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Economía de las organizaciones



La economía de la empresa es el sistema conceptual que explica científicamente la totalidad de los fenómenos económicos-empresariales, tanto en el plano de sus relaciones en la estructura interna de la empresa y de sus actividades, como en el de sus relaciones en la estructura externa, según un comportamiento definido que logre sus leyes de equilibrio.[1]​ Es una ciencia que tiene que dar respuesta de futuro a aquellas decisiones que se adoptan hoy; no es una ciencia que se ocupe de aclarar meramente el pasado, por cuanto que las decisiones que se adoptan generan sus consecuencias en futuro.[2]

La economía de la empresa tiene un carácter interdisciplinario, aunque, susceptible de una estructuración adecuada. Se relaciona con disciplinas como el derecho, psicología, sociología, ingeniería, ecología, ética, etc, condicionadas estas relaciones a lo económico.[3]

El contenido de esta rama de la economía puede entenderse desde un enfoque de carácter positivo que se dedique a la descripción de la realidad en que se mueve la empresa y a su forma de funcionamiento y desde un enfoque normativo en el que la economía de la empresa tenga como contenido las decisiones que se deben adoptar para alcanzar los objetivos de la empresa.[4]

No deben confundirse los planteamientos microeconómicos que se hacen de la empresa, con los planteamientos de la economía de la empresa. La microeconomía en su configuración científica no tiene que ver directamente con la construcción de la teoría económica de la empresa en el plano de la economía empresarial, cuyas misiones y cometidos van más orientados a la interpretación, aclaración, y toma de decisiones configuradas en la realidad empresarial. La microeconomía está al servicio de la macroeconomía para el uso de la economía política.[5]

Pero, también, hay que considerar que la teoría económica en su planteamiento microeconómico, analizada desde tres conceptos (teoría neoclásica de la empresa, teoría de los costes de transacción, y property rights) se ha desarrollado ampliamente hasta dar un paso, en los últimos veinte a treinta años, a una economía de las instituciones. Y es aquí donde se produce una cierta convergencia, aún no plenamente lograda, entre las orientaciones de la microeconomía y de la economía de la empresa. [6]

En esta misma línea de tratamiento como ciencia, Nicklisch justifica una separación de la teoría general fundando la razón de ser de la economía de la empresa en la oposición de un objeto empírico real y concreto, de existencia visible como lo es el de una razón social, frente al otro objeto supraindividual y abstracto del enfoque microeconómico de la conducta empresaria en la teoría económica.[7]

Este campo de estudio ha sido ecléctico configurándose en determinadas épocas y países o, zonas, de forma algo distinta.

La literatura anglosajona define a la economía de empresa o economía administrativa como el uso del análisis económico para tomar decisiones empresariales que impliquen el mejor uso de los recursos escasos de una organización.[10]

Keat y Young elaboran esta precisa y directa definición luego de definir economía y administración de la siguiente manera:

La economía es “el estudio del comportamiento de los seres humanos en cuanto a la producción, distribución y consumo de los bienes materiales y servicios en un mundo de recursos escasos”[11]​. Administración es "la disciplina de la organización y distribución de los recursos escasos de la empresa para alcanzar sus objetivos deseados"[12]​.

Baye la define como el estudio de cómo dirigir recursos escasos de tal manera que se logre de la forma más eficiente posible una meta directiva.[13]

Para los autores de la corriente anglosajona, la economía de la empresa es esencialmente un curso en microeconomía aplicada que incluye una selección de técnicas cuantitativas comunes a otras disciplinas tales como programación lineal (ciencia administrativa), análisis de regresión (estadística, econometría y ciencia administrativa), planeación del capital (finanzas) y análisis de costo (contabilidad de costos y administrativa). Es decir se establece una relación bidireccional entre la economía de empresa y las denominadas ciencias administrativas (marketing, finanzas corporativas, administración estratégica, investigación operativa, contabilidad administrativa)[14]​ 

También la macroeconomía aporta un marco global al análisis del funcionamiento de la empresa y en particular, de la apreciación de las consecuencias de las decisiones gubernamentales sobre la actividad de las empresas.[15]

En la literatura Centroeuropea se entiende por economía de la empresa a la ciencia que estudia la empresa, concebida como un sistema, tratando de establecer las leyes de equilibrio que, tanto a nivel interno corno en su relación con el medio en el que ,se desenvuelve, le conduzca a alcanzar la meta o fin perseguido.[16]

Se comprende a la empresa en su concepción más amplia, con carácter propio y orden de complejidad suficientemente importantes para que se le reconozca como una entidad en sí misma, y no solo formando parte de una entidad económica superior.

Llegamos así a una primera acotación del contenido de la economía de la empresa como ciencia:


El desarrollo que sigue corresponde al tratamiento como ciencia dado por la corriente europea continental.

En un sentido amplio el objeto de estudio es la empresa, más exactamente las relaciones de significado económico que se producen tanto en el interior de la misma como las que tienen lugar entre ésta y su entorno. Pretende entender y explicar las causas de las variaciones en las relaciones económicas procedentes de la gestión y administración de la empresa para mejorar la calidad de las decisiones empresariales en aspectos tales como la elección correcta de las fuentes de financiación, la decisión acerca de los bienes y/o servicios a producir, las relacionadas con las necesidades y deseos de los cliente, con la estrategia de dirección a seguir, etc.[18]

Comprende el objeto empresarial, sus relaciones económicas y sus leyes propias.

A diferencia de la teoría económica clásica, la economía de la empresa parte de la consideración de la empresa como un fenómeno real, una organización de funcionamiento.[19]​ Mientras que en la teoría económica general la empresa es una ficción, un tipo ideal que difícilmente se de en la realidad, la teoría económica de empresa (o teoría de la política económica de la empresa) la empresa es un concepto operacional, que existe realmente y es esta empresa de la realidad histórica la que constituye su objeto específico.[20]

Se entiende por empresa a un agente que organiza con eficiencia los factores económicos para producir bienes y servicios para el mercado con el ánimo de alcanzar ciertos objetivos, es decir, como un conjunto (sistema) de elementos humanos, técnicos y financieros, ordenados según determinada jerarquía o estructura organizativa y que dirige una función directiva o empresario.[21]

Desde un óptica algo más clásica, la empresa se ha de entender como un conjunto ordenado de factores productivos, que tienen como fin la producción de bienes y servicios, es el elemento básico de la producción en un sistema económico.

En general la tarea común para todas las empresas es la realización de una actividad productiva o transformadora: a partir de unos recursos o factores (inputs) obtienen unos productos (outputs, que pueden ser bienes. productos tangibles, o servicios. productos intangibles) de mayor valor o utilidad. Las empresas realizan actividades productivas que crean utilidad (riqueza). en el sentido de que la utilidad de los outputs es superior a la de los inputs.

Este incremento de la utilidad puede manifestarse de distintas maneras:

Es decir, la empresa es una "unidad de transformación" de inputs en outputs de forma que se incremente la utilidad[22]

Para Sánchez Gil, los caracteres definitorios de la empresa en el siste­ma económico capitalista son los siguientes:

Sin embargo, la concepción actual de la empresa en la disciplina asume un enfoque ecléctico entre la visión económica y la visión organizacional proveniente de la administración, es decir, se la considera como unidad económica pero también se pone énfasis en lo organizacional.[24]

— Elementos materiales: bienes duraderos, como edificios, terrenos o mobiliarios, y bienes no duraderos, como materias primas o productos acabados.

— Elementos financieros: fondos monetarios necesarios para la puesta en práctica de la actividad.

— Elementos humanos o personales: propietarios del capital, directivos y empleados.

— Relacionales: valor de las relaciones de la empresa con el exterior.

— Humanos: conjunto de conocimientos y habilidades que tienen las personas que trabajan en la empresa y que determinan sus posibilidades de trabajar en equipo, desarrollar nuevas ideas, etc.

— Estructurales: se refieren al sistema de organización, a los procedimientos, a las bases de datos y, en definitiva, a todo aquello que conforma la estructura organizativa. Los elementos organizativos hacen referencia a la estructura de la empresa en este sentido. Una adecuada organización de una empresa, es decir, el conjunto de normas que coordinan los medios destinados a obtener el resultado determinado, va a resultar fundamental para el buen funcionamiento y rendimiento de la misma. Tanto los elementos tangibles como los elementos intangibles deben estar organizados.[25]​ 

Micro empresa menos de 10 empleados; pequeña entre 10 y 49; mediana de 49 a 250 empleados; gran empresa más de 250 empleados. Estas clasificaciones son variables, según la clasificación de la OCDE son muy pequeñas hasta 19 empleados, pequeñas 20 a 99 empleados, medianas 100 a 499 empleado, grandes más de 500 empleados.[27]​ También se las puede categorizar por nivel de facturación, y por activos totales.

Aquí tenemos el sector primario compuesto de actividades agropecuarias y actividades extractivas; el sector secundario incluye empresas industriales y de servicios para la industria; el sector terciario actividades relacionadas con el comercio y otros servicios.

Empresas locales: desarrollan su actividad en una localidad concreta. Empresas regionales: desarrollan su actividad principal en varias localidades o provincias de una misma región. Empresas nacionales: desarrollan su actividad principalmente en un país. Empresas internacionales: operan en un país pero a su vez exportan a otros países. Empresas multinacionales: empresas que tienen filiales en otros países, ya sean de producción o venta. Empresas globales: empresas con presencia en prácticamente todo el mundo.

Dependerá de la legislación de cada país. Normalmente nos encontramos con las formas más sofisticadas como ser la sociedad anónima (S.A) y la sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L); luego habrá sociedades colectivas como ser cooperativas, mutuales, sociedad de garantía recíprocas, sociedades comanditarias; y empresas individuales, en algunos países existe la figura de sociedad anónima unipersonal (S.A.U).

Empresa privada es aquella cuyo capital pertenece a la iniciativa privada, ya sean personas físicas o jurídicas las que ostenten la titularidad del capital. Empresa pública es aquella cuyo capital pertenece a las administraciones públicas (AA.PP.), bien sea el Estado Nacional, provincial, municipal, etc. Empresa mixta, está constituida por capitales tanto privados como estatales.

Con ánimo de lucro: empresa creada para los estos beneficios obtenidos se distribuyan en parte o en su totalidad sobre sus accionistas o propietarios. Sin ánimo de lucro: la empresa recoge en sus estatutos que sus beneficios se destinarán en exclusiva a otros fines sociales o de crecimiento y no a remunerar a sus propietarios.[28]

La consideración de la empresa como sistema posibilita realizar un análisis y abstraer de su realidad un modelo general e interdisciplinario de su estructura, de sus componentes y de sus interrelaciones internas y externas.

La empresa es parte de un sistema mayor que constituye su entorno y las relaciones con este. Entonces habrá un entorno general o mediato compuesto de distintos elementos: cultura de la sociedad, tecnológico, político, legal, natural, demográfico, sociológico, económico, y un entorno específico o inmediato compuestos de otros elementos: clientes, proveedores, competidores actuales, competidores potenciales.[29]

Luego la empresa puede ser vista como una serie de subsistemas relacionados entre si:

Se encarga de la compra o aprovisionamiento de las materias primas necesarias para la producción , así como de gestionar la logística (transporte y almacenamiento) tanto de los factores como de los productos terminados. Realiza actividades tales como el almacenamiento de las materias primas, el control de las existencias, manejo de maquinaria, control de la calidad, etc. Es decir, se encargado de adquirir los insumos o factores necesarios para acometer las actividades de producción; es decir, debe ocuparse de las cuestiones relacionadas con la previsión, materialización y gestión de las inversiones de naturaleza física que se van a incorporar al proceso productivo.

Es el subsistema encargado de la transformación de los inputs en productos o servicios que satisfagan las necesidades del mercado. La producción consiste en el desarrollo de una actividad creadora de bienes y/o servicios encaminados a satisfacer necesidades humanas, de forma que la utilidad de los elementos obtenidos sea superior a la de los empleados para su ejecución.

Se encarga de la comercialización, distribución y venta de los productos y servicios de la empresa a los consumidores. Realiza actividades tales como estudios e investigación de mercados, diseño de campañas publicitarias, información y comunicación, promociones de productos, diseño de puntos de venta, fijación del precio, envío de información a clientes potenciales, servicio postventa, etc. Es el subsistema al que compete relacionar la organización con el mercado, desde su conocimiento hasta la distribución de los productos demandados. Actividades comerciales son tanto el aprovisionamiento de inputs como la colocación de outputs; sin embargo, a efectos de subdivisión de la empresa en subsistemas funcionales, se distingue entre el subsistema de aprovisionamiento (aprovisionamiento de inputs) y el subsistema comercial (el encargado de colocar los elementos previamente adquiridos o la producción en el mercado), también conocido como subsistema de distribución o marketing. Este subsistema se encarga de las decisiones sobre producto, precio, promoción y distribución (conocidas como las «4 P del marketing mix {Product, Price, Promotion y Place»), además de la investigación de mercados.

Se encarga de la obtención y gestión de los recursos financieros necesarios para el funcionamiento de la empresa conseguir financiación a bajo coste. Para iniciar un negocio se requiere disponer de recursos financieros. La misión del subsistema financiero consiste en buscar los fondos necesarios para financiar las actividades empresariales y distribuirlos entre las distintas áreas de la unidad económica o alternativas de inversión. El subsistema de financiación es el sustento del resto de áreas funcionales, puesto que sin los fondos obtenidos por el mismo sería imposible la realización de cualquier tarea productiva.

Analiza las decisiones de inversión de dichos recursos en las opciones más rentables, tratando de mantener un equilibrio financiero. Realiza actividades tales como elegir en qué activos invertir el dinero, analizar la rentabilidad de las inversiones, etc.

Este subsistema se encarga de la planificación, organización y control de los subsistemas funcionales, velando para que no funcionen de forma independiente persiguiendo sus propios objetivos, sino de forma coordinada persiguiendo los objetivos del sistema empresa. Además, el subsistema de dirección es el encargado de la relación entre la empresa y su entorno, desarrollando una adecuada planificación estratégica que logre proporcionar a la empresa una ventaja competitiva sostenible a largo plazo.

Organiza los factores de producción, fija los objetivos a alcanzar en tanto que sean compatibles con los recursos, y controla la ejecución. O sea, gestiona el aprovisionamiento, producción y comercialización. Y se encarga del reclutamiento, selección, formación y motivación de las personas en la empresa. Realiza actividades tales como entrevistas a candidatos, diseño de la remuneración, evaluación del rendimiento y promociones de los trabajadores, diseño y aplicación de programas de prevención de riesgos laborales, etc.[30][31]

La política empresarial debe buscar los planteamientos en torno a las situaciones de decisión. Debe orientar, en los más diversos niveles de abstracción, su actividad a describir y aclarar los procesos de decisión, sus componentes, sus interdependencias y su combinación óptima. Lo que es de esperarse es, pues, planteamientos teóricos que sirvan de base para configurar adecuadamente cada situación de decisión.[32]

El equilibrio económico de la empresa se sustenta en las condiciones de racionalidad que se establecen con un fin optimizador. No obstante, aunque solo sea por la complejidad de la organización empresarial y por la imposibilidad de cuantificar todos los aspectos de dicha realidad, suele resultar difícil alcanzar condiciones óptimas, lo que nos conduce a planteamientos de equilibrio del tipo de suboptimización o satisfacción.[33]

La determinación de las leyes de equilibrio económico-empresarial debe entenderse en sentido amplio, esto es, del equilibrio tanto interno como externo (adaptación al medio o entorno). Estas leyes de equilibrio deberán responder a unos principio generales de economía de la empresa que conduzcan al "óptimo" global del sistema.

Para analizar el diseño del cálculo económico se debe asumir aquella concepción de empresa que permita resaltar lo económico, como eje director, sobre el que puedan integrarse las demás dimensiones de la realidad empresarial. Todos los elementos, tanto los económicos como los metaeconómicos, son interdependientes entre sí y constitutivos de toda institución, y de toda acción humana.[34]

Estos principios son:

Como se mencionó, al inicio del artículo, se debe distinguir entre microeconomía y economía de la empresa, ya que, la economía de la empresa estudia a la empresa como ente real y complejo y, no como algo ideal y abstracto como en la teoría microeconómica.

Entonces, se entiende por teoría económica de la empresa a aquella teoría que permite la descripción, interpretación, aclaración y pronóstico de los elementos que definen la estructura económica de la institución empresarial, las relaciones entre ellos y sus comportamientos.

La T.E.E busca por lo tanto una respuesta a la eficiencia en la asignación de recursos, es decir, eficiencia económica, eficiencia técnica, eficiencia financiera, eficiencia organizativa, y eficiencia humana.

O sea, la T.E.E constituye el armazón del análisis económico en el que se integran:

Es decir, el contenido de la T.E.E implica la búsqueda de eficiencia y racionalidad técnica, económica y social en cinco dimensiones:

Corresponde al análisis de la propia institución empresarial teniendo como marco conceptual a los costos de coordinación y a los costos de transacción, tanto de:

Define la base de todo el cálculo económico. Busca mayormente:

Aquí podemos destacar la función de producción de tipo B de Gutenberg; sobre la que luego ha ido habiendo modificaciones.

Busca definir cuales son aquellos factores que influyen en los niveles de costes, cómo influyen y cómo se comportan dichos factores. Cómo de determinan los costes en la realidad empresarial y analizar alternativas y soluciones desde el punto de vista económico.

Ayuda a realizar el cálculo económico de una decisión empresarial.

Una de las primeras clasificaciones conocidas es la Bueno, Cruz, Durán:

Otra clasificación reconocida es la de García Echevarría:

Esquemática y sintéticamente la evolución histórica de la disciplina  en cinco fases:

Como antecedente previo a estas fases se puede destacar la aportación practicista de Luca Pacioli que publica la obra llamada umma de arithmetica, geometría, proportioni et proportionalita (Venecia, 1494), considerado el primer tratado de contabilidad impreso en el mundo.[39]

Pero prescindiendo de los escritos contables (que como técnica no pertenecen a la economía de la empresa) se pueden nombrar los escritos en la antigüedad de Hesiodo; Jenofonte; Catón; Varro; Columela, etc. Se debe reconocer que si es permitido hablar de una ciencia económica en la antigüedad y la edad media, esta estaba representada por la economía de la empresa y no por la economía política.[40]

Fase 1: que se sitúa en el siglo XVIII desarrollándose las Handlungswissenschaften, persiguiendo el objetivo del beneficio, alcanzando un extraordinario auge las técnicas comerciales.

En este periodo destaca el francés Jacques Savary (1622-1690), que en 1675 publicó el primer libro de texto estructurado sistemáticamente sobre administración de empresas: Le parfait Négociant, es considerado el fundador de la ciencia de la acción . En él, resumió todo el conocimiento comercial de su época, describió la actividad comercial y los riesgos asociados, entre otros temas.[41]

En Alemania a inicio del siglo XIX, desde el cameralísmo el nurembergués Johann Michael Leuchs (1763-1836) publica en el año 1804 su obra traducida como Ciencia comercial completa o Sistema del comercio (cuyos esbozos son de 1791 en "Exposición general de la ciencia de los negocios") que marca la transición de un enfoque descriptivo a uno inductivo generalizador, comenzando con el estudio científico de los temas de economía de la empresa.[42]

Sin embargo, otros creen que la fundación de la economía de la empresa como disciplina científica se realizó durante el cameralismo alemán de la mano del filósofo Karl Günther Ludovici (1707 - 1779) quién publica en 1756 su obra "la ciencia de los negocios" que se considera la primera exposición sistemática, con correctas definiciones, claras clasificaciones y exhaustivo tratamiento de la materia.[43]​ Cabe aclarar que Ludovici realizó una traducción al idioma alemán del francés Dictionaire de commerce de Jacques Savary des Burnons en 1741-1743 que con un hermano había continuado el trabajo de su padre Jaques Savary.

También hubo aportaciones de autores como, Marpeger, Hubner, desde una óptica mercantilista donde escriben sobre la empresa comercial, su organización interna, etc.

Fase 2: segundo tercio del siglo XIX en el que se produce un abandono de las técnicas comerciales y se centran las aportaciones en la problemática del  ámbito interno de la empresa.

Fase 3: de 1866 a 1944 en la que se desarrolla la “Privatwirtschaftslehre" en base del principio de beneficio intensificándose notablemente la disciplina de la empresa.

La característica formal de este periodo, también denominado dentro de la historia de la disciplina como "el periodo de desarrollo de la técnica comercial descriptiva" es la creación de las Escuelas Superiores de Comercio en Europa, América y Japón. Con la intervención de Ehrenberg en 1897 se inicia esta época precursora que se prolonga hasta la primera guerra mundial. Las obras de Gomberg, Schar, Weyeman y Schonitz constituyen las principales aportaciones a la "disciplina económica privada (Privatwirtschaftgehre). Gomberg es, sin duda, el principal promotor al defender la existencia de un enfoque especifico económico singular frente al enfoque especifico general de la Economía Política.

Con Schmalenbach surge la época de la moderna economía de la empresa. En esos comienzos se publican cuatro obras fundamentales: la de Hellauer, la de Schar, la de Weyerman y Schiinitz y, por ultimo, la de Nicklisch; todas ellas aparecen entre 1910 y 1912. Schar presenta una exposición completa de la disciplina, caracterizándose su aportación fundamentalmente por rechazar el principio de  beneficio como punto de partida de una exposición científica e introduciendo el principio de "economicidad". Es de interés notar que el leit rnotiv de la empresa comercial lo ve Schar en la "vinculación entre productores y consumidores con el fin de intercambiar sus productos con los mínimos costes y organizados de la forma mas rápida, barata y cómoda".

Durante el período de la Primera Guerra Mundial se produjo un cambio en el énfasis de la teoría económica. Se dejó de centrarse en el análisis a nivel de la empresa ya que cada vez era más claro que la competencia perfecta no era un modelo adecuado de cómo se comportaban las empresas. Hasta entonces, la teoría económica se había centrado en tratar de comprender los mercados por sí solos y se habían realizado pocos estudios para comprender por qué existían las empresas u organizaciones.

Fase 4: que situada en los años treinta  y cuarenta deja  a un lado las técnicas comerciales, se desarrollan los sectores parciales de la empresa y se concibe la investigación partiendo del principio de economicidad.

Con estas cuatro obras se sientan las bases del periodo de sistematización de los conocimientos y se produce el paso de la "técnica comercial" a la disciplina de la economía de la empresa.

Fase 5: después de 1950, acentúa menos los aspectos internos, adentrándose más en la investigación de la economía de la empresa general en base del principio de rentabilidad.

En este periodo destaca Erich Gutenberg, fue un influyente economista alemán. Es considerado el fundador de los estudios modernos de negocios alemanes después de la Segunda Guerra Mundial. Gutenberg utilizó la investigación operativa para explicar el funcionamiento de la empresa, que no está lejos de una microeconomía más aplicada.

Los años cincuenta significan para la disciplina una consolidación de sus conocimientos, y se trazan las siguientes direcciones: 1) una profundización teórica en campos parciales; 2) desarrollo y afianzamiento de la política económica de la empresa; 3) fuerte tendencia a la contemplación de los problemas empresariales dentro de concepciones integrales, por un lado, y profundización singular, por otro; 4) una tendencia cada vez mas fuerte a que se apliquen los conocimientos teóricos a la practica.[44]

A mediados de los 70 y principios de los 80 aparecen autores que concentran la atención en las fases de planificación, organización y control en que se divide el proceso directivo, es decir, se ocupan más de la gestión interna de la empresa que de explicar la naturaleza y razón de ser de la misma. Hasta entonces la teoría de la administración era una materia afín a la economía de la empresa, pero no se consideraba parte integrante de la misma. Es tal la integración que se dio, que para muchos la teoría administrativa reemplazaba de hecho a la economía de la empresa.[45]

La teoría administrativa abre una nueva dimensión en la economía de la empresa al tomar en cuenta los aspectos psicosociológicos de la misma. Dentro de la teorías administrativas se encuentra la teoría de sistemas que ha sido especialmente útil a la economía de la empresa.[46]

Desde fines del siglo XIX hasta pasada la mitad del siglo XX ha habido controversia de como considerar a al economía de la empresa y a la economía política. Por un lado los economistas políticos han tendido a llamar directamente economía a la economía política. Por otro lado, se ha propuesto que la economía de la empresa y la economía política eran dos disciplinas no relacionas la primera basada en las ciencias tecnológicas y la segunda en las ciencias filosóficas, o bien que la primera se basaba en ciencias económicas y la otra en ciencias sociales. Otra propuesta era que ambas disciplinas eran independientes y que juntas constituían las ciencias económicas. Luego, otras proposiciones sostenían que la economía política dependía de la economía de la empresa, y viceversa. Una última propuesta sostiene que hay una ciencia económica sobre los cuales se constituyen La economía de la empresa y la economía política que poseen una teoría económica general común (hoy algunos temas dentro de microeconomía mayormente) luego cada rama tendría sus elementos constitutivos. La economía de la empresa poseería una teoría de la política económica de la empresa y una política económica de la empresa, y la economía política tendría su teoría de la política económica de la polis y su política económica de la polis correspondiente.[47]

Las teorías microeconómicas de la empresa (también denominada economía política de la empresa[48]) consiste en una serie de teorías económicas que explican y predicen la naturaleza de una empresa, su existencia, su comportamiento, su estructura y su relación con el mercado.[49]

La teoría de la empresa pretende responder a las siguientes preguntas:

Las empresas existen como un sistema alternativo al mecanismo de precios de mercado cuando es más eficiente producir en un entorno no comercial. Por ejemplo, en un mercado laboral, puede ser muy difícil o costoso para las empresas u organizaciones dedicarse a la producción cuando tienen que contratar y despedir a sus trabajadores en función de las condiciones de la oferta y la demanda. También podría ser costoso para los empleados cambiar de empresa todos los días en busca de mejores alternativas. Del mismo modo, puede resultar costoso para las empresas encontrar nuevos proveedores a diario. Por lo tanto, las empresas establecen un contrato a largo plazo con sus empleados o un contrato a largo plazo con sus proveedores para minimizar el costo o maximizar el valor de los derechos de propiedad.[51][52][53]

Desde la antigüedad, la organización fue objeto de interés y de análisis. Por ejemplo Platón idealizaba las funciones de las personas en el seno de la sociedad, a través de la división del trabajo.[54]

En el siglo XVIII, Adam Smith[55]​ fue uno de los primeros autores en reflexionar sobre el funcionamiento de la empresa, afirmando que la división del trabajo sobre la base de la especialización y en función de habilidades y competencias, permite con toda certidumbre dinamizar el mercado. En esta óptica, la empresa es pues una organización que es tratada como «caja negra» en la medida que no se analizan los fenómenos que se producen en su seno, sino únicamente las motivaciones de los individuos y las consecuencias de sus acciones sobre el mercado. El individuo idealizado así para este enfoque, no buscaría nada más que la satisfacción de sus intereses personales que puede incluir el bienestar de otros individuos. ("homo oeconomicus").

Esta hipótesis de trabajo fue parcialmente retomada por la teoría neoclásica, la que simplifica la empresa asignándole una función de producción determinada por el comportamiento del empresario o emprendedor, al que se le atribuye racionalidad. El empresario es guiado por un objetivo único, maximizar su utilidad generalmente a partir del uso de dos factores de producción: el capital y el trabajo, en una economía donde reina una concurrencia simplificada (pura y perfecta).[56]​ Aunque también pueden haber otros tipos de mercados como los oligopolios o monopsonios.

La empresa es percibida como un elemento y como un autómata. La teoría económica explica entonces la existencia de la empresa por el factor tecnológico: la empresa sería el lugar que permitiría transformar ciertas entradas (trabajo, capital fijo, capital circulante, capital humano) en salidas (bienes y servicios comercializados sobre el mercado).

El artículo de Ronald Coase, «The Nature of the Firm», publicado en 1937, marca una ruptura con el enfoque neoclásico estándar de la organización. A partir de los años 1940, se desarrollan varios enfoques alternativos, que buscaban responder a diversas inquietudes:

La obra de Masahiko Aoki[57]​ conduce a repensar la articulación entre instituciones, organizaciones, y agentes individuales.

Las rupturas señaladas nos llevan a reagrupar las diferentes teorías económicas modernas de las organizaciones, en las siguientes tres categorías: los enfoques « contractualistas », los enfoques « cognitivistas », y los enfoques « políticos ».

Según Ronald Coase, las personas organizan su producción en empresas cuando el costo de transacción de coordinar la producción a través del mercado, dada información imperfecta, es mayor que dentro de la misma empresa.[58]

Ronald Coase expuso su teoría del costo de transacción de la empresa en 1937, lo que la convirtió en uno de los primeros intentos (neoclásicos) de definir teóricamente a la empresa en relación con el mercado.[58]​ Un aspecto de su neoclasicismo radica en que presentaba una explicación de la empresa que es consistente con los rendimientos constantes de escala en lugar de basarse en los rendimientos crecientes de escala.[59]​ Otro aspecto es el hecho de que la empresa se define de una forma que es realista y que además se ajusta perfectamente a la idea de la sustitución marginal, así que los  instrumentos convencionales de análisis económico son aplicables. Coase señala que las interacciones de una empresa con el mercado pueden no estar bajo su control (por ejemplo, debido a los impuestos sobre las ventas), pero su asignación interna de recursos sí lo está: "Dentro de una empresa se eliminan las transacciones de mercado y en lugar de la complicada estructura de mercado con transacciones de intercambio, se sustituye por el empresario.... quien dirige la producción". Se pregunta la razón por la que los métodos alternativos de producción no pueden conseguir toda la producción de modo que las empresas utilicen precios internos para toda su producción, o bien que una sola gran empresa dirija toda la economía.

Coase parte del punto de vista de que los mercados podrían, en teoría, llevar a cabo toda la producción, y que lo que debe explicarse es la existencia de la empresa, con su "marca distintiva... [de] la sustitución del mecanismo de precios". Coase identifica algunas razones por las que las empresas pueden surgir, y descarta cada una de ellas por no tener importancia:

Para Coase, la razón principal para crear una empresa es evitar algunos de los costos de transacción de la utilización del mecanismo de precios. Estos incluyen el descubrimiento de precios relevantes (que pueden ser reducidos pero no eliminados mediante la compra de esta información a través de especialistas), así como los costos de negociación y de redacción de contratos exigibles para cada transacción (los cuales pueden ser grandes si hay incertidumbre). Además, los contratos en un mundo incierto necesariamente son incompletos y tienen que ser renegociados con frecuencia. Los costos de regatear sobre la división del superávit, particularmente si hay información asimétrica y especificidad de los activos, pueden ser considerables.

Si una empresa operara internamente bajo el sistema de mercado, se necesitarían muchos contratos (por ejemplo, incluso para comprar un bolígrafo o hacer una presentación). En contraste, una empresa real tiene muy pocos contratos (aunque los que tiene son mucho más complejos), tales como los que definen el poder de dirección de un gerente sobre los empleados, a cambio de que el empleado reciba un pago. Este tipo de contratos se celebran en situaciones de incertidumbre, particularmente en el caso de las relaciones que son de larga duración. Esta situación va en contra de la teoría económica neoclásica. El mercado neoclásico es instantáneo, prohíbe el desarrollo de relaciones extendidas agente-principal (empleado-gerente), de planificación y de confianza. Coase concluye que "es probable que surja una empresa en aquellos casos en que un contrato a muy corto plazo sería insatisfactorio", y que "parece improbable que surja una empresa sin la existencia de incertidumbre".

Señala que las medidas gubernamentales relacionadas con el mercado (impuestos sobre las ventas, racionamiento, control de precios) tienden a aumentar el tamaño de las empresas, ya que éstas no estarían sujetas internamente a esos costos de transacción. De este modo, Coase define la empresa como "el sistema de relaciones que se establece cuando la dirección de los recursos depende del empresario". Por lo tanto, podemos pensar que una empresa se hace más grande o más pequeña en función de si el empresario organiza una cantidad mayor o menor de transacciones.

Se plantea entonces la cuestión de qué es lo que determina el tamaño de la empresa; ¿por qué el empresario organiza cierto número de transacciones? ¿por qué no más o menos? Dado que la razón de ser de la empresa es tener unos costos inferiores a los del mercado, el límite superior del tamaño de la empresa lo fijan los costos que aumentan hasta el punto de que internalizar una transacción adicional equivale al costo de realizar dicha transacción en el mercado. (En el límite inferior, los costos de la empresa superan a los del mercado y por tanto no se producen). En la práctica, los rendimientos decrecientes de la dirección contribuyen en mayor medida a aumentar los costos de organización de una gran empresa, especialmente en las empresas grandes con muchas plantas y transacciones internas diferentes (por ejemplo, un conglomerado), o si los precios relevantes cambian con frecuencia.

Coase concluye afirmando que el tamaño de la empresa depende de los costos de utilización del mecanismo de precios y de los costos de organización de otros empresarios. Estos dos factores determinan cuántos productos produce una empresa y qué cantidad de cada uno.[60]

Fue hasta los años sesenta que la teoría neoclásica de la empresa se vio seriamente cuestionada por alternativas como la teoría gerencial y la teoría conductual. Las teorías gerenciales de la empresa, desarrolladas por William Baumol (1959 y 1962), Robin Marris (1964) y Oliver E. Williamson (1966), sugieren que los gerentes buscarán maximizar su propia utilidad y considerarán las consecuencias de esto para explicar el comportamiento de la empresa en contraste con la maximización de las ganancias. Recientemente, esto se ha convertido en un análisis de "agente-principal" que modela un caso ampliamente aplicable en el que un principal (un accionista o una empresa, por ejemplo) no puede inferir sin costo cómo se comporta un agente (un gerente o un proveedor, por ejemplo). Esto puede deberse a que el agente tiene mayor experiencia o conocimiento que el principal, o a que el principal no puede observar directamente las acciones del agente; la información asimétrica es lo que conduce a un problema de riesgo moral. Esto significa que hasta cierto punto los directivos pueden perseguir sus propios intereses. Los modelos de gestión tradicionales suelen suponer que los directivos, en lugar de maximizar los beneficios, maximizan una función simple de utilidad objetiva (que puede incluir el salario, los beneficios, la seguridad, el poder, el prestigio) sujeta a una restricción arbitraria de la rentabilidad (la satisfacción de los rendimientos).

Los enfoques « contractualistas » de la organización se orientan a la rama neoclásica de la nueva economía (se habla de «teoría estándar extendida») : Según esta concepción, la empresa es concebida como un « nudo de contratos » o « encrucijada de contratos » o « colección de contratos»,[61]​ a partir del cual se organiza la producción.

Las teorías de la agencia (Michael C. Jensen y William H. Meckling[62]​) así como las teorías de los derechos de propiedad (Armen Alchian y Harold Demsetz[63]​), constituyen aplicaciones directas de la analítica neoclásica a situaciones donde se manifiestan asimetrías de información entre los distintos agentes intervinientes. Estos últimos se suponen racionales y maximalistas, pero el abandono de la hipótesis de información perfecta, está en el origen de los problemas de coordinación. Así, la empresa aparece entonces como un conjunto de arreglos y acuerdos institucionales, susceptibles de mejorar el resultado global.

La teoría de los derechos de propiedad parte del postulado que todo intecambio entre agentes, corresponde en los hechos a un cambio o intercambio de ciertos derechos de propiedad sobre objetos (derecho de utilización, derecho de obtener renta, derecho de cesión a un tercero). Los costos de utilización son entonces función de la naturaleza de estos derechos, y en particular del nivel de exclusividad en cuanto a utilización o posibilidad de cesión. La función de los derechos de propiedad se inscribe también en internalizar las externalidades, y en incitar así a los individuos a crear activos y a valorizar los existentes. La definición de los derechos de propiedad debería permitir desembocar en una situación más o menos óptima de asignación de recursos (consultar Teorema de Coase). La organización, y más específicamente la empresa capitalista, es así analizada como una estructuración específica de los derechos de propiedad, lo que debería permitir la puesta en marcha de procedimientos de control eficaces y eficientes.

La mayoría de estos trabajos de investigación, se inscriben en un análisis que considera que el surgimiento de las firmas capitalistas, y más específicamente de las sociedades por acciones, se debe a la superioidad así obtenida en relación a los derechos de propiedad, por sobre todas las otras formas de organizar la producción, incluyendo allí a las propias empresas públicas. Adolphe Berle[64]​ (el padre de la teoría de la moderna administración global de los negocios) así como Gardiner Means[65]​ sostienen además la idea que solamente los gerentes tienen las competencias como para tornar más eficaz a la organización. El control de los accionistas y de los negocios, se torna indispensable para la organización, al menos en un marco concurrencial.

Por su parte la teoría de la agencia se inscribe en la prolongación de la teoría de los derechos de propiedad.

M. C. Jensen[66]​ y W. H. Meckling (1976)[67]​ definen así la relación de agencia, como un contrato por el cual una o varias personas (jerarca o principal) contratan a otra persona (agente), para ejecutar una determinada tarea por delegación o representación, lo que en alguna medida implicará la transferencia al agente de algún poder de decisión o resolución. La empresa es así considerada como un conjunto de contratos específicos suscritos entre quienes controlan los factores de producción (capital y trabajo) y sus « clientes ». Esta visión comporta varias implicaciones. Por un lado, la empresa es percibida como una ficción legal, sin existencia propia y sin fronteras bien delimitadas. Y por otro lado, la distinción mercado/organización heredada de Coase pierde una gran parte de su significación. Así, la empresa sería entendida como una forma de organización que trataría de minimizar los costos de agencia ligados a asimetrías de información. En los hechos, se trataría de encontrar una estructuración de contrataciones que permitiría instaurar incentivos adecuados, equilibrando riesgos y beneficios.

Como para la teoría de los derechos de propiedad, la teoría de la agencia tiende a mostrar que así se obtiene la configuración contractual más eficiente. De esta forma, en un entorno complejo y cuando la empresa es de grandes dimensiones (o sea, cuando las informaciones y las decisiones están repartidas entre un gran número de agentes), es más eficiente separar el control de las decisiones de gestión, del control de las decisiones de control.




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