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England



Inglaterra (en inglés, England /ˈɪŋɡlənd/) es una de las cuatro naciones constituyentes del Reino Unido. Su territorio está formado geográficamente por la parte sur y central de Gran Bretaña, isla que comparte junto a Escocia y Gales, y cerca de 100 islas más pequeñas como las islas Sorlingas y la isla de Wight. Limita al norte con Escocia, al oeste con Gales —sus dos fronteras terrestres—, al noroeste con el mar de Irlanda, al suroeste con el mar Celta, al este con el mar del Norte y al sur con el canal de la Mancha. Inglaterra asume el 84 % de la población y el 85 % del PIB del Reino Unido.

El territorio actual de Inglaterra ha estado habitado por varias culturas desde hace cerca de 35 000 años, pero toma su nombre de los anglos, uno de los pueblos germánicos que se establecieron en el lugar durante los siglos V y VI. Se convirtió en un Estado unificado en el año 927 y desde la era de los descubrimientos, que comenzó en el siglo XV, ha tenido un gran impacto cultural y legal en todo el mundo. El idioma inglés, la Iglesia anglicana y el derecho de Inglaterra —tomado como base para el sistema jurídico de muchos otros países del mundo— se desarrollaron en Inglaterra, y el sistema parlamentario de gobierno ha sido mayormente adoptado por otras naciones.

El territorio de Inglaterra está formado, principalmente por colinas bajas y llanuras, sobre todo en el centro y el sur del país. Sin embargo, hay terrenos de montaña en el norte (por ejemplo, el parque nacional del Distrito de los Lagos y los Peninos) y en el oeste (por ejemplo, Dartmoor y las colinas de Shropshire). La capital es Londres, que tiene la mayor área metropolitana del Reino Unido. La población de Inglaterra, de 56,3 millones de habitantes, comprende el 84% de la población del Reino Unido,[5]​ concentrada en gran medida en torno a Londres, el sureste y las conurbaciones de las Midlands, la región del Noroeste, el noreste y Yorkshire, que se desarrollaron como grandes regiones industriales durante el siglo XIX.[6]

El Reino de Inglaterra —que desde 1284 también incluía a Gales— fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que la reina Ana de Gran Bretaña firmó el Acta de Unión con Escocia, para crear el Reino de Gran Bretaña. En 1801 el Reino de Irlanda se unió al Reino de Gran Bretaña creando así el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda hasta 1922. Con la independencia y partición de Irlanda desde entonces es el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.[7]

Al terminar el mandato romano sobre Britania, (la parte sur de Gran Bretaña), la isla fue invadida, tanto por pueblos celtas procedentes de Escocia e Irlanda como por pueblos germánicos venidos de los actuales Países Bajos, Alemania, y Dinamarca, principalmente anglos, sajones y jutos. Estas tribus acabaron fusionándose entre sí y, en cierta forma, con la población local, principalmente los britones, fundando una serie de reinos en el sureste de Britania. A esta zona le dieron los francos el nombre latino Anglae terra (Tierra de los anglos), que más tarde pasó a utilizarse en la mayor parte de Europa. Posteriormente, los propios ingleses tradujeron este nombre como England.

Es curioso que el nombre de este territorio varía dependiendo de dónde provenga la denominación: para los europeos continentales, el nombre de «Tierra de los anglos» fue el que perduró, aun cuando los anglos estaban más al norte que los reinos sajones en la isla. Sin duda alguna, influyó el hecho de que los reinos anglos de Northumbria, Mercia y Anglia Oriental abarcaban el 80 % del territorio de la Heptarquía y a ellos correspondió la supremacía política durante los siglos VI y VII, especialmente durante los reinados de Edwin de Northumbria y de Penda y Offa de Mercia. A esta supremacía política de los anglos se unió una primacía cultural, pues los monasterios de Northumbria, especialmente el de Lindisfarne, se convirtieron en centros culturales de primer orden, de donde surgieron grandes figuras como Alcuino de York y Beda el Venerable, que tuvieron una gran influencia en el desarrollo de la cultura de la Europa merovingia y carolingia. Además, concurría un hecho que jugaba en contra de una hipotética Saxonland: y es que en el continente, en la frontera oriental del reino de los francos, se asentaba el pueblo de los sajones continentales, que tras ser sometido por Carlomagno, se integró en el Imperio carolingio y posteriormente en el Sacro Imperio. El uso de los términos Anglia y angli esquivaba molestas homonimias y evitaba la posibilidad de confundir a los anglosajones con los sajones del continente.

En el marco de los propios anglosajones, la Historia Eclesiástica Gentis Anglorum de Beda el Venerable marca una tendencia. En esta obra, las palabras angli, angelfolc y gentis anglorum se utilizan en un doble sentido: en un sentido amplio, designan a todos aquellos pueblos de lengua germánica que invadieron Gran Bretaña a finales del siglo V y principios del VI, ya fueran anglos, jutos o sajones.[9]​ En un sentido estricto, tales términos se referían exclusivamente a la tribu de los anglos, excluyendo a los jutos y los sajones. Esta terminología fue aceptada incluso por los sajones de Wessex, que a partir de Alfredo el Grande, se titulaban a sí mismos como Rex Saxonum et Anglorum (reyes de los anglos). Sin duda alguna, influyó el hecho de que a partir del tratado de Wedmore (878) y la conquista de Londres, amplias zonas habitadas por anglos cayeran en poder del rey Alfredo. Precisamente fue este monarca el que, a pesar de ser sajón, hizo todo lo posible por patrocinar una identidad paninglesa entre los pueblos de habla anglosajona de Britannia.

En sus traducciones de las obras de Beda el Venerable se usa el vocablo englisc (inglés), y no saxisc (sajón), para referirse a la lengua anglosajona. Además, la expresión gentis Anglorum es traducida por Alfredo como con el vocablo Angelcynn (el pueblo de los ingleses). No en vano, los reyes de Wessex eran descendientes del legendario rey de los anglos Offa (no confundir con Offa de Mercia), que reinó en el Norte de Alemania siglos antes de la gran migración a Britannia. Los reyes de los anglosajones, dueños ya a partir de Athelstan de toda Inglaterra, adoptaron diferentes títulos como Rex Angulsæxna (rey de los anglosajones) o Rex Anglorum (rey de los ingleses) y finalmente en el siglo XI la última expresión se consolidó, y el vocablo «ingleses» desplazó definitivamente al de «sajones».

En las lenguas celtas, el nombre de los sajones fue el que tuvo mayor arraigo, como por ejemplo: Sasana en gaélico irlandés; Sasainn en gaélico escocés; Lloegr para el territorio, pero saeson como gentilicio, en galés y bro-saoz en bretón.

Las primeras pruebas conocidas de la presencia humana en la zona que hoy se conoce como Inglaterra fueron las del Homo antecessor, que datan de hace aproximadamente 780.000 años.[10]

El fósil humano más antiguo descubierto en el territorio tiene más de 500 000 años.[11]​ El descubrimiento se realizó en los actuales Norfolk y Suffolk. El hombre moderno llegó al territorio hace 35 000 años, pero debido a las difíciles condiciones del último periodo glacial, huyeron de Gran Bretaña hacia las montañas del sur de Europa. Solamente permanecieron grandes mamíferos como los mamuts y rinocerontes. Aproximadamente hace once mil años, cuando el hielo comenzó a derretirse, los seres humanos volvieron a ocupar la región. Estudios genéticos demostraron que procedían del norte de la península ibérica. El nivel del mar era más bajo que el actual, y Gran Bretaña estaba conectada por tierra a Irlanda y Eurasia,[12]​ cuando el mar subió se separó de Irlanda hace 9000 años y de Eurasia poco después.

La cultura del vaso campaniforme llegó en torno al año 2500 a. C. Con ella comenzó la construcción de vasijas hechas de barro y cobre.[13]​ Fue en esa época en la que se construyeron los grandes monumentos del Neolítico, como los de Stonehenge y Avebury. Durante la Edad de Hierro los celtas llegaron desde la Europa central. El desarrollo de la fundición de hierro permitió la construcción de mejores arados, el avance de la agricultura y la producción de armas más eficaces.[14]

Los romanos conquistaron Bretaña en el año 43, y bajo el reinado de Claudio el área fue incorporada a la provincia de Britania.[15]​ En el año 410, con la decadencia del Imperio romano, los romanos dejaron la isla para defender sus límites en la Europa Continental.

Después de la retirada de los romanos, Gran Bretaña se vio expuesta a la invasión de marinos guerreros como los sajones y los jutos, que ganaron control en áreas del sureste. Su avance pudo contenerse durante un tiempo tras la victoria de los britanos en la batalla del Monte Badon. Los reinos británicos posromanos en el norte, posteriormente conocidos colectivamente por los bardos británicos como el Hen Ogledd, fueron, a su vez, gradualmente conquistados por los anglos durante el siglo VI. Dada la escasez de relatos contemporáneos fidedignos de este periodo, así como de evidencias arqueológicas, este período se describe como una Edad Oscura. Existen varias teorías en conflicto respecto a la extensión y el proceso de la invasión anglosajona de Gran Bretaña; Cerdic, fundador de la dinastía de Wessex, pudo haber sido un britón. No obstante, para el siglo VII pequeños reinos anglosajones conocidos como la Heptarquía habían emergido en la parte central y sur de Gran Bretaña: Northumbria, Mercia, Estanglia, Essex, Kent, Sussex y Wessex.

La religión cristiana, que se había perdido después de la fundación de la Heptarquía, fue reintroducida en el sur por Agustín, desde Roma, y en el norte por Aidan, desde Irlanda.

En el año 927, el rey Athelstan de Wessex unificó la Heptarquía y se proclamó "rey de toda Britania" (Rex Totius Britanniae), convirtiéndose en el primer anglosajón en gobernar sobre una Inglaterra unificada.[16]

A posteriori, a comienzos del siglo XI, la Inglaterra anglosajona cayó bajo el domilio de los pueblos escandinavos, tras la fructifera invasión danesa en 1016. No obstante ello, el rey normando Canuto (1016-1035) respetó las instituciones ya existentes y las leyes inglesas, así como también brindó apoyo a la iglesia católica. Sin embargo, su raigambre dinastica no pudo sostenerse en el poder y en 1042 la línea anglosajona de reyes fue reinstaurada, con Eduardo el Confesor (1042-1066) a la cabeza. Sin perjuicio de lo cual, tras su muerte, el reinado lo asumió Haroldo Godwinson, quien pertenecía a una de las grandes familias nobles inglesas. Sin embargo, el primo de Godwinson, Guillermo el Conquistador, en 1066, conquistó Inglaterra por un ejército liderado desde el Ducado de Normandía, un feudo del Reino de Francia. Los normandos provenían de Escandinavia y se habían asentado en Normandía solo unos siglos antes. Este pueblo introdujo el feudalismo y se mantuvo el poder a través de barones.

Luego de la conquista, Guillermo (1066-1087) consideró toda Inglaterra su posesión real, y para lo cual ordenó compilar las tierras en arrendamiento, tomando posesión de un estimado de alrededor de un quinto de la tierra de Inglaterra en calidad de dominios reales. Así los normandos, a diferencia de las dinastías anglosajonas establecieron una jerarquía de nobles que poseían tierras en calidad de feudos del rey.

No obstante y pese la modificación del dominio de la tierra, el nuevo soberano conservó el sistema administrativo anglosajón, estableciendo condados divididos en cientos de villas o grupos de estas, siendo dentro de cada una el alguacil el funcionario real más importante, encargado de levas, recaudación de impuestos y de presidir la corte del condado. Pese a mantener el cargo, Guillermo reemplazo al personal anglosajón por personal normando. Y a su vez, desarrolló el sistema de impuestos y los tribunales reales instaurados por los reyes anglosajones y daneses de los siglos X y XI.[17]

En la década de 1450, en las postrimerías de la Edad Media, estalló en Inglaterra una guerra entre las casas ducales Lancaster, cuyo símbolo era una rosa roja, y la casa de York, cuyo símbolo era una rosa blanca, por lo cual a este conflicto se lo conoce como Guerra de las Rosas, e involucró a muchas familias aristocráticas de Inglaterra. Al final de esta contienda, en el año 1485, Enrique Tudor, duque de Richmond, derrotó al último rey de York, Ricardo III (1483-1485), en la batalla de Bosworth Field, estableciendo así el nacimiento de la dinastía Tudor, con Enrique VII (1485-1509) como primer gobernante de dicha casa dinástica.[18]

Bajo el recientemente formado Reino de Gran Bretaña, el impulso de la Royal Society y otras iniciativas inglesas combinadas con la Ilustración escocesa llevaron a la creación de importantes innovaciones en ciencia e ingeniería. Esto pavimentó el camino para el establecimiento del Imperio británico, que en su cúspide territorial llegó a abarcar cerca de una cuarta parte de la superficie terrestre. Domésticamente, la Revolución Industrial, un periodo de profundos cambios en las condiciones culturales y socioeconómicas del país, significó la industrialización de la agricultura, manufactura, ingeniería y minería, así como también el desarrollo de nuevas obras en transporte e infraestructura hidráulica para facilitar su expansión y desarrollo, destacando en este ámbito la construcción del canal de Bridgewater, terminado en 1761, y la apertura del ferrocarril Stockton-Darlington en 1825.

Durante la Revolución Industrial muchas personas se trasladaron desde zonas rurales hacia nuevas áreas industriales en expansión, como Mánchester o Birmingham. Inglaterra mantuvo una relativa estabilidad durante toda la Revolución francesa, siendo William Pitt el Joven el primer ministro británico durante el reinado de Jorge III.

Desde el siglo XX ha existido un importante movimiento de inmigración hacia Inglaterra, en su mayoría de habitantes provenientes de otras partes de las islas británicas, pero también de países de la Mancomunidad de Naciones, particularmente de países del subcontinente indio.

Dado que Inglaterra es uno de los países constituyentes del Reino Unido, el sistema político imperante es una monarquía constitucional con un gobierno parlamentario basado en el sistema Westminster.[19]​ No ha habido un Gobierno de Inglaterra desde 1707, cuando el Acta de Unión de ese año certificó la unión de Inglaterra con Escocia, creando el Reino de Gran Bretaña.[20]​ Antes de la unión, Inglaterra tenía su propio monarca y su propio parlamento que se ocupaban de su gobierno. Actualmente Inglaterra se encuentra directamente gobernada por el Parlamento del Reino Unido, a pesar de que otros países constituyentes han desarrollado sus propios gobiernos.[21]​ La Cámara de los Comunes, la Cámara Baja del Parlamento Británico, que tiene su sede en el palacio de Westminster, está compuesta por 532 miembros del Parlamento representantes de los distintos distritos electorales ubicados en Inglaterra, de un total de 650.[22]

En las elecciones generales del Reino Unido de 2010 el Partido Conservador obtuvo la mayoría absoluta si se cuentan solo los 532 puestos para Inglaterra, obteniendo 61 escaños más que todos los otros partidos combinados. Sin embargo, si se suman los resultados de Escocia, Irlanda del Norte y Gales, el resultado en Inglaterra no fue suficiente para asegurar una mayoría absoluta, dando como resultado una situación denominada como hung parliament o parlamento colgado.[23]​ Esta situación obligó a los conservadores, liderados por David Cameron, a pactar con los liberales demócratas para formar gobierno y poder proclamar a Cameron como primer ministro.

Tras la descentralización de poderes, mediante la cual cada uno de los otros países constituyentes del Reino Unido —Escocia, Gales e Irlanda del Norte— obtuvieron su propio parlamento o asamblea para gobernar sobre asuntos locales, se ha abierto un debate sobre la forma de compensar esta ausencia de parlamento propio en Inglaterra. Originalmente se planteó que varias regiones de Inglaterra contaran con una asamblea propia, pero el rechazo a esta idea en un referéndum realizado en 2004 en la región Nordeste de Inglaterra detuvo dicha reforma.

Inglaterra tiene un clima oceánico templado y húmedo, con temperaturas no muy inferiores a −5 °C en invierno y no muy superiores a 32 °C en verano.[24]

Los meses más fríos son enero y febrero, siendo julio el mes más cálido. Las precipitaciones se distribuyen de manera uniforme a lo largo del año, siendo la región oeste la que tiene más precipitaciones.[24]​ Desde que se comenzó a registrar el clima, la temperatura más alta fue de 38,5 °C el 10 de agosto de 2003 en Brogdale,[25]​ mientras que la más baja fue de −26.1 °C el 10 de enero de 1982 en Edgmond.[26]

La organización del gobierno local en Inglaterra es compleja, debido al hecho de que la distribución de funciones varía de acuerdo a las disposiciones locales. La legislación local corresponde al Parlamento británico y el gobierno del Reino Unido, dado que Inglaterra no cuenta con un parlamento descentralizado. El nivel superior de las subdivisiones de Inglaterra lo forman las nueve oficinas regionales de gobierno.[28]​ Desde el año 2000, la región de Londres cuenta con una asamblea electa y con un alcalde, tras el gran apoyo que recibió dicha propuesta en el referéndum de Londres de 1998.[29][30]​ En ella se pretendía que las otras regiones también contaran con su propia asamblea regional, pero el rechazo a esta idea en un referéndum realizado en 2004 en la región Nordeste de Inglaterra detuvo la reforma.[31]​ Por debajo del nivel de región, Londres se conforma por 32 municipios mientras que el resto de Inglaterra posee consejos de distrito y diputaciones o autoridades unitarias. Los concejales son elegidos por sufragio directo, mediante voto sencillo o por bloque.[32]

El Banco de Inglaterra, fundado en 1694 por el banquero escocés William Paterson, es el banco central del Reino Unido. Desde su fundación actuó como un banco privado para el Gobierno de Inglaterra, y continuó con este rol para el Gobierno del Reino Unido hasta que fue nacionalizado en 1946. Posee además el monopolio en la emisión de billetes de la moneda oficial de Inglaterra y de todo el Reino Unido, la libra esterlina tanto para Inglaterra como para Gales, aunque no en Escocia e Irlanda del Norte, en donde algunos bancos tienen derecho a emitir sus propios billetes.

Inglaterra por sí sola acumula el 85 % del PIB del Reino Unido. Inglaterra goza de una alta industrialización, si bien desde los años 1970 ha experimentado una disminución de la tradicional industria pesada y de los sectores manufactureros, en favor de un creciente énfasis hacia los sectores de servicios. Además, el turismo se ha convertido en factor clave dentro de la economía inglesa, la cual atrae anualmente a millones de visitantes. Las principales exportaciones inglesas son los productos farmacéuticos, los automóviles, el petróleo (extraído de la parte inglesa del mar del Norte en conjunto con Wytch Farm), los motores aeronáuticos y las bebidas alcohólicas. Otra parte importante de la economía es la agricultura, que en Inglaterra es intensiva y altamente mecanizada, produciendo el 60 % de las necesidades alimentarias con solo el 2 % de la fuerza laboral. Dos tercios de la producción agrícola están dedicados al ganado, mientras que el otro tercio está dedicado al cultivo.

Con más de 50 millones de habitantes según el censo de 2001, Inglaterra es el país constitutivo más poblado del Reino Unido, contabilizando el 84 % de la población total. De ser un estado soberano, estas cifras convertirían a Inglaterra en el 25° país más poblado en el mundo. A su vez, con una densidad de 407 personas por kilómetro cuadrado, sería el segundo estado más densamente poblado de Europa después de Malta.

Como su nombre sugiere, el inglés, idioma hablado por millones de personas en el mundo, se originó como el idioma de Inglaterra, siendo la lengua más hablada en el mundo actualmente, Anexo:Idiomas por el total de hablantes

Después del anglicanismo (con el 55 % de la población), la Iglesia católica es la confesión con mayor número de fieles, siendo 4,2 millones de personas, aproximadamente un 7,8 % de la población inglesa y galesa.[33]

En especial desde la década de 1950, comenzaron a aparecer diversas religiones practicadas en las antiguas colonias británicas debido a la inmigración, siendo el islam la más común entre ellas, representando aproximadamente al 3,1 % de la población. Lo siguen el hinduismo, el budismo y el judaísmo, que fueron introducidos desde India y el Sureste Asiático, que en conjunto alcanzan el 2 %. En el censo de 2001, cerca del 14,6 % de la población decía no profesar ninguna religión.

Resulta difícil separar claramente la cultura de Inglaterra respecto de la cultura del Reino Unido, si bien la cultura inglesa ha influido en las otras culturas de las islas británicas, queda por aclarar hasta qué punto estas otras culturas han influido sobre la de Inglaterra.

La arquitectura de Inglaterra se refiere a la arquitectura practicada en el territorio actual de Inglaterra y en el del histórico reino de Inglaterra. El término también se usa para referirse a los edificios creados bajo la influencia inglesa o por los arquitectos ingleses en otras partes del mundo, particularmente en las colonias inglesas y, posteriormente británicas, y en el Imperio británico que evolucionó hacia la Mancomunidad Británica de Naciones.

Las principales formas de arquitectura no vernácula empleadas en Inglaterra antes de 1900 se originaron en otras partes de Europa occidental, principalmente en Francia e Italia, y también en el siglo XX la arquitectura moderna deriva tanto de influencias europeas como estadounidenses. Cada uno de esos modos extranjeros se asimiló en la cultura arquitectónica inglesa y dio lugar a variaciones e innovaciones locales, produciendo algunas formas y tipos nacionales diferenciados. Entre los estilos más característicos originarios de Inglaterra destacan el gótico perpendicular de finales de la Edad Media, el gótico victoriano alto y el estilo reina Ana.[34]

Muchos antiguos monumentos de piedra todavía en pie fueron erigidos en el periodo prehistórico; entre los más conocidos figuran Stonehenge, los menhires conocidos como las Flechas del Diablo, el monolito de Rudston y el círculo de piedras de Castlerigg.[35]​ Con la invasión romana se introdujeron nuevos tipos edificatorios, basílicas, baños, anfiteatros, arcos de triunfo, villas, templos, calzadas, fortalezas, empalizadas y acueductos.[36]​ Fueron los romanos quienes fundaron varias ciudades y pueblos tales como Londinium (Londres), Aquae Sulis (Bath), Eburacum (York), Deva (Chester) o Verulamium (St Albans). Una de las obras romanas más conocidas es el muro de Adriano, que atraviesa todo el norte de Inglaterra.[36]​ Otro ejemplo bien conservado son los baños romanos en Bath.

Los primeros edificios civiles de la arquitectura medieval fueron construcciones sencillas, realizadas principalmente con madera y tejados de paja. La arquitectura eclesiástica abarcó desde una síntesis del monasticismo hiberno-sajón[37][38]​ hasta la basílica paleocristiana, caracterizada por las hileras de pilastras, las arcadas ciegas, ejes de balaustres y aberturas de cabeza triangular.

Después de la conquista normanda en 1066 los señores feudales construyeron numerosos castillos desde los que poder detentar el poder, y protegerse de invasiones en el norte. Algunos de los mejores castillos medievales conocidos son la torre de Londres, el castillo de Warwick, el castillo de Durham y el castillo de Windsor, entre otros.[39]

A lo largo de la era de Plantagenet, floreció una arquitectura gótica inglesa, con ejemplos sobresalientes como las catedrales medievales de Canterbury y York o la abadía de Westminster.[39]​ Con la expansión de la arquitectura normanda además de castillos, surgieron palacios, grandes casas, universidades e iglesias parroquiales. La arquitectura medieval se completó en el siglo XVI con el estilo Tudor cuyo elemento más característico es el arco de cuatro centros —el llamado arco Tudor— al igual que el wattle and daub (bahareque) de las casas domésticas. A raíz del Renacimiento, apareció una forma de arquitectura que se hacía eco de la antigüedad clásica sintetizada con el cristianismo, es el estilo barroco inglés, particularmente defendido por el arquitecto Christopher Wren.[40]

En Inglaterra la arquitectura medieval ofrece tal vez una evolución más completa que en los demás países: se clasifica en períodos que coinciden aproximadamente con los siglos y se definen por sus caracteres especiales: anglo-sajón, normando, inglés primitivo, decorado, perpendicular y Tudor. Esta clasificación se basa en las etapas históricas y parte en el carácter de la arquitectura inglesa. El tránsito de una a otra fue lento y gradual, casi imperceptible. El carácter de cada estilo y su análisis advierten bien de la evolución de plantas, aberturas, techadumbres, columnas y ornamentos.[41]

El folclore inglés se ha ido desarrollando a lo largo de muchos siglos. Algunos de los personajes e historias están presentes en toda Inglaterra, pero la mayoría pertenecen a regiones específicas.

Del folclore o tradición común proceden los duendes, los gigantes, los elfos, el "coco", los troles y los enanos. Si bien se cree que muchas leyendas populares vienen de antiguo, como por ejemplo Offa de Angeln o Völundr, otras son posteriores a la invasión normanda, siendo quizás entre estas la historia de Robin Hood la más conocida.

Durante la Alta Edad Media las historias procedentes de la tradición británica entraron en el folclore inglés. Tal es el caso del conocido mito del rey Arturo. Estos mitos derivan de leyendas anglo-normandas, francesas y galesas, en las que figuraban personajes y lugares como el rey Arturo, Camelot, Excalibur, Merlín o los caballeros de la Mesa Redonda como Lancelot. Estas historias fueron recopiladas por Godofredo de Monmouth en su Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Bretaña). Otra de las figuras de la tradición inglesa, fue la del rey Cole, mito que puede estar basado en una figura real de la época prerromana de la Gran Bretaña. Muchos de estos cuentos y pseudohistorias forman parte de la amplia Materia de Bretaña; una recopilación de las leyendas e historias tradicionales británicas.

Algunas figuras populares se basan en personajes o figuras semi-reales o hechos históricos de personas de siglos atrás. Por ejemplo lady Godiva, de quien se dice que paseaba desnuda a caballo por Coventry. Hereward el Proscrito fue otra figura heroica inglesa al resistir la invasión Normanda. Herne el Cazador es un fantasma ecuestre, asociado al bosque y al parque de Windsor, mientras que la Madre Shipton es el arquetipo de bruja.

El 5 de noviembre la población enciende fogatas, lanza fuegos artificiales y come manzanas con caramelo en conmemoración de la frustrada Conspiración de la Pólvora protagonizada por el católico Guy Fawkes.

Desde la Edad Moderna la comida de Inglaterra se ha caracterizado por su enfoque sencillo y por la confianza en la alta calidad de sus productos naturales. Durante la Edad Media y el Renacimiento la cocina inglesa disfrutó de una excelente reputación, que empezaría a declinar durante la Revolución Industrial con el éxodo rural y el aumento de la población urbana. Sin embargo, en los últimos tiempos ha experimentado un renacimiento, que ha sido reconocida por la crítica gastronómica mediante buenas puntuaciones en las listas de los mejores restaurantes del mundo.

Ejemplos tradicionales de comida inglesa incluyen el Sunday roast, un plato elaborado generalmente con carne de vaca, cordero o pollo, servido con verduras variadas, el Yorkshire pudding y el gravy. Otras comidas destacadas son el fish and chips (pescado con patatas fritas), y el full English breakfast, que consiste generalmente en panceta, tomate asado, alubias al horno, champiñones fritos, salchichas y huevos. También son típicos los pasteles de carne: de vaca, de riñón, el cottage pie, el pastel de requesón, el pastel de Cornualles o el pastel de cerdo, el último de los cuales se consume frío. El estofado de Lancashire es asimismo un guiso conocido. Algunos de los quesos más populares son el Cheddar y el Wensleydale. Muchos platos híbridos de la cocina anglo-india incluyen curry, el pollo tikka masala y el balti. Los dulces ingleses tradicionales incluyen el pastel de manzana, las tartas de carne picada, el spotted dick, o el pastel de Eccles, así como una gran variedad de galletas y pastas. El té es una de las bebidas más consumidas, mientras que las bebidas alcohólicas más comunes son el vino, la sidra y cervezas inglesas.

Los primeros ejemplos conocidos son rocas prehistóricas y piezas de arte rupestre, más destacadas en el norte de Yorkshire, Northumberland y Cumbria, pero también presentes en el sur, por ejemplo en Creswell Crags. Con la llegada de la cultura romana en el siglo I se generalizaron las disciplinas artísticas relativas al uso de estatuas, bustos, vidrio y mosaicos. De esa época sobreviven todavía numerosos objetos, como los de Lullingstone y Aldborough.

Durante la Alta Edad Media fueron frecuentes las cruces esculpidas, los marfiles, los manuscritos ilustrados, y la joyería de oro y esmalte, mostrando una gran predilección por los complejos diseños entrelazados, como en el tesoro descubierto en Staffordshire en 2009. Algunos de estos estilos mezclaban las tradiciones gaélicos y anglos, como en los Evangelios de Lindisfarne y el Salterio Vespasiano.

La era Tudor disfrutó de prominentes artistas entre su corte, la pintura de retratos, que permanecería posteriormente como actividad destacada del arte inglés, se vio impulsada por el alemán Hans Holbein. Artistas locales como Nicholas Hilliard construirían sobre este legado. Bajo los Estuardo, los artistas continentales ejercieron gran influencia, especialmente los flamencos, como Anthony van Dyck, Peter Lely, Godfrey Kneller o William Dobson. El siglo XVIII fue una época de gran importancia con la fundación de la Real Academia, prevaleciendo un clasicismo basado en el Alto Renacimiento. Thomas Gainsborough y Joshua Reynolds se convertirían en dos de los artistas más apreciados de Inglaterra.

La Escuela de Norwich continuó la tradición paisajística, mientras que la Hermandad Prerrafaelista, con su estilo vivo y detallado, revivió el estilo del primer renacimiento, con Holman Hunt, Dante Gabriel Rossetti y John Everett Millais como líderes destacados. Durante el siglo XX Henry Moore fue considerado como la voz de la británica de la escultura y de la modernidad británica en general. Como pintores contemporáneos destacados figuran Lucian Freud, cuyo trabajo Benefits Supervisor Sleeping (2008) estableció un récord mundial de precio de venta de una pintura de un artista vivo.[43]

El período de la vieja literatura inglesa siempre fue respaldado por el poema épico Beowulf, la prosa secular de la Anglo-Saxon es la Crónica, junto con los escritos cristianos Judith, Himno de Caedmon y hagiografías santas. Tras la conquista normanda, América continuó entre las clases educadas, así como una literatura anglo-normanda. La literatura inglesa surgió con Geoffrey Chaucer, autor de Los cuentos de Canterbury, junto con Gower, el Poeta Pearl y Langland. Los franciscanos, Guillermo de Ockham y Roger Bacon fueron los principales filósofos de la Edad Media y las demás edades. Juliana de Norwich lo fue con sus Revelaciones de la Divina. El amor era un místico cristiano prominente. Durante la época renacentista, William Shakespeare fue el gran exponente, con obras como Hamlet, Romeo y Julieta, Macbeth y El sueño de una noche de verano, sigue siendo uno de los autores más defendidos en la literatura inglesa. Marlowe, Spenser, Sídney, Thomas Kyd, John Donne, Jonson son otros autores consagrados de la época isabelina. Francis Bacon y Thomas Hobbes escribieron en el empirismo y el materialismo, incluido el método científico y social de contrato. Robert Filmer escribió sobre el derecho divino de los reyes. Andrew Marvell fue el mejor poeta conocido de la Comunidad, mientras que John Milton autor de El paraíso perdido lo fue durante la Restauración.

Algunos de los filósofos más destacados de la Ilustración fueron Locke, Paine, Johnson y Bentham. Los elementos más radicales fueron contrarrestados posteriormente por Edmund Burke, quien es considerado como el fundador del conservadurismo. El poeta Alexander Pope, con sus versos satíricos, llegó a ser bien considerado. El desempeño inglés es un papel significativo en el romanticismo; Coleridge, Byron, Keats, Shelley, Blake y Wordsworth fueron figuras importantes. En respuesta a la Revolución Industrial, los escritores parecían encontrar un camino entre la libertad y la tradición; Cobbett, Chesterton y Belloc fueron los principales exponentes y Penty del movimiento cooperativo defensor de Cole. El empirismo continuó a través de Mill y Russell, mientras que Williams estaba involucrado en el análisis. Los autores de la época de la era Victoriana incluyen a Dickens, las Hermanas Brontë, Jane Austen, Eliot, Kipling, Hardy, H. G. Wells, Lewis Carroll y Evelyn Underhill. Desde entonces Inglaterra continuó produciendo novelistas como C. S. Lewis, Orwell, D. H. Lawrence, Virginia Woolf, Enid Blyton, Huxley, Christie, Pratchett, J. R. R. Tolkien, y J. K. Rowling.

La música popular tradicional de Inglaterra tiene siglos de antigüedad y ha contribuido a varios géneros prominentes; sobre todo canciones de marineros, plantillas, chirimías y música de baile. Tiene sus propias variaciones y peculiaridades regionales. Wynkyn de Worde, con baladas de Robin Hood del siglo XVI, son un artefacto importante, al igual que Juan Playford («El maestro de baile») y Harley Robert Roxburghe (Baladas coleccionables). Algunas de las canciones más conocidas son «El buen camino viejo», «Pasatiempo con buena compañía», «Maggie May» y «Damas españolas», entre otros.

Muchas rimas infantiles son de origen inglés, o asociados con la cultura inglesa, como «Twinkle Twinkle Little Star» («Campanita del lugar»), «Las rosas son rojas», «Jack y Jill», «Aquí vamos rodeando la mulberry bush» y «Humpty Dumpty». Los primeros compositores en la música clásica son artistas del Renacimiento como Thomas Tallis y William Byrd, seguido por Henry Purcell, de la época barroca. De origen alemán, Georg Friedrich Haendel se convirtió en un ciudadano británico y pasó la mayor parte de su vida componiendo, en Londres, la creación de algunas de las obras más conocidas de música clásica: El Mesías, Música acuática y Música para los reales fuegos de artificio. Hubo un renacimiento en el perfil de compositores de Inglaterra en el siglo XX dirigido por Benjamin Britten, Frederick Delius, Edward Elgar, Gustav Holst, Ralph Vaughan Williams y otros. Entre los compositores modernos de Inglaterra se encuentra Michael Nyman, conocido por El Piano.

En el ámbito de la música popular, muchas bandas inglesas y solistas han sido citados como los mejores y más influyentes en ventas de música de todos los tiempos. Estos incluyen a The Beatles, Led Zeppelin, Eric Clapton (o los mismos en solitario), The Rolling Stones, The Who, The Kinks, Cream, The Small Faces, Black Sabbath, Yes, Queen, David Bowie, Genesis, Sex Pistols, The Clash, The Jam, The Stranglers, The Damned, Buzzcocks, Generation X, Oasis, The Cure, The Cult, The Smiths, Morrissey, Joy Division, New Order, Depeche Mode, Iron Maiden, Judas Priest, Deep Purple, Motörhead, UFO, Coldplay, One Direction, Pink Floyd, Elton John, Rod Stewart, Arctic Monkeys, Gorillaz, McFly, Radiohead, Blur, The Police, Muse, etc. Muchos artistas tienen un origen o una estrecha relación con Inglaterra, a través del hard rock, glam rock, heavy metal, Mod, Britpop, Tambor y Bajo, rock progresivo, punk rock, indie rock, rock gótico, shoegazing, acid house, garaje, trip hop y dubstep.

Grandes festivales de música al aire libre en el verano y el otoño son populares internacionalmente, tales como Glastonbury, V Festival, Reading y Leeds Festival. La casa de ópera más importante en Inglaterra es el Royal Opera House, Covent Garden. The Proms, la temporada de música clásica orquestal, realiza conciertos en el Royal Albert Hall, siendo uno de los principales espectáculos culturales celebrado anualmente. The Royal Ballet es una de las principales compañías de ballet clásico del mundo y su reputación fue construida sobre dos figuras prominentes de la danza del siglo XX: la bailarina Margot Fonteyn y el coreógrafo Frederick Ashton.

Inglaterra cuenta con una gran tradición deportiva, y durante el siglo XIX fue la cuna de varios deportes que actualmente se juegan alrededor del mundo. Entre los deportes originados, o mejor dicho, reglamentados por primera vez, en Inglaterra se cuentan el fútbol,[44]​ el críquet, el rugby, el tenis, el bádminton, el hockey, el boxeo, entre muchos otros. A nivel internacional, Inglaterra cuenta con una representación independiente del resto del Reino Unido en la mayoría de los deportes colectivos, por lo que tiene participación en eventos como el Mundial de Fútbol y el Mundial de Rugby, así como también en los Juegos de la Mancomunidad. Sin embargo, en los Juegos Olímpicos el Reino Unido participa como un único equipo, representado por la British Olympic Association, el comité olímpico nacional del Reino Unido.

El deporte más popular en Inglaterra es el fútbol. El representativo nacional, la selección de fútbol de Inglaterra, ganó la Copa Mundial de Fútbol de 1966, que fue celebrada en la propia Inglaterra. La Asociación de Fútbol de Inglaterra es la más antigua en su tipo y la FA Cup y la Football League son las competencias más antiguas de copa y de liga respectivamente. También se encuentra el club más antiguo del mundo, el Sheffield Football Club que fue fundado en 1857.[44]​ La máxima categoría del fútbol inglés, la Premier League, es la liga de fútbol con mayor audiencia en el mundo, así como también la más lucrativas. Los equipos ingleses han obtenido buenas actuaciones en las competiciones europeas y la Copa de Europa ha sido ganada por el Liverpool, Manchester United, Nottingham Forest, Aston Villa y Chelsea mientras que el Arsenal, Manchester City, Tottenham Hotspur y Leeds United han alcanzado la final.

Se cree que el críquet comenzó su desarrollo en el periodo medieval entre las comunidades metalúrgicas y agrícolas del Weald. Los miembros de la selección inglesa son de nacionalidad galesa e inglesa, a diferencia de las selecciones de otros deportes en la que solo entran ingleses, y una de sus mayores rivalidades es con la selección de Australia con la que anualmente disputa un encuentro denominado como The Ashes. Inglaterra ha organizado la Copa Mundial de Críquet en cuatro ocasiones y localmente se disputan diversos campeonatos como el County Championship.

En cuanto al rugby, la selección inglesa se coronó campeón de la Copa Mundial de Rugby de 2003, mismo torneo que organizó en 1991 y que albergó en su edición de 2015. A su vez, la selección juega anualmente en el Torneo de las Seis Naciones. A nivel de clubes, siendo la máxima categoría nacional la Premiership Inglesa, los equipos Leicester Tigers, London Wasps, Bath Rugby y Northampton Saints han conseguido la Heineken Cup, máxima competición europea del deporte.

Una variante del rugby, el rugby league o rugby a 13, originado en Huddersfield en 1885, se juega en todo Inglaterra, pero en algunas zonas del norte es el deporte más importante en muchas áreas, en especial en Yorkshire, Cumbria y Lancashire. Anteriormente existía un solo equipo representante del Reino Unido en competencias internacionales, pero desde 2008 cada nación cuenta con su propia selección de rugby league, entre ellas la de Inglaterra, que participó en la Copa Mundial de Rugby League de 2013. Los clubes de este deporte juegan en la Super League, la mayor competencia europea de rugby league.

Otros deportes populares incluyen el tenis, siendo el Campeonato de Wimbledon el torneo más antiguo y uno de los cuatro Grand Slam, y las carreras de caballos. Además, anualmente en el Circuito de Silverstone se realiza un Gran Premio válido para la Fórmula 1.

Otros eventos importantes incluyen los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la Copa Mundial de Rugby de 2015.

La bandera de Inglaterra, conocida como la Cruz de San Jorge, ha sido utilizada como tal desde el siglo XIII. Originalmente esta era la bandera utilizada por la República de Génova, que controlaba hegemónicamente el comercio marítimo mediterráneo. Desde 1190 el monarca inglés pagó un tributo al dogo de Génova para que los barcos ingleses pudieran enarbolarla y quedar así protegidos al entrar en el Mediterráneo. Esta cruz roja fue utilizada por gran cantidad de cruzados en los siglos XII y XIII, así como también por ciudades y naciones que tenían a San Jorge como santo patrono. Desde el año 1606 la Cruz de San Jorge ha formado parte del diseño de la bandera del Reino Unido, la que fue diseñada por Jacobo I.

El escudo de Inglaterra, en el cual aparecen tres leones, se remonta a su adopción por Ricardo Corazón de León en 1198. El escudo, similar al escudo de Normandía, se define en el lenguaje heráldico como: «en un campo de gules, tres leones leopardos de oro, armados y linguados de azur». Inglaterra no cuenta con un himno nacional oficialmente designado como tal, como lo es «God Save the Queen» con el Reino Unido como un todo. Sin embargo, algunas canciones han sido consideradas como himno nacional de Inglaterra como «Jerusalem», «Land of Hope and Glory», que fue utilizada como tal en los Juegos de la Mancomunidad de 2002, y «I Vow to Thee, My Country».

Hay muchos otros símbolos de Inglaterra, oficiales o no, tales como la Rosa Tudor —flor nacional—, el dragón blanco y los tres leones que aparecen en el escudo de Inglaterra. La Rosa Tudor, conocida también como la Rosa Inglesa, fue adoptada como emblema nacional después de la guerra de las Dos Rosas y está formada por la unión de los símbolos de los bandos que se enfrentaron en esa guerra: la rosa blanca de la Casa de York con la rosa roja de la Casa de Lancaster; ambas con origen común en la Casa de Plantagenet y que pretendían el trono de Inglaterra. Otro símbolo es el roble, que representa la fuerza y la resistencia. El término de Roble Real se utiliza para designar al roble en el cual Carlos II se escondió de los parlamentaristas después de la ejecución de su padre, Carlos I. La fiesta nacional de Inglaterra es el Día de San Jorge, santo patrono inglés, que se celebra cada 23 de abril.


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