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Calvin and Hobbes



Calvin y Hobbes es una tira cómica escrita y dibujada por Bill Watterson que relata, en clave de humor, las peripecias de Calvin, un imaginativo niño de 6 años, y Hobbes, su enérgico y sarcástico tigre de peluche, algo pomposo, que Calvin cree real.

La pareja recibe sus nombres de Juan Calvino, teólogo reformista francés del siglo XVI, y de Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII.[1]​ La tira cómica se publicó diariamente desde el 18 de noviembre de 1985 hasta el 31 de diciembre de 1995, apareciendo en más de 2400 periódicos y con más de 30 millones de ejemplares vendidos de sus 18 libros recopilatorios,[2]​ lo cual la convierte en un referente de la cultura popular incluso en la actualidad.

Bajo su aparente sencillez, se encuentra una de las tiras cómicas más complejas de finales del siglo XX. A pesar de que bebe en parte de las fantasías de Little Nemo in Slumberland, de Winsor McCay,[3]​ sus múltiples referencias (El Quijote,[3]Hamlet,[3]Kafka,[3]Nietzsche,[3]Picasso[3]​) y las reflexiones del autor (en boca de Calvin) sobre arte, cultura, política, filosofía, temas trascendentales (vida, muerte, Dios) han convertido a Calvin y Hobbes en una de las tiras cómicas de referencia, que ha dado lugar a muchas y variadas interpretaciones para intentar abarcar la magnitud del legado de su autor.[3]

La historia está vagamente situada en un típico suburbio del actual Medio Oeste estadounidense, lugar probablemente inspirado en la casa natal de Waterson en Chagrin Falls, Ohio. Calvin y Hobbes aparecen en la inmensa mayoría de tiras, mientras que la presencia del resto de la familia de Calvin es bastante más reducida. Los temas más recurrentes de la tira son las fantasías de Calvin (en las que se evade del mundo real), su amistad con Hobbes, sus travesuras, sus puntos de vista sobre temas políticos y culturales y la interacción con sus padres, compañeros de colegio, profesores y otros miembros de la sociedad. Un motivo muy recurrente es la naturaleza dual de Hobbes, ya que Calvin lo ve como a un ser vivo mientras que el resto de personajes le ven como un muñeco de peluche. Sin embargo, la tira no menciona a ninguna figura política específica (como, por ejemplo, sí lo hace Garry Trudeau en Doonesbury, que toca temas como el ambientalismo o las encuestas de opinión).[4]​ Algunas de las tiras de Calvin comienzan anunciando «los resultados de la encuesta entre niños de seis años» a su padre, como si su posición en la familia fuera un cargo electo.

Debido a las profundas convicciones anticomerciales de Watterson,[5]​ y su negativa a ser un personaje célebre, apenas existen productos legítimos de Calvin (toallas, tazas, etcétera) aparte de los propios dibujos. Los escasos objetos oficiales son codiciados por coleccionistas.[6]​ Dos notables excepciones fueron la publicación de dos calendarios de pared de 16 meses y el libro de texto Teaching with Calvin and Hobbes (Aprendiendo con Calvin y Hobbes).[7]​ Sin embargo, la gran popularidad de la tira ha motivado la aparición de muchos productos no autorizados (camisetas, llaveros, etcétera) con los motivos de Calvin y Hobbes, a menudo incluyendo un lenguaje obsceno muy alejado de lo que representan los personajes originales.

Calvin y Hobbes nacieron cuando Watterson, cuyo trabajo como publicista detestaba,[8]​ empezó a usar su tiempo libre desarrollando la que era su gran pasión: dibujar. Desarrolló varias ideas para tiras cómicas, que envió a varias editoriales, pero todas fueron rechazadas. Sin embargo, recibió una respuesta positiva de una de ellas, donde le aconsejaban que se centrara en un personaje secundario (el hermano pequeño del personaje principal) y su tigre de peluche.[9]​ Watterson siguió este consejo, pero la nueva tira basada en este personaje fue rechazada por la propia editorial que le había animado a hacerla, la United Features Syndicate. Watterson no desistió y, tras varias negativas más, finalmente consiguió que la Universal Press Syndicate aceptara publicarle.[10][5]

La primera tira apareció el 18 de noviembre de 1985, y pronto se convirtió en un éxito. Al cabo de un año ya se publicaba en unos 250 periódicos, y en abril de 1987, solo 16 meses después de su inicio, mereció un artículo en Los Angeles Times.[5]Calvin y Hobbes le dieron a su autor dos premios Reuben de la National Cartoonists Society (Asociación Nacional de Historietistas) en la categoría de Mejor Historietista del Año (Outstanding Cartoonist of the Year), el primero en 1986 y el segundo en 1988, siendo nominado de nuevo en 1992. También fue galardonado con el Humor Comic Strip Award en 1988.[11]

Watterson se tomaría dos largos descansos en los que no dibujó nuevas tiras, el primero desde mayo de 1991 hasta febrero de 1992, y el segundo de abril a diciembre de 1994. En 1995 Watterson envió una carta a la editorial y a todos los periódicos que publicaban sus tiras. La carta fue publicada el 9 de noviembre:

El que tantos diarios hayan publicado a Calvin y Hobbes es algo que siempre me honrará, y estoy muy agradecido por su apoyo e indulgencia a lo largo de la pasada década. Dibujar esta tira cómica ha sido un privilegio y un placer, y agradezco que me hayan dado la oportunidad. "Sinceramente,

La tira número 3160 sería la última de Calvin y Hobbes, y apareció el domingo 31 de diciembre de 1995.[2]​ En ella se ve a Calvin y Hobbes con su trineo, caminando por un terreno completamente lleno de nieve y disfrutando del paisaje, se sientan en el trineo y Calvin dice: «Es un mundo mágico, Hobbes, viejo amigo...» La última escena muestra a ambos bajando por la nieve montados en el trineo mientras Calvin grita: «¡Explorémoslo!»[12]

Desde el principio, Watterson tuvo problemas con la editorial, que le impulsó a desarrollar la mercadotecnia de los personajes y a recorrer el país para promocionar los primeros libros recopilatorios de las tiras, a lo que Watterson se negó. Para el autor, la integridad de la tira y del artista quedaba minada con la comercialización, a la que veía como la influencia más negativa dentro del mundo de la historieta.[13]

Watterson se sintió aún más frustrado con la desaparición gradual de espacio para las tiras cómicas en los periódicos. Lamentó que apenas hubiera espacio para el texto y el diseño esencial, que estaban transformando la historieta en una forma de arte diluida, insulsa y poco original.[14][13]​ Watterson se esforzó en hacer versiones a toda página de algunas de sus tiras (en oposición a los pocos recuadros disponibles de la mayoría de ellas), soñando con la libertad artística de tiras clásicas como Little Nemo y Krazy Kat, y dando una muestra del resultado en las páginas iniciales de The Calvin and Hobbes Lazy Sunday Book.[15]

Durante el primer periodo de descanso de Watterson, la editorial seguía cobrando a los periódicos el mismo precio por publicar reposiciones de antiguas tiras cómicas de los personajes. Muchos editores no estuvieron de acuerdo, pero no tuvieron más remedio que aceptar, ante el temor de que bajaran las ventas si excluían a Calvin, dada la gran popularidad del personaje.[cita requerida]

A la vuelta de su descanso, la Universal Press anunció que Watterson había decidido que solo vendería su tira dominical si se le permitía ocupar la mitad de una página del periódico, sin posibilidad de dividirla. Esta decisión fue criticada por muchos editores y algunos dibujantes, como Bil Keane (The Family Circus), que veían a Watterson como un autor arrogante y reacio a seguir las normas establecidas de la industria de la historieta;[16]​ críticas que Watterson ignoró.

Watterson llegó a un acuerdo con la editorial y consiguió más libertad creativa para las tiras dominicales. Antes del acuerdo tenía un número determinado de viñetas, con poca libertad en cuanto a la disposición (la anchura de las viñetas variaba según el periódico en que se publicaban); después del acuerdo podía usar la disposición gráfica que se le antojara, a menudo muy poco ortodoxa. Su frustración con la disposición estándar antes del acuerdo es evidente en algunas antiguas tiras; por ejemplo, una tira publicada en 1988 estaba encuadrada en una gran viñeta, pero la acción y los diálogos estaban situados en la parte inferior, con lo que cualquier editor podía recortar la parte superior si necesitaba ubicar la tira en un espacio más pequeño. Así explica Watterson el cambio:

Calvin y Hobbes conservaron su gran popularidad a pesar de los cambios, y Watterson pudo seguir perfeccionando su estilo y técnica en las tiras dominicales sin el temor de perder compradores.

Bill Watterson es famoso por su insistencia en que las tiras cómicas deben permanecer únicamente como una forma de arte, y su resistencia a usar a Calvin y Hobbes en cualquier tipo de operación de mercadotecnia, a pesar de que le hubiera generado millones de dólares en ingresos adicionales.[10]​ Así lo explicaba en un comunicado de prensa en 2005:

Watterson llegó a plantearse la idea de crear una versión animada de Calvin y Hobbes, y expresó su admiración por esa forma de arte. En una entrevista en The Comics Journal, en 1989, declaró:

A raíz de estas inquietudes, le preguntaron si no le asustaba un poco el pensar qué voz tendría Calvin. Watterson respondió que estaba «muy asustado». Aunque le interesaban las posibilidades visuales de la animación, se sentía incómodo con la idea de seleccionar las voces de sus personajes. Tampoco le atraía la idea de trabajar con un equipo de animación para desarrollar un trabajo que siempre había hecho en solitario. Finalmente nunca hubo serie animada de Calvin y Hobbes. Watterson escribió, en el recopilatorio sobre el décimo aniversario de Calvin (Calvin and Hobbes Tenth Anniversary Book), que estaba orgulloso de que su tira fuera un producto "totalmente personal" y que cada dibujo y cada línea de diálogo fueran obra suya.[19]

Exceptuando los álbumes recopilatorios, dos calendarios de 16 meses (1988-1989 y 1989-1990), el libro Aprendiendo con Calvin y Hobbes (Teaching with Calvin and Hobbes)[7]​ y una camiseta para una exhibición de cómics, todos los productos en los que aparecen los personajes (como pegatinas para las lunas traseras de los coches donde se ve a Calvin orinando sobre el logo de alguna empresa) no están autorizados. Como Watterson apuntó en los comentarios en uno de sus recopilatorios, la imagen original era la de Calvin llenando un globo de agua en un grifo. Después de varias amenazas de pleitos por infringir derechos de autor, los creadores de las pegatinas sustituyeron a Calvin por otro muchacho. Watterson, no sin cierta ironía, comentó: «Calculé mal lo popular que podía ser ver a Calvin orinando sobre el logo de Ford».[18]​ Se fabricaron algunos objetos legítimos excepcionales, regalados para vender la tira a los periódicos, pero nunca se pusieron a la venta.

Las tiras de Calvin y Hobbes se caracterizan por un dibujo escaso pero muy cuidado, humor inteligente, observaciones agudas, ingeniosos comentarios políticos y sociales y personajes muy bien definidos. Precedentes del mundo de fantasía de Calvin se pueden encontrar en Little Nemo, de Winsor McCay; en Barnaby, de Crockett Johnson; en Peanuts, de Charles M. Schulz; en Bloom County, de Berkeley Breathed; en Skippy, de Percy Crosby; en Krazy Kat, de George Herriman, o en Mafalda, de Quino, mientras que el uso sociopolítico que Watterson hace de la tira remite más a Pogo, de Walt Kelly. Schulz y Kelly, en particular, influyeron en sus ideas y diferentes perspectivas del cómic en sus años de formación.[10][20]

Precedentes de niños problemáticos que inspiraron a Calvin se encuentran, por ejemplo, en la tira cómica Daniel el travieso (Dennis the Menace) de Hank Ketcham, y la rebeldía y el eterno conflicto intergeneracional aparece en la Mafalda de Quino (aunque ésta sea una tira más politizada y comprometida). Un precedente de una relación entre un niño y un muñeco de peluche se observa en Winnie the Pooh, personaje creado por A. A. Milne, donde la creatividad y la imaginación del niño (Christopher Robin) se acentúa con el contacto con el osito Winnie y el resto de peluches (más allá del evidente parecido físico entre Tigger y Hobbes).

Los rasgos más característicos del estilo de Watterson son: variadas y exageradas expresiones de sus personajes (especialmente Calvin), los elaborados y extraños fondos de las fantasías imaginadas del niño, gran sensación de movimiento y frecuentes juegos visuales y metáforas. En los últimos años de la tira, con más espacio a su disposición, Watterson experimentó con diversos tamaños y formas de las viñetas, historias sin diálogo y un mayor uso del espacio en blanco. También jugó con la idea de dejar ciertos episodios a la imaginación del lector, como el "Incidente de los fideos" o el contenido del libro El Hámster Ganster y su Gallina de Plastilina (Hámster Huey and the Gooey Kablooie) que Calvin quería que su padre le leyera cada noche. Según Watterson, los lectores hubieran sido mucho más imaginativos y morbosos que él a la hora de describir estos episodios.[19]

La técnica de Watterson consistía en iniciar el dibujo con unos minimalistas croquis (aunque las tiras dominicales, más extensas, requerían un trabajo más elaborado); después solía usar un pincel de marta cebellina y tinta china para acabar el dibujo. Era muy cuidadoso con el uso del color, cavilando durante largo tiempo en los colores exactos que usaría en la tira dominical.[21]

Watterson se sirvió de las tiras para criticar el mundo artístico, sobre todo con los poco convencionales muñecos de nieve creados por Calvin. Cuando la Señorita Carcoma (Miss Wormwood, profesora de Calvin) le reprocha que pierda el tiempo en clase dibujando cosas incomprensibles (por ejemplo, un Estegosaurio montado en una nave espacial), Calvin exclama «mi suspenso me confirma en la punta de la vanguardia».[22]​ Sus primeras exploraciones de la nieve como medio de expresión se inician cuando unos de sus muñecos de nieve se derrite por el calor. Su siguiente escultura «versa sobre la trascendencia. Mientras se funde, invita al espectador a contemplar la evanescencia de la vida ¡Esta obra habla del horror de nuestra propia mortalidad», parafraseando el Eclesiastés.[23][24]​ A través de los años, los instintos creativos de Calvin se diversifican, incluyendo dibujos en las aceras, o como Calvin los define, ejemplos de postmodernismo suburbano.

Watterson también critica directamente al mundo académico. Calvin escribe una biografía revisionista, reclutando a Hobbes para que le haga fotografías que muestren actividades típicas de un niño de seis años, como practicar deporte, para mostrar una infancia ajustada a la normalidad.[25]​ En otra tira se muestra muy cuidadoso al redactar su «manifiesto artístico», ya que «el manifiesto de un artista siempre dice más que su propio arte» (Hobbes: «has escrito mal Weltanschauung»).[12]

En general, los ensayos satíricos de Watterson van dirigidos a ambos lados. Ataca tanto a los artistas comerciales, como a los que se supone están fuera de ese círculo. En un paseo por el bosque, poco después de que Calvin empezara con sus estegosaurios en naves espaciales, le dice a Hobbes:

Watterson trata la clásica distinción entre cultura "alta" y "baja" en diversas tiras y desprende en ellas conceptos tales como poder, hegemonía, subjetividades, apropiaciones y violencia simbólica, entre muchas otras. También se analizan los conceptos de industria cultural y de sociedad de masas, así como las polémicas surgidas a partir de las nociones de alienación y manipulación, siempre cargado con un tono irónico.

En muchas ocasiones, Watterson crea tiras con extrañas deformaciones visuales: colores invertidos, objetos neocubistas, etcétera. Solo Calvin es capaz de percibir estas alteraciones, que parecen ilustrar su propio punto de vista cambiante.

En el recopilatorio del décimo aniversario de Calvin y Hobbes (Tenth Anniversary Book) Watterson explica que algunas de estas tiras eran metáforas de experiencias propias, mostrando, por ejemplo, sus conflictos con la editorial. En 1989 una tira dominical (normalmente en color) fue totalmente dibujada usando colores invertidos. Calvin es acusado por su padre de que «tu problema es que todo lo ves en términos de blanco o negro», a lo que el niño replica: «¡a veces es así!»;[26]​ una réplica usada por el propio Watterson.

Cuando las tiras empezaron a publicarse, la vida y juegos de Calvin eran las propias de alguien que vive en el hemisferio norte. Se podía ver a Calvin haciendo muñecos de nieve o montando en su trineo en invierno, o en peleas con globos de agua en verano. Calvin va a la escuela, tiene vacaciones y celebra la Navidad o Halloween.

Aunque Watterson muestra referencias temporales como años escolares, vacaciones de verano, varias excursiones al campo (donde se hacen alusiones a las excursiones anteriores) y los personajes son conscientes del paso de los años (como «Vote a papá 88» o «hemos entrado en la década de los 90») los personajes no envejecen y Calvin nunca celebra un cumpleaños (el único cumpleaños que aparece es el de Susie Derkins, una amiga de Calvin). Pero Watterson no hace más que seguir una norma no escrita de casi todas las tiras cómicas, como los eternamente niños de Peanuts o los personajes de Krazy Kat (a pesar de que celebran cada año nuevo).

Aunque Calvin no envejece, hay referencias en dos tiras (18 y 19 de noviembre de 1995) a Calvin con dos y tres años de edad, y su sensación de que «la experiencia de toda una vida me ha vuelto amargo y cínico».[12]​ «Ésta es una fotografía mía de cuando tenía dos años», le dice a Hobbes mientras hojean un álbum de fotos familiar, para concluir: «¿No es extraño que nuestro pasado nos parezca tan irreal? Es como mirar la foto de otro».[12]​ A pesar de que la edad de Calvin está suspendida en seis años, se muestra un tiempo pasado aunque nunca deje de tener esa edad. Ya que la suspensión temporal es algo tan frecuente en las tiras cómicas, los lectores se adecuan a la suspensión de la incredulidad, aceptando que Calvin «nunca fue, literalmente, un niño de seis años».[19]

Irónicamente, en una de las primeras tiras, el padre de Calvin le critica por no vivir el momento: «Sí, ya lo sé. Crees que tendrás seis años toda la vida».[27]

Watterson también usó la tira para hablar sobre la cultura y sociedad estadounidenses, admitiendo que el contenido de las tiras podía ser visto como una suerte de autorretrato. Con escasas excepciones, no hay referencias a personajes o acontecimientos actuales, con lo que sus comentarios tienden, necesariamente, a generalizar. Expresa su frustración con la apatía y la decadencia del público, con el mercantilismo y con los medios de comunicación. A menudo se ve a Calvin "absorbido" por la televisión, mientras su padre habla con la voz del autor intentando inculcar sus valores a Calvin.

La forma más frecuente que Watterson usa para sus críticas son los comentarios, desde una perspectiva más cínica, que hace Hobbes sobre las costumbres malsanas de Calvin. Aunque más que una intervención directa, se reduce a comentarios socarrones o a dejar que Calvin se dé cuenta por sí mismo. En una tira Calvin le comenta a Hobbes una historia de ciencia ficción que ha leído, donde las máquinas han transformado a los humanos en zombies esclavos. Hobbes comenta la ironía de que las máquinas nos controlen en vez de nosotros a ellas, cuando Calvin exclama: «¿Qué hora es? ¡Mi programa favorito va a empezar!» y se aleja corriendo a ver la televisión, dejando a Hobbes contemplando la ironía de la situación.

Watterson también expresa su frustración por la condición humana de forma más filosófica. Calvin admira a Hobbes por no ser un humano, algo que el tigre repite a menudo. El afecto de Calvin por Hobbes acentúa su misantropía. Algunas de las tiras más conmovedoras son aquellas en las que ambos se muestran su afecto mutuo. "No tan fuerte", solloza Calvin abrazado a su amigo «...me vas a hacer llorar».[28]​ Calvin se burla frecuentemente de la vida rutinaria y monótona de su padre, y a menudo comenta con Hobbes sus deseos de comportarse como un animal para «exprimir al máximo la vida».

En definitiva, dados los temas eternos que Watterson emplea en sus tiras, su crítica social puede ser importada a la actualidad.

Primera aparición: 18 de noviembre de 1985

Llamado así por el teólogo del siglo XVI Juan Calvino (fundador del Calvinismo y profundo creyente de la predestinación), Calvin es un niño de seis años impulsivo, creativo, imaginativo, enérgico, curioso y egoísta, del cual nunca se dice su apellido. A pesar de su edad, goza de un amplio vocabulario que rivaliza con los adultos, y una sorprendente capacidad para la filosofía. Todo ello implica que proviene de una familia culta, como refleja esta anécdota:

Normalmente su ropa consiste en una camiseta a rayas rojas y negras, pantalones negros y zapatos marrones. Lector compulsivo de cómics, adora la cultura pop, que incluye ropa moderna o tecnología y su gran pasión son los dinosaurios. Sin embargo sus experiencias más vulgares devienen en las más valiosas, contrastando con los modelos de comportamiento y de moral que tratan de inculcarle sus padres. Masca chicles regularmente, a pesar de las críticas de Hobbes, y está suscrito a la revista Masticando. Así lo describe Watterson:

Calvin siente una profunda aversión por el colegio, que intenta eludir en numerosas ocasiones («...¡soy inteligente, no necesito 11 años más de colegio!...»). Otro de los temas que más le preocupan es la Navidad. Watterson usa estas tiras para criticar el materialismo y el consumismo navideño. Calvin se ve obligado durante esas fiestas a ser "bueno" si quiere recibir todos los regalos que ha pedido. Le obsesiona especialmente la figura de Papá Noel: «¿hasta qué punto es imparcial o justo? ¿realmente ve a todos los niños a todas horas? ¿tiene en cuenta las circunstancias atenuantes?»[12]

Calvin, cuando aparece en solitario, rompe muchas veces la cuarta pared.

Primera aparición: 18 de noviembre de 1985

En la tradición clásica de los "compañeros", Hobbes representa la madurez potencial de Calvin y su conciencia externa. Para todos los personajes de la tira, Hobbes no es más que un muñeco de peluche, pero Calvin lo ve como un animal antropomórfico, que le dobla en estatura, y con ideas y comportamientos propios. Pero cuando la perspectiva gira hacia otro personaje, los lectores solo ven un muñeco de peluche, normalmente sentado en una posición inclinada. Watterson explica esta rara dicotomía: «Cuando Hobbes es un muñeco de peluche en una viñeta, y está vivo en la siguiente, yuxtapongo el punto de vista real con el de Calvin, e invito al lector a decidir cuál es el verdadero».[10]

Sin embargo, que Hobbes sea un objeto inanimado queda en duda en varias tiras: cuando Hobbes salta encima de Calvin (dejando al niño sucio y despeinado). El incidente en que Hobbes ata a Calvin a una silla y el posterior enfado de su padre que le pregunta como ha podido atarse él solo.[29]​ En una tira muy temprana, Calvin afirma que Hobbes se ha comido a un compañero de clase que le molestaba (y Hobbes lo certifica). No existen más tiras que muestren a Hobbes haciendo algo a otra persona, con lo que no sería más que un recurso humorístico puntual. Así describió Watterson a Hobbes:

El trabajo más famoso de Thomas Hobbes fue Leviatán, cuya descripción sobre la condición humana remite a la psicología y comportamiento de Calvin tales como «...desagradable, baja y brutal».[19]​ Hobbes, el tigre, es mucho más racional y consciente de las consecuencias que Calvin, pero raramente interviene en la conducta problemática del niño, más allá de advertencias oblicuas (al fin y al cabo las consecuencias de su conducta las sufrirá Calvin y no él).[30]​ Tiene la costumbre de acechar y atacar a Calvin, sobre todo cuando el niño vuelve del colegio. Hobbes se muestra a menudo sarcástico para comentar el grado de hipocresía de Calvin con las cosas que no le gustan.

A pesar de que en las primeras tiras se puede ver cómo Calvin captura a Hobbes con una trampa de lazo (con un bocadillo de atún como cebo),[28]​ una tira posterior (1 de agosto de 1989) da a entender que Hobbes es, de hecho, "más viejo" que Calvin y que lleva toda su vida con el niño. Posteriormente Watterson no consideró importante establecer cómo se conocieron Calvin y su tigre.[19]

Primera aparición del padre: 18 de noviembre de 1985

Primera aparición de la madre: 27 de noviembre de 1985

El padre y la madre de Calvin son el típico matrimonio de clase media estadounidense. Al igual que otros personajes, su sentido práctico de la vida y sus cánones morales se usan para contrastar con la forma de ver la vida de Calvin. El padre de Calvin es abogado, concretamente de patentes (Watterson pensó que esa concreción sería más divertida); su madre es ama de casa. Nunca se da a conocer el nombre de los padres. Calvin los llama "Papá" y Mamá", y entre ellos usan expresiones como "querido" o "cariño". Según Watterson el nombre no era importante, sólo el hecho de que fueran el "papá" y la "mamá" de Calvin. Esta situación le trajo problemas en las tiras en que el hermano del padre de Calvin, el Tío Max, se quedaba en casa una semana y no podía llamar a ninguno de los dos por sus nombres. Max nunca más volvió a aparecer.[29][19]

Primera aparición: 5 de diciembre de 1985

Susie Derkins, el único personaje importante con nombre y apellidos, es vecina y compañera de clase de Calvin. Llamada así por el perro de la familia de la mujer de Watterson,[32]​ hizo su primera aparición como nueva estudiante de la clase de Calvin. En contraste con Calvin, Susie es seria, formal e inteligente. Su conducta es apacible y civilizada, y cumple con los estereotipos de una niña, como jugar a las casitas o tomar el té con sus muñecos de peluche, aunque la forma en que ella juega adopte altas cotas de cinismo.

Aunque ambos no estén de acuerdo, tienen bastante en común. Ocasionalmente Susie aparece con un conejo de peluche, el Señor Conejo (Mister Bun) al mismo tiempo que Calvin aparece con Hobbes. Pero Calvin no ve al conejo de peluche como un ser animado, ya que es su punto de vista, y no se muestra como lo ve Susie. Aunque en una fantasía imaginada de Calvin (mientras él y Susie juegan a las casitas) el conejo se representa como un niño (el hijo de Calvin y Susie).[23]​Así explica Watterson la relación entre ambos:

Primera aparición: 21 de noviembre de 1985

La señorita Carcoma (Miss Wormwood) es la profesora de Calvin y Susie. Al igual que el resto de los personajes, actúa como contrapunto de Calvin. En las primeras tiras aparecía dibujada de forma muy desproporcionada, con una cabeza pequeña sobre un voluminoso cuerpo, pero con el paso de los años adoptó una anatomía más proporcionada. Viste siempre con vestidos a lunares, y a menudo se la ve cansada de enfrentarse una y otra vez a Calvin. Las escenas más recurrentes en las que aparece la señorita Carcoma (siempre dentro de la clase) consisten en discusiones y réplicas con Calvin, aparte de frecuentes castigos (enviarle al despacho del director). Su pensamiento se refleja en un irónico comentario: «No sólo hemos de inculcarles disciplina, también tenemos que ser psicólogos». El propio Watterson se compadece de ella:

Primera aparición: 28 de mayo de 1986

Rosalyn es una estudiante adolescente, niñera oficial de Calvin cuando sus padres necesitan salir una noche tranquilos. También fue una vez su profesora de natación.[31]​ Es la única niñera capaz de soportar las travesuras de Calvin ya que...

Rosalyn y Calvin no congenian. Juegan sucio uno contra el otro y la mayoría de las noches acaban con Calvin castigado y Rosalyn pidiendo más anticipos, si es que los padres quieren «que vuelva otra vez». Existe, sin embargo, una tira en la que Calvin y Rosalyn juegan juntos (al Calvinbol) a cambio de que después el niño haga sus tareas. Cuando los padres vuelven y Rosalyn les dice que ha sido una noche tranquila, el padre exclama: «Es muy tarde para bromas, Rosalyn».

Rosalyn tiene un novio, Charlie, que nunca aparece en la tira pero al que la niñera llama de vez en cuando.

Primera aparición: 6 de febrero de 1986

Moe representa al típico matón de colegio, y es, en palabras de Calvin, «un niño de seis años que ya se afeita», que siempre sacude a Calvin o le quita el dinero de la comida. Se dirige a Calvin como "renacuajo", "canijo" o "enano" (Twinky en el original). En palabras del autor:

Otros personajes que aparecen ocasionalmente son el director de la escuela (al que Calvin visita a menudo cuando es castigado), el médico de la familia o los extraterrestres Galaxoide y Nebular (a los que Calvin vendió la Tierra a cambio de una colección de hojas de su planeta, clasificadas científicamente, que eran los deberes del colegio).[12]

Calvin se imagina a sí mismo como muchas cosas, desde dinosaurio hasta elefante, de explorador o de superhéroe. Tres de sus álter ego están bien definidos y serán muy recurrentes:

¡S de Soberbio!
¡T de Tigre, por su ferocidad!
¡U de Único!
¡P de Poder increíble!
¡E de Excelente psique!
¡N de ...um...mmm, bueno, ya me acordaré!
¡O de ...no...¿cómo se deletrea? ¿Qué letra me falta?

Al menos una vez cada uno de estos personajes ha sido usado por Calvin para resolver un problema. En un examen, un educado Calvin pide salir a beber un trago de agua. Cuando está fuera se transforma en Estupendo Man. Espera a que la profesora salga a buscarle y entra pomposamente en la clase, hace los deberes de Calvin con sus superpoderes y se vuelve a ir de forma pomposa sin cruzarse con su profesora; Calvin suspendió el examen. En otra ocasión necesita resolver la suma 5+6. Como Capitán Spiff hace estallar los planetas 5 y 6. Como el planeta 6 es más grande es el único que queda. Calvin concluye que 5+6=6.[22]​ Bala Rastreadora inicia un lúgubre monólogo cuando se ve envuelto en una peligrosa banda de números (un problema del colegio), cuando la Derkins es silenciada (Susie no le quiere chivar la respuesta) y recibe una paliza de un matón a sueldo (la señorita Carcoma no le deja levantarse de la silla) descubre quien está detrás de todo el entramado, es Mister Millón. Solución al problema: 1.000.000 (a Susie le sale 15).

Hobbes casi nunca aparece en tiras protagonizadas por los alter ego de Calvin.

A lo largo de la tira existen muchos temas recurrentes. La mayoría son fruto de la increíble imaginación de Calvin y no son más que fantasías imaginadas donde Calvin se evade de la realidad. Pero otras, como Hobbes, poseen aparentemente una naturaleza dual que roza la frontera entre lo real o lo irreal.

A lo largo de su historia, Calvin ha vivido numerosas aventuras usando cajas plegables (cajas de cartón con solapas) que ha adaptado para varios usos:

Su uso como Transmograficador se consigue colocando la caja boca abajo, pegando una flecha al lado y escribiendo una lista de opciones para transformarse (para convertirse en un animal no listado, Calvin deja espacio más abajo para escribir el nombre). Se gira la flecha hacia la opción deseada y se aprieta un botón. Entonces el Transmograficador reorganiza la composición química del sujeto que hay dentro de la caja y lo transforma en la forma deseada (acompañado de un ruidoso ¡zap!).[35]​ Más tarde Calvin inventaría un Transmograficador con una simple pistola de agua.[29]

El Duplicador también es una caja de cartón, aunque en este caso está colocada de lado. El zap que se oía cuando una persona era transmograficada es sustituido por un "boink", que lleva a Hobbes a decir: «¿El progreso científico hace boink?» («Scientific progress goes 'boink'?», título de una de las colecciones de Calvin y Hobbes). Calvin intenta clonarse a sí mismo para que su clon haga las tareas por él. Sin embargo, el clon se niega a hacer cualquier trabajo. Más tarde el clon se clona a sí mismo hasta 5 veces y vuelven locos a los padres de Calvin. Finalmente Calvin los engaña y, cambiando el Duplicador por el Transmograficador (borrando una palabra y escribiendo la otra en la caja) los transforma en gusanos.[23]​Para evitar que suceda otra vez algo parecido, en una tira posterior le añade el Moralizador, que solo clona la parte buena de Calvin. «¡El moralizador debe ser muy potente para encontrarte esa parte!», dice Hobbes, a lo que Calvin replica: «¡Puedo explotarlo fácilmente!». El resultado es un niño educado, obediente, limpio y buen estudiante, que termina enamorándose de Susie. Susie comenta: «Si fuera cierto (que eres la parte buena de Calvin) serías mucho más pequeño».[26]​ Finalmente Calvin, horrorizado, lo destruye haciendo que quiera pelear con él, y el clon solo podía pensar en el bien, por lo que desaparece. Hobbes comenta: «Otra víctima de la metafísica».

La Máquina del tiempo voladora es la misma caja, pero esta vez boca arriba. Los pasajeros se montan en ella y se ponen unas gafas protectoras. La primera intención de Calvin era viajar al futuro y robar inventos para patentarlos en el presente y hacerse rico, pero se equivoca y acaba en la Prehistoria.[27]​ En otra tira posterior vuelve a la Prehistoria para hacer fotos de dinosaurios (su gran pasión).[23]​ En otra tira viaja a un futuro próximo (dos horas más tarde) a buscar una redacción que tiene que hacer. Pero al llegar, su «yo futuro» (el de las 8:30) le dice que no la ha hecho, porque está esperando a su «yo pasado» (el de las 6:30) que ha ido al futuro a buscarla. Calvin responde: «¡Claro, aquí estoy! ¿Dónde está la redacción?». El Hobbes de las 6:30 le dice al Hobbes de las 8:30: «Creo que al final, nadie escribirá la redacción». «Como siempre Hobbes», responde el otro.[25]

Otros usos menos frecuentes de la caja han sido como Cerebro Atómico (supuestamente potencia la inteligencia de Calvin para poder hacer un trabajo de la escuela) o usarla para disfrazarse (por ejemplo, de robot).[27]

¡Tienen muchas reglas y has de contar puntos!
¡Calvinball es mucho mejor de largo!
¡Nunca es igual! ¡Es como por encargo!
¡No necesitas ni árbitro ni equipo!
¡Sabes que es genial, porque yo participo!

El Calvinball es un juego practicado únicamente por Calvin y Hobbes, aludiendo despectivamente a los juegos organizados de equipo; según Hobbes: «¡Ningún deporte es más individualista que el Calvinball!».[23]​ El juego apareció por primera vez en una historia de tres semanas en 1990, donde Calvin es acosado por no apuntarse para jugar a béisbol, se apunta y fracasa en las pruebas hasta que es insultado por el resto del equipo y abandona (el entrenador le tilda de cobarde).[23]​ En una ocasión Rosalyn jugó con ellos, demostrando que se le da muy bien el juego.[12]​ La mayoría de juegos de Calvin y Hobbes acaban en Calvinball.

La única regla del Calvinball es que no se puede usar una misma regla dos veces. La puntuación también es arbitaria: Hobbes puntúa usando expresiones como «vamos Q a 12» o «oggy a boggy». El equipamiento puede incluir una pelota de voleibol (la «bola Calvin» oficial o «Calvinball»), una pelota de fútbol, un palo de críquet, una raqueta de bádminton, varias banderas, bolsas, señales y un caballo de juguete. Otros elementos necesarios son un cubo de agua fría, globos llenos de agua, y varias canciones y poesías. Los jugadores llevan máscaras similares a las de El llanero solitario o El Zorro (cuando Rosalyn pregunta el porqué de ir enmascarados, Calvin responde: «Lo siento, no se aceptan preguntas sobre las máscaras»).[12]​ Watterson describió las normas del juego: «...es simple, las reglas se van modificando a medida que se va jugando».[36]​ Es un juego donde predomina más la creatividad y el ingenio que la resistencia física o la habilidad atlética, donde Hobbes acostumbra a burlar a Calvin y a sí mismo.

El "Calvinball" empleado en diseño de juegos

Así como comenta Will Wright[37]​ en la conferencia y mejor conocido como el "Efecto Calvin" y tomando el juego usado por los personajes de la tira cómica como referencia, se ha empleado en el mundo del diseño de juegos interactivos, tanto de mesa como videojuegos. Por medio de prototipos y antes de salir al mercado se puede hacer un estudio con versiones "beta" de los proyectos en desarrollo y así poder ver el acercamiento y gustos directamente con los usuarios que son el principal objetivo de venta para los juegos en desarrollo. Tomando las reglas del "Calvinbol" original se lleva a cabo la prueba con los usuarios dándoles libre control sobre el proyecto en desarrollo y de esta manera alcanzar un resultado más fortuito para la correcta implementación de reglas así como gustos particulares de cada usuario. Es, básicamente, lo que los jugadores harán con el juego sin la contemplación del creador.

Calvin y Hobbes muy frecuentemente hacen descensos vertiginosos por la montaña, usando un carro o un trineo (según la estación del año), mientras reflexionan sobre la vida, la muerte, Dios y otros temas profundos. El carro o trineo se conciben como una manera de presentar la tira más dinámica visualmente, debido a la aversión de Watterson a las tiras que se reducen a simples «cabezas parlantes». Mientras descienden van sorteando obstáculos, usados como metáforas paralelas de la conversación («la vida se vuelve borrosa»,[38]​ dice Calvin en una ocasión, cuando el trineo coge más velocidad). Muchos de sus descensos acaban en espectaculares choques contra rocas, o cayendo por barrancos, quedando su vehículo destrozado y ellos magullados; en una ocasión, incluso el trineo acabó ardiendo en plena nieve.[26]

Durante el invierno, uno de los pasatiempos favoritos de Calvin son las peleas de bolas de nieve, usando a menudo como blanco a Susie (aunque la mayoría de las veces Susie acaba enterrando a Calvin en la nieve).[23]​En una ocasión Calvin estuvo guardando una bola de nieve durante tres meses, para arrojársela a Susie (que no se esperaría una bola de nieve en verano) y falló el tiro. Mientras Calvin se lamenta, Susie recoge los restos de la bola y se la arroja a Calvin a la cara (en la última viñeta Calvin solo puede comentar: «Lo irónico de la situación es repugnante»).[27]​A menudo forma equipo con Hobbes en peleas de nieve, pero Calvin no puede resistirse a atacar a Hobbes, siempre con resultados catastróficos para el niño. Esto también sucede con las peleas de globos de agua.

Calvin demuestra mucho talento a la hora de crear muñecos de nieve, pero normalmente sus creaciones representan escenas grotescas y horribles que muestran a los muñecos de nieve muriendo o sufriendo terribles torturas (por ejemplo, un muñeco suicidándose con una bolsa caliente en la cabeza, un muñeco de nieve cortando a otro por la mitad, un pulpo de nieve devorando pequeños muñequitos, etc). Las creaciones de Calvin normalmente provocan el rechazo frontal de sus padres. Por ejemplo, en una tira en la que su madre ve cómo Calvin ha creado una escena donde un muñeco juega a los bolos con cabezas de otros muñecos, a Calvin se le obliga a entrar en casa. Calvin le comenta a Hobbes: «Primero me dice que salga, y ahora que entre».[12]​ En una conocida historia, Calvin crea un muñeco de nieve y le da vida usando el poder «investido en mí de los poderosos y horribles demonios de la nieve». El muñeco enseguida demuestra ser malvado (en una reminiscencia a Frankenstein) y crea más muñecos de nieve maléficos en lo que Calvin llama «el ataque de los monstruosos muñecos de nieve mutantes», que quieren matarle. Esta historia dio título al recopilatorio de Calvin y Hobbes El ataque de los monstruosos muñecos de nieve mutantes (Attack of the Deranged Mutant Killer Monster Snow Goons). Al final Calvin les rocía de agua por la noche (cuando se supone que duermen) y los congela, aunque sus explicaciones no evitan el enfado y el castigo por parte de sus padres, por salir de casa por la noche.[26]

Calvin cree en los mencionados Demonios de la Nieve como "dioses" que controlan el clima, y que requieren sacrificios de hojas quemadas para un invierno frío y nevado.[23]​Cuando le habla de ello a su padre, éste comenta: «No sé que es peor, si tu comprensión de la teología o la meteorología».[26]

Calvin, a diferencia de Hobbes, ve a los muñecos de nieve como un fino arte. Para Watterson esto es una crítica al «arte pretencioso». En sus muñecos de nieve hay referencias desde Picasso a Duchamp.[39]

El club A.S.C.O. (G.R.O.S.S. en el original) es el club secreto de Calvin, creado con el único propósito de excluir a las chicas, y especialmente a Susie Derkins. El nombre es un acrónimo, que remite al S.C.U.M. de Valerie Solana, usando las iniciales de Asociación Sin Chicas Obtusas (Get Rid Of Slimy girlS en el original). Calvin admite ante Susie que "chicas obtusas" es algo redundante ya que todas las chicas son, por supuesto, obtusas, pero es «para que las siglas signifiquen algo».

Después de un primer intento de crear la sede del club en el garaje (que acaba con el coche estrellado en la cuneta de la carretera y Calvin y Hobbes huyendo de su casa),[23]​la ubicación final será en una cabaña que Calvin tiene en un árbol (excepto la ocasión anteriormente mencionada en que se usó una caja de cartón, en la única vez que se muestran los estatutos del club). Hobbes puede trepar hasta la casita, pero Calvin necesita la ayuda de una cuerda, lo que provoca que Hobbes no deje caer la cuerda hasta que Calvin diga la contraseña: ocho versos de elogio a los tigres.[38][35]​ Calvin y Hobbes son los únicos miembros del club, y cada uno se otorga múltiples títulos y rangos mientras van coronados con sombreros de papel (Calvin es Dictador vitalicio mientras Hobbes es el Presidente y Primer tigre). El club tiene un himno, pero la mayor parte de sus palabras son desconocidas para los forasteros, ya que están escritas en un código que solo ellos conocen. Calvin a menudo otorga promociones, ascensos o insignias al valor. La mayoría de los planes del club consisten en tratar de molestar o atacar a Susie, aunque casi siempre acaben fracasando. Como el incidente en que tratan de mojar a Susie con un globo de agua, y acaban secuestrando a su muñeca y pidiendo un rescate mediante una nota; la respuesta de Susie será secuestrar a Hobbes y todo acaba con un intercambio de rehenes. Otro ejemplo es la elaboración de un plan para atacar a Susie con bolas de nieve mientras escapan con su trineo; todo este plan se muestra en una hoja de papel que Hobbes está dibujando, en la última viñeta se ve a Calvin sentado en su trineo diciendo: «Bien, si ahora nevase».[12]

El famoso «Incidente de los fideos» nunca ha sido del todo explicado por Watterson, pero el hecho de que la Señorita Carcoma lo conozca sugiere que sucedió en el colegio. Calvin inventó una excusa para justificarse que impresionó a Hobbes, pero el hecho de que lo pillaran muestra que nadie le creyó. Hobbes alude a menudo a esta explicación, arguyendo que es merecedora de un Pulitzer. El hecho de que durante años Hobbes o Papá Noel recurran a este caso, sugiere que tuvo que ser muy serio. La policía y otros servicios de emergencia se vieron envueltos en un incidente, no especificado por Watterson, que podría tratarse del «Incidente de los fideos»:

Como se ha dicho, Hobbes recurre a veces a este incidente:

Papá Noel también hace una alusión sobre el caso en la Nochebuena de 1995 en un sueño de Calvin, llamando al niño como el «niño del incidente de los fideos». Uno de los elfos explica que «el niño alega que le engañaron... hemos tenido problemas para verificarlo, los testimonios varían».[12]​ Cuando a Calvin le preguntan por ello, acostumbra a responder: «¡Nadie puede probar que yo lo hiciera!». En una ocasión también se mencionó un «incidente con una salamandra» a lo que Calvin alegó: «¡Locura temporal! ¡Eso fue todo!».

Se publicaron 18 libros recopilatorios de Calvin y Hobbes, entre 1987 y 2005. Entre ellos se incluyen 11 Collections (recopilan aproximadamente un año de tiras en formato "cuadrado", las primeras entregas, o apaisado las cuatro últimas) que recopilan todas las tiras aparecidas en los periódicos, excepto la aparecida el 28 de noviembre de 1985 (la tira de esa fecha que aparece en las Collections no es la publicada originalmente aquel día. La tira alternativa, una broma de Hobbes mientras se da un baño en la lavadora, circula por internet). Los siguientes seis libros se publicaron bajo el formato Treasury, en formato vertical y cada una incluye el material de dos Collection (o sea, dos años de tiras, excluyendo algunas) más unas páginas inéditas en forma de cuento ilustrado que se incluye al principio del tomo y reimpresiones en color de las tiras dominicales; existen tres Treasury, que recopilan las seis primeras Collections.

La colección completa de todas las tiras de Calvin y Hobbes se publicó el 4 de octubre de 2005, en tres tomos de tapa dura con un total de 1440 páginas, por Andrews McMeel Publishing. Incluye impresiones en color de cómo se hicieron las cubiertas en rústica, historias y poemas añadidos a las Treasuries y una nueva introducción de Bill Watterson. Sin embargo, es destacable que la tira alternativa de 1985 vuelve a ser omitida, y dos tiras (7 de enero de 1987 y 25 de noviembre de 1988) tienen el diálogo alterado por ser "políticamente incorrectas".[40][41]​ Para celebrar este lanzamiento Calvin y Hobbes volvieron a publicarse en tiras diarias en los periódicos desde el domingo 4 de septiembre hasta el sábado 31 de diciembre de 2005.[42][43][18]​ Aparte de eso, Watterson contestó a una docena de preguntas escogidas enviadas por los lectores. Como otras tiras reimpresas, las aparecidas en días laborables estaban en color (siempre que fuera posible), a diferencia del periodo anterior en que eran blanco y negro (solo las dominicales eran en color).

Un libro de texto oficial para niños, titulado Teaching with Calvin and Hobbes (Aprendiendo con Calvin y Hobbes) fue publicado en edición limitada en 1993.[7]​ El libro incluye varias tiras de Calvin y Hobbes con lecciones y consejos para los niños. El libro es un objeto casi único, y muy buscado por coleccionistas.[44]

Ediciones B publicó entre 1997 y 2001 toda la serie de Calvin y Hobbes, aunque desordenada, en la colección Fans (del 1 al 16 en formato apaisado, del 17 al 30 en formato vertical). De aproximadamente 60 páginas corresponden a, más o menos, la mitad de una Collection original. Las portadas no son más que ampliaciones de algún dibujo del álbum.[45]

Estos 30 números de la colección Fans se recopilaron en 8 volúmenes de tapa dura (4 apaisados y 4 verticales), respetando el mismo contenido, el mismo tamaño de álbumes, la misma paginación y las mismas portadas que la edición original americana. Combinando ambos formatos (Collection y Treasury) Ediciones B ha publicado en España todo el material disponible de Calvin y Hobbes. El orden cronológico correcto de estos 8 tomos de Ediciones B sería: 7, 6, 5, 8, 2, 3, 1 y 4.[46]

Existe también un tomo 9 que contiene una selección de tiras de Calvin y Hobbes ya publicadas en los otros tomos (que corresponde con el Tenth Anniversary Book), con la particularidad de que están seleccionadas y comentadas por el propio autor. Incluye también una amplia e interesante introducción en la que Watterson comenta detalles y curiosidades sobre su obra.

Finalmente, hay un tomo 10 que contiene una selección de páginas dominicales en edición bilingüe con los facsímiles originales en inglés y los coloreados en español.



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