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Falangismo en Hispanoamérica



El falangismo en Hispanoamérica ha estado presente en la vida política de esta parte del mundo desde los años 1930, a través de movimientos políticos que incluyen todos o algunos de entre determinados rasgos, como el nacionalismo, el corporativismo, el totalitarismo, el nacionalsindicalismo y el catolicismo (también se habla de nacionalcatolicismo, y Trevor Roper ha acuñado el concepto de fascismo clerical). El líder del movimiento fue: José Antonio Primo de Rivera.

Con una relación más estrecha que con otros fascismos europeos (fascismo italiano, nacionalsocialismo alemán), el falangismo español tenía una explícita pretensión de influir en las naciones de habla española, e influyó en algunos intelectuales y grupos políticos latinoamericanos.

La aplicación del concepto Falangismo a regímenes políticos en Hispanoamérica es más dudosa, como sería el caso de las dictaduras militares de la segunda mitad del siglo XX (Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana, Alfredo Stroessner en Paraguay o Augusto Pinochet en Chile). Aunque estos dictadores tuvieron relaciones más o menos estrechas con Francisco Franco y su régimen, e ideológicamente pueden haber sido más o menos cercanos, la caracterización de los sistemas políticos que encabezaron es más difícilmente reducible a fascismo o a falangismo. En cambio, eso mismo sí puede hacerse con menor dificultad a un numeroso conjunto de partidos y grupos políticos, que llegan incluso hasta el presente.

La Falange Socialista Boliviana (FSB) se fundó el 15 de agosto de 1937 por Oscar Unzaga de la Vega, que pretendía instaurar un futurista «Nuevo Estado Boliviano», con una ideología tercerposicionista y nacionalista, como un movimiento juvenil de estudiantes universitarios y de colegios, proveniente de la llamada «generación del Chaco» (producto de la crisis de identidad por la derrota boliviana ante Paraguay en la guerra del Chaco): Guillermo Koening, Hugo Arias, Federico Mendoza y Germán Aguilar. También formaron parte de su dirección Gonzalo Romero y Gustavo Stumpff. Su programa de principios (17 puntos) utilizaba el argumentario propio del fascismo, con referencias al organicismo y el interclasismo: «...el Nuevo Estado Boliviano será un organismo integral que basado en la voluntad de ser de una Nación, subordinará los intereses personales, de grupo o de clases, al supremo interés de la bolivianidad».[1]

Se opuso al gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).

Un grupo escindido, conocido como Movimiento al Socialismo-Unzaguista surgió en 1987, con David Añez Pedraza. Representando el ala izquierda del falangismo boliviano. De imprecisa ideología, fue en la práctica absorbido en el izquierdista Movimiento al socialismo de Evo Morales en 1999.[2]

Por otro lado, un grupo con exacerbados ánimos nacionalistas, se formó por jóvenes unzaguistas en el 2000, actualmente son conocidos como la Falange 19 de Abril (Unzaguista), o los Camisas Blancas, tomado el nombre por Oscar Únzaga de la Vega. Está implantado principalmente en las universidades bolivianas y en la zona sur y oriental del país. Actualmente posee vigencia legal en la capital de Bolivia, Sucre, donde pretenden participar de las elecciones municipales de 2011, siendo la única organización con altas dosis de nacionalismo y catolicismo legalmente establecida en Hispanoamérica.

Actualmente Falange Socialista Boliviana se encuentra en proceso de recuperar su personalidad jurídica ante el Tribunal Supremo Electoral del Estado Plurinacional de Bolivia, debiendo para ello obtener alrededor de 106.000 firmas.

En 1935 un grupo de social-cristianos se escindió del Partido Conservador (Chile) para formar la Falange Nacional, que por un tiempo introdujo el falangismo en Chile. No obstante, el movimiento consiguió el apoyo de la administración izquierdista de Juan Antonio Ríos y en 1957 fue uno de los grupos fundadores del Partido Demócrata Cristiano de Chile. A pesar de su nombre, este grupo estaba formado principalmente de católicos liberales y guarda poca relación con lo que se suele entender como falangismo o fascismo.[3]

Un grupo más expresamente falangista, el Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista, aparecería en 1952, aunque no alcanzó la influencia de Falange Nacional.[4]​ La denominación ha persistido hasta el presente, aunque con menor repercusión.[5]​ También han organizado un movimiento juvenil, la Guardia Revolucionaria Nacional Sindicalista.[6]

Durante los años 1930, el futuro Presidente de Colombia Laureano Gómez era un entusiasta partidario del falangismo, aunque su fervor decayó con su toma del poder en 1950. No obstante, un grupo falangista estaba activo en el país en los años 1940.[7]​ Un grupo denominado Falange Nacional Patriótica de Colombia, dice estar activo en la Universidad Nacional de Colombia. Igualmente un Movimiento denominado Alternativa Falangista Colombiana, está tomando fuerza.

El presidente de Costa Rica, Teodoro Picado Michalski, quien gobernó entre 1944 y 1948 era admirador del falangismo y del somocismo, e incluso defendió a Francisco Franco ante las Naciones Unidas.[8]​ No obstante, aún después de terminada la Segunda Guerra Mundial la Delegación Nacional del Servicio Exterior falangista recontaba a Costa Rica como uno de los países hispanos donde aún existía un círculo activo de falangistas.[9]​ Así mismo, la literatura falangista directamente enviada por la FET desde España se publicaba en Costa Rica entre 1937 y 1946 en periódicos como El Nacionalista y el Gloria a España, mientras dos horas semanales de propaganda falangista eran transmitidas en Costa Rica en los programas de radio La España y El Mundo.

Un pequeño grupo falangista cubano existió de 1936 a 1940 con Antonio Avendaño y Alfonso Serrano Vilariño. Sus actividades terminaron con la ley que prohibía los grupos políticos que hiciera específica referencia a grupos extranjeros.[10]

Aunque el gobierno de Fulgencio Batista mantuvo buenas relaciones con Franco, no puede clasificársele de falangista o fascista, y la única manifestación real del falangismo desde 1940 fue el minúsculo (y probablemente extinto) grupo llamado La Falange Cubana.[11]

Un grupo conocido como Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana apareció en 1948, influido directamente por falangismo y sinarquismo. Bajo Jorge Luna reclutaron seguidores entre los jóvenes de clase media-alta, con un programa basado en el catolicismo, el nacionalismo y el anticomunismo. No obstante, el grupo no llegó a ser más que un movimiento violento callejero de apoyo a José María Velasco Ibarra, y no un partido político serio.[12]

Una corriente marginal del falangismo continúa en la Falange Nacional Garciana Ecuatoriana, que parece ser un grupo recién reformado.[11]

El sinarquismo mexicano, que combina el catolicismo con el anticomunismo, tiene al falangismo y al franquismo entre sus múltiples inspiraciones. Sus representante político, la Unión Nacional Sinarquista, fue importante a finales de los años 1930.

Además de este grupo autóctono, un grupo mimético del español, la Falange Española Tradicionalista se formó en México por empresarios españoles para oponerse a la influencia de los que apoyaban a la Segunda República Española durante la Guerra Civil Española, que alcanzaron un gran apoyo del presidente mexicano Lázaro Cárdenas, que facilitó la integración en México a los exiliados republicanos españoles. Este grupo no tuvo alcance más allá de los inmigrantes de origen español.[13]

Tradicionalmente, en este país no se han dado dictaduras de derecha con las que se pueda relacionar a movimientos falangistas o nacionalcatólicos. Sin embargo, históricamente valdría bien mencionar la Falange Peruana y el caso del intelectual peruano y católico José de la Riva Agüero, principal benefactor de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Unión Revolucionaria de Sánchez Cerro y Luis A. Flores está ligado al fascismo Italiano pero no reconocido por tal como corriente fascista de dicho país.

Dos pequeños grupos falangista estuvieron activos entre los partidarios de la independencia puertorriqueña. El primero fue la Falange Boricua, que sostiene que fue prohibida el 7 de mayo de 2000 tras la detención de su líder Walter Lozano, mientras intentaba bloquear las bases militares estadounidenses en la isla.[14][15]​ Se ha refundado como Movimento Nacional Sindicalista de Puerto Rico.[16][17]

Enrique Parra Bozo, admirador de Franco, y notorio por su catolicismo y anticomunismo, lideró el Partido Auténtico Nacionalista de inspiración falangista. El grupo apoyó el régimen militar de Marcos Pérez Jiménez e incluso intentó, sin éxito, nominar a su líder como candidato a las elecciones presidenciales de 1963 en Venezuela.[18]

Un grupo menor, la Falange Venezolana, está activa en la actualidad y se inspira en personajes falangistas como José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma Ramos, y fascistas como Léon Degrelle y Corneliu Zelea Codreanu.[19][20]

Influenciados por las ideas de José Antonio Primo de Rivera, Onésimo Redondo Ortega y Ramiro Ledesma Ramos, además de retomar el concepto ideológico del Gobierno del General Omar Torrijos, nace la Falange Patriótica Panameña, que es férreamente anti-izquierdista, anti- capitalista, anti-imperialista (en lo que se refiere a la influencia de cualquiera potencia e ideología capitalista o socialista sobre la nación panameña), antirracista y de ciertos caracteres conservadores (defensa de la fe cristiana, la familia tradicional y la dignidad del hombre), pero plasmados bajo un esquema totalmente revolucionario. Buscan la implantación de un estado nacionalsindicalista en Panamá, para, según sus creencias, poder recuperar la identidad nacional panameña, que en esta época permanece dormida. Es actualmente una organización en formación.



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