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Anthony Quinn



Anthony Quinn (Chihuahua, 21 de abril de 1915-Boston, 3 de junio de 2001) fue un actor, director de cine, pintor, escritor y escultor mexicano nacionalizado estadounidense. Recibió múltiples galardones, entre ellos dos Premios Óscar.

Manuel Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca nació el 21 de abril de 1915 en Chihuahua, México. Según el actor, sus padres fueron Francisco Quinn, de origen irlandés, y Manuela Oaxaca, mexicana descendiente de aztecas. Su padre había participado en la Revolución mexicana y allí conoció a la que sería su madre.

Tenía un hermano que no pudo seguir junto a él porque se cambió el apellido a Miranda.

A muy temprana edad, su familia se trasladó a Texas y seguidamente a Los Ángeles, California; viviendo su primera infancia en Boyle Heights y en Echo Park en medio de la más absoluta pobreza. Su madre estuvo mucho tiempo tras los pasos de su marido, participante de las huestes de Pancho Villa, y con una gran abnegación y sacrificio realizó labores de lavandera para mantener a su retoño Antonio en haciendas de Ciudad Juárez y El Paso, Texas.

Por fin, en 1919, marido y mujer se reunieron y se trasladaron como inmigrantes a California. Antonio, ya cumplidos los cinco años, comenzó a trabajar como recolector de frutas y jornalero.

En 1920, los Quinn se trasladaron a Los Ángeles para tentar mejor suerte; su padre hacía grandes esfuerzos para mantener a su familia sin poder despegar de la pobreza. Antonio realizó labores de limpiabotas y vendedor callejero de periódicos.

Estudió en establecimientos educativos de su barrio, sin llegar a terminar sus estudios, por el fallecimiento de su padre en 1926, lo que lo obligó a buscar trabajos informales para ayudar a su familia. La pérdida de su padre lo marcó profundamente, pues le admiraba por su tesón.

Acicateado por la pobreza y con un espíritu de superación desbordante, trabajó haciendo diversos oficios tales como peón de hacienda, friegaplatos o mensajero de correo. Para esa época era un mozalbete inteligente, rudo, belicoso y rudimentario en sus modales, pero ya se había propuesto surgir al precio que fuese necesario.

En su adolescencia, empezó a interesarse por el arte e intentó ser retratista de estrellas de cine. Dibujaba a las estrellas de su elección a partir de fotos de periódicos y les enviaba sus trabajos por correo. Solo Douglas Fairbanks le respondió, y a vuelta de correo recibió 10 dólares por su boceto.

Intentó ganarse la vida imitando a estrellas como Bing Crosby y Louis Armstrong, entre otros, o haciendo de bufón en fiestecillas, pero no tuvo el éxito que esperaba, por lo que volvió a trabajar como obrero de construcción y carnicero.

A los 16 años, aprovechando su complexión y su altura (1,88 m), practicó el boxeo profesional con el mismo fin. Ganó 16 peleas, pero en la 17ª fue destrozado por un rival mejor, y se retiró del oficio.

A los 17 años de edad se casó con una mujer llamada Silvia, 17 años mayor que él, quien lo introdujo en el estudio del arte y la filosofía. Para esa edad, aún era trabajador de la construcción, y Silvia le hizo tomar clases de dicción para mejorar su expresión oral y mejorar sus rústicos modales.

Más tarde, en 1935, cursó estudios de pintura y de interpretación en el Polytechnic High School y de arquitectura con Frank Lloyd Wright, y obtuvo el primer premio por un diseño arquitectónico que realizó. Sin embargo, se sintió atraído por la carrera cinematográfica gracias al apoyo de la estrella de ese momento, Mae West, quien lo avaló como extra, y, tras incursionar en el ambiente teatral, realizó su debut, a los 21 años, como extra en la película The Milky Way (1936) y con un papel en el filme Parole (1936). Llevó a su abuela enferma de cáncer a ver el estreno, quien dijo al terminar de ver la película: «Ahora puedo morir en paz».

En ese tiempo conoció y quedó prendado de la hija del director Cecil B. De Mille, Katherine, y decidió terminar su unión de 4 años con Silvia. En 1937 se casó con ella; sin embargo, su suegro no lo ayudó mayormente en su carrera, y su aceptación como yerno fue muy condicionada debido a su precariedad económica. De hecho, Quinn no pudo invitar a ningún familiar o amigo a su fiesta de bodas, para evitar a De Mille el bochorno de tener que alternar con personas que no pertenecían a su encumbrado círculo social.

En 1939 nació su hijo Cristopher, quien falleció accidentalmente a los dos años de edad ahogado en la piscina de un vecino, lo que golpeó duramente al naciente actor. Sus otros hijos con Katherine De Mille fueron Christina Quinn, Kathleen Quinn, Valentina Quinn y Duncan Quinn.

Por su apariencia «multiétnica» y su paso por el boxeo en sus facciones, siguió interpretando roles secundarios como nativo de los Estados Unidos, mafioso italiano, gánster, chino, árabe, filipino e hispano durante la década de 1940. Rodó alrededor de 15 filmes, encasillándose en papeles de hampón, villano y personajes de dudosa reputación. Esto trascendió en la vida real, y la alta sociedad del Hollywood de la época no lo admitía en sus círculos, discriminándolo.

Consiguió su nacionalización estadounidense en 1947, mismo año en que consiguió su primer papel protagonista en el filme a color Black Gold (1947), donde personificó a un nativo americano que se convierte en millonario petrolero, además de contar con la participación de su esposa Katherine.

A fines de la década de los 40 volvió al teatro, obteniendo éxito en Broadway en la obra Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams.

Continuó su carrera en algunas series de televisión entre 1949 y 1951, volviendo al cine con la película Toros bravos (The Brave Bulls, 1950), junto a la bella y trágica actriz checoslovaca Miroslava Stern. En esta década empezó a conseguir mejores papeles, como el que obtuvo en el filme ¡Viva Zapata! (1952), del director Elia Kazan, donde recibió su primer Óscar al mejor actor de reparto por su elogiada interpretación como Eufemio Zapata, y fue esta la primera ocasión en la que un actor de origen hispano recibió el premio. Sin embargo, su apariencia lo siguió encasillando en papeles de macho o duro, y continuó interpretando a piratas y aventureros en sus siguientes filmes.

Una de sus principales características, desde sus inicios, era el eclipsar el protagonismo al actor principal, al destacar desde papeles secundarios. Su talento innato era tan evidente en consistencia, simpleza y credibilidad que ninguno de estos filmes tuvo mala taquilla. Para esa fecha trabó amistad con el famoso muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien intentó aconsejarlo de que abandonara el cine, pero acicateado por su pasado de pobreza, Quinn se obstinó en permanecer en los platós.

En 1952 actúa como un bucanero en la película Against the Flags junto a un ya decadente Errol Flynn y a la consagrada beldad Maureen O'Hara.

En 1953 viajó a Italia donde, después de participar en algunas películas, logró el papel principal en la película La Strada (1954) de Federico Fellini, que ganó numerosos premios internacionales. Con esta película inició una nueva faceta interpretativa, marcada por el dramatismo y la intensidad en los papeles que encarnó en sus siguientes películas, bajo la dirección de importantes directores como George Cukor, Martin Ritt, Edward Dmytryk, John Sturges y Nicholas Ray, entre otros. También el paso a la madurez (cumplió 40 años en 1955) cambió su aspecto físico, lo que lo ayudó a conseguir roles de carácter.

Recibió en 1956 su segundo Óscar al mejor actor de reparto, por su rol del pintor Paul Gauguin en la película El loco del pelo rojo, del director Vincente Minnelli, sobre la vida de Vincent Van Gogh. Es destacable mencionar que Quinn sólo aparece ocho minutos en la película. El papel principal lo interpretó Kirk Douglas, con quien había colaborado en la película Ulises en 1954, y con quien también lo haría en 1959 en la película El último tren de Gun Hill.

En 1956 hizo una notable interpretación de Cuasimodo en la película Notre Dame de Paris, junto a Gina Lollobrigida. En 1958 dirigió él mismo una nueva versión de la película El bucanero (The Buccaneer), en la cual había participado en un papel secundario en 1938. Esta segunda versión sería su única participación como director de cine.

A comienzos de la década de 1960, y dentro de la moda “histórica” de Hollywood, interpretó destacados roles en las películas Los cañones de Navarone (1961), Barrabás (1961) y Lawrence de Arabia (1962).

En 1962, su matrimonio con Katherine De Mille estaba muy deteriorado y se enamoró de Iolanda Addolari, una italiana ayudante de vestuario, mientras rodaba Barrabás. Se divorció de Katherine y se casó en 1965 con Iolanda. Del matrimonio con Iolanda Addolari nacieron tres hijos: Francesco, Lorenzo y Daniele.

En 1964 realizaría el papel que lo marcaría el resto de su vida, en la interpretación del viejo Alexis Zorba en Zorba, el griego (1964), del director chipriota Michael Cacoyannis, por el que fue nominado al Óscar al mejor actor principal. La música del film fue creada por el compositor griego Mikis Theodorakis. Anthony Quinn participó además como coproductor de la película.

En los últimos años de la década de 1960 interpretó roles memorables; por ejemplo, en La hora 25 (1967), donde interpreta a un prisionero rumano convertido en un soldado alemán, cuyo perfil "ario" es canonizado por los nazis; a un bandido confundido por un clérigo en Los cañones de San Sebastián (1967), a un Papa ficticio en Las sandalias del pescador (1968) y a un alcohólico en El secreto de Santa Vittoria (1969), en el cual lució sus mejores dotes histriónicas. La década de 1960 fue sin duda la mejor etapa de su carrera.

En las siguientes décadas volvió a ser encasillado en roles, esta vez basados en sus anteriores filmes. Sin embargo, en la película Los amigos (1973), del género spaghetti western, junto al actor italiano Franco Nero, logró un muy convincente rol como sordomudo.

En 1977, interpretó magistralmente a Caifás en la miniserie de televisión Jesús de Nazaret, de Franco Zeffirelli.

En 1977 interpretó también a Hamza Ibn 'Abd al-Muttalib, el tío de Mahoma, en la película El mensaje, dirigida por el sirio Moustapha Akkad (productor de Halloween, de John Carpenter), en la que se retrata la vida de Mahoma y los inicios del Islam. Esta película se filmó en Libia y Marruecos. Como dato curioso, Akkad filmó al mismo tiempo una versión en árabe con un elenco árabe para el público arabófono, de modo que se trató de dos películas filmadas a la vez. La película El mensaje es hoy en día muy valorada por los musulmanes, pues se apega fielmente a la historia de Mahoma, siendo la única película de Hollywood hasta hoy que cuenta la verdadera historia de los inicios del Islam.

En 1979 filma su última gran película: El león del desierto, en la que interpreta magistralmente al líder libio Omar Mukhtar, y también trabaja en Valentina, basada en la trilogía de Ramón J. Sender Crónica del alba.

En la década de 1980 participó en una decena de películas, sin mayor notoriedad. En esta época se dedica principalmente a su gran pasión: la pintura y la escultura en bronce y mármol, donde gana dinero en sus exposiciones.

En la década de 1990 actuó en la serie de televisión Hércules y comenzó a aparecer haciendo “cameos” en varios filmes, es decir, breves apariciones para reforzar el gancho comercial de dichas producciones; como fue el caso de Los fantasmas no pueden hacerlo, comedia picante protagonizada por Bo Derek.

Actuó también en una nueva versión para televisión de El viejo y el mar (1990), junto a su hijo Francesco. Ese mismo año aparece junto con los actores Kevin Costner y Madeleine Stowe en la película Revenge, en el cual interpreta magistralmente a un marido engañado. Luego trabaja en Fiebre salvaje de Spike Lee y en 1995 en Un paseo por las nubes, con Keanu Reeves y Aitana Sánchez-Gijón.

En 1997, su matrimonio con Addolori termina, debido a su propia infidelidad de nueve años y a una relación marital deteriorada: se casa poco después con su joven secretaria, Kathy Benvin, de 31 años de edad, cuando él ya tenía 82 años. De esta relación nacieron dos hijos.

En 1999 actuó en el filme brasileño Oriundi, junto a su hijo Lorenzo, participando además como coproductor. Posteriormente intervino en Tierra de cañones, de Antoni Ribas. Su último rol fue el de un jefe mafioso en la película El protector (2002), junto a Sylvester Stallone y Madeleine Stowe.

Otras de sus facetas artísticas fueron la escultura, la pintura y el diseño de joyería; sus obras son apreciadas y valoradas por su calidad.

También puede mencionarse su participación como cantante en las versiones registradas de las presentaciones teatrales de Zorba, el griego, conjuntamente con Lila Kedrova, y un registro titulado Life Itself Will Let You Know, un diálogo con un niño y el fondo musical de armónica de Jean "Toots" Thielemans. Además, viajó muchas veces a Barcelona, ciudad que le gustaba mucho.

Quinn tuvo un total de doce hijos con cuatro mujeres distintas.

Su segunda esposa, después de Silvia, con quien se casó en 1932, fue la actriz Katherine DeMille (29 de junio de 1911 - 27 de abril de 1995), hija adoptiva de Cecil B. DeMille (12 de agosto de 188121 de enero de 1959), con quien se casó el 7 de diciembre de 1937 y de la que se divorció el 21 de enero 1965. La pareja tuvo un total de cinco hijos:

Al año siguiente de su divorcio, se casa el 2 de enero de 1966 con la diseñadora de vestuario italiana Yolanda Addolori. El matrimonio se terminó cuando Quinn se convirtió en padre con una tercera mujer, divorciándose el 19 de agosto de 1997. Tuvieron tres hijos:

También fue padre de otros dos niños con Friedel Dunbar:

Por último tuvo una aventura con su secretaria Katherine Benvin, que le costó su segundo matrimonio. Se casaron el 7 de diciembre de 1997 y estuvieron juntos hasta que Quinn falleció el 3 de junio de 2001. Juntos tuvieron dos hijos:

Falleció acompañado de su última esposa e hijos en un hospital de Boston en 2001, a los 86 años, como consecuencia de una grave neumonía contraída después de haber sido sometido a quimioterapia debido a un cáncer de esófago. Una parte de sus cenizas fueron arrojadas en el Cañón del Cobre en Chihuahua y el resto de sus cenizas yacen en su finca en California.[1]

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En 1995 ganó Premio Donostia del Festival de San Sebastián.



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