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Renfe AVE



Renfe AVE —de Alta Velocidad Española— es el servicio ferroviario de alta gama de la operadora española Renfe, destinado al transporte de pasajeros de larga distancia por alta velocidad.

En su inauguración en 1992, todos los trenes, sistemas y líneas dedicados a la alta velocidad en España eran denominados AVE. En la actualidad, los trazados y las infraestructuras relativas son denominadas simplemente líneas de alta velocidad, y por ellas se ofrecen otros servicios de alta velocidad además de Renfe AVE, como Alvia o Avant, de la misma operadora. En España, el uso del término AVE para todos los trenes de alta velocidad, tanto españoles como del extranjero, se mantiene en el uso popular y ha sido reflejado en el Diccionario de la lengua española.[1]

Sus trenes circulan por líneas de ancho internacional (1435 mm) electrificadas a 25 kV y 50 Hz. Dentro de toda la gama de servicios de alta velocidad ofrecida por Renfe, el AVE es el único capaz de alcanzar una velocidad comercial operativa de 300 km/h. Además, es el único servicio en el que Renfe ofrece restauración en el asiento, salvo el Euromed.[2]

La marca comercial AVE comenzó a utilizarse para denominar la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, que fue inaugurada el 21 de abril de 1992. En un origen, la intención era la de construir una nueva línea entre Getafe y Córdoba, en un proyecto denominado Nuevo Acceso Ferroviario a Andalucía. En 1988 se decidió que las nuevas líneas tendrían un ancho de 1435 mm, para ser compatibles con el resto de Europa. La diferencia con el resto de la red ibérica obligó a que en lugar de un nuevo acceso se construyera una línea completa, entre Madrid y Sevilla, muy similar a la línea ya existente de TGV en Francia.

En diciembre de 1988, el Gobierno de España adjudicó el llamado «contrato del siglo», valorado en 85 533 millones de pesetas,[3][4][5]​ convocado por Renfe para modernizar su material rodante mediante la adquisición de 24 trenes de alta velocidad y 75 locomotoras de gran potencia. El Gobierno decidió repartir el contrato: los trenes serían suministrados por la compañía francesa Alstom (series 100 y 101 de Renfe), mientras que la alemana Siemens AG se encargaría de las locomotoras (serie 252 de Renfe).[3][4][5]​ El «contrato del siglo» incluía acuerdos para la fabricación en España de al menos el 80 % del material,[6][7][8]​ así como para la reordenación de la industria ferroviaria nacional y el mantenimiento de las factorías y talleres de Barcelona, Valencia, Madrid y Alcázar de San Juan (Ciudad Real).[6]​ Mediante estos acuerdos industriales, Alsthom debía hacerse con el control de los fabricantes españoles Macosa, MTM y Ateinsa —estos dos últimos propiedad del Estado a través del Instituto Nacional de Industria (INI)—.[7][9]​ Además, debía mantener un nivel de subcontratación con el fabricante privado CAF por un valor de unos 15 000 millones de pesetas.[5][6]

La condición de isla hizo que en un principio todos los trenes de la línea fueran del mismo tipo, de la Serie 100 de Renfe, realizando un servicio del mismo tipo. Estos servicios, y la propia línea, eran conocidos como «AVE». En 1993 comenzaron los primeros servicios con una denominación diferente, los Talgo 200, que se componían de una rama de Talgo arrastrada por una locomotora, con capacidad para cambiar de ancho y continuar en líneas convencionales. Posteriormente son numerosos los servicios diferentes al AVE que han circulado por las vías de alta velocidad españolas. Estos servicios se diferencian de los AVE en una menor velocidad punta (inferior a 300 km/h), junto con alguna otra característica diferenciadora (cambio de ancho, recorrido de media distancia, etc.).

Una vez conectada Madrid con la capital hispalense, los esfuerzos del Gobierno español se centraron en llevar la alta velocidad hacia el noreste, y con ella el servicio AVE, para unir el sistema con Francia y el resto de Europa. Así, en 1997 se inició la construcción de la línea de alta velocidad Madrid-Zaragoza-Barcelona-Frontera Francesa, y en 2003 se conectó Madrid con Zaragoza y Lérida. El 23 de diciembre de ese mismo año, el entonces ministro Francisco Álvarez Cascos inauguró la línea de alta velocidad que conectaría Madrid con Huesca, con dos trayectos diarios y con cuatro los viernes y domingos; de este modo quedaba así inaugurada la conexión de la capital de España con el pirineo aragonés.

El 1 de enero de 2005 la compañía estatal RENFE se dividió en dos, Renfe Operadora y Adif. Renfe Operadora se quedó con la operación de los trenes, y por lo tanto con la marca comercial AVE; mientras que Adif se quedó con la infraestructura, y por lo tanto con las líneas de alta velocidad. Esta división permitirá en un futuro que circulen por las vías de Adif servicios de alta velocidad diferentes a los ofertados por Renfe.

El 16 de julio de 2006 el tren 103.002 de RENFE logra un nuevo récord de velocidad para España de 403,7 km/h.[10]

En diciembre de 2007 entró en servicio el tramo entre Córdoba y Málaga, uniendo Madrid con la Costa del Sol, así como la LAV Madrid-Valladolid. El 20 de febrero de 2008 entró en servicio el tramo Roda de Bará-Barcelona, haciendo posible viajar entre Madrid y Barcelona (659 km) en un tiempo de 2 horas y 30 minutos. Así finalizaba la esperada conexión entre las dos mayores ciudades españolas, tras más de diez años de obras y dos meses de retraso respecto a la fecha prevista.

El 18 de diciembre de 2010 se inauguró la LAV Madrid-Levante que conecta Madrid, Cuenca y Valencia en un tiempo de viaje de 1 hora y 35 minutos.

En noviembre de 2011 los trenes comienzan a aumentar paulatinamente su velocidad a 310 km/h en la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona.

El 10 de diciembre de 2011 se inauguró la línea de alta velocidad Madrid-Galicia entre Orense y La Coruña, aunque en una fase inicial por esta línea no circulan trenes AVE.[11][12]​ En total, los 2500 km de servicio que tenía la red a finales de 2012 supusieron un desembolso de 34 000 millones de euros.[13]

El 8 de enero de 2013 se inauguró el tramo entre Barcelona, Gerona y Figueras, donde se realizaba el transbordo con el TGV francés. Así finalizaba la esperada conexión con Francia, tras más de 15 años de obras. El 17 de junio de 2013 se inauguró el tramo entre Albacete y Alicante.

El 16 de diciembre de 2013 entró en servicio la conexión directa con Francia, con trayectos sin transbordo entre Barcelona y París en un tiempo aproximado de seis horas y veinte minutos.[14]​ Posteriormente se pusieron en servicio trayectos directos a Lyon, Toulouse y Marsella.

El 29 de septiembre de 2015 el presidente del gobierno Mariano Rajoy inaugura una nueva línea que une Valladolid con Palencia y León. Llega en una sola vía, frente al doble trazado del resto de los trayectos del país. Este tramo supone un avance de importancia para las posibles futuras conexiones con Asturias y Cantabria.

El 23 de enero de 2018 se inauguró la línea Madrid-Castellón de la Plana con trenes de la serie 100. El tramo Valencia-Castellón de la Plana se realiza por vías de ancho mixto de tres raíles, para permitir la circulación simultánea de trenes convencionales y de alta velocidad.

El 25 de junio de 2019 se inauguró la línea Granada-Madrid del Ave, conectando la ciudad nazarí con Madrid y Barcelona e incluyendo una nueva línea de 122 kilómetros de longitud entre Antequera (Málaga) y la capital granadina. Las obras duraron diez años y supusieron una inversión de 1.675 millones de euros.[15]

El 2 de febrero de 2021 se puso en servicio el tramo Monforte del Cid-Elche-Orihuela-Beniel con dos nuevas estaciones en Elche y Orihuela. El último tramo a Murcia queda pendiente por el soterramiento del ferrocarril en la ciudad.

Los trenes que realizan los servicios AVE son trenes de ancho fijo a 1435 mm, con una electrificación a 25 kV 50 Hz. Son trenes diseñados para trayectos de larga distancia, por lo que incluyen cafetería. Están homologados para alcanzar una velocidad de al menos 300 km/h. Los servicios AVE disponen según la línea de dos (turista y preferente) o tres (turista, turista plus y preferente) clases.

Para la primera línea se adquirieron trenes serie 100, fabricados por Alstom y con una velocidad máxima de 300 km/h. Posteriormente, con la inauguración de nuevas líneas se fue incrementando el parque con las series 102 y 112, fabricadas por Talgo y con una velocidad máxima de 330 km/h, y la serie 103, fabricada por Siemens AG y con una velocidad máxima de 350 km/h.

Durante algunos años, a pesar de la mayor velocidad de homologación de algunas series para alcanzar 350 km/h, ningún tren AVE superaba los 300 km/h por no haberse homologado aún el sistema de control del tráfico necesario para velocidades superiores. La velocidad máxima actualmente se está elevando paulatinamente, siendo en estos momentos de 310 km/h en la línea de alta velocidad Madrid-Zaragoza-Barcelona-Frontera francesa.[16]​ A fecha de julio de 2020, la velocidad máxima de los trenes AVE, sigue situada en los 300 km/h, lejos de los 350 km/h prometidos en diversas ocasiones.

La flota de los trenes, se va a ver incrementada en los próximos años, con la entrada de la Serie 106 (Talgo Avril), aunque también serán previsibles algunas salidas del material más antiguo (Serie 100), con cerca de 30 años de edad.

Las tarifas disponibles en los trenes AVE son las mismas que están disponibles en el resto de servicios de larga distancia de Renfe Operadora. Existe una tarifa general para cada recorrido, sobre la cual se pueden realizar descuentos (carné joven, familia numerosa, etc.), y tarifas promocionales que se encuentran limitadas a un número de plazas que varía según el tren.

Renfe Operadora tiene en servicio el sistema Promo, un sistema de tarifas variables que van cambiando en función de la ocupación del tren, similar al que utilizan las compañías aéreas.[17]



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