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Fuerza Aérea Colombiana



La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) es una de las tres instituciones de las Fuerzas Militares de Colombia, encargada de acuerdo a la Constitución de 1991 de la labor de ejercer y mantener el dominio del espacio aéreo colombiano para defender la soberanía, integridad territorial y el orden constitucional. Es una de las fuerzas aéreas latinoamericanas más grandes y de mayor actividad debido a su importante rol en la lucha contra el narcoterrorismo. Para el 2019, cuenta con aproximadamente 13 650 efectivos,[1]​ es la más entrenada y con mayor experiencia actual en el continente Americano sólo por detrás de la fuerza aérea de los Estados Unidos.[2][3]

Es la única fuerza aérea a nivel mundial que tiene acreditados sus procesos con los estándares ISO 9001 y NTCGP 1000. La ISO 9001 corresponde al sistema de gestión de la calidad con la norma internacional. El segundo certificado, el NTCGP 1000, corresponde a la norma técnica de calidad de la gestión pública, como fruto de la Ley 872 de 2003, que exige a todas las entidades públicas implementar el sistema de gestión de calidad antes de diciembre de 2008.[4]

La FAC tiene la distinción de haberse empleado en misiones de observación y combates aéreos desde la guerra colombo-peruana de 1932. La Fuerza Aérea Colombiana también sirvió con distinción durante la Segunda Guerra Mundial en las islas de San Andrés.[5]​ En el marco del conflicto armado interno, ningún gobierno electo fue destituido por la fuerza, pues la FAC contribuyó a sofocar múltiples rebeliones de origen terrorista, militar y político.

Luego de observar el uso de la aviación bélica en la Primera Guerra Mundial y de adelantarse investigaciones en Europa por una comisión de militares de la época, se expidió por parte del congreso, exhortado por el presidente Marco Fidel Suárez, la ley 126 de 1919 que dio origen a la Aviación del Ejército.

El 18 de junio de 1919, la ciudad de Barranquilla presenció el primer vuelo de un avión en Colombia, suceso histórico protagonizado por el estadounidense William Knox Martin; este evento, que conmocionó a la nación entera, fue la nueva chispa que encendió de nuevo los anhelos colombianos de contar con aviación.[6]

El Congreso Nacional estudiaba la creación de la Quinta Arma del Ejército: era la "Aviación Militar". Se buscaba que Colombia no se quedara rezagada respecto a los países más desarrollados que ya contaban con avanzadas ramas de aviación militar. Fue así como el 31 de diciembre de ese mismo año, se expidió la ley 126 sobre el particular dándole las correspondientes atribuciones y facultades al gobierno. Esta Ley fue inmediatamente sancionada por el entonces Presidente de la República, Marco Fidel Suárez, con la firma del Ministro de Guerra, Jorge Roa.[6]

La aviación colombiana nació gracias a las inquietudes del pamplonés Camilo Daza. Fue así como el día 7 de septiembre de 1916, al impulso del Club Colombiano de Aviación, convertido en un positivo "grupo de presión", el Congreso Nacional expidió la novísima Ley 15 de 1916, por la cual se disponía el envío a Europa de una comisión de militares, para enterarse de los avances bélicos, pero principalmente de la aviación. Al sancionar esta primera Ley Aérea, el presidente de la República José Vicente Concha, exclamó: "Está muy cercano el día en que Colombia tenga su propia aviación".

Conocidas las experiencias de la Primera Guerra Mundial sobre el empleo de la aviación como arma de combate, una vez superados los problemas económicos, el Congreso colombiano, exhortado por el presidente Marco Fidel Suárez, demostró la necesidad de que las instituciones militares fortalecieran sus capacidades, introduciendo definitivamente en su organización las unidades aéreas. De esta manera, se originó la aviación militar en Colombia y se sancionó el 31 de diciembre la Ley 126 de 1919, la cual creó la Aviación Militar Colombiana como quinta arma del Ejército Nacional.[7]

En Europa la aviación tomó importancia a partir del desarrollo acelerado que tuvo durante la Primera Guerra Mundial. En Colombia, la aviación surgió gracias al entusiasmo de un grupo de jóvenes aficionados que vislumbraron en el avión múltiples posibilidades de desarrollo en beneficio de la nación. Así lo entendió también el presidente Marco Fidel Suárez, ya que el "Arma de Aviación del Ejército", mediante la expedición de la Ley 126 del 31 de diciembre de 1919.

Con el fin de garantizar el desarrollo de la aviación en Colombia, el presidente Marco Fidel Suárez gestionó con su homólogo francés, Alexandre Millerand, el envío al país de una misión militar aérea y la adquisición de las primeras aeronaves militares. Francia tenía por aquella época muchos pilotos militares veteranos, sobrevivientes de la Primera Guerra Mundial, y una floreciente industria aeronáutica.[8]

En la década de 1920, existían grandes diferencias entre la aviación comercial nacional, que entonces era la más avanzada de América del Sur, y la aviación militar, que apenas contaba con unos pocos aviones de escuela. Empeoró, cuando comenzó el conflicto con el Perú, en 1932, la aerolínea SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos) prestó al gobierno de Colombia sus aeródromos y equipos, y sirvió de escuela a los pilotos en la operación de los hidroaviones, botes volantes, anfibios Sikorsky y otras máquinas de las que disponía.[9]

El 1 de septiembre de 1932 un grupo de 48 civiles peruanos, al mando del Alférez del ejército peruano (en situación militar de retiro) Juan Francisco La Rosa Guevara, ingresó a Leticia capturando a las autoridades y guarnición colombiana allí destacada, siendo expulsados hacia la frontera brasilera. En la zona fronteriza selvática había sido altamente impopular el tratado de límites y navegación Salomón-Lozano, firmado por el presidente peruano Augusto B. Leguía en 1922. En el devenir de los hechos, el nuevo presidente del Perú, general Luis Miguel Sánchez Cerro, decidió apoyar el hecho, situación que evolucionó en una doble declaratoria de guerra.[10]

Para la época, la Aviación del Ejército contaba con 16 aviones: tres Curtiss FledglingJ-2 de entrenamiento, ocho Wild X de observación y ataque, cuatro Curtiss-Wright CW-14 Osprey de entrenamiento y un Curtiss Falcon O-1 de combate que volaban desde la única Base Aérea con que se contaba, la de Madrid, sede de la escuela militar de aviación. Por el contrario, la aviación peruana estaba mejor dispuesta y contaba con muchos más pilotos y aviones que la colombiana. Poseía bases aéreas en el nororiente de su territorio ubicadas en Puca, Barranca y Pantoja, sobre el río Napo, en Itaya, cerca de Iquitos y en la misma Leticia recién ocupada; disponía de dos escuadrones de entrenamiento, uno de reconocimiento, uno de enlace, uno de transporte, uno aeronaval y seis de combate.[9]

La acción más importante se llevó a cabo en Güepí, guarnición peruana sobre la orilla derecha del río Putumayo, el 26 de marzo de 1933. La Aviación Militar hizo presencia en la zona con 11 aviones de ataque, seis Hawk II F-11, tres Wild X y dos Osprey C-14 de caza y bombardeo. El combate fue muy intenso; la aviación por espacio de ocho horas consecutivas estuvo hostigando y ablandando las posiciones enemigas, para que las fuerzas terrestres y fluviales pudieran cruzar el río y ocuparlas. El 16 de abril del mismo año, se registró otro enfrentamiento en la margen izquierda del río Putumayo, en Puerto Calderón. El último enfrentamiento tuvo como escenario el río Algodón. Durante los nueve meses del enfrentamiento armado, la aviación militar colombiana perdió cuatro pilotos y cuatro mecánicos, tres colombianos y un alemán en cada caso; en 4 accidentes por fallas mecánicas perdiendo cuatro aviones: un Falcon O-1, un Osprey C-14, un Junkers F-13 y un Hawk II F-11. El Cuerpo de Aviación del Perú perdió 3 aviones derribados además de un Douglas O-38P accidentado y capturado por el ejército colombiano y que la Aviación Militar Colombiana puso en condiciones de vuelo para exhibición como trofeo de guerra antes de ser devuelto al Perú.

En plena Segunda Guerra Mundial tuvo lugar la ruptura diplomática entre Colombia y los Países del Eje (Alemania, Italia y Japón), el 18 de diciembre de 1941, cuando el presidente Eduardo Santos tomó la decisión a raíz del ataque japonés a las bases militares, navales y aéreas de Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawái. A partir de entonces, el gobierno colombiano implantó medidas especiales para limitar y contrarrestar la acción militar del Eje en áreas de la jurisdicción nacional.[5]​ Sin embargo, el 23 de junio de 1942 un submarino alemán atacó y hundió la goleta colombiana "Resolute", 50 millas al noroeste de la isla de San Andrés. Esta misma goleta había rescatado días antes a cinco oficiales y 23 marinos de la Armada Real Británica sobrevivientes de un hundimiento ocurrido 200 millas al norte de Cartagena.[5][11]

A raíz de estos hechos, el gobierno tomó la decisión de patrullar y vigilar la Costa Caribe colombiana. La Base Aérea de Palanquero dispuso para ello el desplazamiento a Barranquilla de uno de sus Escuadrones de Combate, denominado Escuadrón de Reconocimiento y Combate, formado por aviones Falcon F-8. En 1943, los Falcon fueron relevados de la misión y reemplazados por los Texan AT-6. Este Escuadrón estuvo activo hasta 1945, cuando los AT-6 fueron trasladados nuevamente a Palanquero.[11]

El 10 de diciembre de 1920 la Quinta Arma del Ejército pasa a ser parte del Ministerio de Guerra como Sección de Aviación Militar. Mediante el Decreto No. 2065 de 1932 y a raíz del conflicto amazónico, esta Sección se constituyó en el Departamento 8 del Ministerio de Guerra, denominándose División General de Aviación Militar Nacional. Las necesidades nacionales y la experiencia obtenida en el campo aéreo a raíz de la Segunda Guerra Mundial, llevaron a la reestructuración de la aviación militar en Colombia.[5]

En 1947, se crea el aeródromo nacional de Apiay, cambiando su nombre luego a Base Aérea de Apiay el 17 de noviembre de 1948, hoy en día es la sede del Comando Aéreo de Combate No. 2.[12]

En 1953 llegan al país los primeros helicópteros OH-23 Raven. En 1954 llegan los primeros OH-13 Sioux, debido al incremento en la flota de helicópteros se crea en Melgar, Tolima, la primera Base Aérea de Helicópteros de Colombia, actualmente Base Aérea “Teniente Coronel Luis F. Pinto Parra”, sede del Comando Aéreo de Combate No. 4 y de la Escuela Conjunta de Helicópteros de las Fuerzas Militares.[12]​ En ese mismo año llegan a la FAC los primeros aviones con motores a reacción, los Lockheed T-33 Silver Star, siendo esto un hito para la institución. Al año siguiente llegan los Lockheed F-80 Shooting Star. En 1956 llegan los Canadair Sabre Mark IV adquiridos a Canadá. Estas aeronaves fueron asignadas a Palanquero. En 1955 llegan los bombarderos A-26C Invader asignados a la base aérea de Apiay. También llegaron en esa época el DHC-2 Beaver, el C-45B Expediter, el C-54 Skymaster,y el Aero Commander L-26. En 1959, con la inauguración del Aeropuerto Internacional El Dorado, se crea la Base Aérea de Transporte Militar, luego renombrada como Base Aérea "Brigadier General Camilo Daza", sede hoy del Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM).[13][14][15]

En 1961 llegan seis Kaman HH-43B Huskie los cuales operaron muy poco tiempo siendo retirados en 1968.[16]​ En 1962, durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo se decide crear una aerolínea con el fin de integrar económica y socialmente a las regiones más apartadas del país, es así como surge el Servicio Aéreo a Territorios Nacionales, SATENA, la cual comienza a operar con dos C-47, un C-54 y dos Beaver L-20.[17]​ Para 1963 llegan 10 UH-1B Iroquois. En 1968 fueron adquiridos 10 T-37C Tweet para entrenamiento avanzado, y 30 T-41D Mescalero para entrenamiento básico. Para reforzar el ala de transporte llegan también dos C-130B Hércules. El ala rotatoria es reforzada con la llegada de 12 Hughes OH6A Cayuse. En 1969 comienzan a llegar los primeros UH-1H Huey del que han llegado 77 aeronaves.[13]

En 1977, se crea en Malambo, Atlántico, el Grupo Aéreo del Norte, actualmente Comando Aéreo de Combate No. 3. El Grupo Aéreo del Caribe, GACAR, localizado en San Andrés, nació en 1979 para defender la soberanía nacional sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia, ante las pretensiones de Nicaragua de apoderarse de la isla. En 1983 se crea la Base Aérea de Marandúa, en Vichada, sede del Grupo Aéreo de Oriente. Finalmente, en 1990 se activa la Base Aérea de Ríonegro, Antioquia, sede actual del Comando Aéreo de Combate No. 5.[18]

Actualmente la actuación de la FAC es decisiva en los golpes a las estructuras terroristas e inmovilización y derribo de aviones al servicio del narcotráfico, siempre como parte de la aviación militar colombiana conjuntamente con la Aviación del Ejército (AVIAEJEC), Área de Aviación Policial y la Aviación Naval de la Armada. En el año 2007 la Fuerza Aérea Colombiana mostró interés en adquirir cazas F-16, pero por falta de capacidad técnica, y de no contar con personal calificado para operar y mantener aeronaves de 4ta. generación se optó por adquirir nuevamente aviones IAI Kfir israelíes; desafortunadamente en una serie de accidentes se perdieron 4 aviones en el trascurso de pocos años dejando la flota en sólo 20 aeronaves. Recientemente y ante la necesidad de mantenimiento adecuado para los motores GE-J79, planta motriz de estos aviones, la FAC firmó un contrato de mantenimiento y puesta a punto con la empresa israelí IAI, para además recuperar la operatividad de la flota de aviones Kfir. Desde 2015 la FAC ha mostrado interés por adquirir un lote de aviones Mirage 2000 excedentes del Armée de L´Air Française.

A inicios de julio de 2017 la FAC hizo pública la adquisición de dos aviones Kfir TC-12 biplazas de entrenamiento a la empresa israeli IAI con el fin de reponer las aeronaves perdidas en accidentes, y poder continuar con el proceso de entrenamiento de los pilotos. En tiempos recientes también se ha modernizado helicópteros utilitarios UH-60 a una versión de ataque, con aviónica y armamento israelí, denominada "Arpía", con el fin de dar apoyo de fuego a unidades en tierra.

Desde 2008 también se cuenta con una flota de 24 aviones Emb-314 Super Tucano, que han sido de vital importancia en la lucha contra-insurgente desarrollada en época reciente. Estos aviones participaron en las operaciones que dieron de baja a cabecillas terroristas de la organización FARC, como "Raúl Reyes", "Alfonso Cano" y "Mono jojoy". Aunque la modernización de la fuerza aérea ha sido limitada en muchos sentidos, también se encuentran entre sus capacidades actuales la de operar de forma nocturna y la de bombardeo de precisión con armas inteligentes, como las bombas 'Griffin', 'EGBU-12' y 'Spice-1000'.

El himno de la FAC fue compuesto por el Coronel Álvaro González Q. y la música es autoría del maestro Omar Rengifo.

Cielo Azul de Colombia la grande

Blancas nubes o rojo arrebol;

Triunfadores crucemos el Andes

Entre nubes, tormentas y sol.

Aviadores, al flanco las alas,

El timón en la mano serena

A nuestra arma la adornan las galas

De su reto a la gloria suprema.

Cruzaremos el Ruiz y el Tolima

Los penachos de altivos volcanes,

Alcanzando anhelosos la cima

Que vigila orgullosa dos mares.

En los blancos girones, de un velo

De las nubes saltar a luchar,

Descender con arrojo del cielo

A morir por la patria o triunfar.

En las naves gaviotas de luces

Al impulso del raudo motor,

Nada importa que surjan más cruces

Siendo halcones del gran tricolor.

Soy soldado con alto decoro,

Soy piloto la selva me llama;

Nuestro avión como flecha de oro

Va buscando en la altura la fama.

Compuesto por un blasón azul turquesa con un jefe de oro que ocupa la tercera parte del escudo. Este ostenta dos alas de sable, símbolo de la nobleza, el poder, la constancia y la sabiduría; alegoría de la leyenda de Icaro y homenaje a todos los que han dado su vida al servicio de la aviación.

Un águila de Gules dispuesta como soporte al blasón, con la cabeza mirando a la diestra del escudo, el pico abierto mostrando la lengua, con las alas abiertas, la cola esparcida y las dos patas saliendo de los lados inferiores del escudo, sosteniendo con las garras la cinta donde exhibe la divisa, es símbolo del reinado que la aviación ejerce sobre los cielos de Colombia, los vientos y las tempestades; el gules representa la fuerza del espíritu y la osadía como virtudes principales de los pertenecientes al arma aérea; el plata de que está blasonado el pico, la lengua y las patas, simboliza heráldicamente firmeza y vigilancia.

La divisa, escrita en una cinta de oro sobre la cola en la parte inferior del escudo, en las letras mayúsculas latinas, de púrpura, dice: Sic Itur Ad Astra, (en español «así se va a las alturas») frase de La Eneida de Virgilio, libro IX, capítulo V, página 641, y que dicha por el joven Ascanio es: Macte, nova virtute, puer, sic itur ad astra", palabras pronunciadas para animar e infundir confianza, y que se traducen: "!Ánimo, muchachos. Es así como se remonta hacia el cielo!". El oro y el púrpura de que esta blasonada esta divisa simboliza, respectivamente, luz y constancia, grandeza y sabiduría.

Escarapela de la Fuerza Aérea Colombiana.

Escarapela opcional en ocasiones de reducida visibilidad.

Escarapela para la aviación naval.

Escarapela opcional para la aviación naval en ocasiones de reducida visibilidad.

Desde el 16 de junio de 2016 se seleccionó el Águila Arpía como símbolo institucional por representar valores intrínsecos a la institución. La FAC aporta en el trabajo de preservación de un ejemplar en cautiverio, de los cuatro existentes en Colombia.

La Fuerza Aérea Colombiana está organizada en Comandos, los cuales son responsables de las operaciones en determinada área geográfica del país. En cada comando existen Grupos Aéreos que se encargan de la administración de Escuadrones con funciones específicas: Combate, Transporte, Formación, Inteligencia, Evacuación médica/CSAR, etc. así:

La Fuerza Aérea Colombiana FAC ofrece estudios de nivel superior, medio superior, carrera técnica, adiestramiento táctico y capacitación técnica especializada en sus distintos planteles, como la Escuela de Postgrados de la Fuerza Aérea Colombiana Capitán José Edmundo Sandoval (EPFAC),,[35]​ la Escuela Militar de Aviación (EMAVI),[36]​ y la Escuela de Suboficiales Capitán Andrés María de la Trinidad Díaz Díaz (ESUFA).[37]

La Escuela de Posgrados de la Fuerza Aérea Colombiana (EPFAC), es creada en 1960 mediante las Leyes No. 126 y 128 como unidad académica independiente para capacitar los oficiales de la FAC, inicialmente con el nombre de Instituto Militar Aeronáutico (IMA), nombre que ostentó hasta el año 2012; con sede en el Escuadrón de Transportes del Aeropuerto de Techo (Ciudad Kennedy - Bogotá). En 1963 adopta el nombre de “CT. Andrés M. Díaz” en honor a un insigne Oficial Piloto de la FAC que se distinguió por sus aportes a la educación militar aeronáutica. En 1995 pasa a llamarse “CT. José Edmundo Sandoval” en honor al Oficial Piloto de la FAC que se distinguió por sus altas cualidades intelectuales y aportes a la investigación científica en el área de la física nuclear.

En 1971 el IMA es trasladado a la Escuela Militar de Aviación como parte del Escuadrón Académico; con responsabilidad de capacitar a los Oficiales subalternos de la Fuerza. En 1982 se inaugura la sede del Instituto Militar Aeronáutico en las instalaciones del Comando Aéreo de Transporte Militar en Bogotá y en 1994 es trasladado a su sede actual, la Escuela Superior de Guerra y a las aulas de la Universidad Militar “Nueva Granada”.

La Escuela de Posgrados de la Fuerza Aérea logra, mediante la resolución ICFES No. 0571 del 19 de marzo, la profesionalización en Administración Aeronáutica para los Oficiales de la Fuerza Aérea Colombiana. En la constante innovación de procesos se incorporan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación al desarrollo de los cursos de capacitación, ubicándose a la vanguardia de la educación virtual en la Fuerza Pública.

Entre sus reconocimientos están el logrado en 2002 por parte del Ministerio de Educación Nacional como Institución Universitaria; se inicia con el desarrollo de las Especializaciones en Gerencia de la Seguridad Aérea y Logística Aeronáutica. En 2006 le es otorgado por esta misma entidad el registro calificado al programa de Especialización en Logística Aeronáutica y al siguiente año le es otorgado el registro calificado al programa de la Especialización en Gerencia de la Seguridad Aérea y se certifica ante ICONTEC con las normas ISO 9001:2000 y Técnica de Calidad de la Gestión Pública NTCGP 1000:2004, para todos sus procesos. En el 2009 un grupo de egresados de la Especialización en Logística Aeronáutica obtiene el premio nacional LOGyCA a la innovación logística.

En la actualidad la EPFAC sigue desarrollando distintos proyectos como: Consolidación de la Universidad de Aire y del Espacio en coordinación con la Jefatura de Educación Aeronáutica., Educación por competencias en coordinación con la Jefatura de Desarrollo Humano, Educación virtual de vanguardia, Modelo de Autoevaluación Institucional, Liderazgo educativo aeronáutico, Campus universitario en coordinación con la Jefatura de Apoyo Logístico.

La EPFAC cuenta con una oferta académica que le permite apoyar a cada uno de los procesos funcionales de la FAC y así mismo al sector aeronáutico dentro de los que se cuenta: Diplomado en prevención de accidentes aéreos (PREVAC), Especialización en gerencia de la seguridad aérea (EGSA), Especialización en logística aeronáutica (ELA), Maestría en Seguridad Aérea y Maestría en Operaciones Logísticas

La creación de la Escuela Militar de Aviación (EMAVI) es consecuencia inmediata de la Ley 126 de 1919, sancionada por el entonces Presidente de la República Marco Fidel Suárez, llevando desde entonces el nombre de este ilustre colombiano, gestor de la aviación militar en Colombia.

En un principio estuvo ubicada en el municipio de Madrid (Cundinamarca) sin embargo en 1933 su sede se ubica definitivamente en la ciudad de Cali. De esta escuela se han graduado 90 promociones. En enero de 1997 ingresó la primera promoción de cadetes femeninos; jóvenes damas que se desempeñaron en todas las especialidades, excepto la de Seguridad y Defensa de Bases. El prestigio de la Escuela Militar de Aviación ha traspasado fronteras, cadetes aviadores de Bolivia, Ecuador, Guatemala, Panamá y República Dominicana, entre otras. Durante muchos años han engrosado con éxito las promociones de oficiales que de allí egresan.[38]

La EMAVI ofrece varios cursos para sus estudiantes entre estos se encuentran Programa de Administración Aeronáutica, Programa de Ingeniería Informática, Programa de Ingeniería Mecánica y Programa de Ciencias Militares Aeronáuticas.[39]​ Actualmente los estudiantes de la escuela se entrenan en aeronaves T-34, T-41, y T-90 Calima.

La Escuela de Suboficiales es fundada el 5 de julio de 1932 Mediante decreto 1144 con el nombre de Escuela de Radiotelegrafía y Mecánica con sede principal en la Base Aérea de Madrid (Cundinamarca). En el año de 1953, después de capacitar 14 promociones de Mecánicos de Aviación, su sede es trasladada a Cali, donde se amplía y moderniza la enseñanza a los alumnos.

En 1946 se expide la Ley 101 que involucra en la Carrera Militar a los Suboficiales técnicos y a partir de ese momento, el Suboficial de la Fuerza Aérea adquiere el estatus dentro de la Legislación Colombiana como Militar y como Técnico de Aviación.

A medida que la Fuerza crecía en número de aviones y en personal calificado, los cursos fueron más frecuentes y numerosos; fue así como la Escuela en 1953 se traslada a la ciudad de Cali, en donde actualmente opera la Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suárez”; posteriormente, en 1970, el Comando opta por adecuar unos terrenos en Madrid, donde fue trasladada la Escuela Aerotécnica, tomando el nombre de Suboficiales “Capitán Andrés María Díaz Díaz”, haciendo honor a uno de sus más ilustres Oficiales.

Mediante acuerdo ICFES 275 del 5 de diciembre de 1991 la escuela queda autorizada para desarrollar cinco programas tecnológicos en diferentes especialidades con una duración de seis semestres y así poder otorgar el título de pregrado como tecnólogo aeronáutico a aquellos estudiantes que cumplan con todos los requisitos de ley

A través de su existencia, la Escuela de Suboficiales ha pasado de ser un centro de instrucción a una Institución de Educación Superior que en la actualidad cuenta con más de cinco programas tecnológicos en las áreas de: mantenimiento, electrónica, comunicaciones, seguridad aeroportuaria y abastecimientos, acompañando el desarrollo Institucional de la Fuerza Aérea de manera permanente.

En el 2006 se reciben por parte del CNA cinco resoluciones del ministerio de educación nacional por medio de las cuales se acreditan las cinco tecnologías aeronáuticas por un lapso de cuatro (4) años:

Tecnología en mantenimiento aeronáutico: resolución no. 1921 del 8 de mayo del 2006 Calificación: 3.98

Tecnología en seguridad aeroportuaria: resolución no. 1915 del 8 de mayo del 2006 Calificación: 5.0

Tecnología en comunicaciones aeronáuticas: resolución no. 1914 del 8 de mayo del 2006 Calificación: 4.1

Tecnología en abastecimientos aeronáuticos: resolución no. 5673 del 20 de septiembre del 2006 Calificación: 4.2

Tecnología en electrónica aeronáutica: resolución no. 5672 del 20 de septiembre del 2006 Calificación: 4.7.

Tecnología en inteligencia aérea

Tecnología en Gestión de Recursos Aéreos

[40]

La Fuerza Aérea Colombiana cuenta con aproximadamente 15000 efectivos (2017), incluyendo 3171 oficiales, 4304 suboficiales, 1103 cadetes o alumnos, soldados (seguridad de bases y Policía Militar, principalmente), y 2382 civiles, estos últimos generalmente cumpliendo roles especializados técnicos o profesionales (Medicina y Sanidad Militar, comunicaciones, entre otras especializaciones).

Para el arma en específico leer: Anexo:Escalafón militar de Colombia (Fuerza Aérea)



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