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Sopó



Sopó es un municipio colombiano ubicado en el departamento de Cundinamarca. Forma parte de la provincia de Sabana Centro. Se sitúa a 39 kilómetros al norte de Bogotá. Fue fundado en 1653 por fray Francisco Chacón. Integra el área metropolitana de Bogotá según el censo del DANE de 2005.

El topónimo Sopó, en muysc cubun (idioma muisca), que significa ‘piedra’ o ‘cerro fuerte’.

Sopó es uno de los municipios asentados en una zona donde se han encontrado las evidencias humanas más antiguas en el altiplano cundiboyacense.[4]

Es un periodo denominado así por la "Laguna de la Herrera", ubicada en Mosquera, Cundinamarca. Esta época, que data de antes de la llegada de los muiscas, se caracterizó por la fabricación de utensilios de piedra, objetos en cerámica y el cultivo del maíz y otras plantas. En Sopó se encontraron importantes evidencias en tres sitios: Brujas, Carrizalito y Meusa, donde se asentaban 2 a 4 viviendas.

El periodo muisca temprano se caracteriza por la dispersión de las comunidades, pero a la vez la disminución del área poblada, junto con la llegada de nuevos pobladores por los hallazgos arqueológicos que datan de esta época. En el periodo muisca tardío ya se pueden reconocer tres asentamientos, probablemente asociados a los tres pueblos hallados por los conquistadores durante la colonia: Meusa, aún disperso, Cueca y Sopó, y un asentamiento denominado Teusacá que se encontraba junto al río (Puente Adobes).

Una vez establecidos los españoles en las tierras de los muiscas, se otorgan encomiendas a los conquistadores de Gonzalo Jiménez de Quesada, Belalcazar y Federman. En el pueblo por "Real cédula de Felipe II de 22 de diciembre de 1559 se dio a Juan Alonso, (...) la encomienda de Cueca que antes poseía Juan Fuerte (su suegro)" y a Francisco de Céspedes[6]​ "Tunjaque (La Calera), Mesua (Meusa) y Suaque"[7]​.

Los Muiscas no eran un pueblo congregado, sino que estaban dispersos en las zonas que habitaban en familias o capitanías. Por ejemplo en 1639 en la visita de Gabriel de Carvajal se refiere a al pueblo "es tierra seca, fria y falta de agua", también describe las parcialidades de Sopó, Meusa y Cueca dividida la primera en Canchona del cacique Diego, Suta, Musvita y Gacha; la segunda en Meusa y Suta; y la tercera dividida en Canchona, Suta y Queyontiba. Agrega también que el sitio de Meusa es mejor para poblar; sin embargo nunca se lleva a cabo el traslado. El día 24 de Agosto en la misma visita Carvajal vio las tierras y les adjudico a los nativos tierras para su cultivo o explotación, libres de la incidencia de sus vecinos españoles:

Junto a las tierras de los indios pero fuera de los resguardos, algunos españoles se asentaron en estas tierras no exentas de disputas, formando grandes latifundios que en menor medida perduran hasta nuestros días, entre ellos los encomenderos ya mencionados, quienes tenían la obligación de tener estancia cerca a los resguardos con la responsabilidad de supervisar, doctrinar y controlar a los nativos, de esta manera Francisco de Céspedes una vez muerto deja responsable a su esposa Isabel Galeano la encomienda de Mesua, Suaque y Tunjaque; las dos últimas de la Calera, luego ella se vuelve a casar con Gaspar Rodriguez que había recibido las de Sopó y Cueca, tierras que a través de los años heredarían sus descendientes de apellidos: Sanz de Santamaría, Ortega, Ricaurte, Valenzuela, Vargas, París, Pulido, Acosta, Chacón entre otros. Además se asentarían otros españoles o vecinos que arrendaban o poseían pequeñas estancias en comparación a los primeros, entre quienes figuran apellidos como: Baracaldo, Bernal, Garcia, Hernandez, Izquierdo, Ospina, Ramirez, Rubiano etc.

Pasadas las guerras de independencia y todas las guerras civiles, en los registros históricos y notariales aparecen para la época tierras de resguardo o baldías pertenecientes a la nación, la vereda de Meusa aprovechando esta coyuntura el 8 de julio de 1940 reúne a los comuneros del partido de Meusa con el fin de fundar el cabildo de indígenas para hacer respetar y guardar los resguardos, nombrando así a José Domingo López como alcalde de indígenas; Luis Sandoval como alcalde suplente; Argemiro Firabitova y Gregorio Sastoque como vocales y Gamaliel Piñeros como secretario; en el acta se excluyen obviamente a los propietarios de Casablanca Ortiz y en presencia de varias personas, entre cuyos apellidos figuran Rodriguez, Sandoval, Nivia, Rubiano, Peña, Fernandez, Samudio, Tovar, Sastoque, Firavitova, Cuestas y Pedraza. Luego en julio 24 de 1940 se presenta un altercado por la invasión del resguardo lo que lleva a un pleito que se extiende hasta 1944.

Las tierras asignadas a los primeros conquistadores españoles se servían de la mano de obra nativa para el cultivo y el mantenimiento de ganado. Así tenemos que toda la margen occidental del rio Teusaca y gran parte del sur del municipio pertenecía a los encomenderos, donde a lo largo de la historia construyeron sus casonas; algunas con más de 200 años de historia, que heredaron sus descendientes vinculados a las guerras de secesión o configuración de la república y poco a poco se convirtieron en la elite social y política que perdura hasta el día de hoy. Al igual que antes las estancias sirvieron para dar trabajo a la población, esta vez no esclavizada y que a raíz de su trabajo fueron adquiriendo pequeñas parcelas alrededor de estas formando las veredas actuales.

Ortiz o Vargas por el apellido de sus propietarios.

La base económica del municipio está conformada especialmente por la agroindustria dedicada a la producción de derivados de lácteos, floricultura, además algunas gamas industriales dedicadas a la producción de bienes para el sector de la construcción y la fabricación de fósforos; le siguen en su orden las actividades comerciales, prestación de servicios y financieras.

Aparte de esto, dentro del municipio se han estado construyendo áreas residenciales campestres para familias no oriundas, de estrato socioeconómico alto, las cuales cuentan en su mayoría con campos de golf, áreas de equitación, lagos, zonas húmedas etc.

Las vías más importantes son las que parten del casco urbano hacia el norte con dirección a la inspección de Briceño, que a su vez comunica con las vías de Tocancipá, Zipaquirá y la Autopista Norte. La otra vía sale al sur del casco urbano hacia el Salitre; antes denominada Serrezuelita[12]​ y luego las vías que conducen a La Calera, Bogotá Avenida Circunvalar y Guasca.

Hay otras vías no pavimentadas enumeradas a continuación:

Sopó cuenta con las siguientes instituciones educativas de carácter público:

Y de carácter privado:

[13]​ Además, el municipio mantuvo un convenio con la universidad INCCA de Colombia, impartiendo cátedra en la sede del Colegio Pablo VI.

El municipio cuenta con un canal comunitario de señal cerrada "Sopó tv" manejado por la APS sistema de televisión por cable privado sin ánimo de lucro. También posee la emisora "Sopó Radio" que funciona en la frecuencia 95.6 FM de carácter oficialista; anteriormente existía "Chuscal Stereo" en las 107.8 FM de carácter público hasta su desaparición en el año 2014, por irregularidades en la frecuencia 107.8, lo cual generaba interferencia con Minuto de Dios 107.9, una emisora comercial de la Ciudad de Bogotá, cuyo cubrimiento es el Área Metropolitana de Bogotá, por su parte Chuscal Stereo le quitó parte de la cobertura de Minuto de Dios 107.9, en la parte Norte de Sabana Centro, parte de la provincia del Guavio, incluyendo el municipio de Sopó, otros municipios de dichas provincias como Zipaquirá, Tocancipá, Gachancipá, parte de Guasca, La Calera, parte de Chía, parte de Tabio y Cajicá, al momento de sintonizar la emisora, resulta que tanto Chuscal Stereo 107.8, como Minuto de Dios 107.9 se podían escuchar dichas emisoras al mismo tiempo y por ese caso Chuscal Stereo tuvo que salir del aire, para que Minuto de Dios 107.9 recuperara su cobertura comercial. El municipio cuenta también con periódicos como: el Hablador y El Comercio.

El municipio cuenta con una escuela de formación deportiva administrada por la subsecretaria de recreación y deporte donde se practican más de 14 deportes.

La bandera de Sopó está compuesta por dos franjas horizontales, una de color azul ubicada en la parte superior que representa las fuentes hídricas del municipio. En la parte inferior el color blanco representa la tranquilidad y la paz que "respira" el municipio.

El escudo de Sopó está dividido en cruz, y en cada sección se observa un elemento representativo del municipio. En el primer cuartel se encuentra la imagen de "mi padre Jesus de la Piedra", a la derecha de este se encuentran tres bohíos indígenas que representan los caseríos de Meusa, Cueca y Sopó. En la parte inferior izquierda se encuentra un diseño muisca que representa la cultura ancestral que habitó la región. Por último se encuentra una cabeza de ganado en referencia a la principal actividad del municipio, un trébol debido a la abundancia de la tierra, un engranaje por la industria, un libro y una antorcha que simbolizan la intelectualidad y el deporte. El borde del blasón está inspirado en el marco de los cuadros de los "arcángeles de Sopó". Fue oficializado mediante Acuerdo número 025 del 17 de noviembre de 1993. Creado por el Maestro Luis Páscitto, instructor de artes plásticas del municipio.

El himno de Municipio fue escrito y compuesto por Raúl Rosero Polo .

Un símbolo de veneración católica es la imagen de "Mi padre Jesús de la piedra" como lo conocen los oriundos del municipio; a quien le conceden indulgencias desde que el papa Pio IX lo permitiera en el siglo XIX, en agradecimiento los soposeños bautizaron al cerro como "Pio nono". La imagen fue conservada en la iglesia principal hasta que en 1909 fue trasladada a una capilla construida para su veneración, cerca a la "quebrada de la Moya" donde una humilde lavandera la encontró el 3 de diciembre de 1753.



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