Quercus (del latín quercus, que designaba igualmente al roble, a la encina y al alcornoque) es un género de árboles perteneciente a la familia de las fagáceas.
Son árboles de gran porte por lo general, aunque también se incluyen arbustos. Los hay de follaje permanente, caducifolios y marcescentes. Las flores masculinas se presentan en amentos, inflorescencias complejas colgantes, habitualmente cada flor con entre cuatro y diez estambres, lo más a menudo seis, de largos filamentos. Las flores femeninas aparecen aisladas u organizadas en espigas o cabezuelas, presentan tres estigmas, así como óvulos anátropos, y están rodeadas por una estructura de escamas empizarradas que al madurar será la cúpula que formara la bellota. El fruto se denomina bellota, es solitario y de origen axil (de brote), con cotiledones planos. La corteza suele ser lisa en los ejemplares jóvenes pero se va agrietando con la madurez de la edad. Se considera un género de origen antiguo, conociéndose fósiles desde el Cretácico inferior. Sus especies han presentado gran valor para las comunidades humanas, por su madera, corteza, obtención de curtientes ricos en taninos, frutos comestibles, etc. Participan como elementos dominantes del paisaje arbóreo en muchos territorios de su área de distribución (fundamentalmente en el hemisferio norte). Son frecuentes los fenómenos de hibridación entre sus especies, que suelen presentar, además, facilidad para la regeneración vegetativa por brotes de raíz o de cepa.
El fruto es una bellota que produce en otoño y cae en el invierno. Luego entrada la primavera si el suelo posee cierta penetración asoma un apéndice para formar la raíz y finalmente abre para comenzar a desarrollar el tallo.
Género que abarca entre 400 a 600 especies, distribuidas por Europa, Asia occidental, Norteamérica (especialmente en los bosques madrenses) y Sudamérica. México es el país con la mayor cantidad de especies de Quercus (llamadas encino localmente) del mundo, con alrededor de 125, siendo el género de árbol más común de dicha nación. Ocurre lo mismo en Estados Unidos y Canadá, donde existen cerca de 60 especies. 45 especies se pueden encontrar en Centroamérica, 1 en Colombia y 1 en Cuba.
El más notable de los robles europeos es Quercus robur, la especie forestal dominante en la vertiente atlántica de Europa. Así, esta variedad recibe los nombres de carballo en Galicia, carbayu en Asturias, cajiga en Cantabria y haritza en el País Vasco. Otra especie de ecología semejante es Quercus petraea, el roble albar. Los robles crecen en suelos con humedad por lo que en la península ibérica solo abundan espontáneos en las cordilleras húmedas o las regiones más septentrionales. En la península ibérica no se suelen emplear en silvicultura dado su lento crecimiento, pero su madera es una de las más apreciadas.
Entre las especies mediterráneas más extendidas en la península ibérica destacan Quercus pyrenaica, dominante en zonas de borde montañoso del interior peninsular (p. ej.: Herrería de El Escorial, Valsaín, Montes de Toledo, Sierra Morena…), o Quercus ilex subsp. ballota, muy abundante en multitud de nichos ecológicos del centro y el sur de la península (p. ej.: parque nacional de Cabañeros (Ciudad Real), parque nacional de Monfragüe (Cáceres), Monte del Pardo (Madrid), Carrascal de la Fuente Roja (Alcoy), Sierra Madrona (Ciudad Real)…).
El género Quercus se divide en dos subgéneros y varias secciones:
Este subgénero se divide en las siguientes secciones:
Sus sinónimos son Lepidobalanus y Leucobalanus, estas especies conforman la lista de los denominados «robles blancos» de Europa, Asia y Norteamérica. Sus gineceos son cortos; las bellotas maduran en 6 meses y su sabor es amargo o ligeramente dulce, el interior de la cáscara de las bellotas no tiene vello, sus hojas en su mayoría carecen de cerdas en sus extremidades y sus lóbulos suelen ser redondeados. Lista parcial de algunas especies de robles (Quercus), pertenecientes al subgénero Quercus, sección Quercus:
Son conocidos como los «robles húngaros» y sus relativos de Europa, Asia y del norte de África. De pistilos largos; sus bellotas maduran a los 6 meses y son de sabor amago; el interior de la cúpula no posee vellos. La sección Mesobalanus está cercanamente relacionada con la sección Quercus y algunas veces se la ha incluido dentro de ella.
La sección Cerris es conocida como la de los Robles Turcos y sus relativos de Europa, Asia y norte de África. Son de gineceo largo y sus bellotas maduran a los 18 meses de su germinación pero sabor muy amargo. El interior de la cáscara de las bellotas no poseen pelos. Sus hojas suelen tener lóbulos de puntas afiladas, con cerdas en sus bordes.
La sección de los Protobalanus conocida como la sección de robles intermedios y sus parientes en el suroeste de los Estados Unidos y del noroeste de México. Tiene sus gineceos cortos, y sus bellotas maduran a los 18 meses de sabor muy amargo. El interior de la cáscara de las bellotas es velludo, y sus hojas suelen tener lóbulos de puntas afiladas, con cerdas en los extremos.
Los «robles rojos» (sinónimo: subgen.Erythrobalanus). Generalmente se desarrollan en Norteamérica, América Central y la sólo uno en la zona norte de América del Sur. De pistilos largos y bellotas que maduran en 18 meses, muy amargas y con el interior de la cáscara velluda. La nuez está encerrada en una capa delgada y pegajosa de piel apergaminada. Las hojas suelen tener lóbulos de puntas afiladas, con pelos espinosos en los mismos.
Este subgénero es conocido como la lista de los «robles con copas de anillos» y se desarrollan principalmente al este y sureste de Asia. Son robles "siempreverdes" que llegan a alturas de entre 10 y 40 metros. Son bastante diferentes al subgénero Quercus en el sentido que tienen bellotas con distintivas copas con anillos de diferentes escalas de tamaño y se desarrollan comúnmente en grupos densos, aunque esto no se aplica a todas las especies. La Flora de China trata a las Cyclobalanopsis como un género distinto, pero la mayoría de los taxonomistas consideran que es un subgénero de Quercus. En total suma unas 150 especies.
Fruto de tipo glande, denominado bellota. Algunos son comestibles directamente crudos, como los de Quercus ilex ssp. ballota, Quercus macrolepis, Quercus vallonea, y Quercus alba. Los frutos de muchos otros Quercus pueden ser también consumidos mediante procesos previos para eliminar su amargor. Dichos procesos varían de unas culturas a otras (cocción, asado, lixiviación, adición de bicarbonato sódico, adición de arcilla…).
Suministran materias colorantes Quercus tintoria de Norteamérica, cuyas cortezas son tintoriales, y Quercus coccifera, de toda la región mediterránea, que produce una materia colorante parecida a la cochinilla.
Las especies mediterráneas: Quercus infectoria de Asia Menor, y Quercus lusitanica del Mediterráneo occidental producen agallas por picaduras de himenópteros galígenos, Cynips galleae, en la región cambial de los brotes jóvenes; en el comercio se puede encontrar agalla de Alepo, [agalla de Basora]], etc., que contienen de 60 a 70% de ácido tánico, 3% de ácido gálico y 2 % de ácido elágico, utilizadas como astringentes y hemostáticas. De ellas se obtiene ácido gálico (por hidrólisis del tánico), muy utilizado en la fabricación de muchos productos farmacéuticos, así como para la preparación de la tinta azul-negra.
Las cortezas de los Quercus jóvenes, (de 12 a 20 años, en especial de Quercus robur en Europa y Quercus prinus en Norteamérica, se utilizan en terapéutica como astringentes contienen del 16 al 20 % de ácido tánico.
De la mayoría de los Quercus se utiliza la corteza como "casca" para curtir pieles, ya que forman taninos con los prótidos de la piel, que son imputrescibles (suela, cuero). En la península ibérica, la madera de Quercus ilex y la de Quercus pyrenaica se han utilizado mucho para producir carbón vegetal.
El Quercus macrocarpa también ha sido usado por los indios americanos para tratar problemas de corazón, etc.
La madera de Quercus es de las maderas más resistentes, aunque algunas especies la tienen demasiado tosca (por ejemplo Quercus pyrenaica).
Es muy utilizada y valorada para lograr muebles de calidad. Además, se la utiliza para la fabricación de toneles y barricas contenedores para añejado del buen vino.
Además, la corteza del alcornoque (Quercus suber) es usada para la producción de corcho.
En las agallas de los robles (Quercus robur y Quercus petraea), producidas por cinípedos, son curiosas las generaciones alternantes de estos insectos. En otoño la Dryophanta folii, agama o asexuada pone sus huevos en los brotes tiernos y yemas de las pequeñas agallas de invierno que determinan, salen en los meses de abril-mayo, las formas sexuadas del cinípedo, Dryophanta taschenbergii, que una vez fecundada pone sus huevos en las hojas de los robles produciendo las agallas de verano, incubadoras de la forma asexuada.
En Norteamérica, las raíces de encinos son frecuentemente atacadas por las plantas parásitas conocidas como "elotillos" (Conopholis alpina y C. americana).
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