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Motes



Un alias, apodo, pseudónimo, seudónimo o sobrenombre es, en esencia, una denominación de persona usada como alternativa a su nombre, al que puede acompañar o reemplazar, pudiendo aplicarse genéricamente a un nombre de pila propio. Suele emplearse con fines de encubrimiento, identificativos, estéticos, afectivos, despectivos, políticos, de humor o de otro tipo y muchas veces alude a una característica de su físico o de su personalidad, como una afición (véase más abajo Tipos de alias). Si se trata de un escritor, suele utilizarse más la denominación pseudónimo o nombre de pluma.

En informática también se utilizan alias para identificar a la persona que está accediendo a un servicio multiusuario, identificando a dicha persona más cómodamente así que a través desde la codificación técnica equivalente, como una dirección IP, por ejemplo. En estos casos suele emplearse el anglicismo nick (acortamiento de nickname, en inglés), aunque actualmente no está admitido por la RAE. De igual forma, ciertos comandos empleados en una ventana terminal que pueden ser muy largos y repetitivos (o programas como Git pueden ser configurados para utilizarlos)[1]​ utilizan alias a nivel de sistema operativo.

A lo largo de la historia, tanto escritores como periodistas y otros artistas han usado pseudónimos o seudónimos o nombres de pluma para ocultar su verdadera identidad ante un posible problema. Entre los motivos para el empleo de un seudónimo están la búsqueda de originalidad, la simplificación de nombres extranjeros o de difícil pronunciación, el temor al escándalo o la persecución política o religiosa. Como ejemplo de esto último está Mariano José de Larra, quien escribió para la revista El pobrecito hablador bajo el seudónimo de Juan Pérez de Munguía. Algunas escritoras también han optado por un seudónimo, particularmente masculino, con el fin de sortear prejuicios en ese sentido. Tales fueron los casos de George Eliot, George Sand y J. K. Rowling.

Muchos artistas y deportistas de apellidos comunes o mayoritarios creen necesitar un apodo que les permita destacar y ser recordados fácilmente por el público, tal es el ejemplo de Mark Twain.

El apodo o nom de guerre, también traducido al español como nombre de guerra, fue usado frecuentemente por miembros de la Legión Extranjera Francesa y de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial como una forma de desprendimiento de sus vidas pasadas. Este tipo de seudónimo suele ser adoptado por tropas irregulares de resistencia o por miembros de organizaciones criminales para esconder sus identidades y proteger a sus familiares de posibles represalias. Tal es el caso de Manuel Marulanda, alias de Pedro Antonio Marín, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), o del Subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Un alias puede relacionarse directamente con el nombre de pila de una persona.

El alias de una persona puede tener un origen no trazable. Por ejemplo, una persona llamada Juan puede tener el alias de Fred sin razón aparente, o una persona que se llame igual que sus parientes puede solicitar a sus conocidos que le llamen Chip para evitar confusiones o también por su apellido.

Existen alias compartidos, como el caso de hermanos, que comparten un sobrenombre y se le agrega un segundo alias distintivo, como Tuto Grande para el hermano mayor y Tuto Chico para el hermano menor, y en conjunto son los Tutos.

Puede relacionarse, despectivamente o no, con la nacionalidad de una persona o lugar de origen; por ejemplo: americano, norteamericano, gringo: estadounidense (en Estados Unidos; es decir, ellos mismos).

Puede hacer referencia a las características físicas de una persona. Por ejemplo, cojo (persona con problemas para caminar).

Al contrario, puede ser utilizado de forma irónica. Por ejemplo, rizado o crespo para alguien con el pelo lacio.

Puede comparar a la persona con otra, por ejemplo, Napoleón, Clinton, Bush o Reagan.

El alias de una persona famosa puede ser único para ella. Es el caso de El Greco, como se conoce a Doménikos Theotokópoulos, o El Manco de Lepanto, alias de Miguel de Cervantes.

Igualmente suelen especificarse alias para identificar algún lugar geográfico, bien sea una ciudad, un país, una isla, entre otros. Por ejemplo: La ciudad luz: París (Francia), El país del sol naciente: Japón, Borinquen: Puerto Rico.

En el caso de ciudades, ejemplos tales como en Colombia: Puerta de Oro: Barranquilla; La ciudad de la eterna primavera: Medellín; La nevera: Bogotá; La sucursal del cielo: Cali; la ciudad de los parques: Bucaramanga, La tierra del sol amada: Maracaibo (Venezuela), La Ciudad Crepuscular: Barquisimeto (Venezuela), La perla del Caribe: Isla de Margarita (Venezuela); y en el Perú es el caso de ciudades como Chiclayo, que es también llamada La ciudad de la amistad.[cita requerida]

Este fenómeno en este caso se conoce como antonomasia.

También existen alias para determinados idiomas, asociados generalmente a algún destacado representante de ese idioma; por ejemplo: El idioma de Camões: el portugués; El idioma de Cervantes: el español; El idioma de Dante: el italiano; El idioma de Goethe: el alemán; El idioma de Shakespeare: el inglés.

Las profesiones u oficios son también objeto de pseudónimos o apodos. Por ejemplo:

El seudónimo es casi el nombre de algunos deportistas: en todos los deportes y en muchas épocas, los atletas han sido identificados por un sobrenombre. Un ejemplo de ello son los alias dados al jugador argentino Diego Armando Maradona, conocido como El Pelusa, El Pibe de Oro o El Diez. Igualmente sucede con algunas selecciones nacionales o equipos de fútbol; tal es el caso de culés, como se conoce al FC Barcelona; merengues, como se conoce al Real Madrid; xeneizes o bosteros, como se le conoce a Boca Juniors; El Tri, como se le conoce a la selección nacional de fútbol de México; La Bicolor, como se le conoce a la selección nacional de fútbol de Perú; La Roja, que es el sobrenombre tanto de la selección de fútbol de Chile como de la de España; La Tricolor, como se le conoce a la selección de Colombia; La Naranja Mecánica, como se le conoce a la selección de Holanda; "La Selecta" como se le conoce a la selección de fútbol de El Salvador; o La Vinotinto, como se conoce a la selección de fútbol de Venezuela y La Bicolor a la selección de fútbol de Guatemala



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