Marruecos (en árabe, المغرب, al-Maġrib; en lenguas bereberes, ⵎⵓⵔⴰⴽⵓⵛ, Murakuc (Murakuš)), oficialmente el Reino de Marruecos (en árabe, المملكة المغربية, al-Mamlaka al-Maġribiyya; en lenguas bereberes, ⵜⴰⴳⵍⴷⵉⵜ ⵏ ⵎⵓⵔⴰⴽⵓⵛ, Tageldit-n-Murakuc), es un país soberano situado en el Magreb, al norte de África, con costas en el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Marruecos se independizó de Francia y España en 1956. Se encuentra separado de Europa por el estrecho de Gibraltar. Limita con Argelia al este —la frontera se encuentra cerrada desde 1994—; con España al norte, con quien comparte fronteras marítimas y terrestres; y con el Sahara Occidental al sur, cuya soberanía reclama, se disputa con la República Árabe Saharaui Democrática y parcialmente ocupa, tras invadirlo en 1975 y abandonarlo España en 1976, que debía descolonizarlo.
En 1984 la asamblea de la Organización para la Unidad Africana (OUA), instancia predecesora de la UA y de la cual Marruecos era miembro fundador, aceptó como miembro a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Como respuesta, Marruecos se retiró de la organización. Es miembro de la Liga Árabe, la Unión del Magreb Árabe, la Organización Internacional de la Francofonía, la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión por el Mediterráneo, la Unión Europea de Radiodifusión, el Grupo de los 77 y el Centro Norte-Sur. Es también un aliado importante no-OTAN de los Estados Unidos. Además ocupa el 20º lugar entre los países del mundo donde es más estudiado el idioma español, con más de 80 000 estudiantes según la información provista por el Instituto Cervantes en 2020.
Desde 1984 hasta 2017, fue el único país africano que no era miembro de la Unión Africana. El Estado marroquí fue readmitido con mayoría absoluta, el 30 de enero de 2017, durante la XXVIII Cumbre de la Unión Africana, celebrada en Etiopía.
El nombre completo del país en árabe puede traducirse como El Reino Occidental. Al-Magrib, que significa el Poniente, se usa comúnmente. Para las referencias históricas, los historiadores emplean Al-Maġrib al-Aqṣà (El lejano Poniente) para referirse a Marruecos, diferenciándola de la histórica región llamada Magreb y que incluye los actuales Túnez y Argelia. El término Marruecos en otras lenguas procede del nombre de la antigua capital imperial Marrakech, proveniente de la expresión bereber que significa "Tierra de Dios" (ⴰⵎⵓⵔ ⵏ ⵡⴰⴽⵓⵛ, (a)mur (n) wakuš > Marruecos).
El yacimiento de Jebel Irhoud reveló la existencia de comunidades humanas establecidas entre 350 a 300 mil años antes del presente (las de mayor antigüedad de momento en el mundo) en territorio del actual Marruecos. Los yacimientos del período de la cultura capsiense del año 8000 a. C. señalan una continuidad de ocupación durante la prehistoria, en tiempos en que el Magreb era menos árido.
Muchos teóricos creen que la lengua bereber apareció al mismo tiempo que la agricultura y fue adoptada por la población existente, así como los inmigrantes que la trajeron.[cita requerida] Análisis más modernos confirman que varios de esos pueblos han contribuido genéticamente en la población actual, incluyendo, además, a los principales grupos étnicos —es decir, bereberes y árabes— fenicios, sefardíes, judíos y africanos subsaharianos. En el periodo clásico Marruecos fue conocida como Mauritania, que no debe confundirse con el actual país de Mauritania.
El norte africano, Marruecos y Fez fueron lentamente conformados dentro del mundo Mediterráneo por las colonias de intercambio y poblados fenicios en el periodo clásico. La llegada de los fenicios anunció un largo dominio en el Mediterráneo, aunque esta estratégica región formaba parte del Imperio romano, conocida como Mauritania Tingitana. En el V, al desaparecer el Imperio romano, la región cayó bajo dominio de vándalos, visigodos y, posteriormente, bajo el Imperio bizantino en una rápida sucesión. Sin embargo, durante este tiempo, los territorios de las altas montañas permanecieron bajo el dominio de los habitantes bereberes.
A finales del VII, con la llegada del islam, se produjo la conversión de muchos bereberes y la formación de Estados como el Emirato de Nekor en el actual Rif. Uqba ibn Nafi, conquistador del Magreb en el VII, alcanzó las costas atlánticas en las playas de Massa, se introdujo en el océano con su caballo y puso a Alá como testigo de que no quedaban más tierras por conquistar. El país pronto se despojó del dominio del distante Califato abasí de Bagdad en tiempos de Idrís I, que fundó la dinastía de los idrisíes en el año 789. Marruecos se convirtió en centro cultural y en la mayor potencia regional.
El país alcanzó su máximo poderío cuando una serie de dinastías bereberes reemplazaron a los idrisíes árabes. La primera fue la de los almorávides, a la que siguió la de los almohades, que dominaron Marruecos y gran parte del noroeste africano, así como grandes territorios de la península ibérica o al-Ándalus. Pequeños Estados de la región, como los de los Barghawata y los Banu Isam, fueron conquistados. El imperio se derrumbó a causa de un largo periodo de guerras civiles.
Las ciudades imperiales de Marruecos son las cuatro capitales históricas de Marruecos: Fez, Marrakech, Mequinez y Rabat.
En 1260, se libró la batalla de Salé, en la que la flota castellana de Alfonso X el Sabio de Castilla saqueó la ciudad de Salé durante dos semanas. En 1399, Tetuán fue atacada por Enrique III el Doliente de Castilla.
En los siglos XV y XVI, Portugal emprendió una política expansionista en África, en lo que llamó el Reino del Algarve de Ultramar, que tenía por objetivo controlar la costa y acabar con la piratería. La primera iniciativa importante fue la toma de Ceuta (1415) a los benimerines; a esta siguieron la conquista de Arcila y Tánger (1471), Mogador (1506), Safí (1508) y Mazagán (1513). Pese a que los portugueses erigieron las poderosas fortificaciones, pronto tuvieron que abandonar progresivamente las plazas del sur debido a los constantes ataques musulmanes.
Tánger fue cedida por los portugueses a Inglaterra en 1661, como parte de la dote de Catalina de Braganza, cuando esta princesa se casó con el rey Carlos II. Los ingleses, ante la continua presión marroquí, decidieron abandonarla el 6 de febrero de 1684.
La dinastía alauí, que hasta entonces controlaba la región de Tafilalet, consiguió unificar bajo su poder en 1666 un país en aquel momento dividido, y ha sido desde entonces la casa que rige Marruecos. Los alauitas tuvieron éxito en estabilizar su posición frente a la presión de españoles y otomanos, y aunque el reino era más pequeño que los anteriores en la región, seguía manteniendo sus riquezas. En 1684 anexionaron Tánger a su territorio.
A través de la mediación de Luis de Unzaga y Amézaga 'le Conciliateur', su servicio de inteligencia, entre los que estaban Antonio y Matías de Gálvez, cuñados de Unzaga, y posteriormente a través de la correspondencia mantenida directamente entre el sultán del reino de Fez Mohamed III y su hijo Muhammad Ibn Al-Yazid con Luis de Unzaga y Amézaga, Marruecos se convirtió en el tercer país, tras Francia y España, en reconocer a los Estados Unidos como una nación independiente en el año 1777. El Tratado de Amistad marroquí-estadounidense es considerado como el más antiguo tratado no quebrado de los Estados Unidos. Firmado por John Adams y Thomas Jefferson, ha estado en continuo vigor desde 1783. El consulado de Estados Unidos en Tánger es la primera propiedad que el gobierno estadounidense posee en el extranjero. El edificio actualmente funciona como museo. Dicho consulado tendría conexión con el consulado estadounidense de Málaga, también pionero, entonces ubicado en una propiedad del americano y español Luis de Unzaga y Amézaga 'le Conciliateur' quien fue el primero en atender las peticiones de ayuda de los padres fundadores de EE. UU. como Patrick Henry, Robert Morris o George Washington.
A medida que Europa se industrializaba, el norte de África, con su riqueza y su interés estratégico, se fue volviendo un objetivo cada vez más atractivo para las potencias colonizadoras. Francia mostró un fuerte interés en Marruecos desde 1830. En 1860, una disputa sobre el enclave español en Ceuta llevó a España a declarar la guerra. Victoriosa, España ganó un nuevo enclave (Sidi Ifni) y una ampliación del asentamiento de Ceuta. En 1884, España creó un protectorado en la costa atlántica sahariana frente a las islas Canarias.
En 1904 Francia y España establecieron zonas de influencia en el país. El reconocimiento por el Reino Unido de la esfera de influencia francesa en Marruecos provocó una fuerte reacción del Imperio alemán; la crisis de junio de 1905 fue resuelta en la conferencia de Algeciras, realizada en España en 1906, en donde se formalizó una "especial posición" francesa y se le confió la política de Marruecos a Francia y España en común. Una segunda crisis marroquí provocada por Berlín incrementó las tensiones entre las potencias europeas.
El Tratado de Fez (firmado el 30 de marzo de 1912) convirtió a Marruecos en un protectorado de Francia. Por el mismo tratado, a partir del 27 de noviembre del mismo año, los territorios del norte (en torno a las ciudades de Ceuta y Melilla) y del sur (fronterizos con el Sáhara Español) se convirtieron en el protectorado español de Marruecos. Francia y España controlan la Hacienda, el ejército y la política exterior de Marruecos en sus respectivos protectorados. En teoría éstos no suponen ocupación colonial, están regulados por tratados y Marruecos es un Estado autónomo protegido por Francia y España pero bajo soberanía del sultán. En la práctica Marruecos se convirtió en colonia de Francia y España, especialmente desde 1930. La ciudad de Tánger, junto al estrecho de Gibraltar, obtiene carácter de ciudad internacional por el estatuto de 1923.
Una parte de la población marroquí se opuso a la ocupación colonial europea. Los franceses tuvieron que luchar contra las tropas de Al Hiba entre 1912 y 1919 en la zona de Marrakech. Los rifeños se rebelaron contra el protectorado español de Marruecos al mando de Abd el-Krim y proclamaron la República del Rif, ocupando la parte septentrional del actual Marruecos entre 1921 y 1927, lo que vendría a ser el antiguo Reino de Nekor. Esta república no reconocía al sultán de Marruecos y declaraba su total independencia. La coalición franco-española logró derrotar a la República del Rif tras el desembarco de Alhucemas y el uso de armas químicas contra la población en el transcurso de la guerra del Rif.
En el protectorado francés se produjo una llegada masiva de colonos franceses (llegaron a ser medio millón en 1950), que cultivaron las mejores tierras. Los colonos adquirieron esas tierras, en total 1 100 000 hectáreas, de varias maneras: apropiándose de las tierras comunales (melk),[cita requerida] y obligando a los campesinos minifundistas marroquíes a venderles sus tierras. Por otro lado, el Gobierno francés construyó carreteras, puertos, ferrocarriles, redes de telefonía y fomentó la navegación aérea. También se explotaron minas de hierro, cobre, manganeso, plomo, zinc y, sobre todo, los fosfatos de Juribga y Yusufía. La colonización francesa causó la ruina de la artesanía autóctona, desplazamientos bruscos y abusivos de población activa y se preocupó poco o nada en invertir en vivienda y educación. Muchos soldados marroquíes (goumieres) que servían en el Ejército francés colaboraron con las tropas europeas y estadounidenses en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Los sultanes de Marruecos en esta época fueron Muley Yúsuf (1912-1927) y Mohammed V (1927-1961).
Bajo el protectorado francés aparecieron diversos partidos políticos nacionalistas que basaban sus ideales para una futura independencia marroquí en la Carta Atlántica elaborada durante la Segunda Guerra Mundial (una declaración entre los Estados Unidos y el Reino Unido que disponía, entre otras cosas, el derecho de la población a elegir la forma de gobierno bajo la cual quería vivir). El manifiesto del Partido Istiqlal en 1944 fue una de las primeras demandas públicas de independencia. Posteriormente, el partido, dirigido por Allal al-Fasi, tendría el liderazgo del movimiento nacional.
En los años cincuenta el nacionalismo marroquí se había extendido por Casablanca, Rabat, Fez, Tetuán y Tánger y gozaba del apoyo de la burguesía urbana y, más tarde, también del de los campesinos. El partido Istiqlal consiguió el apoyo de Mohammed V y de la Liga Árabe en 1950. En ese año Mohammed V pidió la independencia. En 1952 el caso de Marruecos se expuso en la ONU.
El 23 de agosto de 1953, Francia envió al exilio en Madagascar a Mohammed V. El sultán fue sustituido por el impopular Mohammed Ben Aarafa, cuyo reinado fue percibido como ilegítimo. El cambio suscitó una activa oposición al protectorado francés por todo el país y dañó la imagen exterior de Francia, que no consiguió respaldo para esta decisión. Los árabes se rebelaron contra los franceses. Durante el verano de 1955, se produjo una oleada de atentados terroristas contra objetivos franceses en Marruecos, que desencadenó la represión policial. El hecho más notable ocurrió en Uchda, donde los marroquíes acometieron a franceses y otros residentes europeos en las calles. El nuevo Ejército de Liberación (Armée de Libération) realizó atentados el día 1 de octubre de 1955. La Armée de Libération fue creada por el Comité de Libération du Maghreb Arabe (Comité de liberación del Magreb Árabe) en El Cairo (Egipto) para constituir un movimiento de resistencia contra la ocupación por parte del FNL en Argelia. Su meta era la vuelta del rey Mohammed V y la liberación de Argelia y Túnez. Durante el otoño de 1955 Aarafa renunció al trono y Francia permitió el regreso de Mohammed V. Las negociaciones para la independencia marroquí comenzaron al año siguiente.
Todos estos acontecimientos favorecieron la solidaridad entre el pueblo y el rey recién regresado. Por esta razón, la revolución de Marruecos, conocida como «La Revolución del Rey y su Pueblo» es celebrada cada 20 de agosto.
Marruecos logró su independencia política de Francia y de España el día 2 de marzo de 1956; y el día 7 de abril del mismo año Francia abandonó oficialmente su protectorado en Marruecos. Con acuerdos con España en 1956 y 1958, Marruecos recuperó territorios antes controlados por dicho país, aunque hubo una grave revuelta en 1958. Marruecos es miembro de la ONU desde el 12 de noviembre de 1956. La ciudad internacional de Tánger fue reintegrada a través del Protocolo de Tánger el 29 de octubre de 1956. En 1957 emprendió la Guerra de Ifni para conquistar otros territorios coloniales españoles cedidos por el Tratado de Wad-Ras de 1860, por el sultán Mohammed IV. En 1958 Marruecos recupera de España la provincia de Cabo Juby. Hassan II se proclamó rey de Marruecos el día 3 de marzo de 1961. Marruecos se constituyó como una monarquía constitucional y de derecho divino al mismo tiempo. La monarquía es el referente nacional.
Durante los últimos años de Mohammed V se creó un código de libertades públicas (1958), hubo elecciones comunales (1960), se formó un gobierno de coalición nacional (1960), se creó un banco popular cuyos usuarios son los accionistas y que financia PYMEs y viviendas (1960). El Istiqlal sufrió una escisión en 1959 de la que nace la Unión Nacional de Fuerzas Populares (UNFP). En 1963 estalló una breve guerra fronteriza entre Marruecos y Argelia tras el rechazo del presidente argelino Ben Bella a las reivindicaciones marroquíes sobre territorios bajo la soberanía del sultán de Marruecos que habían sido incorporados por el régimen colonial francés a su entonces colonia, Argelia, (Béchar en 1903 y Tinduf en 1934). El conflicto, desencadenado por Marruecos, recibió el nombre de Guerra de las Arenas.
Durante los años sesenta las tierras pertenecientes a los colonos europeos pasaron a los terratenientes marroquíes. También se fomentó la escuela, la formación profesional y la universidad. El 7 de diciembre de 1962 se aprobó la Constitución, pero desde 1962 hubo un alejamiento entre el rey y los partidos políticos. En el fondo a Hassan II (1961-1999) nunca le gustaron ni el parlamento ni la democracia. En 1963 dimitieron los ministros del Istiqlal. Meses después hubo elecciones en las que el Istiqlal gana en el campo y la UNFP en Casablanca, Rabat y Agadir. Desde entonces y hasta 1996 el Istiqlal y la UNFP han estado en la oposición. Entre 1962 y 1990 la Dirección Nacional de Seguridad y la policía reprimen a la población, mientras que la corrupción campa a sus anchas en ambas instituciones. Entre 1965 y 1970, por causa de una rebelión popular en Casablanca, Hassan II suspendió la constitución y proclamó el estado de excepción. En 1970 se aprobó una nueva constitución hecha a medida del rey, a la que se opusieron el Istiqlal y la UNFP. Una tercera constitución se aprobó en 1972, según la cual la administración elige a un tercio de los diputados. Hassan sufrió entre 1971 y 1973 tres intentos de asesinato por parte del ejército (intento de 1971 e intento de 1972).
El gobierno marroquí estuvo marcado por un gran malestar político, y su respuesta despiadada ante los movimientos opositores se ganó el nombre de Años de plomo. El enclave español de Ifni al sur del país, volvió a ser parte de la nueva Marruecos en 1969.
Marruecos reclamó el territorio del Sáhara Occidental desde su independencia en 1956. En agosto de 1974, España, que desea retirarse, anuncia la organización de un referéndum de autodeterminación para 1975. Marruecos se opone a cualquier referéndum que podría conducir a la independencia del territorio y pide a la Corte Internacional de Justicia que se pronuncie sobre su reclamo. Al día siguiente, la Corte Internacional de Justicia dicta su opinión: reconoce que el territorio del Sáhara Occidental no fue Terra nullius antes de la colonización de España y que tenía lazos legales de lealtad con Marruecos. Sin embargo, no encuentra ningún vínculo de soberanía territorial. Concluye que estos vínculos no pueden obstaculizar «la aplicación del principio de autodeterminación a través de la expresión libre y genuina de la voluntad de las poblaciones del territorio».
En noviembre del año 1975 Marruecos inició una marcha civil y pacífica llamada marcha verde, hacia el Sahara español (ahora Sáhara Occidental, disputado con el Frente Polisario), lanzado por el rey marroquí Hassan II para recuperarlo, considerándolo históricamente vinculado a Marruecos y como parte del Sahara marroquí. La Marcha siguió a la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia emitida a petición de Hassan II, esta opinión reconoce los vínculos de lealtad parcial pero niega cualquier vínculo de soberanía y reconoce el derecho a la autodeterminación.
Esta toma de posesión del territorio no es reconocida por la ONU y el Sáhara Occidental es legalmente un territorio no autónomo (considerado aún no descolonizado) sin autoridad administrativa.
El 6 de noviembre se convirtió en el día de una fiesta nacional en Marruecos.
Hubo elecciones legislativas en 1979 y 1984. En 1981 hubo revueltas en Casablanca por la subida de los precios. El balance arrojó varios centenares de muertos.[cita requerida] En enero de 1984 hubo revueltas del pan en Nador y Tetuán que terminaron con un centenar de muertos. Marruecos estaba endeudado, por lo que en 1983 el BM-FMI impuso un Plan de Ajuste Estructural. Este consistió en la privatización de los fosfatos, la telefonía y la industria textil y la reducción de los derechos de aduana del 60 % al 45 %.
Entre 1985 y 1990 la situación se volvió crítica y problemática. El paro subió, el dirham cayó, hubo fuga de capitales y se recortaron las subvenciones a los productos de primera necesidad. Para pagar la deuda externa el FMI y el BM imponen recortes en sanidad y educación y el cese a la contratación de funcionarios. En esos años hubo huelgas y manifestaciones. Se procedió a la reforma política desde arriba en 1991. En 1993 hubo elecciones legislativas, en las cuales hubo fraude. Se realizaron amnistías de presos políticos en 1994 y 1996. En 1995 se reconoció la enseñanza en bereber. El 13 de septiembre de 1996 se reformó la Constitución: todo el parlamento se comenzó a elegir por sufragio universal, y se creó una cámara de consejeros (especie de senado) cuyos miembros son elegidos por las comunidades, ayuntamientos, regiones, sindicatos y asociaciones profesionales. En 1997 se celebraron todas las elecciones; las legislativas arrojaron una gran división política: el partido más votado consiguió el 13,8 % de los votos.
Marruecos consiguió el estatus de Aliado importante no-OTAN en junio de 2004 y firmó un tratado de libre comercio con los Estados Unidos y con la Unión Europea (2000).
En 1999 muere Hassan II, su hijo mayor Mohammed VI le sucede al trono y promete realizar profundos cambios democráticos. Ese mismo año reformó el código jurídico de la mujer y en 2004 el código de la familia: se sube la edad mínima para casarse de 15 a 18 años, queda abolida la poligamia, la tutela del padre o del hermano mayor sobre la mujer adulta no casada, y las mujeres pueden elegir esposo y pedir el divorcio en igualdad de condiciones con respecto a los hombres en lo relativo a la custodia de los hijos.
En las elecciones de 2002 el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), de carácter islamista, avanzó notablemente.
En mayo de 2003, la ciudad más grande del país, Casablanca, sufrió un atentado terrorista. El ataque se produjo en lugares relacionados con occidentales y judíos, y se produjo la muerte de 33 personas y más de 100 heridos, en su mayoría marroquíes. Este atentado provocó una involución de las libertades civiles: se amplió la prisión preventiva, la policía puede entrar en viviendas particulares sin orden judicial, interceptar el correo, las llamadas telefónicas y las cuentas corrientes. En las elecciones municipales de septiembre de 2003 el PJD sube al segundo lugar.
La Constitución de Marruecos es de 2011. De acuerdo con ella, el país es una monarquía constitucional, con un Parlamento electo de dos cámaras, la Cámara de Representantes y la Cámara de Consejeros (Cámara Alta).
Los miembros de la Cámara de Representantes se eligen cada cinco años por la población con derecho a voto.
Los miembros de la Cámara de Consejeros se eligen cada seis años por sufragio universal indirecto:
El primer ministro es jefe de Gobierno y «debe formar parte del partido más votado en las elecciones generales».rey de Marruecos tiene amplios poderes ejecutivos, con la posibilidad de disolver el Gobierno y el Parlamento y dirigir las fuerzas militares, además de otros poderes.[cita requerida] Los partidos políticos de oposición están permitidos y varios se han presentado a las elecciones en los últimos años.
ElEn materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Marruecos ha firmado o ratificado:
El Gran Marruecos es un concepto desarrollado por el gobierno de Marruecos en los años 1950 y 1960. Este último publicó un documento para reclamar territorios que han pertenecido históricamente a Marruecos: Mauritania, parte de Malí, parte del Sáhara argelino y Sáhara Occidental. La afirmación del Gran Marruecos se basa principalmente en diferentes dinastías que gobernaron Marruecos desde los almorávides. La galería de imágenes de abajo muestra la extensión máxima de cada una de estas dinastías: Almorávide, Imperio almohade, Sultanato Benimerín y el Sultanato saadí, además de la extensión máxima de Marruecos bajo la dinastía gobernante actual, la Dinastía alauí.
En el plano internacional, el rey Mohamed VI se ha forjado durante su reinado, recuerda la investigadora en relaciones internacionales Khadija Mohsen-Finan, "una imagen de mejor aliado de Occidente en el mundo árabe". Su cooperación se consideraba valiosa, ya que vigilaba el Estrecho de Gibraltar, permitía el sobrevuelo de su territorio en caso de guerra y desempeñaba un papel importante en la gestión de los flujos migratorios, impidiendo que la inmigración africana cruzara a Europa.
Según un decreto de febrero de 2015, Marruecos está dividido en doce regiones (incluyendo las Provincias Meridionales).
Las regiones están divididas en 75 provincias y prefecturas y 1503 municipios.
La defensa del reino alauí es responsabilidad de las Fuerzas Armadas del Reino de Marruecos, compuestas por:
Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y Ejército Real de Marruecos
F-16 Fighting Falcon de la Real Fuerza Aérea Marroquí
Fragata Mohammed VI, de Clase FREMM
Eurocopter AS565 Panther de la Marina Real Marroquí
Boeing CH-47 Chinook de la Real Fuerza Aérea Marroquí
Marruecos cuenta con cuatro cordilleras: el Rif, el Atlas Medio, el Gran Atlas y el Anti-Atlas. La montaña más alta es el Toubkal, que alcanza los 4162 metros de altitud. Entre el Rif y el Atlas Medio está el valle del Sebú. Desde Larache hasta Agadir está la llanura atlántica y entre la anterior y el Atlas Medio hay una meseta situada por encima de los 500 metros de altitud. Al sur del Antiatlas ya comienza el desierto del Sáhara. Los ríos principales: Sebú, Muluya, Um Er-Rbia, Tensift, Sus y Draa.
Entre los países del Magreb, Marruecos se distingue por la gran altitud de sus montañas y sus llanuras. El Alto Atlas tiene el pico más alto de Marruecos y de toda África del Norte, pero las superficies planas de Marruecos son mucho más extensas que en Argelia o Túnez. Tres grandes grupos de relieve deben ser distinguidos: las montañas, las llanuras y mesetas situadas al norte del Atlas Medio y las mesetas áridas situadas al sur del Anti-Atlas hacia el este y el sur. Las montañas mismas están formadas por dos conjuntos que difieren en su génesis y geomorfología.
El clima es mediterráneo en las costas y más continental en el interior, con una distribución claramente invernal de las precipitaciones (que oscilan entre 300 y 800 mm) (y 1000 mm en la región de Tánger-Tetuán) y unas temperaturas de enero que rondan los 12-13 °C en la costa y los 10 °C en Fez, Mequinez, Uchda y Marrakech. Las temperaturas de julio rondan los 25 °C en la costa y lugares del interior. En las montañas las precipitaciones son más abundantes y las temperaturas más bajas. En el Sáhara el clima ya es desértico y muy árido.
La flora de Marruecos, con cerca de 4200 especies, es una de las más ricas del norte de África y una de las más diversas de la región mediterránea. En el norte de Marruecos, en la región tingitana y el Rif, se acaban[¿cuándo?] de catalogar 2915 especies y 344 taxones infraespecícicos. Vegetación de tipo mediterráneo, escalonada en pisos altitudinales. Principales especies: encina, alcornoque, cedro, pino. El bioma dominante en Marruecos es el bosque mediterráneo, dividido por WWF en tres ecorregiones: el bosque mediterráneo norteafricano, al norte, la estepa arbustiva mediterránea, en el centro-este, y el bosque seco mediterráneo y matorral suculento de acacias y erguenes, al suroeste. También están presentes el bosque montano norteafricano de coníferas, la estepa de enebros del Gran Atlas, en las montañas, y la estepa del Sahara septentrional, más desértica, en el sureste.
Entre los parques nacionales de Marruecos, se encuentran el parque nacional de Sus-Masa, el del Toubkal, el de Tazekka, el de Iriki y el de Talassantane. Una de las especies de aves más amenazadas del mundo es el ibis eremita, cuya última población natural se encuentra en el parque nacional de Sus-Masa.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) indica en 2020 que "casi la mitad de las especies de aves están amenazadas" en Marruecos.
La costa de Marruecos bordea el mar Mediterráneo en el norte y el océano Atlántico en el oeste. Sin incluir su reclamo de Sahara Occidental, la línea costera de Marruecos es de 1835 km. Si se le incluye Sáhara Occidental, cuenta con un total de 3500 kilómetros, siendo la más grande del continente de África, y abarcando 500 km de costa en el Mediterráneo y 3000 kilómetros en el Atlántico. Las aguas marroquíes están consideradas entre los caladeros más ricos del mundo.
Puesto que el centro del país es muy montañoso, los ríos se dirigen hacia las tres vertientes que las rodean, la atlántica, la mediterránea y la presahariana. En esta última solo se encuentra un río relevante, el río Ziz, con su afluente el río Rheis, que desaparece en el desierto, en Argelia. En la vertiente mediterránea destaca el río Muluya (Moulouya), la mayor cuenca hidrográfica de Marruecos, en el que se han construido dos presas, que dan lugar al embalse de Mechra Homadi (1957) y al embalse de Mohamed V (1967). Tiene como afluente el río Za.
En la vertiente Atlántica los ríos son más numerosos y más cortos y caudalosos. Destacan, de norte a sur, el río Lukus, el río Sebú, el río Bou Regreg, el río Oum Er-Rbia, el río Tensift y el río Sus. Por último, al sur del Atlas se encuentra el río Draa, el más largo, con más de 1000 km, que encadena una serie de oasis y kasbahs, y desemboca en el Atlántico. En cuanto a los embalses de Marruecos, se han construido en torno a 140 de grandes dimensiones, en su mayor parte para el regadío, y el proyecto es construir uno o dos grandes embalses al año hasta alcanzar el millón de hectáreas de regadío.
Marruecos se enfrenta a una aguda crisis de estrés hídrico, ya que el consumo de su población supera con creces la cantidad de agua disponible. Sus recursos hídricos per cápita se han dividido por cinco entre 1960 y 2019, pasando de 2500 m³ per cápita al año a 500 m³. El Reino ocupa el puesto 23 entre los países más amenazados por la escasez de agua, según el Instituto de Recursos Mundiales (WRI).
El país vive desde 2015 movimientos sociales relacionados con el agua, primero en Tánger, luego en el Rif en 2017 y en Zagora en 2018. De nuevo en 2019, se produjeron nuevas protestas en la región de Tánger. Los paros de varias semanas no son infrecuentes. El sistema marroquí de gestión del agua se considera complejo e híbrido: distribución privatizada en Casablanca o Tánger, pública en Marrakech o en el Sur, donde las empresas mandatarias no siempre respetan el pliego de condiciones. Para el economista Nejib Akesbi, "las empresas extranjeras que han obtenido las concesiones no han aportado ningún valor añadido ni experiencia respecto a lo que ya ofrecían los operadores públicos marroquíes". Sobre todo, Marruecos atraviesa una preocupante crisis medioambiental. Mientras que casi todos los habitantes de las ciudades están conectados a una red de agua potable, esta proporción se reduce al 64% en las zonas rurales.
Marruecos tiene una economía bastante estable con un crecimiento continuo durante el último medio siglo. El PIB per cápita creció 47 % en los años sesenta alcanzando un crecimiento máximo del 274 % en los setenta. Sin embargo, esto demostró ser insostenible y el crecimiento se redujo drásticamente a solo un 8,2 % en los años ochenta y 8,9 % en los años noventa.
El crecimiento real del PIB se espera un promedio de 5,5 % en el período 2009-13, vista las perspectivas en el turismo y la industria no agrícola, como el crecimiento de la demanda en la zona del euro, principales mercados de exportación de Marruecos y el origen de los turistas se prevé que sea más moderado. El crecimiento será muy inferior al 10,8 % niveles que son ampliamente consideradas como necesarias para tener un gran impacto en la pobreza y el desempleo. El crecimiento económico también se ve obstaculizado por los intermitentes períodos de sequía en el secano del sector agrícola, el mayor empleador del país.
Marruecos mejora constantemente en la clasificación de Doing Business - o "índice de facilidad para hacer negocios" - establecida cada año por el Banco Mundial. En 2020, ocupa el puesto 53, lo que supone una mejora de siete puestos con respecto al año anterior. Sin embargo, las inversiones sólo benefician a una pequeña parte de la población. El índice de desarrollo humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sitúa al reino en 2019 en el puesto 121, muy por detrás de Argelia (82º) y Túnez (91e). El economista Taïeb Aisse, asesor del gobierno marroquí, señala que "hay un 10% de ciudadanos en situación de pobreza extrema y total. Es decir, no tienen nada. No hay ingresos. Esto es muy peligroso."
En 2019 Marruecos ocupa el puesto 123 de 188 países en el Índice de Desarrollo Humano mundial (IDH), por detrás de Argelia (83º) y Túnez (97e). Es el país más desigual del norte de África, según la ONG Oxfam.
El Dírham marroquí es la moneda oficial del Reino de Marruecos. Su código ISO 4217 es MAD. Se divide en 100 céntimos (en árabe سنتيما o سنتيمات santimat; sing.: سنتيم santim). El Banco Central de Marruecos se encarga de emitir los billetes y monedas.
20 Dírhams marroquíes
50 Dírhams marroquíes
100 Dírhams marroquíes
200 Dírhams marroquíes
500 Dírhams marroquíes
1000 Dírhams marroquíes
Marruecos produce y fabrica coches desde 1959, y también camiones de transporte en Casablanca, donde la sociedad marroquí SOMACA produce modelos de coches como el Dacia Logan, Peugeot Partner, Citroën Berlingo y Renault Kangoo. En febrero de 2007 más de 5000 coches marroquíes fueron exportados a España y Francia. En 2007, el grupo Renault-Nissan firmó contratos con el gobierno marroquí para la construcción de una planta de fabricación de automóviles cerca de Tánger por un valor de mil millones de euros y que garantiza la exportación de 400 000 vehículos para 2012, lo que lleva a 440 000 vehículos exportados por año. A principios de 2009, una exención de los préstamos bancarios por importe de 400 millones de dólares (en un plan de inversiones de 500 millones de dirhams) fue dirigida por SOMACA con tres bancos marroquíes. Lo que aumentará la capacidad de producción anual de 45 000 a 90 000 al fines de septiembre. Según las cifras de 2017, Marruecos es el país que más automóviles produce en el continente africano, Sudáfrica en segundo lugar. Mientras que Marruecos produjo 335 000 automóviles, Sudáfrica fabricó 331 000 unidades.
El suelo del sureste de Marruecos es rico en minerales valiosos: manganeso, barita, hierro oligístico, cobalto, sal, zinc, plomo, pirofilita, plata y oro. La región de Drâa-Tafilalet concentra por sí sola el 40% de los permisos de minería de Marruecos. Las condiciones de trabajo de los mineros suelen ser muy duras. La legislación es poco protectora y las empresas del sector multiplican los subterfugios para eludir las disposiciones favorables a los trabajadores. La legislación marroquí ha sido criticada por la Organización Internacional del Trabajo. En una misma explotación minera trabajan muchos subcontratistas. Además, para evitar pagar las enfermedades profesionales de sus empleados, las empresas subcontratistas pueden recurrir a los despidos. Los sindicatos y los mineros en huelga pueden estar expuestos a presiones.
La red de autopistas de Marruecos tiene una longitud 1626 kilómetros (julio de 2015),Berrechid y Juribga con una longitud total de 77 kilómetros, 16 de julio de 2015. Además de los 1626 kilómetros de carreteras de peaje, Marruecos cuenta con 751 kilómetros de autopistas (2x2 o 2x3) libre para completar su red, que debería ampliarse a 1014 kilómetros en 2015. La red de autopistas es administrada por Autopistes du Maroc (ADM).
1804 kilómetros se espera para el 2016. La última carretera que se construirá es el tramo final de la autopista A8, entreEl sistema marroquí es administrado por la Oficina Nacional de Ferrocarriles (ONCF), se extiende sobre una longitud de 2110 kilómetros. La red de ferrocarriles marroquíes es de las más modernas de África. Se compone de un eje principal de orientación general norte-sur que une Uchda al noreste con Marrakech al sur a través de Fez, Mequinez, Kenitra, Rabat y Casablanca. Dos talleres principales están disponibles para el mantenimiento del equipo, en Casablanca (motor eléctrico) y Mequinez (diésel). También están bien equipadas y capaces de depósitos de mantenimiento rutinario en Marrakech, Uchda, Sidi Kacem, Rabat y Fez. Marruecos en 2018 tendrá una línea de alta velocidad, la primera en el continente africano, entre Tánger y Kenitra inicialmente para continuar a Casablanca, Essaouira, Marrakech y Agadir, y para el año 2035 se ha previsto la construcción de una segunda línea que unirá Casablanca, Mequinez, Fez, Taza y Uchda.
Rabat ha inaugurado sus dos líneas de tranvía en diciembre de 2010 (tranvía de Rabat-Salé). Casablanca ha inaugurado su tranvía en diciembre de 2012 en colaboración con el grupo francés Alstom, que proporciona la pista y un servicio de transporte, la compañía que opera el tranvía se llama Casaway (Casablanca Tranvía). También se estudia en la actualidad tranvías para las ciudades de Tánger, Fez, Nador, Marrakech, Uchda, Mequinez.
El futuro metro aéreo Casablanca es un proyecto actualmente en discusión, con la posibilidad de extender el proyecto a otras ciudades importantes como Tánger, Marrakech y Agadir.
Marruecos cuenta con varias instalaciones aeroportuarias que incluyen 18 aeropuertos internacionales, 10 aeropuertos nacionales y otros pequeños aeropuertos para uso militar o deportes aéreos.
Marruecos tiene costa sobre el Mediterráneo y el Atlántico, el sector marítimo cuenta con 38 puertos de la siguiente manera:
Trece puertos de comercio internacional; pasajeros o embarcaciones de seis puertos. Diecinueve puertos pesqueros o exportación de productos de la pesca. Seis puertos para pasajeros o embarcaciones. Tras el éxito del mayor puerto comercial de África (Tánger Med), Marruecos planea construir tres nuevos futuros puertos similares: Nador West Med, Kenitra Atlántico y el Dajla Atlántico.
El turismo en Marruecos está bien desarrollado,[aclaración requerida] con una fuerte industria turística centrada en el país, la cultura y la historia. Marruecos ha sido uno de los países políticamente más estables en el norte de África, lo que ha permitido que el turismo se desarrolle. El gobierno marroquí creó un Ministerio de Turismo en 1985. Marruecos en 2013 se convierte en el país más turístico de África al alcanzar el umbral simbólico de 10 millones de visitantes. Para 2020-2022, Marruecos ha fijado la meta de llegar a 20 millones de turistas, para estar en el "Top 20 destinos en el mundo", dijo el ministro marroquí de Turismo en el 2014. Además, Marruecos cuenta con nueve sitios declarados patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Los destinos más visitados de Marruecos son: Rabat, Casablanca, Marrakech, Fez y Tánger.
La población marroquí es bereber en su mayor parte. La contribución de la población árabe ha permanecido numéricamente limitada, incluso pequeña, pero culturalmente significativa. A través del islam, el idioma árabe se ha impuesto gradualmente hasta el punto de relegar las lenguas bereberes a un segundo plano.
Algunas ciudades han recibido a los moriscos expulsados de la península ibérica que se establecieron entre 1609 y 1613
También podemos mencionar la presencia de judíos españoles que llegaron a engrosar la comunidad aborigen a fines del XV y que abandonaron el país en la década de 1960, después de haber jugado un papel importante en el país.
No existe un censo sobre la etnicidad ni datos muy fiables, eso es porque a partir de la década los setenta se inició un proceso de arabización sistemática de los pueblos bereberes, llegando a prohibir el uso de símbolos, así como los dialectos amazig del país. Como todos los pueblos mediterráneos Marruecos es un país heterogéneo en cuanto a las etnias, siendo la cultura árabe, la predominante, aunque han surgido movimientos nacionalistas bereberes como el Partido Democrático Amazig ilegalizado por el ministerio del interior al considerarlo un partido étnico y por ende no representa a todo el pueblo marroquí. Como se ha mencionado anteriormente, Marruecos es un país heterogéneo por los pueblos que han estado en actual territorio, desde los fenicios o romanos en la antigüedad, los visigodos y vándalos en la alta edad media, los árabes, y los moriscos y judíos expulsados de España en el XVI. Actualmente existe un número importante de extranjeros procedentes sobre todo de África subsahariana con origen de Malí, Senegal, Nigeria y Gambia, y de europeos que buscan una segunda residencia en Marruecos o bien por trabajo.
La religión mayoritaria es el Islam sunita, ya que es practicada por un 98,3 %[cita requerida] de la población. Hay también presentes minorías cristiana (6 %), no relacionada con el cristianismo que se implantó en el territorio en tiempos romanos,[cita requerida] judía (1 %; los judíos están presentes en el territorio del actual Marruecos desde los tiempos romanos) y de otros cultos (1,8 % en 2000). El rey es la máxima autoridad religiosa islámica, como comendador de todos los creyentes. En 2010, la afiliación religiosa en el país se estimó por el Foro Pew Research Center como el 99,9 % de musulmanes, con todos los grupos restantes representan tan sólo el 0,1 % de la población.
Se estima que hay entre 3000 y 8000 musulmanes chiitas, la mayoría de ellos residentes extranjeros mayormente de Líbano o Irak. Los seguidores de varias ramas del Islam como los sufíes musulmanes de todo el Magreb y África Occidental se comprometen a hacer peregrinaciones anuales conjuntas en el país. La comunidad bahá'í, ubicada en las zonas urbanas, los números son de 350 a 400 personas.
El árabe clásico es el idioma de la legislación aunque las leyes también se traducen al francés y a veces al español.diglosia e incluso una triglosia, motivada porque la gran mayoría de la población entiende y habla el francés. El rey de Marruecos cuando quiere que un discurso llegue a todo el mundo se ve obligado a utilizar para el mundo árabe, el árabe clásico, y para el resto del mundo, el francés. Las zonas bereberófonas, en sus tres dialectos de las lenguas bereberes (tarifit, tamazight y tachelhit) utilizan su lengua diariamente.
La lengua mayoritaria hablada por la población es el árabe marroquí, poco a poco influido por la llamada lengua culta. De facto existe unaEn las ciudades de Tetuán y Nador el conocimiento y uso del español es elevado; también en la población saharaui del antiguo Sáhara Español; en la mayor parte de la población de Larache, Tánger, Alhucemas y Sidi Ifni es usual. Existen grupos de hispanohablantes en ciudades como Rabat, Agadir, Kenitra, Casablanca, Taza, Fez, Marrakech, Mequinez y Uchda. Actualmente, existen seis centros del Instituto Cervantes, siendo una de las mayores concentraciones en un solo país de esta institución encargada de la difusión de la lengua española en el mundo. La población hispanoparlante en Marruecos asciende a unos 7 000 000 personas en 2017. Los medios de comunicación marroquíes (prensa, radio, televisión) están disponibles en árabe, francés y español. En buena parte de la zona norte del país se pueden sintonizar sin problemas las emisoras de radio y los canales de televisión españoles.
Marruecos es un país polilingüístico. En el país se hablan el árabe, el bereber, el español (en el norte) y el francés (mayoritariamente por el sur) y en ocasiones todos ellos pueden proceder de un único hablante. No obstante ello, no todas las lenguas tienen la misma aceptación oficial. Para entender la situación actual de las políticas lingüísticas en Marruecos hay que retroceder en el tiempo hasta el XX porque estas, en cierta manera, fueron el resultado de la colonización. Después de la independencia, el gobierno pone en marcha una política de arabización que consistió en un proceso cuyo objetivo era reivindicar la vuelta a la lengua árabe, como forma de identidad lingüística, religiosa y cultural. En la Constitución de 1962, el Estado establece el árabe como lengua oficial. Para llevar a cabo este proceso, el Gobierno lo implementa en distintos ámbitos, a saber: sistema educativo, vida pública y medios de comunicación, estos tres ámbitos se convierten en el punto fuerte para llevar a cabo este proceso. En esta política no se tiene en cuenta el carácter multicultural del país. El gobierno marroquí pretendía seguir el modelo francés, y por lo tanto su objetivo principal era el monolingüismo como forma de identidad. Se adopta así la lengua árabe como identidad lingüística, religiosa y cultural del país; lengua que todos los pertenecientes a ella debían saber, destacando esta por encima del amazig, el francés y el español. Este proceso se consigue en todos los ámbitos excepto en el institucional, en el que el francés predomina hasta la actualidad. En el ámbito de la educación este proceso se implementa de manera más lenta; primero empieza en educación primaria, después pasan a la educación secundaria, y ya más tarde y con menos éxito a la educación universitaria. En el año 1988 el Estado arabizó todos los niveles de enseñanza primaria, secundaria y parte de la enseñanza universitaria en algunas facultades de letras.
Tanto las lenguas bereberes como el español (siempre en menor medida) pasan a un segundo plano ya que el gobierno considera que pueden interferir en el proceso de unificación lingüística, cultural y religiosa. A causa de las continuas reivindicaciones del pueblo bereber, en el año 2001 el rey Mohamed VI de Marruecos pronuncia un discurso en el que reconoce la diversidad lingüística de Marruecos y la pluralidad identitaria en el país:
Después del discurso, se crea una organización llamada Movimiento Cultural Amazig (ACM) cuyo objetivo era defender los derechos del pueblo bereber, y se crea un nuevo modelo cuya finalidad era llevar la lengua amazig a la enseñanza pública. Se produce así un cambio en la política lingüística de Marruecos. Se pasa del monolingüismo por el que desde la independencia se ha estado trabajando a una apertura de las lenguas otorgándole derecho a la lengua bereber. En la constitución de 2011, la lengua amazig pasa a ser lengua cooficial del país junto con el árabe.
En varias encuestas que se han hecho a los habitantes de esta zona del Magreb, se ha reflejado el interés que tienen estos por aprenderlas. Veamos alguno de los resultados de estas encuestas:
Según un estudio realizado por R. Loulidi Mortada, para los jóvenes marroquíes es importante el bilingüismo. El 94,6 % de los encuestados creían que es importante saber hablar más lenguas, entre ellas el francés, el inglés o el español; mientras que solo un 2,5 % estaba en desacuerdo. Un 96,2 % quería que sus hijos, en un futuro, hablaran lenguas como el francés o el español. La presencia actual de la lengua española, sobre todo en la zona norte, es importante porque, además de las instituciones que tienen entre otros objetivos la promoción del español, como el Instituto Cervantes, existen otras formas que desempeñan un papel fundamental en la influencia cultural española en la zona, como son los medios de comunicación.
En la zona norte se captan señales televisivas de España (TVE, Antena 3, Cuatro, Tele5, La Sexta, Canal Sur), además de la televisión marroquí emite también un informativo en español. Por ser el español una de las lenguas con mayor difusión a nivel internacional hay hablantes que prefieren su uso en algunos ámbitos. Además, el poder hablar y escribir esta lengua puede facilitarles el acceso a otros servicios y darles prioridad principalmente en los ámbitos profesionales. Asimismo, la numerosa inmigración hacia España (la población marroquí es la principal minoría extranjera) contribuye al aumento de hispanohablantes marroquíes, de ahí que el uso del español esté permitido en todas las oposiciones y exámenes que organiza el Estado para el acceso a cualquier puesto en la Administración Pública desde hace más de siete años. Un dato curioso es que según los resultados obtenidos de la Consejería de Educación y Ciencia de la Embajada de España en Marruecos, Marruecos es donde más invierte el Gobierno español para la difusión del idioma español en todo el mundo. Aunque parece ser que el español es una lengua que se usa mucho en el territorio marroquí, el francés lo supera con creces.
A diferencia del español, el francés se usa en la Administración junto al árabe moderno y al mismo tiempo se usa en la enseñanza obligatoria, el cual es uno de los idiomas que se imparte desde los primeros niveles de enseñanza básica. También es la lengua vehicular de enseñanza en las facultades científicas y técnicas, en la facultad de Derecho y Ciencias económicas y en las Escuelas y Colegios Superiores.protectorado francés, esta lengua es hablada por la clase media-alta que ha sido educada en francés o como dice Francisco Moscoso «busca asimilarse a la cultura francesa como forma de acercarse a la modernidad aunque sin dejar de ser marroquíes». Las familias de clase media-alta suelen escolarizar a sus hijos en colegios privados franceses. Ennaji afirma que un estudiante marroquí que haya pasado la selectividad en francés y que haya estudiado en una escuela francesa privada, tendrá más oportunidades laborales que uno que lo haya hecho en una pública. Por lo tanto, como queda de manifiesto, el francés se ve como una lengua prestigiosa, mientras que el árabe no.
En las grandes ciudades, sobre todo en aquellas que estuvieron bajo elComo ocurre con el español, el francés es usado en los medios de comunicación, habiendo en este último caso dos emisoras: Mediterráneo Internationale y Radio Magreb, las cuales emiten en árabe estándar moderno y francés. Además, también existe una cadena de televisión 2M que mayoritariamente emite en lengua francesa. Lo más notable de esta situación es que a pesar de su amplio uso y su función como lengua vehicular, la lengua francesa no tiene ningún estatus institucional u oficial, aunque el rey y el resto de autoridades en sus comparecencias fuera del mundo árabe se dirigen en ese idioma; es decir, que no está presente en la Constitución marroquí como lengua nacional ni como lengua oficial. Por todo esto, podemos decir que el francés no ha quedado solo como una huella de la colonización francesa, sino también como un puente que tiene acceso a la modernidad, al mundo de Occidente.
Los amazig son los pueblos indígenas del norte de África y aunque su origen es aún confuso, hay pruebas de que ya habitaban lo que hoy conocemos como el Magreb en la época de los fenicios. Durante el periodo de la colonización, se les designaba con el término bereber, que significa literalmente bárbaro. Hoy, se hacen llamar amazig, en español «hombre libre» y juegan una pieza clave dentro de las políticas lingüísticas de Marruecos. Es importante, antes de seguir, aclarar el significado de los términos que vamos a utilizar ya que pueden dar lugar a error. El término "amazig", cuyo plural es "amaziges", por un lado hace referencia a la cultura y a la población de los pueblos autóctonos del norte de África y por otro engloba todas las diferentes lenguas que hablan (rifeño, tashelhit, tanfusit, tuareg, entre otros). Por cuestiones políticas, en los últimos años se ha querido utilizar la expresión tamazight para referirse a la lengua, pero este cambio no ha calado en la población, que sigue haciendo referencia al vocablo amazig. En España y en general en todo Occidente se las conoce también como lenguas bereberes. Aunque son, fundamentalmente, de tradición oral, hoy en día muchas de ellas tienen forma escrita gracias a un alfabeto llamado tifinagh. Teniendo en cuenta todo lo anterior y por cuestiones de uso, nos referiremos a la lengua con los términos amazig y lenguas bereberes.
La causa amazig está envuelta en una gran polémica, ya que aparte de ser conflicto sociolingüístico, en los últimos años, se ha convertido en una guerra política. El gobierno marroquí aseguró tras el censo del año 2004 que solo el 28 % de la población habla amazig, mientras que los grupos que defienden los derechos del pueblo bereber aseguran que los hablantes de esta lengua representan más del 65 % (Handaine, 2013. El mes de septiembre del año 2014, semanas previas al sexto censo de población de Marruecos, la Asamblea Mundial Amazig declaró en una rueda de prensa en Rabat como «en 2004 el Alto comisionado del censo falsificó el número de personas que hablan el amazig». La Asociación afirma que el método que se sigue tiene el claro objetivo de «minimizar el papel de los bereberes en Marruecos». Alguno de los fallos que destaca la Asociación es preguntar solo a los ciudadanos amaziges si saben leer o escribir en su lengua materna, cuando en la Constitución del 2011 se establecieron como lenguas cooficiales el árabe y el amazig siendo por tanto patrimonio de todos los magrebíes no solo de los de origen bereber.
El hecho de que la lengua amazig se declarase lengua oficial del estado en la Constitución de 2011 es, sin duda alguna, un gran logro. Pero aún queda mucho por hacer, ya que el mero cambio de política no conlleva un cambio en la situación real. Por cuestiones legales y jurídicas el amazig aún no tiene la presencia que debería como lengua oficial en el ámbito institucional. También, por falta de interés por parte del Ministerio de Educación, en el año 2012 la enseñanza de estas lenguas en los centros no tuvo éxito. Se dejó en manos de los directores la responsabilidad de fomentar y crear programas para su instrucción, cuando esto, como es lógico, debería haber venido de manos del ministro y de sus colaboradores. De igual manera sucede en la universidad, a la que solo se puede acceder si el alumno habla árabe y francés, lengua europea que no consta de reconocimiento en la Constitución. Tampoco se pueden utilizar las lenguas bereberes en los tribunales ni en el Parlamento. El 30 de abril de 2012 durante una sesión parlamentaria, Fátima Chahou habló en su lengua materna: el amazig. A raíz de este suceso, el presidente de la Cámara prohibió su uso a pesar de ser oficial alegando que la causa principal era la falta de intérpretes. Este hecho ha sido calificado de inconstitucional y "atentado contra la dignidad del bereber", ya que niega a miles de personas que la utilizan como lengua vehicular el derecho a saber qué está ocurriendo en su país. Además, como toda lengua materna, esta tiene una gran carga emocional y personal, así que muchos prefieren utilizarla en su día a día fuera del ámbito escolar y seglar.
Además, los amaziges se han tenido también que enfrentar a discriminación por parte del gobierno. El Alto Comisionado de Aguas y Bosques les impide la utilización de las tierras que han sido suyas durante siglos desde el año 2012. Actualmente existen asociaciones como el Congreso Mundial Amazig, el IPAAC o el IRCAM que luchan por conservar el amazig.
La cocina marroquí es una cocina mayormente de dieta mediterránea que se caracteriza por su variedad de origen principalmente árabe y bereber con platos influenciados por la cocina judía. A pesar de su común con las cocinas de otros países del norte de África, la cocina marroquí ha mantenido su originalidad y sus características culturales únicas. La cocina marroquí ofrece una variedad de platos: cuscús, tajín, pastela, cordero asado, briouats (pequeños pasteles triangulares rellenas de carne o pescado). Hay además, otros platos típicos de Marruecos: mrouzia, tanjia marrakchí (tradicional en la región de Marrakech), harira (sopa para romper el ayuno en Ramadán), la seffa, ensalada marroquí, shebbakiyya.
Marruecos es un país con una diversidad étnica y una rica herencia histórica y cultural. A través de los años, ha sido el hogar de varios grupos humanos provenientes del oriente (fenicios, cartagineses, judíos y árabes), del sur (subsaharianos) y del norte (romanos, bárbaros, andalusíes, moros y judíos). Todas estas civilizaciones han tenido un impacto en la estructura social de Marruecos, donde conviven diversas formas de creencias, desde paganismo, judaísmo hasta los cristianos y el islam.
Desde la independencia ha existido un florecimiento en las artes marroquíes, especialmente en la pintura, la escultura, la música popular, el teatro y la cinematografía. Además, por todo el país se celebran distintos festivales de arte y música, sobre todo durante el verano. Cada región posee características culturales propias que le brindan su identidad, y que al mismo tiempo contribuyen al legado histórico-cultural de la nación. Por esta razón, el gobierno marroquí ha puesto entre sus prioridades la protección, conservación y promoción del patrimonio cultural de Marruecos.
Marruecos está habitado principalmente por los árabes, junto con bereberes y otras minorías. Su música es predominantemente árabe, al-Ándalus y otras influencias importadas han tenido un efecto importante sobre el carácter musical del país. Los géneros tradicionales más populares en el centro del país son: andalusí, Chaabi y Gnawa mientras tanto en el norte es el género reggada (es un género musical marroquí de la región del Rif oriental, el noreste de Marruecos), este género proviene de una antigua danza para la guerra.
Marruecos junto a Etiopía (9) cuenta con más monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en África y el primero del mundo árabe. En la actualidad cuenta con nueve bienes declarados. Por otro lado, Marruecos cuenta con cuatro bienes culturales inmateriales, lo que la convierte en el primer país de África, junto con Argelia, en número de bienes declarados en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En Marruecos se celebran fiestas religiosas que siguen el calendario musulmán y fiestas nacionales que siguen el calendario gregoriano.
En el mes de septiembre de 1997 surge la Asociación de Escritores Marroquíes en Lengua Española con sede en Larache. Su primer presidente fue Mohamed Bouissef Rekab; actualmente la preside Mohamed Akalay; el secretario General es Mohamed Sibari; los vocales son: Mohamed Mamún Taha, Nasir El Moussati, Mohamed Lahchiri, Abderrahmán El Fathi, Abdellatif Limami, Mulay Ahmed El Gamoun, Mohamed El Khoutabi, Ahmed Oubali, Sara Alaui, Fatima Zohra Koui, Abdeljalil Rusi El Hassani y Mohamed Chakor.
La escuela es obligatoria en Marruecos para los niños menores de quince años. La tasa de analfabetismo de la población pasó de 43 % en 2004 al 28 % en 2012.años 80 es criticado regularmente por sus resultados y su pedagogía. Las familias de la burguesía y la clase media prefieren enviar a sus hijos a las escuelas privadas en la lengua francesa. La Universidad de Qarawiyyin ubicada en la ciudad de Fez, es considerada la institución universitaria más antigua todavía en funcionamiento según el Libro Guinness de los récords.[cita requerida]
En 2014, 53 % de los marroquíes son analfabetos, una tasa que alcanza el 71 % en las zonas rurales. El sistema educativo está marcado por una fuerte desigualdad. El sistema de educación pública arabizados en losUn estudio de la Revue internationale d'éducation de Sèvres considera "vital una reforma radical que permita al sistema educativo marroquí progresar y cumplir sus misiones. Así, una clase puede incluir unos cincuenta estudiantes."
Tradicionalmente, los deportes más populares en Marruecos se centraban en el arte de la equitación hasta que los deportes europeos —como el fútbol, el polo, la natación y el tenis— se introdujeron a finales del XIX. Así, el fútbol se convirtió el deporte más practicado en el país, muy popular entre los jóvenes de las zonas urbanas. En 1986 Marruecos se convirtió en el primer país musulmán y africano del en clasificarse a la segunda ronda de la Copa Mundial de Fútbol. También se han clasificado a las ediciones de 1970, 1994, 1998, 2018 y 2022.
El Reino de Marruecos posee una serie de elementos emblemáticos definidos por ley.
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