Integración latinoamericana (o integración latinoamericana y el Caribe o latinoamericanismo) es un movimiento político y social que aboga por una estrecha coordinación, relación, asociación y cooperación entre los países de América Latina y el Caribe, desde las Bahamas y México hasta Argentina y Chile, acorde a sus similitudes políticas, sociales, económicas, culturales, religiosas, lingüísticas, ideológicas y geográficas, entre otras.
Consiste en un conjunto de acciones cuya finalidad es consolidar la unión de los países mediante una unión económica y política, abogando por una estrecha coordinación, compartiendo sus soberanías nacionales y cediendo parte de sus atribuciones de gobierno (en mayor o menor medida, dependiendo del grado de supranacionalidad) a organismos internacionales, como es el caso de la Unión Europea.
La región, de 21 951 000 kilómetros cuadrados (8 475 000 millas cuadradas), cuenta con más de 670 230 000 habitantes (2016) repartidos en 33 Estados soberanos, 19 territorios dependientes y 3 países americanos integrados en Estados no americanos, en los que se habla principalmente el español, portugués, francés, inglés y el neerlandés.
Finalizada la primera fase de la lucha de la independencia en las colonias españolas de América, hubo varios intentos de confederación entre las nuevas repúblicas, como la Gran Colombia (1819-1831), las Provincias Unidas del Centro de América (1823-1824), la República Federal de Centro América (1824-1839) y la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), pero todas fracasaron por la propia naturaleza de la crisis de la independencia y consecuentemente con las pugnas políticas, las guerras civiles, las intervenciones extranjeras y el recelo de las clases gobernantes a perder el poder.
Así, no se pudo llevar a cabo el proyecto federativo que el Libertador Simón Bolívar promovió en 1826 en el Congreso de Panamá, el primero de una serie de congresos de unión y confederación latinoamericana que tienen lugar infructuosamente a lo largo del siglo XIX: congreso de Lima (1847-1848), congreso de Santiago de Chile (1856-1857) y segundo congreso de Lima (1864-1865).
Estados Unidos aprovechó la falta de éxito de estos intentos de integración latinoamericanos para convocar en 1889 en Washington la Primera Conferencia Panamericana, dando lugar a la creación en 1890 de la Unión Panamericana, bajo el control de Estados Unidos.
Las Conferencias Panamericanas, impulsadas por Estados Unidos, van conformando en la primera mitad del siglo XX un sistema de cooperación comercial y técnico de los países de América, así como la creación de una legislación y diplomacia hemisférica dentro del llamado «sistema interamericano», encarnado en la Organización de Estados Americanos (OEA), heredera de la Unión Panamericana de 1890, que se crea en la Conferencia Panamericana de Bogotá en 1948.
Desmarcándose del control ejercido por Estados Unidos sobre la OEA, los países latinoamericanos elaboraron organismos de integración propios, entre los que destacan la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI, 1960-1980) o el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA, 1975), y organizaciones intergubernamentales como la Comunidad Andina de Naciones (CAN, 1969) y el Mercado Común del Sur (Mercosur, 1991).
La creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA, 2004) fomenta proyectos de unidad en América Latina. En este marco se han concretado acuerdos energéticos, económicos, políticos, culturales y sociales. Uno de los principales defensores del proyecto fue el entonces presidente venezolano Hugo Chávez.
Otros líderes que han demostrado esfuerzos para la integración regional e internacional y el refuerzo de la integración interna de latinoamericana y el Caribe son Néstor Kirchner y Cristina Fernández (Argentina), Michelle Bachelet (Chile), Evo Morales (Bolivia), Fidel Castro (Cuba), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Daniel Ortega (Nicaragua), Rafael Correa (Ecuador) y José Mujica (Uruguay). Dichos esfuerzos han desembocado en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR, 2008) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC, 2010)
Los estados de América Latina comparten, en mayor o menor medida, períodos históricos similares: conquista, colonización e independencia. Tras la independencia la mayoría de los países tuvieron inestabilidad política que terminó en gobiernos autoritarios de tendencia conservadora. Luego de luchas no siempre pacíficas se impusieron gobiernos liberales durante gran parte del siglo XIX. El siglo XX vio aparecer en todos los países las clases medias y las luchas sociales de los marginados en contra de las oligarquías gobernantes. Tras la Primera Guerra Mundial hubo dictaduras militares o gobiernos populistas. Durante los años 1960 surgieron grupos guerrilleros y nuevas dictaduras militares orientadas desde la Escuela de las Américas y en los años 1990 un proceso inverso de surgimientos de democracias. Estos y otros procesos comunes (como las migraciones) dejan a los latinoamericanos la noción de pertenecer a la misma Patria Grande.
La mayoría de esta región está integrado por países de habla hispana, mientras que una minoría lo conforman países o territorios de habla portuguesa (Brasil), inglesa (Belice, Bahamas, etc.), francesa (Haití, Guyana Francesa) y neerlandesa (Surinam). Cuando una gran cantidad de países hablan un mismo idioma, más fáciles se llevan a cabo las relaciones diplomáticas, económicas y políticas, ya que los dialectos en común facilitan el entendimiento.
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y República Dominicana también son Estados observadores.
Bolivia es un Estado asociado en proceso de incorporación.
Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam también son Estados asociados.
Argentina, El Salvador Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay también son Estados observadores.
También son miembros asociados Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
México y Panamá son Estados observadores.
Colombia abandonó la organización en 2018, mientras que Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Paraguay lo hicieron en 2019.
México y Panamá son Estados observadores.
Chiapas ( México), Puerto Rico ( Estados Unidos) y Venezuela son Estados observadores en el Parlacen.
Honduras abandonó la organización en 2010, Ecuador lo hizo en 2018 y Bolivia en 2019.
Aruba ( Países Bajos), Colombia, Curazao ( Países Bajos), México, Puerto Rico ( Estados Unidos), República Dominicana, San Martín ( Países Bajos) y Venezuela son Estados observadores.
Peso cubano convertible ($, CUC).
Dólar estadounidense ($, USD).
dólar canadiense (C$, CAD)
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