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Música popular electrónica



La música electrónica es aquel tipo de música que emplea instrumentos musicales electrónicos y tecnología musical electrónica para su producción e interpretación. En general, se puede distinguir entre el sonido producido mediante la utilización de medios electromecánicos, de aquel producido mediante tecnología electrónica, que también pueden ser mezclados. Algunos ejemplos de dispositivos que producen sonido electro-mecánicamente son el telarmonio, el órgano Hammond y la guitarra eléctrica. La producción de sonidos puramente electrónicos pueden lograrse mediante aparatos como el theremin, el sintetizador de sonido o el ordenador.

La música electrónica se asoció originalmente y de manera exclusiva a una forma de música culta occidental, pero desde finales del año 1960, la disponibilidad de tecnología musical a precios accesibles propició que la música producida por medios electrónicos se hiciera cada vez más popular. En la actualidad, la música electrónica presenta una gran variedad técnica y compositiva, abarcando desde formas de música culta experimental hasta formas populares como la música electrónica de baile o shuffle dance.

La habilidad de grabar sonidos suele relacionarse con la producción de música electrónica, aunque esta no sea absolutamente necesaria para ello. El primer dispositivo conocido capaz de grabar sonido fue el fonoautógrafo, patentado en 1857 por Édouard-Léon Scott de Martinville. Este instrumento podía grabar sonidos visualmente, pero no reproducirlos de nuevo.[1]

Por una parte, en 1878 Thomas A. Edison patentó el fonógrafo, que utilizaba cilindros similares al aparato de Scott. Aunque se siguieron utilizando los cilindros durante algún tiempo, Emile Berliner desarrolló el fonógrafo de disco en 1889. Por otra parte, otro invento significativo que posteriormente tendría una gran importancia en la música electrónica fue la válvula audión, del tipo triodo, diseñada por Lee DeForest. Se trata de la primera válvula termoiónica, inventada en 1906, que permitiría la generación y amplificación de señales eléctricas, la emisión de radio, la computación electrónica.

Con anterioridad a la música electrónica, ya existía un creciente deseo entre los compositores de utilizar las tecnologías emergentes en el terreno musical. Se crearon multitud de instrumentos que empleaban diseños electromecánicos, los cuales facilitaron el camino para la aparición de instrumentos electrónicos. Un instrumento electromecánico llamado Telharmonium (en ocasiones Teleharmonium o Dynamophone) fue desarrollado por Thaddeus Cahill entre los años 1898 y 1899. Sin embargo, como consecuencia de su inmenso tamaño, nunca se llegó a utilizar. Se suele considerar como el primer instrumento electrónico el Theremin, inventado por el profesor Léon Theremin alrededor de 1919 y 1920.[2]​ Otro primitivo instrumento electrónico fue el Ondes Martenot, que se hizo conocido al ser utilizado en la obra Sinfonía Turangalila, por Olivier Messiaen. Este también fue utilizado por otros compositores, especialmente franceses como Andre Jolivet.

En 1907, justo un año después de la invención del triodo audión, Ferruccio Busoni publicó Esbozo de una Nueva Estética de la Música, que trataba sobre el uso tanto de fuentes electrónicas como de otras en la música del futuro. Escribió sobre el futuro de las escalas microtonales en la música, que fueron posibles gracias al Dynamophone de Cahill: «Solo mediante una larga y cuidadosa serie de experimentos, y un continuo entrenamiento del oído, puede hacerse de este material desconocido uno accesible y plástico para la generación venidera y para el arte».

Como consecuencia de este escrito, así como a través de su contacto personal, Busoni tuvo un profundo efecto en multitud de músicos y compositores, especialmente en su discípulo Edgard Varèse.

En Italia, el futurismo se acercó a la estética musical como una transformación desde un ángulo diferente. Una idea de la filosofía futurista era la de valorar el "ruido", así como de dotar de valor artístico y expresivo a ciertos sonidos que anteriormente no habían sido considerados como musicales.

El Manifiesto Técnico de la Música Futurista de Francesco Balilla Pratella, publicado en 1911, establece que su credo es "Presentar el alma musical de las masas, de las grandes fábricas, de los trenes, de los cruceros transatlánticos, de los acorazados, de los automóviles y aeroplanos. Añadir a los grandes temas centrales del poema musical el dominio de la máquina y el victorioso reinado de la electricidad".

El 11 de marzo de 1913, el futurista Luigi Russolo publicó su manifiesto El arte de los ruidos (original en italiano, L'arte dei Rumori). En 1914, organizó el primer concierto del "arte de los ruidos" en Milán. Para ello utilizó su Intonarumori, descrito por Russolo como "instrumentos acústico ruidistas, cuyos sonidos (aullidos, bramidos, arrastramientos, gorgoteos, etc.) eran manualmente activados y proyectados mediante vientos y megáfonos". En junio se organizaron conciertos similares en París.

Esta década trajo una gran riqueza de instrumentos electrónicos primitivos, así como las primeras composiciones para instrumentación electrónica. El primer instrumento, el Theremin, fue creado por Léon Theremin (nacido como Lev Termen) entre 1919 y 1920 en Leningrado. Gracias a él se realizaron las primeras composiciones para instrumentos electrónicos, opuestas a aquellas realizadas por los que se dedicaban a crear sinfonías de ruidos. En 1929, Joseph Schillinger compuso su Primera Suite Aerofónica para Theremin y Orquesta, interpretada por primera vez por la Orquesta de Cleveland y Leon Theremin como solista.

Además del Theremin, el Ondes Martenot fue inventado en 1928 por Maurice Martenot, quien debutó en París.[3]​ El año siguiente, Antheil compuso por primera vez para dispositivos mecánicos, aparatos productores de ruidos, motores y amplificadores en su ópera inacabada Mr. Bloom.

La grabación de sonidos dio un salto cualitativo en 1927, cuando el inventor estadounidense J. A. O'Neill desarrolló un dispositivo para la grabación que utilizaba un tipo de cinta recubierta magnéticamente. No obstante, fue un desastre comercial. Dos años más tarde, Laurens Hammond abrió una empresa dedicada a la fabricación de instrumentos electrónicos. Además, comenzó a producir el Órgano Hammond, basado en los principios del Telharmonium, junto a otros desarrollos como las primeras unidades de reverberación.

El método foto-óptico de grabación de sonido utilizado en el cine, hizo posible obtener una imagen visible de la onda de sonido, así como de sintetizar un sonido a partir de una onda del mismo.

En la misma época comenzó la experimentación del arte sonoro, cuyos primeros exponentes incluyen a Tristan Tzara, Kurt Schwitters y Filippo Tommaso Marinetti entre otros.

Desde aproximadamente el año 1900, se utilizaba el magnetófono de alambre magnético de baja fidelidad, y a comienzos de 1930 la industria cinematográfica comenzó a adaptarse a los nuevos sistemas de grabación de sonido ópticos basados en células fotoeléctricas.[4]​ En esta época, la empresa alemana de electrónica AEG desarrolla el primer magnetófono de cinta práctico, el Magnetophon K-1, revelado en el Berlin Radio Show en agosto de 1935.[5]

Durante la Segunda Guerra Mundial, Walter Weber redescubrió y aplicó la técnica AC Bias, que incrementó drásticamente la fidelidad de las grabaciones magnéticas al añadir una alta frecuencia inaudible. Extendió en 1941 la curva de frecuencia del Magnetophon K4 hasta 10 kHz y mejoró la relación señal/ruido hasta 60 dB, sobrepasando cualquier sistema de grabación conocido en aquel tiempo.

En 1942, AEG ya estaba realizando pruebas de grabación en estéreo.[6]​ No obstante, estos dispositivos y técnicas fueron un secreto fuera de Alemania hasta el final de la guerra, cuando varios de estos aparatos fueron requisados por Jack Mullin y llevados a Estados Unidos. Estos sirvieron de base para los primeros grabadores de cinta profesionales que fueron comercializados en este país, entre ellos el Model 200 producido por la empresa Ampex.

La cinta de audio magnética abrió un gran campo de posibilidades sonoras para músicos, compositores, productores e ingenieros. Este nuevo aparato era relativamente barato y su fidelidad en la reproducción era mejor que cualquier otro medio de audio conocido hasta la fecha. Cabe señalar que, a diferencia de los discos, ofrecía la misma plasticidad que la película: puede ser ralentizada, acelerada o incluso reproducirse al revés. Puede editarse también físicamente, e incluso pueden unirse diferentes trozos de cinta en loops infinitos que reproducen continuamente determinados patrones de material pregrabado. La amplificación de audio y el equipo de mezcla expandieron aún más allá las posibilidades de la cinta como medio de producción, permitiendo que múltiples grabaciones fueran grabadas a la vez en otra cinta diferente. Otra posibilidad de la cinta era su capacidad de ser modificada fácilmente para convertirse en máquinas de eco, produciendo así de modo complejo, controlable y con gran calidad, efectos de eco y reverberación, lo que es prácticamente imposible de conseguir por medios mecánicos.

Pronto los músicos comenzaron a utilizar el grabador de cinta o magnetófono para desarrollar una nueva técnica de composición llamada música concreta. Esta técnica consiste en la edición de fragmentos de sonidos de la naturaleza o de procesos industriales grabados conjuntamente. Las primeras piezas de esta música fueron creadas por Pierre Schaeffer, con la colaboración de Pierre Henry. En 1950, Schaeffer dio el primer concierto de música concreta en la École Normale de Musique de Paris. Posteriormente, Pierre Henry colaboró con Schaeffer en la Symphonie pour un homme seul (1950), la primera obra importante de música concreta. Un año más tarde, RTF creó el primer estudio para la producción de música electrónica, lo que se convertiría en una tendencia global. También en 1951, Schaeffer y Henry produjeron una ópera, Orpheus, para sonidos y voces concretos.

Karlheinz Stockhausen trabajó brevemente en el estudio de Schaeffer en 1952 y posteriormente, durante muchos años, en el Estudio de Música Electrónica de la WDR de Colonia, en Alemania.

En Colonia, el que se convertiría en el estudio de música electrónica más famoso del mundo, inició actividades en la radio de la NWDR en 1951, después de que el físico Werner Meyer-Eppler, el técnico de sonido Robert Beyer y el compositor Herbert Eimert convencieran al director de la NWDR, Hanns Hartmann, de la necesidad de dicho espacio. En el mismo año de su creación, fueron transmitidos los primeros estudios de música electrónica en un programa de la propia radio y presentados en los‭ Cursos de Verano de Darmstadt.‭ ‬En‭ ‬1953‭ ‬hubo una demostración pública en la sala de conciertos de la Radio de Colonia, donde se dejaron escuchar siete piezas electrónicas.‭ ‬Los compositores de los estudios electrónicos eran Herbert ‬Eimert,‭ ‬Karel ‬Goeyvaerts,‭ ‬Paul‭ ‬Gredinger,‭ Henry ‬Pousseur y Karlheinz Stockhausen.

El programa comprendía las siguientes piezas:

En su tesis de 1949, Elektronische Klangerzeugung: Elektronische Musik und Synthetische Sprache, Meyer-Eppler concibió la idea de sintetizar música desde señales producidas electrónicamente. De esta manera, la Elektronische Musik se diferenciaba a gran escala de la Musique concrète francesa, que utilizaba sonidos grabados a partir de fuentes acústicas.

Con Stockhausen y Mauricio Kagel como residentes, el estudio de música electrónica de Colonia se convirtió en un emblema del avant-garde o vaguardismo, cuando se empezó a combinar sonidos generados electrónicamente con los de instrumentos tradicionales. Algunos ejemplos significativos son Mixtur (1964) y Hymnen, dritte Region mit Orchester (1967). Stockhausen afirmó que sus oyentes decían que su música electrónica les daba una experiencia de "espacio exterior", sensaciones de volar, o de estar en "un mundo de ensueño fantástico".

Aunque los primeros instrumentos electrónicos como el Ondes Martenot, el Theremin o el Trautonium eran poco conocidos en Japón con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, algunos compositores habían tenido conocimiento de ellos en su momento, como Minao Shibata. Años después, diferentes músicos en Japón comenzaron a experimentar con música electrónica, a lo que contribuyó el apoyo institucional, lo que permitió a los compositores experimentar con el último equipamiento de grabación y procesamiento de audio. Estos esfuerzos dieron lugar a una forma musical que fusionaba la música asiática con un nuevo género y que sembraría las bases del dominio japonés en el desarrollo de la tecnología musical durante las siguientes décadas.

Tras la creación de la compañía Sony (conocida entonces como Tokyo Tsushin Kogyo K.K.) en 1946, dos compositores japoneses, Toru Takemitsu y Minao Shibata, de modo independiente, escribieron sobre la posibilidad de utilizar la tecnología electrónica para producir música hacia finales de los años 40. En 1948, Takemitsu concibió una tecnología que pudiese traer "ruido" dentro de tonos musicales atemperados y en el interior de un pequeño y complejo tubo, una idea similar a la musique concrète que Pierre Schaeffer había aventurado en el mismo año. En 1949, Shibata escribió sobre su concepto de "un instrumento musical con grandes posibilidades de actuación" que pudiera "sintetizar cualquier tipo de onda de sonido" y que sea "manejado muy fácilmente," prediciendo que con un instrumento como ese, "la escena musical sería cambiada drásticamente". Ese mismo año, Sony desarrolló el magnetófono magnético G-Type.

En 1950, el estudio de música electrónica Jikken Kobo sería fundado por un grupo de músicos que querían producir música electrónica experimental utilizando magnetófonos Sony. Entre sus miembros se encontraban Toru Takemitsu, Kuniharu Akiyama y Joji Yuasa, y estaba apoyado por Sony, empresa que ofrecía acceso a la última tecnología de audio. La compañía contrató a Takemitsu para componer música electroacústica electrónica para mostrar sus magnetófonos. Más allá del Jikken Kobo, muchos otros compositores como Yasushi Akutagawa, Saburo Tominaga y Shiro Fukai también estaban experimentando con música electroacústica entre 1952 y 1953.

En Estados Unidos, se utilizaban sonidos creados electrónicamente para diferentes composiciones, como ejemplifica la pieza Marginal Intersection de Morton Feldman. Esta pieza está pensada para vientos, metales, percusión, cuerdas, dos osciladores y efectos de sonido.

El Music for Magnetic Tape Project fue formado por miembros de la Escuela de Nueva York (John Cage, Earle Brown, Christian Wolff, David Tudor y Morton Feldman) y duró tres años hasta 1954. Durante esta época, Cage completó su Williams Mix, en 1953.

Un importante desarrollo lo constituyó la aparición de ordenadores utilizados para componer música, en contraposición de la manipulación o creación de sonidos. Iannis Xenakis comenzó lo que se conoce como musique stochastique o música estocástica, un método compositivo que emplea sistemas matemáticos de probabilidad estocásticos. Se utilizaban diferentes algoritmos de probabilidad para crear piezas bajo un set de parámetros. Xenakis utilizó papel gráfico y una regla para ayudarse a calcular la velocidad de las trayectorias de los glissandos para su composición orquestal Metástasis (1953-1954), utilizando posteriormente ordenadores para componer piezas como ST/4 para cuarteto de cuerda y ST/48 para orquesta.

En 1954, Stockhausen compuso Elektronische Studie II, la primera pieza electrónica en ser publicada como banda sonora.

En 1955 aparecieron más estudios electrónicos y experimentales. Fueron importantes la creación del Estudio de Fonología, un estudio en el NHK de Tokio fundado por Toshiro Mayuzumi y el estudio de Phillips en Eindhoven, Holanda, que se trasladó a la Universidad de Utrecht como Instituto de Sonología en 1960.

La banda sonora de Forbidden Planet, producida por Louis y Bebe Barron, fue compuesta únicamente mediante circuitos caseros y magnetófonos en 1956.[7]

El primer computador del mundo en reproducir música fue el CSIRAC, diseñado y construido por Trevor Pearcey y Maston Beard. El matemático Geoff Hill programó el CSIRAC para tocar melodías de música popular. No obstante, este computador reproducía un repertorio estándar y no pudo utilizarse para ampliar el pensamiento musical o para tocar composiciones más elaboradas.

El impacto de los computadores continuó durante 1956. Lejaren Hiller y Leonard Isaacson compusieron Iliac Suite para un cuarteto de cuerda, siendo la primera obra completa en ser compuesta con la asistencia de un computador utilizando un algoritmo en la composición. Posteriores desarrollos incluyeron el trabajo de Max Mathews en Bell Laboratories, quien desarrolló el influyente programa MUSIC I. La tecnología del vocoder fue otro importante desarrollo de esta época.

En 1956, Stockhausen compuso Gesang der Jünglinge, la primera gran obra del estudio de Colonia, basada en un texto del Libro de Daniel. Un importante desarrollo tecnológico fue la invención del sintetizador Clavivox por Raymond Scott, con ensamblaje de Robert Moog.

El sintetizador RCA Mark II Sound Synthesizer apareció en 1957. A diferencia de los primeros Theremin y Ondes Martenot, este era difícil de usar pues requería una extensa programación y no podía tocarse en tiempo real. En ocasiones denominado el primer sintetizador electrónico, el RCA Mark II Sound Synthesizer utilizaba osciladores de válvula termoiónica e incorporaba el primer secuenciador. Fue diseñado por RCA e instalado en el Columbia-Princeton Electronic Music Center, donde sigue en la actualidad. Posteriormente, Milton Babbitt, influenciado en sus años de estudiante por la "revolución en el pensamiento musical" de Schoenberg, comenzó a aplicar técnicas seriales a la música electrónica.

Estos fueron años fértiles para la música electrónica, no solo para la académica sino también para algunos artistas independientes a medida que la tecnología del sintetizador se volvía más accesible. En esta época, una poderosa comunidad de compositores y músicos que trabajaba con nuevos sonidos e instrumentos se había establecido y estaba creciendo. Durante estos años aparecen composiciones como Gargoyle de Luening para violín y cinta, así como la premier de Kontakte de Stockhausen para sonidos electrónicos, piano y percusión. En esta última, Stockhausen abandonó la forma musical tradicional basada en un desarrollo lineal y en un clímax dramático. En este nuevo acercamiento, que él denominó como "forma momento", se recuerdan las técnicas de cinematic splice del cine de principios del siglo XX.

El primero de estos sintetizadores en aparecer fue el Buchla, en 1963, siendo producto del esfuerzo del compositor de música concreta Morton Subotnick.

El Theremin había sido utilizado desde los años 20, manteniendo una cierta popularidad gracias a su utilización en numerosas bandas sonoras de películas de ciencia ficción de los años 50 (por ejemplo: The Day the Earth Stood Still de Bernard Herrmann). Durante los años 60, el Theremin hizo apariciones ocasionales en la música popular.

En el Reino Unido, durante este período, el BBC Radiophonic Workshop (creado en 1958) emergió como uno de los estudios más productivos y renombrados del mundo, gracias a su labor en la serie de ciencia ficción Doctor Who. Uno de los artistas electrónicos británicos más influyentes de este período fue Delia Derbyshire. Es famosa por su icónica ejecución en 1963 del tema central de Doctor Who, compuesto por Ron Grainer y reconocida por algunos como la pieza de música electrónica más conocida en el mundo. Derbyshire y sus colegas, entre los que se encuentran Dick Mills, Brian Hodgson (creador del efecto de sonido TARDIS), David Cain, John Baker, Paddy Kingsland y Peter Howell, desarrollaron un amplio cuerpo de trabajo que incluye bandas sonoras, atmósferas, sinfonías de programas y efectos de sonido para BBC TV y sus emisoras de radio.

En 1961, Josef Tal creó el Centre for Electronic Music in Israel en la Universidad Hebrea, y en 1962 Hugh Le Caine llegó a Jerusalén para instalar su Creative Tape Recorder en el centro.[8]

Milton Babbitt compuso su primer trabajo electrónico utilizando el sintetizador, que fue creado mediante el RCA en el CPEMC. Las colaboraciones se realizaban superando las barreras de los océanos y continentes. En 1961, Ussachevsky invitó a Varèse al Columbia-Princeton Studio (CPEMC), siendo asistido por Mario Davidovsky y Bülent Arel. La intensa actividad del CPEMC, entre otros, inspiró a la creación en San Francisco del Tape Music Center en 1963, por Morton Subotnick junto a otros miembros adicionales, como Pauline Oliveros, Ramón Sender, Terry Riley y Anthony Martin. Un año después tuvo lugar el Primer Seminario de Música Electrónica en Checoslovaquia, organizado en el Radio Broadcast Station de Plzen.

A partir de este momento, se siguieron desarrollando nuevos instrumentos, donde uno de los más importantes avances tuvo lugar en 1964, cuando Robert Moog introdujo el sintetizador Moog, el primer sintetizador analógico controlado por un sistema integrado modular de control de voltaje. Moog Music introdujo posteriormente un sintetizador más pequeño con un teclado llamado Minimoog, que fue utilizado por multitud de compositores y universidades, haciéndose así muy popular. Un ejemplo clásico del uso del Moog de gran tamaño es el álbum Switched-On Bach, de Wendy Carlos.

En 1966, Pierre Schaeffer fundó el Groupe de Recherches Musicales (Grupo de Investigación Musical) para el estudio y la investigación de la música electrónica. Su programación está estructurada a partir de un compromiso en los procesos de difusión, investigación y creación de la música contemporánea y las tendencias en videoarte e imagen más actuales. Sus exhibiciones y conciertos son reproducidas en tiempo real mediante dispositivos electrónicos, interfaces de audio-vídeo y una plantilla de músicos y videoartistas nacionales e internacionales abiertos al uso de tecnologías punta.

CSIRAC, el primer computador en reproducir música, realizó este acto públicamente en agosto de 1951.[9]​ Una de las primeras demostraciones a gran escala de lo que se conoció como computer music fue una emisión nacional pre-grabada en la red NBC para el programa Monitor el 10 de febrero de 1962. Un año antes, LaFarr Stuart programó el ordenador CYCLONE de la Universidad del Estado de Iowa para reproducir canciones sencillas y reconocibles a través de un altavoz amplificado adherido a un sistema originalmente utilizado para temas administrativos y de diagnóstico.

Los años 50, 60 y la década de los 70, presenciaron también el desarrollo de grandes marcos operativos para la síntesis informática. En 1957, Max Mathews de Bell Labs, desarrolló el programa MUSIC, culminando un lenguaje de síntesis directa digital.

En París, IRCAM se convirtió en el principal centro de investigación de música creada por computador, desarrollando el sistema informático Sogitec 4X[10]​ que incluía un revolucionario sistema de procesamiento de señal digital en tiempo real. Répons (1981), obra para 24 músicos y 6 solistas de Pierre Boulez, utilizó el sistema 4X para transformar y dirigir a los solistas hacia un sistema de altavoces.

En Estados Unidos, la electrónica en directo fue llevada a cabo por primera vez en los años 60 por miembros del Milton Cohen's Space Theater en Ann Arbor, Míchigan, entre los que se encontraban Gordon Mumma, Robert Ashley, David Tudor y The Sonic Arts Union, fundada en 1966 por los nombrados anteriormente, incluyendo también a Alvin Lucier y David Behrman. Los festivales ONCE, que mostraban música multimedia para teatro, fueron organizados por Robert Ashley y Gordon Mumma en Ann Arbor entre 1958 y 1969. En 1960, John Cage compuso Cartridge Music, una de las primeras obras de electrónica en vivo.

Los compositores y músicos de jazz, Paul Bley y Annette Peacock, fueron de los primeros en tocar en concierto utilizando sintetizadores Moog hacia finales de 1960. Peacock hacía un uso regular de un sintetizador Moog adaptado para procesar su voz tanto en el escenario como en grabaciones de estudio.

Con el transcurrir del tiempo, se empezaron a formar eventos sociales que trataban de aglutinar una gran cantidad de conciertos con varios artistas en directo. Hasta el momento son muchos los festivales que han manifestado la escena electrónica, marcando muchos de ellos récords de asistencia masiva al evento. Algunos festivales más representativos y destacados del género son:

Actualmente siguen surgiendo megafestivales que buscan expandir la esencia del género electrónico.

Robert Moog (también conocido como Bob Moog), a finales de 1963, conoció al compositor experimental Herbert Deutsch, quien, en su búsqueda por sonidos electrónicos nuevos, inspiró a Moog a crear su primer sintetizador, el Sintetizador Modular Moog.[11]

El Moog, aunque era conocido con anterioridad por la comunidad educativa y musical, fue presentado a la sociedad en el otoño de 1964, cuando Bob hizo una demostración durante la Convención de la Sociedad de Ingeniería de Audio, celebrada en Los Ángeles. En esta convención, Moog ya recibió sus primeros pedidos y el negocio despegó.

La compañía Moog Music creció de forma espectacular durante los primeros años, haciéndose aún más conocida cuando Wendy Carlos editó el álbum Switched on Bach. Bob diseñó y comercializó nuevos modelos, como el Minimoog (la primera versión portátil del Moog Modular), el Moog Taurus (teclado de pedales de una octava de extensión, con transposición para bajos y agudos), el PolyMoog (primer modelo 100% polifónico), el MemoryMoog (polifónico, equivalía a seis MiniMoog's en uno), el MinitMoog, el Moog Sanctuary, etc.

Moog no supo gestionar bien su empresa y esta pasó de tener listas de espera de nueve meses a no recibir ningún pedido. Agobiado por las deudas perdió el control de la empresa y fue adquirida por un inversor. Aun así, continuó diseñando instrumentos musicales hasta 1977, cuando abandonó Moog Music y se mudó a un pequeño poblado en las montañas Apalaches. La Moog Music se derrumbó poco después.

En 1967, Kato se acercó al ingeniero Fumio Mieda, quien deseaba iniciarse en la construcción de teclados musicales. Impulsado por el entusiasmo de Mieda, Kato le pidió construir un prototipo de teclado y, 18 meses después, Mieda le presentó un órgano programable. La compañía Keio vendió este órgano bajo la marca Korg, hecha de la combinación de su nombre con la palabra órgano, en inglés Organ.

Los órganos producidos por Keio fueron exitosos a finales de los años 60 y principios de los 70 pero, consciente de la competencia con los grandes fabricantes de órganos ya establecidos, Kato decidió usar la tecnología del órgano electrónico para construir teclados dirigidos al mercado de los sintetizadores. De hecho, el primer sintetizador de Keio (MiniKorg) fue presentado en 1973. Después del éxito de este instrumento, Keio presentó diversos sintetizadores de bajo costo durante los años 1970 y 80 bajo la marca Korg.

En 1970, Charles Wuorinen compuso Time's Encomium, convirtiéndose así en el primer ganador del Premio Pulitzer por ser una composición completamente electrónica. Los años 1970 también vieron cómo se generalizaba el uso de sintetizadores en la música rock, con ejemplos como: Pink Floyd, Tangerine Dream, Yes y Emerson, Lake & Palmer, etc.

A lo largo de los años 1970, bandas como The Residents y Can abanderaron un movimiento de música experimental que incorporaba elementos de música electrónica. Can fue uno de los primeros grupos en utilizar loops de cinta para la sección de ritmo, mientras que The Residents creaban sus propias cajas de ritmos. También en esta época diferentes bandas de rock, desde Genesis hasta The Cars, comenzaron a incorporar sintetizadores en sus arreglos de rock.

En 1979, el músico Gary Numan contribuyó a llevar la música electrónica a un público más amplio con su hit pop Cars, del álbum The Pleasure Principle. Otros grupos y artistas que contribuyeron significativamente a popularizar la música creada exclusiva o fundamentalmente de modo electrónico fueron Kraftwerk, Depeche Mode, Jean Michel Jarre, Mike Oldfield o Vangelis.

En 1980, un grupo de músicos y fabricantes se pusieron de acuerdo para estandarizar una interfaz a través de la que diferentes instrumentos pudieran comunicarse entre ellos y con el ordenador principal. El estándar se denominó MIDI (Musical Instrument Digital Interface). En agosto de 1983, la especificación 1.0 de MIDI fue finalizada.

La llegada de la tecnología MIDI permitió que con el simple acto de presionar una tecla, controlar una rueda, mover un pedal o dar una orden en un microordenador, se pudieran activar todos y cada uno de los dispositivos del estudio remotamente y de forma sincronizada, respondiendo cada dispositivo de acuerdo a las condiciones prefijadas por el compositor.

Miller Puckette desarrolló un software para el procesamiento gráfico de señal de 4X llamado Max, que posteriormente sería incorporado a Macintosh para el control de MIDI en tiempo real, haciendo que la composición algorítmica estuviera disponible para cualquier compositor que tuviera un mínimo conocimiento de programación informática.

En 1979, la empresa australiana Fairlight lanzó el Fairlight CMI (Computer Musical Instrument), el primer sistema práctico de sampler polifónico digital. En 1983, Yamaha introdujo el primer sintetizador digital autónomo, el DX-7, el cual utilizaba síntetis de modulación de frecuencia (síntesis FM), probada por primera vez por John Chowning en Stanford a finales de los años 1960.

Hacia finales de los años 80, los discos de música de baile que utilizaban instrumentación exclusivamente electrónica se hicieron cada vez más populares. Esta tendencia ha continuado hasta el presente, siendo habitual escuchar música electrónica en los clubs de todo el mundo.

En los años 90, comenzó a ser posible llevar a cabo actuaciones con la asistencia de ordenadores interactivos. Otro avance reciente es la composición Begin Again Again de Tod Machover (MIT y IRCAM) para hyper chelo, un sistema interactivo de sensores que miden los movimientos físicos del chelista. Max Methews desarrolló el programa Conductor para control en tiempo real del tempo, la dinámica y el timbre de un tema electrónico.

A medida que la tecnología informática se hace más accesible y el software musical avanza, la producción musical es posible utilizando medios que no guardan ninguna relación con las prácticas tradicionales. Lo mismo ocurre con los conciertos, extendiéndose su práctica utilizando ordenadores portátiles y live coding. Se populariza el término Live PA para describir cualquier tipo de actuación en vivo de música electrónica, ya sea utilizando ordenador, sintetizador u otros dispositivos.

En las décadas de 1990 y 2000 surgieron diferentes entornos virtuales de estudio construidos sobre software, entre los que destacan productos como Reason, de Propellerhead, y Ableton Live, que se hacen cada vez más populares. Estas herramientas proveen alternativas útiles y baratas para los estudios de producción basados en hardware. Gracias a los avances en la tecnología de microprocesadores, se hace posible crear música de elevada calidad utilizando poco más que un solo ordenador. Estos avances han democratizado la creación musical, incrementándose así masivamente y estando disponible al público en internet.

El avance del software y de los entornos de producción virtuales ha llevado a que toda una serie de dispositivos, antiguamente solo existentes como hardware, estén ahora disponibles como piezas virtuales, herramientas o plugins de los software. Algunos de los softwares más populares son Max/Msp y Reaktor, así como paquetes de código abierto tales como Pure Data, SuperCollider y ChucK.

Los avances en la miniaturización de los componentes electrónicos, que en su época facilitaron el acceso a instrumentos y tecnologías usadas solo por músicos con grandes recursos económicos, han dado lugar a una nueva revolución en las herramientas electrónicas usadas para la creación musical. Por ejemplo, durante los años 90, los teléfonos móviles incorporaban generadores de tonos monofónicos que algunas fábricas usaron no solo para generar los Ringtones de sus equipos, sino que permitieron a sus usuarios tener algunas herramientas de creación musical. Posteriormente, los cada vez más pequeños y potentes computadores portátiles, computadores de bolsillo y PDA´s, abrieron camino a las actuales Tablets y teléfonos inteligentes que permiten no solo el uso de generadores de tono, sino el de otras herramientas como samplers, sintetizadores monofónicos y polifónicos, grabación multipista, etc. Los que permiten la creación musical en casi cualquier lugar.



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