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Arturo Prat Chacón



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Arturo Prat Chacón cumple los años el 3 de abril.


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Arturo Prat Chacón nació el día 3 de abril de 1848.


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La edad actual es 176 años. Arturo Prat Chacón cumplió 176 años el 3 de abril de este año.


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Agustín Arturo Prat Chacón (Hacienda San Agustín de Puñual, Ninhue, 3 de abril de 1848-Iquique,[n 1]​ 21 de mayo de 1879)[2][3][4]​ fue un marino, militar y abogado chileno.

Como militar, permaneció en la Armada de Chile entre 1858 y 1879, periodo en el que participó en las guerras contra España (1865-1866) ―donde intervino en los combates navales de Papudo y de Abtao― y del Pacífico (1879-1883) ―donde comandó la corbeta Esmeralda en el combate naval de Iquique, en el cual murió[5]​―. Como abogado, se dedicó entre 1876 y 1879 a resolver tanto asuntos privados como temas relacionados con lo naval;[6]​ modificó la ley de navegación, remodeló el sistema legal de la Armada y regularizó los ascensos en dicha institución.[7][8]

Es reconocido como el «máximo héroe naval» en Chile,[9]​ donde ha sido conmemorado de diversas maneras: unidades de la Armada chilena,[9]una localidad,[10]un club de fútbol,[11]un estadio cubierto,[12]​ la Escuela Naval,[13][n 2]una base antártica,[14]una provincia,[15]una universidad[16]​ y 144 calles,[17]​ entre otros, llevan su nombre. Asimismo, el 21 de mayo ha sido feriado en Chile a partir de 1915[18]​ y se convirtió en la fecha de la Cuenta anual del presidente de la República ante el Congreso pleno entre 1926 y 2016,[19][20]​ y en el «Día del Abogado»[21][n 3]​ a partir de la década de 2010.

El origen de la familia Prat se encuentra en Santa Coloma de Farnés, provincia de Gerona, Cataluña (España).[22]​ Allí nació Ignacio Prat Guigueras (h. 1780-La Serena, 1824) —hijo del labrador Isidro Prat Camps y de María Rosa Guigueras y Mascaró—,[23][n 4]​ quien se inclinó por el comercio y trabajó como exportador de géneros, principalmente a Argentina; por razones desconocidas, emigró alrededor de 1806 a Chile,[23]​ donde contrajo matrimonio con Agustina Barril Rojas[n 5]​ en febrero de 1811.[23][25]​ Tuvieron cuatro hijos, de los cuales sobrevivieron Agustín y Clara.[23]

Agustín Prat Barril se dedicó al comercio y abrió una tienda en Santiago, donde conoció a María del Rosario Chacón Barrios —hija del comerciante Pedro Chacón y Morales y de Concepción Barrios Bustos—,[26]​ con quien se casó el 26 de octubre de 1838.[23][26]​ Ambos abrieron una tienda que fue destruida por un incendio; económicamente arruinados, abandonaron la capital chilena y se trasladaron a la hacienda San Agustín de Puñual, en Ninhue (actual provincia de Itata), en esa época explotada por Andrés Chacón Barrios, hermano de María del Rosario.[3]​ Allí nacieron y murieron en la niñez sus tres primeros hijos.[3]​ En dicha hacienda el 3 de abril de 1848, nació su cuarto hijo, Agustín Arturo Prat Chacón.[3][23][n 6]

Tras su nacimiento, pareció que estaba condenado a seguir el destino de sus hermanos mayores; fue de contextura y salud delicadas.[3]​ Sin embargo, su madre confió la salud del niño a la hidroterapia y los sudores hidropáticos del llamado «método Priessnitz».[3][28]​ Tentado por la fiebre del oro de California, su tío Andrés Chacón partió con otros chilenos a probar fortuna en Estados Unidos, aventura que le costó la ruina económica;[3]​ la hacienda se vendió y la familia Prat Chacón regresó a la capital chilena.[3][29]

En 1849 la familia encontró solvencia con una chacra, ubicada en la actual comuna de Providencia —entonces en las cercanías de Santiago—, propiedad de su abuelo Pedro Chacón y Morales,[3]​ donde transcurrió la infancia de Prat.[4][30]​ Se desarrolló físicamente y dejó atrás su condición «raquítica y endeble [...] expresión melancólica [...] aire distraído y apariencia triste y enfermiza»,[3]​ según la descripción de su tío Jacinto Chacón.[25]​ El cambio se atribuyó al método Priessnitz, pero es más probable que fuera resultado del ambiente estimulante de la chacra, de su afición por los ejercicios físicos y del espíritu de superación inculcado tempranamente por su madre. La chacra se vendió y la familia se trasladó en 1854 a una modesta casa en la calle Nueva de San Diego, llamada hoy día Arturo Prat.[3][4]

En dicha calle en 1856, inició sus estudios en la Escuela Superior de Instrucción Primaria,[4]​ conocida como la «escuela de la Campana» debido a una torre con una campana que tañía para llamar a las clases,[31]​ cuyo director fue José Bernardo Suárez.[32]​ Fue un estudiante de buena conducta, salvo por pleitos y travesuras propias de la niñez; tenía problemas con las matemáticas, específicamente con la aritmética, pero los superó y obtuvo distinción en lectura, geografía, religión y la propia aritmética en 1856.[33]​ Dejó la escuela el 25 de agosto de 1858 y tres días más tarde ingresó en la Escuela Naval del Estado.[3][34][n 2]

El 28 de agosto de 1858 ingresó en la Escuela Naval del Estado,[2][35]​ dirigida entonces por el oficial de marina francés Jules-Jean Feillet,[36]​ secundado por su compatriota Anatole Desmadryl.[3][37][n 7]​ Para el ingreso a esa institución, el presidente Manuel Montt Torres había creado dos becas por provincia: Una de Arauco fue concedida a Prat; la otra, a Luis Uribe Orrego.[3]​ Ambos tuvieron como apoderado a Jacinto Chacón ―tío de Prat y padrastro de Uribe, por lo que se convirtieron en casi hermanos―,[25]​ y fueron dos de los veintiséis cadetes que formaron parte del llamado «Curso de los Héroes»,[3][13][n 8]​ todos ellos personajes destacados en la posterior Guerra del Pacífico.[13][25]

Su primer año como cadete fue irregular en los estudios; distraído, continuaron sus dificultades con las matemáticas; sin embargo, al igual que en la escuela, se sobrepuso y obtuvo una medalla de plata por sus logros.[39]​ En su segundo año, debió iniciar el aprendizaje náutico. Su primer viaje de instrucción se realizó en 1859 en el vapor Independencia,[3][35]​ bajo el mando del capitán de corbeta Nicolás Saavedra, donde aprendió maniobras de vela y aparejo, para después seguir con las prácticas de marinería y artillería.[40]​ En enero de 1860, Prat abordó por primera vez la corbeta Esmeralda,[2][35]​ comandada entonces por el capitán de fragata José Anacleto Goñi Prieto. Siguió su aprendizaje náutico: embarque y desembarque, simulacros de combate y otros.[41]​ En julio de 1861, egresó de la Escuela Naval[35]​ como «primera antigüedad», el más distinguido del curso, y obtuvo el grado de guardiamarina sin examen.[3][25]

En este periodo también enfrentó hechos tales como el incendio —y posterior hundimiento— del pontón francés Infernal, que «almacenaba carbón, artículos navales, explosivos y municiones»,[42]​ ocurrido el 1 de octubre de 1861 frente a los Almacenes Fiscales de Valparaíso. Allí mismo se encontraban la Esmeralda y el vapor Maipú, entre otros navíos. Para intentar extinguir el fuego del pontón, los barcos surtos en la bahía enviaron botes con tripulación; uno de ellos era conducido por el guardiamarina Prat, quien después de dos horas de lucha contra el incendio debió retirarse con los demás marineros, poco antes de producirse el daño temido en barcos y edificios aledaños.[42][43]

Debido al conflicto limítrofe que Bolivia y Chile sostenían por el desierto de Atacama desde 1843, comenzó una serie de incidentes entre ambos países. A fines de 1863 debió embarcarse en la Esmeralda, comandada por el capitán de fragata Juan Williams Rebolledo, que zarpó hacia Mejillones para defender los intereses de los chilenos de las autoridades bolivianas en Cobija.[3]

Dio las pruebas teóricas y prácticas necesarias para obtener los despachos de guardiamarina examinado el 21 de julio de 1864.[2][3][35]

Entre fines de 1863 y comienzos de 1864, se produjeron incidentes que detonaron la desaprobación chilena a la ocupación de las peruanas islas Chincha por la escuadra española,[44]​ comandada por el almirante Luis Hernández-Pinzón Álvarez, lo que desembocó en la guerra contra España, declarada el 25 de septiembre de 1865.[45]

Ante el despliegue de los buques españoles, hecho por el vicealmirante José Manuel Pareja —reemplazo de Pinzón— para hostilizar la costa chilena, el capitán de fragata Williams Rebolledo, comandante de la Esmeralda, planeó la recuperación del transporte chileno Matías Cousiño y la captura de la goleta española Covadonga. El 26 de noviembre de 1865, ocurrió el combate naval de Papudo,[46]​ que se inclinó a favor del bando chileno, que capturó la goleta española.[35][47]​ Esto hizo que, por un lado, todos los marineros chilenos partícipes del acto fueran ascendidos en un grado, por lo que Prat se convirtió en teniente segundo;[35]​ y que, por otro lado, el vicealmirante Pareja se suicidara.[48]

Para compensar la derrota de Papudo, el brigadier de mar Casto Méndez Núñez, entonces comandante de la escuadra española, buscó otro enfrentamiento con las naves aliadas —la declaración de guerra de Chile había sido secundada por Perú el 13 de diciembre de 1865, por Ecuador el 30 de enero de 1866 y por Bolivia el 22 de marzo de 1866—, que ocurrió en las cercanías del archipiélago de Chiloé, en el combate naval de Abtao el 7 de febrero de 1866.[2][35]​ El combate consistió en un cañoneo a distancia entre la Covadonga, apoyada por buques peruanos, y las fragatas hispanas Villa de Madrid y Blanca —algunas naves aliadas no participaron o por falta de carbón o por lo rocoso del estuario—. Bajo el mando del capitán de fragata Manuel Thomson, Prat servía entonces en la Covadonga, que resistió el bombardeo español e impactó algunos tiros en la fragata Blanca. Las bajas españolas fueron seis heridos y tres contusos, mientras que en la escuadra aliada los historiadores discrepan sobre el número de bajas: los muertos oscilan entre dos y doce; y los heridos, entre uno y veinte.[49]​ El 20 de junio, cuando aún formaba parte de la tripulación de la Covadonga, Prat participó en la captura de la barca inglesa Thalaba, que contrabandeaba víveres y otros pertrechos para los españoles.[50]

Tras la guerra —se firmó un armisticio indefinido entre España y los cuatro aliados el 11 de abril de 1871, y Chile y España firmaron un tratado de paz el 12 de julio de 1883—,[45]​ realizó numerosas travesías tanto en Chile como en el exterior; por ejemplo, visitó el archipiélago de Juan Fernández, isla de Pascua y Magallanes.[35]​ En 1868 fue asignado a la corbeta O'Higgins, mandada por el capitán de fragata Ramón Cabieses, encargada de transportar auxilios a los afectados por el terremoto de Arica de ese mismo año, y a la Esmeralda, bajo las órdenes del vicealmirante Manuel Blanco Encalada, encargada de repatriar los restos mortales de Bernardo O’Higgins desde Perú.[25]

El 9 de septiembre de 1869, se convirtió en teniente primero[35]​ y volvió a la O'Higgins como oficial de detall en enero de 1870.[3]​ A partir de 1871, fue oficial de detall de la Esmeralda —con dicha corbeta tuvo que estacionarse entre 1871 y 1872 en Mejillones para proteger los intereses de los chilenos avecindados allí—, por lo que le correspondieron diversos cargos en la Escuela Naval (profesor, subdirector, director interino) y se le encomendaron los cursos de ordenanza naval, derecho, táctica naval y cosmografía, entre otros.[2][3][51]​ Fue un profesor que luchó contra la falta de recursos del medio para impartir una educación de calidad hasta el punto de traducir él mismo los libros del francés al español.[52]​ Alcanzó los grados de capitán de corbeta graduado el 12 de febrero de 1873[2][3][35]​ y efectivo en 1874.[35]

El 24 de mayo de 1875, la Esmeralda se encontraba en Valparaíso mientras Prat guardaba licencia por estar enfermo. El comandante del barco, Luis Alfredo Lynch, también se encontraba con licencia, por lo que la nave quedó a cargo del teniente Constantino Bannen Pradel. Un violento temporal estalló en la bahía; el Valdivia rompió sus amarras y se precipitó contra la Esmeralda, que a su vez impactó al Maipú. Cuando llegaron Lynch y Prat, el naufragio de la Esmeralda pareció inevitable; ambos fueron transportados por los boteros al navío, pero las olas inmovilizaron la embarcación. Prat se arrojó al agua y nadó hasta el buque y subió a bordo por una cuerda, tal como lo hiciera instantes antes Lynch, donde trabajó, con una cuerda atada por la cintura al mástil, para llevar a cabo las maniobras de salvamento, que consistieron en varar la nave de proa contra la playa y asegurarla allí mediante cordajes. Pese a que la tarea no era fácil, al final se logró la varazón y la nave se salvó del naufragio.[2][35]​ Lynch recordaría después «la imperturbable serenidad ante el peligro» de Prat.[53]​ La reparación de la Esmeralda fue difícil y larga y su costo se elevó a 100 000 pesos. Lynch tuvo que enfrentar un sumario en su contra por las responsabilidades que le cupieron, pero logró salvarse por un empate en la votación; durante todo el sumario, Prat fue fiel a su superior apoyándolo en el proceso.[54]

Concluidos los exámenes en mayo de 1876, el gobierno chileno cerró la Escuela Naval.[3]​ Prat, que dejó a Condell a cargo de la Esmeralda, fue nombrado ayudante de la Gobernación Marítima de Valparaíso[2][35]​ por sus estudios de abogacía. El 25 de septiembre de 1877, ascendió a capitán de fragata.[3]

Interesado en las leyes, decidió obtener el título profesional y en 1870 inició sus estudios para convertirse en abogado.[3]​ Comenzó con su egreso como alumno libre de humanidades en el Liceo de Valparaíso y el Instituto Nacional.[3]​ En 1871 consiguió el diploma del bachillerato en filosofía y humanidades,[55]​ requisito para iniciar los estudios de derecho, encontrándose entre sus examinadores el historiador Diego Barros Arana.[25]

En 1872 empezó los estudios de leyes, inscrito en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, estudiando a bordo de la Esmeralda, recalada entonces en Mejillones; al regresar, solicitó ser examinado en Valparaíso y aprobó los cursos requeridos.[3]​ En 1875 inició la práctica de la abogacía, requisito anterior al título, en un estudio jurídico de dicho puerto.[3]​ Defendió al ingeniero Ricardo Owen, acusado de desobediencia, y después a Luis Uribe Orrego, acusado de desacato y desobediencia a sus superiores.[3]

En julio de 1876, aprobó las últimas asignaturas. Listo para licenciarse, sorteó una cédula entre diversos cursos y rendir examen sobre ella; su cédula fue derecho romano, que pasó los días 24, 25 y 26 de julio.[3]​ Asimismo, obtuvo la aprobación de su tesis de licenciatura, titulada Observaciones a la lei electoral vijente,[56]​ que contiene pistas acerca de su pensamiento político. Fue escrita en el marco de la promulgación de la nueva ley electoral, durante el gobierno de Federico Errázuriz Zañartu, cuando se estableció la institución de los mayores contribuyentes y el voto acumulativo para los diputados. Prat analizó esta ley según la perspectiva de que con ella era posible avanzar en la libertad electoral; señaló las contradicciones y oscuridades del texto, pero recalcó que era una ley «eminentemente liberal»;[57]​ concluyó que:

Debió rendir el examen final ante los ministros de la Corte Suprema el 31 de julio de 1876; sin embargo, se enteró de que el máximo Tribunal había resuelto no oír exámenes ese día.[3]​ Insistió en que su tiempo como marino era muy limitado y pidió una audiencia con el presidente de la Corte Suprema, Manuel Montt Torres, a quien convenció de que se le dejara examinar; finalizado el día, Prat se convirtió en abogado a los 28 años de edad.[25]​ Pese a su título, su difícil situación económica y las súplicas de su mujer, se rehusó a dejar la Marina para ejercer como abogado, aduciendo:

Fijó su estudio de abogado en el edificio del Banco Consolidado de Chile, en la plaza de la Justicia.[3]​ Se dedicó principalmente a resolver los problemas legales de los Chacón Barrios y los Carvajal Briones, así como también problemas relacionados con lo naval.[6]​ Aspiró a ser auditor de Marina, pero debido a su escasa experiencia solo fue investido como «ayudante»,[2][35]​ y se le encomendaron los aspectos jurídicos de la Comandancia en jefe de Marina.

Remodeló completamente el sistema legal de la Armada, empezando por la ley de navegación,[n 9]​ a la que propuso 152 modificaciones, de las cuales una gran parte fue aceptada.[3][7]​ También se encargó de regularizar los ascensos para evitar que influyeran las relaciones sociales, los «cuoteos políticos» y otros factores que no fueran sino el mérito propio y la antigüedad. Prat murió sin ver publicado este código de marina.[8]​ Durante esta etapa, sobrellevó recelos encubiertos y hostilidades de sus pares, quienes le mantenían una cierta distancia por ser abogado y no considerarlo un militar pleno.[59]

En su casaquinta porteña, su abuelo Pedro Chacón y Morales acostumbraba a dar una o dos veces por semana alguna tertulia. Prat iba frecuentemente a ellas, como lo hacía la cuñada de Concepción Chacón Barrios, la quillotana Carmela Carvajal Briones; en esas tertulias, ambos se conocieron y enamoraron.[60]

Al regresar del viaje que repatrió los restos mortales de O’Higgins desde Perú en 1868, Prat trajo regalos para ella: un abanico, un costurero, un tarjetero de marfil y una cruz de plata. La relación era muy obvia, pero muy reservada para Prat, quien se molestaba cuando hacían relación a su noviazgo; además de la timidez natural, otra de las razones para su molestia era el temor de formalizar una relación cuando no tenía el dinero con que mantener un matrimonio. Cuando supo que sería ascendido a capitán de corbeta, se decidió finalmente a pedir la mano de Carmela Carvajal en 1873. Un poco posterior a esto, Prat escribió la única carta de amor a su novia que se conserva:

Frente a la plaza de la Victoria, en la parroquia del Espíritu Santo el 5 de mayo de 1873 se casaron y fueron bendecidos por el sacerdote Francisco Salas Portales.[62][63][n 10]​ Los recién casados pasaron su luna de miel en Quillota y en las termas de Cauquenes; después, Prat regresó a Valparaíso para retomar sus deberes navales. Posteriormente, Prat trató a su esposa como una igual, como una compañera, algo difícil de encontrar en la época decimonónica, encargándole, por ejemplo, el presupuesto familiar, y él mismo haciéndose cargo de algunos de los problemas domésticos:

El 5 de marzo de 1874 nació la primera hija de los Prat Carvajal: Carmela de la Concepción.[23][65]​ Como los malogrados hermanos mayores de Prat, ella heredó una contextura frágil y enfermiza; su problema era una hernia causada por el corte del cordón umbilical, que se agravó por diferentes males —diarrea y fiebre, entre otros—. Prat le escribió a su esposa: «Continúa usando la homeopatía para mi hijita y avísame luego que esté sana». Prat supuso que el método que lo curó de su condición endeble haría las mismas maravillas en la niña; pero no funcionaba, para desesperación de una madre impotente y un padre desesperado en la plegaria.[66]​ Al término de su estación anual, Prat debió ser transportado al centro del país por el Abtao, que no llegó. El 13 de diciembre, el vapor llegó finalmente y le escribió a su mujer: «Luego pues te voy a ver, como también a mi hijita que espero que esté completamente sana».[67]​ Sin embargo, la niña había muerto el día 5; al anochecer le llegó una carta de su esposa:

El vapor no pudo salir hasta el día 18. Todas sus esperanzas fueron destruidas en el viaje por una esquela de pésame, entregada en algún puerto intermedio, firmada por Juan José Latorre. Al pie de la carta anterior de su mujer, Prat anotó:

Más tarde, nacieron en Valparaíso sus otros dos hijos:[23]Blanca Estela (11 de septiembre de 1876)[n 11]​ y Arturo Héctor (6 de marzo de 1878).[n 12]

Su biblioteca personal contenía libros que revelaban sus intereses, como Filosofía fundamental de Balmes, El genio del cristianismo de Chateaubriand, Más allá de la muerte de Figuer, El evangelio según el espiritismo de Kardec, Historia del cristianismo de Nicolas, El siglo de Luis XIV de Voltaire, y textos de Duruy, Montesquieu y Rousseau, entre otros.[68]

Era «profundamente religioso [...], un católico de corte liberal, y con una [...] veta espiritista».[69]​ Su religiosidad se caracterizaba por «el amor a Dios Padre y completa confianza en su Providencia»; acostumbraba repetir que «Dios nos guía, y lo que sucede es siempre lo mejor que puede suceder».[70]

Influenciado desde su niñez por su tío Jacinto Chacón, considerado uno de los pioneros del espiritismo en Chile,[71][72]​ experimentó con esta práctica e incorporó a su mujer a ella.[73]​ Para intentar comunicarse con dos muertos —Agustín Prat Barril y Carmela Prat Carvajal, su padre y su primera hija—, los Prat Carvajal participaron en abril de 1876 en sesiones espiritistas junto con los médiums Eduardo de la Barra, Jacinto Chacón y su esposa Rosario Orrego, entre otros.[74]​ Tras enviudar en mayo de 1879, Carmela Carvajal tomó parte en sesiones de espiritismo para contactar con Prat.[75]

A fines de 1878, y a raíz de las intenciones del gobierno argentino de marcar soberanía en la Patagonia,[76]​ particularmente en el río Santa Cruz,[3][n 13]​ fue comisionado durante unos meses por el presidente Aníbal Pinto para realizar servicios de inteligencia en Uruguay y Argentina.[2][35]

El 18 de noviembre de 1878 llegó a Montevideo, donde se presentó como abogado y escritor, y se alojó en el Hotel de la Paz. En diciembre del mismo año, dos veces visitó Buenos Aires, donde estableció contactos y se encontró brevemente con el presidente Nicolás Avellaneda.[78]​ Durante su misión, entregó una serie de datos militares y navales argentinos solicitados por el gobierno chileno. Minusvaloró la potencia militar efectiva de Argentina, aduciendo factores como el impacto de la crisis económica, la gran cantidad de extranjeros y la inexperiencia de sus marineros, pero, al mismo tiempo, advirtió sobre los acelerados preparativos para la guerra.[79]​ Sobre la posibilidad de un conflicto, manifestó:

La misión no fue de su agrado, por lo que solicitó su retorno a Chile tras completar lo esencial de su misión; el 28 de enero de 1879 recibió autorización para volver a Chile, y recaló en Valparaíso a mediados de febrero.[81]

Cuando las fuerzas militares chilenas ocuparon la ciudad boliviana de Antofagasta, el 14 de febrero de 1879, Prat no era muy bien visto entre sus pares a causa de su preparación académica como abogado, lo que hacía desconfiar de su valer como militar, y fue excluido de las primeras acciones y preparativos de la Armada. Permaneció en Valparaíso, donde fue designado secretario ayudante de la Comandancia General de Marina, cargo que le disgustaba porque sentía que se le negaba su participación en las acciones de la Marina.[82]

A fines de marzo siguiente, el encargado de la representación civil en la escuadra, Rafael Sotomayor, debió embarcarse por instrucciones del gobierno en un vapor con rumbo a Antofagasta y solicitó un ayudante a la Comandancia General de Marina. Prat fue designado y, aunque renuente en un comienzo, acató la orden y acompañó a Sotomayor como asesor y secretario personal. Se ganó la confianza de Sotomayor durante el viaje desde Antofagasta hasta Iquique en la fragata blindada Blanco Encalada.[3]

Cuando Chile declaró la guerra a ambos aliados, el 5 de abril, Prat fue el encargado de notificar oficialmente el bloqueo de Iquique a sus autoridades peruanas, encabezadas por el prefecto Dávila.[2][3][83]​ Regresó a Antofagasta, donde consiguió ser considerado en las acciones y se le asignó el mando de la Covadonga,[2]​ entonces en reparaciones en Valparaíso.[3]​ Además, fue enviado a Santiago por Sotomayor y Juan Williams Rebolledo a pedir personalmente al gobierno la compra del Amazonas; tras su misión en la capital chilena, asumió el mando de la Covadonga, que completó sus reparaciones a comienzos de mayo.[3]

El 3 de mayo la corbeta Abtao, al mando del capitán de corbeta Carlos Condell de la Haza, y la Covadonga, al mando de Prat, zarparon de Valparaíso y recalaron en Iquique el 10 de mayo[2][3]​ ―tanto la Covadonga como la Esmeralda (al mando de Manuel Thomson) eran considerados de escaso valor militar a causa de su pobre andar―. En Iquique la escuadra chilena se preparaba para atacar por sorpresa a la escuadra peruana en el puerto del Callao; para cumplir dicho plan, el entonces contraalmirante Williams Rebolledo hizo cambios: designó como comandante de la Abtao a Thomson, de la Esmeralda a Prat y de la Covadonga a Condell. Prat y Condell quedaron a cargo del bloqueo de Iquique, donde también permaneció el transporte Lamar como depósito de carbón para los buques.[84]

El 16 de mayo la escuadra chilena zarpó rumbo al Callao; ese mismo día salió desde dicho puerto con destino a Arica el convoy formado por el monitor Huáscar, la fragata blindada Independencia y los transportes Chalaco, Limeña y Oroya con el fin de llevar armamento, municiones, refuerzos y vituallas. Ambas escuadras se cruzaron en la noche, sin avistarse.[3]

En sus Memorias del bloqueo de Iquique (Guayaquil, 1910), el catalán Jaime Puig y Verdaguer, cónsul de Ecuador en ese puerto en 1879, dejó una descripción de Prat del 5 de abril de dicho año, cuando puso pie en tierra sin escolta alguna para notificar oficialmente el bloqueo a las autoridades peruanas:

A las 6:30 del miércoles 21 de mayo de 1879, el vigía de la Covadonga avisó de la presencia de otros navíos con el grito «¡Humos al norte!».[85]​ Debido a la camanchaca, no se pudo identificar a los recién llegados y por unos momentos se pensó que la escuadra chilena había regresado. A las 6:45 un marinero de la Covadonga observó con claridad las arboladuras de los buques y los reconoció como peruanos. Ante esa información, Condell ordenó dar un tiro de aviso a la Esmeralda, anclada en puerto. Al escuchar la señal, Prat dispuso levar el ancla, hacer comer a la tripulación y tocar zafarrancho de combate. Además, ordenó que la Covadonga se pusiera al habla para conferenciar y que se arrojara al mar, en un saco, la correspondencia para la escuadra chilena.

Al avistar las naves chilenas, dentro del puerto y muy pegadas a la costa,[86]​ los buques peruanos izaron bandera de combate. El Huáscar se encontraba más cerca al puerto. En ese momento, el capitán de navío peruano Miguel Grau arengó por megáfono a su tripulación.[87]​ Por su parte, Prat ordenó izar las señales: primero le hizo a Condell la señal de «¿Almorzó la gente?», luego «seguir mis aguas» y finalmente «venir al habla», y a continuación arengó a sus compañeros de armas:

Terminada la arenga, la Covadonga llegó al habla y Prat le ordenó a Condell: «¡que almuerce la gente!, ¡mantener bajos fondos!,[90]​ ¡reforzar las cargas!, ¡cada uno a cumplir con su deber!». Condell simplemente respondió «¡all right!».

A las 8:00 se sintió una explosión y una columna de agua y espuma se levantó en medio de las naves chilenas, el Huáscar había disparado su primer tiro.[85]

Prat ordenó levantar el andar de la Esmeralda. A las 8:25 una segunda andanada cayó y un tiro del Huáscar dio de lleno en el estribor y pasó entre las bandas de la Covadonga, a la altura de la base del trinquete, penetrando el comedor que estaba siendo habilitado como hospital.[n 14]

Prat ordenó abandonar el bloqueo y dirigirse rápidamente al sur al transporte Lamar, que izó bandera estadounidense.[91]​ De igual forma, Condell se retiró del puerto y se dirigió al sur,[85]​ detrás del Lamar. Grau ordenó a la fragata Independencia, al mando del comandante Juan Guillermo Moore Ruiz, cerrarle el paso a la Covadonga y al Lamar; la Independencia las siguió.

De esta forma, quedaron en Iquique para enfrentarse el monitor Huáscar y la corbeta Esmeralda[n 15]​ —el primero pesaba 1130 toneladas, tenía un blindaje de 4 ½ pulgadas, dos cañones de 300 libras de avancarga, ubicados en su torreta, y 11 millas de velocidad a su máxima capacidad; la segunda era entonces una vieja corbeta de madera de 850 toneladas y 200 caballos de fuerza, con ocho cañones de 40, cuatro de 30 y dos de 6 libras—.

Prat bajó a su camarote, se vistió con su uniforme de parada, guardó el retrato de su esposa y otros objetos personales y subió al puente de mando. Posicionó a la Esmeralda a 200 metros de la costa,[93]​ obligando al Huáscar a disparar por elevación para no dañar al pueblo peruano que se había reunido en multitudes en la playa de El Colorado para seguir el combate.

El general Juan Buendía, comandante de la plaza peruana de Iquique, hizo emplazar dos cañones de campaña en dicha playa y envió en un falucho rápido a un emisario al Huáscar con la advertencia (errada) sobre la presencia de torpedos. Grau, erróneamente informado de que la Esmeralda estaba rodeada de torpedos,[94]​ se detuvo a 600 metros de ella y empezó a disparar con sus cañones de 300 libras, sin lograr impactar ningún tiro durante hora y media debido a la inexperiencia de los marinos peruanos en el manejo de la torreta del monitor, a lo que la tripulación chilena contestaba con sus cañones de 30 libras y fuego de fusilería, impactos que rebotaban sobre el macizo blindaje del Huáscar y que solo consiguieron dañar los botes salvavidas.

En la costa, los peruanos instalaron una batería de cañones de 9 libras y empezaron a bombardear el barco chileno; los tiros de esta batería de tierra fueron los que provocaron una carnicería a bordo. Al estar entre dos fuegos, Prat ordenó mover el buque, que maniobró lentamente —apenas a 4 nudos, puesto que su máquina estaba defectuosa; luego dos de sus calderas reventaron, dando apenas dos nudos—[93]​ y se posicionó a 1000 metros al norte de la ciudad y a 250 de tierra, donde se mantuvo hasta su hundimiento. Esta maniobra hizo ver a Grau la inexistencia de los torpedos que rodeaban supuestamente a la Esmeralda. Uno de los tiros del Huáscar llegó de lleno en la cubierta, decapitó al corneta de órdenes Gaspar Cabrales y mutiló a los sirvientes de un cañón. La cubierta comenzó a teñirse con la sangre de quienes caían. La situación de la Esmeralda se tornó desesperada al verse batida y desmantelada por las baterías apostadas en la playa y por los cañones del Huáscar.

A las 11:30 Grau ordenó espolonear a la Esmeralda.[94]​ El monitor retrocedió para tomar impulso y se lanzó con un andar de ocho millas sobre el lado de babor de la corbeta, frente al palo de mesana.[88][93][94]​ El primer espolonazo dio en la toldilla, donde debido a la combadura de ese sector no pareció causar un daño fatal hasta entonces; sin embargo, los dos cañones de la torre del Huáscar, «disparados a toca penoles antes y después del choque, hicieron terribles estragos en la marinería [chilena]».[93]

Al dar el espolonazo por el lado de popa, Prat, con espada en mano, gritó: «¡Al abordaje muchachos!», grito que por el estruendo del choque solo fue escuchado por el sargento segundo Juan de Dios Aldea, quien saltó junto con Prat[93]​ y el marinero Arsenio Canave, quien resbaló y cayó al mar al momento del retroceso del monitor, trepando a este para luego morir en su cubierta. El sargento segundo Aldea siguió a Prat armado con un hacha de abordaje y una pistola.[25]​ Ya en cubierta del monitor, Prat y Aldea se dirigieron a la torre de mando. Grau al ver esta acción de los marinos chilenos ordenó apresarlos; el teniente segundo peruano Jorge Enrique Velarde intentó cumplir la orden de su superior, pero al abrir el escotillón recibió tres tiros mortales de Prat.[95]

Al aproximarse a la torreta, Aldea recibió una descarga de fusilería en pleno vientre que lo dejó agónico sobre cubierta, solo siguió Prat. Llegado a la cubierta, Prat avanzó hacia la torre de mando y fue alcanzado por un disparo en una rodilla. Logró sostenerse sobre la otra, pero el marinero peruano Mariano Portales, salido de la torreta, lo mató instantáneamente con un tiro en la frente casi a quemarropa.[95][96]

En el segundo espolonazo, el Huáscar se lanzó con un andar de ocho millas hacia la proa de la Esmeralda,[94]​ esta vez por estribor,[93]​ «[disparando] las dos piezas de su torre».[88]​ El teniente segundo Ignacio Serrano, revólver y espada en mano, gritó «¡Al abordaje!», subiendo él y doce hombres a la cubierta del monitor; un balazo derribó a Serrano, y los otros fueron muertos por las ametralladoras Gatling montadas en el puente y por la fusilería de los marinos del monitor.[88][93]​ Serrano recibió heridas en la zona genital y sus gritos eran atroces; Grau lo hizo llevar a la enfermería, donde se le dejó junto al agónico Aldea.[25]

El tercer espolonazo, esta vez a una velocidad de diez millas y en el centro, fue fatal para la corbeta y marcó su final.[94]​ El último disparo de cañón lo efectuó el guardiamarina Ernesto Riquelme, quien se supone fue muerto por una granada del Huáscar.[93]​ La Esmeralda se hundió con todos sus tripulantes[93]​ y con todas sus banderas: «la del jefe al tope del mesana, la de guardia en el trinquete, el gallardete al mayor i dos nacionales al pico de mesana, pues se había tomado la precaución de izar otra por si acaso faltaba la primera»;[88]​ eran las 12:10.[94]

Tras el combate, Grau mandó recoger en botes a los 63 náufragos sobrevivientes,[94]​ quienes fueron desembarcados en Iquique y alojados en el cuartel de bomberos como prisioneros de guerra,[88][93]​ e hizo tomar acta de las pertenencias de Prat.[94]​ Sobre el combate naval y la muerte de Prat, el comandante peruano escribió a su cuñada y comadre Mercedes Cavero Núñez, esposa de Óscar Viel y Toro, lo siguiente:

Posteriormente, Grau ordenó que los objetos personales de Prat ―su espada, anillo de matrimonio, fotografías de su esposa e hijos, y un libro memorándum, entre otros― fueran devueltos a su viuda; junto con ellos, Carmela Carvajal recibió una carta en la que el comandante peruano expresó: «su digno y valeroso esposo [...] fue víctima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria».[98]​ En respuesta, Carmela Carvajal escribió una carta agradeciendo este gesto.[99]

Los cuerpos de Prat, Serrano y «tripulantes de la Esmeralda»[100]​ fueron enterrados el jueves 22 en el cementerio de Iquique gracias a los españoles Eduardo Llanos Nava, Benigno Posadas y Jaime Puig y Verdaguer, y otros extranjeros residentes en la ciudad.[83]​ En mayo de 1888, los restos de Prat fueron trasladados a Valparaíso, donde se les sepultó en un monumento construido por suscripción popular.[101]​ Allí descansan los máximos héroes navales chilenos y es allí donde anualmente, con la presencia del presidente de la República, se honra con desfiles militares a Prat y su tripulación en el Día de las Glorias Navales.[18]

La muerte de Prat movilizó a la población chilena en torno a la causa común de la guerra, lo que fue uno de los factores de la victoria chilena en la Guerra del Pacífico, siendo el determinante la superioridad de su escuadra.[25][102]

Su muerte lo transformó en símbolo de Chile en su lucha a muerte con sus enemigos; se le admiraba no por sus hazañas sino por representar los valores de dedicación y sacrificio.[103]​ Tras el término de la guerra, su imagen fue menos reverenciada, pero resurgió con fuerza durante el periodo de la República Parlamentaria (1891-1925); frente a la corrupción del sistema político, su figura adquirió nuevos ribetes, personificando las virtudes civiles y el cumplimiento del deber, antes que los valores militares:

Con el paso del tiempo, pasó a simbolizar la unidad nacional.[105]​ El 21 de mayo ha sido feriado en Chile a partir de 1915[18]​ y se convirtió en la fecha de la Cuenta anual del presidente de la República ante el Congreso pleno entre 1926 y 2016,[19][20]​ y en el «Día del Abogado»[21][n 3]​ a partir de la década de 2010.

En algún momento se afirmó que en la Escuela Naval del Japón estarían juntos los bustos de Tōgō Heihachirō, Horatio Nelson y Prat,[106]​ pero esto no está fehacientemente comprobado pues no existen imágenes de esos bustos juntos allí; lo que sí parece ser cierto es que un busto de Prat habría sido llevado a Japón desde Chile en 1966 y colocado en un jinja junto al del almirante Tōgō.[107]​ En el Malecón 2000 de la ciudad de Guayaquil (Ecuador), se erigió un busto en su honor frente al cual se realizan actos conmemorativos en su nombre y de la Armada de Chile.[108]

Ha sido conmemorado de diversas maneras en Chile, a saber:

Su conducta y muerte en el combate naval de Iquique son el tema de algunas cuecas, entre las que se pueden citar «El Huáscar con la Esmeralda», «El valiente Arturo Prat», «Gritaron humos al norte» y «La gloriosa Covadonga».[114]​ Su efigie ha aparecido en dos billetes: los de 50 pesos, impreso entre 1975 y 1981,[115]​ y de 10 000 pesos, producido a partir de 1989.[116]​ Asimismo, su vida ha sido llevada a la pantalla en dos ocasiones: en el episodio «Prat, espada de honor» (2009) de la miniserie televisiva Héroes: La gloria tiene su precio,[117]​ y en el filme La Esmeralda, 1879 (2010).[118]​ Además, ha sido protagonista en dos obras de teatro: Prat (2002) y La tripulación de bronce (2019).[119][120]



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