial vecino, en otra disputa territorial.

Fue enjuiciado in absentia por este crimen, hallado culpable y condenado a muerte por este asesinato, además de condenado por malos tratos cometidos hacia los indígenas del Nuevo Mundo y por participar de las luchas acaecidas entre los conquistadores.

El adelantado Sebastián de Belalcázar falleció en el año 1551 en la ciudad de Cartagena de Indias, antes de emprender el viaje de vuelta a España para apelar la decisión del tribunal.

Sobre la descendencia del conquistador, la historiadora colombiana Margarita Diez-Colunje y Pombo elaboró un estudio genealógico publicado en la revista Popayán en 1910, en el marco de las conmemoraciones por el primer centenario de la Independencia de Colombia.[4]​ En dicha investigación se establece que Belalcázar es el tronco común de varios de los próceres de la emancipación colombiana, entre ellos, Silvestre Ortiz, Fidel Pombo O'Donnell, Miguel de Pombo, Francisco Antonio de Ulloa, José María Quijano, Francisco José de Caldas, Camilo Torres Tenorio y Joaquín Cayzedo y Cuero.




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