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Walter von Reichenau



Primera Guerra Mundial
Segunda Guerra Mundial:

Walter Karl Ernst August von Reichenau (Karlsruhe, 16 de agosto de 1884 - Poltava; 17 de enero de 1942) fue un mariscal de campo alemán.

Hijo de un general prusiano, se alistó en el ejército alemán en 1902. En 1904 era oficial del I Regimiento de Artillería de Campo. En mayo de 1914 ingresó en la Academia de Guerra, en Berlín.

Al inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue enviado al frente occidental. Fue condecorado con la Cruz de Hierro y ascendido a capitán en 1918. En 1920 fue nombrado comandante de la 8.ª Compañía de Ametralladoras. En 1923 obtuvo el grado de mayor, siendo asignado como comandante del 5.º Batallón de Transmisiones en Stuttgart entre 1927 y 1929 y jefe de sección del Inspectorado de Transmisiones en el Ministerio de la Reichswehr entre 1929 y 1931.

En febrero de 1931 fue nombrado jefe de sección en la Zona I, en la Prusia Oriental, sirviendo bajo el mando del general Werner von Blomberg. En 1932 fue presentado a Adolf Hitler por su tío Friedrich von Reichenau, gran admirador del führer. Cuando Hitler subió al poder en enero de 1933, Blomberg fue nombrado ministro de Guerra, y Reichenau fue puesto a la cabeza de la Oficina Ministerial de la Reichswehr, convirtiéndose en el enlace entre el partido nazi y el ejército alemán. Ese mismo año, von Blomberg y von Reichenau empezaron a preocuparse por el gran poder político que estaba adquiriendo el comandante de las SA, Ernst Röhm, iniciando una conspiración en su contra ―acompañados por Göring y Himmler―. Este último encargó a Reinhard Heydrich confeccionar un caso en contra de Röhm. Se hizo creer que Röhm había pagado 12 millones de marcos a los franceses con el fin de que dieran un golpe de Estado contra Hitler.

Aunque al principio Hitler no creyó las pruebas, el 29 de junio de 1934 llegó a Wiesse acompañado por las SS. Allí arrestó personalmente a Röhm, y con él cayeron otros 200 oficiales de las SA en un plazo de 24 horas. Ernst Röhm fue asesinado por dos oficiales de las SS, al negarse a suicidarse.

En agosto de 1935, Reichenau fue ascendido a teniente general y designado comandante de la Zona VII en Múnich. En febrero de 1938 reemplazó a Walther von Brauchitsch como comandante en jefe del IV Cuerpo de Ejército. En septiembre de 1939, se hallaba al mando del X Ejército al estallar la Invasión de Polonia.

Se le asignó el mando del VI Ejército durante la campaña de Francia, siendo ascendido a mariscal de campo el 19 de julio de 1940. Acompañado de su oficial adjunto, el general Friedrich Paulus, el general von Reichenau recibió la rendición de Bélgica de las manos de su rey, Leopoldo III.

Aunque se opuso a la Operación Barbarroja, tomó parte en ella al mando del VI Ejército e involucró a los soldados bajo su mando en la colaboración con las tropas de la SD y SS en la ejecución de judíos, especialmente cuando conquistó las ciudades de Kiev, Bélgorod, Járkov y Kursk. Promovió el asesinato de judíos por las tropas a su mando (como la Matanza del Barranco de Babi Yar, en Kiev), donde murieron 30 000 judíos ucranianos.

El 30 de noviembre de 1941, el mariscal de campo von Reichenau tomó el mando del Grupo de Ejércitos Sur, reemplazando al mariscal de campo Gerd von Rundstedt. Hitler lo confirmó en el cargo a finales de diciembre y el mando del VI Ejército fue asumido por su jefe de Estado Mayor, el trágicamente conocido Friedrich Paulus.

El 12 de enero de 1942 ―con 57 años―, después de salir a correr por el bosque nevado de Poltava (Ucrania), a –20 °C, sufrió una hemorragia cerebral que le produjo un coma. Dos días después, por insistencia de Hitler, fue puesto en un avión hacia Lviv (Ucrania). A menudo se dice que von Reichenau murió al caer su avión en la Unión Soviética. Sin embargo Walter Görlitz[1]​ escribió que el avión se limitó a hacer un aterrizaje de emergencia en un campo en la Unión Soviética, y que Reichenau en realidad murió de un paro cardíaco. Su muerte coincidió con una ofensiva de propaganda ―la operación Reichenau― llevada a cabo por la resistencia polaca, cuyo objetivo era desacreditar a Reichenau ante los ojos de los dirigentes alemanes, como un hombre que supuestamente había perpetrado un complot para derrocar al régimen nazi, sembrando así la desconfianza entre el liderazgo político nazi y su mando militar y para castigar a uno de los generales alemanes responsables de crímenes de guerra en Polonia. La coincidencia de este tipo de propaganda con la muerte de Reichenau se convirtió en un terreno fértil para las hipótesis de conspiración, que alegan que Reichenau en realidad podría haber sido asesinado por los servicios secretos nazis.

El 23 de enero de 1942 se realizaron sus funerales con la pompa habitual del Tercer Reich. Hitler no asistió a su funeral y envió a Gerd von Rundstedt como representante. Walter von Reichenau está enterrado en el cementerio histórico de los Inválidos, en Berlín.




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