Verónica (también llamada Serafiatradición cristiana, fue la mujer que, durante el Viacrucis, tendió a Cristo un velo, lienzo o paño: el paño de la Verónica (también llamado "Verónica" a secas) para que enjugara el sudor y la sangre. En la tela habría quedado milagrosamente impreso el Santo Rostro. La escena no se encuentra en los evangelios canónicos, sino en los apócrifos (Evangelio de Nicodemo).
), según laSe le rinde culto por su vinculación con la figura de Cristo, como a otras Santas Mujeres, y es muy común su representación pictórica o escultórica portando el paño. En ocasiones, el personaje de Verónica se identifica con el de la Hemorroísa.
El paño de la Verónica sería una de las reliquias que se consideran vera icon; o sea, verdaderas imágenes de Cristo, como el Mandylion de Edesa, la Sábana Santa de Turín o el Santo Sudario de Oviedo.
Según una tradición que ya existía en el siglo VIII (cuando el papa Juan VII habría consagrado en Roma una capilla denominada de sancta María in Verónica), el emperador Tiberio, contemporáneo de Cristo, fue curado milagrosamente de una terrible enfermedad por esta reliquia. No hay documentación hasta el siglo XI:
En el Jubileo del Año Santo de 1300, el paño de la Verónica se contaba entre las Miriabilia Urbis. Es también citado en obras literarias, como el Canto XXXI del Paraíso de la Divina Comedia de Dante. El establecimiento oficial de las estaciones del Viacrucis, en los siglos XIV y XV, reservó a la Verónica la Sexta Estación. A partir de entonces se convirtió en una devoción muy extendida y reflejada en el arte. El saco de Roma de 1527 parece que tuvo como consecuencia la venta de la reliquia por lansquenetes protestantes "en las tabernas de Roma"; aunque posteriormente se dijo que había sido recuperada. El Martirologio Romano (Pietro Galesini, Milán, 1578) establecía su festividad el 3 de febrero. Otra ocasión en la que pudo haber sido robada de nuevo fue la reforma de su capilla en San Pedro en 1608. Surgió también la crítica teológica e historiográfica que cuestionaba la existencia real de Verónica, siendo su mayor exponente San Carlos Borromeo, que suprimió el culto en su diócesis en 1620.
El hecho es que la ubicación actual de la reliquia no se puede determinar con claridad; se copió varias veces (alguna de las distribuidas por Europa serán probablemente las que se custodian en distintos lugares, pretendiendo ser alguna parte del velo original), se prohibió su copia[¿cuándo?][¿quién?], ordenando destruir las ya realizadas, y dejó de exhibirse públicamente desde el siglo XVII, conservándose teóricamente sobre una gran escultura de Verónica (de Francesco Mochi, 1632) en el pilar suroccidental de los que sostienen la cúpula de la basílica de San Pedro. Entre los lugares donde se pretende conservar la imagen están la basílica del Volto Santo de Manoppello (Santa Faz de Manoppello), la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Jaén (Rostro Santo de Jaén) y el Monasterio de la Santa Faz de Alicante (Santa Faz de Alicante).
La paradoja de la multiplicidad de paños se resolvía con el recurso a la posibilidad de que Verónica doblara el pañuelo dos veces antes de que la sangre de Jesús se secara, con lo que serían cuatro las imágenes obtenidas. La palabra griega tetradiplon ("doblado cuatro veces") se reserva no obstante para la denominación del Mandylion de Edesa. Se ha señalado la coincidencia de que en las leyendas más antiguas, Verónica aparezca citada como una princesa de Edesa.
Una interpretación paretimológica muy extendida relaciona el nombre de Verónica con la expresión latina vera icon, 'imagen verdadera', llegándose a afirmar que la leyenda del personaje arranca del nombre del mismo. Sin embargo, en realidad procede del griego Βερενίκη (Berenice), forma dialectal macedonia de Φερενίκη (Ferenice), "portadora de la victoria". La etimología se conoce desde al menos el siglo XVII ("juzga Tillemont que Verónica pudo ser el mismo nombre Berenice, común entonces entre los judíos"), aunque muchos autores han preferido la lectura paretimológica del nombre (Francisco Quaremio, Bzovius, Du Cange).
El tema fue muy desarrollado en el arte cristiano occidental desde finales de la Edad Media. Tiene notables ejemplos en los primitivos flamencos, el Renacimiento y el Barroco.
Santa Verónica, de Roberto Campin, ca. 1410.
Santa Verónica con el Sudario de Cristo, del Maestro de Santa Verónica (escuela de Colonia), 1420.
Tríptico de la Crucifixión de Roger van der Weyden, 1443-1445.
Retablo de la Crucifixión, de Derick Baegert, segunda mitad del siglo XV.
Cristo llevando la Cruz y Verónica con el Sudario, de Derick Baegert, ca. 1477-1478
Tabla derecha del Díptico de San Juan y la Verónica, de Hans Memling, ca. 1480.
Santa Verónica con el Sudario, de Maestro de la Leyenda de Santa Úrsula, ca. 1480-1500.
Ilustración de las Crónicas de Núremberg, 1493.
Cristo con la Cruz a cuestas, círculo de El Bosco, ca. 1510-1535.
Hans Leu el Joven, ca. 1515-1531.
Camino del Calvario, de Giovanni Cariani, ca. 1519.
Frescos de la Cappella dei Papi ("capilla de los papas") en Santa Maria Novella (Florencia), de Jacopo Pontormo, mediados del siglo XVI.
Hôtel Dieu de Cluny (Saona y Loira) hacia 1430.
La Verónica con la Santa Faz, de El Greco, ca. 1580. Tiene otras versiones.
Bernardo Strozzi, ca. 1625.
Cristo y la Verónica, de Francesco Boschi, ca. 1650.
Santa Verónica con el velo, de Mattia Preti, ca. 1655-1660
Jesucristo camino del Calvario y la Verónica, de Juan de Valdés Leal, ca. 1660.
La Santísima Trinidad, Santa Verónica y la iglesia de Ziertheim, de Thomas Schaidhof, ca. 1800.
La Verónica mostrando la Santa Faz a la Virgen y San Juan, de Juan Antonio Vera Calvo, 1864.
Detalle del vitral de la Pasión de la iglesia de San Pedro de Visseiche, atribuido a Michel Bayonne, ca. 1550.
Cofradía de Cristo Abrazado a la Cruz y de la Verónica (Zaragoza), Daniel Clavero, 1992.
Caltanissetta, Francesco Biangardi y Vincenzo Biangardi, 1883.
Hermandad de la Verónica (Ocaña). Representa la tradición que explica la multiplicidad de reliquias.
Astorga.
Imagen de la Verónica, parte del grupo procesional del Camino del Calvario del escultor Gregorio Fernández. El paño es obra del artista vallisoletano Miguel Galván en el año 2017 por encargo de la Real Cofradía del Santísimo Cristo Despojado de Valladolid.
Detalle de la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia de Barcelona.
Detalle del calvario de Tronoën.
Estación del Viacrucis de Bürgersaal (Munich), siglo XIX.
Ziertheim.
Birk.
Goldgeben.
Verónica (Buenos Aires).
Lucena (Filipinas).
A veces da la impresión como si la imagen de Abgar hubiese sido absorbida en toda regla por la Verónica. Así, en el año 1287, en Roma, la Verónica fue mostrada a un monje sirio como el lienzo con la impresión del rostro de Cristo que había poseído Abgar. Pero las cosas no son tan sencillas... En la reliquia de San Pedro... ya en el siglo XII quería verse el sudor ensangrentado que Cristo derramó en el Monte de los Olivos... A partir del papado de Celestino III (1191-1198), la Verónica se guardó en lo alto de un ciborio de seis columnas, que hacía las veces tanto de tesoro enrejado como de escenario. Pero hasta poco después de 1200 no se hablaría de una imagen en el paño. Como la nueva imagen-reliquia aún se encontraba a la sombra del icono del Sancta Sanctorum, fue necesario acudir a la propaganda para asentar su culto. Con este fin se introdujo un milagro adecuado. El segundo domingo después de la Epifanía, el papa Inocencio III (1198-1216) acudía en procesión al hospital del Espíritu Santo, fundado por él, para predicar las obras de amor al prójimo y mostrar a los enfermos el sudario (sudarium) de la Pasión de Cristo. En el año 1216, sin embargo, la "impresión del rostro" se dio ella sola la vuelta cuando, tras las celebraciones, se la quiso instalar de nuevo en su lugar habitual. Al interpretarse como un mal presagio, el papa incluyó una oración dedicada a la imagen y concedió diez días de indulgencia a todos los que orasen ante ella.
Así dice el relato de la Crónica universal de Matthew Paris, terminada después de 1245 en Saint Albans. El cronista añadió a su texto una imagen que correspondía a su idea del original romano y que sería empleada "de este modo" (in hoc modo), esto es, en lugar del original, por muchos que rezaban a la Verónica. Al mismo tiempo, este busto a modo de icono satisfacía el deseo de quienes rezaban de tener una imagen de devoción, algo muy actual en la época. Por eso se repite en el frontispicio de un salterio inglés, en el que se recomienda su uso de la siguiente manera: "Para ayudar al espíritu del orante a lograr una mejor devoción, se reverencia el rostro (facies) del Salvador a través del arte del pintor (industriam artificis)". ...
... En el papado de Honorio III (1216-1227) se llevó la imagen en un relicario muy valioso al hospital, donde se expuso para que fuera venerada por los fieles. ... El himno Ave facies praeclara... explica la carnación oscura, característica del original, de manera algo rebuscada aludiendo al miedo de Jesús en el Monte de los Olivos, con lo que encaja, no obstante, el sudor de sangre. El himno Salve sancta... subraya, por el contrario, el "resplandor divino" del santo retrato "sobre el lienzo blanco como la nieve".
El original de la Verónica fue ofrecido a la venta en las tabernas de Roma por los lansquenetes imperiales de confesión luterana en el Sacco de Roma del año 1527. Desde entonces no ha vuelta a aparecer, aunque, como siempre sucede en estos casos, "se volvió a encontrar" muy pronto. En el siglo XVII pasó a ocupar la cámara-relicario que Bernini dispuso en el pilar suroccidental del crucero de San Pedro. La estatua de la Verónica en el nicho situado debajo, obra de Francesco Mocchi, muestra al visitante el tesoro que allí se custodia. Josef Wilpert descirbe la reliquia actual como un lienzo con dos manchas de color óxido parduzco; Paul Krieg, como un lienzo doble en el que aparecen los contornos de una barba, sobre una placa de oro: el formato original (40x37 cm) lo conocemos gracias a un receptáculo de cristal de roca donado en 1350.
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