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Bandera de Chile



La bandera nacional de la República de Chile, conocida como la Estrella Solitaria,[2]​ fue oficialmente adoptada el 18 de octubre de 1817.[3]​ Está dividida en dos franjas horizontales: la superior es azul y blanca mientras que la inferior es roja; en el cantón azul se ubica una estrella de cinco puntas en color blanco.[4]

Las interpretaciones más comunes del uso de los colores de la bandera atribuirían al azul la representación del cielo, al blanco las cumbres nevadas de la cordillera de los Andes, y al rojo la sangre vertida por los héroes nacionales en la guerra por la independencia.[5]​ A su vez, la estrella simbolizaría los tres poderes del Estado chileno (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) que velan por la integridad de la nación, y su unicidad sería una referencia al Estado unitario —a diferencia de, por ejemplo, las múltiples estrellas de la bandera de los Estados Unidos que representan el Estado federal—. Sin embargo, considerando los versos del Canto XXI del poema épico La Araucana (1569),[6]​ los colores de la actual bandera chilena se remontarían a las bandas tricolores utilizadas por los toquis mapuches durante la Guerra de Arauco contra la Conquista española,[5]​ mientras que el pentagrama representaría la «estrella de Arauco» —el planeta Venus— según Bernardo O'Higgins.[7][8]

Las Fuerzas Armadas de Chile han efectuado desde 1939 la ceremonia del Juramento a la Bandera el 9 de julio[9][10][n 2]​ —cuando son conmemorados los 77 soldados que fallecieron en la batalla de La Concepción en 1882, durante la Guerra del Pacífico—, fecha que fue designada en 1974 como el «Día Oficial de la Bandera Nacional».[3]​ Por otra parte, el 18 de octubre fue designado en 1972 como el «Día de Celebración al Escudo y Bandera nacionales», aunque esta efeméride ha caído en el olvido.[11]

Su confección está oficialmente definida en el decreto 1534 del 12 de diciembre de 1967 del Ministerio del Interior, que sistematizó y refundió diversas normas legales y reglamentarias sobre el uso de los emblemas nacionales —entre otras, la ley 2597 del 11 de enero de 1912 (que fijó los colores y proporciones de la bandera nacional, de la banda presidencial y de la escarapela o cucarda)[12]​ y el decreto supremo 5805 del 26 de agosto de 1927 del Ministerio del Interior (que fijó las dimensiones de la bandera nacional para el uso en edificios y reparticiones públicas)—, modificado por el decreto 938 de 29 de enero de 2013.[4]

Según dicho decreto, la proporción entre el alto y el largo —o vaina y vuelo— de la bandera chilena es de 2:3, quedando dividida horizontalmente en dos franjas de igual tamaño. Mientras el sector inferior corresponde al color rojo, el sector superior se subdivide a la vez en un cuadrado azul y un rectángulo blanco, cuyos largos están en proporción 1:2, respectivamente. La estrella se ubica en el centro del cantón azul y se elabora sobre una circunferencia cuyo diámetro corresponde a la mitad del lado del cantón.[4]​ El decreto señalado también define los tonos de la bandera como azul, blanco y rojo.[4]​ Sin embargo, no existen especificaciones técnicas sobre el tono exacto de los colores de la bandera, por lo que es posible encontrar banderas con una amplia gama de colores; el caso más notorio es el del azul, que fluctúa desde azul brillante hasta azul marino. Compárese esto con el azul de la bandera cubana, que también está descrito como «azul turquí» y es definido según el sistema Pantone como 2765-CVC,[13]​ equivalente a un color azul oscuro que no llega a ser azul marino.

El Gobierno de Chile utiliza un logotipo basado en la bandera nacional y sus colores están definidos tanto en el sistema Pantone como en los modelos de color CMYK y RGB para su utilización en formatos digitales e impresos. Estos colores se asemejan a las tonalidades oficiales de la bandera, pero no corresponden precisamente a ellas.[14]

La Constitución Política de la República de Chile de 1980 determina en su artículo 2.º que «son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno nacional»,[15]​ mientras que en su artículo 22.º establece que «todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales».[15]​ Por su parte, el decreto 890 del 26 de agosto de 1975 del Ministerio del Interior (Ley de Seguridad del Estado) dispone en su artículo 6.º que «cometen delito contra el orden público [...] b) Los que ultrajaren públicamente la bandera, el escudo o el nombre de la patria».[16]

De acuerdo con la ley 20537 del 3 de octubre de 2011, la bandera nacional o pabellón patrio es un emblema nacional cuya forma y características están contenidas en la ley 2597, sobre colores y proporciones de la bandera nacional, de la banda presidencial y de la escarapela o cucarda,[12]​ y puede ser utilizada o izada sin autorización previa, cuidando siempre de resguardar el respeto de la misma y de observar las disposiciones que reglamentan su uso o izamiento.[17]​ Adicionalmente, es obligatorio izar la bandera en todo edificio público o privado durante el 21 de mayo (Día de las Glorias Navales) y los dos días de Fiestas Patrias (18 y 19 de septiembre).[4]

Según el protocolo correspondiente, la bandera debe ser izada desde la punta de un mástil blanco, y si se hace en compañía de otras banderas diferentes, estas deben ser del mismo o menor tamaño. La bandera chilena debe estar puesta a la izquierda si el número de banderas, incluyendo la chilena, suman un número par; o al centro si suman impar y, además, debe ser la primera en izarse y la última en arriarse. En caso de no existir un mástil, la bandera puede colgarse en el muro de un edificio de forma horizontal o vertical, quedando siempre la estrella arriba y a la izquierda del espectador.[4]

La utilización de banderas como forma de representar a personas, estados o naciones es una costumbre iniciada en Europa y China, por lo que es poco probable que, antes de la llegada de los conquistadores hispanos, existiesen este tipo de distintivos. A ello se suma la inexistencia de entidades políticas que agruparan a las diversas tribus indígenas y de registros históricos anteriores al arribo de los colonizadores durante el siglo XVI.

Los primeros registros sobre el posible uso de banderas por parte de los pueblos indígenas se remontan a la Guerra de Arauco, siendo el más conocido el descrito en el Canto XXI del poema épico La Araucana (1569). En él, Alonso de Ercilla describió a un guerrero llamado Talcahuano, habitante de las tierras cercanas a la actual ciudad que lleva su nombre, quien era seguido por tropas que llevaban emblemas azules, blancos y rojos.

Pasó tras este luego Talcahuano, [...]
cubierto de altas plumas, muy lozano,
siguiéndole su gente de pelea,
por los pechos al sesgo atravesadas
bandas azules, blancas y encarnadas.

Descripciones realizadas ya avanzado el siglo XVIII documentan que las huestes mapuches utilizaban dos banderas, de cuya antigüedad no hay certeza. Según versiones de cronistas, la primera de ellas estaba compuesta por una estrella blanca sobre fondo azul,[18]​ similar al cantón de la actual bandera chilena, y habría sido utilizada por tropas mapuches a comienzos del siglo XVIII. La segunda de ellas aparece siendo ondeada por el cacique Lautaro (h. 1534-1557) en su representación artística más conocida, creada en el siglo XX por fray Pedro Subercaseaux;[19]​ tenía una blanca estrella de ocho puntas centrada en una cruz o estrella escalonada azul orlada de blanco sobre un fondo rojo.[20]​ Para el pueblo mapuche, el azul simboliza la abundancia, el orden, el universo y la vida, la espiritualidad o lo sagrado; el blanco, la curación, la limpieza y la longevidad, la prosperidad y la sabiduría; y el rojo, la fuerza y el poder, la historia de lucha del pueblo mapuche y la memoria.[21]

En el caso de las huestes colonizadoras, se usaban varias banderas españolas. Cada batallón tenía su propia bandera, que podía incorporar diversos elementos heráldicos, incluyendo el escudo de armas del rey de España. Uno de los símbolos más empleados era la cruz de Borgoña, una cruz aspada en color rojo sobre tela blanca. La cruz de Borgoña era uno de los principales emblemas del Imperio español en ultramar, por lo que flameaba sobre los buques de guerra y era transportada por las milicias en el territorio colonial.[22]

En 1785 Carlos III estableció una bandera uniforme para todas las embarcaciones de la Armada Española, similar a la actual bandera de España.[23]​ El uso de esta bandera rojigualda se extendió en enero de 1786 a «las plazas marítimas, sus castillos y otros cualesquiera de las costas».[23]​ Pese al establecimiento de esta nueva bandera, la cruz de Borgoña siguió siendo utilizada con frecuencia por los organismos coloniales.

El 18 de septiembre de 1810 se proclamó la Primera Junta Nacional de Gobierno, que se transformó en el primer paso en el proceso independentista chileno. Dicha Junta fue establecida, al menos nominalmente, como forma de controlar el gobierno durante la ausencia del rey Fernando VII, por lo que los símbolos del gobierno hispano se mantuvieron.

Sin embargo, los deseos de emancipación adquirieron más fuerza durante el gobierno de José Miguel Carrera, uno de cuyos primeros actos fue la implantación de símbolos nacionales —como una escarapela, un escudo de armas y una bandera distintiva para identificar a los patriotas—. Según la tradición, la primera bandera habría sido bordada por la hermana del gobernante, Javiera Carrera, y habría sido presentada e izada por primera vez el 4 de julio de 1812, durante una cena con el cónsul estadounidense Joel Roberts Poinsett para celebrar el aniversario de la independencia de aquel país. La bandera se componía de tres franjas horizontales en azul, blanco y amarillo. Para fray Camilo Henríquez, el pabellón representaba los tres poderes del Estado: majestad popular, ley y fuerza.[25]​ Otra interpretación señala que las franjas representan características de la naturaleza, respectivamente el cielo, la nieve andina y los campos dorados de trigo. En la capital chilena el 30 de septiembre siguiente, durante la celebración en conmemoración de la Primera Junta de Gobierno, el escudo chileno de la denominada «Patria Vieja» fue adoptado con solemnidad e incluido al centro de la bandera. En esa ocasión, se dio una salva de veintiún cañonazos cuando se izó el pabellón y posteriormente se ofreció un baile al interior de la Casa de Moneda.[26]

Aunque la versión azul-blanco-amarillo de la bandera de la Patria Vieja es la más reconocida en la actualidad, y es la incluida por el Gobierno de Chile en sus conmemoraciones oficiales, otras versiones utilizan una disposición diferente de colores, como blanco-azul-amarillo, por ejemplo.[27]​ En otras ocasiones, junto con incluir el escudo de armas en la franja central se agrega en la esquina superior izquierda la cruz de Santiago en color rojo —el origen de este emblema se remontaría a la victoria patriota en la batalla de El Roble, donde dentro de las pertenencias de los derrotados capturadas como botín de guerra se encontraba una insignia distintiva de la Orden del Apóstol Santiago, un importante símbolo del orgullo español—.[28]

Originalmente los símbolos de la Patria Vieja servían de estandartes militares sin tener una carga de unión nacional. Esto cambió en 1813, luego de la invasión realista y del estallido de la Guerra de la Independencia de Chile, cuando se abolieron definitivamente los símbolos españoles para el país, el ejército y los buques mercantes, y las fuerzas patriotas adoptaron formalmente la bandera tricolor en un acto en la Plaza Mayor de Santiago.[24]​ Meses más tarde, Carrera abandonó el poder político y militar y, en 1814, asumió como director supremo Francisco de la Lastra. La guerra independentista comenzó a generar grandes pérdidas para el bando patriota, por lo que el 3 de mayo de 1814 se firmó el tratado de Lircay. Este pacto reafirmaba la soberanía española sobre el territorio chileno, por lo que una de sus consecuencias directas fue la readopción del pabellón colonial en desmedro de la bandera tricolor.

La bandera de la Patria Vieja flameó nuevamente tras el retorno al poder de Carrera el 23 de julio del mismo año hasta la batalla de Rancagua, el 1 y 2 de octubre, donde la victoria realista puso fin al gobierno patriota y dio comienzo a la Reconquista española, reinstaurándose el estandarte imperial. El pabellón tricolor fue usado por última vez en la batalla de los Papeles, aunque apareció de nuevo enarbolado en los buques que José Miguel Carrera trajo en 1817[29]​ y durante sus campañas en Argentina entre 1820 y 1821.[30]

La Reconquista finalizó el 12 de febrero de 1817 con la victoria del Ejército de los Andes en la batalla de Chacabuco. En dicha batalla, las tropas patriotas combatieron con la coronela del ejército y con la bandera del Ejército de los Andes, inspirada en el escudo de Argentina —no hay datos sobre si usaron la enseña azul-blanca-amarilla; en su relato de la batalla, Bartolomé Mitre omitió por completo este detalle—.[31]

En la actualidad, la bandera de la Patria Vieja se utiliza durante las conmemoraciones relativas a este periodo de la historia chilena y las realizadas por el Instituto Nacional, fundado por el gobierno de Carrera. Aunque en un comienzo fue símbolo del «carrerismo», el emblema fue posteriormente adoptado por movimientos nacionalistas chilenos —por ejemplo, la bandera con un relámpago rojo superpuesto fue la insignia del Movimiento Nacional-Socialista de Chile entre 1932 y 1938—.[32]

El triunfo patriota en Chacabuco dio paso al periodo conocido como «Patria Nueva». Un nuevo pabellón nacional, cuyo diseño se atribuye al argentino Juan Gregorio de Las Heras, fue adoptado el 26 de mayo de 1817 y ampliamente difundido en la época. Esta bandera es actualmente denominada «bandera de la Transición» por ser la insignia utilizada entre la primera bandera nacional y el pabellón izado hasta el día de hoy.

Esta bandera se componía de tres franjas horizontales de colores azul, blanco y rojo. El origen de estos colores estaría en el relato dado por Ercilla en La Araucana (1569), donde describe las insignias de las tropas mapuches.[5][6]​ El significado de ellos equivale al de los colores de la bandera de la Patria Vieja, debido a la similitud entre ambas banderas, aunque cambiando el amarillo por el rojo, que representaría la sangre derramada durante los enfrentamientos bélicos.

La sangre de los héroes de Rancagua,
Dignamente vengada por la fuerza,
La triste palidez del amarillo,
En rojo animador el color trueca.

A pesar del entusiasmo inicial, este pabellón no tuvo legalización oficial y desapareció casi cinco meses después. Según la Historia General de Chile de Diego Barros Arana, fue desplegada por última vez durante la ceremonia de conmemoración de la batalla de Rancagua,[33]​ poco más de dos semanas antes de la adopción del actual emblema nacional. Aunque no se tiene certeza y tampoco es considerada por la mayor parte de los historiadores chilenos, existe información sobre una posible bandera entre la «de la Transición» y la definitiva, la cual habría intercambiado el orden de las franjas blanca y azul e incorporado la estrella blanca de cinco puntas sobre la franja central.[34]

La concepción de la bandera actual se atribuye generalmente a José Ignacio Zenteno, secretario de Guerra del gobierno de Bernardo O'Higgins. Su diseño fue obra del militar hispano-chileno Antonio Arcos, pese a que algunos historiadores sostienen que fue Gregorio de Andía y Varela quien la dibujó, y su confección fue llevada a cabo por Dolores Prats Urízar de Huici, aunque también ha sido adjudicada a las penquistas hermanas Pineda.[35]

Aunque habría sido empleada por primera vez el 16 de julio de 1817, durante la fiesta de la Virgen del Carmen,[27]​ esta bandera fue oficializada el 18 de octubre de 1817 —mediante un decreto del Ministerio de Guerra,[3]​ del cual existen solo referencias indirectas al no existir una copia de él— y oficialmente presentada el 12 de febrero de 1818, durante la ceremonia de jura de la independencia, donde su portador fue Tomás Guido.

La bandera original fue diseñada en función de la proporción áurea, que aparece reflejada en la relación entre vaina y vuelo de la bandera y los lados del cantón azul.[35][36]​ La estrella no aparece erguida en el centro del cantón rectangular, sino que su punta superior aparece ligeramente inclinada hacia la zona del mástil, de tal forma que las proyecciones de sus lados corten el largo del cantón en la proporción áurea. Además, en el centro de ella, estaba impreso el emblema que aparecía en el escudo nacional adoptado en 1817 y conocido como «de la Transición», al igual que el pabellón anterior.[7]​ Sin embargo, existió una variante casi idéntica a esta que usaba la versión completa del escudo nacional de 1817. Esta variante data de las batallas de la Guerra de Independencia y se usó de forma oficial como «Pabellón del Estado» hasta 1834, cuando el uso del escudo de la Transición quedó suprimido definitivamente.[37]

La adopción y configuración de la estrella se remontaría a aquella de las banderas usadas por el pueblo mapuche.[2]​ Según O'Higgins —integrante de la Logia Lautaro—, era la «estrella de Arauco».[2][7]​ En la iconografía mapuche, Wünelfe, el lucero del alba o el planeta Venus, era representado a través de la figura de una estrella octogonal o una cruz foliada, cuyo nombre castellanizado es guñelve. Aunque actualmente la bandera chilena presenta solo una estrella pentagonal, en los diseños originales de esta se incluía un asterisco de ocho puntas inserto en el centro de la estrella, símbolo del guñelve, representando la combinación de las tradiciones europea e indígena. Sin embargo, con el paso del tiempo y debido a la dificultad de su confección, el diseño se simplificó: el escudo bordado y el asterisco de ocho puntas desaparecieron, mientras que la estrella principal se irguió completamente.[7]

Esta versión simplificada fue usada ampliamente por la sociedad, lo que causó que, en febrero de 1826, un decreto prohibiera su uso para fines no relacionados con el ejército o el gobierno y permitiese a la ciudadanía el uso de una bandera idéntica pero sin la estrella.[38]​ Esto no pasó desapercibido por los habitantes, quienes se sintieron privados del emblema patrio. En julio de 1854, otro decreto devolvió el derecho de usar el pabellón con estrella a toda la población, suprimiendo la impopular versión con el cantón azul vacío.[37][39]

Del diseño original, con el emblema de la columna, quedaron pocos registros, siendo el más valioso el de la bandera utilizada en la jura de la independencia, que tenía un ancho de dos metros y un largo algo superior a los dos metros y medio. La bandera fue protegida por diversas instituciones patrimoniales hasta que fue robada el 30 de marzo de 1980 por miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) como forma de protesta contra la dictadura militar. Dicha agrupación conservó el ejemplar y lo devolvió en diciembre de 2003 al Museo Histórico Nacional, donde se encuentra actualmente.[40]

En 1854, mediante una declaración del Ministerio de Guerra y Marina, se describió la forma y diseño de la bandera, determinándose sus colores, en blanco, azul y rojo, con una estrella blanca de cinco picos en medio del cuadro azul, se fijó la proporción que debían guardar entre sí los colores que componen la bandera, quedando el cantón como un cuadrado y la proporción entre vaina y vuelo establecida en 2:3.[42]​ Finalmente, mediante la ley 2597 de 12 de enero de 1912, se estableció que se compondría de los colores azul, blanco y rojo, se fijó el diámetro de la estrella, y también se determinó la precedencia de los colores en la banda presidencial y en las cintas de las condecoraciones, fijándola en azul, blanco y rojo, de arriba a abajo o de izquierda a derecha del espectador.[12]

Todas estas disposiciones serían refundidas después en el decreto 1534 de 12 de diciembre de 1967 del Ministerio del Interior,[43]​ dictado durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, que determinó los emblemas nacionales y reglamento su uso. Su artículo 1.º estableció que los emblemas nacionales eran «el Escudo de Armas de la República, la Bandera Nacional, la Escarapela o Cucarda y el Estandarte Presidencial o Bandera Nacional Presidencial» —posteriormente, la Constitución Política de la República de Chile de 1980 dispuso en su artículo 2.º que «son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno nacional»,[15]​ mientras que en su artículo 22.º estableció que «todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales»—.[15]

De acuerdo al mencionado decreto de 1967, el uso civil de la bandera estaba restringido únicamente a eventos especiales y definidos, pues prohibió a cualquier persona o reunión de personas usar el pabellón patrio en público, al igual que izarlo en edificios públicos o privados, sin la autorización del intendente o gobernador respectivo, con excepción del día 21 de mayo (Día de las Glorias Navales) y los días 18 y 19 de septiembre (Fiestas Patrias), en que estableció la obligatoriedad de izar la bandera en todo edificio público o privado.[43]

Diversas iniciativas intentaron modificar esta disposición con el fin de permitir el uso civil de la bandera. En el marco de la inauguración de una bandera monumental en la Plaza de la Ciudadanía como forma de celebrar el Bicentenario de Chile, el presidente Sebastián Piñera anunció la introducción de un proyecto de ley que permitiría el uso libre de la bandera por civiles.[44]​ Ese proyecto de ley fue aprobado por el Congreso el 20 de julio de 2011,[44]​ promulgado el 16 de septiembre siguiente[45]​ y publicado el 3 de octubre de ese mismo año como la ley 20537,[17]​ estableciendo que podrá usarse o izarse sin autorización previa, cuidando siempre de resguardar el respeto de la misma y de observar las disposiciones que reglamenten su uso o izamiento.

Posteriormente, por el decreto 938 de 29 de enero de 2013 del Ministerio del Interior, se modificó el decreto de 12 de diciembre de 1967, estableciéndose que, con excepción de los días 21 de mayo y 18 y 19 de septiembre de cada año, en que debe izarse obligatoriamente y al tope, la bandera nacional puede usarse o izarse sin autorización previa, cuidando siempre de resguardar el respeto de la misma y de observar las disposiciones de dicho reglamento.[46]

Los Carabineros de Chile son los responsables de fiscalizar el cumplimiento de las normas que regulan el uso o izamiento del pabellón patrio.[17]

Ha sido asociada a algunas leyendas y anécdotas, y celebrada tanto en la literatura como en la música chilenas.

Existe un mito que dice que, en el verano septentrional de 1907, el estandarte chileno habría ganado un «concurso internacional de banderas». Supuestamente, dos familias chilenas —Baehcker y Casas— habrían viajado al balneario de Blankenberghe [sic] (Bélgica), como parte de sus vacaciones. Al llegar a dicha ciudad, se encontraron con este concurso y decidieron participar, con la sorpresa de ganar entre una multitud de emblemas:[47]

Sin embargo, la falta de fuentes independientes y el error de la localidad mencionada —que se encuentra junto al Mar del Norte y no al Báltico—, ponen en duda el que haya ocurrido en realidad. Otra versión le da el segundo lugar tras la bandera de Francia, mientras que una variación del mito señala que, en un concurso internacional de himnos nacionales, el himno chileno habría obtenido el segundo lugar tras La Marsellesa.[48][49]

Ha sido protagonista de algunos poemas, como «Al pie de la Bandera» (1928), donde el llamado «poeta nacional» Víctor Domingo Silva exaltó su patriotismo,[50]​ «Los colores de la bandera», de la nobel Gabriela Mistral, «A la bandera», de Manuel Magallanes Moure, y «Oración rojo-azul-blanco», de Rubén Campos Aragón.

El nobel Pablo Neruda escribió «A la bandera de Chile», poema que fue posteriormente musicalizado por Vicente Bianchi[51]​ y que participó en el certamen folclórico del Festival de la Canción de Viña del Mar de 1973, cuando fue interpretada por el grupo Los Fortineros.[52]

El primer himno dedicado al pabellón chileno, «Canción a la bandera de Chile», del autor Francisco Bello Boyland (1817-1845) y del compositor José Zapiola, tenía un coro que decía: «Bandera tricolor, / bandera de victoria, / el rumbo de la gloria / tú muestras al valor».[53]​ El gobierno de Manuel Bulnes, a través de Ángel Prieto Cruz, encargó una melodía a Zapiola para el texto de Bello en 1843; en las Fiestas Patrias de ese año, el himno fue cantado por las señoritas Fierro, Garfias, Hurtado, Necochea y Recasens acompañadas de una banda.[54]

En 1917 Enrique Soro compuso «Himno a la Bandera Chilena»,[55]​ cuyo texto fue escrito por Francisco Z. Concha Castillo.[56]​ En 1935, el músico Donato Román Heitman compuso la tonada «Mi banderita chilena»,[57]​ grabada por Los Huasos Quincheros, Lucho Gatica y Tito Fernández, entre otros.[58]​ La bandera de Chile, tanto la primera como la actual, son el tema de algunas cuecas, entre las que se pueden citar «Cuando ese parque Cousiño», «Cuando nacía la aurora», «En la corte de los Cielos», «Viva la aurora de Chile» y «Ya con tres siglos de lucha».[59]

El comerciante Pedro Chacón y Morales, abuelo materno de Arturo Prat, fue uno de los primeros en confeccionar e izar la nueva bandera; su tienda se hizo conocida en los alrededores por la bandera que puso en su frontis, llegando a ser conocida por el odónimo «calle de la Bandera» [60]​ —en la actualidad, una de las principales arterias del centro de Santiago—.

Los colores son usados en los uniformes de las selecciones nacionales, principalmente el rojo en la camiseta, como los de fútbol y tenis. La Marea Roja desplegó una gigante durante los partidos de la selección de fútbol en la Copa América 2015 y en cuya final hubo 40 000 donadas por el empresario local Leonardo Farkas en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos.[61]

Apareció en «El hombre de la bandera»,[62]​ la fotografía tomada el 28 de febrero de 2010 por el fotógrafo de Associated Press Roberto Candia,[63]​ que se convirtió en un símbolo del terremoto de dicho año.[64]

El presidente de la República tiene un emblema de su exclusividad, que solo se enarbola en el lugar donde se encuentra el primer mandatario[4]​ —de ese modo, está restringido a las ceremonias oficiales en que esté presente el jefe de Estado, debiendo estar siempre colocada a la derecha del podio o de la testera;[65]​ además, también es usada en los vehículos cuando es trasladado el primer mandatario—. Este estandarte presidencial se compone del pabellón nacional sobre cuyo centro se encuentra bordado el escudo de Chile.

Cuando se enarbola la bandera presidencial, no puede izarse la bandera nacional en el mismo lugar. Ningún civil puede usar esta bandera, pues está prohibido.

Por otro lado, la banda presidencial, uno de los símbolos de la autoridad del presidente de Chile,[66]​ es una variación de la bandera al estar compuesta por tres franjas con sus colores, siendo similar a la llamada «de la Transición».

La bandera de proa o jack, utilizada por los buques de la Armada de Chile para indicar que están bajo el mando de un oficial naval, corresponde a un cuadrado equivalente al cantón azul de la bandera nacional con la estrella blanca en el centro. Este torrotito caracteriza a las embarcaciones como unidades en servicio activo comandadas por un oficial de marina. Esta bandera de proa está inspirada en la insignia de mando del vicealmirante lord Thomas Cochrane, quien la izó por primera vez en la fragata O'Higgins el 23 de diciembre de 1818, doce días después de haber sido nombrado comandante en jefe de la Armada de Chile.[67]

Otra variante usada por la Armada corresponde al llamado «gallardete de mando», símbolo del mando de un buque, el cual es una bandera larga y estrecha, en forma de gallardete triangular, con las características de la bandera de Chile de un metro de largo cuyo ancho va disminuyendo hasta terminar en punta y a la cual se agrega un metro más por cada mil millas navegadas bajo el mando del comandante.[68]

Entre 1795 y 1818, la bandera de los Estados Unidos constó de quince barras horizontales, ocho rojas y siete blancas alternadas, y un cantón azul en el sector superior izquierdo con quince estrellas blancas de cinco puntas. Tanto las barras como las estrellas representaban a los estados que entonces formaban dicho país.[69][n 3]

Durante el proceso de la independencia del Perú (1820-1821), tanto la flota de la Expedición Libertadora del Perú como las tropas del Ejército Unido Libertador utilizaron un estandarte idéntico a la bandera de Chile, desde donde partieron ambos grupos, pero con tres estrellas en el cantón que representaban a las tres naciones unidas por la causa independentista: las Provincias argentinas, Chile y Perú.

La bandera del estado de Texas es muy similar,[70]​ variando principalmente en que la división azul alcanza todo el alto o vaina de la bandera texana. Este pabellón fue oficialmente adoptado como bandera estatal hace 182 años, el 25 de enero de 1839,[71]​ y tiene el apelativo de The Lone Star Flag, 'la bandera de la estrella solitaria' en inglés, similar al apodo que recibe el emblema chileno.

Por otro lado, la bandera chilena habría servido de inspiración para los independentistas cubanos que iniciaron la llamada Guerra de los Diez Años en el llamado «Grito de Yara» (1868). El líder de esta revolución, Carlos de Céspedes, se habría inspirado en ella para crear la primera bandera cubana, llamada «de la Demajagua» en honor al lugar donde se inició la revuelta. La única diferencia es que los colores azul y rojo aparecen invertidos y que el cantón tiene el largo de la mitad del vuelo y no de un tercio como en la chilena. Al parecer, con esta bandera, Céspedes pretendía los esfuerzos realizados por Benjamín Vicuña Mackenna en nombre de dicho país para lograr la independencia cubana, luego de la finalización de la Guerra hispano-sudamericana.[72]​ Según el hijo de Céspedes, su padre «imaginó una bandera nueva, que luciendo los mismos colores y forma de la de Carreras [sic] y O'Higgins se diferenciase de ésta en la disposición de aquellos».[73]​ Sin embargo, un diseño anterior, el de Narciso López, se convirtió en el definitivo pabellón cubano; la bandera de la Demajagua fue adoptada finalmente como la enseña naval de la isla.

Además, también existe un ligero parecido entre la bandera de Chile y la bandera de Liberia (1847), la del estado brasileño de Amazonas (1982) y la de la provincia argentina de Catamarca (2011).

Chile está dividido político-administrativamente en 16 regiones, cuyos gobiernos interiores corresponden a los respectivos intendentes. Los gobiernos regionales, encargados de la administración superior de cada una de las regiones chilenas, tienen la atribución para adoptar emblemas regionales,[80]​ a utilizar en eventos oficiales en conjunto con la bandera nacional.[17]

Aunque cada región posee su bandera, muchas de ellas carecen de oficialidad o relevancia y son poco utilizadas. Las principales excepciones corresponden a las siguientes:

En la Plaza de la Constitución en Santiago, cada región es representada con una bandera chilena frente al Palacio de La Moneda —la sede de gobierno nacional—.[88]



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