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Inmigración en México



La inmigración a México comenzó en el siglo XIX[cita requerida]. Sin embargo, a lo largo de los tres siglos que transcurrieron desde la conquista en el siglo XVI, hasta la guerra de independencia, en los albores del siglo XIX ocurrieron los primeros flujos inmigratorios hacia los territorios que hoy conforman México. En ese período, inmigrantes españoles y de otras naciones llegaron primero como conquistadores, después como misioneros, encomenderos, colonizadores, esclavos y oportunistas. Ese proceso, aunado al desplazamiento y migración internos de la población autóctona, decidieron la dinámica de la gestación de una nueva nación que hoy conocemos como la nación mexicana.

La población del México actual tiene una composición multiétnica basada fundamentalmente en sus pueblos indígenas y enriquecida por la presencia de inmigrantes de otras naciones y de quienes resultaron del proceso de mestizaje entre esos grupos. Es tal conjunto al que se refiere el artículo segundo y que explica en detalle el artículo 30 de la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos.[1][1]

Además declara la Constitución que: “Todo hombre tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvo-conducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país.” Tanto el artículo 33 como el 9 constitucional limitan a los extranjeros a inmiscuirse en los asuntos políticos del país.

Inclusive el artículo 33 faculta al ejecutivo de hacer abandonar el territorio nacional, inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente. Pero otorga a los extranjeros las mismas garantías que a los nacionales, por lo que son protegidos por lo establecido en el artículo 4; la igualdad del hombre y la mujer y el 1 que prohíbe toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

Es importante incluir que el Art. 133 constitucional indica que los tratados internacionales firmados por el presidente y ratificados por el senado, serán ley suprema de toda la unión. Por dicha razón conviene recordar que México es parte de diversos tratados internacionales que protegen diferentes derechos protectores de las personas migrantes, como es el caso de la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos que en su artículo 22 establece los derechos de circulación y residencia, estipulando entre otras cosas el derecho de salir libremente de cualquier país inclusive del propio y solo podrá ser restringido mediante leyes para proteger la seguridad nacional, la seguridad o el orden públicos, la moral o la salud públicas o los derechos y libertades de los demás. México es parte de la Convención sobre Trabajadores Migrantes de Naciones Unidas en donde se estipulan ampliamente sus derechos y del corpus iuris de protección de los derechos de las mujeres y las niñas.

La inmigración en México no ha tenido un impacto desbordante entre la población total en comparación con otros países, pero sí ha habido un incremento considerable en la población extranjera desde que México se consolidó como nación independiente. Por la posición geográfica de México y debido a motivos sociales, económicos, climatológicos, culturales y de tránsito se ha dado la permanencia de extranjeros en todo el territorio. El país no ha buscado históricamente la inmigración masiva, sino que ha sido foco de atracción de una inmigración más selectiva a la que se suma una vieja tradición de asilo político por persecución religiosa o ideológica, por lo que en México residen intelectuales, científicos y artistas venidos de otras naciones y que han contribuido en diversos campos científicos y artísticos.

A diario arriban extranjeros a su territorio y deciden quedarse en el país por tiempo indefinido. El Instituto Nacional de Inmigración y el INEGI son las únicas instituciones que recopilan estadísticas oficiales sobre los extranjeros que tienen una estancia legal mayor a seis meses desde que ingresaron al país, sin embargo la difícil situación de control en las fronteras y aduanas nacionales impide tener un conteo exacto de ingreso de extranjeros, su origen y su destino. El 80% de los extranjeros que viven en México provienen de países limítrofes (Estados Unidos y Guatemala), otras comunidades importantes provienen principalmente de naciones hispanohablantes, de las cuales sobresalen las comunidades españolas, colombianas, argentinas, cubanas, venezolanas y hondureñas, el resto de la inmigración proviene de otras naciones no hispanas. En el año 2010 ya no se registraron migraciones predominantemente europeas, asiáticas y africanas como en décadas y siglos anteriores.

México en el siglo XXI, no solo es atractivo por su clima, cultura y el bajo costo de vida para los jubilados de países desarrollados o para aquellos extranjeros que deciden emprender grandes negocios a causa de una numerosa población de consumidores nacionales.

La inmigración predominante hacia México después de la conquista española fue la originada en la metrópoli, España, durante todo el Virreinato de la Nueva España y también después de la Independencia de México y hasta los años 1940, por razones tanto políticas como sociales o de similitud cultural. Durante el período colonial también numerosos esclavos, capturados en el África subsahariana, fueron llevados a México. Durante el siglo XIX la inmigración aumentó de variedad y comenzó a incluir a ciudadanos de otros países europeos y asiáticos. También durante el siglo XX México recibió a refugiados políticos de todo el mundo, principalmente a ciudadanos de países latinoamericanos bajo regímenes dictatoriales y reprimidos del franquismo español. A partir de 1990, y en el marco de la globalización y el TLCAN, la inmigración a México ha crecido notablemente, sobre todo desde Estados Unidos, Canadá y países de América Central.

Los primeros europeos que llegaron a la Nueva España (hoy México) fueron soldados y navegantes de Andalucía, extremadura y La Mancha. Más tarde llegaron religiosos valencianos, catalanes, madrileños, leoneses, aragoneses, portugueses, franceses, francesesnos y flamencos. En tiempos coloniales, moros, judíos y gitanos burlaban los controles al cambiar sus documentos de identidad para ingresar en las nuevas posesiones españolas, incluyendo la Nueva España, o lo hacían a través de las colonias de otras potencias europeas. A este grupo se les conocía como “llovidos” y su número llegó a ser considerable hacia el siglo XVII.[2][3]​ La composición social de dicha inmigración de finales del siglo XVI incluía tanto gente común analfabeta como aristócratas con títulos de condes y marqueses; todos ellos se diseminaron rápidamente por el territorio. Resta señalar que durante toda la existencia de la Nueva España, el número de españoles en sus territorios no fue significativo, a pesar de las devastadoras consecuencias para la población indígena de la epidemias que trajo consigo la inmigración europea y considerando el traslado de esclavos negros y otras poblaciones a la Nueva España. Así, a finales del siglo XVIII, el número de españoles nacidos en España no sobrepasaba el 1% de la población total, frente a un porcentaje de españoles criollos, nacidos en el virreinato de la Nueva España, que era de al menos del 10%.[4]

La población negra ha estado presente desde el periodo colonial de la Nueva España. Los españoles llevaron forzadamente a personas de las etnias mandinga y yoruba, que compraban en los mercados de esclavos y que posteriormente se mezclaron con los indígenas del sur, como el caso de los afromixtecos; en el sistema de castas creado por los españoles, sobre la teoría prerracista denominada ideología de la pureza de la sangre, se creó una casta especial para disminuir los derechos de los descendientes de relaciones sexuales entre indígenas y africanos subsaharianos, a los que se denominó zambos. Los negros que lograron escapar de la esclavitud se refugiaron en las altas montañas y en las costas del sur (cimarrones). Cuando la corona española conquistó a los filipinos, se estableció una corriente de transporte y comercio entre las Filipinas y Nueva España a través de los puertos de Acapulco y Manzanillo por medio de la llamada Nao de China. Llegaron entonces a México los primeros asiáticos de origen chino, filipino, indonesio y malayo.

Tras lograr México la independencia de España, la inmigración hacia México provino esencialmente de Europa, especialmente de España, pero también de Francia, Italia, Irlanda, Inglaterra y Alemania. Después de la instauración de la república, el presidente Antonio López de Santa Anna permite que los territorios del norte del país sean ocupados por 400 familias estadounidenses de origen anglosajón e irlandés, cuya confesión era la anglicana. Dichas familias cruzaron el río Arkansas y se establecieron en el Valle del Pecos y San Antonio de Béjar en Texas. Las políticas de repoblación de los territorios norteños trajeron como consecuencia la independencia de Texas y la guerra con Estados Unidos, en la que México pierde una gran cantidad de territorio, el correspondiente a los actuales Texas, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y California además de algún escaso territorio, que en la actualidad (inicios del siglo XXI), forma parte de Colorado y Oklahoma. Sin embargo, algunas familias mexicanas quedaron del lado estadounidense, así como ciertas familias angloamericanas que permanecieron del lado mexicano, sobre todo en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

A causa de la Revolución mexicana, hubo una importante emigración de judíos de México. Los que se quedaron se concentraron en 1912 y fundaron la primera organización judía, llamada Alianza Monte Sinaí; en 1923 la congregación quedó registrada de manera oficial como asociación civil.

Por otro lado, el empresario de teatro y cine Jacobo Granat apoyó la campaña política de Francisco I. Madero. Cuando Madero fue presidente, lo recompensó con el permiso para establecer un cementerio judío.[5]

Para 1918, más de la mitad de la población judía era árabe y turca; hasta 200 familias eran de origen asquenazí.

A partir de 1912, continuaron llegando judíos sefardíes provenientes de la región de Siria, y hacia 1924, algunos más de Europa Oriental, en algunas ocasiones desviados hacia México debido a la entrada en vigor de la ley Johnson de los Estados Unidos. Tras la invitación hecha por el expresidente Plutarco Elías Calles llegaron al puerto de Veracruz más de 10 000 judíos asquenazíes provenientes de Polonia, la Unión Soviética, Alemania, Italia, la República Checa, Eslovaquia, así como sefardíes de Grecia y Turquía.

Los judíos recién llegados trabajaban como vendedores ambulantes, boleros, aboneros y en otras muchas actividades en el centro de la Ciudad de México y en ciudades como Puebla, en el puerto de Veracruz, Córdoba y Guadalajara. Paulatinamente, algunos de los miembros de la comunidad judía se convirtieron en comerciantes establecidos e industriales. Los primeros inmigrantes de esta comunidad vivieron en vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de México (en barrios populares como La Merced y Tepito).

Se reunieron judíos sefardíes para construir su primera sinagoga en 1927, llamada Redefe Sedek en la colonia Condesa. En 1931 se publica el primer periódico judío de la ciudad de México (El Camino), en idioma yidis. En 1941 se construye la sinagoga asquenazí Nidje Israel; los años fueron duros porque los inmigrados no hablaban español, fueron algunos jóvenes y sus hijos nacidos del país los que empezaron a servir de intérpretes con el resto de los mexicanos.

Iniciado el siglo XXI hubo cambios importantes en la política de México que repercutieron en el incremento de residentes y naturalizados extranjeros. México no ha sido un país de destino, como los Estados Unidos, pero tiene una importante ubicación geográfica y estratégica. Al tomar posesión de su mandato, Felipe Calderón Hinojosa mencionó que buscaba dentro su gobierno más México en el mundo y más mundo en México, lo cual fue entendido como una apertura comercial mucho más dinámica con el exterior que dentro del país.

La globalización, el multiculturalismo y un acelerado índice de movilidad de los seres humanos provoca un incremento de la población extranjera de manera legal e ilegal dentro del territorio mexicano. Los norteamericanos siguen arribando al país y ocupan el mayor porcentaje de extranjeros; los centroamericanos, antillanos, sudamericanos y europeos también se siguen estableciendo en México de manera indefinida por muy diversas causas, a la que se suman nuevas comunidades de Asia Oriental y Oriente Medio.

A pesar de las desigualdades sociales de los mexicanos, este país norteamericano ofrece grandes posibilidades de convertirse en millonario, siendo un atractivo de la inmigración extranjera debido a un número mayúsculo de consumidores en todos los rubros, hasta los productos más sofisticados y lujosos son comprados en el país superando a todas las naciones latinoamericanas en la venta de artículos de vanidad.[6]​ El México del siglo XXI ya no se caracteriza por una vieja tradición de asilo y refugio, sino más bien por el comercio o un paso obligado por el territorio por tiempo indefinido para después inmigrar nuevamente con rumbo a los Estados Unidos. En el texto siguiente vemos el testimonio de un inmigrante centroamericano, en una canción de un grupo musical muy popular (Tigres del norte) donde se describe la difícil situación del inmigrante del sur:

El 25 abril abordó el buque Usumacinta de la Armada de México, 250 ciudadanos haitianos que tienen familiares en México arribaron al puerto de Veracruz, como parte del traslado humanitario del gobierno de la República en beneficio de los damnificados del terremoto que devastó ese país caribeño el pasado 12 de enero de 2010,[7]​ a final de año sumaron 734 inmigrantes haitianos que se sumaron a una comunidad de aproximadamente 1200 haitianos que ya recidían en el país mucho antes de la tragedia. A los nuevos haitianos arribados se les dieron las posibilidades de residencia permanente o temporal según la opción de cada uno para moverse por el país y acceder a los mismos servicios de los mexicanos a través del Instituto Nacional de Migración.[8]​ Países Bajos, Estados Unidos, Canadá, México, Venezuela y Costa Rica fueron de las pocas naciones que abrieron la entrada a familias completas de inmigrantes haitianos a su territorio.

Durante los festejos del bicentenario hubo cambios memorables sobre la presencia de las comunidades extranjeras que residen en México, en la madrugada del 16 de septiembre de 2010 el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, en la ciudad de Dolores Hidalgo suprimió las frases de Miguel Hidalgo de muera el mal gobierno y mueran los gachupines; para erradicar la discriminación hacia los españoles. En el desfile militar de la Ciudad de México fue evidente la presencia de 16 delegaciones militares extranjeras con fuerte presencia en territorio mexicano a través de sus ciudadanos residentes y nacionalizados mexicanos.

Según el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 1,212,252 personas nacidas en otro país, lo que equivale al 0,96% de la población total. En la siguiente tabla se detalla la procedencia de las principales comunidades extranjeras que han residido en México de manera legal.[17]

Fuente: INEGI Censo de Población y Vivienda 1990, 2000, 2010 & 2020 [20]

En el 2010, Jalisco, la gran mayoría procedentes de los Estados Unidos, la quinta entidad con población extranjera donde los inmigrantes proceden principalmente de España, donde se concentran principalmente en Guadalajara

En Chapala vive la comunidad estadounidense más grande de México, el bajo coste de vida para jubilados, el clima benigno y su creciente industria de la tecnología son los principales atractivos para los ciudadanos norteamericanos. Entre otras comunidades destacan la española, irlandesa, argentina, alemana, croata, canadiense e italiana.

En la Ciudad de México se concentran casi todas las comunidades más numerosas por país, entre las más destacadas están las comunidades de estadounidenses, libaneses, española, rusa, guatemalteca, salvadoreña, hondureña, beliceña, colombiana, argentina, brasileña, chilena, venezolana, peruana, saharaui, keniana, croata, turca, noruega, suiza, sueca, francesa, alemana, italiana, coreana, china, japonesa, siria, puertorriqueña, haitiana, cubana.

En Baja California no solo es mayoritaria la inmigración estadounidense, sino que en esta entidad hay otras comunidades de notable presencia como la china, haitiana, rusa, italiana, libanesa, japonesa, india, guatemalteca, salvadoreña, hondureña, española, alemana y ecuatoriana.

En Baja California Sur destacan las comunidades de estadounidenses, canadienses, chinos y japoneses. La ciudad de La Paz posee una de las comunidades de japoneses más grandes de México, atraídos por la extracción de sal y perlas en el pasado.

En Chihuahua ha sido un estado que ha tenido inmigrantes desde que México se separa de España, los mormones estadounidenses, los menonitas de Europa, españoles, portugueses, italianos y chinos son quienes han tenido una larga estancia en el estado.

En Nuevo León se concentran importantes comunidades de extranjeros, al ser el segundo estado con más inmigración. Monterrey su capital fue fundada por sefarditas y de allí en adelante se han establecido otras colectividades como italianos, portugueses, alemanes, ucranianos, turcos, sirios, libaneses, franceses y otras regiones de Europa.

El estado de México es una entidad periférica que forma parte de la Ciudad de México, en el estado de México se concentran principalmente inmigrantes norteamericanos, centroamericanos, latinoamericanos, asiáticos, europeos y sudamericanos, razón por la cual los inmigrantes se han establecido con mayor facilidad a diferencia de los residentes en el Distrito Federal, una importante población flotante e ilegal ha buscado como lugar de destino final a los municipios del estado de México. La comunidad judía, que ha provenido de países europeos, asiáticos y latinoamericanos tienen su mayor concentración a nivel nacional en el estado de México.

El estado de Chiapas es la entidad mexicana con mayor número de población extranjera al sur del país, la comunidad más numerosa es la de ciudadanos guatemaltecos de todas las edades tanto por razones limitrofres como por familiares con los chiapanecos desde tiempos prehispánicos a la actualidad, pero también sobresalen comunidades de hondureños, salvadoreños, chinos, ecuatorianos, nicaragüenses, libaneses, alemanes, japoneses, coreanos, italianos, españoles, colombianos, cubanos, noruegos, suizos, sirios, iraquíes y árabes saudíes.

El estado de Sinaloa alberga la comunidad griega más grande de México, así como españoles, italianos, franceses, alemanes, cubanos, argentinos, chinos y japoneses.

El estado de Sonora posee una creciente comunidad de inmigrantes estadounidenses, cubanos, argentinos, hondureños, canadienses y demás extranjeros que se sitúan en las grandes ciudades de Sonora, en Hermosillo destacan también las comunidades de colombianos, japoneses, chinos, sudafricanos, indios, españoles, italianos y alemanes.

El estado de Tamaulipas principalmente destacan comunidades de estadounidenses y de países caribeños, centroamericanos, sudamericanos y europeos ya arribaron Tamaulipas.

Quintana Roo es un destino tanto turístico como migratorio, muchos extranjeros han ido inmigrando últimamente al estado debido a los destinos turísticos de Cancún, Puerto Juárez, Cozumel, Playa del Carmen y Tulum dónde en el estado ha ido aumentando las comunidades de estadounidenses, canadienses, guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, cubanos, puertorriqueños, dominicanos, colombianos, venezolanos, argentinos, peruanos, brasileños, rusos, uruguayos, españoles, italianos, alemanes, británicos, portugueses, franceses, suizos, japoneses, coreanos, indios, chinos y entre otros.

En Guanajuato ha aumentado la inmigración de estadounidenses jubilados, españoles y japoneses situados en las grandes urbes de dicho estado y también principalmente en León ha ido aumentando la inmigración vietnamita, china, cubana, argentina, colombiana, italiana, peruana, francesa y alemana.


En Michoacán hay una creciente comunidad de inmigrantes europeos principalmente españoles, italianos, alemanes y franceses y también de estadounidenses y canadienses situados en Morelia y en demás ciudades o pueblos, y en menor medida de hondureños, colombianos, venezolanos, japoneses.

En Puebla hay una creciente comunidad italiana, y en menor medida, de alemanes.

El municipio de Tijuana es el que concentra mayor población extranjera en todo el país, las razones son obvias debido a ser el paso fronterizo más cruzado en todo el mundo.

El municipio de Ensenada es el que concentra mayor población estadounidense en todo el país.

El municipio de Juárez, en el estado de Chihuahua es el segundo a nivel nacional que ha concentrado población extranjera, donde destaca las comunidades estadounidense, guatemalteca, salvadoreña y libanesa.

Mexicali es el tercer municipio con mayor concentración extranjera, la comunidad más destacada es la proveniente de China, la cual se concentra principalmente en el barrio chino conocido como "La Chinesca" y de Estados Unidos, quienes se han concentrado principalmente en el puerto de San Felipe, no obstante, sobresalen otras comunidades que provienen de India, Guatemala, España, Italia, El Salvador, Honduras y Japón.

En Nuevo Laredo descatan principalmente comunidades estadounidenses, aunque las de centroamericanos, caribeños y sudamericanos han ido en aumento en los últimos años.

En Tapachula destacan junto con sus descendientes las comunidades de alemanes, chinos, japoneses, libaneses, franceses, italianos, sirios, iraquíes, estadounidenses, ingleses, neerlandeses, judíos, guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, hondureños e incluso de Oceanía, como Australia, Nueva Zelanda, entre otros países.

En Reynosa destacan las comunidades de estadounidenses, guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, suecos y alemanes.

Monterrey es una de las ciudades del norte dónde están las comunidades por país, destacando las comunidades de estadounidenses, españoles, guatemaltecos, cubanos, argentinos, canadienses, franceses, salvadoreños, colombianos, venezolanos, brasileños, chilenos, ecuatorianos, beliceños, nicaragüenses, italianos, alemanes, rusos, sirios, coreanos, chinos, japoneses, indios, libaneses, peruanos, turcos, suecos y noruegos.

En Guadalajara están presentes por país, sobresalen las comunidades de países procedentes de Estados Unidos, España, Guatemala, Cuba, Canadá, Francia, Brasil, Chile, Argentina, Venezuela, Italia, Alemania, Rusia, Nicaragua, Turquía, Japón, Corea del Sur, India, Líbano, Puerto Rico, Francia, Italia y Grecia.

La mayor parte de los extranjeros que viven en México son relativamente de todas las edades y las causas por las que viven en México son distintas, tenemos a los adultos mayores jubilados de Estados Unidos, Canadá y Europa, a los jóvenes de Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica que buscan oportunidades de estudio o laborales y a los infantes que por diversos motivos viajan con sus padres, tanto los residentes como los transmigrantes que intentan llegar a los Estados Unidos.

Los inmigrantes recién llegados a México, buscan hacer comunidad con sus paisanos sobre todo en las grandes metrópolis mexicanas, surgen establecimientos comerciales y sociales para integrar a los nuevos residentes. En algunas ocasiones se opta por la nacionalización cuando nacen los bebés en suelo mexicano; los padres buscan mantener un doble vínculo entre el lugar de nacimiento del hijo y la nación de los progenitores.

Las comunidades de inmigrantes estadounidenses en las costas de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, y en pequeños pueblos, como San Miguel de Allende o Chapala donde la población estadounidense representa al 50% de la población.[22][23]

Al ser México una de las principales economías del mundo, se convierte en un lugar de destino para empresarios e inversionistas extranjeros. La apertura comercial del país ha creado importantes vínculos comerciales en todos los continentes; importantes firmas comerciales se han distribuido por la geografía mexicana. Tanto el campo mexicano como los grandes centros urbanos son zonas de potencial económico para las comunidades de inmigrantes extranjeros que han puesto su confianza en la economía mexicana y la cercanía que se tiene con los Estados Unidos.

Los menonitas llegaron a México en 1922 y decidieron establecerse en muchos estados del país. Son gente muy productiva y se dedican al cultivo de frutas, cítricos, producción de leche, venta de ganado, forrajes y su muy peculiar queso menonita que ha sido integrado a la gastronomía mexicana. Otros migrantes incansables son los rusos molokans y los catalanes que ha desarrollado una importante industria vitivinícola que tiene reconocimiento internacional.

Otra comunidad inmigrante que han impulsado el desarrollo del campo mexicano es parte de la influencia de la cultura italiana de Chipilo, la producción de leche y ganado ha cambiado rotundamente la economía de la ciudad de Puebla, misma que se ve reflejada, aparte de los productos lácteos que han dado renombre a la comunidad, en la creación de franquicias e importantes establecimientos comerciales, de los cuales surgen nombres muy peculiares como «Topolino» (Ratoncito), y la cadena de muebles fabricados en Chipilo llamada «Segusino».

Otro sector importante es el turismo, la hotelería, los establecimientos restauranteros y préstamos de servicios turísticos surgen como espacios generadores de empleo tanto para los nacionales como para los extranjeros.

Recientemente se ha incrementado la llegada de misioneros católicos de procedencia española y africanos de origen camerunés, ugandés y congolés, que se han establecido los primeros en parroquias citadinas, mientras que los de origen africano se han dispersado en comunidades pequeñas, sobre todo del sureste del país.

Aproximadamente el 7.8% de la población (6,160,000 personas de más de 5 años), según el censo de 2010 e incrementó notablemente en menos de diez años. La influencia de los Estados Unidos y de los países Centroamericanos se ha hecho notar dentro de las creencias de los inmigrantes, un número considerable de pastores evangélicos proceden de países centro y sudamericanos, quienes tiene un gran apego al convencimiento de nuevos creyentes mexicanos.

Los musulmanes a México a finales del siglo XIX y durante el XX, huyendo de guerras y conflictos que aquejaban a los países levantinos y del Medio Oriente. También buscando establecerse cerca de otros árabehablantes, arribaron los jordanos, sirios, palestinos y otros. Sus ocupaciones varían mucho. Era común que todos ellos fueran personas que desempeñaban labores en la industria del comercio y no era extraño encontrarse árabes que vendieran telas, comida, ropa y otros productos típicos. Sus generaciones de ascendencia árabe se fueron superando y estudiando carreras universitarias, llegándose entonces a resaltar apellidos de origen árabe en la política, comercio exterior, y más.

El dinamismo económico del norte de México (favorecido por la cercanía de los Estados Unidos) ha permitido la explotación de los yacimientos de oro, plata, carbono y cobre de la zona, permitiendo por otro lado la comercialización de los productos mexicanos, principalmente agrícolas y ganaderos. Ello propició que en el norte del país se establecieran grupos de inmigrantes de habla árabe o descendientes de éstos que a diferencia de otros inmigrantes ya establecidos, se preocuparon por intentar crear un ambiente islámico favorable para su estancia, esto devino en la apertura de la primera mezquita en territorio mexicano. Está en la ciudad de Torreón, Coahuila y se llama Suraya, y a ella asisten principalmente chiítas.

A mediados de los años 80 se estableció en la ciudad de México un grupo de musulmanes, principalmente diplomáticos, que establecen el Salat al Yumma, primeramente en el "club egipcio" y posteriormente en la embajada de Pakistán, donde se adapta una mezquita para los que vivían en la ciudad. Esto propició el aumento de la inmigración de la comunidad, tomando en cuenta la cercanía con los Estados Unidos y no siendo impedimento su fe, lo que hacía factible realizar negocios en México extendiéndose hasta el suroeste de los Estados Unidos. A finales del siglo XX se construyeron nuevas mezquitas improvisadas en ciudades como Monterrey, Tijuana y Ciudad Juárez.

A raíz de la actividad del musulmán español Aureliano Pérez Yruela (conocido como el emir Nafia), miembro de la Comunidad Islámica de México, se produjo el fenómeno religioso de los indígenas musulmanes de Chiapas. Pérez Yruela fue expulsado de México en 1998. Previamente, es en 1995 cuando decenas de familias protestantes, expulsadas violentamente de San Juan Chamula e instaladas en las afueras de San Cristóbal de las Casas, crearon una colonia denominada Nueva Esperanza, como símbolo de la disputa con el tradicional indigenismo católico. Hoy, más de 300 tzotziles y tzeltales, después de haber sido católicos y protestantes evangélicos, decidieron adoptar la fe musulmana.[24]

La comunidad musulmana en Chiapas recibe apoyo financiero de países islámicos para que pueda ofrecer a sus miembros trabajo, educación, alimentos y ropa a los mayas musulmanes e inclusive algunos tzotziles ya han viajado a La Meca gracias a apoyos patrocinados por estos organismos islámicos.[25]

Debido a la cercanía de México con los Estados Unidos, han aparecido comunidades bilingües relativamente importantes. Las lenguas alóctonas más habladas en México son las siguientes:

Hoy en día es común que los futbolistas y algunos otros deportistas se nacionalicen en los países en los que se les facilitan las oportunidades de su desarrollo profesional o entrenamiento, siendo también muy común que suceda en México, sobre todo con aquellos futbolistas argentinos, brasileños, paraguayos, uruguayos y chilenos; siendo en menor medida la nacionalización de futbolistas colombianos, ecuatorianos, peruanos y costarricenses.

En el béisbol, en su mayoría los que se han nacionalizado son cubanos, dominicanos, puertorriqueños, nicaragüenses y venezolanos.

En el boxeo, es común ver entrenar a filipinos, estadounidenses, nicaragüenses y japoneses radicados en el país.

Los deportistas cubanos que se han nacionalizado han destacado en multitud de deportes, desde el atletismo hasta el ajedrez.

Recientemente se ha identificado a una comunidad de atletas en su mayoría procedentes de Kenia, (algunos de ellos ya nacionalizados) que ha decidido establecerse en Toluca, por su condición estratégica de cercanía a la capital del país, su altitud, instalaciones deportivas y lugares de entrenamiento como las faldas del Nevado de Toluca, su concentración para entrenamiento es diario, por lo que se hace ya cotidiano verlos correr en esa zona.[26]

En cuanto a la adopción de la ciudadanía mexicana o la residencia permanente, se ve un ligero incremento entre muchos ciudadanos que llegaron como visitantes y que por diversas causas estos ciudadanos extranjeros mayores de 18 años solicitaron a las autoridades mexicanas la naturalización y adopción de una nueva identidad legal con los mismos derechos y obligaciones de los ciudadanos mexicanos. Algunos han renunciado a su antigua ciudadanía y otros se mantienen con una doble identidad binacional.

Entre las comunidades que más han solicitado la residencia permanente o naturalización y que tienen mayor interés de convertirse en mexicanos legalmente se encuentran los estadounidenses, europeos occidentales, sudamericanos, centroamericanos y asiáticos, en menor proporción doptan la ciudadanía mexicana los europeos orientales, caribeños, oceánicos y africanos, sin embargo; la mayoría de las comunidades se han mantenido dentro del territorio nacional como residentes temporales con permanencia indefinida legal o ilegal sin la búsqueda de una residencia permanente manteniéndose con el propósito de regresar a sus países de origen en algún momento.

Nacionalizarse mexicano, es una fenómeno distinto al que ocurre en los Estados Unidos, pero no muy diferente respecto a buscar oportunidades de emprender negocios y hacer en México una nueva oportunidad para vivir, la nacionalización de los hijos cuando nacen en otros países fuera de México procura la integración familiar en defensa de los derechos de los infantes, cuando los padres son deportados a México por condición ilegal, se busca que los hijos no queden separados de sus padres y se permite la nacionalización de los niños, también en estos casos los ocurridos en Medio Oriente, los padres mexicanos han reclamado la tutela legal de sus hijos que han nacido en Palestina, Israel, Líbano y Siria en medio de problemas bélicos. México ha buscado la protección de la madre mexicana cuando está sujeta a maltrato intrafamiliar en otros países o bien, en caso de divorcio con su pareja extranjera y no pierda la patria protestad de los hijos pudiendo regresar al territorio mexicano con sus hijos.

Existen diversas formas para obtener la naturalización:

Una vez naturalizado, se adquieren derechos y obligaciones para poder conservar la identidad nacional, tal como lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El incumplimiento de lo dispuesto por la ley, puede llevar a que se pierda la ciudadanía y hacerse expulsar del país o la detención por algún delito, si el caso lo amerita.

En México se han dado otros fenómenos sociales que obligan a los extranjeros a internarse en este país de manera ilegal sin ser un caso generalizado, por ejemplo; el tráfico de centroamericanos, sudamericanos, asiáticos y caribeños con la intención de llegar a los Estados Unidos, el trato de blancas para animación nocturna con jóvenes del Caribe, Sudamérica o Europa Oriental, la explotación laboral de población extranjera flotante en campos de cultivo y zonas turísticas. Debido al alto grado de corrupción y de impunidad, instituciones como la ONU, Derechos Humanos, Interpol, CEPAL, entre otras, están pendientes de todo lo ocurrido en el territorio mexicano en materia de migración y violación al libre tránsito como un derecho.

En la lucha por llegar a los Estados Unidos, miles de inmigrantes con situación ilegal exponen sus vidas al intentar cruzar sin papeles por el territorio mexicano, de mil inmigrantes ilegales que cruzan por las fronteras mexicano-estadounidenses, según el Instituto Nacional de Inmigración, 400 de ellos no son mexicanos, la mayoría proceden de países centroamericanos.[cita requerida]

La gran mayoría de los inmigrantes sin papeles que cruzan por México proceden de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Cuba, Ecuador, Colombia, Brasil, Venezuela, Perú, Haití, Bulgaria, Rumanía, Corea del Sur, China, India, Filipinas, Vietnam, Indonesia, Palestina e Irak, no se tiene registro oficial de ingreso al país, no forman parte de las estadísticas debido a su ilegalidad y una permanencia temporal indefinida dentro del territorio nacional a diferencia de los inmigrantes estadounidenses y europeos que si legalizan con regularidad su estancia en suelo mexicano. A través de Instituto Nacional de Migración se estima que 450,000 indocumentados ingresan a México anualmente, aunque en los dos últimos años redujo el nivel de ingresos ilegales a 300,000 indocumentados aproximadamente. Muchos indocumentados no argumentan que solo la inseguridad fustra el sueño americano, también han decidido no emigrar por la crisis laboral que enfrenta los Estados Unidos y las medidas que ha tomado este país en varios estados con los inmigrantes.[cita requerida]

México ha implementado políticas de repatriación con los inmigrantes, así también la deportación obligatoria de ciudadanos que cruzan ilegalmente por el territorio nacional. El fenómeno de transmigración es ya un descontrol en todo el territorio nacional, el número de inmigrantes se estima que triplica en estadísticas a la inmigración legal, entre la deportación de extranjeros tuvieron un ingreso por la frontera con Guatemala y Belice, vía aérea simulando ser turistas, y que además entran en contacto con las mafias del tráfico de personas que operan en México y sus países de origen.

Los cubanos son introducidos ilegalmente a través de las costas de Quintana Roo o Yucatán y transportados por varios días hasta llegar a la frontera con los Estados Unidos. Las redes criminales operan tanto en México como en Cuba y Estados Unidos al realizarse el tráfico ilegal de la transportación con documentos falsos o sin papeles.

Florence Cassez Crepin[30][31]​ es una ciudadana francesa que fue condenada en 2007 a 60 años de prisión[32]​ y recluida en el Centro de Readaptación Femenil de Tepepan —al sur de la Ciudad de México— por los delitos de secuestro, delincuencia organizada y posesión ilegal de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército. Su condena y su posible extradición a su país de origen crearon un severo conflicto diplomático entre México y Francia llevando al cierre de las actividades culturales denominadas El año de México en Francia.[33][34][35][36]​ En 2013 la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió concederle un amparo y liberarla por irregularidades en su detención, tras lo que Cassez regresó a Francia.[37][38]

La Masacre de San Fernando, fue un crimen cometido por Los_Zetas[39]​ entre el 22 y 23 de agosto de 2010,[40]​ en el ejido El Huizachal, en el municipio de San Fernando, en Tamaulipas, México. Los 72 ejecutados, 58 hombres y 14 mujeres,[41]​ fueron en su mayoría inmigrantes provenientes de Centro y Sudamérica, asesinados por la espalda, para posteriormente ser apilados y puestos a la intemperie. Las primeras investigaciones señalan que fueron asesinados porque luego de ser secuestrados, no pagaron el dinero que les exigían para dejarlos libres y también se negaron a formar parte del grupo criminal. Para el 8 de octubre de 2010, se habían reconocido 50 de los 72 cuerpos, 21 hondureños,[42]​ 14 salvadoreños,[43]​ 10 guatemaltecos,[44]​un ecuatoriano,[45]​ y 4 brasileños.[46][47]

Un ciudadano ecuatoriano, quien denunció el hecho ante las autoridades cercanas, había sido reconocido como el único sobreviviente de la matanza, aunque el día 1 de septiembre fue revelada la existencia de otro testigo hondureño,[48]​y cuatro días después, otro de nacionalidad salvadoreña,[49]​aunque las autoridades mexicanas aseveran que no existe evidencia de que fue testigo de los hechos.[50]

El crimen organizado no solo integra a sus hechos delictivos a ciudadanos mexicanos, también hay un número considerable de ciudadanos extranjeros que han sido reclutados de manera voluntaria u obligatoria por su ingreso ilegal al país, muchos son víctimas pero otros son delincuentes que formaron parte de las maras; el párroco oaxaqueño Solalinde Guerra ha denunciado a las autoridades mexicanas el secuestro de ciudadanos indocumentados que son integrados a las filas de la delincuencia organizada.[51]

La ONU, Amnistía Internacional y otras instancias públicas y privadas mexicanas e internacionales han emitido diversos informes sobre los diferentes maltratos, asesinatos, secuestros y violaciones de que son objeto los inmigrantes en México, en especial los de origen latinoamericano y asiático. El último reporte de la ONU exhortaba a las autoridades a “que siga(n) tomando las medidas adecuadas para mejorar las condiciones de internamiento en centros de detención de inmigrantes, de conformidad con las normas internacionales, e investigue(n) las denuncias de abuso y tratos degradantes cometidos por funcionarios públicos, para sancionar a los responsables”.[52]​ El maltrato proviene a menudo también del crimen organizado, que obtiene fondos del secuestro de inmigrantes: 11,333 migrantes fueron secuestrados en México sólo en 2010 según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México,[53]​ y se cuentan por miles los asesinatos y violaciones contra ellos.[54]​ La mayoría de las víctimas de los secuestradores en México, eran mayoritariamente mexicanos, pero entre las víctimas extranjeras se encontraban empresarios.

Previo a la Ley de Migración publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de mayo de 2011, la inmigración en México se encontraba regulada por la Ley General de Población de 1974, la cual era muy restrictiva. Debido al interés de mejorar su imagen especialmente ante Estados Unidos, y en atención a las demandas de la sociedad civil exigiendo proteger a los inmigrantes indocumentados de la violencia a la que son sujetos en el país, México reformó su legislación migratoria en el 2011. Con la Ley de Migración de 2011 se reforman, derogan y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Población, del Código Penal Federal, del Código Federal de Procedimientos Penales, de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, de la Ley de la Policía Federal, de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, de la Ley de Inversión Extranjera, y de la Ley General de Turismo. Esta nueva ley despenaliza la inmigración ilegal a México, que según la antigua ley podía penalizarse hasta con diez años de prisión en caso de reincidencia.

Con la Ley de Migración de 2011, se establece que independientemente de la situación migratoria de un individuo que salga, transite o llegue a un territorio distinto al del Estado del que sea residente, tendrá derecho de libre tránsito, con las limitaciones establecidas en legislación mexicana; tendrá acceso a los servicios educativos, servicios de atención médica y caso de emergencias para preservar su vida dicha atención será gratuita, de igual forma podrán realizar cualquiera de los actos del estado civil tales como matrimonio, nacimiento, reconocimiento de hijos, divorcio y a la expedición de las actas correspondientes; tendrán derecho a preservar la unidad de su familia, derecho a la procuración e impartición de justicia, así como presentar quejas en materia de derechos humanos, derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica y a que se les proporcione por parte de las autoridades la información respecto de sus derechos y obligaciones como migrantes, los requisitos para su admisión y permanencia en México, tendrán derecho a solicitar se le reconozca como refugiado, a que en su caso se le proporcione protección complementaria, asilo político o la determinación de apátrida, a que se le designe un traductor[55]​ o intérprete cuando desconozcan el español y manifestarse por escrito cuando padezca de sordera.

Según el Artículo 70 del Reglamento de la Ley de Migración—publicado el 28 de septiembre del 2012 en el Diario Oficial— y el Artículo 81 de la Ley, la Policía Federal "solo actuará a solicitud expresa del Instituto [Nacional de Migración], sin que ello implique que puedan realizar de forma independiente funciones de control, verificación, y revisión migratoria." Según el Artículo 76 de la Ley "El Instituto no podrá realizar visitas de verificación migratoria en los lugares donde se encuentre migrantes albergados por organizaciones de la sociedad civil o personas que realicen actos humanitarios, de asistencia o de protección a los migrantes."[56]

El paso de inmigrantes centroamericanos por México ha sensibilizado a diversos sectores de la población y es por esto que se han creado diversas organizaciones civiles en pro del inmigrante, éstas se dedican a ofrecer alimento, alojamiento temporal, atención médica, ropa, ayuda psicológica y apoyo jurídico. Ejemplos de este tipo de organizaciones son Hermanos en el Camino, institución religiosa de asistencia humanitaria integral ubicada en la Ciudad de Ixtepec en el estado de Oaxaca. Las Patronas son un grupo de 14 mujeres veracruzanas que desde 1993 se han dedicado todos los días a preparar alimentos que después reparten en bolsas de plástico para los inmigrantes que viajan en tren rumbo a Estados Unidos, en 2013 fueron reconocidas con el Premio de Derechos Humanos.[57][58]



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