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Emigración a Oriente



La Emigración a Oriente fue un episodio de la guerra de independencia de Venezuela en el que los patriotas venezolanos tuvieron que huir de la capital, Caracas, hacia el oriente del país tras ser derrotados en la batalla de La Puerta el 15 de junio de 1814. En Caracas las noticias sobre el avance de José Tomás Boves provocaron temor a la población así que el 7 de julio de 1814 más de veinte mil personas emigraron hacia el oriente del país junto a Bolívar y sus tropas.

La Segunda República de Venezuela instaurada tras el éxito de la Campaña Admirable en 1813 había tenido una vida difícil producto de los constantes combates contra los realistas quienes se mantenían en el sur y centro del país y contaban con un gran apoyo entre las masas populares. Uno de estos caudillos, José Tomás Boves, sería el que traería abajo la República venezolana. Su ejército de llaneros contaba con 5.000 jinetes y 3.000 infantes (solo 700 regulares)[1]​ al partir de Calabozo[2]​ (otros lo elevan a 10.000).[3]

El año de 1814 sería conocido como el "año terrible" en Venezuela. Desde enero hasta diciembre se suceden un sin cesar de batallas y campañas militares con gran brutalidad por ambas partes que progresivamente van reduciendo el territorio en poder de la República, hasta que el 15 de junio, la aplastante victoria realista en la batalla de La Puerta entrega a Boves los valles de Aragua y abre el camino a Caracas. Al día siguiente el caudillo asturiano ocupaba La Victoria, desde ahí envió a su capitán Ramón González a Caracas con 800[4]​ a 1.500[1]​ llaneros, ciudad que el capitán ocupó al poco tiempo.[5]

Mientras el mismo Boves avanzaba a Valencia el día 17 con el grueso de su ejército.[1]​ Ese mismo día Boves tomó La Cabrera, defendida por 500 patriotas a cargo del coronel José María Fernández, matando a todos sus defensores.[6]​ En la jornada siguiente Boves llegó a Guacara y de ahí pasó a Valencia el 19, acompañado de distinguidos vecinos de Caracas y el cura de Guacara para que negociaran la rendición de la ciudad. Los defensores se negaron y Boves aseguró que a las doce del mismo día de no rendirse mataría a todos los residentes. Cuando a las doce no hubo capitulación el español ordenó el ataque siendo rechazado tras seis horas de combate.

Esa misma jornada Boves fue sorprendido por la noticia que Cajigal se aproximaba; estaba en San Carlos con 3000 apureños a caballo.[7]

A los tres días Boves lanzó un nuevo ataque que también fracaso. El 23, sin embargo, los realistas consiguieron disponer que su artillería bombardeara las defensas del centro de la urbe permitiendo un lento, escaso y costoso avance en los días 24 y 25.[6]​ Mientras tanto el general Rafael Urdaneta evacuó la guarnición de 2000 hombres de San Carlos a Barquisimeto, lo que privaba de toda posibilidad de auxilio a los defensores de Valencia. Estos se enteraron el 27 pero aun así no se rindieron. Durante esa jornada y la siguiente Boves ordenó un nuevo asalto.

Tras esto los residentes de Valencia sacrificaron a todos los caballos, mulas, gatos y perros que encontraron para poder alimentarse. Había además 600 heridos en los hospitales con los suministros médicos agotados.[8]​ El 29 de junio Morales fue enviado con una división a Puerto Cabello, ciudad bajo asedio republicano, cuando intentó asaltar las posiciones enemigas por la noche fue descubierto y forzado a huir con fuertes pérdidas. El 3 de julio Boves y Morales volvieron de sus correrías menores a Valencia, donde quedaban solo 200 defensores. Ordenaron un ataque inmediato, logrando la toma de varios barrios.

El 4 del mismo mes llegaron refuerzos de Cajigal, Ceballos y Calzada.[8]​ Ese mismo día los realistas tomaron nuevas casas y los patriotas quedaron cercados en la plaza central. Finalmente, tras una brava defensa, los últimos defensores se rindieron el 9 de julio de 1814. En esos momentos el ejército atacante alcanzaba los 4000 hombres.[9]

Mientras Valencia estaba siendo asediada Urdaneta estaba cercado en Barquisimeto, Bolívar no tenía tropas ni para defender Caracas y Santiago Mariño había iniciado la evacuación de los patriotas a Barcelona; debido a esto los valencianos finalmente se rindieron, siendo masacrados a pesar de que Boves había prometido perdonarles la vida.[10]

Clave para la rendición de Valencia fue que los patriotas se enteraron de que el día 8 de julio el coronel González ocupó Caracas[8]​ con 1500 jinetes (la mitad de la vanguardia de Boves).[11]

Mientras Valencia era asediada Bolívar, tras haber pensado inicialmente resistir hasta la muerte en las defensas de la ciudad, cambia de parecer por lo escaso de su tropa, 2000 hombres, muchos de ellos heridos e inválidos[12]​ por lo que la cifra real debía ser de apenas 1.094 defensores: 697 infantes y 397 jinetes.[13]​ Decide marchar hacia el oriente del país donde unirá fuerzas con los patriotas orientales. El Libertador temía también que de intentar resistir en Caracas a Boves los esclavos de la ciudad podían terminar rebelándose en su contra.[14]​ En esos momentos Caracas era un caos, todo mundo preocupándose solamente de salvar su propio pellejo de la furia de los llaneros.[15]

El 6 de julio de 1814 se inicia la retirada.[16]​ Al día siguiente se les suma una masa de refugiados tras sus pasos.[8]​ A los escasos 1.200 soldados[17]​ que Bolívar tenía tras las batallas de ese año se sumaron 20.000 civiles habitantes de Caracas quienes tomaron lo que pudieron y se fueron igualmente a oriente, aterrados por las noticias de las crueldades de los realistas.[18]​ La mitad eran caraqueños y el resto de los pueblos cercanos.[19]​ El día 10 los defensores de Valencia se entregaron siendo masacrados en el acto por la soldadesca llanera que se dispuso a saquear, matar, violar y quemar todo lo que encontró. Boves se hizo acompañar de los aristócratas caraqueños para que vieran lo que le sucedía a quienes le desafiaban, y no contento con eso ordenó a las mujeres de la alta sociedad que quedaban el bailar y cantar como si fuera un festejo en la noche siguiente a la matanza.[20]​ Bolívar marchaba a la retaguardia con los soldados para proteger a los civiles. Se debe mencionar que antes de iniciar la retirada los patriotas saquearon las reliquias de plata y oro de las iglesias caraqueñas para que no fueran usurpadas por los realistas. El tesoro fue custodiado por Santiago Mariño para posteriormente embarcarlo en La Guaira a bordo de la flota del corsario Giovanni Bianchi quién terminó quedándoselo.[21]​ En la urbe quedaron unas 4.000,[22]​ 5.000,[23]​ o 6.000[4]​ personas, realistas sobrevivientes de la represión de los republicanos o personas muy débiles como para huir.

Tras tomar Valencia Boves se encamina Caracas[24]​ (10 de julio) para unirse a González y sus hombres.[8]​ Pero, enterado de los planes de los republicanos, comisionó a su segundo, Francisco Tomás Morales, para perseguir a los refugiados y acabarlos con 6.000 llaneros[25]​ el 13 de julio[26]​ mientras el mismo Boves se quedaba en Caracas con 2.000 soldados.[1][10][27][28]​ Otras fuentes dicen que el ejército se dividió en dos grupos de cuatro mil hombres cada uno,[29]​ o que Morales fue despachado con 2.000 seguidores, que pronto elevó a 4.000 con los refuerzos hallados en el camino (algunas hablan que alcanzó hasta 5.000 u 8.000)[30]

Otra tropa al mando de Calzada fue enviada a acabar con Urdaneta que se había movido a El Tocuyo. Dejó una pequeña guarnición en Valencia a cargo de Luis Dato.[26]​ Durante la marcha, Boves despojó de todos sus cargos a su superior, Juan Manuel Cajigal, en Guacara y lo obligó a marcharse a Puerto Cabello, bajo sitio desde el 24 de junio para luego ir al puerto de La Guaira. Tras esto Boves se nombró a sí mismo gobernador de esta provincia, presidente de la Real Audiencia, capitán general y jefe político de Venezuela, comandante en jefe del Ejército español.[31]

El 16 de julio por la tarde entró Boves en Caracas proclamando degüello general contra los blancos. Sin embargo, las fuentes difieren sobre qué pasó. Algunas dicen que al no encontrar resistencia[32]​ ni almas en sus calles[33]​ no se produjeron mayores saqueos ni asesinatos.[32]​ Otras dicen que los caraqueños sufrieron todo tipo de vejaciones y torturas.[22]​ Lo que se sabe es que en cuanto entró Boves publicó un indulto, lo que repitió dos días después pero el 25 se dieron arrestos y ejecuciones de los involucrados en fusilamientos de españoles durante el régimen anterior.[26]​ Para darle un cierto aspecto de legalidad Boves formó un tribunal que tomó posesión el 4 de agosto.

Al anochecer del 16, los emigrados llegan a Guarenas donde pernoctan. Apenas despunta el alba siguen su marcha. Pasan por Guatire y luego por Araira el día 8 de julio. Los emigrados llegaron a Barcelona alrededor del 27 de julio. Muchos siguieron hasta Cumaná, otros se internaron en los Llanos, y otros tomaron, en Barcelona y en Cumaná, embarcaciones que los llevaron hacia las Antillas. Se estima que murieron unas doce mil personas en el trayecto, víctimas de fieras, mordeduras de serpientes, el hambre, enfermedades, los ataques de los llaneros y la inclemencia de otros elementos naturales.[34]​ Entre los personajes ilustres que iban en la emigración, aparte del mismo Bolívar, se cuentan: Eulalia Buroz y Luisa Cáceres de Arismendi.[cita requerida]

Boves finalmente, una vez asegurado su poderío en la capital, partió de Caracas para unirse a Morales en su persecución el 26 de julio.[35]​ Durante su marcha masacrará a más de mil personas en los pueblos de Santa Ana y San Joaquín el 11 de septiembre, pero también reclutando gran cantidad de refuerzos.[28]​ Las noticias de la campaña de su lugarteniente no eran alentadoras, Morales había atacado a los republicanos en Aragua de Barcelona el 18 de agosto.[5]​ Enterado de que Morales venía del interior hacia Barcelona Bolívar decidió detenerlo ordenanando fortificar el poblado para la ocasión.[36]​ Los realistas alcanzaban 6.000[25]​ a 8.000 contra 3.000 republicanos,[37]​ la batalla fue sangrienta y muy disputada. Murieron mil hombres por cada bando. Además dos mil resultaron heridos.[38]​ Tras la batalla, la caballería al mando de José Francisco Bermúdez huyó a Maturín y la infantería a Barcelona siguiendo a Bolívar.

La fuga de los patriotas no acabó ahí, incapaces de defender Barcelona huyeron a Cumaná para reunirse con Mariño, Ribas y sus tropas.[39]​ Fue entonces cuando Ribas destituyó del mando militar a sus superiores por traición. Bolívar y Mariño fueron obligados a ir a Isla de Margarita mientras Ribas y Piar (quién comandaba en dicha isla) asumían la conducción de la guerra. Pasando por Carúpano evacuaron a los soldados, seguidores y familias a Maturín o a Margarita (24-25 de agosto).[40]​ Cumaná quedó sin gobierno hasta el 29, cuando los realistas se apoderaron de la urbe.

Fue durante dicha travesía que el corsario italiano Giovanni Bianchi terminó por quedarse con los tesoros sustraídos de las iglesias caraqueñas y las posesiones personales de los fugitivos. Desembarcó en la isla de Margarita pero no atracó. Bianchi, para no levantar sospechas le dejó a Bolívar y Mariño dos buques el 29 de agosto para que pudieran ir a Cartagena de Indias.[40]​ Aunque inicialmente Bolívar planeó dejar en la isla a Mariño terminaron ambos embarcándose en los navíos para partir a Carúpano y de ahí a Nueva Granada (2 de septiembre) pero la noticia fue rápidamente difundida y los oficiales y políticos juzgaron aquello como una traición destituyendo de sus cargos y poderes oficialmente.

Al día siguiente Mariño desembarcó en Carúpano intentando explicar sus actos pero el día 4 de septiembre llegó Ribas y lo arrestó. Cuando Bianchi amenazó con violentarse si no liberaban a Mariño se les dio a ambos Directores Supremos la posibilidad de embarcarse a Nueva Granada el día 8 de septiembre lo que fue aceptado después de enterarse que Piar con 200 hombres venía por ellos desde la isla de Margarita.[40]

Poco después Morales perdió más de tres mil hombres entre muertos, heridos y prisioneros cuando fue derrotado en la batalla de Maturín (12 de septiembre).[41]​ La mitad de un ejército de 3.400 infantes y 3.090 jinetes.[42]​ Los llaneros se agrupaban en varios regimientos de caballería con un tamaño variado y divididos según su localidad de origen, mientras que su infantería se dividía en dos regimientos (cada uno de tres batallones) y el batallón de Preferencia, además estaba una fuerza de vanguardia (que siempre pasaba doce horas antes que el grueso del ejército para evitar sorpresas) y varias partidas guerrilleras. Había también seis piezas de artillería para la campaña (al menos inicialmente), cifra bajísima en comparación a la recomendada por los manuales de la época (tres piezas por cada millar de soldados).[43]​ El ejército bovista contaba con 2.000 fusiles y 4.800 lanzas (1.100 para infantería y el resto para la caballería).[44]​ Morales escapó a Urica para unirse a Boves, pero cerca de ahí fue atacado y derrotado de nuevo por la caballería enviada por Bermúdez en su persecución.

Tras esto Ribas se reunió con Bermúdez con 400 hombres, reclutando a los prisioneros capturados[45]​ y lugareños lograron organizar una fuerza de 2.200 infantes y 2.500 jinetes[46]​ organizados en cuatro batallones, quince escuadrones montados y varias partidas.[47]​ Al mismo tiempo Manuel Piar marchaba desde Cariaco con 800 hombres y ocupaba Cumaná el día 29 de septiembre. Los realistas de la urbe huyeron a Barcelona.[48]​ Estos finalmente se unieron a Boves llamado El Urogallo en su marcha.

La situación no se veía tan mala para los republicanos, habían logrado reclutar 6.000 hombres[49]​ pero separados en dos agrupaciones la clave seria si lograban unirse antes de que Boves acabara con cada una por separado.

Boves había dejado al mayor Juan Nepomuceno Quero como gobernador y al capitán Ramón González con un contingente acantonado en La Guaira (Caracas) y marchó a Barcelona con 2.000[50]​ a 5.000 hombres, ciudad que tomó y saqueó el 15 de octubre.[5]​ A la jornada siguiente lo mismo le pasó a Cumaná tras derrotar a Piar en El Salado, unas mil personas murieron en el saqueo y otras mil por las heridas y el hambre que dejaron ahí.[51]

Al mismo tiempo Ribas y Bermúdez marchaban a acabar con Morales en Urica pero enterados de lo sucedido a Píar los comandantes de Maturín decidieron marchar a detener a Boves. Se vieron obligados entonces a dividir sus fuerzas: Ribas decidió regresar mientras que Bermúdez, con dos mil hombres, avanzó a Areo enfrentando en Los Magueyes a Boves el 9 de noviembre, siendo derrotado.[49]​ Con esto finalmente pudieron reunirse Boves con los restos del ejército de Morales, sumando unos siete[5]​ u ocho[49]​ millares de hombres (quizás apenas 5.600).[52]​ Las tropas bovistas se organizaban en dos batallones de infantería y tres regimientos de caballería, estos últimos de fuerza variable.[53]

Bermúdez y los restos de su tropa volvieron a Maturín como pudieron. De inmediato este presionó a Ribas para salir a enfrentar a los llaneros de Boves. La empresa fue considerada por muchos una locura y varios oficiales se negaron a marchar. El 5 de diciembre los 4.227 soldados patriotas se enfrentaron a las hordas realistas en la batalla de Urica.[49][52]​ Estaban organizados en dos batallones de infantería y tres unidades de caballería.[53]​ La caballería del flanco derecho de Boves, encabezada por el mismo se lanzó contra su par pero fue rechazada y su general resultó muerto de un lanzazo en el pecho. En el flanco izquierdo los realistas tuvieron éxito e hicieron huir a sus enemigos logrando flanquear el centro enemigo, o sea, la infantería, poniéndola en fuga total.[54]​ Tres mil soldados republicanos murieron en aquella jornada.[55]

Respecto de la muerte de Boves, se dice que Morales estuvo involucrado, lo que muchos consideraron cierto, ya que cuando los oficiales realistas se reunieron para decidir quién los dirigiría hizo matar a todos los que opinaron que era mejor reconocer a Cajigal como su oficial superior.[55]

Para finalizar la campaña, Morales, ahora con el mando asegurado de la horda llanera marchó a Maturín bajo asedio desde 1813 para acabar con los últimos restos del ejército enemigo con 7000 seguidores. Los defensores eran apenas 300 soldados más 200 reclutas armados por Ribas. El día 10 Morales llegó a las afueras del lugar, envió 1.500 hombres a tomar el paso del Hervidero. Cuando el grueso de las fuerzas realistas atacó de frente fueron rechazadas.[56]​ Sin embargo, a eso de las once de la mañana siguiente los llaneros se reagruparon y cogieron entre los dos fuegos a los defensores, obligándolos a huir del pueblo. Morales perdió cerca de mil hombres en el asalto.[57]

Los pocos patriotas sobrevivientes lograron huir a los bosques cercanos, dirigiéndose a la costa y una columna de 200 hacia El Tigre al mando de Bermúdez.[57]​ Ribas por su parte escapo a los llanos caraqueños con un pequeño grupo de seguidores para unirse a Urdaneta. El día 24 el marino español Juan Gabazo entró en el Golfo de Paria y lentamente, reuniendo más buques y flecheras empezó a bloquear las costas de Guayana desde Trinidad a Irapa, impidiendo la llegada de suministros y la huida de refugiados.[58]​ Debido a esto, muchos republicanos y sus familias resultaron muertos en la violenta represión de los victoriosos realistas.

Mientras, Ribas continuaba su viaje, Urdaneta se retiraba pasando por El Tocuyo llegó luego a Trujillo habiendo reunido tres batallones en Humucaro Bajo (1700 hombres). Envió al batallón Barlovento hacia Mérida al mando de Andrés Linares para solicitar ayuda pero el 17 de septiembre fue atacado por el brigadier Sebastián de la Calzada en Mucuchíes, solo la llegada de Urdaneta con los otros dos batallones (Guayra y Valencia) salvo a Linares del desastre total. Perdidos más de 400 hombres se retiraron a Mérida derrotados.[59]​ El día 19 finalmente llegaron a Cúcuta donde el gobierno de las Provincias Unidas de la Nueva Granada los organizó en un solo cuerpo de ejército reforzado por 700 granadinos. Además el comandante de Cúcuta, José Antonio Páez fue destinado al Casanare, donde el gobernador le asignó 500 jinetes.

Las últimas fuerzas independentistas que quedaban en Venezuela tras la retirada de Urdaneta eran algunos pequeños grupos dispersos en pueblos y sus alrededores de las provincias de Cumaná, Nueva Barcelona y Caracas perseguidos por las huestes llaneras.[60]​ Uno de estos era el de Bermúdez, quién, tras deambular por los llanos de Maturín y los caños del rio Tigre, finalmente llegó a Güiria el 6 de enero de 1815 donde se atrincheró. El pueblo estaba controlado por Juan Bautista Bideau que le dio de inmediato su apoyo. Al mismo tiempo casi (día 9) el vicario de Morales partía a Margarita exigiendo su rendición, el gobernador de la isla, Juan Bautista Arismendi, se negó rotundamente.

En su fuga Ribas finalmente fue capturado en Valle de la Pascua el 15 de enero y fusilado con sus compañeros tres días después en Tucupido. Sus restos fueron descuartizados y llevados a distintas partes de Venezuela.[61]​ Por su parte, Manuel Piar llegó días después pero fue tratado como un criminal y encarcelado.[60]

En persecución de vencidos y refugiados, Morales avanzó por la costa de Cumaná, arrasando Cariaco, Carúpano y Río Caribe mientras su lugarteniente, Salvador Gorrín, hacia lo propio en Tigre, Cari y Arivi y al volver a sus bases en Terecen, Caño Colorado y El Morichal.[62]​ El 14 de febrero Morales y 3.000 llaneros atacó Soro y lo hizo cenizas; al siguiente atacó Güiria defendida por Bermúdez y Bideau con 300 hombres. El pueblo cayó tras una feroz batalla, y los que pudieron, Bermúdez, soldados y algunos civiles huyeron en canoas hacia Margarita. Los que huyeron por la costa o la selva no fueron tan afortunados. Fueron alcanzados entre Irapa y Quebranta y masacrados, estimándose en 3.000 los muertos.[63]​ Una última tropa de 400 hombres a cargo del teniente coronel José Rivero seguía en Irapa, pero sabedor de los hechos de Güiria huyeron a los bosques donde fueron cazados y exterminados por los llaneros.[64]​ Estos ataques tenían la intención de aislar a Arismendi de cualquier ayuda por alguna guerrilla o guarnición patriota que quedara en Costa Firme.[65]​ Morales empieza a concentrar unos 5.000 combatientes y 32 navíos para invadir Margarita.[66]

Tras la batalla, Morales quedó dueño de Venezuela a la espera de la llegada de la Expedición Pacificadora de Pablo Morillo se dedicó a tomar y destruir una por una las últimas fortalezas que les quedaban a los patriotas en el país. Sorpresivamente el rey ordenaba a Morillo cambiar su rumbo. Como señala Arturo Uslar Pietri, en vista de los sucesos de 1814, para la Corona española era más importante "pacificar" a los "realistas" venezolanos que combatir a los patriotas rioplatenses, victoriosos por esas fechas. La alarma causada por los abusos de Boves, Morales y compañía indicaba que ellos eran un «peligro social».[67]

Aprovechando que las tropas realistas estaban concentradas en el este, el 10 de octubre de 1814 José Antonio Páez invadió Apure con mil jinetes procedentes de la provincia de Casanare. El 29 de enero de 1815 derrota con una carga de caballería a los milicianos de Pacheco Briceño. Al día siguiente su segundo, Francisco de Olmedilla, intenta fusilar a los prisioneros pero Páez interviene para pararlo. Tras deambular por la provincia retorna a Casanare para unirse a Ramón Nonato Pérez.[68]​ Se dedica el resto de 1815 a rechazar las incursiones de La Calzada en Casanare,[69]​ pero en 1816 vuelve junto al coronel Joaquín París Ricaurte. Tras la victoria de Palmarito (2 de febrero), donde 300 patriotas vencen al doble de enemigos, Ricaurte vuelve a Casanare.[70]​ Páez se queda y empieza a operar por su cuenta. Divide su tropa en tres columnas de línea, una bajo su mando personal, otra con Genaro Vásquez y la vanguardia de Pérez. Esta última marcha durante la noche y se encuentra el 16 de febrero en Mata de Miel, cerca de Guasdualito, con los jinetes del coronel Francisco López. Pérez ataca y destroza a dos tercios de los enemigos. Posteriormente llegan el resto de los patriotas y la infantería y artillería realistas. Páez ordena la carga, inicialmente rechaza y en la que se cree que Pérez ha muerto, pero logra reorganizar sus tropas y acaba por romper la formación enemiga. Mueren 400 realistas, 500 son capturados junto a 3.000 caballos. Páez es nombrado teniente coronel.[71]

Empieza la trayectoria de Páez, quien se convierte en el verdadero sucesor de Boves como caudillo llanero. Se forma en Arauca el Gobierno de Guasdualito con el teniente coronel Fernando Serrano como presidente y el coronel Francisco de Paula Santander como comandante general del ejército. Páez estaba convocado y se somete, pero sus llaneros se niegan a obedecer a Santander y le obligan a renunciar. Páez es nombrado general en jefe del Ejército de Apure. El 8 de octubre vence en la batalla de El Yagual.[72]​ Luego invade la mayor parte de Barinas y amenaza las provincias de Mérida y Trujillo.[73]

En el oeste de Venezuela, en cambio, el general Urdaneta marchaba hacia la Nueva Granada en busca de refugio, sumándosele las unidades de Jacinto Lara, Pedro León Torres, Juan Guillermo Iribarren y Florencio Jiménez. Las tropas realistas del brigadier La Calzada le acosaron constantemente hasta que los patriotas en retirada llegaron a Cúcuta el 10 de octubre. En Tunja Urdaneta se une a Bolívar el 8 de noviembre de 1814 y juntos asedían y saquean Bogotá en diciembre de ese mismo año.



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