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Individualidad



Individuo, que proviene del latín individŭus (‘indivisible’ o que no se puede dividir)[1]​, se refiere a una unidad frente a otras unidades en un sistema de referencia.

A veces se confunde erróneamente con clase lógica o un Todo-lógico, distribuido o no-distribuido, como si fuera un conjunto de individuos existentes. Puede ocurrir cuando se utilizan de forma semántica pronombres vagos como: algún, cualquiera o todos (considerando tales pronombres como sustitución de uno, uno por uno o cualquiera de todos o algunos de los posibles elementos de la clase lógica como si fueran individuos reales y existentes). Se confunde de este modo la propiedad de una clase lógica, como unidad lógica del pensamiento, con la clase natural formada por individuos; como si fuera aquella un conjunto numerable.[2][3]

Un acercamiento lingüístico al concepto nos viene bien desde el concepto griego de ἄτομος,[4]​ que indica lo indivisible; sugiere la idea de lo elemental que no admite unidades inferiores en el sistema de referencia.

Para Mario Bunge individuo sustancial, lo mismo que propiedad (lógica), es un concepto primitivo que no admite definición y es la base de la determinación de cualquier y toda cosa; siendo por tanto equivalente a lo elemental de un sistema.[5]​ Si el sistema es conceptual entonces lo elemental no es individuo sino constructo.[6]

Problemas:

Aristóteles considera que el individuo se constituye mediante la unión de una materia y una forma según los modos en que puede ser considerado el ser como existente (en acto) o como posibilidad (en potencia).[7]

Cicerón usaba los términos "individuus" y "dividuus".[8]

Séneca: qaedam separari a quibusdam non possunt, coharent, individuae sunt (Ciertas cosas que están unidas (coherente) y no pueden ser separadas entre sí, son cosas individuales).[9]​ El individuo, por tanto, es cualquier entidad por el hecho de ser indivisible, aun cuando pueda estar compuesta de partes. Tan individuo es una piedra como un árbol o un hombre.

Porfirio: τὰ ἄτομα = τὰ καθ’ ἕκαστα. Identifica lo atómico con Lo que es según lo que es en sí mismo lo que viene a ser lo «irrepetible» en sentido de ser «único», lo que conviene a una identidad, como Sócrates.[10]​ De ese modo ¿una piedra sigue siendo tan individuo como un árbol o un hombre?. Si partimos la piedra, ¿Deja de ser "piedra en sí misma"?; ¿Son ahora dos individuos "en sí mismos"?. ¿Qué ocurre si cortamos unas ramas al árbol? ¿Es igual que con la piedra? ¡No digamos nada en caso de partir a un hombre! Pero ¿Cuándo deja de ser "el sí mismo"?

Boecio[11]​ distingue tres sentidos:

El primer sentido de Boecio trata al individuo en sentido general, referente tanto a una unidad material como real. Sin embargo queda inexplicado cómo el compuesto de "unidades individuales" puede ser "un individuo" y no muchos. ¿Cuándo un grano de arena es "un montón"? y ¿Cuándo un montón deja de ser montón para ser "granos de arena"? ¿Cuándo un grupo de células constituyen un tejido, un órgano, un ser vivo?.

El segundo sentido se aplica solamente en un sentido material de realidad física, pero si la realidad física se divide, ¿Deja de ser inmediatamente un individuo o solo en determinadas circunstancias? ¿Cuáles son tales circunstancias? Una piedra que se parte, son ahora dos piedras; pero un árbol al que se le corta una rama no son dos árboles. ¿Solo depende de la dificultad en dividirse?

Y el tercero se aplica en un sentido lógico, en aquello que, como definía Aristóteles como sustancia primera, solamente puede hacer la función de sujeto pues tiene identidad de "ser algo". Pero... ¿Es lo mismo individuo, que identidad con sus predicados? Los predicados ¿son algo?; Si Antonio se identifica con el predicado "tener el corazón H"; ¿"Tener el corazón H" es el mismo predicado que antes cuando ahora el corazón H lo tiene Pepe por un trasplante?

En definitiva, Boecio, el último romano, que pasó a ser el comentarista por excelencia de los escritos griegos para los cristianos medievales, transmite un concepto de individuo que plantea más problemas que un concepto claro de individuo.

Los escolásticos en la Edad Media trataron profundamente este concepto bajo el punto de vista del principio de individuación.

Distinguieron el individuum vagum es decir: cualquier hombre, cualquier mesa, cualquier cosa como una unidad no señalada como tal dentro de una misma especie;[13]​ Así lo utiliza Santo Tomás (S. Theol. I, q.XXX a 4) lo que constituye una referencia a una unidad conceptual, lógica.

Respecto a lo real consideraron que la individuación es realizada por la materia, materia signata quantitate; lo que plantea graves problemas metafísicos. El individuum vagum se distingue de los demás de la misma especie por las notas individuantes que los escolásticos consideraron siete: forma, figura, locus, tempus, stirps (estirpe, como herencia o tronco familiar), patria, nomen, que hace referencia a las formas o propiedades espacio-temporales y empíricas y por eso materiales.

Pero, por otro lado, metafísicamente, el individuo como tal se constituye según una esencia como principio sustancial; es, por tanto, la forma universal lo que constituye lo individual existente, como individuo de una especie. Esto es de especial importancia en el caso del alma espiritual humana, que ha de ser individual y no material (pues cada individuo tiene su alma creada por Dios); pero, al mismo tiempo, esa alma ha de ser universal por ser principio formal del hombre como especie. ¿Cómo puede ser que la individuación que constituye al hombre de manera esencial, sea producida por la materia común a todo?

Para Duns Scoto la noción de individuo requiere dos principios diferenciados: su naturaleza común como especie, y su entidad individuante entre las cuales no hay distinción real sino únicamente formal. La individuación es esencial e independiente de los contenidos materiales o empíricos.

En la Edad Moderna se asume el sentido de Porfirio que viene a ser algo así como lo «idéntico», «esto», «esta cosa», «este determinado ser».

La «individualidad» y lo «individual» es la noción abstracta de una identidad que se conoce como sujeto de sus predicados:

Tal es la interpretación de la lógica de Port-Royal.[14]

Esta noción la asumieron tanto los racionalistas como los empiristas si bien con importantes diferencias.

Descartes comprendió dos órdenes completamente diferenciados de elementos individuales. Los elementos materiales que constituyen el orden de la extensión, (res extensa) y los elementos o unidades espirituales que constituyen el orden del pensamiento, (res cogitans).

Spinoza diluye la individualidad en su relación con el Todo como un modo de una sustancia única, Dios: "sive Deus sive Natura"; la pluralidad es aparente pero no real, por lo que no existe más que una única individualidad o individuo, una única sustancia, es decir un Monismo panteísta.

Esta noción la utilizó Leibniz si bien aplicada a la unidad última de lo real, la mónada como orden único en la constitución del mundo en sucesivas coordinaciones y subordinaciones de las mónadas, (la armonía preestablecida por Dios), y viene a significar el paso a la filosofía moderna.[15][16]

Leibniz señala la singularidad de lo individual, la mónada, y unas relaciones meramente externas con las demás; relaciones armónicamente establecidas por Dios.[17]​Por ello en Dios, para quien la noción es completa, no existen las verdades de hecho sino que todo ocurre de modo necesario como verdades de razón.

Wolff considera que lo individual es aquel ser que se encuentra enteramente determinado por la noción de especie y la diferencia numérica.[18]​ Lo que nos recuerda la diferencia entre la lógica clásica aristotélica como "participación en las formas", y la lógica de Port-Royal de nociones y atributos.

Por su parte los empiristas señalaron lo individual como lo dado, siendo por tanto una percepción elemental como idea simple o dato irreductible en la experiencia de la propia conciencia.[19]

Para Kant la individualidad es el resultado de la aplicación de diversas categorías y su manifestación en los juicios necesariamente ligados a la intuición sensible de la experiencia fenoménica, sometida por tanto al espacio-tiempo:

Lo individual acaba siendo una "unidad de fenómeno" que deja al aire su relación con lo real pues es fruto de la actividad del yo como "apercepción trascendental".

El individuo en tanto que unidad indivisible aplicada al ser humano, suele considerarse unida:

A partir de esas consideraciones el concepto de individuo como "Yo", "Ego", "persona" ha dado lugar a múltiples teorías y consideraciones siendo de especial relevancia el individualismo.[25]

El problema de lo individual presenta serios problemas. Destacamos solamente algunos de los planteamientos más concretos acerca de lo individual, singular y particular que destacan algunos pensadores:

La Enciclopedia Oxford de Filosofía considera que la individuación es:

El uno (individuo) está en íntima relación con lo múltiple de un género o especie como clase natural, o clase lógica para su posible conocimiento bien como algo constructo, o bien como cosa, es decir individuo real.

El uno para destacarse como individuo ha de ser elemento discernible en un conjunto, haciéndolo diferente del elemento nulo.[27]​ Pero la definición del conjunto requiere una propiedad (lógica), como clase, bien como contenido de experiencia o bien como axioma conceptual en una teoría previa. Véase Individuo sustancial.[28]

Lo que intuitivamente en la experiencia ordinaria aparece como algo individual evidente solo puede indicarse como un "esto"[29]​ y en el uso normal del lenguaje ser designado mediante una palabra, nombre propio, o término lingüístico o enunciado cuyo significado es un concepto lógico de contenido universal:

El recurso de poder contar como número las unidades percibidas, si bien nos permite "señalarlo" como individuo, no siempre nos permite sin embargo elaborar el concepto lógico de individualidad según sea el orden que previamente hallamos establecido como criterio de unidad.

Así pues, añade la Enciclopedia Oxford de Filosofía:

Cuando no hay un principio singular para determinar cuántos Xs hay en algún sitio en un tiempo dado, puede decirse que los Xs no pueden ser individuados como tales.

Lo que nos obliga a establecer un sistema de referencia que permita contar, es decir enumerar, lo que consideramos Xs y separar los Xs de los no-Xs.

En tan difícil situación se vinieron a encontrar los físicos y matemáticos neo-positivistas, Russell, Whitehead y el Círculo de Viena, cuando los átomos elementales fueron desapareciendo como unidades indivisibles y las partículas-ondas-elementales surgían más y más en una física donde lo individual elemental desaparece detrás de unas experimentaciones que responden a unos conceptos-lógicos previos más que a unas realidades unitarias numerables.

Estos conceptos-lógicos previos son productos de unas teorías que procuran modelar la realidad según unas técnicas y metodologías adecuadas, y no obedecen siempre ni mucho menos a una unidad contable que pueda ser individualizada.[33][34]

Por otro lado la pérdida de la supuesta perfección matemática de la Teoría de conjuntos, tras el teorema de Gödel, supuso el final del programa formalista de Hilbert de formalización matemática así como del intuicionismo de Brouwer. En la física cuántica el hecho de poder contar individualidades ya no es necesario.

La aritmética y las matemáticas, en definitiva, están sometidas a la capacidad ampliadora de la dinámica de la propia razón en su búsqueda del saber; en la superación de cada conocimiento dado o tenido como tal. La ciencia, (Popper), no establece verdades, sino ampliaciones de conocimientos posibles acerca de lo real. La lógica de la razón es más amplia y creativa que cualquier sistema lógico-matemático; siempre en camino de ampliación futura. Como mucho antes había escrito Bachelard:

Un nuevo sentido nominalista se mantiene en autores como Nelson Goodman o Quine, para quienes solo admiten ontológicamente entidades concretas, es decir individuos; no existen más realidades que las realidades concretas. Las entidades abstractas clases lógicas o conceptos, no son más que recursos lógicos para operar con ellas.

Gödel no piensa así:

Una famosa obra sobre los individuos y su individualización es la escrita por Peter Frederick Strawson. Lingüísticamente o bien nos referimos a una individualidad particular mediante un nombre propio o una disyunción inclusiva de propiedades cuyo referente puede resultar problemático; pues las clases, como descripción de posibles individuos de tales propiedades y en posibles mundos diferentes, difícilmente evitan toda ambigüedad de referencia.[35]

Así pues el problema por un lado es cómo pueden identificarse los individuos particulares si no es:

Se trata, entonces, de averiguar las formas de proceder mediante las cuales se habla acerca de los individuos.

Problemática que nos lleva al tema de la actividad cognitiva de la mente y a la percepción de las unidades significativas y su semiosis mediante las cuales establecemos las evidencias pertinentes a la referencia y usos del lenguaje tanto en el uso del lenguaje y definición vulgar como en el conocimiento más profundo de la ciencia.

Por otra parte Zubiri, desde el campo de la filosofía, hace una distinción entre singulum e individuo stricto sensu.

El primero es un ente singular, pero el hombre es necesariamente individuo stricto sensu.[37]

Ferrater Mora, establece la existencia de grados de individualidad, que son en gran medida grados de discernibilidad. Hay por tanto diversos modos en los que puede decirse que algo es "individuo".[38]

Paul Ricoeur por su parte distingue la identidad idem (el mismo) y la identidad ipse (sí mismo). La primera tiene que ver con la identidad numérica, continuidad ininterrumpida en la permanencia en la duración, en el tiempo. La segunda es una identidad narrativa que admite variaciones de personalidad, porque se basa en la necesidad de alteridad, necesidad del otro.[39]

Apoya este modo de concebir la "individualidad" que la Biología sitúa lo individual primariamente en la relación individuo-especie, por cuanto el sujeto de la evolución es la especie biológica por un lado. Pero asimismo en el reino de la vida como organización compleja de la materia lo individual se define por una función, desde un gen, un tejido, órgano etc.

De la misma forma la Antropología, lo mismo que la Sociología sitúan al "individuo" dentro de un sistema de relaciones.

El individuo deja de ser sujeto lógico como una clase de uno solo, como ocurría en la lógica silogística,[40]​ como elemento aislable de una relación. Es en el seno de un sistema material, orgánico, biológico-social-cultural, en el que se produce la "individualización" en el que se desarrolla una unidad dentro del sistema o personalidad única, como individuo stricto sensu y persona.[41]



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