Haití, oficialmente República de Haití (en criollo haitiano Repiblik d'Ayiti o en francés République d'Haïti), es uno de los trece países que forman la América Insular, Antillas o Islas del mar Caribe, uno de los treinta y cinco de América. Su capital y ciudad más poblada es Puerto Príncipe. Lingüísticamente es un país latinoamericano, pues sus idiomas, el criollo haitiano y el francés, son lenguas romances, sin embargo, al no ser una lengua ibérica como el español o el portugués, y al ser su población principalmente descendientes de esclavos de África occidental, se le considera más bien un país afrocaribeño.
Está ubicado en la zona central de las Antillas, en el tercio occidental de la isla La Española, limitando al norte con el océano Atlántico; al este con República Dominicana, el otro país situado en la isla de La Española; al sur con el Mar Caribe; y al oeste con el paso de los Vientos, que lo separa de Cuba. Con 27 750 km² es el tercer país más extenso de las Antillas —por detrás de Cuba y República Dominicana—, el tercero más poblado —nuevamente por detrás de Cuba y República Dominicana— y con 292,7 hab/km², el tercero más densamente poblado, por detrás de Barbados y San Vicente y las Granadinas.
Su territorio fuera de La Española comprende las islas de la Gonâve, Tortuga, Vaches, el archipiélago de las islas Cayemites, así como también otros islotes de sus aguas territoriales. La inhabitada isla de Navaza es reclamada por Haití ante la administración de los Estados Unidos.
Haití está constituida en forma de república semipresidencialista según la Constitución aprobada en 1987, cuya vigencia quedó suspendida en varias ocasiones por la violencia política, particularmente tras dos golpes de Estado, organizados para deponer al presidente democráticamente electo Jean-Bertrand Aristide; primero el golpe de Estado de 1991, luego el de 2004 que forzó la intervención de la ONU mediante el destacamento de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH) en Haití. Tras un proceso electoral tutelado por la comunidad internacional, en 2006 fue elegido jefe del Estado René Préval.
La economía de Haití generó en 2009 un Producto Interior Bruto de 6908 millones de dólares y una renta per cápita de 772 dólares. deforestación que ha llevado la superficie arbolada de Haití del 60 % en 1923 a menos del 2 % en 2006. Las devastadoras tormentas tropicales que se sucedieron a lo largo de 2008, y el embate del huracán Matthew en octubre de 2016, han afectado las escasas infraestructuras de comunicaciones que, a imagen de los sectores industriales y de servicios, sufren de la carencia de inversiones sostenidas por culpa de la inestabilidad y la violencia. El sector industrial más importante es el textil, que representa más del 75 % del volumen de exportaciones y el 90 % del PIB, pero que es fuertemente dependiente de la demanda y ayudas arancelarias exteriores, particularmente la de los Estados Unidos. Haití está incluido en el programa del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial para los Países en vías de desarrollo altamente endeudados (Highly-Indebted Poor Country, HIPC).
siendo la más pobre del continente americano y una de las más desfavorecidas del mundo. Según The World Factbook, el 80 % de su población vive bajo el umbral de pobreza y dos tercios de ella es dependiente de un sector de la agricultura y pesca, tradicionalmente organizado en pequeñas explotaciones de subsistencia, fragilizadas por la carencia y empobrecimiento del suelo disponible, siendo dependiente de la ayuda exterior. La sobre-explotación y la erosión del terreno son consecuencia de una intensiva y descontroladaHaití proclamó su independencia el 1 de enero de 1804, siendo el segundo país del continente americano en hacerlo,América Latina en acceder a ella tras un singular proceso revolucionario de carácter abolicionista, iniciado en 1791, que desembocó en una prolongada lucha armada contra Francia, la potencia colonizadora desde finales del siglo XVII. Su base étnica poblacional es de origen africano-subsahariano. Es el primer caso en la Historia Universal en que la rebelión de una población sometida al sistema de esclavitud condujo a su emancipación, sentando un precedente definitivo para la supresión del comercio transatlántico de personas. Este episodio es específicamente recordado por las Naciones Unidas mediante la Resolución 29/C40, conmemorando cada 23 de agosto, y la institución de la medalla Toussaint L’Ouverture, en homenaje a uno de los líderes de la revolución haitiana.
y primero deHaití y Canadá son los únicos países de América donde el idioma francés es oficial y hablado por una parte importante de la población. En el caso de Haití es hablado por casi la totalidad de su población (la otra, también una parte importante habla criollo haitiano), mientras que en el caso de Canadá el inglés (su otra lengua oficial) es la más hablada por parte de la población.
El nombre de Haití proviene del arahuaco, la lengua de los habitantes nativos de la isla, y significa «tierra de montañas». Este nombre se le daba a la parte oeste de la isla por los antiguos pobladores taínos, que es donde se encuentra esta república. Cuando Colón tomó posesión de la isla en 1492, la llamó «La Isla Española». Bartolomé de las Casas acortó el nombre a «Española» y más tarde Pedro Mártir de Anglería la nombró «La Española». El nombre Haïti fue adoptado por el revolucionario haitiano Jean-Jacques Dessalines como el nombre oficial después de la independencia de Saint-Domingue, como un tributo a los antecesores indígenas.
Haití comprende la tercera parte de la isla La Española, al oeste de la República Dominicana y entre el mar Caribe y el Atlántico Norte. Las coordenadas geográficas de Haití son 72° 25′ longitud oeste y 19° 00′ latitud norte. El área total es de 27 750 km², de los cuales 27 560 km² son tierra y 190 km² agua. Haití tiene 1771 km de costas y 376 km de frontera con la República Dominicana.
El punto más bajo de Haití es al nivel del mar. Su punto más elevado está en la sierra Chaine de la Selle a 2680 m. No hay ríos navegables. El lago más grande es el transfronterizo lago Azuey (Étang Saumâtre o Laz Azuei en criollo haitiano), una laguna de agua salada ubicada en la región oeste.
Ocupa la parte occidental de la isla La Española, que comparte con la República Dominicana, en el mar Caribe o de las Antillas. Se distingue por dos penínsulas (la de Saint-Nicolas al norte y la de Tiburón al sur) que forman el golfo de la Guanaba. Entre otras islas que pertenecen a Haití están la isla de la Guanaba, la isla de la Tortuga, la isla de la Vaca y Los Caimitos.
La región norte consiste en el Massif du Nord (en español Macizo del Norte) y la Plaine du Nord (Llano del Norte). El macizo del Norte es una extensión de la Cordillera Central de la República Dominicana. Comienza en la frontera este de Haití, al norte del río Artibonito (en francés Artibonite, en créole Latibonit), y se extiende al noroeste por la Península del Norte. Las tierras bajas del Llano del Norte están ubicadas sobre la frontera norte con la República Dominicana, entre el Macizo del Norte y el océano Atlántico. La región central consiste en dos llanos y dos sierras. La Meseta Central se amplía a lo largo de las costas del río Artibonito, al sur del Macizo del Norte. Al sudoeste de la Meseta Central están ubicadas las Montañas del Norte, cuya parte más septentrional se combinan con el Macizo del Norte. El punto más occidental es conocido como Cap Carcasse.
La región sur consiste en el Plano Callejón Sin Salida (al sudeste) y la península Montañosa (también conocida como península de Tiburón). El Plano Callejón sin Salida es una depresión natural que abriga a los lagos salinos del país, como el Trou Caïman y el lago más grande del Haití, el Lago Azuey. En la región suroeste está ubicado el punto más alto de Haití, con 2680 m s. n. m..
El valle más importante del país en término de cosechas es el valle del Artibonito, que está ubicado al sur de las Montañas del Norte. En esta región está ubicado el río más largo del país y de la isla, el río Artibonito. Este río comienza en la región occidental de la República Dominicana, sigue la mayor parte de su recorrido por el centro de Haití hasta desembocar en el golfo de la Gonâve.
En 1925, Haití tenía el 60 % de sus bosques originales destruidos, hoy en día la cifra es ya del 98 %, al haber sido utilizadas estas zonas para procurarse combustible de cocina, destruyendo además en este proceso multitud de suelos fértiles. Además, la erosión a causa de la deforestación ha causado inundaciones periódicas como la ocurrida el 17 de septiembre de 2004. La tormenta tropical Jeanne acabó con la vida de más de 3000 personas y destruyó carreteras, sobre todo en la ciudad de Gonaives.
El clima de Haití es tropical. La estación más lluviosa se extiende de abril a junio y de octubre a noviembre, y con frecuencia el país es azotado por tormentas tropicales y ciclones.
El 18 de septiembre de 2004, el huracán Jeanne alcanzó Haití. Una semana después, el balance no definitivo era de más de 1160 personas muertas y otras 1250 desaparecidas. Los efectos de esta tormenta agravaron las ya difíciles condiciones de vida del país, ya que dejó 170 000 personas sin alimentos ni agua. El clima es tropical en las costas y frío en las montañas. El calor disminuye gracias a las brisas marinas.
En Haití se encuentra la mariposa endémica Abaeis nicippiformis.
Antes de la llegada de los primeros europeos, la que luego sería llamada isla La Española estaba habitada por dos etnias: los arahuacos —cuya rama local es conocida como los taínos— y los caribes. Estos últimos habían iniciado su ingreso a la isla poco tiempo antes de la llegada de los occidentales, y estaban desplazando a los taínos de sus posiciones; no obstante, en la sección occidental de la isla —actualmente Haití— la gran mayoría de la población era de origen taíno, reunida en los cacicazgos de Marién y de Jaragua.
El navegante Cristóbal Colón llegó a la española actual República de Haití el 5 de diciembre de 1492, en un área que actualmente se conoce como Môle-Saint-Nicolas, y reclamó la isla para la Corona de Castilla. Diecinueve días más tarde, su nave Santa María encalló cerca del actual sitio de Cabo Haitiano. Colón dejó 39 hombres en la isla, quienes fundaron el asentamiento de La Navidad, con lo que la isla se incorporó al Imperio español.
Los marineros portaban enfermedades infecciosas endémicas de Europa. Los nativos carecían de inmunidad a estas nuevas enfermedades y murieron en gran número debido a las epidemias;viruela registrada en América estalló en La Española en 1507. Paralelamente, los indígenas fueron sometidos al sistema de encomienda, que vinculaba a los nativos a trabajar de manera obligatoria en las minas de oro y plantaciones; por lo que fueron trasladados desde sus pueblos para llevarlos a los lugares donde trabajar en las plantaciones o industrias específicas. Posteriormente, la Corona Española aprobó en 1512 y 1513 las Leyes de Burgos, que prohibieron el maltrato de los nativos, y fomentaron la educación en la doctrina cristiana, dándole además el marco legal a las encomiendas que mejoró la situación de los trabajadores. No obstante, la población indígena siguió disminuyendo en proporción a la inmigrante, formada principalmente por europeos y esclavos africanos.
la primera epidemia deA comienzos del siglo XVII, debido al auge que había adquirido el comercio informal de los colonos criollos de la isla, y que iba en contra del monopolio que pretendía la metrópoli, el gobernador español Antonio de Osorio ordenó, entre 1605 y 1606, la despoblación de la zona central y oeste de la isla con el fin de frenar esa práctica. Con el tiempo, en las zonas despobladas de la parte oeste se fueron asentando los bucaneros, hombres que vivían de la caza de reses y cerdos cimarrones, el comercio de pieles y el cultivo de tabaco, así como los filibusteros, ambos de origen francés. Primero ocuparon la Isla de la Tortuga y luego La Española propiamente dicha; entre ellos se encontraba Bertrand d'Ogeron, que tuvo éxito en el cultivo del tabaco, y que reclutó a muchas familias coloniales francesas de Martinica y Guadalupe. Más tarde, estos poblamientos determinaron que la parte occidental de la isla fuera reclamada por Francia. En 1697, España cedió a Francia esa parte de la isla por el Tratado de Ryswick, constituyéndose el Saint-Domingue francés.
A mediados del siglo XVIII, el Saint-Domingue colonial, ocupado por Francia bajo un férreo y cruel sistema esclavista, abolidas ya las encomiendas y las leyes españolas, contaba con una población de 300 000 esclavos y apenas 12 000 personas libres, blancos y mulatos principalmente.
La lucha por la independencia en Saint-Domingue se desarrolló en varias etapas: en la primera, los grandes terratenientes, los esclavos, los comerciantes y los blancos pobres se solidarizaron con el movimiento revolucionario que había estallado en la metrópoli francesa y formaron una asamblea local, que reivindicaba el fin del pacto colonial. En una segunda etapa, los mulatos libres comenzaron a apoyar la revolución metropolitana, creyendo que con eso obtendrían de los blancos residentes en la colonia la plena igualdad de derechos para los hombres libres, independientemente del color. En 1790 los plantadores blancos reprimieron las reivindicaciones de los libres y estos no tuvieron otra alternativa que aliarse a los sublevados.
El 14 de agosto de 1791 se habría producido en Bois-Cayman una ceremonia del sacerdote vudú Boukman, que es considerada como el punto de partida de la Revolución Haitiana. En noviembre del mismo año, decenas de miles de esclavos se sublevaron. El largo proceso emancipador tuvo por protagonista a François Dominique Toussaint-Louverture, quien declaró la abolición de la esclavitud, y que entre 1793 y 1802 dirigió la revolución haitiana con sagacidad, enfrentándose a ingleses y franceses, hasta su captura, destierro y muerte en Francia.
Inspirados por la Revolución Francesa de 1789, desde 1791 hasta 1803 el general Toussaint Louverture, un exesclavo y líder de la única rebelión exitosa de esclavos propiciada por la ayuda de los Estados Unidos, logró expulsar finalmente a los franceses de lo que hoy es Haití.
En 1791 los esclavos africanos en Santo Domingo y las islas Francés empezaron la lucha por los derechos civiles de gente de color y esclavos en el norte del país. En 1792 el gobierno francés mandó tres oficiales con soldados para establecer el reino France y prometieron la libertad a todos los esclavos. Desde 1799 a 1800 gente de color libres, dirigidos por André Rigaud, y haitianos de ascendencia africana dirigidos por General Toussaint Louverture tuvieron la guerra civil llamada la guerra de Cuchillos. En 1802 Napoleón Bonaparte mandó 20 000 soldados, pero 50 000 soldados murieron en la guerra para retomar la isla. Ese mismo año capturaron al General Toussaint Louverture y lo encarcelaron en Fort de Joux, lugar donde él murió. A finales de año Francia retiró los 7000 soldados restantes.
En 1803, Jean Jacques Dessalines venció definitivamente a las tropas francesas en la batalla de Vertierres y en 1804 declaró la independencia del país, al que llamó con el antiguo nombre de Haití, y se proclamó emperador.
El gobierno francés indujo un bloqueo contra el azúcar haitiano, y la antipatía de los demás Estados contra un país gobernado por antiguos esclavos impidió que el comercio con Francia fuera reemplazado con otros circuitos comerciales. De modo que la economía de la pequeña república se vio muy perjudicada, tanto por razones comerciales como por la brusca caída de la producción de las plantaciones debido a que habían estado organizadas en torno a la esclavitud; en su reemplazo, la agricultura y la economía toda se organizaron en un esquema de subsistencia al estilo africano.
Dessalines llevó adelante un gobierno despótico. Los blancos fueron exterminados y los supervivientes expulsados. Dessalines ejecutó a la mayor parte de los aproximadamente 10 000 blancos que se quedaron en la isla. Fue asesinado a su vez por una revuelta de mulatos, el 17 de octubre de 1806, iniciando una tradición secular de enfrentamientos entre la mayoría de raza puramente negra y la minoría mulata, que usualmente se ha identificado con la clase media y las élites económicas y culturales.
Tras la muerte de Dessalines, el país se dividió en dos: un reino en el norte, controlado por el negro Henri Christophe, y una república en el sur, con el mulato Alexandre Pétion. En 1822, el presidente Jean-Pierre Boyer reunificó ambos estados.
Boyer utilizó las tropas que habían combatido entre sí para —aprovechando unas revueltas populares en la parte oriental de la isla, que habían llevado a la llamada Independencia Efímera— invadir ese territorio e incorporarlo a Haití. Pétion había iniciado las negociaciones con Francia para el reconocimiento de la independencia de Haití, pero este hecho no se produjo hasta el 11 de julio de 1825, cuando el rey Carlos X de Francia promulgó una orden que reconocía la independencia del país a cambio de una indemnización de 150 millones de francos; suma que sería reducida a 90 millones de francos por Luis Felipe en 1838.
A partir de 1838 se iniciaron las conspiraciones y revueltas en la parte española de la isla, que lo logró su independencia en 1844, con el nombre de República Dominicana. Los haitianos continuaron la guerra contra la nueva República hasta la batalla de Sabana Larga, en 1856.
Una larga sucesión de golpes de Estado tras la salida de Jean Pierre Boyer en 1843 determinó que cinco presidentes gobernaran durante los seis años siguientes; el último de ellos se hizo coronar emperador, en 1849, con el nombre de Faustino I, y conservó el poder hasta 1859. El continuo enfrentamiento entre facciones del ejército, una élite racialmente mulata y la mayoría de la población negra, favorecido además por la instalación de comerciantes extranjeros —alemanes, estadounidenses, franceses e ingleses— que monopolizaron el comercio exterior, llevaron a un alto nivel de inestabilidad política, mientras el país no lograba salir de su estado de pobreza crónica.
A principios del siglo XX, el país estaba en un estado de insurrección casi permanente. En 1915, el presidente estadounidense Woodrow Wilson invadió Haití para contrarrestar la influencia del Imperio alemán, restaurar el orden después de la muerte del presidente Vilbrun Guillaume Sam a manos de un pueblo furioso y defender los intereses del banco de inversión estadounidense Kuhn, Loeb & Co. Tras su desembarco al frente de una fuerza expedicionaria en Puerto Príncipe, el almirante William B. Caperton impuso al gobierno una convención cuyas cláusulas ponían la administración civil y militar, las finanzas, las aduanas y el banco estatal (reemplazado por el National City Bank) en manos de los estadounidenses. Para vencer la resistencia, Caperton proclamó la ley marcial en todo el territorio. Haití permaneció casi permanentemente ocupada por Estados Unidos entre 1915 y 1934, período durante el cual los gobiernos haitianos lograron sanear las finanzas públicas y crear un ejército. Pero el pueblo haitiano debió soportar el racismo de los marines y se vio sometido a la dominación de la élite mulata.
Tras la intervención estadounidense, Haití pudo disfrutar al menos de la estabilidad de cuarenta años de gobiernos civiles, solo interrumpidos por dos breves dictaduras dirigidas por Franck Lavaud durante algunos meses de 1946 y 1950. En este último año asumió Paul Eugène Magloire, primer presidente elegido por el voto universal, y durante cuyo gobierno Haití tuvo su «edad de oro»; pero también gobernó con mano de hierro y acallando por la fuerza a sus opositores, lo que llevó a su derrocamiento en 1956.
Tras la caída de Magloire, Haití cayó en el caos institucional, con sucesivos gobiernos provisionales y militares, hasta la elección presidencial de François Duvalier. Para su elección y sostenimiento se apoyó en los reclamos de la mayoría negra contra la minoría mulata, y revitalizó las prácticas del vudú, con lo que se afirmó en la población menos educada. Creó una milicia popular y una policía secreta, estuvo a punto de ir a la guerra contra la República Dominicana y organizó unas elecciones en el año 1961, en las cuales obtuvo 1 320 000 votos a favor de Duvalier y ninguno en contra. Finalmente, tras modificar la constitución, se hizo elegir presidente vitalicio —generalmente considerado como un dictador— en 1964; uno de sus primeros actos como presidente vitalicio fue desatar la masacre de las Vísperas de Jérémie, con alrededor de 600 víctimas. Su policía secreta, el Tonton Macoute, sometió al país a un régimen de terror hasta después de su muerte en 1971. Fue sucedido por su hijo Jean-Claude Duvalier, que continuó su sistema dictatorial.
En 1986, un golpe de Estado derrocó a Duvalier, y unas elecciones en junio de 1988 permitieron el ascenso del primer gobernante democrático en tres décadas, Leslie Manigat. Sin embargo, este fue derrocado por un nuevo golpe de Estado cuatro meses más tarde. Tras una serie de gobiernos militares e interinos, en 1991 fue elegido Jean-Bertrand Aristide, que también fue derrocado meses después; pero la presión internacional logró su restauración en la presidencia en 1994. La sucesión de gobiernos democráticos desde entonces dio cierta estabilidad al país durante las presidencias de René Préval, nuevamente de Aristide, de Boniface Alexandre, y nuevamente de Préval; la situación económica de Haití, sin embargo, no mejoró y el país continuó siendo el más pobre de América.
En enero de 2010, la casi totalidad del país fue afectada por un terremoto que dejó 316 000 víctimas fatales, 350 000 heridos, un millón y medio de personas sin hogar y la destrucción casi completa de la infraestructura industrial, urbana y de transporte. La ayuda internacional, con suministros de alimentos, ropa, medicamentos y atención médica, enviada desde decenas de países, permitió paliar en parte las desastrosas consecuencias del terremoto, a pesar de que la destrucción de los muelles y rutas complicaron la llegada de la ayuda. Ante la incertidumbre para la identificación de las víctimas y sobrevivientes, el país se vio impulsado a modernizar rápidamente su sistema de Registro Civil e Identidad.
En los años siguientes al terremoto, Haití ha iniciado una lenta recuperación de su economía, aunque la estabilidad política se ha hecho esperar: tras la presidencia de Michel Martelly, las elecciones no dieron un resultado definitivo y el balotaje se pospuso durante un año, durante el cual asumió la presidencia provisional el senador Jocelerme Privert. Finalmente, en noviembre de 2016 fue elegido el empresario Jovenel Moïse, que asumió la presidencia en febrero de 2017.
Haití es una república presidencialista con un presidente elegido por sufragio universal para un mandato de 5 años, sin posibilidad de tener dos mandatos consecutivos ni de optar a un tercero. Nombra al primer ministro y su gobierno es responsable ante la Asamblea Nacional. Dicha Asamblea está compuesta de 99 diputados igualmente elegidos por sufragio universal, y el Senado haitiano cuenta con 30 senadores. La Constitución fue introducida en 1987 y está basada en las constituciones de Estados Unidos y de Francia. Luego de haber sido suspendida por algunos años, fue reinstaurada por completo en 1994.
Jean-Bertrand Aristide asumió en 2001 un segundo mandato presidencial, tras ganar unas elecciones cuestionadas tanto dentro como fuera del país. La situación económica y la corrupción generaron manifestaciones y disturbios antigubernamentales el 29 de febrero de 2004 y la crisis generalizada culminó con la renuncia del presidente.
Las elecciones presidenciales de 2006 se convocaron para sustituir al gobierno interino del presidente Boniface Alexandre y el primer ministro Gérard Latortue, quienes obtuvieron sus cargos después del derrocamiento en 2004 de Jean-Bertrand Aristide. Las elecciones fueron vigiladas y organizadas por la ONU. El ganador fue René Préval, seguidor de Aristide.
En 1957 fue elegido presidente François Duvalier, conocido popularmente como Papa Doc, que gobernó dictatorial mente con ayuda militar y financiera de Estados Unidos y que en 1964 se hizo proclamar presidente vitalicio. Su hijo Jean-Claude Duvalier (Baby Doc) le sucedió tras su muerte en 1971. En enero de 1986 una insurrección popular le obligó a exiliarse y el Ejército se hizo con el control del poder mediante la formación de un Consejo Nacional de Gobierno, presidido por el general Henri Namphy.
En enero de 1988 ascendió a la presidencia Leslie François Manigat, pero fue depuesto en julio del mismo año por Namphy, a quien derrocó Prosper Avril. Tras una presidencia provisional de Ertha Pascal Trouillot, depuesta por un golpe de Estado, Jean-Bertrand Aristide fue presidente electo a partir de febrero de 1991, siendo también depuesto tras una grave crisis interna en 2004, que incluyó violentos episodios que culminaron con la intervención en el país de los Cascos Azules de la ONU. En 2006, René Préval fue elegido presidente del país.
Las elecciones generales estaban previstas para enero de 2010, pero fueron pospuestas debido al devastador terremoto que sufrió el país. Finalmente los comicios se celebraron el 28 de noviembre de 2010. Los candidatos más votados fueron Mirlande Manigat y el oficialista Jude Célestin, quedando en tercer lugar Michel Martelly. Este hecho suscitó una crisis electoral, porque se alegó que Célestin fue favorecido por un fraude cometido por el Gobierno. El 3 de febrero de 2011 se anunció el pase de Martelly a la segunda vuelta, que se celebraría el 20 de marzo, después de un pacto en el que Célestin desistió de continuar en la contienda por la presidencia. En la segunda ronda entre Michel Martelly y Mirlande Manigat, Martelly resultó vencedor y se convirtió en presidente.
Tras la dimisión de Michel Martelly en febrero de 2016, se nombró a Jocelerme Privert presidente interino. El empresario Jovenel Moïse asumió como nuevo presidente constitucional tras ganar la elección presidencial de 2016.
El 12 de enero de 2010, a las 21:53 UTC (16:53 hora local), el país caribeño fue golpeado por un terremoto de magnitud 7 en la escala Richter, siendo el terremoto más devastador que afectaba al país en 200 años. El epicentro del temblor estaba cerca de Puerto Príncipe, la capital del país. Se ha estimado que el número de muertos llegó a más de 300 000 y más de un millón de personas quedaron damnificadas.
El Palacio Nacional, sede de la presidencia del país, quedó muy afectado, colapsando el segundo piso sobre el primero. El edificio del Parlamento, la oficina de la ONU y la catedral del Puerto Príncipe también sufrieron daños. La nueva sede de Gobierno haitiano será construida en Croix-Des-Bouquets, municipio a unos 20 kilómetros de Puerto Príncipe.
En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Haití ha firmado o ratificado:
La Constitución haitiana de 1987 establece la bandera, el escudo y el himno conocido popularmente como La Dessalinienne como símbolos nacionales del país.
La bandera de Haití fue adoptada el 25 de febrero de 1986, pero su diseño se remonta a principios del siglo XIX, en los años de la independencia. Es una bandera compuesta por dos franjas horizontales del mismo tamaño, de color azul (la superior) y rojo (la inferior). En un primer momento la franja azul fue de color negro. En el centro de la misma figura, dentro de un rectángulo de color blanco, el escudo nacional. La bandera de uso civil carece de escudo.
El escudo de armas de Haití consiste en una palmera coronada por el gorro frigio con los colores de la bandera haitiana. Al pie de la palmera aparece representado un tambor y a cada lado de la misma, tres rifles con bayoneta calada, el mismo número de banderas nacionales y diverso armamento, destacando dos cañones, uno a cada lado.
Haití está dividido en 10 departamentos (en francés, départements), 41 distritos (en francés arrondissements) y 133 comunas. Estos departamentos pertenecían a las tres provincias originales del Saint-Domingue colonial, que eran Norte, Sur y Oeste. Bajo el mandato de Toussaint L’Ouverture, las provincias se convirtieron en departamentos. El departamento Nippes fue creado en 2003 tras una división del departamento de Grand’Anse.
Haití tiene la renta per cápita más baja de todo el hemisferio occidental, y es el país más pobre de toda América. Los indicadores sociales y económicos colocan a Haití en puestos descendentes detrás de otros países en vías en desarrollo de bajos ingresos (particularmente en el hemisferio) desde los años 80. Haití está en la posición 145 de 177 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, siendo el único en todo el continente con un IDH bajo.
Aproximadamente un 80 % de la población vive en la pobreza.
Cerca del 70 % de los haitianos depende de la agricultura, que consiste principalmente de agricultura de subsistencia a pequeña escala y emplea cerca de las dos terceras partes de la población económicamente activa. El país ha tenido muy pocos puestos nuevos de trabajo, aunque la economía informal está en crecimiento. El fracaso en el intento de lograr acuerdos con patrocinadores internacionales ha impedido que Haití obtenga asistencia para un presupuesto y programas de desarrollo.
La pobreza resulta extrema en gran parte de la población, tanto que sus ingresos no les alcanza para adquirir un poco de arroz u otros alimentos básicos, debiendo alimentarse para subsistir con una especie de galletas hechas de lodo (barro), manteca vegetal y sal, que es vendida a bajo precio, lo que acarrea secuelas de desnutrición y otros males físicos. La FAO estima que la mitad de la población se encuentra en situación de extrema pobreza, con menos de un dólar al día.
Tres cuartas partes del territorio haitiano están constituidas por suelos montañosos, y las llanuras están formadas por tierras deforestadas y actualmente estériles. La causa principal del empobrecimiento del territorio es la explotación forestal excesiva por una población que cada vez aumenta su demanda de leña y madera, lo que ha provocado la erosión del suelo y una tremenda escasez de agua potable. Esta situación contrasta con la de la vecina República Dominicana, que con un clima similar y unas condiciones de partida similares practicó una política forestal adecuada y actualmente tiene una cubierta vegetal sostenible.
Un factor extra que podría hacer que la economía no mejore es la falta de empuje por parte de los profesionales, pues se cree que un 80 % de los haitianos con niveles educativos elevados han emigrado en busca de otras alternativas promoviendo la fuga de cerebros. También es importante señalar la fuerte emigración ilegal hacia la República Dominicana a través de la frontera. Aunque su carácter informal no permite un cálculo preciso, la población inmigrante haitiana en la nación vecina se estima en más de un millón de personas.
Los puertos más importantes para el intercambio comercial son Port-au-Prince, Gonaïves y Cap Haitien. El puerto privado de Gonaïves es particularmente apto para buques de hasta 6 metros de calado.
Haití recibe anualmente cooperación y ayuda humanitaria de países desarrollados tanto de América como de otras partes del mundo, siendo de importancia mencionar a Estados Unidos (mediante el programa de la USAID), la Unión Europea (mediante el programa FED (Fond Européen de Développement) en el que Francia es el mayor donante con 19,55 % del total aportado), Canadá, Argentina, Brasil, Chile, México, Colombia, Venezuela, Cuba y del país limítrofe República Dominicana.
La ayuda extranjera compone aproximadamente el 30-40 % del presupuesto nacional del gobierno. El mayor donante son los Estados Unidos, seguidos de Canadá y de la Unión Europea. Desde 1990 a 2003, Haití recibió más de 4000 millones de dólares en ayudas. Los Estados Unidos han proporcionado 1500 millones de estas ayudas. Venezuela y Cuba también contribuyen con algunas ayudas a la economía de Haití, especialmente después de renovar sus alianzas en 2006 y 2007. En enero de 2010, China prometió aportar 4.2 millones para ayudar en la reconstrucción de la isla tras el terremoto sufrido, y el presidente estadounidense Barack Obama prometió cien millones de dólares en ayuda. Las naciones de la Unión Europea prometieron más de 400 millones de euros (616 millones de dólares) en ayuda de emergencia y fondos para la reconstrucción de Haití. Del mismo modo el Estado Venezolano destinó 100 millones de dólares luego del terremoto en el año 2010, como donativo de ayuda a Haití, a lo que el primer mandatario de dicho Estado dijo: «En algo eso va a aliviar la tragedia del pueblo haitiano...».
La ayuda de los Estados Unidos al gobierno haitiano fueron totalmente cortadas entre 2001 y 2004 tras las elecciones celebradas en 2000 y que el presidente Aristide fuera acusado de varios asesinatos. Tras la marcha de Aristide en 2004, se volvieron a enviar las ayudas, y el ejército brasileño lideró la Misión de paz de las Naciones Unidas en Haití. Tras al menos cuatro años de recesión que concluyeron en 2004, la economía creció en un 1,5 % en 2005.
En 2005 la deuda externa total de Haití estaba cifrada en 1300 millones de dólares,[cita requerida] que significa una deuda per cápita de 169 dólares. En septiembre de 2009, Haití alcanzó las condiciones marcadas por el FMI y el Programa de Países Pobres con una Elevada Deuda del Banco Mundial para poder cancelar su deuda externa.
Desde 2018 la situación económica de Haití ha empeorado tras la salida de Petrocaribe, el programa de subsidios petroleros que desde 2005 implementó el gobierno de Hugo Chávez y que durante años permitió al gobierno importar y mantener los costos de los combustibles sin alterar. Tras el fin de este programa, el gobierno ha tenido que mantener el subsidio con recursos de las arcas públicas, a un costo aproximado 80 centavos de dólar por galón. Como consecuencia de esta medida, el aumento de los precios internacionales del petróleo ha impactado negativamente la balanza de pago y ha aumentado el déficit fiscal de Haití, creando una continua depreciación del gourde. Desde hace meses el gobierno de Haití se muestra en dificultades para asumir estos subsidios, por lo que han sido los importadores quienes lo han tenido que hacer, provocando que la industria de combustibles se encuentre en una situación en la cual no le es posible continuar asumiendo este subsidio en la importación de gasolina y diésel.
Esta situación ha generado protestas en las calles y presión al presidente Jovenel Moïse.
Al año 2007 Haití tenía una población de 8 706 497 habitantes. Más del 90 % de los haitianos son de ascendencia africana y el restante está compuesto por descendientes de europeos. Otros grupos étnicos en el país incluyen los asiáticos, principalmente de Asia Occidental, en su mayoría libaneses, sirios y palestinos. La esperanza de vida es de 61 años. El promedio de hijos por mujer es de 2,69. La tasa de crecimiento de la población es del 1,7 % por año. Aunque Haití promedia cerca de 270 personas por kilómetro cuadrado, su población está concentrada más fuertemente en las zonas urbanas, planicies costeras y valles.
De los haitianos que viven en el exterior, la mayoría está en la República Dominicana, Estados Unidos, Canadá (principalmente en Quebec) y las Bahamas, a partir de 2013 ha crecido mucho la migración hacia Chile. También pero en menor cantidad, viven en Francia, Antillas francesas, Venezuela, Islas Turcas y Caicos, Jamaica, la Guayana Francesa, Cuba, Puerto Rico, México, Costa Rica y Panamá.
En la República Dominicana viven 11 000 haitianos de forma legalfuerza laboral total, destacándose en los sectores de la agricultura y la construcción, donde representan el 60 % y el 80 % de la fuerza laboral respectivamente. Se estima que unos 200 000 haitianos emigraron hacia la República Dominicana durante los 10 meses posteriores al terremoto de enero de 2010. En 2012, el Instituto Nacional de Estadísticas de la República Dominicana realizó la primera encuesta de inmigrantes y encontró que en dicho país hay al menos 668 145 inmigrantes haitianos de primera o de segunda generación (aproximadamente el 7 % de la población del país), es decir, que trata de solo inmigrantes e hijos, no incluye nietos ni bisnietos que no tienen un estatus legal en el país, ya que los gobernantes de Haití no documentan a sus habitantes, ni llevan un registro de los que nacen en otra nación, pero siguen siendo haitianos, según el art. 11 de la constitución haitiana.
y se estima que dos millones residen de forma ilegal, esto hace que la diáspora haitiana represente el 12 % de la población de la República Dominicana, y el 25 % de laEn los Estados Unidos hay aproximadamente 600 000 haitianos; la mayoría de ellos habitan en el sur de la Florida, principalmente en Miami. Nueva Orleans y Luisiana tienen muchos lazos históricos con Haití, que remontan a la Revolución Haitiana y a que ambos territorios fueron al mismo tiempo colonias francesas. La ciudad de Nueva York tiene la segunda mayor población haitiana de los Estados Unidos. Otras ciudades estadounidenses que cuentan con poblaciones significativas haitianas son Boston, Washington D. C. entre otras; asimismo en el estado de Nueva Jersey hay fuerte presencia de la comunidad haitiana.
Se estima que hay más de 100 000[cita requerida] en Canadá, principalmente en Montreal y Quebec, las principales ciudades francófonas del país, y cerca de 80 000[cita requerida] haitianos viven en las Islas Bahamas.
Se estima que a Chile han llegado entre los años 2013 y 2017, unos 112 000 haitianos,Santiago de Chile, en comunas como Quilicura, Independencia, Recoleta y Estación Central. Antes de 2013, se estimaban unos 1700 inmigrantes haitianos en Chile.
que se ubican principalmente enHay también grandes comunidades haitianas en París, Caracas, La Habana, Kingston y Marsella.
Los dos idiomas oficiales de Haití son el criollo haitiano y el francés. El criollo haitiano es lengua cooficial desde 1961 y es hablado prácticamente por la población entera del país (el 99,9 %). El criollo haitiano es una de las lenguas criollas basadas en el francés, que contiene influencias tainas, africanas, vocabulario del español y del inglés. Su uso en la literatura es pequeño pero creciente. Existen periódicos y programas de radio y televisión en criollo. El sistema educativo en Haití se imparte principalmente en criollo haitiano.
El francés es la lengua administrativamente autorizada; es hablado por los haitianos cultos y el más usado en el sector de negocios, pero el inglés está también presente en este sector. Entre la población general se estima que solo el 40 % sabe hablar francés, pero unos 35 % hablan un francés bien estructurado, por lo que es una lengua minoritaria en el país. Haití pertenece a la Organización Internacional de la Francofonía. Debido a su entorno de países hispano parlantes, un porcentaje significativo de la población tiene un nivel intermedio o superior de español.[cita requerida]
Con base en estadísticas del 2012, la cobertura de las vacunas BCG, DPT1, DPT3, Polio3 y MCV es del 75 %, 81 %, 60 %, 60 %, y 58 % de la población respectivamente.
Aproximadamente un 1,4 % de la población de Haití es portadora del VIH, de la cual el 55 % tiene acceso a terapia antirretroviral. De acuerdo al artículo 30 de la constitución política del país, «Toutes les religions et tous les cultes sont libres. Toute personne a le droit de professer sa religion et son culte, pourvu que l'exercice de ce droit ne trouble pas l'ordre et la paix publics».
(«Todas las religiones y [cultos] se ejercerán libremente. Toda persona tiene derecho a profesar su religión y practicar su fe, siempre que el ejercicio de ese derecho no perturbe la ley y el orden»). En Haití, 45 % de los habitantes son católicos y algo más de un 20 % son protestantes. Sin embargo, el vudú haitiano, es la religión más practicada. Se trata de una tradición asociada a la llegada de esclavos desde África a América, hace único al país, puesto que es practicado por un 40 % de la población. La práctica religiosa a menudo confronta las tradiciones de Haití y su diáspora con las de aquellas personas que han emigrado y traen otras tradiciones religiosas a Haití. También existen iglesias baptistas en la ciudad de Gonaïves.
De los 8 700 000 habitantes de Haití, el 47 % está alfabetizado,escuelas primarias, de las cuales el 90 % son privadas, manejadas por comunidades, organizaciones religiosas u organizaciones no gubernamentales. La cifra de inscritos en las escuelas primarias es del 67 %, mientras que las escuelas secundarias matriculan solamente al 20 % de la población elegible. Los idiomas de estudio son oficialmente el francés y el criollo, desde la implantación de la reforma Bernard en 1982.
el porcentaje más bajo de la región. Haití cuenta con 15 200El sistema educativo de Haití se basa en el sistema francés. La educación superior –bajo la responsabilidad del Ministerio de Educación– está proporcionada por universidades y otras instituciones públicas y privadas.
El 12 de enero de 2012 se inauguró la Universidad Henri Christophe, construida por el gobierno de la República Dominicana, en conmemoración de la tragedia del Terremoto de Haití de 2010. Esta universidad cuenta con una capacidad para unos 12 000 estudiantes aproximadamente, y fue construida en la comunidad Limonade, Cabo Haitiano, con una extensión de 144 mil metros cuadrados. Fue erigido con una inversión conjunta entre las autoridades nacionales de la República Dominicana y el sector privado de un monto de 50 millones de dólares estadounidenses.
Haití tiene una historia larga y legendaria, por lo tanto conserva una cultura muy rica. La cultura haitiana es una mezcla de franceses, africanos y españoles.
La música de Haití es influida sobre todo por los lazos europeos coloniales y la migración africana (por la esclavitud). En el caso de la colonización europea, la influencia musical ha venido principalmente de Francia, sin embargo la música haitiana tiene una significativa influencia española, por sus vecinos República Dominicana y Cuba, cuya música en español ha contribuido a crear otros géneros musicales en Haití.
El compás (en francés) o kompa (en el criollo haitiano) es una música compleja, proveniente de ritmos africanos y el baile de salón europeo, surtida con la cultura de la burguesía haitiana; entre los máximos exponentes de este ritmo está Tabou Combo. Haití no tenía ninguna música registrada hasta 1937, cuando el Jazz Guignard fue registrado sin ánimo de lucro. Uno de los artistas haitianos más populares es Wyclef Jean, de estilo [hip hop].
Los monumentos más famosos de Haití son el Palacio de Sans Souci y la Ciudadela Laferrière, inscritos como lugares de Patrimonio de la Humanidad en 1982. Situado al norte del Macizo de la Hotte, en uno de los parques nacionales de Haití, la estructura data de comienzos del siglo XIX. La edificación fue una de las primeras en ser construidas tras la independencia haitiana de Francia.
Jacmel, la ciudad colonial que se encontraba en trámites para convertirse en otro lugar Patrimonio de la Humanidad, quedó seriamente dañada a consecuencia del Terremoto de Haití de 2010.
La gastronomía de Haití tiene su origen en los diversos estilos culinarios de los grupos étnicos que han pasado por la parte oeste de la isla de La Española desde su descubrimiento. Entre estos grupos étnicos destacan los franceses, los africanos, los amerindios taínos y los españoles.
La gastronomía haitiana es similar a la del resto de países latinos del Caribe (los países castellano-hablantes y francófonos de las Antillas) sin embargo difiere en diversos puntos en sus presentaciones regionales. Su influencia principal deriva de la gastronomía francesa, y la gastronomía africana. Al igual que otros estilos culinarios de la región, le da un gusto nativo por sí solo y que parece atraer a muchos visitantes a la isla. Los haitianos a menudo usan pimientos y otros sabores fuertes, su cocina es considerada como moderadamente picante. En el país, sin embargo, muchos ejecutivos foráneos han comenzado a introducir diversas cocinas extranjeras en la cultura haitiana. Muchos años de colonización han llevado a que estas gastronomías (por ejemplo: la levantina traída por los inmigrantes sefardíes llegados a Haití) se fusionen con la cocina haitiana.
El arroz y judías en sus diferentes presentaciones son consumidos en todo el país, y componen la base de la alimentación haitiana. Su dieta alimentaria básica consiste por lo tanto en alimentos con un alto contenido en almidón y en carbohidratos. En las zonas más rurales se comen otras comidas como el realmente apreciado maíz molido; un compuesto parecido a la harina de maíz que puede ser comido con salsa pois, una salsa de judías hechas con uno de los muchos tipos de judías como la riñón, la pinta, o con garbanzos, o con los frijoles de palo (conocidos en otros países como gandul).
El maíz molido puede ser comido con pescado (a menudo huachinango), o solo, dependiendo de las preferencias personales. El tomate, el orégano, el repollo, el aguacate o el pimiento morrón son algunos de los varios tipos de vegetales utilizados en los platos haitianos. El Banane Pésée, es un plato típico hecho con la carne del bananito frito en aceite de girasol (conocidos como tostones en la República Dominicana y en Puerto Rico), es comido frecuentemente en Haití tanto como comida-aperitivo o como acompañamiento de un plato. Se suele acompañar con cortezas o fritos, que son productos del cerdo o cabra fritos durante mucho tiempo. Una de las preparaciones más populares en la celebración del Día de la Independencia (1 de enero) es la sopa Joumou (sopa de calabaza) que se toma ese día como desayuno.
La Liga Haitiana es la Primera división de Haití dirigida por la Federación Haitiana de Fútbol, que fue creada en 1937.
La Selección de fútbol de Haití es el representante nacional de este país. Es controlada por el Federación Haitiana de Fútbol, perteneciente a la CONCACAF y FIFA.
Haití ha sido una de las pocas representantes de las islas del Caribe en la Copa Mundial de Fútbol, junto con Cuba, Jamaica y Trinidad y Tobago.
Haití es uno de los pocos países caribeños donde el deporte principal es el fútbol.[cita requerida]
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