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Fernando de Portugal, señor de Eza



Fernando de Portugal o bien Fernando de Eça el Viejo o Fernando d'Eça o Velho (¿San Felices de los Gallegos? del reino de León, Corona de Castilla, e/ enero y julio de 1378 - Villa de Eza del reino de Galicia, Corona castellana, ca. 1460) era un noble luso-castellano que por el matrimonio secreto de sus padres portugueses de ascendencia real nació en el vecino reino castellano-leonés para luego retornar a Portugal y en donde tuvo que sufrir las cruentas guerras sucesorias de ambos reinos en el contexto de la crisis de los siglos XIV y XV, la cual se había iniciado con la terrible pandemia euroasiática de peste negra.

A su corta edad y con un padre infante, debido a las intrigas cortesanas en la ciudad portuguesa de Coímbra para quitarlos como posibles sucesores al trono lusitano, este había sido instigado y engañado por sus propios cuñados que lo llevaron a perpetrar el asesinato pasional de su esposa María Téllez de Meneses, la madre de Fernando que entonces solo tenía un año de edad, por lo que debió exiliarse con su progenitor al vecino reino en 1380, en donde el rey Juan I de Castilla —un pariente lejano— le adjudicó al infante lusitano señoríos y títulos nobiliarios.

Era el hijo primogénito del infante exiliado Juan de Portugal, I duque de Valencia de Campos, y de su primera esposa ya citada, primo materno de la ilegitimada princesa lusitana Beatriz de Portugal que fue reina consorte de Castilla desde 1383 a 1390 y pretendiente al trono portugués de 1383 a 1385.

Al ser un hijo natural, ilegitimado o desheredado por su progenitor en 1397[cita requerida], no heredó el título de duque y Fernando fue beneficiado por una donación vitalicia de su primo el conde Fadrique Enríquez de Castilla, posterior duque de Arjona, por lo que se convirtió en el primer señor de Eza hacia 1404, el cual conformaba al «País de Deza» en el centro del territorio gallego.

Además era sobrino paterno del homónimo rey Fernando I y materno de su esposa consorte Leonor Téllez de Meneses que originó intrigas cortesanas en detrimento de su hermana, también del electo rey sucesor Juan I de Portugal de la nueva dinastía de Avís, nieto materno de Martín Alfonso Téllez de Meneses —ejecutado por orden del monarca Pedro I de Castilla que a su vez era un tío tercero de Fernando de Eça el Viejo, por ser primo segundo de su padre— además de ser nieto paterno del soberano Pedro I de Portugal y de su mujer Inés de Castro —también mandada a asesinar por su suegro Alfonso IV de Portugal, el bisabuelo paterno de Fernando— y por ende, chozno paterno por vía femenina del rey Sancho IV de Castilla y descendiente del monarca Alfonso IX de León, además de ser descendiente materno por vía masculina de Sancho I de Portugal y de su amante María Paes de Ribeira la Ribeiriña.

Fernando de Portugal[a]​ había nacido entre enero y julio de 1378[7][b]​ en alguna parte de la Corona castellana, muy probablemente en la fronteriza villa de San Felices de los Gallegos,[9]​ aunque su familia perteneciera a la nobleza portuguesa de ascendencia real, siendo hijo del infante Juan de Portugal, I señor de Valencia de Campos desde 1381 y I duque desde 1387, II señor de Alba de Tormes desde 1385 y único señor de Manzanares el Real de su linaje desde 1381 hasta 1383, y de su esposa y pariente lejana la infanzona María Téllez de Meneses.[7][8]

Antes de nacer, cuando había fallecido en 1367 su abuelo paterno el rey Pedro I de Portugal, viudo desde 1355 de su mujer y sobrina segunda Inés de Castro, que había sido declarada reina consorte a título póstumo en 1357, asumiría al trono portugués el príncipe homónimo y tío paterno Fernando de Portugal y Castilla, un hijo de la reina consorte Constanza Manuel de Villena y medio hermano del infante Juan de Portugal y Castro.[8][10]

La abuela paterna del joven fidalgo real Fernando de Portugal y Meneses, la ya citada Inés, fue mandada a asesinar en el Palacio Real de Coímbra por su suegro el entonces rey portugués Alfonso IV, por el solo hecho de ser una hija del influyente ricohombre gallego Pedro Fernández de Castro el de la Guerra y de su amante Aldonza Lorenzo de Valladares, además de haber sido nieta de Fernando Rodríguez de Castro y de su esposa Violeta Sánchez de Castilla, bisnieta paterna por la vía femenina del soberano Sancho IV de Castilla y de su amante María Alfonso Téllez de Meneses, y trastataranieta paterna por la vía masculina del monarca Alfonso IX de León y de su manceba la noble portuguesa Aldonza Martínez de Silva.[6]

El joven Fernando de Portugal además era nieto materno de Martín Alfonso Téllez de Meneses —un primo tercero del citado Pedro Fernández de Castro el de la Guerra, primo cuarto de la noble manceba real castellana Leonor de Guzmán, tataranieto de Alfonso Téllez de Meneses el Viejo y de su segunda esposa Teresa Sánchez de Portugal, y por ende, chozno del monarca Sancho I de Portugal y de María Paes de Ribeira la Ribeiriña, que era la amante— y de su única esposa Aldonza Anes de Vasconcelos, y bisnieto materno por la vía femenina de Juan Méndez de Vasconcelos y de su cónyuge Aldara Alfonso Alcoforado.[5][6][11][12]

Dicho abuelo materno de Fernando había sido asesinado en el Alcázar de Toro en 1356 por orden del rey Pedro I, al ser el mayordomo mayor de su madre viuda María de Portugal (f. Évora, 1357) que se había rebelado ante su propio hijo en 1354 y había sido reina consorte de 1328 a 1350 por el matrimonio con su primo Alfonso XI de Castilla el Justiciero que había fallecido de peste negra producto de una pandemia euroasiática durante el sitio de Gibraltar —quienes eran respectivamente por vía paterna, la tía abuela y el tío abuelo segundo de Fernando de Portugal— y la cual, siendo regente de su hijo Pedro menor de edad y enfermo, había ejecutado por venganza en 1351 en el alcázar de Talavera de la Reina a la ya citada Leonor, por haber sido amante de su difunto marido y por haber promovido el casamiento de su hijo el conde Enrique de Trastámara con Juana Manuel de Villena.[11]

A los dos años del reinado de Fernando I de Portugal y a causa de la muerte en 1369 de su primo segundo materno y vecino rey Pedro I de Castilla el Cruel o el Justiciero a manos de su medio hermano paterno el conde Enrique, tras la batalla de Montiel de la primera guerra civil del reino y lo cual marcó el fin de la dinastía de Borgoña, hizo que el soberano lusitano provocara las desastrosas tres guerras fernandinas a la Corona castellana.

De esta manera, Fernando I apoyó el legitimismo dinástico frente a la usurpación del monarca bastardo Enrique II el de las Mercedes o el Fratricida de la nueva dinastía de Trastámara,[13]​ por lo que en dicho año la nobleza gallega, liderada por el noble Juan Fernández de Andeiro que se resistía a reconocer a la nueva dinastía castellana, proclamó al soberano portugués como rey de Galicia, aunque solo se hizo efectivo por tres meses.[14]

El gemelo del nuevo monarca castellano Enrique II, el maestre santiaguista Fadrique Alfonso de Castilla, señor de Haro desde cerca de 1334 hasta 1342 y adelantado mayor de Andalucía desde 1348 hasta 1350, había sido asesinado en el Real Alcázar de Sevilla en 1358 junto a su antiguo escudero y caballerizo mayor Sancho Ruiz de Villegas el Portín, merino de Asturias de Santillana desde 1351 hasta su deceso, por orden del medio hermano de aquellos gemelos, el predecesor monarca Pedro I quien en el mismo alcázar en 1350 había tenido encarcelada a la amante de su padre, quien fuera la madre de los hermanastros citados llamada Leonor de Guzmán, para ser ejecutada en otro lugar por la vengativa viuda dolida al año siguiente.[13]

Además el rey Pedro I —que también era primo segundo materno del infante Juan y por lo tanto sería el tío tercero de su único hijo varón Fernando de Eça— había mandado a asesinar en el real alcázar de Carmona a los otros dos hermanos bastardos adolescentes Juan y Pedro Alfonso de Castilla en 1359.

También había intentado hacerlo con el otro medio hermano Tello de Castilla, I señor de Aguilar de Campóo, de Castañeda y de Vizcaya —este último como consorte y luego como titular desde 1366 hasta el fallecimiento en 1370— aunque solo pudo lograrlo en Medina del Campo en 1355 con su mayordomo mayor desde 1337 y fiel aliado el adelantado mayor castellano Pedro Ruiz II de Villegas, I señor de Moñux, de Caracena, IV señor de Villegas y otros feudos,[11]​ que había sido asignado desde 1348 como mayordomo mayor de Nuño de Lara y Haro, II señor de Vizcaya y de Lara, y además había sido señor consorte de los Nueve Valles desde 1350 hasta 1351 por venderlo con su mujer, la señora feudal titular Teresa González de la Vega, a su tío que también sería ejecutado.

Posteriormente Pedro I el Cruel había continuado con la persecución de su cuñada por ser la esposa de Tello desde 1353 que ya había cumplido la mayoría de edad llamada Juana de Lara, III señora de Vizcaya y de Lara desde 1352 —por fallecimiento de su pequeño hermano predecesor Nuño de Lara y Haro de tan solo cuatro años de edad, consecuente a la persecución de su concuñado, el ya citado monarca— hasta que fuera hecha prisionera en 1358 y ejecutada en 1359, sin dejar descendientes.[11]

Entre otros aliados del conde Enrique de Trastámara,[c]​ también había ajusticiado en Castro del Río a Gonzalo Ruiz de la Vega, I señor de los Nueve Valles desde 1340 hasta su asesinato en 1350, al igual que a su hermano el adelantado mayor castellano Garcilaso II de la Vega, III señor feudal por compra a su sobrina heredera y que había sido ejecutado en el mismo año de 1351 en la ciudad de Burgos. Había dado la misma orden el monarca con su primo tercero paterno-materno Juan de la Cerda,[11]​ II señor del Puerto de Santa María hacia 1342 y III señor de Gibraleón desde 1347, que fue ejecutado en la Torre del Oro de Sevilla en 1357.

Además a consecuencia de la guerra de los Dos Pedros desde 1356, Pedro I de Castilla había mandado a ejecutar a su primo el infante Juan de Aragón en 1358, a su esposa Isabel de Lara —la hermana y sucesora de Juana— que aunque de manera nominal, por estar encerrada por orden del rey, era IV señora de Vizcaya y de Lara desde 1359 hasta su asesinato en 1361, y también a la tía que era la reina consorte aragonesa Leonor de Castilla en 1359.

Los tíos maternos del joven Fernando de Portugal eran entre otros Juan Alfonso Tello, VI conde de Barcelos, y su hermana la reina consorte portuguesa Leonor Téllez de Meneses, la cual había pasado a la Corte gracias a que su hermana María era dama de compañía de la infanta Beatriz de Portugal y Castro, y posteriormente, se había casado en secreto en la segunda mitad de 1371 con el rey Fernando I, medio hermano paterno del infante Juan, y que en enero del año siguiente lo oficializaron rompiendo así el tratado de Alcoutim con el nuevo monarca castellano Enrique II, y que una vez viuda, junto a su amante el conde gallego Juan Fernández de Andeiro, sería la posterior regente del reino de 1383 a 1384.[8][15]

Su tío paterno Dionisio de Portugal, señor de Cifuentes desde 1381, no quiso reconocer a Leonor como la reina consorte, que junto a su hermano entero el infante Juan de Portugal, debido al temor de su medio hermano el rey lusitano de que quisieran destronarlo, y sumado a algunas otras desavenencias, fueron dos de los numerosos nobles y miembros de la realeza portuguesa que se exiliaron en la Corona castellana, y una vez allí a finales de 1371, el soberano Enrique II de Castilla los protegió y le concedió al infante Juan varias rentas en 1372 y con Dionisio en el mismo año invadió victoriosamente Portugal, para regresar al reino vecino en donde decidiría quedarse.[16][1]

De esta forma el infante Juan se unió en un primer matrimonio en secreto en Portugal entre abril y octubre de 1377 con la infanzona viuda María Téllez de Meneses, que era dama de su sobrina la princesa Beatriz, y quien entre enero y julio del año siguiente concibió en alguna parte de la Corona castellana a Fernando de Portugal, muy probablemente en la fronteriza villa de San Felices de los Gallegos, y de manera también encubierta.[4][5][7][8][17]

Al haberse enterado la reina consorte Leonor del casamiento secreto de su hermana María, creó un plan en complicidad con su hermano el conde Juan Alfonso Tello, para engañar e incitar al infante Juan para que se casase con su sobrina Beatriz de Portugal y Meneses, hija del rey Fernando I con Leonor, y por lo tanto la legítima heredera al trono portugués, y de esta manera evitar así que se matrimoniara con un rey castellano que promoviese la unión dinástica.[18][19]

Como la reina consorte veía en su hermana casada con un infante portugués a la futura consorte del reino, sembró intrigas en la Corte portuguesa, ya que le hacía peligrar el mando y pudiera así quedar fuera del imperio —y realmente quien tenía un amante era ella misma, por su amorío con el ya citado Juan Fernández de Andeiro que lo hizo nombrar conde de Ourém— y por dicha blasfemia el infante Juan creyó haber confirmado que su primera esposa María Téllez de Meneses le había sido infiel, antes de octubre de 1378, o sea entre los meses de agosto y septiembre.[20][21][22][7]

Su padre el infante irrumpió violentamente en el palacio ubicado en la calle Sub-Ripas de la ciudad de Coímbra y al clavarle una daga en el pecho asesinó por un ataque de celos pasionales a su cónyuge María Teles de Menezes en su recámara del segundo piso el 28 de noviembre de 1379.[18][23][24][d]

Por dicha aberración producto de un engaño de los tíos maternos del niño Fernando de Portugal, que entonces tenía tan solo un año de edad y que estaba con la dama de compañía y un par de camareras en la habitación contigua,[7][28]​ el infante Juan huyó de la ciudad y fue perseguido por su otro cuñado Gonzalo Téllez de Meneses, conde de Neiva y señor de Faria, y varios parientes más de María, por lo que aquel cabalgó hasta Sampaio.[9][19][29]

De allí regresó a la Corte portuguesa para conseguir el perdón de los reyes y cumplir con lo pactado de casarse con la princesa Beatriz, pero al no recibirlo y enterarse de los verdaderos planes de casarla con un infante del vecino reino, e inclusive si enviudara con el mismo rey Juan I de Castilla que fuera primo hermano de Fernando I de Portugal —ambos eran nietos maternos de Don Juan Manuel, príncipe de Villena— como así finalmente ocurriría.[30]

Por dicha causa el infante Juan, a pesar de que el rey portugués lo dejara fuera del testamento el año anterior como al resto de sus hermanos, finalmente consiguió el perdón real y se dirigió hacia el norte para afincarse solitariamente y con gran arrepentimiento de lo ocurrido en alguna parte de la región de Entre Douro e Minho.[9]

Poco tiempo después el fidalgo Fernando con dos años de edad pasó con su padre nuevamente a la Corona castellana en octubre de 1380, y se radicaron en la localidad de San Felices de los Gallegos, en donde la exiliada tía paterna Beatriz de Portugal y Castro, viuda desde 1374, residía allí desde entonces con su pequeña hija Leonor que había heredado de su padre el señorío de dicha villa, y los estaba esperando.[31][32][9]

Esta tía materna de Fernando de Portugal —que se había casado en 1373 con el infante Sancho de Castilla, I conde de Alburquerque, I señor de San Felices y VI señor de Ledesma— intermedió para que su sobrino el rey castellano Juan I le donara al infante Juan los señoríos de Valencia de Campos[33]​ y de Manzanares el Real, aunque este último lo perdiera el 14 de octubre de 1383, a favor de Pedro González de Mendoza, I señor de Almazán, VI señor de Mendívil, de Mártioda, de Hita y Buitrago, y además IX señor de Mendoza.[27][34]

En dicho año el infante estuvo preso en el alcázar de Toledo y luego en el castillo de Almonacid por orden del citado rey Juan I, ya que era uno de sus rivales para el trono lusitano, aunque el infante siguiera cooperando con este soberano, y finalmente el monarca castellano ya viudo contrajo un segundo enlace con la heredera al trono Beatriz de Portugal y Meneses.[27][34]

Después del fallecimiento de Fernando I que siguió con la regencia de Leonor, apoyada por su amante Andeiro, provocó una crisis sucesoria portuguesa que convocó Cortes en Coímbra para marzo de este último año, adonde Beatriz fue declarada ilegítima debido a que se consideró inválido el matrimonio de sus padres, lo que marcó el fin de la Casa de Borgoña y el surgimiento del primer rey electo portugués Juan I de Portugal de la nueva dinastía de Avís, medio hermano paterno del difunto Fernando I y del infante Juan, por lo cual era tío paterno del joven Fernando de Portugal.[25]

Luego de la derrota castellana en la batalla de Aljubarrota el 14 de agosto de 1385, se liberó de la prisión al padre de Fernando que tenía unos siete años de edad, y en compensación al apoyo militar que le dio en la frontera luso-andaluza estando preso y por la pérdida de Manzanares el Real, el soberano Juan I de Castilla le entregó al infante Juan el 15 de diciembre del mismo año el señorío de Alba de Tormes —el cual había sido donado por el mismo rey al infante Dionisio en 1381,[35]​ además de Cifuentes y Escalona, pero también expropiado y preso en 1383— de esta manera, hacia el mismo año en alguna parte de Castilla volvió a casarse en segundas nupcias con la infanta viuda Constanza Enríquez media hermana del soberano citado e hija natural legitimada de Enrique II de Castilla.[36][8][37]

El joven Fernando de Portugal, por lo tanto, se había criado con su tía paterna viuda Beatriz de Portugal y Castro y su pequeña hija Leonor en la ya citada villa fronteriza de San Felices de los Gallegos,[9]​ en donde esta última siendo bebé ya era la II señora feudal desde 1374, bajo la regencia de su madre, luego de fallecer esta última en 1381 fueron cuidados ambos por su tío el infante Juan hasta 1383, año en que este fue apresado por el rey, después por la tía segunda paterna Isabel de Castro —madre del entonces conde Fadrique con quien Fernando entablaría una estrecha relación— hasta cerca de 1389, fecha en que Leonor alcanzó la mayoría de edad y cambió el señorío de San Felices por otro.[38]

Posteriormente Fernando seguiría con la tía antedicha o tal vez con la madrastra en el castillo de Valencia de Don Juan y/o con algún otro pariente hasta su mayoría de edad, para luego pasar a residir en el territorio gallego de la Corona castellana hacia 1404, cuando su madrastra falleciera y las dos media hermanas repartiesen, como ya se citará, la herencia paterna.[36]

El 22 de diciembre de 1387 el rey Juan I de Castilla había nombrado al infante Juan de Portugal como I duque de Valencia de Campos,[40][39][41]​ y fue cuando había iniciado la construcción de su castillo en el señorío homónimo del reino de León, que conformaba con otros a la Corona castellana, pero la condición para que fuera heredable era que tuviese descendencia masculina legítima, de lo contrario se perdería.[42]

Una vez que su padre el duque falleció en la ciudad de Salamanca hacia 1396,[42][e]​ la villa pasó a llamarse en su honor Valencia de Don Juan,[2][39]​ cuyo título curiosamente revirtió a la Corona de Castilla —por lo que se duda si Fernando era hijo legítimo,[1][6][5]​ hijo desheredado o un hijo ilegitimado, como su prima la infanta Beatriz de Portugal y Meneses, o simplemente un hijo natural,[42][38]​ ya que no logró convertirse en duque— y el señorío de Valencia de Don Juan pasó a la media hermana María de Portugal, cuyo marido Martín Vázquez de Acuña, quien había defendido la candidatura del infante en la Corte de Coímbra, pasaría a ser el I conde de Valencia de Don Juan desde 1397.[36][39]

Su otra media hermana Beatriz de Portugal y Castilla heredó el señorío de Alba de Tormes y se casó con Pero Niño, I conde de Buelna, pero recién se repartirían la herencia ambas hermanas en el año 1404, poco después de que probablemente falleciera su madre.[36]

Su primo segundo paterno Fadrique Enríquez de Castilla, I duque de Arjona desde 1423 y V conde de Lemos, Trastámara y Sarria en su minoría de edad desde 1400 —en el cual estaba incluido el antiguo señorío de Deza y Trasdeza, específicamente en el de Lemos— que alcanzó la mayoría de edad en 1404, era hijo de la ya citada Isabel y de su marido el conde Pedro Enríquez de Castilla, por lo que Fernando de Portugal y Fadrique Enríquez eran bisnietos, paterno por la vía femenina el primero y materno por la vía masculina el segundo, de Pedro Fernández de Castro el de la Guerra, señor de Lemos.[43][44][45][46]

Por dicha razón de parentesco y por mantener una estrecha relación entre ambos,[38]​ el duque Fadrique le donó de forma vitalicia a Fernando de Portugal en la comarca del Deza solo la villa homónima, la cual fue renombrada de manera feudal para diferenciarlo del antiguo condado del mismo nombre como señorío de Eza, y en portugués como senhorio d'Eça que daría origen a un nuevo apellido toponímico.[43][47][40][f]

Cuando en la Corte castellana en 1425 el duque Fadrique cambió al bando de los infantes de Aragón que eran hijos de la ya citada Leonor y nietos maternos de Beatriz de Portugal y Castro, en detrimento del condestable Álvaro de Luna, este último al recuperar el control en 1428 eliminó de la escena política a los infantes y a sus partidarios, y en el año 1429 Juan II de Castilla ​le confiscó a Fadrique Enríquez de Castilla todos sus bienes y títulos nobiliarios y lo encarceló en el castillo de Peñafiel[45]​ hasta que falleció al año siguiente con tan solo unos 42 años de edad, y adonde fue acompañado por su primo Fernando de Eça para luego retornar tristemente a Galicia en 1430.[38]

A partir de los setenta y cuatro años de edad, o sea desde el año 1452, recibió de la Contaduría Mayor de Hacienda de Castilla una merced anual de 25 mil maravedíes, excepto en el año 1454 que donó a su hija legítima Isabel de Eça unos 6 mil, y en 1458 renunció a una parte de la misma a favor de Pedro Girón, maestre de la Orden de Calatrava.[38]

Hacia el final de su vida, arrepintiéndose de su estilo lujurioso, lució los hábitos franciscanos e hizo debidas demostraciones de cristiandad y penitencias. A los hijos que le sobrevivieron y estuvieron en los últimos días con él, les dio su bendición, les dijo que fuesen a servir a su rey que era el de Portugal y les pidió ser enterrado con la vestimenta franciscana.[49]

La cuerda atada de los franciscanos la hizo colocar en su escudo familiar que sería ostentado por sus descendientes:[49]

Fernando de Portugal, señor de Eça, finalmente falleció hacia el año 1460 en la Villa de Eza del «País de Deza», ubicado entre el río homónimo y el Arnego en el centro del reino de Galicia, que a su vez formaba parte de la Corona castellana.[49]

Después de su fallecimiento, el señorío de Eza se incorporó a la Corona de Castilla, que ya había expropiado al exduque Fadrique de todos los que poseía, menos el de marras, el cual se le había respetado como señorío vitalicio a Fernando de Portugal.[49]

Su hija la abadesa Catalina de Eça[26][38]​ promovió el traslado de los restos de su padre al Reino de Portugal,[26][38]​ para darle sepultura el 25 de enero[26]​ de 1479[26][38]​ en la capilla mayor del convento del Espíritu Santo de la Orden de San Francisco, en la ciudad de Gouveia. El sepulcro contiene el blasón familiar con las quinas de su nación y un epitafio en portugués:[26]

El señor feudal Fernando de Portugal, luego de varios amoríos, presuntos matrimonios poligámicos e hijos naturales de varias mujeres de nombres desconocidos, que se llegó a decir que eran unos cuarenta y dos,[43][50]​ y muchos de ellos que no le sobrevivieron,[43][50]​ lo más probable es que se casó tres veces y tuvo en total poco más de quince hijos. De todos estos amoríos y presuntos matrimonios hubo varios hijos de los cuales se sabe quiénes eran hermanos enteros pero no así los nombres de sus respectivas madres ni cuál es el orden de nacimiento de cada uno.[51]

Las presuntas dos primeras esposas poco documentadas, algunas amantes y la última esposa con sus respectivos hijos concebidos de Fernando de Portugal fueron los siguientes:



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