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Cayetana Fitz-James Stuart



¿Qué día cumple años Cayetana Fitz-James Stuart?

Cayetana Fitz-James Stuart cumple los años el 28 de marzo.


¿Qué día nació Cayetana Fitz-James Stuart?

Cayetana Fitz-James Stuart nació el día 28 de marzo de 1926.


¿Cuántos años tiene Cayetana Fitz-James Stuart?

La edad actual es 98 años. Cayetana Fitz-James Stuart cumplió 98 años el 28 de marzo de este año.


¿De qué signo es Cayetana Fitz-James Stuart?

Cayetana Fitz-James Stuart es del signo de Aries.


¿Dónde nació Cayetana Fitz-James Stuart?

Cayetana Fitz-James Stuart nació en Madrid.


María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva[Nota 1][1]​ (Madrid, 28 de marzo de 1926-Sevilla, 20 de noviembre de 2014),[3]​ más conocida como Cayetana de Alba o la duquesa de Alba, fue una noble y aristócrata española, xviii duquesa de Alba de Tormes, xi duquesa de Berwick, grande de España, jefa de la Casa de Alba y destacada figura social. Fue la tercera mujer que ostentó el título ducal de los Alba por derecho propio y era descendiente directa del rey Jacobo II de Inglaterra a través del hijo bastardo James Fitz-James, que dicho monarca tuvo con su amante, Arabella Churchill.[5]

Según el Libro Guinness de los récords poseyó más títulos legalmente reconocidos que ningún otro noble en el mundo: era cinco veces duquesa, dieciocho veces marquesa, veinte condesa, vizcondesa, condesa-duquesa y condestablesa, además de ser catorce veces grande de España, la mayor dignidad nobiliaria del Reino,[6]​ por lo que se ha dicho que fue la noble más admirada del mundo por sus contemporáneos.[7]

Cayetana Fitz-James Stuart nació la noche del 28 de marzo de 1926 en una de las habitaciones del Palacio de Liria. Fue la primera y única hija de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, xvii duque de Alba y María del Rosario de Silva y Gurtubay, x marquesa de San Vicente del Barco. En el mismo momento de su nacimiento, su padre estaba reunido con tres de sus mejores amigos: el doctor Gregorio Marañón, el filósofo José Ortega y Gasset y el escritor Ramón Pérez de Ayala. Según ha contado en varias ocasiones, el hecho de ser niña no molestó a su padre, aunque su madre sí prefería un varón. Al nacer, fue atendida por el doctor Gregorio Marañón y rápidamente se enviaron comunicaciones a la prensa y a la Casa Real informando de su nacimiento.

Fue bautizada el 17 de abril en el Palacio Real, siendo sus padrinos el rey Alfonso XIII y su esposa la reina, Victoria Eugenia. Para su bautizo se trajo la pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán, una pila que solo se utilizaba para bautizar a monarcas o sus descendientes. Recibió los nombres de María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de Silva Falcó y Gurtubay.[8]​ De sus nombres, ella siempre ha dicho que prefería el de Cayetana, y que el que menos le gustaba es el de Alfonsa, aunque era en honor a su padrino.

Los escasos recuerdos que Cayetana de Alba tenía de su madre —llamada familiarmente «Totó»—,[9]​ eran siempre en cama o tumbada en los jardines. Siempre la tenían alejada de ella, pues estaba enferma de la letal tuberculosis y había miedo al contagio. Para su mejor recuperación fue enviada a Suiza, pero su salud empeoró y finalmente volvió a Madrid para morir en enero de 1934, a los 33 años.

A la muerte de su madre, Cayetana, a la que llamaban, «Tanuca»,[10][11]​ fue educada por institutrices y por su abuela materna. Aunque Cayetana ha comentado, en numerosas ocasiones, que su infancia estuvo marcada por la tragedia,[12]​ tuvo una buena infancia siempre en compañía de su padre, quien le daba una esmerada educación, y de su poni, Tommy. A veces, visitaba a sus padrinos en el Palacio Real.

Cuando los reyes partieron al exilio, el 14 de abril de 1931, el duque de Alba decidió salir también rumbo a París. Allí se trasladaron al hotel Prince of Galles, cerca de donde vivía Alfonso XIII que también estaba allí exiliado. Cayetana no tuvo muy buenos recuerdos de su vida en París, ni de su colegio. En París, fue operada de apendicitis. Aunque en el momento de su Primera Comunión residían en París, se trasladaron a Madrid para efectuarla en la capilla del Palacio de Liria. Cayetana tuvo pocos recuerdos de ese día, recordó su vestido blanco, su pelo alisado y un tobogán que le regalaron y que estuvo mucho tiempo instalado en los jardines de Liria.

El duque de Alba quiso que Cayetana viajase cada verano. Además de París, visitaron en varias ocasiones Londres, Italia y Egipto. En Italia, Cayetana recordó cuánto le impresionó el Coliseo. En Egipto estuvieron acompañados en todo momento de Howard Carter y pudieron visitar excavaciones, templos y pirámides.

Al estallar la Guerra Civil Española en el verano de 1936, los Alba se exiliaron en Londres, lugar donde el duque Jacobo fue nombrado embajador de la dictadura de Franco, cargo que mantuvo hasta la publicación del Manifiesto de Lausana.[2]​ Atrás dejaron el Palacio de Liria, su residencia oficial, que a finales del mismo año quedaría destruido casi al completo debido a un bombardeo de la aviación franquista. Afortunadamente el siniestro no destruyó los principales tesoros de la familia: algunas de las obras de arte de los Alba habían sido trasladadas con anterioridad a los sótanos del Banco de España y otras fueron rescatadas del fuego por milicianos y voluntarios.[13][14]

Durante su exilio en la capital británica, Cayetana sufrió los estragos de la Segunda Guerra Mundial y vivió en carne propia la serie de bombardeos que afectaron a la ciudad. A los 16 años, tenía como compañero de clases a un nieto de Tolstoi,[15]​ entre otros compañeros de diversas partes del mundo, hijos todos ellos de diplomáticos.

En varias ocasiones estuvo de visita en la residencia de su pariente, sir Winston Churchill,[16]​ «donde las hijas de éste le hacían la reverencia protocolaria».[12]​ Así mismo compartió juegos con la futura reina Isabel II del Reino Unido.[12]

Desde su nacimiento, Cayetana de Alba tuvo una esmeradísima educación de la mano de su primera institutriz Miss Willison. Cuando su madre empeoró, decidieron que Cayetana pasase menos tiempo en casa, así que la enviaron al Colegio de la Asunción de Madrid, donde empezó a recibir sus primeras lecciones. Con la llegada de la Segunda República, se trasladó a París y fue matriculada en el Colegio de la Asunción de París, colegio que ha dejado una huella muy negra en la memoria de Cayetana. Cuando su padre fue trasladado a Londres como Embajador, Cayetana asistió a un colegio de Kensington, donde recibió una esmerada educación que se reforzaba con las clases en casa. Como Cayetana hablaba ya perfectamente el inglés, su padre decidió ponerle otra institutriz, Frau Dorphi, para que aprendiese alemán. Además, también recibía clases de español y cultura española de la mano de Elvira Yebra. Cayetana, fruto de su esmerada educación, hablaba con fluidez cinco idiomas. Además de castellano, hablaba inglés, francés, alemán e italiano.[17][18]

De vuelta a España, Cayetana, siguiendo las recomendaciones de su padre, contrajo matrimonio con el ingeniero industrial Luis Martínez de Irujo y Artázcoz (1919-1972), hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de Casa Irujo, en una celebración que tuvo lugar en la Catedral de Sevilla el 12 de octubre de 1947. El enlace tuvo gran repercusión social hasta el punto que el periódico Liberation lo calificó como «la boda más cara del mundo», al costar cerca de los 20 millones de pesetas de la época.[19]​ La nueva pareja emprendió un largo y lujoso viaje nupcial por varios países. Incluso pasaron por Hollywood, donde el actor Douglas Fairbanks, Jr. les organizó una fiesta y acudieron también a otras, llegando a visitar Pickfair Manor, la famosa mansión de Fairbanks y Mary Pickford. Así conocieron a astros del cine como Gary Cooper, Cary Grant, Henry Fonda, Marlene Dietrich, Bing Crosby y Merle Oberon. La duquesa Cayetana sorprendió a los estadounidenses con su figura juvenil y vestidos a la moda, opuestos a la imagen tópica de una nobleza europea rancia y tradicional.

De este matrimonio nacieron los seis hijos de Cayetana,[20]​ a cada uno de los cuales la duquesa de Alba cedió un título nobiliario con Grandeza de España.

Tras enviudar de su primer esposo en 1972, la duquesa de Alba se volvió a casar el 16 de marzo de 1978 con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate (1934 - 2001), doctor en Teología, cuya condición de exsacerdote e hijo de madre soltera causó una gran polémica en su momento. Jesús era un hombre culto, once años menor que la duquesa, el cual no tuvo muy buena relación con los hijos de la duquesa, según palabras de la propia hija de la misma. Desde su matrimonio se dedicó, con la ayuda de su hijastro Carlos, a gestionar el patrimonio familiar de los Alba. En 2001, la duquesa enviudó por segunda vez: Jesús Aguirre falleció por un cáncer de laringe.

A principios de 2008, comenzaron a surgir rumores sobre una posible relación de la duquesa Cayetana de Alba con el funcionario Alfonso Díez Carabantes (Palencia, 15 de noviembre de 1950), a quien había conocido muchos años antes gracias a su amistad con Jesús Aguirre.

Alfonso es uno de los doce hijos de José Díez, militar, quien fue muy popular en la capital palentina, y de su esposa, Pilar Carabantes, perteneciente a una familia de médicos.[44]​ En abril de 2010, tanto Cayetana como Alfonso confirmaron su noviazgo. La pareja había estrechado su relación gracias a varias aficiones comunes, como el arte y los viajes. En agosto de 2011, la duquesa y Alfonso anunciaron mediante un comunicado que contraerían matrimonio a principios del mes de octubre en el Palacio de las Dueñas, y que los padrinos del enlace serían su primogénito Carlos, duque de Huéscar, y Carmen Tello y Barbadillo, exmarquesa de Valencina y amiga de Cayetana.[45]​ Diversas fuentes apuntaban a que el enlace pudiera producirse en el día de su onomástica, el 7 de octubre (Ntra. Sra. del Rosario).[46]​Pero, finalmente, se dio a conocer que tendría lugar el 5 de octubre de 2011 a la una de la tarde.[47]

Al ser la titular del linaje de los Alba, Cayetana llegó a tener en sus manos propiedades por toda España, por lo que su lugar de residencia podía cambiar constantemente. El bellísimo Palacio de Liria en Madrid y el Palacio de las Dueñas en Sevilla fueron sus principales residencias. Poseyó un caserón con amplios jardines en San Sebastián, llamado "Arbaicenea", donde pasaba algunas semanas a principios de verano, y después la duquesa tenía por tradición viajar a Ibiza, donde también poseía una propiedad en Cala Salada, llamada "S'Aufabaguera" ("La Albahaca" en ibicenco), cedida actualmente a su hija Eugenia.[48]

Pero quizás la más majestuosa de sus residencias fuese el Palacio de Monterrey, que se radica en Salamanca, del cual sólo se construyó la cuarta parte de su diseño original.

Sin olvidar, la que es casa solar del ducado de Alba en Alba de Tormes, provincia de Salamanca, donde se encuentra la torre del castillo, parte significativa del palacio que García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, el primer duque de Alba mandó construir en los siglos XV y XVI, y que tras la conquista francesa fue parcialmente destruido a principio del siglo XIX.

Como jefa de la Casa de Alba, Cayetana cumplió un papel preponderante en las actividades llevadas a cabo por la familia y la Fundación Casa de Alba, entre las cuales se encuentran principalmente, diversas causas sociales, como la financiación de causas humanitarias y de salud pública de la Asociación de Enfermos de Esclerosis Múltiple de La Línea, o sus aportes a la cultura mediante la conservación del patrimonio histórico de la casa ducal o la financiación de proyectos de restauración de piezas de arte y edificios históricos de España, como la restauración de la capilla del Cristo de los Gitanos en Sevilla. Durante la dictadura trajo cuadros de Picasso a España a diversas exposiciones, en salas en las que fueron objeto de ataques obra de la extrema derecha de entonces. Sin embargo, su condición le ha costado varias polémicas como figura social española.

Si bien Cayetana no era la encargada de las finanzas de la Casa de Alba (esto estaba a cargo de sus hijos el Duque de Huéscar y el de Aliaga), ella fue blanco de críticas, como jefa e imagen pública de la familia. Es por esto que cuando fue nombrada Hija Predilecta de Andalucía el día 28 de febrero de 2006 por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y su gobierno, tuvo lugar una manifestación convocada por el Sindicato de Obreros del Campo a las puertas del teatro de la Real Maestranza de Sevilla, donde eran entregadas las distinciones. Los manifestantes expresaban su malestar ante el nombramiento de la duquesa, debido a que ella, en posesión de una de las fortunas más grandes de Europa, gozaría de varios beneficios económicos reportados por sus fincas y propiedades agrícolas repartidas por toda España por parte de la Unión Europea, dinero que no serían destinados de forma directa a los trabajadores. La manifestación fue disuelta por la Policía Nacional de España, con un saldo de 14 heridos,[49]​ mientras que Cayetana declaraba posteriormente a la prensa que "unos cuantos locos me dan igual" y "todos los que estaban allí son unos delincuentes".[50]​ Al respecto, el SOC se querelló en el Juzgado de Instrucción 8 de Sevilla el 15 de mayo de 2006, tribunal que decidió absolver a Cayetana, debido a que no constituye delito las ofensas a una persona jurídica, como es el SOC. El sindicato presentó un recurso de apelación que la Audiencia Provincial de Sevilla estimó parcialmente, a pesar de que Doña Cayetana alegara un "episodio esporádico de desorientación temporo-espacial y pérdida de memoria" para justificar sus declaraciones.[51]​ Finalmente, fue condenada a pagar una multa de 20 días a razón de 300 euros diarios, es decir 6.000 euros, por una falta de injurias.[52]

A mediados de abril de 2010, la cadena española Telecinco emitió el biopic La Duquesa, un repaso por la vida de Cayetana de Alba en dos episodios que abarcaba desde su nacimiento hasta su segunda boda, con abundantes licencias históricas.[53]​ A pesar de ellas, Cayetana se mostró satisfecha con el resultado y accedió a colaborar con Telecinco en la grabación de una segunda parte (dos capítulos más): La Duquesa II. Así, algunas de las escenas se grabaron en escenarios reales, como salones del Palacio de Liria. Por desgracia esta segunda parte defraudó las expectativas de su protagonista. Narraba, entre otros hechos, la boda del heredero Carlos, y la muerte de su segundo esposo, Jesús Aguirre. El papel de la duquesa en sus diferentes edades fue interpretado por las actrices Carmen Sánchez, Irene Visedo y Adriana Ozores.

Debido a su vida social y a su interés por el arte y demás fines benéficos, a lo largo de su vida Cayetana entabló relaciones de amistad y contactos con múltiples artistas y personalidades: desde estrellas de cine como Charlton Heston, Sofía Loren, Ava Gardner, Claudia Cardinale, Tom Cruise y Audrey Hepburn (a quien invitó a desayunar en el Palacio de Liria) hasta figuras tan dispares como Winston Churchill, Wallis Simpson, Jackie Kennedy (quien pintó una acuarela en el Palacio de Dueñas), los príncipes de Mónaco Raniero y Grace, Aristóteles Onassis y Maria Callas, Carlos de Gales, y creadores como Jean Cocteau e Yves Saint Laurent. La duquesa reveló que Picasso había expresado su interés por emplearla como modelo para una nueva versión del cuadro La maja desnuda; tal proyecto no llegó a puerto ante la oposición de su marido Luis Martínez de Irujo. Siendo niña fue retratada sobre un poni por Zuloaga; se cuenta que el pintor se exasperó con ella y juró que nunca más retrataría a niños. También Mariano Benlliure la efigió, en un par de esculturas. En su juventud vestía modelos de Balenciaga y fue fotografiada por genios como Cecil Beaton y Richard Avedon; algunas de estas imágenes se publicaron en las revistas Time y Harper's Bazaar. En 1959 abrió las puertas de su palacio madrileño para un desfile de modelos de la casa Christian Dior; el dinero recaudado en concepto de entradas se destinó a fines benéficos. Su primera boda en 1947 alcanzó resonancia internacional; dicen que en boato no fue superada por la de la futura reina Isabel II del Reino Unido celebrada un mes después.

Monárquica convencida, la duquesa Cayetana acudió a la boda de los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía, celebrada en Atenas ante la frialdad del régimen de Franco. La duquesa fue uno de los primeros apoyos de Sofía cuando se instaló en España, introduciéndola en los círculos sociales y costumbres del país. En 1968, con motivo del bautizo del actual rey Felipe VI, acudió desde su exilio en Lausana la antigua reina Victoria Eugenia, y la duquesa la alojó en el Palacio de Liria.

También se suele repetir que la duquesa, debido a sus múltiples títulos nobiliarios, supera a la Casa Real española e incluso a Isabel II del Reino Unido; Oriana Fallaci llegó a decir que si ambas coincidiesen ante una puerta, la duquesa tendría preferencia.[54]​ Otras afirmaciones más o menos basadas en la tradición histórica dicen que el duque de Alba podía entrar con su caballo en la Catedral de Sevilla, y que era el único católico eximido de arrodillarse ante el papa.

El 4 de julio de 2011, la duquesa de Alba adelantó el reparto de su herencia personal, valorada en 1000 millones de euros,[55]​ entre sus seis hijos. Forbes cuantificó su fortuna —gran beneficiada como mayor terrateniente de Andalucía de las subvenciones agrícolas provenientes de fondos europeos de la Política Agraria Común— en 2800 millones de euros.[56]

Por medio de una donación escriturada ante un notario de Madrid, sus hijos, que se han mostrado conformes y agradecidos con esta decisión, han recibido 110 millones de euros cada uno y han pasado a ser los titulares registrales de sus bienes.

Carlos, XIV duque de Huéscar, como primogénito y futuro duque de Alba, además de la mayoría de los títulos nobiliarios y grandezas, recibió el enorme legado artístico atado a la Fundación Casa de Alba, valorado en más de 2.000 millones de euros, y los palacios de Liria, Monterrey y de las Dueñas, aunque este último está ya a nombre de su primogénito, Fernando (n. 1990), como futuro heredero de la Casa de Alba.[57]​ Hay que precisar que las citadas casas y colecciones, de acuerdo a la legislación sobre fundaciones, no pueden venderse y han de mantenerse unidas.

Alfonso, XVIII duque de Aliaga, el segundo hijo de Cayetana de Alba, recibió los títulos nobiliarios de XVIII Duque de Híjar, XVIII Marqués de Orani, XIII Marqués de Almenara, XVIII Conde de Aranda, XXVI Conde de Ribadeo, XVII Conde de Guimerá y XIX Conde de Palma del Río, la gestión de las diversas inversiones empresariales de Cayetana de Alba, se hizo cargo de varias posesiones rústicas y del Castillo de El Tejado, en Calzada de Don Diego, Salamanca y fue designado patrono vitalicio de la Casa de Alba junto con su hermano mayor.

Jacobo, XXIV conde Siruela, el tercer hijo de la duquesa de Alba y fundador de la editorial que lleva el mismo nombre, recibió algunas fincas rústicas.

Fernando, XII Marqués de San Vicente del Barco y cuarto hijo de Cayetana de Alba, recibió por herencia la mansión "Las Cañas" en Marbella y propiedades agrícolas.

Cayetano, XIV conde de Salvatierra y quinto hijo de la duquesa de Alba, heredó el título de IV duque de Arjona, el Palacio de Arbaizenea en San Sebastián y el cortijo Las Arroyuelas, en Sevilla.

Eugenia, XII duquesa de Montoro, la sexta y última hija y única mujer de Cayetana de Alba, recibió en propiedad la finca "S'Aufabaguera" en Ibiza, el cortijo de La Pizana y una finca de 600 hectáreas en Gerena, en Sevilla, regalo de bodas de su enlace matrimonial.[58]

A pesar del reparto, Cayetana siguió gerenciando y administrando el patrimonio de los Alba, como usufructuaria del mismo.[59]

Las memorias de la Duquesa, Yo, Cayetana (ISBN 9788467037449), fueron publicadas el 11 de octubre de 2011, una semana después de su boda con Alfonso Díez.[60]​ Dichas memorias tuvieron su segunda parte el 11 de abril de 2013, con la publicación de Lo que la vida me ha enseñado (ISBN 9788467018837).[61]

La duquesa de Alba siempre estuvo muy vinculada al mundo de la cultura, sobre todo del flamenco y de los toros. La práctica de la pintura fue otra de sus pasiones, aunque desde hacía varios años sufrió una artrosis en la mano derecha que le impidió abrirla con soltura. Sin embargo, además de autora, también ha sido modelo, musa y mecenas; retratada por Zuloaga, esculpida por Benlliure, y codiciada por Picasso.

Doña Cayetana ha llevado siempre la cultura por bandera y para muestra, la exposición «Colección Casa de Alba» que inauguró en 2009 en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y que batió récords de visita en la capital andaluza. Así mismo fue ella la impulsora, en su juventud, de la reconstrucción del Palacio de Liria, que había quedado arrasado por un bombardeo en 1936. Las obras se prolongaron ocho años, y se cuenta que absorbieron la mitad de la fortuna que ella tenía. Posteriormente, en las décadas de 1960 y 1970, la duquesa siguió engrandeciendo la colección familiar con la compra de cuadros impresionistas y modernos, entonces no muy apreciados en España: Renoir, Corot, Marc Chagall o Picasso, entre otros.

Cayetana poseyó tablao flamenco propio para ensayar baile flamenco en sus dos principales residencias: el Palacio de Liria y el Palacio de las Dueñas. Su hijo Alfonso, duque de Aliaga, es un gran concertista de guitarra clásica.

En la "Hacienda Buena Vista", finca rústica que la Casa de Alba tiene en la localidad cordobesa de El Carpio, doña Cayetana tuvo instalado un estudio de pintura.

En el hipotético caso de que Escocia se hubiera independizado del Reino Unido, como consecuencia del Referéndum para la independencia de Escocia de 2014, y hubiera decidido mantener una monarquía propia, Cayetana de Alba podría haber sido candidata al trono por ser descendiente de la dinastía Estuardo, que fue la dinastía reinante en Escocia entre 1371 y 1603.[62]

En sus últimos días de vida Cayetana Fitz-James Stuart fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica del Sagrado Corazón de Sevilla, tras complicarse la neumonía, derivada de una gastroenteritis que sufría desde días atrás. Sus seis hijos tomaron la decisión de sacarla del sanatorio para que estuviera tranquila en su hogar.[7]

Falleció en la mañana del 20 de noviembre de 2014 a sus 88 años, en su residencia favorita, el Palacio de las Dueñas.[63]

En el Ayuntamiento de Sevilla se instaló su capilla ardiente por la que pasaron casi 80 000 personas a dar su último adiós a la duquesa.

Su funeral se ofició corpore insepulto en la Catedral de Sevilla y contó con la asistencia de su familia: su marido, sus seis hijos y sus nueve nietos.

Fue presidido por el arzobispo emérito de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo Vallejo y concelebrado por el arzobispo titular, monseñor José Asenjo. El Cardenal definió a la fallecida fue citado calificándola de:

Por parte de la Casa Real española asistió la infanta Elena, representando al rey Felipe VI.[65]

El féretro estaba cubierto con la bandera de España y con el tradicional escudo del Ducado de Alba de Tormes, heredado de sus ancestros, los Álvarez de Toledo.

Muchas personalidades de España asistieron al funeral: ministro de Defensa, Pedro Morenés; el presidente del Senado, Pío García Escudero; la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; el torero Enrique Ponce; la bailaora Cecilia Gómez; Paloma Segrelles; la íntima amiga de la duquesa, Carmen Tello, acompañada de su hijo Fernando Solís, Marqués de la Motilla; y el Duque de Noto, Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, hijo del infante de España Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Cristina de Borbón-Dos Sicilias.[66]

La corona de rosas rojas de su viudo, Alfonso Díez Carabantes rezaba:

Luego del funeral los restos de la duquesa de Alba fueron incinerados y sus cenizas llevadas a la Iglesia del Valle y Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada, popularmente conocida como la Hermandad de los Gitanos, por su expreso deseo,[67]​ de la cual era muy devota.[64]

La lápida dice

Posteriormente, pasado el año de luto, la mitad de sus cenizas fueron llevadas al panteón familiar que la Casa de Alba posee en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, situado en Loeches, Comunidad de Madrid.

Con frecuencia se dijo que Cayetana de Alba era veinte veces Grande de España, aunque esto no era cierto. La duquesa llegó a ser dieciocho veces Grande de España antes de que legara a sus hijos cuatro de sus títulos nobiliarios con grandeza, quedándose con cuatro menos. Al parecer los ducados de Huéscar y Aliaga habrían pasado a posesión de sus dos hijos mayores directamente tras la muerte del xvii duque de Alba de Tormes, sin haber estado nunca en sus manos. Además el ducado de Liria y Jérica poseen una sola Grandeza, al igual que el condado de Lerín y la dignidad asociada de Condestablesa de Navarra y de Éibar. Por estas razones, Cayetana de Alba era catorce veces Grande de España.

Además de poseer los títulos nobiliarios inherentes a la Jefatura de la Casa de Alba, Cayetana gozó también de otros títulos honoríficos y condecoraciones:




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