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Partido Socialdemócrata Alemán



El Partido Socialdemócrata de Alemania (en alemán, Sozialdemokratische Partei Deutschlands; SPD) es un partido político alemán de ideología socialdemócrata. Es uno de los partidos políticos más importantes de Alemania, así como uno de los más antiguos del mundo.

Fue fundado en 1863 por Ferdinand Lasalle, considerado uno de los fundadores del movimiento socialdemócrata, bajo el nombre de Asociación General de Trabajadores de Alemania, lo que convierte al SPD en el partido político democrático más antiguo del mundo.[6]​ En 1890 adoptó su nombre actual, y desde ese año ha quedado en primer o segundo lugar en todos los procesos electorales realizados en el país (exceptuando los períodos en los que Alemania fue un estado de partido único, como el régimen nazi o la República Democrática Alemana en el este del país durante la Guerra Fría). Ocupó la presidencia de la República de Weimar y, tras la Segunda Guerra Mundial, tres socialdemócratas han ocupado la cancillería de Alemania, formando parte del Gobierno en numerosas ocasiones.

Desde diciembre de 2013, el SPD ocupa el Gobierno federal de Alemania junto a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU). Es socio de gobierno en catorce Länder y preside el gobierno estatal en siete de ellos.

El SPD afirma tener sus raíces ideológicas en el humanismo, la Ilustración, el análisis social marxista y la experiencia histórica del movimiento obrero.[7]

El SPD, fundado como un partido obrero de ideología marxista se convirtió a lo largo de su historia en un partido socialdemócrata moderado de gran alcance popular. Su actual programa, decidido en el congreso de Hamburgo de 2007, define el objetivo de gobernar a través de la "mayoría solidaria" de la población. Reafirma el "socialismo democrático" como la "visión de una sociedad libre, justa y solidaria".

Uno de los valores políticos centrales del partido es la justicia social. Defiende un fortalecimiento de la economía social de mercado y la justa distribución de sus beneficios para fomentar el bienestar del total de la población. Para mantener un estado del bienestar fuerte en el futuro, el SPD hace hincapié en una política fiscal equilibrada que no perjudique a generaciones futuras.

En cuanto a la política social, el SPD defiende una ampliación de los derechos civiles, una apertura de la sociedad y un fomento de la participación política de los ciudadanos. En política exterior, busca el fortalecimiento de la paz en el mundo a través de un equilibrio de intereses. Además, quiere influir en el desarrollo de la globalización a través de la política democrática. El SPD defiende la intensificación de la integración europea y también la ampliación de la UE.

Dentro del SPD, existen diferentes alas organizadas en grupos o foros informales. Mientras los socialdemócratas más izquierdistas se organizan en el "Foro Izquierda Democrática 21" y en la "Izquierda Democrática", el ala moderada del partido se reúne en el "Círculo de Seeheim" y el "Foro Centro de Núremberg". Además, durante los últimos años, varios dirigentes jóvenes se reunieron en la "Red de Berlín", criticando la partición tradicional en alas. Desde 2003, la piedra de toque entre las alas han sido las reformas socioeconómicas conocidas como Agenda 2010, inducidas por el entonces canciller Gerhard Schröder. Mientras el "Círculo de Seeheim" defiende estas reformas sin fisuras, los socialdemócratas más izquierdistas las critican, ya que, según ellos, ponen en peligro el perfil del partido.

El primer antecedente del Partido Socialdemócrata de Alemania se encuentra en la fundación, en el 23 de mayo de 1863, de la Asociación General de Trabajadores de Alemania (Allgemeiner Deutscher Arbeiterverein en alemán, ADAV, la primera organización obrera alemana) por parte de Ferdinand Lassalle. Se trata de una organización socialista de carácter reformista, en la que no participaban los marxistas alemanes.

El año siguiente se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT, o Primera Internacional), y en 1868 se celebraba en Núremberg el Congreso de Asociaciones Culturales Obreras de Alemania, cuyas organizaciones participantes se adhirieron a la Internacional, y en 1869 se celebraba el Congreso constituyente del Partido Obrero Socialdemócrata de Alemania (Sozialdemokratische Arbeiterpartei Deutschlands, en alemán, SDAP). El nuevo partido obrero, liderado por Wilhelm Liebknecht y afín al marxismo, adoptó en aquel congreso el llamado Programa de Eisenach (por la ciudad en que se celebró), en el que se definía el partido como la sección alemana de la AIT y se exigía, entre otras cosas, la separación entre Iglesia y Estado, el sufragio universal masculino, la sustitución del ejército imperial por una milicia popular, la abolición del trabajo infantil y el establecimiento de una jornada normal de trabajo, el desarrollo de un modelo fiscal progresivo y el respaldo estatal al cooperativismo.

En 1875, en el Congreso de Gotha, se produjo la unificación de la asociación lassalleana con los eisenachianos en el nuevo el Partido Socialista Obrero de Alemania (Sozialistische Arbeiterpartei Deutschlands, SAPD). El SAPD adoptó como primer programa el llamado Programa de Gotha, que recibió duras críticas de Marx y Engels por incorporar demasiadas concesiones ideológicas a la teoría política lassalleana. En 1890 adoptó el nombre actual.

Otto von Bismarck puso el partido fuera de la ley en 1878 por sus posturas revolucionarias y por su republicanismo, aunque el partido siguió presentando candidatos, como independientes, a las elecciones, convirtiéndose en el principal partido de Alemania. En 1890 fue legalizado de nuevo, contando en ese año, en las elecciones federales, con 1.400.000 votos que le dieron 35 diputados en el Reichstag. Además contaba con 19 diarios y 41 semanarios, entre ellos su órgano teórico Die Neue Zeit (1883-1923; 6000 ejemplares). En 1905 contaba con 400.000 afiliados. En 1912 se convirtió en la primera fuerza del Parlamento alemán con 110 diputados de 409.

En el congreso de 1891 el SPD adoptó reemplazar el Programa de Gotha con el Programa de Erfurt, elaborado por Karl Kautsky, Eduard Bernstein y August Bebel, en un sentido revolucionario más radical que el anterior. Sin embargo, el partido asume que la transformación socialista de la sociedad debe ser efectuada por un gobierno legitimado por unas elecciones democráticas.

Durante la Primera Guerra Mundial apoyó la participación de Alemania en la guerra, lo que supuso la salida del partido, en 1917, de su ala izquierda, que formó el Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), y de la Liga Espartaquista. Esta última dio origen al Partido Comunista de Alemania (KPD) en 1918.

Tras la caída del emperador Guillermo II en 1918, el SPD se convirtió en uno de los pilares de la República de Weimar, la primera república alemana. Junto con el USPD, formó el "Consejo de los Encargados del Pueblo", un órgano de índole revolucionario que abrió el camino a la elección de la Asamblea Constituyente en 1919. En estas elecciones, el SPD fue el partido más votado (con el 37,9% de los votos) y formó la llamada "coalición de Weimar" con el Partido de Centro y el Partido Democrático Alemán. Esta coalición (que en total reunió más del 75% de votos) elaboró la constitución republicana y formó los primeros gabinetes. El primer canciller de la República fue el socialdemócrata Philipp Scheidemann; en las elecciones presidenciales de 1919, el también socialdemócrata Friedrich Ebert se convirtió en el primer presidente de Alemania elegido democráticamente, cargo que ostentó hasta su muerte en 1925.

Sin embargo, muy pronto los tres partidos comenzaron a sufrir derrotas electorales, lo cual supuso la ruptura de la coalición de Weimar y la salida del SPD del gobierno. En 1922, el USPD se reintegró en el SPD, aunque muchos de sus miembros también dejaron el partido para afiliarse al KPD. A partir de este momento, el SPD ya sólo participaba esporádicamente en los gabinetes de la república, aunque sí en el gobierno de varios estados federados, como el de Prusia.

Entre 1928 y 1930 el SPD volvió a liderar una coalición de gobierno a escala nacional: la "gran coalición" bajo el canciller Hermann Müller, en la que participaban prácticamente todos los partidos democráticos alemanes de este momento y que resultó siendo el gabinete más duradero de la república de Weimar. Sin embargo, las diferencias entre los partidos sobre la reacción a la crisis económica mundial finalmente llevaron a que el SPD abandonara la coalición, provocando la ruptura del último gobierno basado en una mayoría parlamentaria de la República de Weimar.

El 23 de marzo de 1933, en la Ópera de Kroll, nueva sede del Reichstag, se presentó la Ley habilitante de 1933. Aunque la ley inutilizaba al Reichstag, no tocaba los poderes del Presidente. En la histórica ocasión, Hitler realizó un discurso moderado, asegurando que la ley sería utilizada en limitados casos. Sin embargo, Otto Wels, el líder socialdemócrata, le respondió:

Sin embargo, todo el Reichstag, excepto los 84 socialdemócratas, votaron a favor de la ley. Los centristas habían sido atraídos por Hitler, luego de que les prometiera que el Presidente podría vetar todas las leyes del Canciller,[8]​ mientras que los diputados comunistas habían sido detenidos y enviados a campos de concentración. Al final de la sesión, los diputados socialdemócratas empezaron a cantar "Deutschland, Deutschland, über alles", mientras lloraban.[9]​ Tras esto, Hitler se hizo con mayores poderes que le permitieron gobernar sin contar con el parlamento o la constitución. La actividad del partido se redujo, aunque inicialmente Hitler no prohibió al partido. Esto cambió cuando el 22 de junio de 1933 el partido fue prohibido por las autoridades nacionalsocialistas bajo la acusación de ser un enemigo del Estado alemán; las sedes del SPD fueron clausuradas, sus bienes confiscados por el Estado y unos 3000 trabajadores y/o militantes del partido fueron detenidos.[9]

El SPD estableció su sede general en el exilio, primero en Praga y luego en París y Londres.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial el SPD volvió a la normalidad en la Alemania Occidental. En el Programa de Godesberg de 1959 el partido abandonó oficialmente el concepto de lucha de clases y los principios marxistas y, tras un período en el que se opuso a la entrada en la OTAN, se convirtió en uno de sus principales valedores.

Durante los primeros dos decenios de la República Federal, el SPD consiguió mejorar sus resultados electorales en cada elección federal. En 1966, después de que los liberales (FDP) rompieran su pacto de gobierno con la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el SPD entró en el gobierno federal con esta última, formando la primera "gran coalición" bajo el canciller Kurt Georg Kiesinger (CDU).

En 1969, el SPD abandonó esta coalición y formó gobierno con el FDP, siendo elegido canciller el socialdemócrata Willy Brandt. Durante los próximos años, el gobierno social-liberal impulsó la llamada Ostpolitik ("política del Este"), estableciendo relaciones diplomáticas con los Estados de la Europa Oriental y buscando un acercamiento a la RDA. Esto hizo posible que, en 1973, los dos Estados alemanes entraran en la ONU. En 1974, Willy Brandt dimitió y le sucedió Helmut Schmidt, quien gobernó hasta 1982.

En 1982, el FDP apoyó una moción de censura promovida por la CDU, con lo cual el SPD volvió a pasar a la oposición.

En la Alemania Oriental se unificaron el Partido Socialdemócrata y el Partido Comunista de Alemania para dar paso al Partido Socialista Unificado de Alemania, que gobernó la RDA como parte del Frente Nacional de Alemania Democrática durante casi toda su existencia. Poco tiempo antes de la reunificación alemana el Partido Socialista Unificado se convirtió en el Partido del Socialismo Democrático y se volvió a crear como tal el Partido Socialdemócrata, afiliado con su par occidental.

Bajo el liderato de Gerhard Schröder, venció en las elecciones de septiembre de 1998 y volvió al gobierno en coalición con Los Verdes. Sin embargo, las medidas económicas aplicadas por el Gobierno a partir de 2003 (la llamada Agenda 2010), consideradas neoliberales por el ala izquierda del partido, provocaron un fuerte descontento en sus bases, que habían ido disminuyendo desde 1.000.000 de militantes en 1976 a 775.000 en 1998 y 600.000 en marzo de 2005.

En enero de 2005 una parte del ala izquierda abandonó el partido para formar Trabajo y Justicia Social – La Alternativa Electoral (WASG), a la que se unió Oskar Lafontaine, antiguo presidente del SPD. Posteriormente la WASG y el PDS fundaron Die Linke (La Izquierda), un nuevo partido socialista. En las elecciones federales del 18 de septiembre de 2005 el SPD consiguió el 34,2% de los votos y 222 escaños en el Bundestag, por detrás de la coalición conservadora CDU-CSU. Estos tres partidos formaron un gobierno de coalición bajo el liderato de Angela Merkel (CDU), con el líder socialdemócrata Franz Müntefering como Vicecanciller y Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Después de la retirada provisional de Franz Müntefering de la vida política en 2007, la vicecancillería fue asumida por el Ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, también del SPD.

A causa del rechazo de las bases a las políticas económicas y sociales del Gobierno de Gerhard Schröder, el SPD sufre desde 2003 una profunda crisis interna, que se manifestó en una serie de elecciones perdidas y en un cierto fulanismo en la presidencia del partido. Así, en 2004, Gerhard Schröder renunció como líder del partido (aunque no como canciller federal), sucediéndole Franz Müntefering, entonces portavoz del grupo parlamentario del SPD. Después de la derrota en las elecciones federales de 2005, Müntefering también abdicó, dejando el cargo en manos de Matthias Platzeck, primer ministro de Brandemburgo. En abril de 2006, también dimitió Platzeck, aduciendo problemas de salud por el estrés del cargo. Su sucesor fue Kurt Beck, primer ministro de Renania-Palatinado, que renunció al cargo el 7 de septiembre de 2008. En octubre de 2008, un congreso extraordinario volvió a elegir a Franz Müntefering como presidente del SPD.

Hacia 2008, los sondeos de opinión mostraban una mala situación para los socialdemócratas (20%-25% de los votos) lo que señalaba que el apoyo para el SPD era cada vez inferior mientras que aumentaba la intención de voto para el partido de La Izquierda. A esto se sumaba la falta de liderazgo dentro del partido: la popularidad de Kurt Beck se desplomó después de que, tras haber dicho que el SPD no pactaría jamás con La Izquierda, anunciara un acuerdo que toleraba un gobierno socialdemócrata con la formación izquierdista en Hesse (un acuerdo que fracasó finalmente por el rechazo de miembros del grupo parlamentario del SPD en este estado federado). Además, la fuga de militantes llevó a que, en julio de 2008, por primera vez en su historia el SPD tuviera menos afiliados que la CDU.

Esta situación se confirmó en las elecciones alemanas de 2009, donde el SPD presentó como candidato a la cancillería federal a Frank-Walter Steinmeier, por entonces vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores. Los socialdemócratas sufrieron allí un verdadero colapso electoral al alcanzar apenas el 23% del voto popular, más de once puntos por debajo de la elección de 2005 y 17% menos que en 1998. Por su parte, la unión conservadora CDU-CSU logró el 33.8% del apoyo popular, el Partido Liberal un 14.9%, el Partido de La Izquierda el 12.1% y Los Verdes un 10.2%. Estos resultados, que ratificaron el liderazgo de la canciller democristiana Angela Merkel, permitieron a la CDU-CSU dar por finalizada la "gran coalición" con los socialdemócratas e iniciar un nuevo período de gobierno, esta vez estrictamente de derechas, junto a su aliado natural, el Partido Liberal de Guido Westerwelle, que asumió las funciones de Steinmeier como vicecanciller y ministro de Exteriores. Por primera vez desde 1998, el SPD pasó a la oposición. Todo esto llevó a pensar que el Partido Socialdemócrata de Alemania se encontraba en una difícil situación que podía causar que el SPD dejara de ser un partido de masas.[10]

Durante el año 2012, no obstante, la situación política alemana concedió esperanzas para el SPD. La crisis económica que afectaba a la zona Euro, y algunas discrepancias en la alianza conservadora de gobierno, produjeron cierto desgaste en los dos partidos al comando en Berlín. Esto se pudo apreciar directamente en los sucesivos comicios regionales en los "lands" alemanes, donde hubo fuertes retrocesos tanto para los democristianos de Merkel como para los liberales. En los comicios de mayo de 2012 en el importante estado federado de Renania del Norte-Westfalia, el más grande y populoso de Alemania, el SPD - que había recuperado el estado dos años antes de manos de los conservadores - arrasó con el 39% de los votos, contra el 26% de la CDU. La debacle en esa elección significó un duro golpe para Merkel, y ratificó la mayoría de la opositora coalición de socialdemócratas y verdes en el Bundesrat, la Cámara Alta del Parlamento alemán. A raíz de estos resultados, una importante porción de la opinión pública creyó que la coalición de gobierno de centro-derecha llegaría con incertidumbre a los comicios generales de 2013. Sin embargo esto no se concretó ya que en las elecciones federales de 2013, la CDU obtuvo más del 41% de los votos y, al formar una coalición con el mismo SPD (25%), Merkel se mantuvo como canciller. Como socio de coalición minoritario en el Gobierno Merkel III, el SPD ocupó seis cargos ministeriales en el gabinete (entre ellos el de Vicecanciller, por Sigmar Gabriel).

En las elecciones federales de 2017 el SPD presentó a su nuevo presidente Martin Schulz como candidato a Canciller, pero obtuvo el peor resultado de su historia con un 20,5%. El partido inicialmente decidió pasar a la oposición,[11]​ pero posteriormente llegó a un acuerdo con la CDU/CSU para formar nuevamente una gran coalición. Actualmente el SPD ocupa la vicecancillería y seis cargos ministeriales en el Gobierno Merkel IV.[12]

En los estados federados, la crisis del partido se reflejó en la pérdida de varias elecciones, entre ellas la de Renania del Norte-Westfalia en 2005, algo que no había sucedido desde 1966.

Sin embargo, en las últimas elecciones regionales de 2007 y 2008, se notó una cierta tendencia al alza, debida, ante todo, a la bonanza económica del país y a la mejora de la situación fiscal. Esta le permitió al SPD volver a girar a la izquierda y exigir medidas populares como un aumento de la ayuda a personas mayores desempleadas o la introducción de un salario mínimo. Así, el SPD pudo ampliar su mayoría en las elecciones de Bremen (2007) y romper las mayorías absolutas que había tenido la CDU en Hesse y Hamburgo (2008). No obstante, el rechazo a un pacto de gobierno o de tolerancia con La Izquierda llevó a que el SPD siguiera en la oposición tanto en Hesse como en Hamburgo. La tendencia alcista del SPD se ratificó en las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia de 2010, donde los socialdemócratas alcanzaron el 34.5% de los votos y quedaron apenas dos décimas porcentuales por debajo de la CDU, que con su 34.7% perdió casi diez puntos respecto de los comicios de 2005 en ese estado. El desplome de los liberales al 6.5% puso fin a la coalición de gobierno democristiana-liberal en Renania-Westfalia, y abrió nuevas opciones a la centro-izquierda, a partir de la gran elección de Los Verdes que duplicaron su porcentaje y obtuvieron más del 12% de los sufragios. A partir de estos resultados, y tras fallidas negociaciones con los liberales y el Partido de La Izquierda, el SPD conformó un gobierno en minoría en alianza con Los Verdes, consagrando como jefa del gobierno regional a la socialdemócrata Hannelore Kraft, líder del SPD de Renania del Norte-Westfalia.

La coalición de minoría rojiverde de Renania, y el SPD en particular, recibieron un fuerte espaldarazo en mayo de 2012, cuando se celebraron elecciones anticipadas en el Estado producto de la falta de apoyo parlamentario al Presupuesto enviado por Kraft a finales de 2011. Producto de una buena gestión local, un amplio carisma por parte de la líder socialdemócrata, y un desgaste del gobierno federal de democristianos y liberales, el SPD logró el 39% de los votos, y consiguió sumado al 11,3% de Los Verdes, una amplia mayoría para seguir gobernando el Estado. La debacle de la CDU (26.2%) constituyó uno más de los reveses electorales para el partido de la canciller Merkel en las sucesivas elecciones en los "lands" alemanes, dejando un interrogante respecto de si dicho retroceso de los conservadores, se podría reproducir en los comicios federales de 2013.

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