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Carlos III de Aragón











Carlos Francisco de Habsburgo y Neoburgo (Karl Franz Joseph Wenzel Balthasar Johann Anton Ignaz von Habsburg; Viena, Austria, 1 de octubre de 1685-ibídem, 20 de octubre de 1740) fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos VI (1711-1740), rey de Hungría como Carlos III (1711-1740) y rey de Bohemia como Carlos II (1711-1740). También fue conocido como el archiduque Carlos de Austria o Carlos III de España en el bando austracista durante la guerra de sucesión española que libró como pretendiente al trono de España a la muerte del rey Carlos II de España.

El archiduque Carlos (bautizado Carolus Franciscus Josephus Wenceslaus Balthasar Johannes Antonius Ignatius) era el séptimo hijo del emperador Leopoldo I y su tercera esposa, Leonor Magdalena de Palatinado-Neoburgo. Su educador fue Antonio Florián de Liechtenstein.

Al morir Carlos II de España sin sucesión en 1700, Carlos de Austria se proclamó a sí mismo Rey de España al ser ambos miembros de la casa de Habsburgo.[4]​ Esto originó la guerra de sucesión española durante la cual se enfrentó al aspirante francés Felipe, duque de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Esta guerra se prolongaría por 12 años.

Luis XIV de Francia quiso evitar la reintegración del antiguo bloque hispano-austríaco, de modo que auspició un Primer Tratado de Partición por el que asignaba el Reino de España —salvo Guipúzcoa—, los Países Bajos españoles, Cerdeña y las Indias Occidentales a José Fernando de Baviera. El Milanesado pasaba al archiduque Carlos de Austria, mientras que el Reino de Nápoles (Nápoles, Sicilia y La Toscana) sería para el Delfín de Francia. En desacuerdo con ese pacto y con el fin de evitar la disgregación de los dominios de la Corona de España, el rey Carlos II de España, sin descendencia, optó por no aceptarlo y nombró heredero universal al príncipe José Fernando de Baviera. El plan se vino abajo cuando el príncipe de Baviera murió prematuramente de varicela en 1699, lo que aprovecharon Luis XIV de Francia y Guillermo III de Inglaterra para pactar un Segundo Tratado de Partición que ratificaron el 3 de marzo de 1700 en Londres, por el que se reconocía al archiduque Carlos como heredero del Reino de España, los Países Bajos españoles, Cerdeña y las Indias americanas, pero dejando Lorena al Delfín de Francia y el Milanesado al duque de Lorena.

El acuerdo convenía a los intereses de Francia, Holanda e Inglaterra, que evitaban una nueva supremacía de España, pero Austria reclamó la totalidad de la herencia española. Como solución de compromiso, Carlos II, con el apoyo del papa Inocencio XII, testó a favor de Felipe de Anjou, hijo del delfín de Francia, quien a su vez tenía que renunciar a la sucesión de Francia.

De este modo Felipe de Anjou se convertía en heredero legítimo, mientras el archiduque Carlos era el candidato que apoyaban algunas potencias europeas. Así, los reinos peninsulares de la Corona de Aragón, los países integrantes de la Gran Alianza de La Haya y el papa Clemente XI[5][6]​ le reconocieron como rey, con el nombre de Carlos III.

De esta forma, los reinos de Portugal, Inglaterra, Escocia e Irlanda así como gran parte del Sacro Imperio Romano apoyaron las pretensiones de Carlos III[7]​ y desembarcó en España en 1705 y permaneció allí durante seis años, solo pudiendo ejercer su gobierno en Cataluña, hasta que en 1711 la muerte de su hermano, José I lo hizo regresar a Viena para asumir la corona imperial.[8]

Para evitar una nueva unión personal entre España y Austria, el recién formado reino de Gran Bretaña retiró su apoyo a la coalición de Austria, y la guerra culminó con los Tratados de Utrecht y Rastatt tres años más tarde. El primero, ratificado en 1713, reconocía a Felipe como rey de España, sin embargo el reino de Nápoles, el ducado de Milán, los Países Bajos de Austria y el reino de Cerdeña —todos estos bajo soberanía española— fueron cedidas a Austria.[9]​ Carlos tras perder España quedó descontento y como resultado, imitó el sobrio ceremonial de la corte española y adoptó la vestimenta propia de un monarca español, que, según el historiador británico Edward Crankshaw, consistía en "un jubón negro, zapatos negros y medias rojas ".[9]

Luchó contra los turcos en la guerra austro-turca (1716-1718), conquistando la mayor parte de Valaquia y Serbia, pero luego perdió gran parte de estas conquistas en una guerra posterior (1735-1739).

Derrotado en la Guerra de sucesión polaca, tuvo que ceder los Reino de Nápoles, de Sicilia y los Presidios de Toscana a Carlos de Borbón a cambio del Ducado de Parma y Plasencia.

En 1713 promulgó la Pragmática Sanción, que establecía que su reino no podía ser dividido y permitía que los herederos al trono pudieran ser mujeres.

Probablemente como consecuencia de sus años en España, introdujo el protocolo cortesano español (Spanisches Hofzeremoniell) en Viena y mandó construir la Escuela Española de Equitación (Spanische Hofreitschule), así como la Cancillería del Estado (Reichskanzlei).

Durante su reinado se construyeron la Biblioteca Nacional y las obras más importantes del barroco en Viena. También tuvo ambiciones musicales: hizo composiciones, tocaba el clave y dirigía la orquesta de la corte.

Se mantiene la teoría de que murió a causa de una intoxicación alimentaria por setas, probablemente por Amanita phalloides.[10]

El 1 de agosto de 1708 contrajo matrimonio en la Basílica de Santa María del Mar, en Barcelona, España, con la princesa alemana Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel, hija mayor del Duque Luis Rodolfo de Brunswick. De esta unión nacieron:




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