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Extremeño (lingüística)



Bandera de Extremadura Extremadura

Bandera de Castilla y León Castilla y León

Indoeuropeo
  Itálico
    Romance
     Romance occidental
      Iberorromance
        Asturleonés
          Leonés oriental

El extremeño (autoglotónimo estremeñu)[8]​ es una variedad lingüística vernácula de uso no oficial, cuyos rasgos se han dado fundamentalmente en la Extremadura leonesa, en la actual Comunidad Autónoma de Extremadura, de la que debe su nombre, y algunas comarcas limítrofes, principalmente en el sur de la provincia de Salamanca. Tiene continuidad dialectal con el asturleonés, y también con el castellano meridional. La relación con el asturleonés —dentro del romance íbero-occidental— ya se documenta desde autores como Menéndez Pidal, Manuel Alvar, Emilio Alarcos Llorach y otros.

No hay datos fiables sobre el número de hablantes, debido sobre todo a que en la práctica es difícil precisar quién habla estremeñu y quién habla castellano con rasgos extremeños. Por la misma razón es difícil dar unos límites geográficos para la lengua, aunque el área donde los rasgos son más diferenciados del castellano corresponde al noroeste de la provincia de Cáceres, sin incluir la fala del valle de Jálama, variedad lingüística claramente distinta.

El extremeño se clasifica habitualmente dentro de las lenguas de España, según algunas organizaciones internacionales (posee de hecho su propio código SIL International de tres letras ext, y el mismo en la norma ISO 639-3)[9]​ y algunas nacionales como la Promotora Española de Lingüística (PROEL),[10]​ a pesar de no ser oficial en las comunidades donde se habla. Aun así, a menudo es tenido por un dialecto del idioma asturleonés; de hecho aparece como un dialecto del asturleonés, junto con el cántabro, en el Atlas de Lenguas en Peligro en el Mundo de la UNESCO de 2009.[11]​ Sin embargo, tanto las hablas extremeñas como las salmantinas aparecen diferenciadas del bloque asturleonés en el mapa de las lenguas de Ethnologue.[12]

También recibe el nombre de castúo, a pesar de ser este un término creado modernamente por el poeta Luis Chamizo en la década de 1920. Dicho término puede llevar a confusión, pues en principio la palabra carecía de sentido lingüístico y designaba únicamente al labrador extremeño castizo. Con el tiempo, algunos autores han llamado así al castellano de tránsito con el leonés hablado modernamente en el sur de Extremadura, aunque popularmente el vocablo se emplea para designar las hablas tradicionales de Extremadura en general, sean estas más o menos similares al castellano.

Cada idioma se suele subdividir en dialectos (cada una de las formas en que se habla una lengua o idioma en una región específica), pero a día de hoy se duda de que exista un criterio válido sobre la división de lenguas o idiomas en dialectos, en cuanto a variedades lingüísticas, siendo más una cuestión sociopolítica que lingüística, ya que todo idioma es o ha sido un dialecto de otro que le precedió en el tiempo, así como la lógica estandarización en la escritura y homologación gramática que han sufrido idiomas que hoy son reconocidos y oficiales.

La ONU identifica al extremeño -estremeñu- como una lengua, dentro de la lista negra por el peligro que corre de desaparecer, y solicita al Gobierno de Extremadura que sea reconocido para su preservación cultural en su Estatuto de Autonomía, ya que la UNESCO y el Consejo de Europa, mediante el Tratado CELR, obligan a promoverlo, así como a proteger el resto de los idiomas de la región.[13]​ La UNESCO lo reconoce como variedad lingüística del diasistema astur-leonés en el Atlas de las Lenguas en Peligro del Mundo (2009).

En el Foro de Holanda de 2018, en el Congreso sobre Lenguas Cuestionadas en el Viejo Continente (congreso europeo más prestigioso sobre lenguas minoritarias o amenazadas), expertos internacionales respaldaron al estremeñu como una lengua, en la que el Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura (OSCEC Estremaúra) expuso que el estremeñu es la forma de comunicación que vienen utilizando los extremeños desde hace siglos. Allí compartió espacio como una lengua vernácula más junto al occitano, el provenzal, el romaní o el gaélico, entre otras. En este congreso se defendió que el castellano no se establecerá en el imaginario de la región hasta la llegada de las escuelas en el siglo XIX; por aquel entonces, y en las décadas posteriores, el español se impuso como la lengua culta –o fina- por profesores, funcionarios o terratenientes, mientras que las clases populares se expresaban cotidianamente en extremeño; todo bajo un sentimiento de inferioridad cultural que ha marcado su devenir y le ha otorgando una presencia secundaria. [14][15]

El 18 de agosto de 2018 se celebró por primera vez el Día de las Lenguas de Extremadura [16]​, en un contexto en el que diferentes asociaciones, junto con el partido político valenciano Compromís, exigían al Gobierno español el reconocimiento oficial del extremeño como lengua[17]​. En la actualidad, el Estatuto de Autonomía de Extremadura aunque no expresa un reconocimiento explícito oficial, incide en su artículo 9 en la Responsabilidad del Ejecutivo regional en la protección de las modalidades lingüísticas propias. [18]

Desde enero de 2020 el extremeño es reconocido por el Consejo de Europa incluyéndolo en la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales, siendo la primera vez que una instancia europea la sitúa al mismo nivel que otras lenguas como el gallego, el euskera o el catalán. La declaración es fruto de las reivindicaciones del Órgano de seguimiento y Coordinación del extremeño (OSCEC Estremaúra), que defiende que el ‘Estremeñu’ ha experimentado una evolución diferente al castellano y comparte raíz con el asturiano, el leonés y el mirandés (familia astur-leonesa), y explican que tiene su propia sintaxis y unas características propias que le hacen valedora de ser considerada una lengua diferenciada; y aclaran que no se trata de una cuestión política o de tintes regionalistas, sino del reconocimiento a una lengua y la propia identidad de las gentes de Extremadura (“Somos primos del castellano, pero no hermanos o hijos”). De esta forma, el Consejo de Europa ha emitido un documento en el que insta a España, y por ende a la Junta de Extremadura, a su conservación y promoción; que al adherirse en 2001 a la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias, está obliga a su preservación como un patrimonio inmaterial y lingüístico[19][20]​. Desde entonces, se pide la creación de un Centro de Estudios del Estremeñu[21]​.

En definitiva, además de la CELROM (Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa), firmada por el Estado español en 2001, diversos organismos internacionales reconocen al extremeño como lengua y le asignan un código propio. Entre ellos:

-UNESCO: En su Atlas de las Lenguas del Mundo menciona al estremeñu dentro del tronco astur-leonés, y lo muestra como ‘definitivamente en peligro de extinción’ ya que su transmisión es sólo oral.

-Ethnologue: Para Ethnologue, el estremeñu es una lengua con 200.000 hablantes y un número potencial de 500.000 según datos de 1995.

-SIL International: Este organismo americano asigna el código EXT a la lengua extremeña conforme a La norma ISO 639-3. El hecho de tener este código propio, EXT, permite que exista una versión de Wikipedia en lengua extremeña.

La extensión de los rasgos propios del estremeñu abarcaban la mayor parte de la comunidad y varias zonas limítrofes, hoy se habla con mayor vitalidad en el norte de la provincia de Cáceres, en las comarcas de Sierra de Gata, Las Hurdes, lugares de Tierra de Alcántara, en Tierra de Coria, Granadilla, Garrovillas, Ceclavín y en las comarcas salmantinas de la Sierra de Francia, El Rebollar (v. habla de El Rebollar), sur de Ciudad Rodrigo y de Béjar. La lengua también está presente en la Tierra de Plasencia (Serradilla o Malpartida de Plasencia, Valle del Ambroz y localidades del Valle del Jerte como Piornal, Rebollar o El Torno y de la Vera como Guijo de Santa Bárbara, y en Berzocana y Madroñera). Fuera de la Comunidad Autónoma, puede encontrarse presencia de rasgos extremeños en el habla corriente de la Sierra de Aracena, Valle del Guadiato, Valle de los Pedroches[22]​.

Aunque en las últimas décadas se ha venido sosteniendo —a menudo, basándose en estudios incompletos— que el extremeño había desaparecido de la Baja y la Media Extremadura, estudios antiguos y recientes confirman la presencia histórica y la pervivencia —mayor o menor, según el municipio— del cierre vocálico postónico en numerosas localidades, y en general de una buena conservación del léxico y la morfosintaxis, sobre todo en hablantes de oficios rurales o de edad avanzada[23][24][25]​.

Ha de tenerse en cuenta también la existencia de un número indeterminado pero creciente de neohablantes de extremeño con diferentes grados de competencia en todo el territorio, que acceden al conocimiento del idioma a través de la red[26]​ o mediante cursos presenciales.[27]

Las estadísticas que se manejan sobre el número de hablantes son antiguas y no muy fiables. Posiblemente sean unos miles los mayores que aún conservan rasgos dialectales que pueden relacionarse con el histórico dialecto asturleonés. Sin embargo existen algunas zonas, como por ejemplo Garrovillas de Alconétar y otras pequeñas localidades, donde no solo la gente mayor conserva bastantes rasgos.

Pese a ser un elemento diferenciador de la cultura extremeña, esta lengua tiende a perderse entre las nuevas generaciones, como pasa con otras variedades minoritarias de España y de toda Europa. La edad media de sus hablantes supera los 60 años, permaneciendo relegado al mundo rural, siendo puesto en valor en la actualidad por filólogos, historiadores, escritores y periodistas.[28][29]

Las lenguas más emparentadas históricamente son el portugués y el leonés, aunque sobre todo presents influencia del castellano en su evolución. El estremeño, variante lingüística del idioma asturleonés, aunque con sus propias características intrínsecas, no se debe confundir con el español extremeño, el español hablado en Extremadura.

Las hablas extremeñas se clasifican normalmente en tres ramas: altoextremeño, medioextremeño y bajoextremeño.

El altoextremeño es considerado habitualmente un habla de transición asturleonesa con las formas meridionales de castellano, un dialecto (o lengua) diferenciado del castellano, y es hablado en la zona noroccidental y centro-norte de Cáceres y parte de la suroccidental de Salamanca.

El medioextremeño y el bajoextremeño, hablados en el resto de Extremadura, son al menos desde el siglo XVII hablas castellanas meridionales de tránsito con el leonés (como las hablas murcianas lo son con el catalán), y su influencia llega muy levemente hasta la Sierra de Aracena, en Huelva, donde se pueden oír diminutivos en -ino.

En Barrancos, población portuguesa situada en la frontera con Extremadura y Andalucía, se habla el "barranquenhu", un modalidad lingüística de base portuguesa con fuerte influencia del andaluz y alguna del extremeño.

Todas las variantes extremeñas, tanto bajoextremeñas o medioextremeñas como altoextremeñas, comparten ciertos rasgos con las formas meridionales de castellano, como la aspiración de la ese en posición implosiva. En el altoextremeño estos rasgos meridionales se dan conjuntamente al lado del resto de los rasgos propios y los asturleoneses (como se puede leer más abajo en el apartado "características"), de forma que podría decirse que estos mismos rasgos propios, arcaizantes (como la d procedente de z sonora medieval) y meridionales llegan a compensar la falta de otros rasgos asturleoneses perdidos que se dan en otras hablas del diasistema asturleonés, y tomados en conjunto aportan a la personalidad lingüística diferenciada del altoextremeño y la configuran.

De hecho, la constatación de la existencia de un contínuum desde las hablas más castellanizadas del sur y el este a las más diferenciadas del castellano en el norte sobre un fondo similar de rasgos meridionales (no es completamente falso que las hablas extremeñas del sur posean notoriamente más rasgos fonéticos y morfosintáticos meridionales compartidos con las hablas andaluzas que las del norte, pero véase el apartado características), lo cual pone en relación unas hablas extremeñas con otras, hace que a menudo se reserve el glotónimo extremeño a secas para el altoextremeño, que es de hecho el más adoptado por los propios hablantes aparte del gentilicio de su propia localidad o comarca (hurzanu, serraillanu, mairoñeru, garrobillanu, portageru, montermoseñu...), incluso más que el de castúo (castú o castúu en altoextremeño), que también es empleado a veces con poca propiedad para referirse al altoextremeño. A este hecho se une el que habitualmente se reserve el gentilicio de una zona para el dialecto o lengua diferenciado (el glotónimo aragonés se reserva habitualmente para la lengua diferenciada y no para el castellano propio de Aragón –aunque se da el uso con ambas acepciones–, al igual que al hablar de vasco habitualmente se hace alusión al euskera y no al castellano hablado en Álava o la Comunidad Autónoma Vasca en general o al hablar de valenciano habitualmente nos referimos a la variante valenciana del catalán y no al castellano hablado en Orihuela o Cofrentes).

El bejarano es una mezcla entre el astur-leonés en su vertiente extremeña y el castellano. Sus hablantes se localizan mayoritariamente en Béjar, de aquí el término "bejarano", aunque era utilizado en la parte sur de la provincia de Salamanca, en la parte suroeste de la provincia de Ávila y la parte norte de la provincia de Cáceres (aunque actualmente ha desaparecido en la mayoría de los municipios que lo utilizaban).

Tanto el estremeñu, como su variante dialectal en Salamanca (habla del Rebollar), así como el sayagués, pertenecientes a la antigua Extremadura leonesa presentan en la ISO 639-3 su código internacional de tres letras "ext" (extremeño).

Haciendo alusión a aquellas tierras situadas en los extremos -frontera- teniendo presente su evolución etimológica en la Reconquista, la Extremadura occidental (la Estremadura leonesa), constituida como entidad territorial desde 1202 (Cortes de Benavente), con precedentes en el siglo XII, comprendiendo la actual Provincia de Salamanca, se fue expandiéndose hacia Badajoz con el avance de la Corona de León, siendo el asturleonés el dialecto histórico latino usado por los repobladores, que comenzaron con la repoblación de la actual zona altoextremeña alrededor del siglo XII. Aunque algunos lugares de la actual Extremadura como Trujillo, Plasencia, Medellín, Hervás o Los Ibores estaban englobados dentro del Reino de Castilla.

Tras la unión de los reinos de León y de Castilla en 1230, el castellano sustituyó poco a poco al latín como lengua oficial de las instituciones, relegando así al asturleonés como señal de pobreza e ignorancia de aquellos que lo hablaban. Sólo en Asturias era la gente consciente de hablar una lengua diferenciada del castellano. Pero incluso allí sólo algunos autores lo usaban en sus escritos.

El sayagués, habla sayaguesa o habla de Sayago, variedad local del leonés, lengua romance histórica del antiguo Reino de León, Asturias y Extremadura (hoy sobrevive en Asturias y algunas zonas de las provincias españolas de León, Zamora y Salamanca y del distrito portugués de Braganza).

Fue probablemente el influjo cultural de la prestigiosa Universidad de Salamanca la causa de la rápida castellanización de esta provincia, dividiéndose así el dominio asturleonés en dos desde bien temprano, el asturiano o asturleonés al norte y el extremeño al sur del antiguo reino de León. La expansión del castellano también se produjo desde el sur, con el crecimiento económico de la zona occidental de la provincia de Badajoz.

Sin embargo, la zona hablante de altoextremeño también incluye zonas que fueron conquistadas por el Reino de Castilla, como el Valle del Jerte, buena parte de la Tierra de Plasencia o Madroñera, incluyendo de hecho algunas de las zonas de habla altoextremeña mejor conservada, como Serradilla. Hay diversas hipótesis que podrían explicar este fenómeno, hablándose de la extensión de los rasgos leoneses hacia el este por medio de rutas de trashumancia, del efecto de segundas repoblaciones posteriores o del papel que pudieron tener en el origen de las hablas extremeñas el cántabro, que posee muchos rasgos en común con el extremeño y cuyo territorio estuvo dividido entre el reino de Castilla (Trasmiera, Valle del Pas...) y el de León (Liébana...) en la Edad Media.

En 1548, en el Libro de las grandezas y cosas memorables de España de Pedro de Medina, ya denomina Provincia de Estremadura a la región extremeña, constituida jurídicamente en 1653,[30]​ distribuido según un criterio regional, en el que el historiador Miguel Ángel Ladero Quesada (miembro de la Real Academia de la Historia) destaca: «el pleno reconocimiento de la actual Extremadura como realidad bien definida"» desde entonces, denominación que conservarían otros autores del Antiguo Régimen para la región,[31]​ con una conciencia clara de lo que es geográficamente Extremadura. Sin olvidar las continuas referencias a Extremadura, con sus características y peculiaridades, en obras de autores como Miguel de Cervantes (El retablo de las maravillas o El celoso extremeño). Además, El término Nueva Extremadura surgió durante la colonización española de América, y fue el nombre entregado a tres zonas geográficas en el continente americano, aportando palabras intrínsecas y propias de Extremadura, como asina o mesmo, entre otras muchas, que pueden reconocerse en determinadas zonas de Hispanoamérica.[32]

En el siglo XVI encontramos las primeras referencias escritas en estremeñu con Diego Sánchez de Badajoz. Diego Pérez de Mesa, en su obra las Adiciones (1595), ya distingue con precisos caracteres culturales a los extremeños. [33]

En el siglo XVIII, en la obra El instruido en la corte y aventuras del extremeño, aparecen construcciones y palabras extremeñas en boca de los personajes.

En el siglo XIX, el primer intento serio de escribir en extremeño, tras Vicente Barrantes, se debe al famoso poeta José María Gabriel y Galán. Nacido en Salamanca, vivió la mayor parte de su vida en el norte de Cáceres. Escribió en una variante local del extremeño, lleno de restos dialectales, pero siempre con un ojo puesto en el castellano y en la forma castellana de escribir, y escribiendo la mayoría de sus obras en castellano.

El filólogo estadounidense Aurelio Macedonio Espinosa (1907-2004), especialista en lingüística y folclore español, presentó y defendió su tesis doctoral: Arcaísmos dialectales. La conservación de «s» y «z» sonoras en Cáceres y Salamanca, que fue calificado por el jurado (entre quienes estaban Menéndez Pidal) como sobresaliente. Ésta es una de las principales obras filológicas del idioma estremeñu.[34]

En 1995 Pablo Gonzálvez González publicó "I Gramática del Extremeño".

Hay que tener presente que los territorios de Salamanca donde se hablan variedades dialectales semejantes, como el Habla del Rebollar, formaron parte de la Provincia de Extremadura.

Actualmente, el idioma experimenta un cierto repunte con la publicación de obras de carácter normativo como la Ortografía del extremeño[35]​ o el Diccionario de equivalencias castellano-estremeñu.[36]​ También es frecuente la cobertura de diversos eventos referentes a la realidad lingüística extremeña por parte de Canal Extremadura, donde el extremeño es reconocido como variante lingüística propia de la región. [37]​La presencia de la lengua en internet también ha aumentado durante los últimos años.

El alfabeto usado por el extremeño es el alfabeto latino, del que se emplean 25 letras: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, x, y, z.

En extremeño, además de las veinticinco letras arriba indicadas, existen seis dígrafos o combinaciones de dos letras, que se emplean para representar gráficamente los siguientes fonemas:

a) El dígrafo ch representa el fonema /ʧ/: chinchi, chonchu.

b) El dígrafo gu representa el fonema /g/ ante e, i: guerra, guisal.

c) El dígrafo ll representa el fonema /ʎ/ : lluvia, rollo.

d) El dígrafo qu representa el fonema /k/ ante e, i: queal, quintu.

e) El dígrafo rr representa el fonema /r/ en posición intervocálica: carru, perru.

f) El dígrafo ss representa el fonema /s/ en posición intervocálica: massa, passal.


Existió una organización en Extremadura que defiendía las variedades lingüísticas extremeñas: la Asociación para el Estudio y la Defensa del Patrimonio Lingüístico de Extremadura (Aplex), en particular a fala, el altoextremeño y el portugués, si bien también se interesa por la conservación de los rasgos peculiares del bajoextremeño y el resto de hablas dialectales de la región. Nicolás Valle Morea editó la revista electrónica en la variedad del altoextremeño Belsana. La revista titulada La Gurulla se escribe en la palra d'El Rebollal y existe también un noticiario electrónico, Iventia, escrito con una ortografía de autor, palra d'El Rebollal y en fala, otra variedad lingüística hablada en el enclave lingüístico de los tres pueblos de la Sierra de Gata; Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo. Además, un erudito local, Manuel Trinidad, lleva varios años recogiendo información sobre las hablas de Extremadura: la fala, el bajoextremeño y el portugués fronterizo (Olivenza y su entorno y Valencia de Alcántara y su entorno). Está incluida en la sección de Dialectología de la Biblioteca Virtual Extremeña (BVE).[38]

La página Hablas de Extremadura, elaborada por los profesores Sofía Serrano Trenado y Francisco López Blanco, con la colaboración del investigador José Antonio González Salgado, recoge grabaciones del modo de hablar de más de treinta localidades de toda Extremadura; ofrece además una interesante sección en la que podemos conocer la distribución geográfica de los rasgos lingüísticos de las hablas de Extremadura y escuchar las peculiares articulaciones que se dan en cada localidad. Ahí destacan por su relativa conservación de rasgos altoextremeños (pese a que el encuestador entrevista en castellano normativo) las grabaciones de Serradilla, especialmente las de "el Cristo" o "la Fuente Nueva", que incluyen ejemplos del uso de la palabra ḥazel (hacer) con la z sonora pronunciada como sonora interdental (de forma que sonaría algo así como *jadel). Se puede oír en la grabación la Fuente Nueva: "...Comu quandu entran unus alcaldis ḥazin una cosa, quandu entran otrus alcaldis puedin ḥazel otra, y lo que ḥazi el unu no le gusta al otru, pues daí está toítu eschangau..." (sic).

En 2011 se fundó el Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura (OSCEC) que tiene como objetivo avanzar en la regulación y normalización del idioma, reclamando a las administraciones la protección del estremeñu, del portugués rayano y de la fala de Xálima,[39]​ ya que la ONU identifica al extremeño como una lengua dentro de la lista negra por el peligro que corre de desaparecer, y solicita al Gobierno de Extremadura que sea reconocida en su Estatuto de Autonomía, de la misma forma que sí se reconoce el Fuero extremeño (el Fuero de Baylío) como el legado de las leyes propias históricas de Extremadura que todavía quedan vigentes.

Autores como Diego Sánchez de Badajoz en el siglo XVI (Farsas) ya entrecalaba el sayagués de las obras con palabras y frases propias extremeñas de la lengua común del pueblo, que no se dan en otros idiomas.

En el siglo XVIII, la obra de Clara Jara de Soto, El instruido en la corte y aventuras del extremeño, donde aparecen construcciones de palabras extremeñas en boca de los personajes.

En el siglo XIX aconteció el primer intento de escribir en estremeñu. El primer testimonio de este intento fue la obra Vicente Barrantes, Idilio de última hora (1875), donde se plasmaban palabras con la propia pronunciación del estremeñu.

Desde las obras de José María Gabriel y Galán (Extremeñas, 1902; La jurdana, 1904; entre otros) y Luis Chamizo (El miajón de los castúos, 1921; Extremadura, 1932; o el poema La Nacencia, 1921), el extremeño hablado tradicionalmente se ha plasmado en textos escritos, lo que ha configurado una literatura vernácula. La obra de Gabriel y Galán, El Cristu Benditu, fue la primera poesía escrita en estremeñu.

Cada vez son más los nuevos poetas y escritores que utilizan esta lengua como vehículo de cultura.[40]​ Actualmente, de la mano de filólogos e historiadores, como Antonio Viudas Camarasa o Ismael Carmona García, con sus artículos, diccionarios de equivalencias y gramática, se está difundiendo y poniendo en valor el estremeñu a través de diferentes proyectos del Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura, la Asociación para el Estudio y la Defensa del Patrimonio Lingüístico de Extremadura (Aplex), así como de la Universidad de Extremadura y la Real Academia Extremeña de las Letras y las Artes, en el que reivindica su protagonismo perdido como lengua y como referente cultural.[41][42]

En los días 24, 25, 26 y 27 de octubre de 2002, en la Casa de la Cultura de Cáceres se celebró el I Congresu al tentu el Estremeñu, un importante encuentro con más de 30 ponencias, que destacaron la importancia del estremeñu como elemento cultural que hay que proteger.[43]

El 4 de junio de 2011, el OSCEC celebró eI I Encuentru del Estremeñu i la su Coltura, celebrado en Botija. En ella se encuentran textos de diversos autores como: José María Alcón Olivera, Antonio Garrido Correas, Bienvenido Gutierro, José Benito Mateos Pascual, Juan Francisco Reina Raposo e Ismael Carmona García. Desde entonces se continúan organizando actos de esta índole.

La novela Requilorios (de Alcón Olivera), traducciones como El Principito, El Prencipinu (traducción de Antonio Garrido Correas), cuyo autor es Antoine de Saint-Exupèry, una de las muestras de su proyección en los últimos años.


Aniceto Garrido Retortillo (poeta), Mario Simón Arias-Camisón (escritor), Cruz Díaz Marcos (poeta), Fran Herrero Uceda (folclorista), José María Alcón Olivera (novelista), Miguel Herrero Uceda (escritor), Javier Feijoo (poeta), Ismael Carmona García|(filólogo), Mª Ángeles (esposa de J. Feijoo), Elisa Herrero Uceda (escritora), Antonio José Herrero (pintor e ilustrador) o Juan Francisco Reina (bloguero y activista cultural) son algunos de los autores en estremeñu o castúo en sus distintas variedades y con distintas ortografías.

Cuenta con un par de obras de teatro (de Juan García García y Vicente Corrales).

Territoriu de bandolerus (2013) es una película española dirigida por Néstor del Barco Rodrigo y José Ignacio Cobos y producida por Pilar Cobos y Eduardo Gómez de la asociación cultural El Duendi. Es la primera película realizada íntegramente en extremeño (dialecto serradillano). Narra la vida del bandolero El Cabrerín. Está basada en hechos reales acaecidos en el siglo XIX.

Premios concedidos a la película Territoriu de bandolerus:

Recientemente se han llegado a subtitular algunos capítulos de la afamada serie "Juego de Tronos" en estremeñu.

Desde hace muchos años la lengua ha presentado una clara diglosia en favor del castellano, que también está presente en la misma extensión geográfica, lo que ha ido provocado dos efectos clásicos.

1. Un trasvase de hablantes del extremeño al castellano.

2. Que el extremeño haya quedado restringido a círculos sociales pequeños y principalmente a entornos muy rurales, con un vocabulario también reducido a estos entornos.

Actualmente cuenta con su propia Wikipedia.[46]

La Billota Literária era un blog creado pol Ismael Carmona en febrero de 2008 con el propósito de mostrar textos e interacciones tocando el mundo de la literatura en estremeñu o de alguna variedad dialectal en la región. Antes, en enero de 2005, creó Cúyu pan esgarras? (en sus inicios Cúyu pan eharras?).

En 2016 nace la web Palra estremeñu! de la mano de Juan Francisco Reina Raposo, rebautizada en 2020 como enestremenu.com. La página está dedicada al estudio, difusión y aprendizaje del idioma.[47]

Belsana (2001) fue una importante revista de internet, siendo la primera publicación digital con palabras en estremeñu, y estaba escrita prácticamente en su totalidad en altoextremeño (artuestremeñu), tanto las noticias como los artículos científicos.

Algunas obras de referencia están disponibles en la sección de Dialectología de la Bibliiteca Virtual Extremeña (BVE) [3]. Es necesario registrarse gratis para la consulta de dichas obras en esta dirección: [4].




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