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Alcira



Plaza Mayor

Alcira[1]​ (en valenciano y oficialmente Alzira) es una ciudad y un municipio español de la provincia de Valencia, en la Comunidad Valenciana. La ciudad es además capital de la Ribera Alta del Júcar.

El municipio contaba con una población empadronada de 44 393 habitantes en 2018. El alcalde, desde el 13 de junio de 2015, es Diego Gómez García, de Compromís. Actualmente forma equipo de gobierno con el PSPV-PSOE.

El topónimo deriva del árabe الجزيرة (al-ǧazīra), «la isla».[2]​ El nombre completo en árabe, sin embargo, era جزيرة شقر (ǧazīrat šuqar), «la isla del Júcar» sin el artículo ال (al-) en este caso, ya que el árabe lo omite en expresiones de posesión o pertenencia.[2]

El término municipal de Alcira se encuentra entre los 14 y 20 metros sobre el nivel del mar, entre los meridianos 0º18' y 0º29' de longitud oeste y los paralelos 39º4' y 39º11'. Su extensión es de 111,46 kilómetros cuadrados. La distancia con la capital de la provincia es de aproximadamente 44 kilómetros.

El término municipal está situado en su mayor parte en la margen derecha del río Júcar y está dividido en dos sectores, uno de 83,24 km² y otro de 28,22 km², llamado La Garrofera, el cual se halla separado por los términos municipales de Masalavés, Benimuslem, Alberique y Benimodo, formando un enclave.

La superficie del término es muy irregular, siendo completamente llana en las márgenes del río Júcar; hacia el sureste se extienden, paralelamente entre sí, las sierras de Corbera, la Murta y Les Agulles, entre las que se desarrollan, los valles de la Murta, la Casella y Aguas Vivas, mientras que el sector de La Garrofera está accidentado por las vertientes orientales de la sierra de Tous.

El término de Alcira está atravesado por el río Júcar, al que afluyen el "río de los Ojos" o "Río Verde" por su margen izquierda y el barranco de Barcheta por la derecha. El Júcar fue navegable hasta Alcira por barcos de pequeño tonelaje, navegación que se mantuvo hasta el siglo XVI.

El clima es de tipo mediterráneo, con una brusca transición del estiaje estival a las abundantes lluvias otoñales, de tipo torrencial, que producen frecuentes inundaciones, disminuidas después de la terrible inundación producida por la pantanada de Tous, con la construcción del Pantano de Tous, que ha venido a regularizar el caudal del río Júcar.

Se accede a esta ciudad, desde Valencia, a través de la autovía A-7 y la autopista AP-7. Cuenta con estación de ferrocarril (RENFE) de la línea Valencia-Almansa, e integrada en la línea de cercanías de Valencia C2. Se puede acceder a Alcira en autobús interurbano desde Carcagente, Algemesí, Llombay, Cullera y Sueca.

Para los desplazamientos dentro de la ciudad, Alcira cuenta con un servicio de autobuses urbanos (AlziBús) de titularidad municipal cuyas líneas unen todos los barrios con la estación de ferrocarril, el hospital de La Ribera y centros de salud, centros comerciales, centros de enseñanza, etc.

Alcira da nombre a la Hoja 770 del Mapa Topográfico Nacional.

En el término municipal de Alcira se encuentran también los siguientes núcleos de población:[3]

En la ciudad encontramos los siguientes barrios:

La Villa (la Vila), Tulell, Alborxí, la Avenida y el Arrabal de San Agustín, San Juan (Sant Joan), Alpujarras (Albuixarres), Santos Patronos (Sants Patrons), San Judas (Sant Judes), Capuchinos (Caputxins), las Balsas (Les Basses), Venecia (Venècia) y la Alquerieta.

El término municipal de Alcira limita con las localidades de Alberique, Algemesí, Gabarda, Antella, Benifairó de la Valldigna, Benimodo, Benimuslem, Carcagente, Corbera, Favareta, Guadasuar, Llaurí, Masalavés, Poliñá del Júcar, Benicull, Simat de Valldigna, Sumacárcel, Tabernes de Valldigna y Tous, todas ellas de la provincia de Valencia. Debido al desarrollo demográfico y urbanístico del último siglo, los cascos urbanos de Alcira, Algemesí y Carcagente se encuentran en la actualidad prácticamente unidos, formando un área de población que alcanza los 95 000 habitantes.

A pesar de la cantidad de yacimientos prehistóricos hallados, del paleolítico (las casas de Xixerá y la cova d'Alfons); del neolítico (la cueva de las Arañas y la cueva de los Gatos); de la edad de bronce (la montaña Assolada y las casas de Montcada); de la época romana (el almijar de San Bernardo y la necrópolis del camino de Albalat), los orígenes no están claros. Los historiadores y los estudiosos han manifestado sus opiniones de manera dispar. Para algunos la ciudad es la sucesora de la Sucro ibérica. Otros buscan sus precedentes en las villas romanas (Materna, Vilella, Casella, etc...) y señalan una concentración de la población en el núcleo de la villa. Por último, están los que señalan esa concentración pero a partir de las alquerías musulmanas repartidas por el término.

Fundada probablemente por los árabes, durante el dominio musulmán, Alcira fue una población muy importante que llegó a tener gobernación propia. Con los almorávides fue foco destacado de diversas rebeliones contra los cristianos y con el intento de unificación almohade pasó a declararse partidaria de estos. La villa, baluarte completamente amurallado, contaba con unas cuantas mezquitas, casas de baño, molinos, etc... El tratado geográfico de Al-Zuhví, escrito hacia el 1147, señala la existencia en Alcira de un gran puente de tres arcos, obra antigua y de excelente factura, así como que sus habitantes eran gente acomodada. De entre los alcireños de la época destacan los literatos Ibn Jafaya, Ibn Amira, Abu Bakr Ibn Sufyan Al-Majzumi, Abu L-Mutarrif Ibn Sufyan Al-Majzumi y Abu Al-Rahaman Ibn Sufyan Al-Majzumi, el médico y filósofo Ibn Tumlus, los jurisconsultos Ben Abil Kasal y Abu Baker, el historiador Algapheker abu Abdalla, y el matemático Ben Rian, entre otros.

El 30 de diciembre de 1242 reconquistó la ciudad el rey Jaime I de Aragón, en un episodio fundamental para la conquista del nuevo Reino de Valencia, ya que Alcira era la única ciudad por la que podía cruzarse el río Júcar, de ahí su lema Claudo regnum et adaperio (Abro y Cierro el Reino). El soberano concedió a la villa infinidad de privilegios, entre los que destacó el de mero y mixto imperio, con jurisdicción en causas civiles y criminales, sobre cuarenta y dos municipios, así como el título de Coronada y Fidelísima Villa Real. Su rango de villa real le dio voto en las Cortes del Reino de Valencia.

La vinculación del conquistador con la ciudad fue grande. Jaime I pasaba largas temporadas en Alcira, por la que sentía especial predilección, en la casa-palacio que popularmente recibió el nombre de Casa real o del rey o Casa de la Olivera. Actualmente está en marcha un proyecto para la recuperación y conservación del edificio. Su segunda esposa, doña Violante de Hungría fundó en Alcira el Convento de Santa María de Montpellier, en memoria de la madre del Rey, que fue donado a la Orden cisterciense en 1274[4]​ y que desapareció tras la desamortización de 1820. Fue en Alcira donde, en 1276, el monarca abdicó en favor de sus hijos Pedro III el Grande, que heredó los reinos de Aragón y Valencia, y Jaime II, que heredó el Reino de Mallorca. En el trance de su muerte, como había dispuesto, Don Jaime fue amortajado con los hábitos del císter, orden a la que perteneció San Bernardo de Alcira, patrón de la villa. El episodio de la muerte del rey es controvertido. Según las crónicas, una vez hubo abdicado en Alcira, murió de camino hacia Valencia. No obstante otros, basándose en la Crónica de Ramón Muntaner señalan la residencia real de Alcira como lugar del fallecimiento, tras el cual fue trasladado ya cadáver a la capital del reino y posteriormente al monasterio de Poblet donde fue enterrado definitivamente.

Alfonso I, en 1286, le concedió la facultad de celebrar ferias. La villa tomó parte activa en la guerra de La Unión, participó en las Cortes del Reino y ejercitó un papel destacado en el Compromiso de Caspe.

Tuvieron convento en la ciudad los jerónimos (Monasterio de Santa María de la Murta, 1401), las agustinas (Santa Lucía, 1536), cuyo convento gozó de la protección de la reina Margarita de Austria, los franciscanos (Santa Bárbara, 1539), los trinitarios (San Bernardo, 1558), los capuchinos (La Encarnación, 1614), etc. De todos ellos, el Monasterio de la Murta fue el cenobio más destacado, ya que había contado desde su fundación con la protección de importantes familias aristocráticas como los Serra, los Vich o los Vilaragut, así como importantes personajes del alto clero como el cardenal Cisneros o el patriarca San Juan de Ribera, y de la realeza, tras la visita y estancia en el monasterio, en 1586, del rey Felipe II, y sus hijos, el príncipe Felipe (futuro Felipe III de España) y la infanta Isabel Clara Eugenia (futura gobernadora de los Países Bajos).

Los siglos XVI y XVII supusieron un receso en el orden político y económico. Se segregaron de la villa: Carcagente, Guadasuar y Algemesí, y sufrió los efectos de la expulsión de los moriscos (1609).

En la Guerra de Sucesión Alcira se declaró partidaria del archiduque Carlos por lo que Felipe V, tras vencer la guerra, abolió todos sus fueros y privilegios. Durante la guerra contra los franceses, en 1811 se trasladó a Alcira la Junta de Defensa de la provincia. En 1814 la ciudad recibió la visita del rey Fernando VII.

En 1820 se crea el partido judicial de Alcira. En 1853 llega el ferrocarril a la villa. El 8 de agosto de 1876, Alfonso XII, en consideración a la importancia que por el aumento de la población y desarrollo de su industria y su comercio había conseguido la villa, le concedió el título de ciudad. En 1885, Alcira se prestó al insigne doctor Jaume Ferrán Clua para que experimentara la vacuna anticólera.

El dictador Francisco Franco visitó la ciudad en 1939, finalizada la Guerra Civil Española, realizando una segunda visita en 1947. El desarrollo de la industria así como el cultivo y comercio de la naranja, que devino en importante fuente de divisas para la economía nacional, motivó también la visita a la ciudad en 1961 del príncipe Juan Carlos de Borbón, futuro rey de España. En este contexto se celebró en 1964 el VII Centenario de la Acequia Real del Júcar bautizada por Jaime I en 1264 con el nombre de Acequia Real de Alcira; actos que fueron presididos por Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, que tributó en el Ayuntamiento un homenaje a la ciudad con una placa conmemorativa instalada en un muro del salón Noble. En 1970 el príncipe Juan Carlos realizó una nueva visita a la ciudad, esta vez acompañado por la princesa Sofía. Fueron llevados al Huerto de Rosales para contemplar los naranjales.

El Júcar, azote de la población, ha provocado daños a la ciudad a lo largo de su historia. Las riadas de 1320, 1473, 1779, 1864, 1982 y 1987, entre otras, son buen ejemplo, pero es el 20 de octubre de 1982 cuando se produjo una de las más trágicas páginas de la historia de Alcira: la Pantanada de Tous. La presa de Tous reventó y toda la comarca permaneció inundada bajo las aguas del Júcar, en un episodio que en estos momentos no está aún suficientemente aclarado. Durante esos días se produjo la visita de los reyes Juan Carlos I y Sofía y del papa Juan Pablo II al Santuario de Nuestra Señora del Lluch, desplazándose para ello en helicóptero hasta la explanada de la muntanyeta del Salvador, donde el sumo pontífice de la Iglesia católica ofició una Misa.

Actualmente la ciudad viene marcada por un carácter tendente a la descentralización respecto de la capital, Valencia. Esto ha permitido que se hayan desarrollado los servicios necesarios (financieros, tributarios, jurídicos, comerciales, sanitarios y educativos) para dar cobertura a los alcireños y demás habitantes de las poblaciones circundantes y comarcas vecinas.

En el año 2017, había 44 255 personas empadronadas en el término municipal que según el nomenclátor de ese año, se repartían en las siguientes entidades de población:

Según datos del INE de 2015, Alcira cuenta con 44 554 residentes censados. En 2008, según datos del ayuntamiento, había 4633 inmigrantes censados (1400 rumanos; 526 marroquíes; 278 búlgaros; 266 ecuatorianos y 250 argelinos).

En 2015, había censados ciudadanos de 78 nacionalidades diferentes (incluida la española). La población extranjera representa en torno a un 10% del censo local y la mayor concentración se localiza en el barrio de la Alquerieta con más del 13% de la población extranjera, según el informe demográfico que el ayuntamiento ha incorporado al plan estratégico «Alcira Avanza».

El 90,2 % de los vecinos empadronados en Alcira son españoles. Por número de habitantes, el colectivo mayoritario de extranjeros es el de rumanos que, con 1862 personas censadas, representa un 4,1 % de la población. El siguiente más numeroso es el de marroquíes con un total de 482 personas empadronadas, lo que representa un 1 % del total, seguido por los búlgaros (286), argelinos (143), paraguayos (122: 92 mujeres y 30 hombres), lituanos (121: 66% hombres y 33% mujeres aprox.) y chinos (120). También figuran ciudadanos originarios de Nepal, Chad, Trinidad Tobago o Pakistán, un colectivo formado este último por 32 personas, mayoritariamente hombres.

Habitantes de nacionalidad europea representan el 6'65 % de la población extranjera y, al margen de los rumanos, los colectivos mayoritarios son el de los franceses con 111 empadronados, 110 que proceden de Reino Unido, muchos de ellos asentados en el valle de Aguas Vivas. También es muy numerosa la población de originaria de Ucrania (114).

La gran expansión que han experimentado los municipios de Alcira, Algemesí y Carcagente desde mediados del siglo XX, ha creado un área urbana de casi 100 000 habitantes, ya que sus cascos urbanos han quedado prácticamente unidos.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de España (Elaboración gráfica por Wikipedia)

En cuanto al sector primario, los principales cultivos de secano son: algarrobo, viña, olivo, almendro, etc. El regadío se nutre de las aguas de la Real Acequia del Júcar. El cultivo más importante es el naranjo. El cultivo del arroz ha disminuido en los últimos años. El resto de cultivos de huerta son: trigo, maíz, tomate, algodón, patatas, etc. La propiedad de la tierra está muy repartida; el 70 por ciento de la superficie es cultivada directamente por sus propietarios. Predominan las parcelas pequeñas.

La ganadería está dedicada, principalmente, a los animales de producción; destaca la cría de cerdos para fabricación de embutidos; es así mismo importante la avicultura, con una importante factoría industrial. Hay también un importante sector industrial subsidiario del cultivo de la naranja.

En cuanto a la industria y el comercio, el gran desarrollo económico de la ciudad tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX, donde la hasta entonces Alcira agrícola, dedicada fundamentalmente al cultivo y comercio de la naranja, dio paso a una ciudad eminentemente industrial y de servicios. En esta etapa tuvo un papel relevante el empresario Luis Suñer, creador de un gran grupo de empresas y fundador de marcas tan populares en su momento como los helados Avidesa.

Alcira se ha consolidado como un importante núcleo industrial y comercial. Alberga fábricas de helados, piensos, harinas, frutos secos y aperitivos, cartonajes, tintes, hilaturas, editoriales, muebles, elementos de construcción, embalajes, empresas de transportes, etc.

La creación de nuevos polígonos industriales, el eje comercial Alcira-Carcagente con la nueva avenida de la Ribera y la expansión de la ciudad a través del sector Tulell confirman el carácter dinámico de la urbe. Está considerada el motor económico de la comarca, acaparando la mayor parte de la oferta de ocio y servicios de la zona, generando gran cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos. Según datos del Ayuntamiento, el 94,7% de los visitantes que acuden a la ciudad lo hacen para realizar compras. Ello se debe a que Alcira es la capital de La Ribera Alta, por lo que los visitantes que vienen para realizar compras proceden de los numerosos pueblos de la comarca.

Tradicionalmente Alcira no ha explotado su capacidad turística. Desde hace unos años se han llevado a cabo algunas iniciativas en esta materia, promocionando la imagen de la ciudad en FITUR y otras ferias de turismo y mediante la creación de la oficina Tourist Info.

Sus parajes naturales y rutas de monasterios, sus monumentos BIC, sus Fallas y Semana Santa (declaradas fiestas de interés turístico nacional) y su reciente denominación como municipio turístico pueden despertar a pequeña escala este tipo de industria en la ciudad en el futuro.

Según datos ofrecidos por la oficina de turismo de Alcira, el número de visitas a la ciudad aumentó un 30% en 2007; en concreto el número de visitas que recibió la Tourist Info de Alcira durante el ejercicio pasado[¿cuándo?] fue de 8295 visitas, de las que 7790 correspondían a visitas procedentes de España, y 1135 de extranjeros.

Alcira se encuentra enclavada dentro del itinerario de la Ruta de los Monasterios de Valencia, ruta monumental y cultural, inaugurada en 2008, que discurre por la localidad, visita ineludible de la cual, es su histórico Monasterio de La Murta.

A pesar de las graves pérdidas que la ciudad ha sufrido a lo largo de la Historia en su patrimonio cultural, Alcira todavía ofrece una interesante riqueza monumental, localizada principalmente en la Villa o centro histórico, hoy peatonalizado, bien de interés cultural (BIC) en constante recuperación, en el que destacan el principal templo urbano, la arciprestal de Santa Catalina y la Casa Consistorial (monumento nacional). Son también de interés la Cruz Cubierta gótica y el cinturón amurallado.

El municipio de Alcira cuenta con gran diversidad de parques urbanos y espacios verdes, con la circunstancia de incluir en el entramado urbano una porción de monte bajo, llamado Muntanyeta del Salvador que hace las funciones de gran parque de la ciudad.

Los parques urbanos más destacados son:

Fuera del casco urbano encontramos interesantes paisajes y parajes naturales. En la llanura destacan las casas de campo, las alquerías y los huertos de naranjos, con una de las superficies más extensas de España dedicadas a su cultivo, inmortalizados por Sorolla en su obra Valencia, dentro del conjunto Visión de España para la Hispanic Society of America de Nueva York.

En las sierras de Corbera, la Murta y Las Agujas o Les Agulles se encuentran los valles de la Murta con su monasterio, antes mencionado, el valle de La Casella y su reserva de ciervos y el valle de Aguas Vivas, que alberga el monasterio de Santa María de Aguas Vivas. Las alturas de estas sierras son el Tallat Roig (394 m), la Cruz del Cardenal (543 m), les Orelles d´Ase (592 m) y la Ratlla (625 m).

Alcira y su entorno también inspiró a Vicente Blasco Ibáñez en la creación de su novela Entre naranjos.

Los Premios Literarios Ciudad de Alcira (Premis Literaris Ciutat d'Alzira) constituyen la cita cultural literaria más importante de la Comunidad Valenciana. El certamen consiste en una serie de actos y jornadas, conferencias y lecturas que culmina en una gala anual de entrega de galardones con asistencia del mundo literario, científico y político. Destacan por el apoyo y reconocimiento de títulos escritos en lengua valenciana. En la celebración y promoción de los mismos desempeña un papel importante, además del ayuntamiento de la ciudad, la editorial alcireña Edicions Bromera, la entidad financiera Bancaja, la Fundación Aguas de Valencia, la Universidad de Valencia, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), el Consorcio Ribera y Valldigna y la mancomunidad de la Ribera.

Los premios a otorgar son: el Premio de Novela Ciudad de Alcira, el Premio Europeo de Divulgación Científica Estudio General, el Premio Fundación Bancaja de Narrativa Juvenil, el Premio de Ensayo Mancomunidad de la Ribera Alta, el Premio de Narrativa Infantil Vicente Silvestre, el Premio de Teatro Ciudad de Alcira Palanca y Roca y el Premio de Poesía Ibn Jafaya.

Además de la dotación económica, los galardonados reciben una escultura diseñada por Manuel Boix.

En 2020, debido a la pandemia COVID-19 la gala de entrega de galardones fue sustituida por un programa audiovisual en línea.

Alcira es una localidad con gran cantidad de actividades festivas, entre las que destacan las Fallas, La Semana Santa, Las fiestas de Sant Bernat y en menor grado, las Fiestas de la Virgen del Lluch, la romería de Nuestra Señora de la Murta:

Alcira contó con una emisora de radio de alcance comarcal (e incluso provincial y fuera de estos límites mientras emitió en Onda Media entre 1934 y 1990. A finales de los 70, el industrial Luis Suñer Sanchis fundó Radio Color, que posteriormente fue adquirida por la Once y que actualmente se denomina Onda Cero La Ribera. En 1995 se fundó la emisora municipal Alzira Ràdio como consecuencia del taller de radio que se realizó en la Casa de la Cultura.

Desde 1986 cuenta con un canal de televisión de ámbito comarcal y en la actualidad de TDT: Ribera Televisió. Este medio privado comarcal, creado y dirigido por Rafael Guardiola Codes, cubre el hueco que dejaban las televisiones nacionales y autonómicas, apostando por hacer llegar hasta los hogares de la Ribera del Júcar y de otras comarcas cercanas incluso Valencia y l'Horta, las imágenes de la actualidad comarcal y difundir la cultura y lengua propia, tradiciones, fiestas, costumbres e historia. Ha recibido distintos reconocimientos en la Comunitat Valenciana y fuera de ella.

Alcira también cuenta con delegaciones de los diarios Levante-EMV y Las Provincias, ambos de ámbito autonómico y con edición comarcal. En cuanto a la prensa escrita local existen las revistas de difusión gratuita Viure Alzira (editada por el Ayuntamiento), y El Alfil (fundada en 1991) que abordan la actualidad de la ciudad. En 2001 se fundó Al Cor que desapareció en 2010 convirtiendo su formato a digital. En 2008 se creó la revista "Festalzira", dirigida por el fotógrafo local Miguel Ángel Gil, que trata de acercar a los alzireños las noticias festivas, culturales y sociales. La veu de la Ribera y RiberaMagazine son de ámbito comarcal.

Por último, también existen varios diarios digitales, El Seis Doble, Riberaexpress, Tus Noticias de la Ribera, Web de la revista Festalzira", "Tot Alzira y Alziralmundo, con toda la actualidad y personajes de la ciudad.

La educación en Alcira depende de la Consejería de Educación de la Generalidad, titular de las competencias en materia de educación en el ámbito de la Comunidad Valenciana.



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