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The Magazine of Fantasy and Science Fiction



The Magazine of Fantasy & Science Fiction, generalmente conocida por su abreviatura F&SF, es una revista estadounidense de fantasía y ciencia ficción publicada por primera vez en 1949 por Fantasy House, una subsidiaria de Mercury Press, propiedad de Lawrence Spivak. Los editores Anthony Boucher y J. Francis McComas se habían acercado a Spivak a mediados de la década de 1940 para proponerle la creación de una publicación complementaria de la revista de fantasía que ya publicaba Spivak, Ellery Queen's Mystery Magazine. El primer número se tituló The Magazine of Fantasy, pero de inmediato se decidió incluir ciencia ficción además de fantasía, con lo que ya en el segundo número se cambió el título en ese sentido. La presentación de F&SF era muy diferente de las otras revistas de ciencia ficción del momento, la mayoría de las cuales estaban en formato pulp, y además carecía de ilustraciones de interior, sección de cartas al editor y el texto estaba en formato de columna única, lo que a juicio del historiador de la ciencia ficción Mike Ashley «diferenció a F&SF, dándole el aspecto y autoridad de una revista superior».

F&SF se convirtió rápidamente en una de las principales revistas del campo de la ciencia ficción y la fantasía, con una reputación de publicar material de alto nivel literario e incluir historias de mayor diversidad que sus competidoras. En sus primeros números se publicaron relatos tan conocidos como Nacido de hombre y mujer (Born of Man and Woman), de Richard Matheson, o Lo que el tiempo se llevó (Bring the Jubilee), de Ward Moore, una novela sobre una historia alternativa en la que los Confederados ganaban la guerra civil estadounidense. McComas cesó por razones de salud en 1954, pero Boucher continuó como único editor hasta 1958, año en que ganó el Premio Hugo a la mejor revista profesional, una hazaña que su sucesor, Robert P. Mills, repitió en los dos años siguientes. Mills fue el encargado de publicar Flores para Algernon (Flowers for Algernon), de Daniel Keyes, El laberinto de la Luna (Rogue Moon), de Algis Budrys, Tropas del espacio (Starship Troopers), de Robert Heinlein y el primer relato de Invernáculo (Hothouse), de Brian W. Aldiss. Las portadas de los primeros números fueron en su mayor parte obra de George Salter, director artístico de Mercury Press, pero pronto se incorporaron obras de otros artistas, como Chesley Bonestell, Frank Kelly Freas y Ed Emshwiller.

Avram Davidson sucedió a Mills en 1962 y, cuando Davidson se marchó a finales de 1964, Joseph W. Ferman, que había comprado la revista de Spivak en 1954, asumió brevemente el puesto de editor, aunque su hijo, Edward L. Ferman, pronto comenzó a encargarse del trabajo editorial bajo la supervisión de su padre. A principios de 1966 Edward Ferman fue nombrado editor y cuatro años después adquirió la revista de su padre y trasladó las oficinas editoriales a su casa en Connecticut. Ferman permaneció como editor durante más de 25 años y publicó muchas historias bien recibidas, entre ellas Aciago encuentro en Lankhmar (Ill Met in Lankhmar), de Fritz Leiber, Nacidos con los muertos (Born with the Dead), de Robert Silverberg, o la serie La Torre Oscura (The Dark Tower), de Stephen King. En 1991 cedió el trabajo editorial a Kristine Kathryn Rusch, que comenzó a incluir más relatos del género del terror y fantasía oscura que durante la época de Ferman. A mediados de los años 1990, la circulación comenzó a declinar; la mayoría de las revistas estaban perdiendo suscriptores y F&SF no fue una excepción. Gordon Van Gelder reemplazó a Rusch en 1997, y compró la revista de Ferman en 2001, pero la tirada siguió cayendo, que por 2011 era inferior a 15 000 ejemplares. Charles Coleman Finlay asumió el puesto de Van Gelder como editor en 2015.

La primera revista dedicada a la fantasía, Weird Tales, apareció en 1923;[3]​ en 1926 le siguió Amazing Stories, la primera revista de ciencia ficción.[4]​ Al final de la década de 1930, el género estaba floreciendo en Estados Unidos: casi veinte nuevas revistas de ciencia ficción y fantasía se lanzaron entre 1938 y 1941.[5]​ Todas eran revistas pulp, lo que generalmente implicaba que, aunque ocasionalmente publicaran relatos de calidad, la mayor parte de las revistas ofrecían ficción mal escrita y fueron consideradas como basura por muchos lectores.[6]​ En 1941 apareció Ellery Queen's Mystery Magazine, editada por Fred Dannay, que se centraba en el género de detectives; esta revista se publicó en formato digest, en lugar de pulp, y ofreció una mezcla de historias clásicas y nuevo material.[7]​ Dannay intentó evitar la ficción sensacionalista que aparecía en las pulps y pronto hizo que la revista fuera un éxito.[8]

A principios de la década de 1940, Anthony Boucher, un exitoso escritor de fantasía y ciencia ficción y también de historias de misterio, conoció a Dannay a través de su trabajo en el programa de radio Ellery Queen. Boucher también conoció a J. Francis McComas, un editor que compartió su interés por la fantasía y la ciencia ficción. En 1944, McComas y Boucher se interesaron por la idea de una revista de fantasía complementaria a Ellery Queen's Mystery Magazine, y trataron con Dannay al respecto. Dannay estaba interesado en la idea, pero había escasez de papel debido a las restricciones impuestas por la Segunda Guerra Mundial.[8]​ Al año siguiente, Boucher y McComas sugirieron que la nueva revista podría usar el nombre de Ellery Queen, pero Dannay sabía poco acerca de la fantasía y sugirió que hablaran con Lawrence E. Spivak, el dueño de Mercury Press, que publicaba Ellery Queen's Mystery Magazine.[8][1]

En enero de 1946, Boucher y McComas fueron a Nueva York y se reunieron con Spivak, que les hizo saber que estaba interesado en su propuesta y llevarla adelante más tarde ese mismo año. A petición de Spivak, comenzaron a adquirir material para la nueva revista, incluida una nueva historia de Raymond Chandler, así como los derechos de reimpresión a las historias de H. P. Lovecraft, John Dickson Carr y Robert Bloch. Spivak tenía inicialmente previsto publicar el primer número (para el cual Boucher y McComas proponían el título Fantasy and Horror) a principios de 1947, pero retrasó repetidamente el lanzamiento debido a las pobres ventas en los quioscos de revistas digest. También sugirió que se fijara un precio de 35 centavos por número, más alto que el plan original, para garantizar un amortiguador financiero contra una posible escasez de ventas.[9]​ En mayo de 1949, Spivak sugirió un nuevo título, The Magazine of Fantasy, y en agosto un comunicado de prensa anunció que la revista aparecería en octubre.[10]​ El 6 de octubre de 1949, Spivak, Boucher y McComas celebraron un almuerzo en el Waldorf Astoria de Nueva York para conmemorar el centenario de la muerte de Edgar Allan Poe y para lanzar «una nueva antología periódica de fantasía».[11]​ Entre los invitados estaban Carr, Basil Rathbone y Boris Karloff.[11]

El primer número, publicado por Fantasy House, una subsidiaria de American Mercury,[12]​ vendió 57 000 ejemplares, menos de lo esperado por Spivak, pero en noviembre dio a Boucher y McComas el visto bueno para otro número. El título se cambió a The Magazine of Fantasy & Science Fiction (casi siempre abreviado como F&SF por los fanes y los historiadores de la ciencia ficción) para reflejar en el nombre los contenidos de la revista.[11]​ Las ventas del segundo número fueron lo suficientemente elevadas para que Spivak se comprometiera aún más, y el futuro de la revista se veía más seguro, a pesar de las dificultades causadas por el hecho de que tanto Boucher como McComas vivían en la costa oeste, mientras que las oficinas editoriales estaban en Nueva York.[13]​ La salida de la revista se cambió a una periodicidad bimestral con el número de diciembre de 1950.[1]​ La tarifa de pago a los autores en los primeros números era dos centavos por palabra, o 100 dólares para las obras cortas, que era competitiva con respecto a la de Astounding Science Fiction, por entonces la revista líder de la ciencia ficción.[14][15]​ En 1953 la tarifa se incrementó a 3,5 centavos por palabra para los relatos de menos de 3000 palabras.[16]

En 1951 McComas, que tenía un trabajo a tiempo completo como editor de F&SF, se vio obligado a reducir su carga de trabajo por razones de salud.[17][N 1]​ Entonces Boucher se hizo cargo de la mayor parte de la lectura de obras y la edición, mientras que McComas revisó los resultados y de vez en cuando vetó algún relato. En agosto del año siguiente la periodicidad pasó a ser mensual.[17]​ En 1954 Spivak vendió sus acciones en Mercury Press a su director general, Joseph W. Ferman;[1][17][18]​ ese año también vio la salida de McComas, pues su salud se había deteriorado hasta el punto de que tuvo que renunciar por completo al puesto de editor.[17]

En 1957 Ferman lanzó una revista hermana, Venture Science Fiction, que tenía la intención de centrarse en una ficción más orientada a la acción que F&SF.[19]​ Boucher fue incapaz de asumir el trabajo adicional, por lo que Robert P. Mills, que había sido el editor gerente de F&SF, se convirtió en editor de Venture, con Boucher en un papel consultivo.[20]​ Más tarde ese mismo año Ferman le vendió Ellery Queen's Mystery Magazine a Bernard Davis, que dejara Ziff Davis para crear su propia empresa editorial. Ferman conservó F&SF, aunque Boucher la dejó, y Mills se convirtió en el editor de F&SF.[21][22][23]​ Mills permaneció en el puesto durante más de tres años, dejándolo a finales de 1961 para dedicar más tiempo a trabajar como agente literario, y Ferman lo reemplazó con Avram Davidson, cuyo nombre apareció por primera vez en la mancheta con el número de abril de 1962.[24]​ El hijo de Joseph Ferman, Edward, trabajó para la revista como editor asistente en la década de 1950, pero lo dejó en 1959 para adquirir experiencia en otros lugares; volvió en 1962 y trabajó a las órdenes de Davidson como editor jefe.[25]​ En 1963 Ted White, que más tarde fue el editor de Amazing Stories, fue nombrado editor asistente, permaneciendo en la revista hasta 1968.[26]

Davidson renunció al puesto de editor a finales de 1964 para dedicarle más tiempo a escribir, y fue reemplazado inicialmente por Joseph Ferman, que entregó el control a su hijo Edward en mayo de 1965, aunque la mancheta no reflejó el cambio hasta 1966.[27][N 2]​ Cuatro años más tarde el Ferman más joven también asumió el control de la editorial de su padre,[28]​ y trasladó las oficinas editoriales y de publicación a su casa en Cornwall (Connecticut).[29]​ Su esposa, Audrey, era gerente de negocios, y Andrew Porter editor asistente.[29]​ A principios de los años 1970, Ferman contactó con Sol Cohen, dueño de Amazing Stories y Fantastic Stories, dos revistas de ciencia ficción competidoras, sobre la posibilidad de comprárselas. Ferman estaba considerando unirlas en una sola revista y publicarlas junto a F&SF, pero Cohen decidió mantener ambos títulos.[30]

En 1969 la revista tenía un precio de 50 centavos; a finales de la década de 1970 el precio había subido a 1,25 dólares, aunque el número de páginas también aumentó, de 128 a 160 páginas.[31][1]​ La tirada no sufrió, sino que aumentó de 50 000 a más de 60.000 ejemplares, en parte gracias a las campañas de suscripción mediante marketing directo de la empresa Publishers Clearing House, pero tal vez también porque la calidad de la revista se mantuvo constante a lo largo de la década.[31][32]​ En palabras de Ashley, «F&SF entregó calidad mes tras mes»:[31]​ el formato se mantuvo sin cambios, el calendario era fiable, y se mantuvo el mismo editor desde 1965 durante las siguientes dos décadas y más.[33][34]​ Ferman logró mantener la tirada por encima de 50 000 y a veces más de 60 000 ejemplares durante la década de 1980, cuando la mayoría de las demás revistas estaban perdiendo suscriptores.[28][35]​ Entregó el control a Kristine Kathryn Rusch en 1991, y a mediados de esa década la tirada comenzó a caer. En 1997 Gordon Van Gelder asumió el control como editor, y a partir del número de febrero de 2001 también de la editorial, al haber comprado la revista a Ferman.[12]John Joseph Adams fue editor adjunto de Van Gelder desde 2001 hasta diciembre de 2009.[36]​ Van Gelder no pudo detener la caída de la tirada, que en 2011 bajó a menos de 15 000 ejemplares. Van Gelder redujo la frecuencia de publicación de mensual a bimestral, aumentando el número de páginas y el precio.[12]​ Charles Coleman Finlay coeditó el número de julio/agosto de 2014,[28]​ y fue contratado en 2015 como editor a tiempo completo, comenzando con el número de marzo/abril de 2015.[12]

El objetivo original de Boucher y McComas para la nueva revista era imitar la fórmula que había dado éxito a Ellery Queen's Mystery Magazine: reimpresiones de clásicos, junto con una ficción de calidad que evitaba los excesos de las pulps.[7]​ La propuesta inicial era que la revista incluyera fantasía, pero no ciencia ficción. Incluso antes del lanzamiento los editores vieron que estaban teniendo problemas para decidir exactamente dónde estaba el límite entre uno y otro género, por lo que, en febrero de 1949, Joseph Ferman, director general de Spivak, les pidió que agregaran ciencia ficción al contenido de la revista como una forma de ampliar el número de lectores, lo que aceptaron de inmediato.[10]​ El primer número incluyó solo un relato que podría calificarse como ciencia ficción: The Hurkle is a Happy Beast, de Theodore Sturgeon; también incluyó reimpresiones de las revistas slicks[N 3]​ de escritores como Richard Sale y Guy Endore. El diseño interior era bastante diferente de las revistas de fantasía y ciencia ficción existentes por entonces: no había ilustraciones interiores, y el texto estaba impreso en una sola columna, en lugar de dos como era habitual en otras revistas. Incluía una sección de reseña y crítica de libros, pero no una de cartas de los lectores. Según el historiador de ciencia ficción Mike Ashley, esto «diferenció a F&SF, dándole el aspecto y autoridad de una revista superior».[37]​ El diseño y la disposición del logotipo fueron obra del director artístico de Mercury Press, George Salter, y su aspecto se acercaba más al diseño de un libro que al de las revistas pulp.[37]​ Salter permaneció con la revista hasta 1958,[38]​ y fue responsable de muchas de las surrealistas primeras portadas; estas dieron paso al trabajo de otros artistas, pero su diseño para F&SF permaneció intacto durante décadas, y en la opinión de Ashley esta consistencia en la apariencia ha sido «uno de los principales ganchos comerciales» de la revista.[39]

Cuando apareció el segundo número, ya con el título revisado para incluir «Science Fiction», no hubo ninguna mención ni anuncio sobre el cambio, y no se incluyó mucha más ciencia ficción que en el primer número.[37]Damon Knight contribuyó con uno de ellos, Not with a Bang, que él mismo ha descrito como su primer relato totalmente profesional.[40]​ El siguiente número incluyó la primera venta de Richard Matheson, Nacido de hombre y mujer (Born of Man and Woman), ampliamente considerado como uno de los mejores relatos publicados por la revista. Durante los años siguientes, varios escritores colaboraron asiduamente con la revista, como Margaret St. Clair, Reginald Bretnor, Miriam Allen deFord y Zenna Henderson, y Boucher también fue capaz de atraer a algunos de los autores establecidos más conocidos, como Arthur C. Clarke, Fritz Leiber y Ray Bradbury. Fletcher Pratt y L. Sprague de Camp comenzaron su serie Gavagan's Bar en el primer número de F&SF, y Manly Wade Wellman publicó la primera de sus historias de John the Balladeer en el número de diciembre de 1951. El enfoque editorial se centraba en los relatos cortos, y por lo general se evitaban las novelas y las publicaciones por entregas. Una excepción fue Lo que el tiempo se llevó (Bring the Jubilee), de Ward Moore, una novela sobre una historia alternativa en la que los Confederados ganaban la guerra civil estadounidense.[41]​ Boucher compró a Walter M. Miller un relato que este había sido incapaz de vender en otra parte, Cántico por Leibowitz (A Canticle for Leibowitz), y lo publicó en el número de abril de 1955; fue la primera entrega de la serie que se convertiría en la novela del mismo título, y que desde entonces está considerada como un clásico del género.[42]

Un controvertido artículo del astrónomo Robert S. Richardson, titulado The Day After We Land on Mars (El día después de aterrizar en Marte), apareció en el número de diciembre de 1955;[N 4][43]​ Richardson decía en este artículo que una exploración de otros mundos requeriría «que los hombres destacados en un planeta [fueran] acompañados abiertamente por mujeres para aliviar las tensiones sexuales que se desarrollan entre los hombres normales sanos». Respuestas de Poul Anderson y Miriam Allen deFord aparecieron en F&SF al año siguiente; DeFord argumentó que Richardson estaba asumiendo que las mujeres no eran personas de la misma manera que los hombres, y la controversia desde entonces se ha citado como parte del largo debate entre géneros sobre la imagen de las mujeres en la ciencia ficción.[45][43]

En 1958 The Magazine of Fantasy & Science Fiction ganó su primer Premio Hugo a la mejor revista profesional, y cuando Mills se convirtió en editor de ese año mantuvo los altos estándares que había establecido Boucher, ganando el premio nuevamente en 1959 y 1960.[12]​ Mills siguió publicando una amplia variedad de material sin limitar la revista a subgéneros concretos. Ashley cita a John Collier, Robert Arthur, Allen Drury y Ray Bradbury, todos ellos autores de gran reputación que aparecieron en F&SF en 1960, como evidencia de la diversidad de la revista.[42]Daniel Keyes había sido incapaz de vender Flores para Algernon (Flowers for Algernon) hasta que Mills lo compró en 1959; el relato y posterior novela ganaron varios premios y según Clute y Nicholls «posiblemente es la novela de ciencia ficción más popular jamás publicada».[42][46]El laberinto de la Luna (Rogue Moon), una novela sobre un artefacto mortal que dejaron unos alienígenas en la Luna, está considerada a menudo como la mejor novela de Algis Budrys; apareció en 1960, y al año siguiente apareció Invernáculo (Hothouse), de Brian Aldiss, el primer relato de la serie del mismo nombre.[42]​ Las historias de Zenna Henderson sobre The People, un grupo de refugiados humanoides que se esconden en la Tierra, fueron publicadas a lo largo de los años 1950 y 1960 y se convirtieron en un «destacado atractivo» de la revista según el crítico John Clute.[47][48]​ Boucher publicó en 1956 El país de los bondadosos (The Country of the Kind), de Damon Knight, descrito por Ashley como «una de sus historias más potentes de los años cincuenta» y, el mismo año, Reginald Bretnor (bajo el seudónimo Grendel Briarton) comenzó una serie de relatos sobre equívocos conocida como Feghoots que se publicó hasta 1964.[N 5][49]​ A finales de los años 1950, durante la etapa de Mills como editor, la revista publicó por entregas Tropas del espacio (Starship Troopers), de Robert A. Heinlein, bajo el título Starship Soldier; esta obra estaba pensada para ser una novela juvenil pero fue rechazada por Scribner por considerarla demasiado violenta; ganó el Premio Hugo en la categoría de mejor novela al año siguiente, y se convirtió una de las obras más polémicas de Heinlein.[50]

Entre los artistas de las portadas de la primera década de la revista, el historiador y crítico Thomas Clareson destaca las primeras imágenes astronómicas de Chesley Bonestell como las más notables; estas imágenes sustituían la obra surrealista de George Salter en las portadas.[51]Kelly Freas y Ed Emshwiller, dos de los artistas más populares en el campo de la ciencia ficción, también aportaron portadas durante los años 1950.[51][52][53]​ Las de Mel Hunter empezaron a aparecer con el número de noviembre de 1953 y en octubre de 1955 comenzó una larga serie de portadas que mostraban a un robot superviviente de un holocausto nuclear que realizaba actividades humanas en medio de la desolación, como regar una flor, jugar con juguetes o leer un catálogo de una tienda.[54][55][56]

Se empezó a incluir una sección regular de reseña de libros, «Recommended Reading» (Lectura recomendada), que iba firmada simplemente como «The Editors» hasta que McComas dejó de ser uno de los coeditores y Boucher empezó a firmar con su nombre.[57]​ Boucher no valoró sus propias obras en la sección, aunque en al menos una ocasión citó un nuevo libro suyo, indicándole al lector: «Los comentarios son bienvenidos, en este caso, usted es el revisor».[57]​ Cuando Boucher se fue, Damon Knight le sucedió como revisor de libros; Alfred Bester asumió el puesto en 1960 y permaneció en él hasta que Avram Davidson pasó a ser el revisor cuando asumió el puesto de editor.[58]Isaac Asimov había comenzado una serie de artículos sobre ciencia para Venture Science Fiction en enero de 1958, y cuando Venture dejó de publicarse, Mills llevó la sección de ciencia a F&SF.[23][24]​ Esta sección, de que el propio Asimov manifestó que le gustaba escribir más que ninguna de sus otras obras, apareció ininterrumpidamente durante décadas, contribuyendo a dar una sensación de consistencia y continuidad en el formato y contenido de la revista.[12][24]

Avram Davidson, quien se convirtió en editor en 1962, había vendido su primer relato como escritor a la revista en 1954, aunque se le recuerda más por The Golem, que apareció en el número de marzo de 1955.[59]​ Durante su etapa como editor se publicaron más obras de escritores de lengua no inglesa, como el chileno Hugo Correa, el alemán Herbert W. Franke o el japonés Shin'ichi Hoshi. Entre las obras más notables que adquirió para la revista se incluyen la primera venta de Terry Carr, Who Sups with the Devil?, en 1962, y Una rosa para el Eclesiastés (A Rose for Ecclesiastes), de Roger Zelazny, en noviembre de 1963. Publicó dos «especiales de autor»: el número de septiembre de 1962, dedicado a Theodore Sturgeon, y el de mayo de 1963, dedicado a Ray Bradbury. Estos números especiales de autor, que habían sido idea de Joseph Ferman, se convirtieron en una característica regular, con números posteriores dedicados a Isaac Asimov (octubre de 1966), Fritz Leiber (julio de 1969), Poul Anderson (abril de 1971), James Blish (abril de 1972), Frederik Pohl (septiembre de 1973), Robert Silverberg (abril de 1974), Damon Knight (noviembre de 1976), Harlan Ellison (julio de 1977), Stephen King (diciembre de 1990), Lucius Shepard (marzo de 2001), Kate Wilhelm (septiembre de 2001), Barry N. Malzberg (junio de 2003), Gene Wolfe (abril de 2007) y David Gerrold (septiembre/octubre de 2016).[12]

El hijo de Joseph Ferman, Edward L. Ferman, era editor jefe durante el mandato de Davidson como editor. Cuando Davidson se fue, Joseph Ferman se hizo cargo de la editorial, pero en realidad Edward estaba haciendo todo el trabajo editorial, y en mayo de 1965 tenía el control total de la revista. Su línea editorial fue ecléctica a lo largo de las décadas de 1960 y 1970, publicando trabajos de escritores de la nueva ola como Thomas M. Disch y John Sladek, junto con los nuevos escritores estadounidenses como Samuel R. Delany y Roger Zelazny, relatos de ciencia ficción dura de Gregory Benford y John Varley, historias fantásticas de Sterling Lanier y Tom Reamy, y de terror de Charles L. Grant y Stephen King.[12]​ A mediados de los años 1960 se produjo un aumento en la diversidad en las publicaciones del campo; revistas como New Worlds y Science Fantasy publicaron material que antes solo podría haber aparecido en F&SF.[60]Christopher Priest decía en 1978 que muchos escritores posteriormente considerados parte de la nueva ola pronto encontraron «un hogar natural para su trabajo» en F&SF.[61]​ En opinión de Ashley, las demás revistas estaban empezando a alcanzar la apertura mental de F&SF, pero esto no conllevó una caída en la calidad de la revista; a finales de los años 1960 Ferman publicó algún material anticuado, como la novela de John Christopher sobre miniaturización ¡Extraños visitantes! (The Little People), junto con gran parte de la producción anterior de Roger Zelazny y historias «anárquicas ya menudo indefinibles» de R. A. Lafferty, Harvey Jacobs y otros. En 1968, se publicó por entregas Sos the Rope, la primera novela de Piers Anthony; Anthony había ganado un concurso patrocinado en parte por la revista.[60]

En la década de 1970, Harlan Ellison y James Tiptree, Jr. fueron colaboradores habituales; Tiptree publicó algunas de sus historias más conocidas, como And I Awoke and Found Me Here on the Cold Hill's Side y The Women Men Don't See; entre las de Ellison estaban El pájaro de la muerte (The Deathbird, 1973), que ganó el Premio Hugo, y Jeffty tiene cinco años (Jeffty Is Five, 1977), que ganó el Hugo y el Nébula. Entre otras historias premiadas de la primera década y media de Ferman están Nave de sombras (Ship of Shadows) de Fritz Leiber en 1969, Aciago encuentro en Lankhmar (Ill Met in Lankhmar) en 1970 y ¡Coge ese zepelín! (Catch That Zeppelin) en 1975; las tres ganaron el Hugo, y las dos últimas también ganaron el Nébula. La reina del aire y la oscuridad (The Queen of Air and Darkness) de Poul Anderson ganó un Hugo y un Nébula, Nacidos con los muertos (Born with the Dead) de Robert Silverberg ganó el Nébula y la novela de Frederik Pohl sobre la colonización marciana, Homo plus (Man Plus), también ganó el Nébula.[12]

Judith Merril se hizo cargo de la sección de reseña de libros tras la marcha de Davidson, que posteriormente pasó a manos de James Blish en 1970 y de Algis Budrys en 1975, con contribuciones frecuentes de otros revisores, como Joanna Russ y Gahan Wilson.[29][62]​ En 1965 Wilson comenzó a aportar viñetas y continuó haciéndolo regularmente hasta 1981.[29]​ Ferman estableció una competición humorística para los lectores en el número de noviembre de 1971 y posteriormente dos o tres competiciones similares cada año,[63]​ que fueron recogidas más adelante en una antología en 1996, Oi, Robot, título tomado de una competición que consistía en agregar una letra a una obra de ciencia ficción famosa.[64][N 6]​ En 1969 se inició una sección de reseña de películas,[65]​ en la que Baird Searles colaboró entre 1970 y 1984;[63]​ entre los colaboradores posteriores de esta sección, Ellison fue uno de los más populares, y las reseñas de sus primeros cuatro años fueron recopilados en la antología Harlan Ellison's Watching, publicada en 1989.[63]

Isaac Asimov's Science Fiction Magazine fue lanzada en 1977 y, a partir de 1983, con Shawna McCarthy y más tarde Gardner Dozois como editores, comenzó a publicar material más maduro, convirtiéndose en la mayor competidora en el nicho de mercado de F&SF.[12][66]​ Autores como Lucius Shepard, James Blaylock y John Crowley, cuyo trabajo se ajustaba de forma natural a F&SF, también estaban vendiéndole a Asimov's Science Fiction. El lanzamiento de Omni en 1978 también tuvo impacto en la revista.[12]​ Durante casi todos los años de la década de 1970, las historias publicadas en F&SF consiguieron más nominaciones a premios y fueron seleccionadas para más antologías «Year's Best» (Lo mejor del año) que las demás revistas; en la década de 1980 ya no fue así, ya que Asimov's Science Fiction asumió el protagonismo, e incluso Omni en ocasiones la empujó al tercer lugar.[67][68]​ Ferman todavía era capaz de adquirir un material muy apreciado, como Niños perdidos (Lost Boys), de Orson Scott Card, o Kirinyaga, de Mike Resnick.[12]​ Cuando Omni rechazó El tratamiento del mono (Monkey Treatment), de George R. R. Martin y Entre los muertos (Down Among the Dead Men), de Gardner Dozois, que eran historias fantasía oscura, Ferman adquirió ambas.[69]​ Junto con las secciones regulares, Ferman ocasionalmente publicó ensayos, como el artículo La ciencia ficción y la universidad, en el número de mayo de 1972, que incluía contribuciones de Darko Suvin, Thomas Clareson y Philip Klass.[70]

La revista ganó el Premio Hugo a la mejor revista profesional en cuatro años consecutivos, desde 1969 hasta 1972, cuando la categoría desapareció y pasó a otorgarse al mejor editor profesional, que en sus primeros años estuvo dominada por Ben Bova, editor de Analog, pero Ferman lo ganó en tres ocasiones a principios de los años 1980.[71]

Algunos de los artistas que habían creado portadas para los primeros números de la revista, como Chesley Bonestell, Ed Emshwiller y Alex Schomburg, todavía colaboraban a finales de los años 1970,[71]​ y muchos de los escritores habituales de los primeros años, como Reginald Bretnor, Ron Goulart o Hilbert Schenck, continuaron apareciendo en los años 1980. Un grupo más nuevo, con escritores como Joanna Russ y R. A. Lafferty, se habían convertido en habituales más recientemente.[72]​ Algunos escritores establecidos como Thomas M. Disch publicaron su trabajo en la revista con menos frecuencia.[73]​ También se incluyeron escritores como Felix C. Gotschalk, cuyas historias inusuales fueron descritas por Ferman como «un paso por delante de la mayoría de los escritores de ciencia ficción (o tal vez él camina en una dirección diferente)».[74]​ En opinión de Ashley, Ferman logró «equilibrar el trabajo de estos escritores excéntricos de modo que nunca distorsionaron el contenido pero mantuvieron la revista a la vanguardia».[74]

Entre los nuevos escritores que comenzaron a aparecer regularmente en los años 1980 se encuentra uno de los creadores del movimiento ciberpunk, Bruce Sterling, que publicó sus primeros relatos del universo Shaper/Mechanist en la revista, comenzando con Enjambre (Swarm), en 1982.[75]​ La serie La Torre Oscura (The Dark Tower), de Stephen King se había empezado a publicar en la revista 1979 y cuatro relatos aparecieron durante los tres años siguientes antes de ser recogidos como novela en 1982;[75][76]​ Michael Shea y Bob Leman contribuyeron regularmente con obras de terror y ficción extraña en los años 1980.[77]​ A pesar de la creciente competencia de Isaac Asimov's Science Fiction Magazine y Omni, Ferman logró preservar la reputación de F&SF por mantener su calidad intacta a lo largo de los años 1980;[78]​ no marcaba diferencias con su competencia como antes pero, en palabras de Ashley, conservaba una «individualidad idiosincrásica».[79]

Con Kristine Kathryn Rusch como editora, la revista comenzó a publicar más historias oscuras de fantasía y terror, como The Night We Buried Road Dog, de Jack Cady, que ganó un premio Nébula. Cuando Rusch asumió el cargo, Isaac Asimov llevaba publicando su sección de artículos sobre ciencia desde hacía más de tres décadas, y Algis Budrys había estado colaborando con una sección de reseñas de libros desde 1975; en 1992 Asimov murió y Budrys se fue. La viuda de Asimov, Janet Asimov, escribió otro ensayo para el número de diciembre de 1994, basado en las conversaciones mantenidas con su esposo antes de su muerte, y un artículo final apareció en enero de 1996, que contenía material del libro Yours, Isaac Asimov: A Lifetime of Letters.[12]​ La sección de ciencia continuó apareciendo, escrita por Bruce Sterling y Gregory Benford entre otros, y John Kessel se hizo cargo de las reseñas de libros; Robert Killheffer sucedió a Kessel, con algunos solapamientos en 1994 y 1995. Asimov's Science Fiction mantuvo su dominio a través de los años 1990, aunque Rusch publicó material que tuvo buena acogica como El niño marciano (The Martian Child), de David Gerrold y Last Summer at Mars Hill, de Elizabeth Hand. Durante sus cinco años en el puesto, Rusch ganó un premio Hugo como editor en 1994.[12]

Van Gelder publicó más fantasía y ciencia ficción menos dura que Rusch, y en opinión de Ashley fue capaz de «recuperar algunas de las características distintivas de la revista». Como resultado de su cambio a una periodicidad bimensual en 2009, con el consiguiente mayor número de páginas en cada número, la revista comenzó a publicar relatos más extensos.[12]

F&SF pronto se estableció como una de las principales revistas de su género. Mike Ashley la describe como un puente entre «la diferencia de postura existente entre las revistas slick y las pulp», y considera que hizo el género más respetable.[41]​ La vertiente fantástica de la revista atrajo a escritores que habían sido colaboradores habituales de Weird Tales y Unknown, dos de las pulps de fantasía más conocidas y, también en opinión de Ashley, pronto encontró un «punto intermedio» entre esas pulps tradicionales y la fantasía escrita para las slicks.[80]​ Estaba reconocida como la más literaria de las revistas de ciencia ficción y fantasía, y publicó material de gran diversidad.[12]​ En una reseña de 1978 de New Wave, Christopher Priest también consideraba que la revista tenía preferencia por la obra literaria, y añadió que «ha sido una especie de Nueva Ola desde su creación».[61]

Desde la década de 1950, F&SF fue considerada como una de las «tres grandes» revistas de ciencia ficción, junto con Astounding y Galaxy.[81][82]​ En una reseña de 1952, James Blish (bajo el seudónimo William Atheling, Jr.) comentó que gran parte de la revista hasta ese momento estaba maravillosamente escrita y que la perspicacia editorial de Boucher y McComas hizo que F&SF fuera muy legible, pero que en ocasiones un relato bien escrito y sofisticado, pero con una historia que no fuera realmente ciencia ficción podía ser aceptada por F&SF porque no era una revista de especializada en ciencia ficción.[83]​ A finales de la década de 1950, Kingsley Amis la describió como «la más intelectual» de las revistas de ciencia ficción,[84]​ y Gary K. Wolfe dijo posteriormente que la revista, junto con Galaxy, «definió la tónica» de los años 1950.[85]​ En 1966 Judith Merril argumentó que fueron Boucher y McComas quienes hicieron un lugar en el género para escritores como Charles Beaumont, Mildred Clingerman, Edgar Pangborn y muchos otros que, en su opinión, «virtualmente habían dejado de escribir hasta que la necesaria revista apareció».[N 7][86][88]

En 2007 Ashley comentó que F&SF había sido «la revista más consistentemente amena de los últimos 50 años».[89]​ En su opinión, una de las principales razones del atractivo de la revista era que sus raíces estaban en la tradición literaria, con Spivak, su primer editor, como heredero de la revista The American Mercury de H. L. Mencken, que había sido exitoso y ampliamente respetado como revisor literario. A diferencia de la mayoría de sus competidoras, F&SF no tenía ninguna conexión con la era de las publicaciones pulps, y sus editores habían tenido siempre la intención de atraer a los lectores de libros, más que de revistas.[33]​ Ashley cita también la amplia política editorial de la revista, que le permitió publicar una gama más amplia de ficción que sus competidoras.[29]​ En 2014 Gary Westfahl elogió a los «creativos editores de los años 1980 y 1990, como Gardner Dozois ... y Gordon Van Gelder», aunque agregó que «estos editores ya no eran las figuras más importantes en el campo».[90]

A fecha marzo de 2017, los editores de la revista fueron:[12]

El primer número se publicó como The Magazine of Fantasy; ya a partir del segundo número el título pasó a ser The Magazine of Fantasy & Science Fiction. Se ha publicado en formato digest desde sus inicios.[12]

La editorial fue inicialmente Fantasy House, una filial de Mercury Press; desde marzo de 1958, la editorial pasó a ser Mercury Press en su lugar.[1]​ Desde febrero de 2001 la editorial ha sido Van Gelder's Spilogale, Inc.[2]

Cuando Joseph Ferman anunció el incremento de precio en el número de febrero de 1959, su justificación fue que «durante los últimos diez años ... el coste del papel ha subido un 38 %, los de composición, impresión, encuadernación y manipulación han aumentado un 32 %, los gastos de envío han subido del 33 % al 60 %, y otros costes varios han aumentado lo mismo o más.»[92]

Se han publicado numerosas ediciones de la revista en otros países, como: Alemania (con diversos títulos, entre 1963 y 2000); Argentina (Minotauro , septiembre 1964-junio 1968); Australia (The Magazine of Fantasy & Science Fiction, noviembre 1954-agosto 1958); Brasil (Galáxia 2000, 5 números desde enero 1968 y Magazine de Ficçāo Cientifica, abril 1970-noviembre 1971); Francia (Fiction, octubre 1953-febrero 1990); Israel (Fantasia 2000, diciembre 1978-1984); Italia (Fantascienza, noviembre 1954-mayo 1955 y Fantasia & Fantascienza, diciembre 1962-octubre 1963); Japón (SF Magazine, febrero 1960-actualidad); México (Ciencia y Fantasía, septiembre 1955-diciembre 1957); Noruega (Nova, 1971-1979); Reino Unido (The Magazine of Fantasy & Science Fiction, octubre 1953-septiembre 1954 y diciembre 1959-junio 1964); Suecia (Jules Verne Magasinet, 1969-2013). En España, Editorial Bruguera publicó entre los años 1971 y 1980 una colección de 40 volúmenes en formato de libro de bolsillo que recogía una selección de los relatos publicados en la revista estadounidense.[93]

También se han publicado numerosas antologías con obras aparecidas en la revista a lo largo de los años.[94][95][96]



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