El género Rosa está compuesto por un conocido grupo de arbustos generalmente espinosos y floridos representantes principales de la familia de las rosáceas. Se denomina rosa a la flor de los miembros de este género y rosal a la planta.
El número de especies ronda las cien, la mayoría originarias de Asia y un reducido número nativas de Europa, Norteamérica y África noroccidental. Tanto especies como cultivares e híbridos se cultivan como ornamentales por la belleza y fragancia de su flor; pero también para la extracción de aceite esencial, utilizado en perfumería y cosmética, usos medicinales (fitoterapia) y gastronómicos.
Existe una enorme variedad de cultivares de rosa (más de 30 000) a partir de diversas hibridaciones, y cada año aparecen otros nuevos.
Las especies progenitoras mayormente implicadas en los cultivares son: Rosa moschata, Rosa gallica, Rosa × damascena, Rosa wichuraiana, Rosa californica y Rosa rugosa. Los cultivadores de rosas o rosalistas del siglo XX se centraron en el tamaño y el color, para producir flores grandes y atractivas, aunque con poco o ningún aroma. Muchas rosas silvestres y «pasadas de moda», por el contrario, tienen una fragancia dulce y fuerte.
Las rosas están entre las flores más comunes vendidas por los floristas.
El rosal es una de las plantas más populares de los jardines, incluso existen jardines específicos llamados rosaledas o rosedales, donde se exponen únicamente los miembros del género, cuya variedad es tan extensa que comprende desde rosales miniatura de 10 o 15 cm de altura, hasta grandes arbustos, trepadores que alcanzan varios metros de altura o rastreros utilizados como cubre suelos.
En español —y en otras lenguas romances también—, el término «rosa» proviene directamente y sin cambios del latín rosa, con el significado que conocemos: «la rosa» o «la flor del rosal»; devenido del vocablo previo rodia [ródja] —por cambio similar como en: Clausus por Claudius—. Este último arcaísmo latino es, a su vez, prestado —a través del osco— del griego antiguo ρόδον [rhódon] «la rosa», «la flor del rosal» o mejor rhodéa, «el tallo de la rosa», «el sostén de la flor».
A partir del griego antiguo se alude al posible significado de rhódon como «efluvio oloroso», «lo que es fragante», o «lo que desprende olor»; originado como término compuesto: por ροήdon o sino también de wrodion [bródion] en el antiguo dialecto eólico, raíces correspondientes con el persa antiguo vereda o v'reda (y sus dialectos: avéstico warda, sogdiano ward y parto wâr), como una voz irania traspasada desde el sur de Armenia a Frigia y de ahí a Grecia. Y previamente de un origen tan antiguo como el arameo wurrdā y hasta del asirio wurtinnu.
En cuanto a la base, el núcleo deriva de una raíz indoeuropea vardh- [wardh], vradh- [wradh], «crecer», «erguir(se)»; donde en sánscrito wardh-as, significa «germinante», y wardhati, «elevar(se)», «prosperar».
Por otra parte, puede ser un derivado de una raíz grecolatina vrad-, «plegarse», «hacerse flexible». Y por ahí también del griego rodanós, rádinos, y el eólico bradinós, «blando» o «flexible». Color claro.
Rosa también es un término coincidente con varios nombres germánicos que tienen la raíz hrod, con el significado de «gloria».
Los rosales son arbustos o trepadoras (a veces colgantes), generalmente espinosos, que alcanzan de dos a cinco metros de altura, en ocasiones, pueden llegar a los 20 m trepando sobre otras plantas.
Tienen tallos semileñosos, casi siempre erectos (a veces rastreros), algunos de textura rugosa y escamosa. Presentan notables formaciones epidérmicas persistentes, bien desarrolladas y de formas variadas, conocidas como espinas o aguijones.
Las hojas pueden ser perennes o caducas, pecioladas e imparipinnadas con cinco a nueve folíolos de borde aserrado y estípulas basales. Es frecuente la presencia de glándulas anexas, odoríferas o no, sobre los márgenes.
Las flores, generalmente aromáticas, se agrupan en inflorescencias racimosas, formando corimbos. Son flores completas, hermafroditas, regulares, con simetría radial (actinomorfas). El perianto está bien desarrollado. El hipanto o receptáculo floral prominente en forma de urna (tálamo cóncavo y profundo).
El cáliz es dialisépalo, de cinco piezas de color verde. Los sépalos pueden ser simples o, a veces, de forma compleja con lobulaciones laterales estilizadas. Corola dialipétala, simétrica, formada por cinco pétalos regulares (o múltiplos de 5), a veces escotados, y de variados colores llamativos o sólo blancos. La corola suele ser «doble» o «plena» por transformación de los estambres en pétalos, esto ocurre mayoritariamente en cultivares.
El androceo está compuesto por numerosos estambres dispuestos en espiral (varios verticilos), generalmente en número múltiplo de los pétalos (5x).
El gineceo apocárpico (compuesto por varios pistilos separados). Nectario presente, que atrae insectos para favorecer la polinización predominantemente entomófila. Perigina (ovario medio), numerosos carpelos uniovulados (un primordio seminal por cada carpelo), así cada carpelo produce un aquenio.
El fruto es conocido como escaramujo, que corresponde a un tipo de infrutescencia denominada cinorrodón. Está compuesto por múltiples frutos secos pequeños o aquenios (poliaquenio), separados y encerrados en un receptáculo carnoso (hipantio) y de color rojizo vistoso cuando está maduro.
El aceite esencial de Rosa × damascena se compone de terpenos y derivados de ácidos grasos, tales como citronelol (30,31 %), geraniol (16,96 %), alcohol fenetílico (12,60 %), nerol (8,46%), hexacosano (3,70 %), nonadecano (2,7 %), linalol (2,15 %), β-Ionona (1,00 %), eicosano (1,65 %), docosano, (1,27 %), farnesol (1,36%), acetato de nerilo (1,41 %), propionato de citronelilo (1,38 %), geranial (1,35 %), α-pineno (0,60 %), mirceno (0,46 %), óxido cis rosa (0,55 %), decanal (0,51 %), terpinen-4-ol (0,55 %), β-cariofileno (0,81 %), isoborneol (0,57 %), y heptadecano (0,92 %).
El fruto del rosal, el escaramujo, tiene un alto contenido en vitamina C: entre 1700-2000 mg por cada 100 g de producto seco, lo que lo convierte en una de las fuentes vegetales más ricas de esta vitamina. También contiene vitaminas A, D y E, y flavonoides antioxidantes. El alto contenido de taninos es causante de estreñimiento.
Desde el punto de vista de la práctica de la jardinería, y esquemáticamente, los rosales se clasifican en cuatro grupos:
Algunas de las especies silvestres más representativas del género:
Los rosales florecen continuamente durante todo el año desde primavera hasta principios de invierno (o más en climas cálidos). Para que esto ocurra hay que cortar las rosas marchitas. Una técnica popular consiste en seguir el tallo de la rosa seca hasta encontrar la primera rama con cinco hojas y cortar inmediatamente por encima de ella. Luego, entrado el invierno, se hace la poda radical, dejando nada más que cuatro o cinco ramas de un palmo desde el tronco principal. También se puede hacer media poda en medio de la temporada para mantener el rosal en un tamaño mediano. Esta no es necesaria para la salud de la planta ni para que florezca más.
Los cortes deben hacerse con tijera bien afilada para que resulten limpios, es decir, sin picotazos. Deben ser sesgados, evitando los cortes rectos y no se deberán dejar fibras en ellos. Se debe cortar medio centímetro por encima de la yema exterior, en forma sesgada hacia adentro (inclinada) para que cuando llueva o se riegue la planta el agua corra y no se concentre en la yema perjudicando el crecimiento floral.
Al rosal de pie se le deberá dar forma de copa de vino para permitir un buen acceso a la luz a toda la planta.
Las rosas deben podarse cuando terminan de brotar las hojas.[cita requerida]
Los rosales se pueden reproducir en el otoño de cuatro formas:
La mayoría suelen ser comunes a otras plantas de jardín y están en relación a la zona geográfica.
Algunas de ellas son:
Una solución para la plaga sería emplear clorpirifós como insecticida.
Ya desde la antigüedad, el cultivo de rosales estaba muy difundido, ya sea como plantas ornamentales como también para provecho de sus propiedades medicinales y aromáticas (perfumería y cosmética).
Los primeros datos de su utilización ornamental se remontan a Creta (siglo XVII a. C.). La rosa era considerada como símbolo de belleza por babilonios, sirios, egipcios, romanos y griegos. En Egipto y Grecia tuvo una especial relevancia, y mucho más en Roma. Los romanos cultivaron la rosa intensamente, siendo utilizados sus pétalos para ornamento, así como la planta en los jardines en una zona denominada Rosetum. Tras la Edad Media, donde su cultivo se restringió a Monasterios, vuelve a surgir la pasión por el cultivo del Rosal. Un ejemplo de esta pasión fue la emperatriz Josefina que a partir de 1802 en su Palacio de la Malmaison llegó a poseer una colección de 650 rosales. Las colecciones de rosas se han multiplicado desde entonces.
A fines de 1700, fue introducida en Europa, R. semperflorens, conocida como Rosa de Bengala, con flores pequeñas agrupadas. Para el comienzo de 1800, fue introducida en Europa, R. indica var. fragans, conocida con el nombre de Rosa de Té, originaria de la China (conocida también como R. chinensis).
La era moderna de las rosas se inicia a partir de 1867 con la creación del primer ejemplar híbrido de té por el productor francés Guillot, quien la llamó: «La France».
El invento surgió por casualidad, cuando Guillot estaba intentando mejorar una rosa naranja. El resultado fue una flor muy olorosa y con una larga floración, distinta en tamaño y características a las rosas que había hasta entonces. La rosa de té original, anterior a la creación de los híbridos que sucedieron a la invención de Guillot de Francia, era más pequeña, casi sin olor y se producía en una escasa paleta cromática: blanco, rosa y rojo.Durante el siglo XIX empiezan a llegar variedades del extremo oriente, donde su cultivo fue también muy relevante por los antiguos jardineros chinos (existen datos del cultivo de rosales hacia 3000 a. C.).
En el catolicismo la rosa es un componente simbólico del Rosario; Se dice que el Beato Angelico mientras rezaba el rosario en la calle vio a la Virgen con un grupo de ángeles que están ofreciendo canciones y alabanzas al componer una corona de rosas. Sorprendido con la visión interrumpió la oración y los ángeles se detuvieron; empezando a rezar nuevamente vio a los ángeles componer de la corona de rosas para ofrecer a María.
La rosa ha sido celebradísima en todo tiempo por los poetas y prestado materia a las mitologías y leyendas; desde Salomón que veía una rosa en la esposa del Cantar de los cantares, Safo y Anacreonte hasta la delicada comparación de Malherbe:
En la Novela de la rosa, esta es el premio del amor y del valor. En El asno de oro de Apuleyo, el borrico se vuelve hombre al comer rosas y los poetas han representado a porfía a la Aurora como una joven que esparce rosas. En la mitología indiana, la rosa representa ya el Sol, ya la Aurora, ya el Crespúsculo vespertino.
Una de las tres gracias en Grecia llevaba una rosa en la mano y se decía que la rosa había brotado del pie de Venus al salir algunas gotas de sangre de una picadura que se había causado con una espina. La fábula decía también que la rosa era al principio blanca y se había vuelto encarnada al teñirse con la sangre de Adonis (alusión al paso de la luz blanca alba a la luz rosada aurora). De igual manera que a Venus y Flora, cuyas estatuas se adornaban con guirnaldas de rosas, pertenecía esta flor a Baco y en uno de sus ditirambos invita Píndaro a coronarse de rosas en honor a Dionisos. Muchos pueblos eslavos denominan a la fiesta de la primavera rusdija o fiesta de las rosas.
En algunas leyendas italianas, la rosa es símbolo de virginidad. Contrariamente, las cortesanas de Roma celebraban su fiesta el día 23 de abrilVenus Ericina y se mostraban adornadas de rosas y mirtos; en el día de San Jorge en Barcelona, también es costumbre regalar rosas y libros. En los grandes banquetes romanos, los convidados iban coronados de rosas, creyéndose que preservaban de la embriaguez. En otros países, la rosa es un símbolo funerario y de ahí, según algunos, que se planten cipreses y rosales en los cementerios.
consagrado aLas rosas son símbolos antiguos de amor y belleza. Era sagrada para diosas (deidades femeninas) de la antigüedad, y se utiliza a menudo como símbolo de la Virgen María. Las rosas son tan importantes que de ellas derivan términos como el color rosa en diferentes idiomas.
La rosa también es el símbolo de dos dinastías reales inglesas: la Casa de Lancaster (rosa roja) y la Casa de York (rosa blanca) que se vieron enfrentadas en la conocida como Guerra de las Dos Rosas.
Además, es el emblema de la Selección de rugby de Inglaterra, que es conocida como «el XV de la rosa».
La rosa roja (generalmente asida con el puño) es el símbolo del Socialismo democrático, en recuerdo de Rosa de Luxemburgo, pensadora y mártir del pensamiento socialista. Es empleada por la mayoría de colectivos de esta ideología, como el Partido Socialista Obrero Español con el puño izquierdo o el Partido_Socialista_(Francia) con el puño derecho.
Su principal productor y exportador es Ecuador. La situación geográfica del país permite contar con microclimas y una luminosidad que proporciona características únicas a las flores como son: tallos largos, gruesos y totalmente verticales, botones grandes y colores vivos. Sus principales mercados: Estados Unidos, Holanda (importa flores para luego re-exportarlas a otros países de la Unión Europea), Italia, Alemania, Rusia, Canadá, Argentina, España, Francia, Suiza y Ucrania. También Chile, China y Brasil. La superficie total de plantaciones es de 3300 ha, con una disponibilidad de 85 000 toneladas por año. El 98 % de la producción se exporta.
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