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Voseo



El voseo es un fenómeno lingüístico dentro de la lengua española en el que se emplea el pronombre «vos», junto a ciertas conjugaciones verbales particulares, para dirigirse al interlocutor, en reemplazo del pronombre «tú» en situaciones de familiaridad.

Por extensión, se puede referir al mero uso del pronombre «vos» o, por el contrario, al de sus conjugaciones verbales junto al pronombre «tú».

Se distinguen dos tipos de voseo:[1]

Morfológicamente, puede afectar a todos los tiempos y modos, sin embargo, suele restringirse al presente de indicativo.

En el habla del continente americano, salvo en el oriente de Cuba,[2]​ el voseo no tiene en cuenta sus dos correlatos clásicos —vigentes en el español peninsular— de «os» (pronombre objeto de segunda persona de plural) y el posesivo «vuestro», asimismo referido a la segunda persona del plural. El primero es reemplazado por «a vos» / «te», en tanto que el posesivo es reemplazado por «tu» / «tuyo/-a/-s».

En zonas donde el «vos» es de uso vulgar, puede ocurrir el intercambio de las formas pronominales y verbales del tuteo y el voseo: «tú querés», «vos tienes».

El origen del voseo se remonta a la voz latina «vos», que generalmente era la forma plural de la segunda persona gramatical, a excepción del caso de los súbditos con su soberano[cita requerida] en el que su uso era para indicar su superioridad, uso que se mantuvo en el español antiguo.[cita requerida]

El estudio sistemático del fenómeno del voseo en Iberoamérica se inicia en 1921 con Observaciones sobre el español en América del filólogo dominicano Pedro Henríquez Ureña, que es la primera obra en la que se estudian y exponen las variaciones y características dialectales de la lengua española en América.[3][4]​ El autor reconoce la presencia del voseo sobre el Río de la Plata, en el sudeste de México, en el sudoeste de Estados Unidos, en toda Centroamérica (salvo la mayor parte de Panamá) y en regiones de Colombia, y califica como generalizaciones infundadas la creencia española de que en toda la América hispana se hacía uso del pronombre vos y las formas verbales correspondientes.[5][4]​ Luego en 1930, Eleuterio Felipe Tiscornia en su estudio La lengua de Martín Fierro se refiere al voseo en los distintos dialectos hispanoamericanos.[3]

Hay que remontar el inicio del voseo español al siglo IV. En ese entonces, el empleo de vos, en lugar de , tenía un valor social que sugería el mayor respeto. Se ciñe su uso al trato con el emperador. La expansión del uso de vos se habría vuelto más compleja y extensa durante los siglos VI y VII, según lo prueban distintos documentos que marcan la extensión de vos para una sola persona. En esta evolución del voseo, Páez Urdaneta cree ver dos variantes sociolingüísticas que quiebran la estratificación original de [+ poder] o [+ autoridad]. Son estas variables la pragmaticidad y el sentimentalismo.

En España, el empleo de vos fue modificándose a lo largo de los siglos. Fue pasando de ser un eje vertical asimétrico de [+ autoridad] o [+ poder], en que vos se empleaba desde el estatus social inferior hacia el superior, a la dirección contraria: de superior a inferior, es decir, para aquellos colocutores que tienen [– autoridad] o [– poder] y, asimismo, del polo de la distancia al de la cercanía. Posteriormente el voseo también se empleó de manera recíproca en personas de igual estatus. Así, tenemos que en los ss. XI–XII el voseo se emplea por rango social, pragmaticidad y virtud caballeresca, mientras el tuteo se reservaba al ámbito familiar. En los ss. XIII–XIV avanza la Reconquista y se consolidan los grupos sociales (nobleza, clero y pueblo llano, compuesto de labradores, artesanos y mercaderes), de modo que el vos cobró fuerza extragrupal, empleándose también de superior a inferior. Sigue existiendo el vos pragmático (cuando se espera un favor o beneficio del colocutor), pero pierde vigencia la virtud caballeresca. A finales del siglo XV, el fin de la Reconquista modifica nuevamente las fórmulas de tratamiento. El vos se utiliza también para quienes tienen igual rango, lo que lleva a un desgaste que hace necesario la introducción de una nueva fórmula, vuestra merced con el verbo en tercera persona. Entonces, el volvió a recuperar su primitivo valor de segunda persona del singular para la confianza. Este fenómeno está recogido en los clásicos del Siglo de Oro, con Don Quijote de la Mancha a la cabeza, y en obras modernas ambientadas en la época como la serie del Capitán Alatriste. El voseo acaba desapareciendo del español peninsular y filipino ya en el siglo XIX; quedando usted como el pronombre de cortesía, que expresa respeto de un hablante hacia otro mientras que «tú» representa el trato de familiaridad (entre familiares o hacia amigos cercanos) o de inferioridad (un empleador hacia su empleado).

Durante la conquista y colonización de América, pues, los españoles empleaban un sistema que incluía tanto vos como para dirigirse a un inferior o a un igual, o en situaciones de confianza. Este subsistió en todas las colonias hasta aproximadamente el siglo XVIII, época en la que empieza a perderse el vos en las regiones de la América española que estaban más vinculadas económicamente con España: la Nueva España (gran parte de México y Estados Unidos), Perú, las Antillas y en algunas regiones de los actuales Colombia, Venezuela y Ecuador. Mientras tanto, en las regiones más aisladas del Imperio español se conservó el voseo, muchas veces en coexistencia con el trato de : Centroamérica, algunos departamentos de la región andina de Colombia y Ecuador, el Cono Sur y la zona marabina y andina de Venezuela.[6][7]

En América se dan tres posibilidades principales de fórmulas de tratamiento:

En el voseo reverencial se utilizaba el pronombre vos para el sujeto ("vos miráis"), tornándose en os en los casos en que el pronombre cumple la función gramatical de complemento ("os miro"). Sin embargo, cuando el pronombre es preposicional se mantiene el pronombre vos ("a vos oigo", "con vos caminaré"). El posesivo, al igual que la inflexión verbal, se limitaba al plural incluso ante un solo interlocutor. Las formas verbales se conjugan siempre en segunda persona plural ("vos conocéis mi dolor", "mirad a vuestros hijos", "camináis sin prisa").

El uso del voseo reverencial es muy raro en la actualidad, ciñéndose a textos que intentan reflejar el habla de otras épocas o para referirse a algunos grados o títulos en actos solemnes.“¿Juráis por Dios y estos Santos Evangelios desempeñar leal y fielmente el cargo de Ministro de Estado en el Despacho de… que os confío?”.

En Huánuco (Perú) existe un voseo similar al reverencial en cuanto al contexto de uso, aunque no en cuanto a las formas gramaticales.[8]

En los otros modos, la diferencia es similar.
El imperativo es similar al de segunda persona plural, pero pierde la -d final (habladhablá); la forma en -r típica de los dialectos de la península ibérica es desconocida.
Para el subjuntivo, existe variación social.
En el español rioplatense, la forma considerada estándar y empleada en los medios escritos y por las capas medias y altas de la sociedad, es idéntica a la que se emplea para ; en algunos casos, principalmente en los estratos sociales más bajos y de menor instrucción, el acento se desplaza a la última sílaba por asimilación a la forma de indicativo (que tú comas -> que vos comás, que tú digas -> que vos digás), perdiéndose también la alternancia vocálica (que tú pierdas -> que vos perdás). En algún caso, la forma resultante no es idéntica a la del indicativo del verbo (que tú duermas -> que vos durmás, no dormás).
En los dialectos voseantes fuera del rioplatense, la conjugación de vos en el subjuntivo (durmás, perdás, empecés, etc.) pertenece al uso normal y no tiene nada que ver con la capa social o la educación de una persona (voseante).

El voseo dialectal americano, o simplemente voseo, tiene un uso diferente al voseo antiguo: no es reverencial, sino que denota familiaridad con el interlocutor en las regiones en las que se practica. Existen dos tipos de voseo que se dan simultáneamente o independientemente dependiendo de la región: el voseo pronominal y el voseo verbal.

El voseo pronominal es el uso del pronombre vos como sujeto ("vos comés"), vocativo ("¡Vos, ayudame!"), como complemento con preposición ("Te vi a vos"), y como término comparativo ("Es tan alto como vos"). En los casos de complementos sin preposición y los pronombres átonos se utiliza "te" y "tu" ("Te está mirando a vos", "¿Vos viste como quedó tu auto?"), y en el caso del posesivo, se utiliza "tu" o "tuyo" ("Vos dijiste que era tu auto. Vos dijiste que era tuyo.")

Se llama voseo verbal a la variación en las desinencias verbales de la segunda persona del plural para referirse a la segunda persona del singular. Existen distintos cambios en la desinencia verbal según razones geográficas y culturales.

El empleo de "vos" en lugar de "tú" es uno de los fenómenos más característicos del español rioplatense. En el dialecto rioplatense, el dialecto paraguayo, dialecto chapaco, el dialecto camba y en los países de Centroamérica (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) la conjugación de voseo normalmente difiere de la tuteante tan solo en presente del modo indicativo, en el imperativo, el presente de subjuntivo y, en algunos casos, al pretérito de indicativo: "tú cantas/vos cantás", "canta tú/cantá vos", "tú eres/vos sos", "tú mueves/vos movés", "que tú cantes/que vos cantés", "tú cantaste/vos cantaste".
En el vernacular rioplatense el voseo verbal también se extiende al pretérito indefinido[cita requerida] y al presente de subjuntivo ("quiero que vos cantés", "dijistes que era tarde"), pero no son bien vistas en el registro culto y se prefieren las formas del tuteo: "que vos cantes", "dijiste que era tarde".

En el sureste de México (Chiapas, Tabasco),[9]​ y el centro y occidente de Colombia se suele usar el voseo verbal para el presente del indicativo, del imperativo y también para el modo subjuntivo.

En cambio, en el dialecto chileno el voseo ocurre para el presente, pretérito imperfecto y condicional del modo indicativo y para el presente y pretérito imperfecto del modo subjuntivo. Prácticamente ha desaparecido la forma en futuro simple, por su reemplazo por la paráfrasis formada por ir en presente y un verbo en infinitivo, excepto en algunos lugares como el español chilote, donde por lo demás tradicionalmente solo se usa el tuteo en los otros tiempos.

La razón es que la conjugación proviene del voseo reverencial y en sus orígenes era totalmente independiente de «tú». La segunda persona del singular podía entonces tomar dos formas: la de trato normal ("tú") y la reverencial ("vos"). Hoy también existe ustedeo, que viene del trato reverencial "vuestra merced". El plural se tomó tanto de "vos", como de "usted", y hoy se usa en España "vosotros", mientras en el resto del mundo de habla española se utiliza "ustedes". Así, "vos sos" proviene de "vos sois", "vos movés" de "vos movéis" y "pensá vos" de "pensad vos". Esta coincidencia no existe en países como Chile, donde se dice "vos/tú soi/erís", "vos/tú movís", con monoptongación de -éis en -ís, y "piensa vos/tú". El voseo usado en el estado venezolano de Zulia concuerda con la conjugación del voseo reverencial, aunque no con sus formas pronominales; en Zulia se dice "vos sois", "vos movéis".

TIPO 1 Voseo ortodoxo, corresponde con la conjugación del voseo reverencial antiguo, aunque sin sus formas pronominales. Se escucha en Venezuela (Zulia), Colombia (La Guajira y Cesar, limítrofes con el Zulia venezolano), en el noroeste de Bolivia, en el centro de Panamá (Península de Azuero), y en una pequeña franja al oriente de Cuba.
TIPO 2 Se escucha en la sierra de Ecuador, la zona meridional del Perú, en Chile, noroeste de Argentina y el suroeste de Bolivia.
TIPO 3 Ocurre en el sureste de México, en Centroamérica (excepto Panamá), la costa pacífica y zona andina de Colombia, zona andina de Venezuela, la costa de Ecuador, el sur y el este de Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay. Es aceptado como parte de la norma culta en Argentina, Paraguay y Uruguay.
TIPO 4 Ocurre en Argentina (Santiago del Estero).
* En Chile nunca se pronuncia ni se escribe la "s" en las formas terminadas en "-áis". Ejemplo de esto sería el "pensái", "querái", etc.

En general, el voseo en Argentina, Paraguay, Uruguay, Centroamérica, el sur y oriente de Bolivia, el sur de la Guajira y el norte del Cesar de Colombia elimina la «i» de la conjugación verbal de segunda persona original. En cambio, el voseo en Chile monoptonga -éis en -ís y aspira la «s» final en su pronunciación (hecho que ocurre con todas las eses finales en el español chileno), mientras que el de Zulia es fiel a la forma original.

En la Argentina, sur y oriente de Bolivia, Paraguay y Uruguay el voseo es aceptado universalmente, tanto por las diferentes clases sociales, como en la lengua escrita y oral. La Real Academia Española incluye en su diccionario en línea exclusivamente las conjugaciones de voseo consideradas prestigiosas en Argentina, Paraguay o Uruguay.[10][11]​ Estas conjugaciones son las utilizadas en las principales ciudades de Argentina, en Asunción y Montevideo por las capas bajas, medias y altas de la sociedad y excluyen -en general- al modo subjuntivo.

La correspondencia verbal en Uruguay (y algunas partes del sur de Chile) se alterna con la de "tú": "tú tenés, vos tenés"; "tú sos, vos sos". Algo similar a lo que ocurre en Argentina con la correspondencia del presente subjuntivos: "vos sepas, vos sepás"; "vos puedas, vos podás"; y en Chile con "tú tenís, vos tenís"; "tú soi/erís, vos soi/erís"; "tú podái, vos podái".

En España, el voseo ha resistido en algunas zonas aisladas. Por ejemplo, en Andalucía aún se empleaba en el siglo XIX, según surge de documentos literarios, por ejemplo, las novelas de Fernán Caballero. Se diferencia del voseo americano en que se registra para la confianza intermedia. Es decir, el tuteo es en dirección hacia abajo (hijos o criados) o igualitario, en la suma intimidad (entre hermanos o cónyuges), en tanto que el voseo se emplea para una distancia intermedia, en dirección de abajo hacia arriba (hijos a padres, por ejemplo), o en forma simétrica, cuando no existe suma confianza (por ejemplo, entre vecinos). Persiste todavía mezclado con el uso del tú en la zona oriental de la provincia de Lugo,[cita requerida] probablemente por influencia del arcaizante idioma gallego, que también ha reemplazado en su forma más habitual el pronombre «vos» por «ti» (que es el equivalente del «tú» español).

En América, el voseo ha persistido en gran parte de su territorio con distinta suerte. Se instala en la norma culta, en el Río de la Plata, pero es rural o subestándar en muchos países. En otros, como en Venezuela, se trata de una norma regional (es decir, que, en determinadas zonas, hay un orgullo localista por su empleo).[12]​ En América Central el voseo de tipo rioplatense es aceptado solo en el contexto familiar. El tuteo es la norma de prestigio, ocurre en un contexto no familiar, en la expresión escrita y predomina en los medios de comunicación. En Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Y Costa Rica el tuteo es casi inexistente.[1]

Actualmente, el voseo se distribuye en distintas partes del mundo hispano, pero predomina en América Central, con excepción de la mayor parte de Panamá y en el Cono Sur de Sudamérica, especialmente en Argentina, Uruguay y Paraguay. Otras regiones voseantes de América son el oriente de Bolivia, la mayor parte de Chile, partes de la sierra y la costa de Ecuador, el occidente y nororiente de Colombia y el sureste de México.[9]​ En España, Guinea Ecuatorial, República Dominicana y Puerto Rico, el uso de vos ha desaparecido por completo en el habla. En Cuba y Perú el voseo se encuentra en vías de desaparición, solo se percibe en una pequeña franja de la zona oriental de Cuba y en las fronteras norte y sur de Perú.

el voseo chileno puede aparecer en todos los tiempos verbales y tanto en modo indicativo como subjuntivo, excepto en futuro simple y pretérito perfecto simple del modo indicativo y en modo imperativo [...]. Se usa en todos los niveles sociales, en estilo coloquial, y puede combinarse con el pronombre <tú> (no marcado), o con <vos> (marcado pragmáticamente).[23]

El voseo auténtico, es decir, el uso del pronombre vos acompañado de conjugación voseante, se mantiene hasta la actualidad en sectores rurales y entre población inculta en las ciudades.[24]

Los siguientes países tienen el uso en determinadas partes de su geografía:

En los siguientes países, el uso de vos casi ha desaparecido por completo en el habla, si llegó a existir; solo se usa retóricamente y en escritos antiguos o litúrgicos:

Durante el siglo XIX e inicios del siglo XX estuvo muy extendida la condena de académicos al voseo siendo los más destacados Andrés Bello, quien emprendió una campaña para su desaparición; Rufino José Cuervo, quien describió al voseo como una "inaguantable vulgaridad"; y Arturo Capdevila, quien la califica como "la viruela del idioma", "negra cosa", "verdadera mancha del lenguaje argentino" e "ignominiosa fealdad".[4]

El voseo en Chile era generalizado hasta que Andrés Bello, rector de la Universidad de Chile, condenó su empleo y llevó a cabo una campaña normativa en favor del tuteo; desde entonces, el sistema educativo lo ha ignorado y ha colaborado en el intento de extinguirlo.[37]​ Según Bello, no había razones para aceptar el voseo, puesto que «es un anacronismo la pluralidad imaginaria de segunda persona, que fue desconocida en la Antigüedad. Si personajes de nuestros días y de países en que la lengua nativa es la castellana, lo propio en el diálogo familiar sería usted o ».[4]​ Sin embargo, el voseo continuó siendo norma rural o subestándar y parte del registro informal —o incluso vulgar con el empleo del voseo pronominal, considerado mucho más cargado, despectivo o marcado que el voseo verbal—, pero el uso verbal comenzó a recuperar terreno en la década de 1960 entre los jóvenes del centro del país y desde entonces ha seguido aumentando su uso[38]​ y se expande hacia el norte y el sur.[39]

En Uruguay también ocurrió una disminución del voseo, en el sentido de que se cambió al tuteo pronominal, pero no fue tan fácil de desarraigar el voseo verbal. En la década de 1970, ya algunos estudiosos advertían una extensión del voseo tanto en las capas sociales inferiores como en las medias y superiores. Este fenómeno habría comenzado a producirse a fines de los años 1950 y principio de los años 1960. En las últimas décadas (1980 y 1990 en adelante) debido a la influencia de Argentina, principalmente por medios de comunicación y por proximidad a su capital se vuelve al voseo pronominal, casi idéntico al del país austral.[40]

En Colombia también ha habido una reducción en la extensión geográfica donde ocurre el voseo, con particularidad en Cundinamarca, desapareciendo por completo del habla en la capital, Bogotá.

En Paraguay, la situación ha sido peculiar: el guaraní ha sido históricamente el idioma más hablado en el país, mientras que el español antiguamente se limitaba a Asunción, y las clases más favorecidas en el resto del país. La instrucción pública ha servido tanto para expandir la lengua española en el interior paraguayo, como para expandir las zonas de voseo. Así, en la segunda mitad del siglo XX, la ocurrencia del voseo dependía casi siempre en si la profesora del colegio voseaba o no. La influencia argentina en la música, el cine y la literatura, además de los medios de comunicación masiva como la radio y la televisión, fueron determinantes en la regresión del tuteo en el país, quedando reducido a zonas como Concepción.[2]

Los dialectos rioplatense, costarricense, nicaragüense, hondureño y paraguayo son los únicos en los que el voseo reemplaza al tuteo en forma casi total. Argentina, Paraguay, Uruguay, Costa Rica y Nicaragua son las zonas en las que el «tú» prácticamente ha desaparecido del paradigma verbal. En algunos de los países antes mencionados, como en otras zonas de América del Sur, el voseo contiende con el «ustedeo», es decir que el «usted» también se utiliza en las situaciones de confianza. Por ejemplo, en Costa Rica, los niños en la escuela se tratan entre sí de usted.[41]​ La norma culta de la Argentina considera apropiado el empleo del pronombre usted para situaciones formales, incluyendo el trato con un profesor, funcionarios del gobierno, y los mayores. Entre desconocidos es, desde hace algunos años, más común el uso del vos, sobre todo al dirigirse a personas de una edad similar o menor a la del hablante.

El voseo es expansivo [aclaración requerida] en ciertas zonas, por ejemplo, en el Cono Sur y en el sur de Centroamérica.



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