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Vedra



Casa consistorial de Vedra.

Vedra es un municipio de España ubicado en el sur de la provincia de La Coruña, comunidad autónoma de Galicia. Limita con los ayuntamientos de Boqueijón, Santiago de Compostela, Teo y La Estrada. Al sur del municipio se encuentra el río Ulla, haciendo frontera natural con la provincia de Pontevedra. La capital se sitúa en la parroquia de Santa Eulalia de Vedra, en la Avenida del Maestro Manuel Gómez Lorenzo,[1]​ importante maestro emigrado de principios de siglo XX.[2]​ A fecha de 2018 la población asciende a 5046 habitantes, lo que supone una densidad poblacional de 95,7 hab./km2.

Existen pruebas de la presencia del hombre ya en la prehistoria en el municipio vedrés. Posteriormente los romanos, los pueblos suevos y visigodos e incluso los musulmanes pasaron por estas tierras. A partir del siglo XV Vedra empieza a ser considerada por la clases nobles, especialmente santiaguesas, para establecer sus residencias, generalmente casas nobles y pazos. Desde el siglo XVII ya se dividía en sus actuales doce parroquias y siempre muy ligado a la ciudad de Santiago. La guerra de independencia tuvo gran influencia en la historia de Vedra y posteriormente, las guerras carlistas, aunque en menor medida.

Históricamente el municipio está muy vinculado a Santiago de Compostela, por su proximidad, su relación con el Camino de Santiago y su influencia en la vida política, económica, social y cultural. Por esta razón tanto a Vedra como a la comarca del Ulla en general se la conoce como la «huerta y jardín de Compostela».[3]​ Sucede lo mismo, aunque en menor grado, con el municipio de La Estrada.[2]

Existen varias teorías sobre el origen del topónimo Vedra. Según algunos autores[4]​ significa «camino de tránsito» y proviene del antiguo camino de peregrinación conocida como Vía de la Plata, aunque la teoría más apoyada es la que apunta que procede del latín vetera, que significa antigua o vieja.[4]​ En 1775 Martín Sarmiento, señala este hecho en una de sus obras:

Más recientemente en la obra Toponimia de Galicia de Fernando Cabeza Quiles, en la página 329 escribió:

El escudo y la bandera de Vedra se oficializó el 23 de septiembre de 1996 con la publicación en el DOG. En el centro un palo heráldico que hace alusión a su topónimo (vía vétera o camino antiguo) y dentro doce vieiras en recuerdo a las doce parroquias y a su vinculación con la ruta jacobea. Complementan el escudo dos dragones enfrentados procedentes del escudo de armas de los Ibáñez de Mondragón. La bandera dividida en dos mitades, a la izquierda sobre fondo amarillo un dragón verde y a la derecha fondo verde.[7]

Los restos más antiguos que se conservan en el ayuntamiento dan a entender que la presencia del hombre en la zona se remonta a varios millones de años. Los más representativos son las mámoas de Cimadevila en San Miguel de Sarandón; la Quenlla das Medas en San Pedro de Vilanova y la de Paizás. También se han documentado cinco yacimientos al aire libre de la Edad de Bronce: dos en A Golda (San Pedro de Sarandón), dos en As Penizas (San Andrés de Trobe) y uno en Ximonde (San Miguel de Sarandón).[9]

La cultura castreña dejó patente su presencia con seis castros en el ayuntamiento, fechados a finales de la Edad de Bronce, alrededor del 800 A.C. Estos están situados en: Illobre; entre San Cristovo de Merín y San Miguel de Sarandón; en Ponte Ulla; en San Mamede de Ribadulla; en Santa Eulalia y en Santa Cruz de Ribadulla. Los primeros testimonios escritos datan de la época romana que hablan de rutas que cruzaban por Vedra, aunque sin asegurar que fuesen vías romanas. En 1867 se encontraría en el lugar de A Gándara un miliario de la época del emperador Calígula por el que pasaba la cuarta vía militar romana, de la que se dice que constituyó el antiguo camino de la peregrinación. Aunque esta vía se encuentra cortada por la carretera se conserva un puente de dos arcos de medio punto y un tercer rectangular, conocido como Ponte Busacos (San Fins de Sales). También se localizó un anillo romano en San Xián de Sales, con un grabado que lo sitúa entre el siglo II y III d. C.[10]

A Galicia llegaron posteriormente los Suevos y los Visigodos que dejaron su presencia en forma de topónimos que en el caso de Vedra se encuentran varios: Guimaráns, Gundián, Ramil, Trasariz o Ximonde. La invasión musulmana en la península alcanzó el municipio vedrés especialmente en la zona sur pegada al río Ulla. Entre 968 y 970 la llegada de pueblos vikingos causaron que el monasterio de San Xoán da Cova (Ponte Ulla) tuviese que ser restaurado. Los monjes de dicho monasterio construyeron en el año 990 una capilla en el lugar de Gundián tras la aparición de una santa.[11]

En 1467 los habitantes de las tierras de Vedra participaron en la Irmandade Xeral do Reino de Galicia contra las casa feudales provocando el derrumbe o dañando más de cien fortalezas.[11]

En la Edad Moderna la conocida como Tierra de Santiago se extiende dando lugar a una nueva nobleza que en el caso de Vedra surgen los marquesados de Santa Cruz de Ribadulla o el condado de Ximonde. Por entonces la Universidad y el Hospital Viejo de Santiago de Compostela tenían derechos sobre algunos bienes como el casal de Argunte (San Mamede de Ribadulla) por lo que debían rendir tributos. En 1542 Carlos V pidió un informe sobre el estado de las calles, fuentes, murallas del camino de Santiago, (en Vedra el puente de Busacos) Aunque no se sabe si finalmente se llegaron a reparar dichas construcciones. Años después en 1574 un temporal destruyó el monasterio de San Xoán de Cova y dejó muy dañado los puentes de A Ulla y Sarandón. El primero se reconstruyó en 1612 y el segundo se desconoce, ya que tuvo que repararse en 1708 por otra riada. Sin embargo en lugar de eso se sustituyeron por dos barcazas, también conocidas como «de Sarandón»,[12]​ que permitían cruzar el río a personas y mercancía. Eran arrendadas por períodos de cuatro a seis años. Este hecho dio lugar al nombre de «la barca de Sarandón» que se utilizó para referirse al lugar por donde de cruzaba el río.[13]​ Posteriormente en 1737 se concedió permiso para reparar ambos puentes, aunque existen datos que corroboran la existencia de dichas barcas hasta 1926. El puente de A Ulla se terminó en 1835 y el de Sarandón hacia 1930.[14][N 1]

A principios del siglo XVII Vedra ya se dividía en doce parroquias, las mismas que en la actualidad y pertenecían al Arzobispado de Santiago. La llegada del maíz a la comarca produce una revolución en la alimentación y la agricultura que afecta notablemente a la demografía. A su vez las familias nobles y burguesas de Santiago se van instalando en el Val del Ulla y adquiriendo propiedades y derechos sobre las tierras. El 99% de los vecinos pagaban tributos en especies al marqués de Santa Cruz y trabajaban sus propiedades ya que el régimen de propiedad era el foro. Gracias al buen clima y a su proximidad con Santiago, la comarca de Vedra fue el lugar donde más se edificaron pazos. Entre otros destacan: el Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, construido por los Abraldes emparentados con los Mondragrón. En 1683 Carlos II le otorgaría el título de Marquesado de Santa Cruz.

Por orden de Pedro de Valdés Feijoo y Noboa se construiría en 1670 la Fonte do Santiaguiño y una capilla seis años después, ambas muy cerca del Camino Real de Orense a Santiago y que utilizaban los peregrinos. Esta ruta conocida también como Vía de la Plata, cruza el municipio por Puente Ulla, San Pedro de Vilanova, luego bordea el Pico Sacro y se adentra en el municipio de Boqueixón para volver de nuevo a Vedra por San Fins de Sales hasta la Gándara y finalmente llegar a Santiago.[N 2][14]

La guerra de independencia tuvo un gran influencia en la historia de Vedra. Se desconoce cuando llegaron las tropas francesas al municipio pero se calcula que en torno a 1809 y tampoco se sabe cuando fueron combatidas. En junio de 1808 se creó el Batallón Literario liderado por el marqués de Santa Cruz, Juan Ignacio Armada con el fin de combatir al invasor y defender la religión, la patria y el rey bajo las órdenes del general Blake. Se sabe que dos franceses, posiblemente militares de las tropas napoleónicas, se asentaron en Vedra y formaron familia.

El Pazo de Ximonde tuvo un papel importante en las guerras carlistas. Su propietaria Jacoba Cisneros de Puga, Condesa de Gimonde, lo utilizó para apoyar la causa carlista, donde guardaba armas y elaboraba pólvora. Además en el mismo pazo el pintor Cayetano Jordán pintó el escudo carlista, banderas y otros objetos.[16]

La emigración que sufrió la comunidad gallega en la segunda mitad del siglo XIX también afectó notablemente a Vedra. Sudamérica, y Argentina en especial, fue el principal destino de los que salieron en búsqueda de un trabajo para aliviar la pobre economía familiar. Un siglo antes, en el XVIII, la emigración hacia colonias españolas en las Indias fue significativa y incluso se llegó a producir un pequeño éxodo de Vedra a Cádiz. El principal motivo era que la ciudad andaluza, pudo servir de punto de partida hacía dichas colonias en el extranjero ya que por entonces era el único puerto autorizado para tal. A principios de XIX la descolonización de los territorios de ultramar interrumpió el flujo migratorio e incluso produjo el retorno para muchos. Aun así la emigración hasta los años 50 y 60 del siglo XX no cesaría, siempre como destino preferente Argentina, y en menor grado Uruguay, Cuba y Brasil. En 1898 se produjo el primer censo municipal del que se extraen algunos datos referidos a la emigración. En 1925 un nuevo padrón revela casos de familias enteras que abandonan su tierra. La emigración produjo en América la creación de las primeras sociedades gallegas durante los años 1870 y 1880. En el caso de Vedra solo se conocen casos de asociacionismo en Argentina, mientras que en Cuba y Uruguay la distancia entre los emigrados dificultaba dicha actividad. Se conocen también casos de mecenazgo de algunas personas que debido a su éxito económico llegaron a enviar dinero a Vedra con fines sociales y culturales. En 1910 se crearon dos importantes sociedades en Buenos Aires, y fuera del territorio argentino se produjeron otros casos pero de una duración menor. La mayoría enviaron dinero a Vedra con la que se construyeron o repararon entre otros, una casa-escuela, un cementerio o un puente. La mayoría de las asociaciones desparecieron una vez el flujo migratorio de los vecinos de Vedra se detuvo.[2]

Tras el golpe estado de 1936 se sucedió la guerra civil española, hechos que no transcendieron en demasía en la vida de Vedra. Galicia había sido una de las comunidades que apoyaron el golpe desde un primer momento y la oposición al frente franquista fue mínima[17]​ si bien se han documentado algunos casos de vecinos de Vedra y municipios aledaños (Padrón, Teo o Santiago) que se levantaron en defensa de la república.[18]​ El hecho más destacable fue la destitución del gobierno municipal por otro impuesto por las fuerzas golpistas.[19]

En 1945 se iniciaron las obras del Puente de Gundián que terminaron en 1956, aunque no se inauguró hasta 1958. Este puente une el municipio de Vedra y La Estrada y sirvió como línea de ferrocarril entre Orense y Santiago. Se trabajó a destajo, sin festivos ni paros, en dos turnos, de 4 a 14 horas y de 14 a 22 horas y, en ocasiones, con la ayuda de farolas; en algunos momentos llegó a intervenir un tercer turno.[20]​ El mismo año de inauguración, coincidiendo con la apertura de la línea Zamora-La Coruña, también se abrió la estación de Vedra-Ribadulla. Cincuenta años después se proyectaría una nueva línea de ferrocarril paralela a la antigua por lo que se construyó un nuevo puente muy próximo al de Gundián, más elevado y con 1 km de longitud. Debido a su gran complejidad y originalidad fue considerado de interés arquitectónico en España.

Tras cuarenta años de la dictadura de Francisco Franco se realizaron las primeras elecciones de la democracia en 1979 saliendo vencedor y de esta manera el primer alcalde de Vedra de la democracia Francisco Carrillo Barros que se presentó con Coalición Democrática (CD). Revalidaría cargo en 1983 con Coalición Popular (CP) aunque sería sustituido por Argimiro González (PSOE) en febrero de 1987, año de elecciones donde resultaría vencedor el candidato independiente (CICV) José Mogo Castelao. Continuaría en la alcaldía otro mandato con el Partido Popular hasta 1995.

A principios de siglo XXI se iniciaron las obras de la Autopista Central de Galicia (AP-53) dividida en tres fases. La primera se inauguró en diciembre del año 2002 cuyo trazado transcurre por el término municipal de Vedra. Durante su ejecución se llevaron a cabo dos investigaciones arqueológicas en el lugar de O Peto (San Cristovo de Merín), en agosto y septiembre de 2001 y en julio de 2002 y se incluyeron dentro del estudio Evaluación y Corrección del Impacto Arqueológico llevado a cabo por la Universidad de Santiago de Compostela.[21]

En los años 90 se inició el proceso de concentración parcelaria, que duró hasta bien entrado el siglo XXI. Los vecinos, por ejemplo, de las parroquias de San Cristovo de Merín, San Pedro de Vilanova y los de Puente Ulla, recibieron sus títulos de propiedad en 2006 y 2008 respectivamente.[22][23]​ En 2007 el ayuntamiento también aprobó el PGOM (Plan General de Ordenación Municipal)[24][25]​ y más adelante también se inició el proyecto de creación de un parque empresarial.[26]

La población en Vedra ha sido bastante estable desde el siglo XVIII, rondando siempre la cifra de los 5000 habitantes. Solo en los casos de mayor prosperidad económica el municipio alcanzó la cifra de siete mil habitantes. En 1887 se produjo el primer censo de manera oficial y hasta 1920 se pudo contabilizar una reducción en gran medida debido a la emigración. A partir de esa fecha la tendencia se invirtió y aumentó hasta 1940. En este hecho influyeron notablemente el crack del 29 y la Guerra Civil que frenaron la emigración.[2]

A 1 de enero de 2019 la población del municipio ascendía a 5036 habitantes, 2475 hombres y 2561 mujeres.[27]

     Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE.      Población según el padrón municipal de 2019 del INE.

Vedra pertenece a la comarca de santiago y se encuentra entablada en la comarca natural del valle del Ulla (en gallego Val do Ulla) o simplemente comarca del Ulla.[28]​ Tiene una extensión de 52 km2, de relieve suave cuyo punto más elevado es el de Penas Pardas con una altura de 449 m, muy cerca del Pico Sacro, monte que aun hallándose en el municipio vecino de Boqueixón está muy ligado a la vida social de Vedra.[1][29]​ Con una altura de 490 m es el punto más elevado de la comarca.

El clima es en general, suave, con influencias oceánicas.[1]

El ayuntamiento está enmarcado dentro del Sistema Fluvial Ulla-Deza, considerada de interés comunitario y declarada como zona de especial protección de los valores naturales por el Decreto 72/2004, de 2 de abril (propuesta para la Rede Natura 2000).[30]

Los ríos que transcurren por Vedra son: el río Ulla y, de menor caudal y afluentes todos de este, el río Pereiro, el río Tomonde, el río Buxeiros y el río San Cristovo. Aunque nace en Santiago de Compostela, el río Santa Lucía atraviesa el ayuntamiento por el norte y desemboca en el río Ulla en el ayuntamiento de Teo.[31][32]

El Ulla es sin duda, el más relevante en Vedra, por su importancia histórica y su influencia en la vida social y económica del ayuntamiento. Hace a su vez de frontera natural con el ayuntamiento de A Estrada, ya en la provincia de Pontevedra. Nace en los montes de Olveda en el ayuntamiento de Antas de Ulla, provincia de Lugo y desemboca en la ría de Arousa a la altura de Catoira tras recorrer 132 km. Su cuenca es de 2764 km², la segunda más importante de Galicia después de la del Miño y una de las más salmoneras. Entre sus recursos piscícolas se encuentra también la trucha, la anguila y la lamprea.[1]

Históricamente el Ulla ha sido uno de los destinos preferidos por pescadores para la captura del salmón. Ya en el siglo XIX los turistas ingleses viajaban a Galicia con este fin. La guerra civil marcó un parón en esta costumbre pero se reactivó en los años 60. Durante las épocas de mayor presencia de peces en el río, se vivían escenas sociales de gran relevancia social. Un ejemplo de ello fue las conocidas «redadas», que consistían en soltar una red a lo ancho el río y cercar la mayor cantidad de peces en una de las orillas, donde luego se sacaban con toda comodidad. Estos eventos se vivían como auténticos festejos y a menudo los medios locales de la época se hacían eco de ello.[33]​ Otro hecho importante y de gran trascendencia que demuestra la importancia y las posibilidades del río Ulla fue el traslado de madera cortada en San Miguel de Sarandón, más de 4.000 troncos, que el empresario José Pérez Dávila en 1883 decidió trasladar río abajo hasta Puentecesures. Esta práctica que ya se realizaba en algunos ríos de la España de entonces, era casi desconocida en Galicia, y posiblemente fuese la primera. Se tardaron dieciocho días y se necesitó de un número elevado de personas para llevar a cabo tal hazaña.[34]

La construcción del embalse de Portodemouros, la falta de inversión y la contaminación asociadas a la minería pusieron fin al turismo y a una significativa reducción de las especies en el río.[35]​ En el lugar de Ximonde, parroquia de San Miguel de Sarandón se encuentra uno de los cotos de pesca más importantes de Galicia, el coto de Ximonde. En el mismo lugar existe también un refugio de pescadores con un pequeño centro de interpretación del río, una estación ictiológica de cría y reproducción y un pequeño salto-cascada.[36][37]

Vedra cuenta en su flora como especies más destacadas: robles, betulas, alisos, alcornoques, madroños, sauces, tejos, acebos, abetos, fresnos, avellanos y laurel.[38][39]​ De manera puntual, algunos ejemplares subtropicales como palmeras u orquídeas; el castaño, traído por los romanos, hoy considerado casi autóctono y el pino que llegó a Galicia tras el descubrimiento de América. El Pazo de Ortigueira cuenta en su interior con una de las mayores colecciones de camelias de España, flor de origen asiática, y un paseo de olivos centenarios de gran interés.[40]

Los animales más presentes, al igual que en la mayoría del territorio gallego, son los domésticos y los que corresponden a las explotaciones ganaderas: vacas, caballos, cerdos, conejos, gallinas. En la fauna salvaje destacan la liebre, el jabalí, el corzo o el lobo. Las especies más presentes en los ríos son: trucha, salmón, anguila, lamprea, escalo y boga.

Judicialmente se encuentra dentro del partido judicial n.º 2 de La Coruña con capital en Santiago de Compostela.[41]​ Hasta 1833 cuando se produce un cambio en la división territorial en España, pasando en el caso de Galicia de siete a las cuatro provincias, Vedra pertenecía la Provincia de Santiago. Desde entonces forma parte de la Provincia de La Coruña.

El ayuntamiento se divide en doce parroquias:[42][43][44]

Vedra tiene un total de 140 entidades de población (o aldeas). La parroquia con mayor número es Santa Cruz de Ribadulla con veinte.

Las actuales carreteras están basadas en su mayoría en los antiguos caminos de carros, carreiros y caminos reales, que eran muy rústicos pero que permitían el transporte de mercancías y personas a caballo o con carros.[58]​ Hasta bien entrado el siglo XX, cuando llegaron a Vedra los primeros automóviles los principales medios de transporte eran el autobús y el ferrocarril.

Las principales vías de transporte son: la AP-53 autopista Santiago-Orense, que tiene su primer peaje en San Mamede de Ribadulla; la N-525 que también conecta Santiago con Orense atraviesa el municipio de Vedra; la AC-241, carretera comarcal que atraviesa por el sur de este a oeste y une las localidades de Arzúa y Padrón; la DP-1202 que conecta el centro del municipio con la N-525 y la DP-8203 que también desemboca en la N-525, ya en la entrada de Santiago de Compostela.[1]

Vedra cuenta con la estación de ferrocarril de Vedra-Ribadulla en la parroquia de Santa Cruz de Ribadulla. Se inauguró en 1958 y fue gestionada por RENFE hasta 2004 cuando Renfe Operadora se hizo cargo de la línea y ADIF de las instalaciones. Cuenta con un servicio de Media Distancia, tren regional que une las estaciones de Orense-San Francisco y Santiago de Compostela. Antes de la construcción de esta línea existieron varias alternativas de líneas secundarias, que atravesaban el ayuntamiento por distintos lugares. Al menos dos proyectos sugerían el paso del tren por el puente de Sarandón en 1890 y 1904 y en 1928 otra alternativa proponía una línea de ferrocarril que unirían Padrón y Puente Ulla bordeando el río Ulla.[59]

Por extensión, Vedra es el más pequeño de los ayuntamientos con los que limita, 52 km2 frente a los 73 km2 de Boqueixón, el segundo menor. Solo supera a Boqueixón por número de habitantes: 5.000 frente a 4.200, muy lejos de los 96.000 de Santiago o los 20.000 de A Estrada. Las distancias respecto a las principales ciudades gallegas son: 16 km de la capital gallega, 70 km de Pontevedra, 86 km de La Coruña, 92 km de Orense, 97 km de Vigo, 108 de Ferrol y a 115 km de Lugo.[60]

La administración política del municipio se realiza a través de un ayuntamiento de gestión democrática. Desde la llegada de la democracia, el gobierno local es elegido cada cuatro años por sufragio universal de todos los ciudadanos mayores de 18 años de edad.

En marzo de 1936 se formó un gobierno municipal liderado por Ángel Rei Caldelas. Cuatro meses después tras el golpe de estado, fueron destituidos por una nueva corporación a cargo de Jesús López Varela. En 2014 esta formación fue restituida en un acto simbólico llevada a cabo en el pleno del ayuntamiento.[19]

El entroido (carnaval) es una de las más importantes manifestaciones culturales en Vedra y dentro de ella, los generales del Ulla (en gallego Xenerais da Ulla) son su mayor exponente. Esta tradición que proviene del siglo XIX es exclusiva de la comarca del Ulla, en concreto los ayuntamientos de A Estrada, Santiago, Boqueixón, Teo, Silleda, Vila de Cruces, Touro y Vedra.[68]

Por las parroquias del municipio desfilan los Generales y Correos montados a caballo, los principales protagonistas, acompañados de abanderados, coro de mozos, coro de vellos y comparsas que se encuentran para entablar una guerra dialéctica escenificada de forma de sátira haciendo burla de los sucesos acaecidos durante el año para finalmente firmar la paz. Los generales visten un atuendo que evoca los uniformes militares decimonónicos, engalanados con llamativas plumas, frecuentemente de pavo real, sobre su sombrero. En los caballos destaca el espejo que llevan adornando la cabeza o la pechera.[68]

La documentación más antigua sobre esta tradición data de los años 70 del siglo XIX. Aunque no se conoce con certeza el origen se cree que proviene de los enfrentamientos bélicos que tuvieron lugar en Galicia en ese siglo como la guerra de independencia, la revolución de 1846 (que dio lugar a la batalla de Cacheiras, en Teo) y las guerras carlistas.[69]

La música forma parte de la cultura y la tradición de Vedra. El ayuntamiento cuenta con escuelas de música, asociaciones, y abundan los grupos que interpretan el folk gallego con los instrumentos tradicionales: la gaita, el tambor o la pandereta.[70]

Existe en la comarca un instrumento musical conocido como requinta da Ulla. Se trata de un tipo de flauta travesera que se utiliza como acompañamiento musical a la gaita. Este instrumento estuvo a punto de desaparecer en los años ochenta aunque a principios de siglo se dio un intento por recuperar su memoria a través de un libro-disco en el que se recopilaron más de ochenta partituras.[71]

Destaca la Banda de Música de Santa Cruz de Ribadulla, creada en 1927 por Juan López, músico militar nacido en Barcelona que llegó a Vedra investigando sus raíces donde se instaló. Formó parte también de la Banda de Melilla y de la Banda Municipal de Santiago y ofreció su primer concierto con la banda de Santa Cruz en 1929 en una visita oficial de un príncipe al Pazo de Ortigueira.[72]

En otros géneros destacó el festival Verea Rock, inicialmente llamado Vedra Rock, en el que se dieron citas grupos de rock alternativo: rock duro, heavy metal, etc.[73][74]

Entre las fiestas más destacadas del ayuntamiento se encuentran:

El escritor Marcial Valladares Núñez (1821-1903) recogió muchas coplas populares hacia mediados de siglo XIX que mencionan en varias ocasiones las tierras del Ulla. Todas ellas fueron publicadas por primera vez en 1970 en el: Cantigueiro Popular.[81]​ En su obra más importante Maxina ou a filla espúrea (1890), también menciona en varias ocasiones diferentes localidades de Vedra.[82]

En la obra El viagero en la ciudad de Santiago (1865) del escritor Félix Moreno Astray Vedra aparece mencionada de manera breve en la página 38.[83]

Benito Losada describió en su libro publicado en 1886 Soazes d´un vello paisajes y castillos del valle del Ulla.

El escritor Ramón Otero Pedrayo en su obra Guía de Galicia (1926) describió el valle del Ulla como: «El hermoso país ullán, [...] que por su relación con Santiago, debe ser considerada como el jardín de la ciudad apostólica.»[84]

La escritora y política gallega Victoria Armesto en su obra Galicia feudal (1969) narra la vida y muerte del escritor Antonio López Ferreiro, que fue párroco de Vedra lugar donde estableció su residencia al poco de morir, concretamente en la parroquia de San Pedro de Vilanova en 1910.[85]

En la novela Memorias dun neno labrego (1961) del escritor gallego Xosé Neira Vilas, se hace referencia a la parroquia de Sarandón de la siguiente manera: «Disque en Sarandón e máis na Ulla arman cada estangurriada que dá xenio», en alusión a las peleas que se producían en las verbenas populares.[86]

Vedra aparece mencionada y descrita varias veces en la novela Marbas y el libro de la luz (2006) del escritor andaluz Salvador Gómez Mena[87][88]​ y en Calles de ida: Descubriendo la pasión por el vino, de los escritores compostelanos Antonio Pardines y Manyo Moreira.[89][90]

Vedra cuenta con un variado patrimonio, destacando la arquitectura religiosa. Cada parroquia cuenta con su propia iglesia, y al igual que en el resto de la geografía gallega, son numerosos los cruceiros (cruceros), horreos, lavaderos, palcos, palomares, fuentes, molinos, lavaderos y otros elementos arquitectónicos propios, ligados la mayoría a la presencia de los pazos.[3]

Aparte de las iglesias también son habituales las capillas. En Vedra, cerca de la iglesia se encuentra la Casa Grande de Pousada con una capilla y un hórreo de finales de siglo XVIII y en San Mamed, en el del Pazo de Guimaráns, se encuentra otra con un sencillo campanario y un escudo en su fachada.

Vedra es uno de los municipios de la provincia con mayor número de pazos. Estos son:

Debido a la presencia del río Ulla Vedra cuenta con varios puentes que permiten salvar su paso. La zona con mayor número se encuentra en Puente Ulla con cuatro:[112][93]

Continuando río abajo encontramos en Santa Cruz de Ribadulla:

En la parroquia de San Miguel de Sarandón dos puentes:

En la parroquia de San Fins de Sales se encuentra:

Entre los deportes más practicados en el municipio destacan el fútbol, el fútbol sala, el baloncesto, el atletismo y el ciclismo.

En fútbol destacan dos clubs: el U.D. Val do Ulla, que juega en primera división regional (grupo 2) y el C.D. San Mamede, que juega en la segunda división regional (grupo 5).[118]​ En el pasado también existió un club en Vedra, el A.C. Vedra,[70]​ que en la actualidad solo cuenta con categorías inferiores (infantiles, juveniles, etc.) bajo el nombre de Club Escolas Deportivas Vedra y disputan sus partidos en el campo de O Coto (Vall do Ulla).[119]​ En fútbol sala el único club es el Vedra Fútbol Sala Feminino; en baloncesto se encuentra el Basket Ribadulla y en atletismo el Club Olímpico de Vedra. También existe la Escuela Deportiva Ribadulla y el club ciclista Tirolecos San Xián (BTT).[120]

Las carreteras de Vedra han sido utilizadas en muchas ediciones como tramos para celebrar el Rally Botafumeiro, prueba de rally puntuable para el Campeonato de Galicia de Rally.[121]

En Puente Ulla, concretamente en el lugar de Gundián se celebra desde 1992 la Carrera Popular de Gundián, prueba de atletismo de recorrido corto y exigente que transcurre por las orillas del río Ulla.[122][123]

Otras actividades deportivas que se han organizado son: carreras populares, torneos de fútbol sala, ruta BTT de la Camelia, ruta Trail de la Camelia o descenso del Ulla en piraguas, entre otros.[124][125]

Principales instalaciones deportivas de Vedra:[126]

El medio rural gallego ha sobrevivido históricamente a través de la economía de subsistencia. La agricultura y la ganadería eran el principal medio de vida, que también se complementaba con la caza, la pesca o la madera. No sería hasta mediados del siglo XX cuando empezaron a establecerse los primeros negocios y empresas locales en el municipio de Vedra, la mayoría ligados al sector primario. Aunque la industria es un sector minoritario existe un proyecto de construcción de un polígono industrial desde principios de siglo XXI.[26]

A mediados de la década de los años 30 se instaló posiblemente el primer surtidor de gasolina del municipio, ubicado este en Puente Ulla y reconvertido en 1965 en una estación de servicio.[127]

El buen clima y el entorno permite la producción de vino, principalmente del albariño, que tiene gran importancia social y económica en el val del Ulla y cuenta con la Subzona de Ribeira do Ulla, dentro de la Denominación de Origen Rías Bajas. Todo esto ha potenciado en gran medida la proliferación de bodegas y negocios relacionados como Adega Valdés, Bodega Barallobre,[128]​ Pazo de Galegos,[129]​ Aguardientes de Galicia o Mar de Frades.[130]​ En el año 2005 el val del Ulla contaba con 78 hectáreas dedicadas a la plantación de uva y en 2019 casi 185. El albariño es la variedad más plantada, cerca de un 98%, mientras que el resto se dedica al brancellao y a la treixadura.[131]

Entre las empresas más destacadas figuran: Grupo Ulla, RAMSA, Rivadulla, Bograo, Labralia, Muebles Ulla, Pirotecnia Penide, Manuel Bouzas Garrido, Vda. de Parada y José Alvela, Viajes Peillet, Pazo Vista Alegre[132][133]​ o Galician Original Drinks.[134]

La oferta turística de Vedra se fundamenta en torno al camino de Santiago, a la cultura y su patrimonio y a los recursos hidrográficos.

El camino de Santiago cuenta con varias rutas que atraviesan el ayuntamiento conocidas como la Vía de la Plata. Su origen se debe probablemente a las vías romanas y que tras su desaparición se aprovecharon como vías de peregrinación a Compostela. Esta vía hace su entrada en Vedra por la parroquia de Puente Ulla y continua hacia San Pedro de Vilanova por el lugar de Outeiro. Allí se encuentra la capilla del Santiaguiño, fechada en el siglo XVIII y una fuente de estilo barroco con una inscripción que relata el traslado del cuerpo del apóstol Santiago y un relieve que representa una leyenda. En el centro se observan las de figuras Santiago, Teodoro y Atanasio que según algunos autores provienen del antiguo coro románico de la Catedral de Santiago. Muy cerca de este lugar se encuentra el último albergue de peregrinos antes de llegar a Santiago y continuando el camino se adentra por Boqueixón y vuelve de nuevo a Vedra cruzando el río Pereiro por Ponte Busacos. A partir de ahí el camino abandona el ayuntamiento y se adentra ya en tierras compostelanas cuyo camino hace su entrada por la puerta de Mazarelos en la que hay una alusión a las tierras del Ulla.[135]

Además de su importancia por su riqueza natural y paisajista, los ríos constituyen un importante reclamo turístico para el ayuntamiento y en general para toda la comarca de Santiago. La oferta deportiva vinculada a los ríos es amplia, desde la pesca al rafting, kayak, piragüismo, senderismo o el ciclismo.[136]

El río Ulla cruza todo el sur del ayuntamiento y cuenta con varios puntos a destacar: el mirador de Gundián, área de interpretación de los molinos (Área de Interpretación dos Muíños) y el Coto de Ximonde.[137]​ El ayuntamiento cuenta con tres rutas de senderismo ligadas a los ríos: Ruta do Pereiro, Ruta dos Muíños y Ruta de San Xoán da Cova.[138]

Muy cerca del puente de Sarandón, se encuentra el Museo de la Pesca, donde se exponen instrumentos de pesca y fotografías.[139]

Dentro de la oferta hostelera destacan: los pazos (el de Santa Cruz cuenta con horarios de visita),[137]​ restaurantes, casas de turismo rural, pensiones y hoteles.[140]​ El Pazo de Ortigueira está incluido dentro de la Ruta da Camelia (Ruta de la Camelia) ofertada por la Agencia Gallega de Turismo de Galicia en la que ofrece visitas por la zonas donde esta flor de origen asiático ha sido cultivada y conservada.[141]​ La camelia también es protagonista en las Xornadas ao redor da camelia (Jornadas alrededor de la camelia) donde se exponen diversas variedades de esta flor así como arreglos florales con distintos motivos.[142]

El vino tiene gran importancia social y cultural en Vedra que ofrece diversas posibilidades turísticas relacionadas con este producto, como la Fiesta del Vino del Ulla o un itinerario por la Ruta do Viño Rías Baixas de la Subzona Ribeira do Ulla.[138][130]



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