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Monedas de euro



El euro (EUR o ) es la moneda oficial de 19 países de la Unión Europea(UE) conocidos como eurozona: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia (con San Pedro y Miquelón, San Martín, San Bartolomé, Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica, Reunión y Mayotte), Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal; y de 4 microestados europeos que tienen acuerdos monetarios con la Unión Europea: Andorra, Mónaco, San Marino y la Ciudad del Vaticano. También es utilizado en Montenegro y Kosovo.

Hay 8 países de la Unión Europea que todavía no han adoptado la moneda única: Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Hungría, Polonia, República Checa, Rumania y Suecia.

El nombre de euro fue aprobado por el Consejo Europeo en su reunión celebrada en Madrid los días 15 y 16 de diciembre de 1995.[1]​ Las monedas y billetes de Euro entraron en circulación el 1 de enero de 2002 en los 12 estados de la Unión Europea que adoptaron el euro en aquel año (Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal), además de en los microestados de Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano, que tenían acuerdos con países de la UE.

El 1 de enero de 2007, Eslovenia se incorporó a la zona euro; Malta y Chipre lo hicieron el 1 de enero de 2008 y Eslovaquia el 1 de enero de 2009. Estonia se incorporó el 1 de enero de 2011, siendo el primer país que formó parte de la URSS miembro de la eurozona. Letonia se incorporó el 1 de enero de 2014 y Lituania el 1 de enero de 2015.

Un euro se divide en 100 céntimos de euro que es la unidad básica de la moneda.

A diferencia de los billetes de euro, cuya emisión es competencia del Banco Central Europeo, en el caso de las monedas la competencia es de los estados, aunque el diseño de las monedas debe ajustarse a las recomendaciones de la UE. Todas las monedas tienen un reverso común, que muestra el valor de la moneda; y un anverso o lado nacional, que es distinto en cada país emisor.

Además de las monedas oficiales válidas en toda la eurozona, los estados pueden emitir monedas en euros destinadas a coleccionistas. Estas monedas tienen un valor facial distinto a las oficiales y son válidas únicamente en el país emisor. Al no ser monedas oficiales en la eurozona, no tienen un diseño ni un formato común y dado su escaso volumen de emisión y los materiales utilizados (normalmente plata y oro), su valor real en el mercado es normalmente superior a su valor facial.

El Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE (ECOFIN), acordó en 1996 que habría diseños nacionales distintivos en el anverso de las monedas en euros destinadas a la circulación y un diseño común para todos los países en el reverso. Posteriormente, los Estados miembros también acordaron que en los anversos nacionales habría doce estrellas alrededor del diseño, con el fin de facilitar el reconocimiento por el público en general.[2]

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE (ECOFIN) decidió en una reunión informal celebrada en Verona en la primavera de 1996 que las monedas en euros tendrían una cara común, igual para todos los países que se integraran en la Unión Económica y Monetaria (UEM), y una cara nacional específica para cada uno de ellos. Se encargó un informe técnico a los directores de las fábricas de moneda de la UE sobre las especificaciones de las futuras monedas y, tras escuchar las recomendaciones de los expertos y de las organizaciones de consumidores, se decidió que en las monedas en euros existiría una relación directa entre el tamaño y el valor nominal. Además las monedas serían distinguibles también por su color.[4]

El concurso de diseño, en el que participaron todos los Estados miembros salvo Dinamarca, limitó los temas de la competición a tres: arquitectura, diseño abstracto y elementos de la identidad europea. Los diseños debían tener una única norma: debían aparecer tanto el nombre oficial de la moneda —«euro» para los euros y «euro cent» para los céntimos— como, lógicamente, la denominación.[2]

El 13 de marzo de 1997, un jurado europeo seleccionó 9 de las 36 serie presentadas por los Estados miembros. El 8 de junio el Consejo ECOFIN en Luxemburgo seleccionó la serie ganadora, pero no se hizo pública hasta el Consejo Europeo del 16/17 de junio de 1997 celebrado en Ámsterdam. En él se anunció el proyecto definitivo formado por tres bocetos realizados por Luc Luycx (monograma: LL), diseñador de la fábrica de la moneda belga, cuya propuesta estaba formada por tres representaciones distintas del mapa de Europa con las 12 estrellas de la UE de fondo.[4]

El grabador belga ganó por una aplastante mayoría: el 64 % de los entrevistados votó su diseño de entre los 9 candidatos. En su victoria tuvo especial relevancia la elección de unos motivos para las monedas euro que reforzaran la identidad europea; no en vano, de entre los nueve diseños finalistas, el suyo es el único en el que aparece un mapa de Europa.[4]

En 1998, el Consejo aprobó el reglamento 975/98 con los valores nominales y las especificaciones técnicas de las monedas en euros destinadas a la circulación.[4]

Las monedas presentan a la Unión Europea de diferentes formas con las 12 estrellas de fondo. Las monedas de 1, 2 y 5 céntimos son de acero recubierto de cobre e indican el lugar de Europa en el mundo (aparece Europa con África y Asia en el globo terráqueo); las monedas de 10, 20 y 50 céntimos son de oro nórdico y presentan a la Unión como una congregación de naciones (aparecen los países que formaban la Unión Europea en ese momento); y finalmente las monedas de 1 y 2 euros son bimetálicas y muestran una Europa sin fronteras (aparece el mapa de la Unión Europea sin las fronteras de los estados).

El año de acuñación aparece mostrado en las monedas desde 1999 cuando el euro fue formalmente establecido, pero solo en la monedas de Francia, España, Bélgica, Finlandia y Países Bajos. En Mónaco aparece desde 2001, y en los restantes países (Austria, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, San Marino y la Ciudad del Vaticano) desde 2002.

A pesar de que haya terminado su acuñación, estas emisiones siguen siendo de curso legal en la eurozona.

Inicialmente no existía ninguna legislación en la que se hubiera pensado el cambio de la cara común del Euro, por lo que cualquier cambio propuesto debería pasar por una votación en el Consejo Europeo.[4]

El diseño original de Luc Luycx tenía un problema: aparecían todos los países que componían la Unión Europea en 1997 (lo que se conocía como la Europa de los Quince), pero la Unión ha sufrido varias ampliaciones desde entonces. Ninguno de los nuevos países usaba el euro, así que en principio no importaba en exceso que no estuvieran reflejados en las monedas. Pero en el año 2007 Eslovenia se incorporó a la eurozona y no aparece en el mapa Europeo de Luc Luycx. Por ello, desde el 1 de enero de 2007 (desde 2008 en Italia, San Marino, Ciudad del Vaticano, Austria y Portugal), se introdujo un nuevo diseño para las monedas desde 10 céntimos hasta 2 €, en el que aparece, sin fronteras, todo el continente europeo —no solo la Unión Europea—, incluidas las islas de Malta y Chipre.[4]​ Al poner un mapa de Europa completa y no solo de la Unión Europea, ya no es necesario realizar nuevas modificaciones de diseño en caso de ampliación de la UE.

De cualquier modo, todas las monedas acuñadas con anterioridad siguen siendo válidas.

Cada país está autorizado a diseñar su propia cara nacional, pero no libremente, sino con una serie de restricciones y recomendaciones. Por ejemplo, en todas las monedas debían aparecer las doce estrellas de la Unión Europea.[2]

Los criterios utilizados por los estados difieren de uno a otro. Así, por ejemplo, algunos estados como Italia eligieron un motivo diferente para cada moneda, mientras que otros como Bélgica eligieron la efigie de su rey como motivo en la cara nacional de todas sus monedas. En el caso de Alemania, Francia o España, eligieron un motivo diferente para cada una de las 3 series de monedas: monedas de 1, 2 y 5 céntimos; monedas de 10, 20 y 50 céntimos; y monedas de 1 y 2 euros.

Aunque no son miembros de la UE, Andorra, Mónaco, San Marino y la Ciudad del Vaticano tienen sus propios diseños nacionales, pero dada su escasez, estas monedas van dirigidas al coleccionismo numismático.

Las recomendaciones del Consejo Europeo han ido cambiando a lo largo de la breve historia del euro, haciéndose más estrictas en algunos aspectos, y obligando a algunos países a modificar sus caras nacionales para adaptarlas a las nuevas normas.[2]​ Además, los distintos estados deben informar previamente de los nuevos diseños a la comisión, que deberá dar su visto bueno. Por ejemplo, el diseño inicial de las nuevas monedas de Andorra de 10, 20 y 50 céntimos no obtuvieron el visto bueno de la Unión Europea por considerar que la imagen del Pantocrátor de San Martí de la Cortinada, incluido en esas monedas, rompía el principio de neutralidad en materia de creencias religiosas. Finalmente se ha eliminado la imagen del religioso en el diseño definitivo de esas monedas.[5]

Los estados adscritos al euro deben mantener sus anversos nacionales, salvo que cambien las recomendaciones de diseño de las monedas y haya que realizar una adaptación, o el caso de que cambie el Jefe de Estado cuya efigie figura en las monedas. Esta última norma ya se aplicó en Mónaco y Ciudad del Vaticano, ya que los jefes de Estado Rainiero III de Mónaco y Juan Pablo II fallecieron en 2005 y las monedas fueron modificadas en 2006. En 2014 se ha aplicado esta norma en los Países Bajos y en Bélgica al haber cambiado sus respectivos Jefes del Estado, y nuevamente en la Ciudad del Vaticano, al haber designado el año anterior como nuevo papa a Francisco. En 2015 se aplicó la norma en España tras la proclamación de Felipe VI como nuevo rey el año anterior.

Un caso especial es el del Vaticano donde al morir un Papa, el estado pasa a un gobierno provisional llamado "Sede vacante" donde el camarlengo es la autoridad oficial hasta la nueva elección. Así, podemos ver dos monedas distintas tras la muerte de Juan Pablo II, una de la Sede Vacante y otra de Benedicto XVI. Posteriormente hubo un cambio de normas por el que se prohibía que un estado pudiera cambiar su cara nacional en caso de sede vacante, debiendo esperar en ese caso hasta la designación del nuevo Jefe de Estado para poder realizar el cambio. En su lugar se permite la emisión de una moneda conmemorativa adicional de 2€. Esto ya ocurrió en Ciudad del Vaticano en 2013 con motivo de la renuncia del Papa Benedicto XVI, donde con motivo de una nueva "sede vacante" solo se pudo acuñar una moneda conmemorativa.

Desde 2004 los países pueden acuñar un número limitado de monedas conmemorativas de 2 euros.[6]​ Grecia fue el primer país en adoptar la normativa de emisión de monedas conmemorativas, emitiendo el 14 de mayo de 2004 la primera acuñación conmemorativa de 2€ sobre las Olimpiadas de Atenas 2004. Estas monedas solo pueden variar las caras nacionales manteniendo siempre la cara común, debiendo además respetar las especificaciones de diseño establecidas para todas las monedas del euro.

En 2005 se aprueban unas nuevas recomendaciones sobre el diseño de las caras nacionales:

De acuerdo a las nuevas recomendaciones Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia y Grecia debían adaptar el diseño de sus monedas. Finlandia lo hizo en 2007 y Bélgica en 2008, introduciendo en ambos casos las abreviaturas que identifican al país. Alemania y Grecia todavía tienen pendiente introducir la identificación del país en sus monedas y Austria debe retirar la identificación de "céntimos" en su lado nacional de las monedas de 1, 2 y 5 céntimos.

En 2009 se amplían nuevamente las restricciones en el diseño de las caras nacionales:

La primera de las nuevas restricciones afectaban a España, Luxemburgo y Países Bajos, aunque solo España ha adaptado, hasta la fecha, sus diseños. Bélgica ya corrigió el diseño de las estrellas en 2008 cuando adaptó el diseño de sus monedas a las anteriores recomendaciones, puesto que la nueva normativa aún sin aprobar ya había calado de las conversaciones respectivas de la Comunidad Europea. Sin embargo, aprovechó el cambio de diseño para actualizar la imagen del entonces rey Alberto II, lo que contradecía la última recomendación. Debido a ello, en 2009 tuvieron que volver a usar la imagen antigua del rey.

La normativa de cambiar el diseño para actualizar la efigie del jefe de estado que aparece en los anversos nacionales afectará en 2017 a Luxemburgo (Gran Duque Henri) en todos sus valores. Otros países han cambiado sus caras nacionales al haber cambiado su Jefe de Estado, por lo que de acuerdo a la última recomendación podrán actualizar la efigie cada 15 años desde la primera emisión de monedas con la imagen del nuevo Jefe de Estado.

Desde el 2 de febrero de 2015 España pone en circulación las nuevas monedas de curso legal con la efigie de Felipe VI de España tras su proclamación como Rey y nuevo jefe del estado[7]

Las monedas de cada denominación:

Las monedas de cada país individual:

La acuñación de monedas conmemorativas de oro y plata es un legado de las anteriores prácticas en cada país; y tienen la peculiaridad de que no tienen curso legal en toda la eurozona, sino solo en el país donde fue acuñada. De esta manera, una moneda de 10 euros conmemorativos de Finlandia no puede ser usada en los Países Bajos.

De hecho, estas "medallas" no están pensadas para usarse en pagos, aunque su valor intrínseco (el del metal) no excede su valor facial salvo que la plata supere los 2242€/onza. Las monedas alemanas de plata de 10 euros, las de las Regiones de Francia (2010, 2011, 2012) de 10 euros o las españolas de plata de 12 (hasta 2010), 20 (2010-2011) y 30 (desde 2012) euros, se adquieren por su valor facial.

La Comisión Europea permitió la acuñación de monedas conmemorativas de 2 euros desde 2004, de curso legal en toda la eurozona. Las restricciones son:

Solo Grecia ha hecho uso de la posibilidad de ampliar el número de monedas conmemorativas puestas en circulación, con la moneda conmemorartiva de los JJ.OO. de Atenas de 2004.

Entidades privadas (como la International Numismatic Agency del Reino Unido o Europ-Mint en Suiza) realizan monedas de euros de prueba para ser vendidos a coleccionistas. Estas monedas incluyen diseños de países y territorios europeos, y no tienen curso legal.




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