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Castellano-manchega



Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma de España, de acuerdo con su Estatuto de Autonomía y la Constitución española. Está formada por 919 municipios que integran las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Su máximo órgano ejecutivo y legislativo es la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que tiene su sede en la ciudad de Toledo, y su ciudad más poblada es Albacete, sede del máximo órgano judicial, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.

Castilla-La Mancha se encuentra situada en la parte central de la península ibérica, ocupando la mayor parte de la submeseta sur. Limita al norte con las comunidades autónomas de Castilla y León y la Comunidad de Madrid, al oeste con la de Extremadura, al este con las de Aragón y la Comunidad Valenciana, y al sur con las de la Región de Murcia y Andalucía. La comunidad es la tercera autonomía más extensa de España, con una superficie de 79 409 km², que representa el 15,7 % del total peninsular, contando con una población a 1 de enero de 2016 de 2 049 147 habitantes, un 8,60 % de los cuales son extranjeros, habiendo experimentado un importante aumento en ambas cifras durante los últimos años. La esperanza de vida alcanzó de media los 82,88 años, superior a la media nacional.

En el plano geográfico, dentro de la comunidad se diferencian claramente dos tipos de paisajes: la llanura y la montaña. Las zonas montañosas más importantes de Castilla-La Mancha bordean en parte los límites de la comunidad, y son el Sistema Central, que comprende las sierras de Ayllón, Pela y Alto Rey en el norte de Guadalajara, y la sierra de San Vicente en la provincia de Toledo; el Sistema Ibérico, que cubre parte de las provincias de Cuenca y Guadalajara; las sierras de Alcaraz y del Segura en Albacete; las estribaciones de Sierra Morena, que penetran en Ciudad Real (Sierra Madrona), y los Montes de Toledo, que se extienden entre las provincias de Ciudad Real y Toledo. La llanura domina el resto del territorio, ya que casi el 80% de la superficie autonómica no supera los 1000 m de altitud. A la gran llanura de La Mancha, una gran comarca natural que se extiende por buena parte de las provincias de Ciudad Real, Albacete, Toledo y Cuenca, se suma La Alcarria, que abarca parte de las provincias de Guadalajara y Cuenca y que tiene una altitud en torno a los 1000 m s. n. m.. Los principales ríos que recorren la región son el Tajo y el Guadiana que desembocan en el Atlántico, y el Júcar y el Segura, que lo hacen en el mar Mediterráneo.

En la realidad económica castellanomanchega ha tenido tradicionalmente un papel destacado el sector primario, aunque ha sido desplazado de forma progresiva por el sector servicios, actual motor de la economía de la Comunidad. La industria se ha concentrado en torno a los principales ejes de comunicación de Castilla-La Mancha con la zona centro (Corredor del Henares y La Sagra) y en las áreas urbanas más importantes (capitales de provincia y ciudades medias). En infraestructuras, Castilla-La Mancha contaba en 2009 con cerca de 1800 km de vías rápidas (autovías o autopistas), 670 km de AVE (primera comunidad autónoma en tener todas sus capitales conectadas a la alta velocidad), y dos aeropuertos (Albacete y Ciudad Real).

La historia de Castilla-La Mancha hunde sus raíces en el tiempo. Íberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos han vivido y dejado su huella en la región, marcando el carácter de sus gentes. Tiene una fuerte vinculación histórica con el Reino de Toledo. Asimismo, Castilla-La Mancha cuenta con un rico patrimonio artístico y natural, entre los que destacan las tres ciudades declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad (Toledo, Cuenca y Almadén), además de otras doce que forman parte del arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica, o las 278 230,784 ha dedicadas a espacios naturales protegidos (parques nacionales, naturales, reservas y microrreservas) que se reparten por todo el territorio autonómico.

Castilla-La Mancha accedió al autogobierno constituyéndose como comunidad autónoma el 16 de agosto de 1982 con la publicación de su Estatuto de Autonomía (Ley Orgánica 9/1982, del 10 de agosto) en el Boletín Oficial del Estado, modificado en 1991, 1994 y 1997. En 2007 se acordó una nueva propuesta de modificación del mismo que finalmente no entró en vigor.

El corónimo Castilla-La Mancha es una denominación moderna, surgida tras la división autonómica vigente, que está formado por un binomio que da sentido a las cinco provincias que conforman la Comunidad. Las cinco provincias que forman parte de Castilla-La Mancha son territorios que históricamente han pertenecido al antiguo Reino de Castilla, situándose la comarca natural de La Mancha en parte de cuatro de ellas (Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo), siendo así la comarca más extensa y representativa de la comunidad autónoma. El nexo de unión entre ambos territorios está simbolizado con el guion (-) entre ambos binomios, puesto que el territorio de La Mancha se circunscribía dentro del Reino de Castilla. No obstante, ya durante la Primera República Española se perfiló la idea de la creación de un Estado Regional Castellano-Manchego.[4]

Castilla (nombrada en los primeros documentos en castellano antiguo como Castella o Castiella) significa, según su etimología, «tierra de castillos», siendo denominada por los historiadores árabes como Qashtāla[5]​ قَشْتَالَة y su nombre aparece justificado como tierra sembrada de castillos. El término vendría del latín castellum, diminutivo este a su vez del término castrum, castro, fortificación de la Iberia prerromana.

La teoría más extendida estipula que La Mancha procede de la lengua árabe durante la ocupación musulmana de la península ibérica, y que procede el topónimo "Mancha", pronunciado como Manxaf o Al-Manshaf المَنْشَف, que se traduce como "tierra sin agua", o Manya como "alta planicie" o "lugar elevado".[6]​ El historiador Jerónimo Zurita afirma que otro historiador, Pero López de Ayala, tuvo noticia cierta del nombre de Mancha como tierra de espartos, seca, que los godos la llamaban Espartaria y que los árabes mantuvieron el léxico Espartaria que en lengua árabe sería Manxaf. Esta tierra Espartaria se vincula con el antiguo Campo Espartario o Espartaria, de la Carthagena Espartera, heredero a su vez de la provincia romana Carthaginense, que englobaba a gran parte de la actual Castilla-La Mancha.[7]

La bandera, el escudo de armas o emblema, y el himno son los símbolos oficiales de Castilla-La Mancha, según estableció la Ley Orgánica 9/1982, del 10 de agosto, del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha.

Creada la región en forma de preautonomía se discutieron siete proyectos diferentes de bandera. Finalmente se eligió el proyecto presentado por el heraldista manchego Ramón José Maldonado. El artículo quinto del Estatuto de Autonomía expone:

El escudo de Castilla-La Mancha está basado en la bandera autonómica. La Ley 1/1983 del 30 de junio describe así el escudo:

La Ley fue desarrollada por el Decreto 132/1983, del 5 de julio, por el que se hacía público el modelo oficial del escudo en Castilla-La Mancha, y por el Decreto 115/1985, del 12 de noviembre, por el que se complementaba el anterior.[8]

Varias instituciones de la región han adoptado este escudo como parte de sus propios emblemas; entre ellas figuran las Cortes de Castilla-La Mancha, el Consejo Consultivo y la Universidad de Castilla-La Mancha.

A pesar de que el artículo 5.º del Estatuto de Autonomía indica que la región tendrá un himno propio, en la actualidad no se ha llegado a un acuerdo sobre un himno apropiado para la comunidad.

Se han presentado varias propuestas, entre las que cabe destacar la de usar la "Canción del sembrador" de la zarzuela "La rosa del azafrán" de Jacinto Guerrero o el "Canto a la Mancha" de Tomás Barrera.

La comunidad autónoma se encuentra situada en el centro de la península ibérica, ocupando la mayor parte de la Submeseta sur. Se encuentra encuadrada al sur del Sistema Central, con un relieve que se distingue por una gran diversidad topográfica, geológica, litológica y geomórfica. La comunidad es la tercera del Estado español más extensa con una superficie de 79 463 km², lo que representa el 15,7 % del territorio nacional.

En la región se distinguen claramente dos tipos de relieve. Por una parte, la Meseta, una gran llanura uniforme con poco relieve. Dentro de esa uniformidad, el relieve más destacable es el formado por los Montes de Toledo, con alturas como Las Villuercas (1601 m) y Rocigalgo (1447 m). Está dividida entre los valles del río Tajo y del Guadiana.

Por otra parte, la zona más montañosa que rodea la Meseta y sirve de límite natural de la comunidad. En el norte de la provincia de Guadalajara, limitando con las provincias de Madrid, Segovia y Soria, se encuentra un conjunto montañoso, perteneciente al Sistema Central, del que destacan las sierras de Pela, Ayllón, Somosierra, Barahona y Ministra, y en el cual nacen los ríos Jarama, Cañamares y Henares. En la sierra de Ayllón se encuentran las tres cimas más elevadas del territorio de la comunidad autónoma: el Pico del Lobo (2273 m s. n. m.), el Cerrón (2199 m s. n. m.) y la Peña Cebollera Vieja o Tres Provincias (2129 m s. n. m.).[9]​ El Sistema Central penetra también en la región por la provincia de Toledo en sus estribaciones más meridionales: la Sierra de San Vicente, que se encuentra delimitada al norte por el río Tiétar y al sur por el Alberche y el Tajo.

Al sur de dicho sistema se sitúan los Montes de Toledo, que atraviesan la región de oeste a este, marcando la divisoria entre el Tajo y Castilla la Nueva, y el Guadiana y La Mancha, formando parte de la vertiente meridional de la cuenca del primero y de la septentrional del segundo.

Al nordeste se encuentra el Sistema Ibérico, donde existe una importante acción fluvial y sobre todo cárstica, que ha dado lugar a parajes como la Ciudad Encantada, los Callejones de Las Majadas o las Hoces del Cabriel.

En el suroeste se encuentra la cordillera de Sierra Morena, que constituye el reborde sur de la Meseta Central y que sirve límite con Andalucía. En ella destacan dentro de la región Sierra Madrona, Sierra de Alcudia y Sierra de San Andrés. En el otro extremo sur de la comunidad se encuentra la sierra de Alcaraz que forma parte del Sistema Bético.

Imagen de satélite del territorio de Castilla-La Mancha.

Mapa físico-hidrográfico de Castilla-La Mancha.

El territorio castellanomanchego está dividido en cinco cuencas hidrográficas principales, Tajo, Guadiana, y Guadalquivir que vierten sus aguas al océano Atlántico y Júcar y Segura, que vierten al Mediterráneo.

El Tajo abastece a una población total de 587 184 habitantes siendo la extensión de su cuenca de 26 699 km².[10]​ Abarca la casi totalidad de la provincia de Guadalajara, incluida la ciudad de Guadalajara y la mayor parte de la provincia de Toledo, incluida las dos mayores ciudades de la provincia, la capital, Toledo, y Talavera de la Reina.

La cuenca hidrográfica del Guadiana tiene una extensión de 26 646 km² lo que supone el 37 % del total del río, y atiende a una población de 583 259 habitantes.[11]​ Abarca el sur de la provincia de Toledo, casi la totalidad de la provincia de Ciudad Real (exceptuando la parte sur), el suroeste de la provincia de Cuenca y el noroeste de la provincia de Albacete. Por su parte, la cuenca del Guadalquivir ocupa un 5,17 %[12]​ del territorio regional lo que supone una extensión de 4100 km² y abastece a poblaciones como Alcaraz o Puertollano.[13]​ Se encuentra al sur de las provincias de Ciudad Real y Albacete.

En cuanto al Júcar, su cuenca abastece a unas 397 000 personas y cubre una extensión de 15 737 km² lo que supone el 19,86 % del territorio regional y el 36,61 % del total de la cuenca.[14]​ Abarca el este de las provincias de Cuenca y de Albacete, incluyendo ambas capitales. Por último, la cuenca del Segura abastece a un total de 34 municipios albaceteños, situados al sureste de la provincia, y se extiende por un total de 4713 km².[15]

En el río Júcar desemboca el Canal de María Cristina, que discurre por el término municipal de Albacete en dirección suroeste-noroeste, atravesando la capital. Fue creado por Felipe IV en 1804, comenzando su construcción en 1805. Tiene una longitud de 32 km.[16]

En el norte de la provincia de Guadalajara se encuentran algunos arroyos que vierten sus aguas a la cuenca del Duero. Los más importantes son los que nacen en la Sierra de Pela y que forman la cabecera del río Aguisejo.

En el este de la provincia de Guadalajara, el río Mesa, río Piedra y afluentes que vierten sus aguas al río Jalón y desde aquí al Ebro. El más importante es el río Mesa que nace en la localidad de Selas y el río Piedra, que una vez en la provincia de Zaragoza forma el conocido Monasterio de Piedra.

Como curiosidad destacar también que una pequeña parte de la provincia de Guadalajara vierte sus aguas a la cuenca endorreica de Gallocanta.

El clima de Castilla-La Mancha es mediterráneo continentalizado. Debido a la extensión y altitud del territorio, existe una variedad notable de climas, como el clima semiárido o el clima de montaña.

Es parecido al clima mediterráneo típico pero con características de climas continentales, de temperaturas más extremas. Este clima no recibe la influencia del mar, por lo que las temperaturas son mucho más extremas, veranos muy calurosos e inviernos bastante fríos con una oscilación de 18,5 °C. La estación estival es la más seca y se superan frecuentemente los 35 °C (especialmente en el entorno de La Mancha) alcanzándose esporádicamente los 40 °C e incluso más. Sin embargo, en invierno es frecuente que las temperaturas bajen de los 0 °C, produciéndose heladas en las noches despejadas de nubes (irradiación, que genera inversiones térmicas muy acentuadas) y nevadas esporádicas. Tales nevadas afectan principalmente a las áreas más orientales.

Castilla-La Mancha se puede incluir dentro de la denominada tradicionalmente "España Seca". Las precipitaciones no son muy abundantes siguiendo un patrón muy parecido al del clima mediterráneo típico. Las precipitaciones presentan un notable gradiente desde el centro de la comunidad, donde no se alcanzan los 400 mm. al año, hacia las montañas, donde se pueden superar los 1000 mm. al año, que se alcanzan en las vertientes de la Sierra de Gredos y la Serranía de Cuenca. En la mayor parte de la región llueve menos de 600 mm. No obstante, la zona más árida de la Región es el eje de Albacete-Hellín, donde no se alcanzan los 400 mm. al año.

Entre la fauna destaca la cigüeña blanca, que llega a formar importantes agregaciones ligadas al consumo del saltamontes, junto con el milano real, el aguilucho cenizo y diversos tipos de águila. Entre los mamíferos carnívoros destacan el zorro y el gato montés, y entre los mamíferos herbívoros cabe señalar los ciervos y jabalíes, que constituyen el 30% y el 20% respectivamente de los cazados en España, haciendo de esta comunidad una de las de mayor riqueza cinegética.

La vegetación es eminentemente esteparia, ya que el matorral ha sustituido al bosque típico de encinar como consecuencia de la acción antrópica, excepto en las zonas altas de la montaña, donde se combina con el roble negral y el alcornoque. Las especies más comunes del matorral son las labiadas (tomillo, cantueso, espliego y romero) y las jaras. En las riberas de los ríos cabe destacar las alisedas (arces y quejigos), fresnedas y abedulares. File:Liberación de dos águilas imperiales - 48820369736 (cropped).jpg

Castilla-La Mancha posee más de tres millones y medio de hectáreas de bosques y montes, que ocupan cerca del 45 % del territorio, con extensas superficies de encinares, pinares y robledales.

El número de espacios naturales protegidos con que dispone Castilla-La Mancha actualmente es de 112 actualmente (2 parques nacionales, 7 parques naturales, 22 reservas naturales, 6 reservas fluviales, 26 monumentos naturales, 48 microrreservas y un paisaje protegido), totalizando una superficie de 322 393,15 ha.[17]

Castilla-La Mancha cuenta con dos parques nacionales; el parque nacional de Cabañeros situado entre las provincias de Toledo y Ciudad Real con una superficie de 40 856 hectáreas,[18]​ y el parque nacional de las Tablas de Daimiel en provincia de Ciudad Real, que ocupa 3030 hectáreas.[19]

Actualmente existen en la comunidad siete parques naturales:

El Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, situado en Albacete y de 7 hectáreas de extensión, cuenta con una importante representación de hábitats castellano-manchegos, con flora protegida y amenazada, así como de especies florísticas del mundo.

Desde los tiempos prehistóricos ha habido asentamientos humanos en el territorio de la comunidad autónoma, tal y como atestiguan numerosos hallazgos arqueológicos.

En torno al siglo IV a. C., las culturas ibérica y celtibérica estaban ya asentadas en los territorios que hoy conforman Castilla-La Mancha, y a finales del siglo II a. C. se tiene constancia también de incursiones romanas que unificaron las diferentes tribus que habitaban en la península. En la zona que actualmente ocupa Castilla-La Mancha se tiene constancia de asentamientos carpetanos, arévacos, olcades y oretanos. La dominación romana dejó su huella en los incipientes núcleos urbanos, en la lengua y en las costumbres.[4]

La decadencia del Imperio romano propició la invasión y el asentamiento de los pueblos germánicos. Uno de ellos, los visigodos, eligieron Toledo como centro de su dominio. Además, potenciaron las ciudades que durante la época romana habían gozado de esplendor. En Castilla-La Mancha además de Toledo destacaron ciudades como Segontia (Sigüenza, en Guadalajara), Segóbriga y Valeria (Cuenca), y Oretum Granátula de Calatrava (Ciudad Real). Los visigodos dejaron su legado en diversas construcciones y en el nombre de algunas localidades.[20]

A partir del año 711 comienza la dominación musulmana de España. La población nativa se convertirá al islam o mantendrán la religión cristiana anterior, pasando a ser mozárabes (cristianos residentes en zona musulmana). Tras la desmembración del Califato, a comienzos del siglo XI, surgen diversos reinos de Taifas, entre las que destaca la de Toledo, que controlaba un amplio territorio que en gran parte coincide con el actual territorio castellanomanchego.

La debilidad política de los reinos de taifas les hizo vulnerables ante los reinos cristianos que avanzaron progresivamente desde el norte y conquistaron las principales plazas y territorios bajo poder musulmán de la Comunidad. Al-Mamún, rey de la taifa de Toledo, cedió Guadalajara y otros lugares cercanos a Alfonso VI en torno a 1072, y en 1085 tras una serie de pactos entraría en la ciudad de Toledo.[20]

Hubo que esperar hasta 1177 para que otro rey castellano tomara una ciudad importante en la Región. En septiembre de ese año Alfonso VIII conquistaría Cuenca y extendería su poder por toda la zona de La Mancha, adentrándose hacia el sureste apoderándose de fortalezas como la de Alcaraz en el año 1213. Sería en 1255 cuando Alfonso X fundara Villa Real, posteriormente llamada Ciudad Real. Numerosos castillos, torreones y fortalezas recuerdan el carácter fronterizo durante la época medieval de Castilla-La Mancha.[4]

En este proceso militar y repoblador, la Corona cuenta con la inestimable ayuda de las Órdenes Militares, a las qué, en pago de sus servicios, los reyes otorgan extensas tierras en calidad de señoríos. En Castilla-La Mancha participan de forma activa las Órdenes de Calatrava, San Juan, la de Santiago y la de Alcántara. El proceso repoblador trajo consigo la llegada al territorio castellanomanchego de nuevos pobladores, especialmente de castellanos.

Desde ese momento la historia de Castilla-La Mancha se funde con la del resto del Reino de Castilla, del cual pasa a formar parte.

En los siglos XIV y XV se produjeron en la Corona de Castilla frecuentes enfrentamientos entre los nobles y el rey. La monarquía era reconocida como el centro político-administrativo, y la nobleza consolidaría sus conquistas económicas y sociales mediante el reforzamiento del régimen señorial feudal, sistema que se reformaría durante el reinado de los reyes católicos.

El episodio de la Guerra de las Comunidades de Castilla, en pleno siglo XVI, tuvo una amplia repercusión en Castilla-La Mancha, y significó un inicial levantamiento de la nobleza contra un rey, Carlos I, y una auténtica revuelta campesina. La virulencia de los hechos motivó la progresiva unión de los señores junto al monarca para aplastar la sublevación popular, lo que desencadenó una progresiva decadencia del centro de Castilla.[20]

En este siglo se produce un importante incremento tanto de población como de producción agrícola en Castilla-La Mancha que favorecerán la fundación de ciudades y villas, pero estos avances se tornarán en decadencia en el siglo XVII, como consecuencia de las epidemias de peste, las hambrunas y las emigraciones a otras zonas, aunque el declive comenzará en el año 1561 con el traslado de la sede de la Corte de Toledo a Madrid.

Nuevamente en el siglo XVIII se asiste a un nuevo auge demográfico que extenderá el cultivo del trigo, y especialmente del viñedo en la Comunidad. En el terreno industrial se llevaron a cabo una serie de realizaciones dirigidas por el reformismo borbónico que no tuvieron los resultados esperados. En este sentido, destacan la fábrica de armas blancas de Toledo, las manufacturas de seda en Talavera de la Reina o las de paños en Guadalajara o Brihuega, las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz en Riopar (Albacete), además de los centros que venían funcionando en Toledo y Cuenca, que sufrieron un descenso vertiginoso a lo largo de este siglo.[4]

En 1785, con el ordenamiento territorial de Floridablanca, Castilla-La Mancha quedó dividida en las provincias de Cuenca, Guadalajara, La Mancha y Toledo.

La llegada de las tropas napoleónicas tuvo diversos efectos sobre la sociedad de la época. En 1808 se inicia un proceso de revolución y liberación, culminando esta con la expulsión de las tropas francesas y la restauración en el trono de Fernando VII. No obstante, la revolución liberal se extenderá, con alternativas variadas, hasta el final de la I República en 1874.[4]

Si durante el siglo XVIII la zona que hoy ocupa Castilla-La Mancha estaba dividida en cuatro provincias, en el primer tercio del siglo XIX hubo otros intentos de división, como el de José I (prefecturas en 1810), el provincial de 1812 y el de 1822, que no tuvieron repercusiones prácticas.

En 1833, con la división provincial de Francisco Javier de Burgos, se modificaron los límites provinciales; la mayor parte de la provincia de La Mancha fue sustituida por la de la Provincia de Ciudad Real, aunque parte de su territorio pasó a las provincias de Cuenca, Toledo y a la recién creada de Albacete, que sustituía a la Provincia de Chinchilla, y que quedó conformada con parte de los territorios de las antiguas provincias de Cuenca, La Mancha y Murcia.[4]

En 1834 la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias estableció la Real Audiencia de Albacete con sede en la ciudad de Albacete y con jurisdicción sobre las provincias de Albacete, Murcia, Ciudad Real y Cuenca. Fue formada con salas de la Real Chancillería de Granada, nombrando como regente a Pedro Simó y López de Haro, oidor decano de la Real Audiencia de los Grados de Sevilla.

Durante el sexenio revolucionario (1868-1874) existieron en Castilla-La Mancha brotes de corte federalistas. Prueba de ello es la publicación de varios periódicos de ideología republicano-federal como El Cantón Manchego de Albacete (1870), La Vanguardia (1869) de Cuenca, La Voz de La Alcarria de Guadalajara o El Federal Toledano y El Cantón Toledano (1873) editados en Toledo, aunque de menor calado que en otras zonas del país.[4]

El Pacto Federal Castellano promovía el acercamiento de diecisiete provincias castellanas para dar a luz dos estados federados, siendo uno de ellos la actual Castilla-La Mancha junto a la Comunidad de Madrid.

Tras la caída de la I República, y la restauración borbónica en la figura de Alfonso XII, se aprobó la Constitución de 1876. El sistema político que se estableció fue bipartidista entre el Partido Liberal-Conservador y el Partido Liberal-Fusionista. Esto permitió superar el sistema de partido único que había abocado a una falta de legitimidad democrática a Isabel II y a su posterior derrocamiento. El nuevo panorama permitirá una mayor estabilidad, pero el encorsetamiento del sistema a la larga, con una alternancia política ficticia, causará graves problemas que desembocarán en la corrupción política, cuya base estaba en el denominado caciquismo, muy extendido por Castilla-La Mancha.

En relación con la división administrativa, el decreto de Mancomunidades de 1913 iba a traer consigo un renacer de los regionalismos. A partir de esta época las minorías sensibilizadas con el regionalismo dentro de la zona actual de Castilla-La Mancha se dividían entre los partidarios de una Castilla formada por las provincias castellanas del norte y sur del Sistema Central, y por otro lado los partidarios de La Mancha y su zona de influencia, que llegaron a crear el Centro Regional Manchego (1906), en cuyo seno se constituiría en 1918 la Juventud Central Manchega que defendería dicho ideal regional manchego. Los jóvenes de este organismo solicitaban la creación de una Mancomunidad Manchega compuesta por las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, y Toledo.

Las sucesivas crisis de la Monarquía, la etapa de la dictadura de Primo de Rivera y el advenimiento de la Segunda República se viven en Castilla-La Mancha con similar intensidad a la del resto de España. Durante la Guerra Civil, el territorio castellanomanchego fue escenario de cruentas batallas (toma del Alcázar de Toledo, batalla de Guadalajara y presencia de la Brigadas Internacionales en Albacete).

Las décadas que siguieron a la Guerra Civil estuvieron marcadas por la masiva emigración de castellanomanchegos, tanto a las zonas más industrializadas del país, como al extranjero. Entre los años 1950 y 1960, más de medio millón de personas emigraron de la Comunidad.

La promulgación de la Constitución española de 1978, con la creación del denominado «Estado de las autonomías», es el punto de partida para una nueva época. El autogobierno ha supuesto para Castilla-La Mancha la adquisición de identidad, la asunción de nuevas competencias y la transformación del territorio.

A pesar de que anteriormente ya se había asistido a varios intentos de crear entes más o menos coincidentes con lo que a la postre sería Castilla-La Mancha, los mayores hitos y contactos se produjeron durante la transición.

Ya en 1977, se reúnen en Cuenca los diputados de las cinco provincias que integrarían Castilla-La Mancha, y acuerdan reivindicar el reconocimiento efectivo de la región sobre la base de la identidad y la problemática socioeconómica que compartían dichos territorios.

En enero de 1978, tiene lugar en el Palacio de Fuensalida de Toledo la reunión de parlamentarios del UCD, PSOE y AP (principales grupos políticos del momento), para constituir la Asamblea de Parlamentarios, encargada de llevar a cabo los primeros trabajos y debates conducentes a la configuración de Castilla-La Mancha como comunidad autónoma. El primer paso será la constitución del Ente Preautonómico que tendrá lugar a finales de ese año en la iglesia de San Agustín de Almagro (Ciudad Real), nombrando a Antonio Fernández-Galiano (UCD) como primer presidente de la Preautonomía.[22]

Durante la etapa preautonómica se sentarán las bases de la comunidad, institucional y jurídicamente, y se irán gestionando las primeras cesiones de competencias con el Estado central. Será una etapa de negociaciones complicadas, sobre todo para la inclusión de las provincias de Madrid y Guadalajara en el nuevo ente preautonómico. La integración de Madrid será desestimada tras las elecciones generales de 1979 por oposición de los diputados de la UCD, del resto de las provincias y del PSOE de Ciudad Real y Albacete, principalmente.[23]

Mientras, la integración de Guadalajara estuvo cerca de no producirse. La ciudadanía de la provincia era muy reticente ella y buena parte de los representantes y políticos guadalajareños -todos los del PSOE y del PCE y algunos del UCD- insistieron en la entrada de Madrid en la nueva Comunidad y se posicionaron en la no integración de Guadalajara en una Castilla-La Mancha sin Madrid. Finalmente, mientras en el resto de las provincias la mayoría de los ayuntamientos se pronunciaron favorablemente a la creación de la nueva Comunidad los días 28, 29 y 30 de noviembre de 1979, en Guadalajara solo lo hizo la Diputación Provincial, monocolor de la UCD, y se ausentaron del pleno los cinco diputados del partido judicial de Molina de Aragón, que pusieron su cargo a disposición del partido. En los días sucesivos, se fueron pronunciando algunos ayuntamientos, mayoritariamente en contra. Solo el de Pastrana lo hizo a favor y el de Guadalajara aplazó la decisión por el fuerte rechazo de la mayor parte de los concejales del PSOE, PCE y AP-UN. Ante la falta de unanimidad, se decidiría aplazar la decisión seis meses para tratar de convencer a los representantes contrarios a la integración de Guadalajara, que deberían decantarse entre la autonomía uniprovincial, la autonomía con Madrid o la integración de Castilla-La Mancha, poniendo el acento en las peculiaridades de la provincia, que podrían contemplarse en el futuro estatuto. Finalmente, en mayo de 1980 los representantes del PSOE, alegando razones de interés nacional y de no tener otra salida, sobre todo tras la reciente integración de la provincia de Segovia en Castilla y León en un problema similar, decidirán aprobar la integración de la provincia de Guadalajara en la nueva comunidad autónoma.[23]

Será en el Pleno de la Junta de Comunidades, en la sesión celebrada en Guadalajara el 21 de noviembre de 1980, cuando se decida por unanimidad iniciar el proceso autonómico por la vía del artículo 143 de la Constitución. El 24 de noviembre de 1980, las cinco diputaciones provinciales adoptan acuerdos favorables para iniciar el proceso autonómico y consultar a los ayuntamientos. De los 915 municipios con que contaba la comunidad, cerca del 85 % se mostró a favor de la misma en el plazo establecido.[4]

El 3 de diciembre de 1981, una asamblea mixta de parlamentarios y diputados provinciales, reunida en Alarcón (Cuenca), aprueba el Proyecto de Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha y su remisión al Congreso de los Diputados para su tramitación como Ley Orgánica. Dos meses más tarde, el 1 de febrero de 1982, sería nombrado como presidente del Ente Preautonómico Gonzalo Payo Subiza (UCD), quien gestionaría la última fase del proyecto autonómico.

El 10 de agosto de 1982, las Cortes Generales aprueban el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha mediante la Ley Orgánica 9/1982, del 10 de agosto, que permite a Castilla-La Mancha acceder al autogobierno. El 7 de diciembre de 1983 se eligió a Toledo como sede de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por una votación en las Cortes, con la aprobación de 27 diputados (los 22 socialistas y los cinco del Grupo Popular de Toledo), tres en contra (los populares conquenses) y 12 abstenciones.[24]

La comunidad autónoma de Castilla-La Mancha se convierte, así, en una entidad territorial que, dentro del orden jurídico establecido (el ordenamiento constitucional del Estado español), tiene autonomía legislativa y competencias ejecutivas (poder para aprobar leyes y otras atribuciones), así como la facultad de administrarse mediante sus propios representantes (a través de su Gobierno y Administración).

El 23 de mayo de 1989 se constituyó el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha como máximo órgano del poder judicial en la comunidad autónoma. El Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha estableció su sede en la ciudad de Albacete.

El 6 de octubre de 2005, los dos partidos con representación parlamentaria, PSOE y PP, suscribieron el Pacto de Fuensalida, una declaración fruto del consenso que sentaba las bases para que, dentro de los límites de la constitución española, Castilla-La Mancha pudiera conseguir los máximos niveles competenciales y de autogobierno, reformando el Estatuto de Autonomía.

Las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron por unanimidad la proposición de la Ley de Reforma del Estatuto de Autonomía,[25]​ cuya toma en consideración en el Congreso de los Diputados fue el 14 de octubre de 2008. Tras su discusión en las Cortes Generales, en donde se encontró con desavenencias entre los dos principales grupos parlamentarios representados, el 26 de abril de 2010, las Cortes de Castilla-La Mancha deciden la retirada del texto estatutario de las Cortes Generales del Estado.[26]

En 2014 se presenta en las Cortes de Castilla-La Mancha una nueva reforma del Estatuto de Autonomía reduciendo el número de diputados en las cortes, siendo, según el comentarista político Ignacio Escolar:

la primera vez en la historia democrática española que un estatuto autonómico se cambia unilateralmente y sin consenso, solo con los votos del PP.[27]

Mediante la promulgación de la Ley Orgánica 9/1982, del 10 de agosto, del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, Castilla-La Mancha se constituía en comunidad autónoma de acuerdo con lo establecido en el artículo 143 de la Constitución española, convirtiéndose estos en el eje vertebrador de la comunidad.

El artículo 8 º del Estatuto de Autonomía expone que los poderes de la región se ejercen a través de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Son órganos de la Junta: las Cortes de Castilla-La Mancha, el presidente de la Junta y el Consejo de Gobierno.

Situadas en el antiguo Convento de los Franciscanos en Toledo conocido como de San Gil, las Cortes de Castilla-La Mancha son uno de los tres órganos que, junto con a la Presidencia de la Junta de Comunidades y el Consejo de Gobierno, conforman la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, máximo órgano rector de la Comunidad.

Elegidas por cuatro años (legislatura), mediante un sistema proporcional que asegura la representación de las diversas zonas del territorio de Castilla-La Mancha, las Cortes son el órgano donde descansan los poderes otorgados por el pueblo mediante elecciones libres. Como señala el artículo 9.1 del Estatuto de Autonomía, Las Cortes de Castilla-La Mancha representan al pueblo de la Región.

Las actuales Cortes de Castilla-La Mancha fueron elegidas en 2019 según el Estatuto y ley electoral actuales, por lo que están formadas por 33 diputados. Tras las mencionadas Elecciones a las Cortes de Castilla-La Mancha de 2019, celebradas el 26 de mayo, las Cortes están compuestas por 19 diputados del PSOE C-LM, 10 del PP C-LM y 4 de Ciudadanos; siendo su presidente el socialista Pablo Bellido.

Tras la reforma propuesta por María Dolores de Cospedal, el mismo Estatuto indica en su artículo 10 que las Cortes estarán formadas por entre 25 y 35 diputados elegidos en circunscripciones provinciales, de tal forma que estas queden en un número tan bajo de diputados a repartir que a efectos reales no representan la realidad política de la región; pues es matemáticamente posible no obtener ningún diputado aun obteniendo el 10 % de los sufragios, así como también obtener la mayoría absoluta con menos del 35 %.[28]

El Consejo de Gobierno[29]​ es el órgano que, de forma colegiada y bajo la autoridad del Presidente de la Junta, dirige la acción política y administrativa de Castilla-La Mancha. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria en el marco de la Constitución, del Estatuto de Autonomía, de las leyes del Estado y de las leyes regionales.

El Gobierno está compuesto por el presidente, potestativamente uno o varios vicepresidentes, y los consejeros.

Al Consejo de Gobierno le compete:

• Aprobar el plan general de actuación del Gobierno Regional, que posteriormente se ejecuta a través de cada Consejería.

• Aprobar los proyectos de Ley que envía a las Cortes y aprobar los decretos elaborados por cada Consejería.

• Acordar el nombramiento de los altos cargos de la administración autonómica.

• Administrar y conservar el patrimonio de la Comunidad Autónoma.

El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha responde políticamente de su gestión ante las Cortes Regionales.

La Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha es el máximo representante de Castilla-La Mancha dentro y fuera de su territorio. Además, ostenta la representación ordinaria del Estado en la comunidad autónoma. La presidencia es elegida por las Cortes de entre sus miembros y es nombrado por el rey. La Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha se encuentra situada en el palacio toledano de Fuensalida.

Como máximo responsable del Gobierno Regional, la Presidencia:

• Mantiene contacto directo con los ciudadanos de Castilla-La Mancha para conocer los problemas de la Región e impulsar las soluciones a través de la acción de Gobierno.

• Nombra a los Consejeros y Vicepresidentes, en su caso, del Gobierno.

• Establece el programa de gobierno de la Junta de Comunidades, en el que se definen aquellas necesidades más urgentes de los ciudadanos de la Región.

• Convoca elecciones a las Cortes de Castilla-La Mancha; promulga, en nombre del Rey, las leyes regionales y ordena su publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha y en el Boletín Oficial del Estado.[30]

Con posterioridad a la aprobación del Estatuto de Autonomía de la comunidad, se han creado por leyes de Castilla-La Mancha otras instituciones de ámbito autonómico, algunas de las cuales están siendo revisadas actualmente:

El órgano superior de justicia de la comunidad es el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que tiene su sede en la ciudad de Albacete, constituyendo una instancia judicial que forma parte de la estructura general del Poder Judicial único del Estado, adaptado a su competencia territorial. El actual presidente del Tribunal Superior de Justicia es Vicente Manuel Rouco Rodríguez, máximo representante del poder judicial en Castilla-La Mancha.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha está integrado por varios órganos: la Sala de Gobierno, la Sala de lo Civil y Penal, la Sala de lo Contencioso-Administrativo y la Sala de lo Social. A su frente se encuentra el presidente, que representa el poder judicial en la comunidad autónoma. Lo nombra el Consejo General del Poder Judicial por un periodo de cinco años.[31]

La Fiscalía de Castilla-La Mancha, con sede en la ciudad de Albacete, es el máximo órgano del Ministerio Fiscal en la comunidad autónoma. El actual fiscal superior de Castilla-La Mancha es José Martínez Jiménez, quien asume la representación y jefatura del Ministerio Fiscal en todo el territorio de la región.[32]

El territorio castellanomanchego está dividido en 31 partidos judiciales.

El art. 2 del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha establece que el territorio de la región de Castilla-La Mancha corresponde al de los municipios que integran las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.

Castilla-La Mancha se divide en cinco provincias, creadas por Javier de Burgos mediante Real Decreto del 30 de noviembre de 1833. La Constitución española recoge la división provincial del Estado, al establecer que este «se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses» (artículo 137 de la Constitución española).

Asimismo, el artículo 141.1 de la Constitución española define la provincia como la «entidad local con personalidad jurídica propia, determinada por la agrupación de municipios y división territorial para el cumplimiento de las actividades del Estado». El Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha en su artículo 30 articula a las mismas como organismos fundamentales para el ejercicio de las competencias y funciones de la Comunidad. Castilla-La Mancha se compone de cinco provincias:

Según los datos oficiales del INE a 1 de enero de 2019, Castilla-La Mancha consta de 919 municipios, repartidos por las cinco provincias, lo que supone el 11,3 % de todos los municipios de España. De ellos, 525 tienen menos de 500 habitantes, 214 entre 501 y 2000 habitantes, 144 entre 2001 y 10 000 habitantes y solo 36 poblaciones tienen más de 10 000 habitantes. La organización de los núcleos de población es muy dispar, siendo pequeños y numerosos en el norte, y de mayor entidad y menor número en el sur de la Comunidad, consecuencia ésta de la geografía regional y de los distintos modos de repoblación que se emplearon durante la Reconquista.

Los municipios se reparten de forma desigual, siendo la provincia de Guadalajara la que cuenta con un mayor número (288), seguido de la provincia de Cuenca (238), Toledo (204), Ciudad Real (102) y Albacete (87).

Los municipios se encuentran regulados en la Ley 7/1985, del 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local como «la entidad local básica de la organización territorial del estado». La misma ley indica que el municipio «tiene personalidad jurídica y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines» y que sus elementos son «el territorio, la población y la organización».[33]

En virtud del artículo 29 del Estatuto de Autonomía los municipios y provincias gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses. El máximo órgano municipal es el ayuntamiento, que realiza el gobierno en el territorio municipal a través del alcalde y los concejales.

El Título II de la Ley 3/1991, del 14 de marzo, de Entidades Locales de Castilla-La Mancha regula las entidades de ámbito territorial inferior al municipio dentro de Castilla-La Mancha.[34]​ Las localidades distanciadas de la capital municipal, que cuenten con intereses específicos diferenciados de los del municipio, podrán constituirse en entidad de ámbito territorial inferior al municipio para la gestión descentralizada de estos intereses, siempre que se acrediten los recursos suficientes para dicha gestión y el adecuado ejercicio de sus competencias. En 2011 había un total de 42 entes de este tipo en toda la Comunidad, destacando la provincia de Guadalajara, que contaba con 25 EATIM.

Aunque según el Estatuto de Autonomía las divisiones comarcales pueden ser reconocidas como entidad local con personalidad jurídica y demarcación local propia, hoy en día no existen comarcas de rango oficial y relevancia política. No obstante, diversos organismos oficiales provinciales han realizado comarcalizaciones de sus respectivas provincias con distintos fines: administrativo, económico y turístico. Asimismo, en Castilla-La Mancha existen comarcas de gran tradición histórica, que algunas veces no se circunscriben a una única provincia.

La Ley 3/1991, del 14 de marzo, de Entidades Locales de Castilla-La Mancha regula en su Título III el asociacionismo municipal, siendo el Capítulo I dedicado a Mancomunidades. El artículo 39 de dicha ley señala: Los municipios podrán constituirse en mancomunidades, en orden a la prestación de servicios y ejecución de obras de su competencia. Las mancomunidades gozan del carácter de ente local y tienen plena capacidad y personalidad jurídica independiente de la de los municipios que la constituyen para el cumplimiento de sus fines propios.[35]

En Castilla-La Mancha existían en 2011 137 mancomunidades que se reparten de la siguiente manera: Albacete cuenta con 16 mancomunidades, Ciudad Real cuenta con 19, Cuenca con 46, Guadalajara con 32 y Toledo con 24.[36]

Castilla-La Mancha es una comunidad del interior peninsular que ha experimentado una evolución dispar de su población a lo largo del tiempo. En la época más reciente asistimos a una lenta pero progresiva recuperación demográfica durante todo el siglo XIX, que se acentúa en la primera mitad del XX. La etapa de posguerra con las dificultades económicas y laborales existentes obligaron a que entre las décadas de 1950 y 1960, más de medio millón de castellanomanchegos emigraran a otras partes de España y Europa en busca de una mejor calidad de vida, lo que provocó que la población disminuyese durante las dos décadas siguientes.[20]

A partir de la década de los ochenta la tendencia cambia y evoluciona positivamente de forma pausada hasta principios del siglo XXI cuando el aumento de la población se acentúa, fundamentalmente en los grandes núcleos de población y principales centros industriales de la región, protagonizando uno de los mayores aumentos de toda España y superando el umbral poblacional establecido durante la década de los cincuenta.

Número de habitantes

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 1 de enero de 2019, Castilla-La Mancha cuenta con 2 035 505 habitantes repartidos entre sus cinco provincias.

A pesar de ser la tercera Autonomía más extensa de España, su territorio cuenta con una población distribuida de forma dispar. Castilla-La Mancha se sitúa en el noveno puesto de entre comunidades autónomas españolas por población, representando el 4,3 % del total nacional.

En las dos últimas décadas, Castilla-La Mancha ha sumado cerca de 300 000 habitantes, protagonizando uno de los incrementos de población más importantes del país.

Densidad de población

La densidad de población media de Castilla-La Mancha es de 25,6 hab./km², muy inferior a la media nacional, aunque las zonas industriales del noroeste de la comunidad como el Corredor del Henares, la comarca de La Sagra, Torrijos y Fuensalida en la comarca de Torrijos, la zona de Sonseca, la "Y" Villarrobledo - Almansa-Hellín, el Corredor Puertollano-Daimiel o las grandes ciudades, entre otras, superan ampliamente la media autonómica.

Distribución por tamaño de los municipios

La población se concentra en las grandes ciudades de la Comunidad. En los 36 municipios con más de 10 000 habitantes reside el 55,6% de la población, mientras que sólo reside el 7,9% en municipios de menos de 1000 habitantes.

La pirámide de población de Castilla-La Mancha presenta una tipología similar a la de una región desarrollada, con la zona central más ancha que la base y que la zona superior. La población entre los 15 y los 44 años representa alrededor del 39,3 %, de 45 a 64 años de edad representan el 26,8 %, manteniéndose más alejados los niños con un 15,4 % y los mayores de 65 con el 18,5 %. Estos datos vienen a demostrar el progresivo envejecimiento de la población castellanomanchega, aunque mitigado en parte por la inmigración.

Respecto a sexos, en la región habitan alrededor de 7 000 hombres más que mujeres, lo que supone un 50,2 % frente a un 49,8 %. A nivel nacional sucede lo contrario, la población femenina supera a la masculina.

Según datos definitivos del INE del año 2018[39]​:

La tasa de natalidad se situaba en 7,80 nacimientos por cada 1000 habitantes, algo por debajo de la tasa nacional que era de 7,94.

El Índice coyuntural de fecundidad se situaba en 1,27 hijos por mujer, por 1,26 a nivel nacional. La edad media a la maternidad se situaba en 32,1 años, por 32,2 a nivel nacional.

La tasa de mortalidad se situaba en 9,64 defunciones por cada 1000 habitantes, superior a la tasa nacional que era de 9,10.

La esperanza de vida al nacer se situaba en 83,42 años, superando la cifra nacional de 83,19 años, y se desglosa en 85,94 años para las mujeres y 80,99 años para los hombres.

Según el Barómetro Autonómico publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entre septiembre y octubre de 2012, la afiliación religiosa en Castilla-La Mancha es:

A fecha del 1 de enero de 2019[40]​, el 8,15 % de la población castellanomanchega era de nacionalidad extranjera, porcentaje inferior a la media nacional (10,69 %). Sin embargo, los inmigrantes se reparten de manera dispar por el territorio de la Comunidad: (porcentajes de población extranjera sobre el total provincial)[41]

Por procedencia, el 48,25 % son europeos, sobre todo rumanos, el 24,33 % africanos, en su mayoría de Marruecos, el 22,27 % americanos y el 5,15 % asiáticos.

La distribución territorial de las ciudades en Castilla-La Mancha tiene como elemento definidor la presencia mayoritaria en los sectores llanos del territorio. La Mancha y el área metropolitana de Albacete, el Campo de Calatrava, la Vega media del Tajo, La Sagra, la Campiña del Henares, el Corredor de Almansa o los Campos de Hellín, son las zonas en los que se ha producido el crecimiento y la consolidación de los núcleos urbanos más importantes.[42]

A continuación se muestra una tabla con los veinte municipios de mayor población según el padrón municipal del INE de 2020:

Recinto Ferial de Albacete. Feria de Albacete 17.jpg
Albacete
Guadalajara, vista aérea (tone, contrast, color).jpg
Guadalajara
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Toledo

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Talavera de la Reina
Ciudad Real, Diputación Provincial (RPS 20-07-2012).png
Ciudad Real
Ciudad Antigua. Desde el Barrio de Tiradores.JPG
Cuenca

Castilla-La Mancha cuenta con una de las redes de comunicaciones más importantes de España, que permite la vertebración del territorio regional y la conexión con el resto del país. La extensa red de carreteras y vías de alta capacidad, el transporte por ferrocarril, incluyendo varias líneas AVE, la extensa red de rutas de autobuses interurbanos, y un aeropuerto completan el catálogo de infraestructuras de transporte de la Comunidad.

Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma con mayor número de kilómetros de autopistas y autovías con un total de 2790 km.[43]​ No obstante, situada en el centro de la península ibérica, por ella transcurren algunas de las que soportan mayor tráfico del país, pues además de ser empleadas para el transporte interno en Castilla-La Mancha, son también rutas de conexión nacionales e internacionales.

Autovías de titularidad estatal que actualmente vertebran el territorio de Castilla-La Mancha, o se encuentran en distintas fases de ejecución:

(Notas: * en construcción o proyecto, en negrita las localidades más importantes de Castilla-La Mancha cercanas al trazado.)
(Con ** cancelada o construcción futura).

Autovías que vertebran el territorio de la región cuyo titular es la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

(*en construcción o proyecto) (**cancelada o construcción futura)

La compañía pública de ferrocarriles (Renfe) dispone de numerosas líneas y estaciones a lo largo de toda la geografía castellanomanchega.

Por Castilla-La Mancha discurren numerosas líneas de ferrocarril convencional (Media y Larga Distancia).[45]​ La red de trenes Renfe Media Distancia da servicio de transporte de viajeros por ferrocarril a Castilla-La Mancha y la comunica con Andalucía, Castilla y León, Extremadura, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana.

Castilla-La Mancha cuenta con una extensa red de alta velocidad, siendo la comunidad autónoma con más kilómetros de AVE. Además, todas las capitales de provincia, más Puertollano cuentan con estación adaptada a la misma.

Líneas AVE que transcurren actualmente por la comunidad[46]​ y en proyecto o construcción:[47]

Cercanías

En el norte y noroeste de Castilla-La Mancha operan las cercanías de la zona centro, provincia de Guadalajara y Toledo.

En la provincia de Guadalajara están las estaciones de Azuqueca de Henares y de Guadalajara, ambas pertenecientes a la línea C-2.

En la provincia de Toledo se encuentra la estación de Seseña, perteneciente a la línea C-3 con destino a Aranjuez, aunque desde abril de 2007 los trenes ya no paran en dicha estación.

Guadalajara | Azuqueca de Henares | Meco | Alcalá de Henares Universidad | Alcalá de Henares Madrid-CercaniasC7.svg | La Garena | Torrejón de Ardoz | San Fernando | Coslada Madrid-MetroLinea7.svg | Vicálvaro Madrid-MetroLinea9.svg | Santa Eugenia | Vallecas Madrid-MetroLinea1.svg | El Pozo | Asamblea de Madrid-Entrevías | Atocha-Cercanías Cercanias Logo.svg Madrid-MetroLinea1.svg | Recoletos | Nuevos Ministerios Cercanias Logo.svg Madrid-MetroLinea6.svg Madrid-MetroLinea8.svg Madrid-MetroLinea10.svg | Chamartín Cercanias Logo.svg Madrid-MetroLinea1.svg Madrid-MetroLinea10.svg | Madrid-CercaniasC8.svg

Guadalajara | Azuqueca de Henares | Meco | Alcalá de Henares Universidad | Alcalá de Henares Madrid-CercaniasC7.svg | La Garena | Torrejón de Ardoz | San Fernando | Coslada Madrid-MetroLinea7.svg | Vicálvaro Madrid-MetroLinea9.svg | Santa Eugenia | Vallecas Madrid-MetroLinea1.svg | El Pozo | Asamblea de Madrid-Entrevías | Atocha-Cercanías Cercanias Logo.svg Madrid-MetroLinea1.svg | Recoletos | Nuevos Ministerios Cercanias Logo.svg Madrid-MetroLinea6.svg Madrid-MetroLinea8.svg Madrid-MetroLinea10.svg | Chamartín Cercanias Logo.svg Madrid-MetroLinea1.svg Madrid-MetroLinea10.svg | Madrid-CercaniasC8.svg

En la actualidad, Castilla - La Mancha cuenta con dos aeropuertos de pasajeros situados en las cercanías de las ciudades de Albacete y Ciudad Real:

La comunidad también cuenta con varios aeródromos de carácter público o privados, dedicados a tareas deportivas, sanitarias o de extinción y protección contra incendios.

Castilla-La Mancha alberga importantes instalaciones militares y de defensa.

Tiene su sede en la ciudad de Albacete. Oficialmente llamada Tactical Leadership Programme (TLP), es un centro internacional de formación avanzada para pilotos y tripulaciones con el objetivo de mejorar la operatividad y la efectividad de las Fuerzas Aéreas Aliadas. Tiene un personal permanente de más de 100 personas de todos sus países miembros y sus cursos suponen el despliegue de 3000 efectivos al año en la ciudad.[51]

Situada en la ciudad de Albacete, es una de las principales bases aéreas de España, en la que se encuentra desplegada el Ala 14 y los aviones más avanzados del Ejército del Aire, como el Eurofighter Typhoon, uno de los mejores aviones de combate del mundo. Es una pequeña ciudad en la que trabajan más de 1000 personas.[52]

El Ala 14 es una de las unidades militares del Ejército del Aire de España. Dotada, entre otros, con los aviones de combate Eurofighter Typhoon, tiene como función principal la realización de misiones aéreas. Cuenta con dos escuadrones: el Escuadrón 141 y el Escuadrón 142.[53]

Se encuentra en la ciudad de Albacete. Es la más importante de España. Su misión es el mantenimiento de los aviones del Ejército del Aire al máximo nivel. Sus instalaciones ocupan una superficie de más de 470 000 metros cuadrados. Tiene más de 600 trabajadores.[54][55]

El CENAD Chinchilla es un centro de formación militar del Ejército de Tierra de España situado dentro del término municipal de Chinchilla de Montearagón, colindante con el de Albacete.

Almagro alberga una base de helicópteros del Ejército del Tierra en donde están destinados los helicópteros Tigre.

Es un centro de formación militar del Ejército de Tierra español situado en la localidad de Toledo. El centro se encarga de ofrecer formación básica, especialización y formación de oficiales, suboficiales y tropa del Arma de Infantería.[56]

El Parque Científico y Tecnológico de Castilla-La Mancha es un parque tecnológico de ámbito científico y empresarial con sede en la ciudad española de Albacete y una subsede en Guadalajara. Impulsado por la Junta de Comunidades, la Universidad de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Albacete y la Diputación Provincial de Albacete, surgió en 2001. En dicho parque se desarrollan diferentes áreas como la biomedicina, automáta y robótica, aeronáutica, biotecnología, TIC, energías renovables y medio ambiente.[57]

Los centros tecnológicos son clave para mejorar la competitividad de las empresas; actualmente en Castilla-La Mancha existen cinco centros que, promovidos por asociaciones empresariales y con el apoyo del Gobierno Autonómico realizan proyectos de investigación y desarrollo, ensayos, ofrecen asistencia técnica, transferencia de tecnología y formación de técnicos y directivos empresariales. Todos los centros se agrupan en la Federación de Entidades de Innovación de Castilla-La Mancha (FEDICAM).[58]​ Centros actuales:

La comunidad autónoma también cuenta con cinco centros de innovación:

El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) es el órgano encargado de la salud en la Comunidad, y depende funcionalmente de la Consejería de Salud y Bienester Social de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

El SESCAM fue creado por la Ley 8/2000, de 30 de noviembre, cuya estructura orgánica y funciones se establecen en el Decreto 1/2002, de 8 de enero. Es en enero de 2002 cuando Castilla-La Mancha asumiría la gestión de la asistencia sanitaria de la Seguridad Social.[64]

Como parte integrante del Sistema Nacional de Salud, se basa en los principios de cobertura universal, equidad en el acceso y financiación pública, con el objetivo de prestar una asistencia más moderna, cercana, efectiva y de mayor calidad al ciudadano.

El SESCAM gestiona en la actualidad, la práctica totalidad de los recursos sanitarios públicos de la comunidad, con excepciones como las que representan los recursos sanitarios dependientes del Ministerio de Justicia (Instituciones penitenciarias) entre otras.

Actualmente, Castilla-La Mancha se divide en ocho áreas de salud: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, La Mancha-Centro, Puertollano, Talavera de la Reina y Toledo, integrada cada una de ellas por distintas zonas básicas de salud (centros de salud, consultorios locales,...).

En 2012 existían en la Comunidad 17 hospitales públicos y 8 centros de especialidades, algunos de ellos pendientes de ampliaciones o remodelaciones para mejorar su accesibilidad o ampliar su cartera de servicios.

En 2009, Castilla-La Mancha contaba con 5842 camas hospitalarias (9,9 % privadas), que suponen una ratio de 2,81 camas por mil habitantes.[65]

En total, en 2010 ejercían su labor en la Comunidad 26 365 profesionales, repartidos por 21 hospitales públicos, 17 de ellos dependientes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), 8 centros de especialidades, diagnóstico y tratamiento; 200 centros de salud, 1116 consultorios locales y una dotación económica de 2752,33 millones de euros, lo que supuso el 28,62 % del presupuesto global de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para ese año.[66]

Además, en Castilla-La Mancha existen 1319 farmacias repartidas por todo el territorio de la comunidad autónoma, que ofrecen sus servicios a todos los municipios de la región.[20]

La educación en Castilla-La Mancha está actualmente regulada por la LOMCE (Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa), siendo un derecho constitucional de los ciudadanos, y obligatoria y gratuita hasta los 16 años de edad.

El 1 de enero de 2000 la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha asumió las competencias en materia de educación, gestionando directamente mil centros docentes, en los que, en esa fecha, trabajaban 22 000 profesores y estudiaban 318 000 alumnos.[67]

En el curso escolar 2010/2011 en estudios no universitarios estudiaban 368 408 alumnos (no se contabilizan el alumnado correspondiente a las enseñanzas de adultos), de los cuales el 18,12 % cursaba sus estudios en un centro privado.[68]

Durante ese mismo curso había abiertos en la Comunidad 1531 centros escolares, de los que el 15,21 % eran privados,[69]​ con una plantilla de profesorado de 35 715 docentes.[70]​ Castilla-La Mancha cuenta con un importante servicio de transporte escolar con 1229 rutas (2009) que dan servicio diariamente a casi 36 000 alumnos.

La educación infantil y la educación primaria constituyen la primera fase de la educación. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita para todas las personas, comprende diez años de escolaridad y se desarrolla, de forma regular, entre los cinco y los dieciséis años de edad.

En el curso 2010/2011 Castilla-La Mancha contaba con 218 085 alumnos matriculados en los diferentes cursos de educación infantil y primaria (no se incluye E.S.O.).[68]

La educación secundaria se divide en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y educación secundaria postobligatoria. Constituye en la educación secundaria postobligatoria, el Bachillerato y la Formación Profesional (FP) de grado medio o FP I en sus distintas disciplinas incluyendo las artísticas, plásticas y deportivas. Estos estudios se cursan en Institutos de Enseñanza Secundaria (IES).

En el curso 2010/2011la Comunidad contaba con 87 727 alumnos matriculados en educación secundaria obligatoria, 31 050 en el bachillerato de las diferentes ramas, 13 540 en ciclos formativos de grado medio, y 10 755 en ciclos formativos de grado superior.[68]

Abarca los estudios universitarios (actuales: Grado, Máster y Doctorado; en extinción: Diplomatura, Licenciatura y Doctorado), la Formación Profesional (FP) de grado superior, así como, las distintas enseñanzas artísticas, plásticas y deportivas superiores.

En Castilla-La Mancha han existido históricamente importantes instituciones de carácter universitario, destacando la Real Universidad de Toledo (1485), la Universidad de San Antonio Portaceli en Sigüenza fundada en el siglo XV por el cardenal Mendoza, o la Real y Pontificia Universidad de Nuestra Señora del Rosario, de Almagro (1574), Academia de Minería y Geografía Subterránea de Almadén, (primera Academia de Ingeniería de España) de Almadén(1777).[71]

Desde 1985, Castilla-La Mancha es sede de dos diferentes universidades públicas; una de carácter eminentemente autonómico, la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y otra exterior, la de Alcalá de Henares, con campus en Guadalajara. No obstante, la Comunidad es la que presenta un mayor índice de movilidad académica universitaria del país (49,7 %).[72]

Este sistema universitario bicéfalo se diversifica por el territorio autonómico en cinco Campus(capitales de provincia), además de otros centros de carácter universitario (Talavera de la Reina, Puertollano y Almadén).[73]

Además, la UCLM cuenta con 16 residencias universitarias que ofertan 2100 plazas para estudiantes.[20]



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