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Provincia de San Salvador



La Provincia de San Salvador fue una provincia de la Monarquía Española, erigida el 8 de mayo de 1821 en el territorio de la Intendencia de San Salvador, que hasta ese momento era parte de la provincia de Guatemala. En ese mismo año declaró su independencia de España junto con todas las provincias centroamericanas para luego defender su territorio ante la anexión de Centroamérica al Primer Imperio Mexicano y posteriormente declarar la independencia absoluta centroamericano el 23 de julio de 1823, consiguientemente entre los años de 1823 y 1824 absorbió a la Alcaldía Mayor de Sonsonate, reuniendo a representantes de ambas en una asamblea constituyente que decretó la unión de las dos entidades en el Estado del Salvador dentro de la República Federal de Centroamérica.[1]

El 23 de mayo de 1812 las Cortes de Cádiz dividieron el territorio del reino de Guatemala en dos provincias: la de Nicaragua y Costa Rica y la de Guatemala. Ésta última incluía los territorios de las Alcaldías Mayores de Chimaltenango, Escuintla, Sacatepéquez, Sololá, Sonsonate, Suchitepéquez, Totonicapán y Verapaz; los Corregimientos de Chiquimula y Quezaltenango, y las Intendencias de Ciudad Real de Chiapas, Comayagua y San Salvador. Estaba gobernada por un Jefe Político superior nombrado por la Regencia, que fue José de Bustamante y Guerra, y una Diputación Provincial de siete miembros elegida popularmente. Su capital fue la ciudad de Guatemala. Sin embargo, el régimen no duró mucho, debido a la restauración del absolutismo por Fernando VII en 1814.[1]

En 1820, al restaurarse el régimen constitucional, se restableció la provincia de Guatemala, con Carlos de Urrutia y Montoya como Jefe Político Superior, pero el 8 de mayo de 1821 las Cortes españolas emitieron una ley según la cual todas las Intendencias se erigían a la categoría de provincias. Con esto nació la provincia de San Salvador que ya no dependía política y administrativamente de Guatemala, aunque sí en lo militar y en lo judicial. Siendo el primer Intendente-Jefe político superior Pedro Barriere, quien había estado ejerciendo el cargo de intendente de San Salvador desde 1819.[1]

Está nueva provincia contaría con la misma división administrativa de la anterior intendencia, con la diferencia que los pueblos -con poblaciones de 1000 en adelante- pasaran a constituirse como municipios con sus respectivo ayuntamiento conformado por dos alcaldes, 8 a 12 regidores y un procurador; mientras que los pueblos con una población entre 1000 y 100 habitantes serían liderados por un alcalde, 2 a 6 regidores y un procurador. Las tenencias pasan a denominarse únicamente como distritos y serían liderados por el alcalde de primer voto de su cabecera, por lo que tendrían el título de jefe de distrito. Mientras que las subdelegaciones pasaran a denominarse únicamente como partidos y a ser lideradas por un jefe político subalterno nombrado por el jefe político de la provincia.[1]

El 15 de septiembre de 1821 se proclamó la independencia de la antigua capitanía General de Guatemala, y la diputación provincial guatemalteca se erigió en la junta provincial consultiva, en la que como representantes de la provincia de San Salvador estaban los presbíteros José Matías Delgado y Manuel Antonio Molina y Cañas.[2]​ El 21 de septiembre de 1821 llegaría, a los diferentes ayuntamientos de la provincia, la noticia de la independencia; que sería apoyada con entusiasmo.[2]

En San Salvador, ese día 21, se realizaría un acta donde las autoridades acordaron observar al gobierno que se establezca en Guatemala; pero a la vez mostraron su adhesión a la monarquía americana (el Imperio Mexicano).[2]​ Esto debido a que Barriere y varios miembros del ayuntamiento eran partidarios del plan de iguala del general Agustín de Iturbide, que inclusive su contenido había sido discutido en cabildo abierto el 14 de septiembre.[2]

El 22 de septiembre, la independencia fue jurada por los funcionarios y trabajadores del gobierno y ayuntamiento. Posteriormente, el 27 de septiembre se celebró un cabildo abierto extraordinario, en donde Manuel José Arce y Juan Manuel Rodríguez se presentaron a proponer que cuando sea electa la diputación provincial, está se constituya como junta gubernativa subalterna (dependiente de Guatemala pero autónoma); esto como medida de la facción republicana para apartar del mando militar a los que estén en contra de la independencia.[1][2]

El 29 de septiembre, se verificó en San Salvador la solemne proclamación de la independencia; en la que el alcalde primero Casimiro García Valdevallano sacó un pendón con las divisas del plan de iguala (Religión, Independencia, Unión).[3][1][2]​ Al siguiente día, se realizó la jura del pueblo y una misa de acción de gracias presidida por el cura y vicario de la ciudad Ignacio Saldaña.[4][5]

El 1 de octubre, Arce y Rodríguez presentaron una solicitud al ayuntamiento de la capital, para que ese día se procediere a elegir a la junta gubernativa; en cambió, el jefe político Barriere, publicó un bando convocando a elecciones el 4 de ese mes.[2]

Cuando el pueblo se presentó a votar, el 4 de octubre, las milicias de la ciudad se movilizaron, dispersaron a la multitud y detuvieron las elecciones; asimismo, Barriere mandó a encarcelar a Domingo Antonio de Lara, Mariano Fagoaga, Manuel José Arce, Juan Manuel Rodríguez, Manuel Castillo (estos últimos tres fueron enviados hacia la cárcel de Guatemala), entre otros.[2][5]

En los siguientes días llegaron ante el gobierno guatemalteco 3 cartas, enviadas por Barriere, el comandante de las milicias coronel José Rosi, y Manuel Delgado (este último en representación de la facción republicana); en esas cartas cada facción veía a la otra como enemigo del pueblo o como rebeldes a la subordinación al gobierno guatemalteco.[2]​ Así para Barriere y Rosi la idea de la junta era subversiva y dañina, y culpaban a Rodríguez y a Arce de repartir boletas para salir electos ellos o los de su faccion; mientras que Delgado calificaba de serviles a Barriere, Rosi, Guillermo Castro (comandante del cuerpo de voluntarios de Fernando VII) e Ignacio Saldaña, y consideraba que con lo sucedido se había usurpado nuevamente al pueblo los derechos que había conseguido.[2]

Los ayuntamientos de San Vicente, San Miguel, y Apastepeque, enviaron a Guatemala su protesta sobre Barriere y pidieron su remoción. Asimismo, debido a disturbios ocurridos en Cojutepeque el 29 de septiembre, en la que el vicario de la población Gregorio Echegoyén junto con el alcalde primero Ramón de Villafañe, comandaron a los indígenas y destituyeron al alcalde segundo; Barriere ordenaría la captura del vicario Echegoyén y el cura Pedro Cuellar, así como autorizaría al comandante del escuadrón de dragones coronel Rafael Molina, la disolución del ayuntamiento de San Vicente; por lo que tanto Echegoyén, Cuellar y el ayuntamiento de San Vicente enviarían más cartas en contra de la administración de Barriere y pedirían protección al gobierno de Guatemala.[2]

Ante tales hechos la junta provisional consultiva de Guatemala nombró, el 9 de octubre, a uno de sus miembros, el presbítero José Matías Delgado como nuevo intendente-jefe político; quien se movilizó rápidamente hacia San Salvador; en la villa de Santa Ana liberaría a los que habían sido aprisionados por Barriere y que iban en camino a Guatemala; y el 27 de octubre tomaría posesión del cargo.[1][6]

Entre las primeras medidas que tomó el presbítero Delgado fue el deponer del alto mando militar a José Rosi, al sargento mayor veterano Millan Bustos, y al teniente veterano Argote (comandante del cuerpo de banderas), y disolver el cuerpo de voluntarios.[7]​ Más adelante, el 6 de noviembre, se realizaría un cabildo abierto (con presencia de delegaciones de Cojutepeque y San Vicente), en el que se nombró a Antonio José Cañas (uno de los delegados de Cojutepeque) para que investigase a los que estaban en contra de la independencia; así como se destituyó y se eligió a las nuevas autoridades (quedando como nuevos alcaldes de la ciudad Manuel José Jáuregui y Juan Delgado); siendo destituidos el vicario Ignacio Saldaña, el administrador de correos Juan Viteri, y el oficial mayor José Longinos Salazar; únicamente el teniente coronel de dragones Domingo Viteri fue mantenido en su puesto gracias a Delgado.[2]

El 10 de noviembre llegaron a San Salvador los electores de los distritos: José Mariano Goitia (por Gotera), Domingo Cañas (Zacatecoluca), José León Taboada (Quezaltepeque), José Francisco Peralta (Olocuilta), José Buenaventura Guerrero (Sensuntepeque), Atanasio Gutiérrez (Usulután), Antonio Morales y Felipe Arana (ambos por San Salvador), Ramón Villafañe (Cojutepeque), Agustín Cisneros (Chalatenango), y José Antonio Jiménez (San Vicente); el de Tejutla (Domingo Rodríguez) llegó pero fue excluido por ser deudor de la hacienda pública; los de San Miguel y San Alejo se excusaron por enfermedad; y los de Santa Ana y Metapán no asistieron. Ese mismo día se escogió al secretario y a los escrutadores. Al día siguiente, y luego de la misa del Espiritú Santo, los electores procedieron a realizar la votación; siendo electos Manuel José Arce, Antonio José Cañas, Juan Manuel Rodríguez, Sixto Pineda, Juan Fornos, y Basilio Zeceña, a ellas se les sumarían el jefe político Delgado (quien anteriormente había sido parte de la diputación y posterior junta provincial consultiva de Guatemala; al igual que Manuel Antonio Molina, que se quedaría en Guatemala).[1]

La primera decisión de la diputación provincial, en lo concerniente a bienestar de la población, tuvo lugar el 24 de diciembre, cuando acordó encargarle al ayuntamiento de Chalchuapa (que solicitaba los medios para que dicha población disfrutase de sus cultivos), que a través de sus alcaldes estimulasen a los labradores en el cultivo y el fomento de los frutos propios de la zona. A finales de ese año de 1821, se llevaron a cabo las elecciones para diputados al congreso que había estipulado el acta de Independencia (y que iba a reunirse el 1 de marzo, aunque el tema de la anexión a México hizo que algunas poblaciones no convocasen a elecciones.[1][2]

El 19 de octubre de 1821, Gabino Gaínza (el último capitán general y jefe político superior de la provincia de Guatemala nombrado por el gobierno español, y el presidente de la junta provisional consultiva) recibió un oficio enviado por el general Agustín de Iturbide, donde presionaba sutilmente a las provincias del antiguo reino de Guatemala a unirse al primer Imperio Mexicano; además que mencionaba el envió de un contingente de 600 soldados (comandados por Antonio Flon) a la Frontera entre ambas jurisdicciónes.[8][9]​ Debido a ello, y a que Chiapas, Quetzaltenango, Comayagua y León se habían ya declarados unidos a México; el 30 de noviembre, dicha junta enviaría una comunicación a todos los ayuntamientos constitucionales para en cabildo abierto votasen sobre sí decidían unirse a México, y que enviasen el resultado al alcalde primero de cada distrito y de allí se enviasen a Guatemala.[6][9]

En la provincia de San Salvador, para enero de ese año de 1821, se habían organizado 75 ayuntamientos constitucionales.[1]​ De ellos hubo algunos que no realizaron el cabildo abierto respectivo, ya sea por decisión propia o porque no recibieron el oficio de Iturbide y Gaínza; a lo que el jefe político Delgado (que al igual que los demás miembros de la diputación provincial estaba en contra de ese procedimiento) envió, el 13 de diciembre, una queja al respecto, donde informaba que incluso algunas poblaciones cercanas a la capital de la provincia no habían recibido dichas cartas.[9]

El 12 de diciembre, se recibió el oficio de Iturbide en San Salvador; y ese mismo día la diputación provincial le escribió a la junta provisional que dicho oficio estaba en contra de lo estipulado en el acta de independencia, y también acordó nombrar una comisión para que fuese a imponer las necesidades de la provincia y publicar lo resuelto por ella en esa misma fecha.[10][8]

El 18 de diciembre, el ayuntamiento de San Salvador celebró su respectivo cabildo abierto, donde se pronunció en contra de la decisión de la junta.[8]​ En el caso de las otras poblaciones, de las que se tiene información de haberse realizado dicho cabildo (y el resultado de este) están: Santa Ana, Quezaltepeque, San Vicente, Usulután, San Alejo, y Olocuilta; de ellos Santa Ana, Usulután, San Alejo y Olocuilta se decidieron por la anexión, mientras que Quezaltepeque y San Vicente decidieron dejarle esa voluntad al congreso había estipulado el acta de independencia.[9]

El 19 de diciembre la diputación recibió, del ayuntamiento de la capital, una comunicación proveniente del ayuntamiento de Cartago (en Costa Rica), en donde le hacía saber que había recibido una carta del general José de San Martín (que en ese momento se desempeñaba como comandante en jefe del Ejército Libertador del Perú) en la que invitaba a Costa Rica y Panamá a erigirse como repúblicas. Por la que la diputación dictaminó enviar una comisión de dos miembros del ayuntamiento para felicitar por sus triunfos a San Martín y a Simón Bolívar (que en ese entonces se desempeñaba como presidente de la Gran Colombia); pero debido a la carencia de fondos y a los acontecimientos posteriores no se pudo llevar a cabo. [11]

El 5 de enero de 1822, la junta provisional consultiva contabilizó los votos, resultando en 104 a favor de la anexión, 11 que la condicionaban, 32 que dejaban la decisión en manos de la junta, 21 que consideraban que el congreso era quien tenía que decidir, y 2 que votaron en contra (San Salvador y San Vicente); por lo que ese mismo día la junta proclamó la anexión al Imperio Mexicano.[9]​ Sin embargo, el 11 de ese mes, la provincia de San Salvador, se declaró independiente y la diputación provincial se erigió en Junta gubernativa presidida por José Matías Delgado y contando con Manuel José Arce como comandante del ejército de la provincia. [12]

La declaración de independencia de la provincia, provocó el rechazo de varios ayuntamientos (Santa Ana, San Miguel, etc) que se posicionaron del lado guatemalteco y a favor de la anexión mexicana; por lo que la junta gubernativa de la provincia buscó medidas para evitar la fragmentación como el envió de emisarios para persuadir a las poblaciones, la presión militar, la fiscalización de los fondos municipales, la destitución de autoridades, y la supresión del tributo a los indígenas.[9][12]

El 20 de febrero, con la presencia del pueblo y las tropas, es bendecida en la iglesia central de San Salvador, la bandera de la provincia, de colores azul y blanco; que fue realizada por María Felipa Aranzamendi (esposa de Manuel José Arce) y su cuñada Manuela Antonia Arce; y que estaba basada en la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que fue izada por primera vez en las próximidades del puerto de Acajutla en la embarcación del corsario de origen francés Hipólito Bouchard en su lucha contra las embarcaciones españolas. Está bandera, el 21 de agosto de 1823, se convertiría en el pabellón de las Provincias Unidas de Centroamérica, siendo la base (con algunas modificaciones) de las banderas de los países centroamericanos (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, y Costa Rica).[13][14][15]

La junta provisional consultiva de Guatemala dispuso que el partido o distrito de Santa Ana pasase a formar parte del partido o alcaldía mayor de Sonsonate; a la vez que envió, para defender ese territorio, al sargento mayor Nicolás Abos Padilla. Ante lo cual, Arce se movilizó a Santa Ana; por lo que Padilla se trasladó hacia Ahuachapan, enfrentándose ambas tropas en la batalla de llano el Espino, en donde (el 3 de marzo) Arce salió victorioso.[16]

El 19 de marzo Gaínza envió al coronel Manuel Arzú al frente de un contingente de 1000 hombres; que logró avanzar en el territorio de la provincia, estableciendo su cuartel general en Quezaltepeque y Apopa; desde donde la junta de gobierno de San Salvador intentó negociar un armisticio, lo que no funcionó.[17][18]

Gaínza ordenaría, que el escuadrón de San Miguel marchará contra San Vicente; por lo que dicho escuadrón atravesó el río Lempa, y ocupó la hacienda Concepción Ramírez; donde, el 9 de abril, se libraría batalla contra las fuerzas vicentinas comandadas por el fraile coronel Rafael del Castillo; ese enfrentamiento continuaría hasta el 10 de ese mes, cuando las tropas vicentinas incendiaron la casa de la hacienda, y obligaron a los migueleños a evacuar hacia el otro lado del río.[18]

El día 30 de marzo, la junta gubernativa acordó erigir una nueva diócesis y designar como primer obispo a José Matías Delgado; esto, en base al patronato regio, el privilegio que anteriormente tenían los monarcas españoles para nombrar a los líderes eclesiástico y crear nuevas diócesis, y que se consideraba que las nuevas naciones independientes serían herederas de dicha prerrogativa.[19]​ Tal decisión sería confirmada, más adelante por el congreso de la provincia y luego por el congreso constituyente del estado de El Salvador, hasta que sería declarada insubsistente por el congreso federal en 1825.[19][20]

El 1 de mayo la junta gubernativa acordó que en la costa de la provincia, en la rada de Tepeahua, se pusiese en funcionamiento un nuevo puerto (que sería el que más adelante sería conocido como puerto de La Libertad). Esto debido a que para entonces los únicos puertos cercanos eran el puerto de Acajutla (que se encontraba en la alcaldía mayor de Sonsonate) y el puerto de San Carlos de La Unión (en el partido de San Miguel), ambos en posesión de Guatemala; y que de esa forma la provincia obtenía obtenía la capacidad de comerciar productos comprar armas.[21][22]

El 27 de mayo Arzú decidió movilizar sus tropas hacia la capital de la provincia; pero, debido a que los milicianos de San Salvador habían fortificado y cavado trincheras en los puntos estratégicos de la ciudad, decidió conducir sus tropas a través del volcán de San Salvador. A las 7 de la mañana del 3 de junio, atacaría los barrios La Vega y Santa Lucía de la capital, paulatinamente se movilizaría hacia la plazoleta de Santo Domingo (hoy Plaza Barrios), incendiando en el camino unas 29 casas, y cesando el ataque a las 3 de la tarde; luego de lo cual, y debido a la inutilización de una pieza de artillería, ordenaría movilizarse hacia Guatemala.[17][18]

El 22 de junio, en Guatemala, Vicente Filísola (quien había llegado diez días antes como comandante de la división auxiliar enviada desde México) ocupó el cargo de jefe político y capitán general de Guatemala. Filísola buscaría negociar con el gobierno de San Salvador para realizar un armisticio; ante lo cual, el 2 de julio, la junta gubernativa envió sus felicitaciones por el ascenso al trono imperial a Agustín de Iturbide, designó como diputado al congreso en México a Juan de Dios Mayorga (quien también era diputado por el partido y corregimiento de Chiquimula), y nombró como comisionados ante Filísola a Antonio José Cañas y a Juan Francisco de Sosa. Para el congreso antes dicho, San Miguel tendría la facultad de elegir diputados; quienes serían Miguel Álvarez y Manuel Pavón.[23][24][25]

El 10 de julio el congreso mexicano decretó que era prohibido ocupar San Salvador con el uso de la fuerza. Más adelante, el 10 de septiembre, los comisionados de la provincia junto con los delegados imperiales Felipe Codallos y Luis González Ojeda, firmaron el armisticio; que sería ratificado por la junta con algunas modificaciones, a la vez que harían regresar a Arce que marchaba hacia San Miguel.[26][27]

A finales de agosto el emperador apresó a varios diputados, incluyendo a Juan de Dios Mayorga; y posteriormente, el 31 de octubre, disolvería el congreso. Iturbide, a su vez, le daría orden a Filísola para que procediese a tomar San Salvador; el cuál el 26 de octubre notificaría a las autoridades de la provincia el reinicio de las hostilidades.[26][27]

El 2 de octubre, la junta gubernativa convocó a las poblaciones para el congreso de la provincia; que se instaló el 10 de noviembre, mismo día que la junta se disolvió. Siendo el presidente de ese congreso el jefe político Delgado.[28]

A principios de noviembre Filísola ocupó Santa Ana, y luego Texistepeque y Metapán; posteriormente, a principios de diciembre, tomaría Quezaltepeque, donde fallecerían 10 soldados de San Salvador, y donde Filísola (el 10 de ese mes) advertiría a Delgado que de continuar resistiendo San Salvador sería conquistada.[29]

El 12 de noviembre el congreso acordó la anexión al imperio mexicano, siempre que se aceptara las condiciones de la provincia: como no depender de Guatemala, que se erigiera una diócesis con Delgado como obispo, y discutir la constitución cuando llegasen los diputados de la provincia a México. Sin embargo, Filísola no aceptó dichos términos.[26][27]​ Ante lo cual, el 22 de noviembre, el congreso decretaría la anexión de la provincia a los Estados Unidos,se comisnría aó a Juan Manuel Rodríguez para que llevase esa acta a la nación norteamericana. Posteriormente, el 2 de diciembre, se ratificó dicho acuerdo y se ordenó que la provincia se pusiese en defensa y resista la invasión.[26][27]

En el día 11 de diciembre Filísola se posesionó de las haciendas Mapilapa y San Nicolás (entre Apopa y Nejapa), donde estableció su cuartel general. Para entonces contaba con una tropa conformada 800 soldados de infantería, 260 de caballería, y 4 artilleros; la mayoría eran reclutas inexpertos, con la excepción de los 450 mexicanos, el contingente de Trujillo, y algunos oficiales de Guatemala. Por lo que solicitó refuerzos a Guatemala, Comayagua, Chiapas y Quezaltengo; ordenó traer cañones del fortaleza de San Fernando; y a la vez recibió tropas de San Miguel.[27][29]

El 12 de diciembre, en Chinameca, se libró una batalla entre las fuerzas de la provincia comandadas por Manuel José Arce y Rafael del Castillo, contra tropas procedentes de San Miguel lideradas por el sargento mayor Manuel Martínez; logrando la victoria las milicias de la provincia, que obtuvieron además un par de cañones livianos y más de cien fusiles. Filísola, recibió al siguiente día información sobre la batalla, e intentó movilizarse hacia ese sitio; llegando el 15 de ese mes a Cojutepeque, pero por entonces la batalla ya había terminado, por lo que regresó a su cuartel.[27][29]

En los siguientes días no hubo ninguna batalla, debido a la negativa de Filísola de enfrentar en campo abierto a las tropas de la provincia, y a atacar las trincheras. Por lo que algunos imperiales se pasaron al otro bando; a su vez que en un par de ocasiones los lanceros de Castillo, salieron de los llanos de El Ángel a provocar a las fuerzas de Filísola, y en una de esas hirieron gravemente al coronel mexicano Francisco Miranda.[29]​ Más adelante, el 31 de diciembre, Iturbide ordenó a Fílisola a que tomase, a como de lugar, la provincia. Más adelante, el 14 de enero de 1823, se produjo un encuentro entre ambas fuerzas entre Guazapa y San José Guayabal.[27]

El 6 de febrero Fílisola, aprovechando a que Arce se encontraba gravemente enfermo, inició la movilización de sus tropas hacia San Salvador, ya para entonces contaba con una fuerza de 2000 soldados de infantería, 260 de caballería, y 50 artilleros. En la noche de ese día, las tropas imperiales se situaron al oriente de las trincheras de Milingo (en Suchitoto), y avanzaron sigilosamente hacia Ayutuxtepeque y la cuesta del Atajo; mientras que Castillo movilizó la infantería y caballería para defender las posiciones amenazadas, en un combate en la que destacaron los capitanes Máximo Cordero y Fernando de Arcolsa.[29][27]

Las tropas imperiales continuaron movilizándose por el callejón del diablo, que fue tomado después de dos horas de ataque, abriendo el camino hacia la población de Mejicanos. Las milicias de la provincia habían resultado con más de 100 bajas, contra los 13 muertos y 40 heridos de las tropas imperiales.[29]

El 8 de febrero, el coronel Antonio José Cañas, quien estaba al mando de las tropas de la provincia (por la enfermedad de Arce), decidió movilizar las milicias a San Marcos; mientras que el ayuntamiento de San Salvador (presidido por Miguel de Mendoza y Tomás Carrillo) le envió una carta a a Filísola, para que ocupase la ciudad, confiando de que no la saquearía. Lo que así hizo Filísola, entrando a la capital en la mañana del 9 de ese mes; tomando posesión del gobierno de la provincia como jefe militar y civil.[30][27]​ El 10 de febrero se realizó la ceremonia de agregación al Imperio, y el juramento de fidelidad al emperador por parte de los ediles. Asimismo, el día 9, Filísola decretó una amnistía general para todos los rebeldes incluido los jefes que se presentaran en un plazo de 8 días.[29]

Las milicias de la provincias bajo el mando de Cañas, que eran unos 800 soldados, y que llevaban a Arce en una camilla, se movilizaron a Olocuilta y Zacatecoluca, y luego siguieron hacia San Vicente y San Esteban Catarina, para luego pasar a Sensuntepeque, donde a Cañas le dio un cólico hepático, por lo que el mando quedó en Rafael del Castillo. Mientras Arce y Cañas apoyaban la rendición, Castillo y Juan Manuel Rodríguez consideraban que debían ir a Granada (en la provincia de Nicaragua, que también se había declarado independiente del imperio); por lo que al no llegar a un acuerdo, continuaron moviéndose hacia el norte, mientras varios se retiraban y se acogían al indulto, y Fílisola seguía a los que continuaban. Llegaron al pueblo de Gualcince (en la provincia de Comayagua), donde Castillo y los que quedaban capitularon ante Filísola el 21 de febrero.[27][29]

Luego de la capitulación, José Matías Delgado sería confinado a una de sus haciendas;[19]​ mientras Arce, Castillo, Rodríguez, Cayetano Bedoya, y Manuel Zelago, partiría a Belice y desde ahí irían a Boston a negociar la anexión de la provincia a los Estados Unidos. En el camino a Boston fallecería Zelago; continuando la misión los demás, que llegarían a Boston el 8 de junio, y luego continuarían a Washington; pero debido a la caída del imperio mexicano y la posterior independencia absoluta decidieron retornar a San Salvador, partiendo de esa ciudad el 13 de septiembre.[31]

A su regreso de Gualcince, el 25 de febrero, Filísola se enteró de la proclamación en Veracruz del plan de Casa Mata, que llevará a la reinstalación del congreso mexicano el 4 de marzo; por lo que el 9 de ese mes, Filísola decidió retornar a Guatemala, y dejar en la provincia como jefe militar y civil al general Felipe Codallos.[27][30]

En México, el 19 de marzo, abdicó Agustín de Iturbide; mientras que el congreso, en el que se encontraba José Cecilio del Valle y Juan de Dios Mayorga, decidió que las provincias de Guatemala eran libres para pronunciarse en el sentido que más le convienese. Por ello, el 29 de ese mes, Filísola junto a la diputación provincial guatemalteca convocó a todas las provincias a elegir diputados para una asamblea constituyente.[31][32]

El 25 de mayo, un motín del puebló y ayuntamiento de San Salvador obligó al general Codallos, y su tropa de 500 soldados guatemaltecos y mexicanos, a abandonar. Siendo sustituido, en el mando de la provincia, por la junta consultiva (conformada por Mariano Prado, el coronel José Justo Milla y coronel José de Rivas); que ejerció el cargo hasta el 17 de junio cuando le traspasó el mando a su presidente Mariano Prado.[33]

Luego de la salida de las tropas mexicanas y guatemaltecas, se procedió a elegir una nueva diputación provincial, que estaría presidida por el jefe político Prado, y que estaría conformada por Manuel José Durán, José de Rivas, Juan Fornos, Pedro Mártir Acosta, José Inocente Escolán, Mariano Zúñiga, Casimiro Antonio Morales, y Manuel Trinidad Estupinian.[21][34]

El 24 de junio se instaló en Guatemala el congreso de las provincias. En dicho congreso, estarían como representantes de la provincia: José Matías Delgado (que sería presidente del congreso) y José Antonio Jiménez, como diputados por San Salvador; Juan Francisco Sosa (que sería primer secretario del congreso) y Pedro José Cuéllar, como suplentes; José Francisco Córdova y Marcelino Menéndez, por Santa Ana; Mariano Beltranena y Leoncio Domínguez, por San Miguel; Antonio José Cañas, por Cojutepeque; y Juan Vicente Villacorta (que sería miembro propietario del primer triunvirato y suplente del segundo, que gobernaron Centroamérica sucesivamente después de la independencia absoluta) y Simón Vasconcelos, por San Vicente.[32]

El 1 de julio de 1823 el congreso de las provincias, reunido en ciudad de Guatemala, declaró la independencia absoluta de España, México y cualquier otro país; bautizando a la nueva nación como Provincias Unidas de Centroamérica; y erigiendose, a partir de ese día, en asamblea constituyente.[32]

El 30 de agosto el ayuntamiento de Santa Ana, a través de sus diputados Marcelino Menéndez y José Francisco Córdova, solicitaron a la asamblea constituyente la intención de separse de San Salvador (debido a las malas experiencias que ese vecindario había vivido durante la anexión a México) y constituirse como una provincia con el territorio de la alcaldía mayor de Sonsonate. Esta solicitud, que ya había sido presentado por anterioridad en las cortes españolas de principios de 1821 por el diputado de la alcaldía mayor sonsonateca (y originario de Santa Ana) José Mariano Méndez, sería presentada 3 veces más en los siguientes años, siendo la última vez el 27 de mayo de 1826; y aunque al final se conseguiría que el gobierno federal accediese a dejar ese problema al congreso (con el tratado de Esquivel de 1828, que buscaba finalizar la guerra civil centroamericana), no se produjo ningún cambio y la situación quedó igual.[21][35]

En septiembre, la diputación provincial le escribiría a la asamblea constituyente para que le permitiese rehabilitar el puerto de La Libertad. Lo que sería aprobado hasta el 24 de febrero de 1824.[21][22]

El 14 de septiembre, en ciudad de Guatemala, ocurrió la sublevación del sargento mayor Rafael Ariza y Torres en contra del comandante de fijo Lorenzo Romaña. Debido a ello, y para prevenir cualquier problema institucional, el 27 de septiembre la diputación (en un acta realizada por los escribientes José Joaquín Chávez, Clemente Mixco, y Juan Cisneros) se erigió en junta gubernativa, levantó una fuerza de 2000 hombres, y envió a Guatemala un contingente de 750 soldados comandados por el coronel José de Rivas; designando a su vez al capitán Pedro José Arce para que diése a aviso a las autoridades guatemaltecas del avance de las tropas.[21][34][31]

Los miembros de la facción conservadora de Guatemala buscaron detener el avance de las tropas de San Salvador, debido a que consideraban que ya no eran necesarias, pero los liberales le dieron su apoyo para que llegarán cuanto antes; por lo que el 12 de octubre, dichas tropas llegaron a la ciudad de Guatemala, y permanecieron ahí hasta el 8 de noviembre.[31][36]

El 30 de septiembre, ya calmada la situación generada por el levantamiento de Ariza, la junta gubernativa decidió regresar a su estatus de diputación; sin embargo, el 27 de octubre, debido a considerar los miembros de la diputación que los conservadores tenían una cuota de poder significativa en el gobierno de las provincias unidas (presidido en ese entonces por el triunvirato conformado por Tomás O'Horan, José Santiago Milla Pineda, y Juan Vicente Villacorta), la diputación volvería a erigirse en junta gubernativa, en un acta firmada además por el ayuntamiento de la cabecera, los administradores de rentas, ministros auxiliares de barrios y un considerable número de habitantes de San Salvador.[21]

El mismo día 27 de octubre, se nombraron como suplentes de la diputación a: el presbítero Miguel José de Castro, por Cojutepeque; Juan Nepomuceno Cisneros, por San Vicente y Sensuntepeque; Trinidad Estupinián, por Zacatecoluca; Miguel Mendoza, por Santa Ana y Metapán; y José Manuel Zúñiga, por Gotera y San Alejo. Más adelante, el 22 de noviembre, el jefe político Prado solicitaría a la asamblea constituyente que le concediese a la junta una ampliación de poderes para el gobierno de la Ciudad; porque la junta consideraba que era la responsable de la tranquilidad y seguridad del territorio.[21]

Al regreso de las tropas desde Guatemala, una sección de ellas pasó por la alcaldía mayor de Sonsonate, y la obligó a unirse a la provincia; por ello, el 13 de noviembre, el ayuntamiento de Sonsonate (en cabildo abierto) declaró a esa población unida a esta jurisdicción; é invitó a las demás localidades, de la alcaldía mayor, a hacer lo mismo.[31]

El 17 de diciembre se publicaron las bases de constitución federal, cuya función era la de ser discutida en toda Centroamérica; en las que se estipulaba la división tripartita de poderes (ejecutivo, legislativo, y judicial; más un consejo representativo que serviría de mediador entre el ejecutivo y legislativo), y se organizaba el territorio centroamericano en una federación dividida en estados, siendo uno de ellos el de San Salvador. Este texto serviría de base para la posterior constitución federal de Centroamérica y la constitución del estado de El Salvador.[37][21][38]

Para el 22 de diciembre, en la alcaldía mayor sonsonateca, los ayuntamientos de esa jurisdicción (excepto Ahuachapán) habían acordado, en su respectivo cabildo abierto, unirse a la provincia de San Salvador; por lo que ese día, el ayuntamiento de Sonsonate y el de los demás pueblos que habían aceptado la unión, ratificarían la anexión a la provincia e invitarían a los faltantes a hacer lo mismo.[21][31][39]

El 22 de enero de 1824, la asamblea constituyente propondría la formación de una junta provincial en la villa de Sonsonate para conocer la voluntad de las poblaciones sobre la incorporación a San Salvador; dicha propuesta sería legalizada el 2 de febrero, pero la asamblea suspendería ese acuerdo pocos días después, dejando el caso a un comisión encargada de delimitar el territorio de los Estados. Más adelante, el 23 de junio de ese año, José Francisco Barberena y Manuel Jacinto Gómez dictaminaron que la alcaldía mayor sonsonateca quedase unida al recién constituido estado de El Salvador.[38]

Ahuachapán se había dado por enterada el 21 de noviembre de la anexión de Sonsonate a San Salvador, además que habían recibido con beneplácito a las tropas de la provincia;[38]​ pero será hasta el 25 de enero, cuando en cabildo abierto, la población se pronunciaría a favor de la anexión, y se nombrararían como representantes a Esteban Durán, Miguel Mendoza, Ildefonso Barrera, y Miguel Arevalo para la formalización de ese acto político; pero por renuncia del alcalde primero Carlos Silva y otros incidentes, se detuvo el proceso.[39]

El 2 de febrero se volvería a reunir en cabildo abierto el ayuntamiento ahuachapaneco, se pronunciaría nuevamente a favor de la anexión, y dictaminaría (junto con 106 habitantes de la localidad) nombrar como representantes a los mismos de la vez anterior; quienes, el 7 de febrero, hicieron presente al ayuntamiento su parecer sobre la anexión a San Salvador; acordando ese día la incorporación a esa provincia con las condiciones de: que la anexión no afectase el pacto Federal; que le concediese a la población la restauración del partido o distrito (que estaba formado por Atiquizaya, Apaneca, Ataco, y Tacuba), que el gobierno guatemalteco les había concedido en 1795 y que el gobierno de Sonsonate les había quitado paulatinamente; que los separase de su antiguo rival (Sonsonate); y que se les permitiese elegir un diputado para el congreso estatal; además, plantearon que si en un dado caso el territorio de la antigua alcaldía mayor tuviese los elementos para formar otro estado, se les permitiese segregarse del de San Salvador. Posteriormente, el 12 de ese mes, Ahuachapán recibiría un pliego enviado por el ministerio de estado, justicia, y negocios eclesiásticos del gobierno centroamericano, en el que se le preveía de que mientras no se resolviese su incorporación a San Salvador, continuase sujeto a Guatemala; lo que el ayuntamiento ahuachapaneco acordó acatar, aunque al final terminó anexandose.[38][39]

El 2 de febrero la junta gubernativa, teniendo únicamente a las bases de constitución federal, convocaría a elecciones para el congreso constituyente estatal, que se encargaría de unir las jurisdicciones de la provincia y la alcaldía mayor sonsonateca.[28][38]

El 5 de marzo se instalaría en San Salvador, en el edificio que había del convento de San Francisco (donde hoy está el mercado ex cuartel), el congreso constituyente; que estaría conformado por 3 diputados de la alcaldía mayor (2 por Sonsonate y 1 por Ahuachapán) y 15 de la provincia; y cuyo primer presidente sería José Mariano Calderón. Se dispuso, ese mismo día 5, que se celebrará la instalación del congreso el día 14 de ese mismo mes; en el que se celebró una misa en la iglesia parroquial, seguido de un acto solemne en la plaza de la ciudad, en la que estuvieron el jefe político Prado, el ministro plenipotenciario ante los gobiernos de sudamérica Pedro Molina, el presbítero José Matías Delgado (en representación de la asamblea constituyente), el comandante general de las tropas de la provincia coronel José de Rivas, el prior de Santo Domingo fray Francisco Dubón, y el director del montepío de cosecheros de añil Miguel Delgado.[40][28][41]

El 29 de marzo, el congreso decretó que se formase un libro con los nombres de todos los que lucharon por la libertad e independencia desde 1811; esto para perpetuar sus memorias y premiar sus servicios a ellos (si seguían vivos) o a sus descendientes.[40]​ Por otro lado, el 31 de ese mes, el jefe político Prado hizo ver al congreso constituyente que los habitantes de la antigua alcaldía mayor sufrían ofensas e insultos de habitantes de la provincia, por lo que pedía que se castigase rigurosamente a los inquietos.[21]

El 16 de abril el congreso, estando como presidente de él Mariano Fagoaga, se enteró de la llegada la comisión que había ido a negociar la anexión a los Estados Unidos; por lo que el 18 de ese mes, se le dio el puesto de diputado a Juan Manuel Rodríguez (por el que había sido elegido por San Salvador), y se nombró la comisión (integrado por Mateo Ibarra, Joaquín de San Martín, Benito González Martínez y Manuel Romero) para que recibiera con honores a Manuel José Arce (quien había sido designado miembro del triunvirato que gobernaba Centroamérica); a la entrada del recinto del congreso.[41][40]

El 21 de abril Mateo Ibarra solicitaría al congreso que se nombrase a Manuel José Arce como jefe del estado en gestación, igualmente Miguel José de Castro pidió que se elegiera a alguien como jefe del estado; por lo que se procedió a realizar tal elección, siendo elegido Juan Manuel Rodríguez con 11 votos, contra 4 que obtuvo Arce, y 1 Mateo Ibarra (que fue votado por José Damián Villacorta). Al siguiente día se le daría posesión de ese cargo. Aun así, debido a que todavía no se había emitido la constitución, la provincia continuaría existiendo, continuando en sus funciones de jefe político Mariano Prado.[41][40]

El 30 de abril José Mariano Calderón reclamó que el jefe Prado no había dado cumplimiento a varias órdenes dadas por el congreso, por lo que propuso a que se pasase una nota a Prado, en la que se le exigía que informase al congreso sobre el éxito de lo que el congreso acordaba; a lo que añadió Ramón Meléndez, de que se le enviase también dicha nota al jefe de estado para que verifique su cumplimiento.[41]

El 27 de abril soldados del escuadrón de dragones, con el apoyo y recomendación de Manuel José Arce, solicitaron al congreso su reorganización. El 29, debido a las murmuraciones que había en Guatemala por la presencia de Arce y Delgado en la provincia, Calderón pidió que se nombrase a Arce como comandante de las tropas; lo que así se realizó. Más adelante, el 4 de mayo, se conformó una comisión especial integrada por Mateo Ibarra, Sixto Pineda, y Pablo María Sagastume, para que junto con Arce decidieran el modo de reorganizar las tropas. El 7 de mayo, estando como presidente del congreso Sagastume, se leería el informe de Arce y dicha comisión; y se aprobaría (con algunas pequeñas modificaciones) uno a uno los 9 artículos de lo que sería la ley constitutiva de la legión de la libertad (fuerzas armadas del estado en gestación).[40][41]

Debido a que, la ley de las milicias estatales, necesitaba de la sanción del jefe de estado y las tropas no dejaban marchar a Guatemala a Arce y Delgado, se nombró una comisión compuesta por Ibarra, San Martín, Meléndez y Castro (si se llegaban a encontrar a este último), para que llevasen a Arce y Delgado a la casa de Rodríguez para la aprobación de la ley; a su vez, ese día se dictaminó que el jefe de estado tenía facultad para suspender decretos y ordenes del congreso. Luego de ser sancionada esa ley, Arce y Delgado retornaron a Guatemala, quedando como comandante de las armas Macario Sánchez.[40][41]

El 18 de mayo se procedió a la discusión para la intalación de la Corte Superior de Justicia del gestante estado y la elección de los tres magistrados que provisionalmente la iban a constituir. Siendo elegidos para tal fin Joaquín Durán y Aguilar (que vendría a ser el primer presidente de la Corte suprema de justicia), Liberato Valdés (ambos elegidos con 14 votos), y Francisco Merino (elegido con 8 votos). Los otros participantes que no fueron electos fueron José Antonio Rovira (que recibió 6 votos), Agustín Cisneros, Dionisio Mancía, y Pedro Campa Arpa (con un voto cada uno. La Corte electa se instalaría el 2 de agosto de ese año.[41][42]

El 12 de junio se emitiría la primera constitución estatal (antes de la constitución federal que fue emitida el 22 de noviembre de ese año), y el 4 de julio sería jurada y promulgada. Con ello, quedarían unidas las jurisdicciones de la provincia y la alcaldía mayor sonsonateca en el Estado de El Salvador. Siendo el último Intendente-Jefe Político de la provincia de San Salvador Mariano Prado.[40][28]



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