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República de Francia



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Francia (en francés, France, pronunciado /fʁɑ̃s/ ( escuchar)), oficialmente la República Francesa (en francés, République française pronunciado /ʁepyblik fʁɑ̃sɛːz/ ( escuchar)), es un país transcontinental, miembro de la Unión Europea, cuya forma de gobierno es la república semipresidencialista. Territorialmente comprende la Francia metropolitana y la Francia de ultramar, siendo a su vez el país más grande de la Unión Europea.[7]​ Su territorio, que incluye regiones de ultramar o Territorios dependientes, se extiende sobre una superficie total de 675 417 km².[1]​ En 2017 el país contaba con 67,1 millones de habitantes (65 millones en los departamentos metropolitanos y 2,1 millones en los departamentos de ultramar).[8]

La parte metropolitana o continental del país[9]​ se ubica en Europa Occidental, donde limita al sur con el mar Mediterráneo, Mónaco, España y Andorra; al oeste el océano Atlántico; al norte con el canal de la Mancha que la separa del Reino Unido y en su parte este hace frontera con Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Suiza e Italia. El territorio insular europeo comprende la isla mediterránea de Córcega y diversos archipiélagos costeros en el océano Atlántico. En América, posee la Guayana Francesa, la mayor parte de la isla San Martín y las islas y archipiélagos de Martinica, Guadalupe, San Bartolomé y San Pedro y Miquelón. En el océano Índico posee las islas de Mayotte y de Reunión, y en el océano Pacífico los archipiélagos de la Polinesia francesa, Wallis y Futuna y Nueva Caledonia. Son territorios deshabitados de Francia el atolón de isla Clipperton, en el océano Pacífico oriental, y las Tierras Australes francesas (Kerguelen y varias otras en el océano Índico sur) y las denominadas Tierras Antárticas francesas (Tierra Adelia y Base Dumont D'Urville en la Antártida). A nivel mundial es el segundo país con mayor extensión de mar territorial (11 millones de km²).[10]

Francia es la sexta economía mundial (2018) con una muy elevada difusión cultural en el contexto internacional. Es miembro del G7, de la zona euro y del espacio Schengen, y alberga a muchas de las más importantes empresas multinacionales, líderes en diversos segmentos de la industria y del sector primario, además de que es el primer destino turístico mundial, con 83 millones de visitantes extranjeros por año (7 % del PIB).[11]​ Francia es un país desarrollado que se posiciona en lugares altos dentro de escalafones internacionales. Es allí donde se redactó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, es miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas y uno de los cinco miembros permanentes de su Consejo de Seguridad.[12]​ Francia alberga las sedes del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, ambas en Estrasburgo, y las de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y de la Unesco, en París. Perteneciente a la OTAN, Francia es una de las ocho potencias nucleares reconocidas.[13]

Desde el siglo XVI, el país fue una potencia colonial, y durante mucho tiempo el idioma francés fue la principal lengua de la diplomacia. Aún hoy, es una de las lenguas con mayor proyección, y la cultura y la civilización francesas forman el nexo de unión de los países de la francofonía. En 2018, la lengua francesa, con 284,9 millones de hablantes, era la quinta más hablada del mundo[14]​ y por las tendencias demográficas en el siglo XXI se convertiría en la tercera lengua más hablada del mundo.[15][16]

Existen importantes restos del Paleolítico inferior en el río Somme y los Pirineos tradicionales (hombre de Neandertal), así como en La Chapelle-aux-Saints, Le Moustier y La Ferrassie. Del Paleolítico superior hay abundantes vestigios de los hombres de Cro-Magnon y Chancelade, datados en unos 25 000 años de antigüedad, los cuales están ubicados en el valle de Dordoña.[17]​ Entre las más famosas pinturas rupestres del mundo están las de Lascaux y de Font de Gaume, en los Pirineos franceses.

En el Mesolítico algunas actividades agropecuarias fueron reemplazando en importancia a las cuevas, y en el Neolítico (desde el iii milenio a. C.) surgió la cultura megalítica (que empleó menhires, dólmenes y enterramientos). Desde alrededor del 1500 a. C. se inicia la edad del bronce, desarrollándose rutas comerciales. Se ha encontrado utillaje de la industria achelense del homo erectus de hace 900 000 a 1 000 000 años en la gruta Le Vallonnet, en el sur de Francia. La Edad del Hierro y las culturas celtas se ubican dentro del i milenio a. C.

Hacia el año 600 a. C. griegos jónicos llegaron a Galia y fundaron la colonia de Massalia (la actual ciudad de Marsella), cerca de la desembocadura del Ródano, lo cual la convierte en la ciudad más antigua de Francia.[18][19]​ Al mismo tiempo tribus gálicas comenzaron a penetrar el este y el norte de Francia, extendiéndose así gradualmente al resto del país entre los siglos V y III a. C.[20]

El concepto de Galia emergió durante este periodo, el cual corresponde a los territorios de asentamiento célticos ubicados entre el Rin, el Océano Atlántico, los Pirineos y el Mediterráneo. Las fronteras de la Francia moderna son aproximadamente iguales que las de la Antigua Galia, el cual fue un próspero territorio, territorio del cual, en la parte más al sur estaba sujeto a grandes influencias romanas y griegas.

Alrededor del 390 a. C. el jefe tribal Breno y sus tropas pasaron a Italia a través de los Alpes, derrotando a los romanos en la batalla del Alia, procediendo así a asediar y exigirle el pago de un rescate a la ciudad de Roma.[21]​ La invasión gala dejó a Roma debilitada, y los galos siguieron hostigando la región hasta el año 345 a. C. cuando entraron en un tratado formal con la ciudad.[22]​ Pero los romanos y los galos siguieron siendo rivales por los siguientes siglos, siendo así los galos una amenaza para Italia.

Alrededor del año 125 a. C. el sur de Galia fue conquistada por los romanos, quienes llamaron a su nuevo territorio Provincia Nostra (Nuestra Provincia), que con el tiempo evolucionó al nombre del moderno territorio francés de Provenza.[23]Julio César conquistó el resto de Galia y venció la resistencia dirigida por el líder galo Vercingétorix en 52 a. C.[24]​ Según Plutarco y Brendan Woods, las Guerra gálicas resultó en la conquista de 800 ciudades, 300 tribus subyugadas, un millón de personas convertidas en esclavos y otros tres millones muertos en batalla.

Galia fue dividida por Augusto en provincias romanas. Muchas ciudades fueron fundadas en el periodo galo-romano, como Lugdunum (Lyon hoy en día), la capital de la Galia romana.[25]​ Estas ciudades fueron construidas en el estilo romano, con un foro, un teatro, un circo, un anfiteatro y baños termales[25]​. Los galos se mezclaron con los colonos romanos y eventualmente adoptaron la cultura y el lenguaje romanos (Latín, del cual evolucionó el francés). El politeísmo romano se mezcló con el politeísmo celta en un proceso de sincretismo.

Del año 250 a 280 d. C., la Galia Romana sufrió de numerosas crisis con los limes siendo atacados en numerosas ocasiones por pueblos bárbaros.[26]​ Aun así, la situación en la primera mitad del siglo IV fue un periodo de prosperidad y renacimiento en Galia.[27]​ En 312 el emperador Constantino I se convirtió al cristianismo, el cual se enraizó en los siglos II y III, y se estableció firmemente durante los siglos V y VI, en aquella época Jerónimo de Estridón (San Jerónimo) escribió que Galia era la única región «libre de herejía».[28]​ Pero al comenzar el siglo V las invasiones bárbaras empezaron nuevamente.[29]​ Las tribus teutónicas invadieron la región desde lo que hoy es Alemania, los visigodos se asentaron en el suroeste, los borgoñones a lo largo del valle del Río Rin y los francos (de los cuales Francia toma su nombre) en el norte.[30]

En la Francia de ultramar había pueblos cazadores recolectores en la Guayana, en San Pedro y Miquelón se asentaban pueblos paleoesquimales,[31]​ en las Antillas francesas empezó el periodo precolombino; Guadalupe por grupos de nativos americanos precerámicos;[32]Nueva Caledonia, Wallis y Futuna recibieron sus primeros habitantes hacia el año 3000 a. C. y su primera cultura lapita, la cual se desarrolló en el i milenio a. C. El resto de los territorios de ultramar al parecer estaban desocupados durante este periodo.

En el año 451, Atila, el líder de los hunos invadió la Galia con ayuda de los pueblos francos y visigodos,[33]​ logrando establecerse en la parte principal de la Galia. En el siglo IV, la frontera del este de Galia a lo largo del Rin fue cruzada por pueblos germánicos, principalmente los francos, de quienes deriva el antiguo nombre de «Francie». La «Francia moderna» debe su nombre al dominio feudal de los reyes capetos de Francia, alrededor de París. Los francos fueron la primera tribu entre los conquistadores germánicos de Europa, después de la caída del Imperio romano, en convertirse al cristianismo a raíz del bautismo del rey Clodoveo en 498; así, Francia obtuvo el título de «Hija mayor de la Iglesia», y el país adoptaría esto como justificación para llamarse «el reino más cristiano de Europa».

Francia durante la Edad Media fue gobernada por las siguientes dinastías:

La dinastía merovingia gobernó la actual Francia y parte de Alemania entre los siglos V y VIII. Su primer rey fue Clodoveo I, quien conquistó gran parte del territorio galo entre 486[34]​ y 507 (año en el que estableció París como capital). Clodoveo se convirtió al cristianismo ortodoxo (por oposición a la herejía arriana), siendo bautizado en Reims hacia el 496,[35]​ obteniendo así el apoyo de las élites galo-romanas y estableciendo un importante lazo histórico entre la corona francesa y la Iglesia católica.[34]

En 732, Carlos Martel derrotó a las fuerzas árabes del Califato Omeya en la batalla de Poitiers, también llamada batalla de Tours, deteniendo así el avance musulmán hacia Roma por el oeste de Europa. Tras el ascenso de Carlomagno en el 768, el reino se expandió hasta abarcar gran parte de Alemania e Italia. En la Navidad del año 800, Carlomagno fue coronado emperador de los romanos por el papa León III, estableciendo el llamado Imperio carolingio.

La existencia de Francia como entidad separada comenzó con el Tratado de Verdún (843), el cual dividió el Imperio carolingio de Carlomagno en Francia Oriental, Francia Occidental y Francia Media. Francia Occidental comprendía aproximadamente el área ocupada por la Francia moderna, de la que fue precursora. Sus reyes continuaron usando el título de Rey de los francos hasta el gobierno de Felipe Augusto, que usó por primera vez el título de Rey de Francia en un documento diplomático datado de 1204.

Entre los años 1337 y 1453, el Reino de Francia fue escenario de la llamada guerra de los Cien Años, guerra que sostuvo contra el Reino de Inglaterra , y que se saldó con la retirada inglesa de suelo galo.

La historia de Francia en el siglo XVII estuvo marcada por el apogeo del poder real, que se convirtió en absoluto. Después del Tratado de los Pirineos (1659), el reino de Francia se convirtió en una potencia cuyo resplandor se extendía a gran parte de Europa.

Es también un periodo de grandes cambios desde un punto de vista cultural. La cultura francesa irradia Europa, en todos los dominios, apoyada por la creación de Academias: la literatura, las artes, las ciencias. El francés se confirma como lengua de grandes escritores (Molière, Corneille). La pintura, la escultura, la arquitectura y la música también florecen. Los científicos franceses tienen un puesto muy importante en Europa (astronomía, matemáticas, física, óptica), con Fermat, Pascal, Descartes. Los artistas e intelectuales franceses están en ese momento en el corazón de las redes culturales europeas. Esta es la razón por la cual el siglo XVII es denominado en Francia como «el Gran Siglo».

La monarquía absoluta se fue imponiendo paulatinamente a partir de la llegada al trono de la casa de Borbón, un proceso iniciado por Enrique IV de Francia y que alcanzó su apogeo bajo el reinado de Luis XIV en el siglo XVII y principios del XVIII.

A pesar de la oposición periódica de la alta nobleza y de las tensiones con los parlamentos provinciales, este régimen se mantuvo hasta el reinado de Luis XVI. En este tiempo Francia poseía la población más grande de Europa y su política, su economía y su cultura influían en todo el continente. Francia también obtuvo muchas posesiones de ultramar en América, África y Asia y parte de Europa. El reinado de Luis XIV fue el más importante de la historia francesa mientras supo dirigir al reino. El final de su reinado estuvo marcado por los primeros síntomas de decadencia del régimen absolutista, el declive de la hegemonía francesa en Europa, el fracaso de su política colonial y el malestar social que padecían los pobres; tensas situaciones que tuvieron en vilo a sus herederos.

La secesión del Tercer Estado en los Estados Generales de 1789 y la creación de la Asamblea Constituyente marcaron el inicio de la Revolución francesa, cuyo hito simbólico fue la toma de la Bastilla. Este proceso social, económico y político se desarrolló entre 1789 y 1799 y sus principales consecuencias fueron la abolición de la monarquía y la proclamación de la Primera República Francesa en 1792, habiendo eliminado todas las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen en Francia.

Después de una serie de esquemas gubernamentales de breve duración, Napoleón Bonaparte tomó el control de la república en 1799, haciéndose primer cónsul y emperador del que ahora se conoce como el Primer Imperio francés (1804-1814). Aparte de sus proezas militares, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico, un código civil que permanecería vigente hasta la segunda mitad del siglo XX y serviría de modelo a otros países, como España. Se le conoce también por su talento para hacerse rodear de brillantes expertos con un elevado sentido del Estado, que supieron crear el marco jurídico y administrativo de la Francia contemporánea. Otros, sin embargo, lo consideran un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, y uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.[36]

Después de llevar a la victoria los ejércitos de la Revolución en una guerra de defensa del territorio nacional amenazado por los ejércitos de las monarquías europeas, su ejército, la Grande Armée, conquistó la mayor parte de Europa continental. En los territorios invadidos, Napoleón nombró a los miembros de la familia Bonaparte y a algunos de sus generales más cercanos como monarcas de los territorios. Hoy en día, la familia real sueca desciende del general bonapartista Bernadotte.

Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante setenta y cinco años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. Tras la derrota final de Napoleón en 1815 en la batalla de Waterloo, sus vencedores se reunieron en el Congreso de Viena, donde la monarquía francesa de los Borbones fue reinstaurada, pero con nuevas limitaciones definidas por una Carta Magna.

En la revolución de julio de 1830, una sublevación civil derrocó al rey Carlos X y estableció la monarquía constitucional llamada Monarquía de Julio, llevando al trono a Luis Felipe I, de la casa de Orleans.

La Revolución francesa de 1848 es una insurrección popular que tuvo lugar en París del 23 al 25 de febrero de 1848. Obligó al rey Luis Felipe I de Francia a abdicar y dio paso a la Segunda República Francesa.

Este régimen de breve duración terminó en diciembre de 1852, fecha en que el presidente francés Carlos Luis Napoleón Bonaparte, sobrino del extinto Napoleón Bonaparte, dio un golpe de Estado y se proclamó a sí mismo Napoleón III, emperador del Segundo Imperio francés.

Entonces, en el país se produce un considerable desarrollo en medios de transportes, crece la bonanza económica positiva, se incrementa la red bancaria y se firma un tratado librecambista con Inglaterra en 1860 que fomenta el comercio internacional. Sin embargo la política exterior tuvo una serie de fracasos importantes como la segunda intervención francesa en México y sobre todo la estrepitosa derrota en la Guerra Franco-prusiana de 1870 en la cual Napoleón III fue vencido por completo.

La caída en la Guerra Franco-prusiana precipitó la proclamación de la Tercera República Francesa. Francia tuvo posesiones coloniales en varias partes del mundo, desde principios del siglo XVII hasta los años 1960. En los siglos XIX y XX, su imperio colonial era el segundo más grande del mundo después del Imperio británico. En su pico, entre 1919 y 1939, el segundo Imperio colonial francés se extendió sobre 12 347 000 kilómetros cuadrados (4 767 000 millas cuadradas) de tierra. Incluyendo Francia metropolitana, el área total de la tierra bajo la soberanía francesa alcanzó 12 898 000 kilómetros cuadrados (4 980 000 millas cuadradas) en los años 1920 y 1930, que es 8,6 % del área terrestre del planeta.

En agosto de 1914, tras el asesinato del heredero de la corona austrohúngara, el Frente Occidental de la Primera Guerra Mundial se abrió luego de que el ejército alemán invada Bélgica y Luxemburgo, por lo que consiguió hacerse con el control militar de los más importantes lugares industriales de Francia.

Aunque en última instancia acabó como uno de los vencedores en la Primera Guerra Mundial, Francia sufrió unas pérdidas humanas y materiales enormes que la debilitaron en las décadas por venir. La década de 1930 estuvo marcada por una variedad de reformas sociales introducidas por el gobierno del Frente Popular.

Francia y Reino Unido declararon la guerra a la Alemania nazi el 3 de septiembre de 1939[37]​ en virtud de un tratado suscrito con Polonia, cuyo territorio había sido invadido por la Wehrmacht, ejército alemán. Al principio de la Segunda Guerra Mundial, Francia llevó a cabo una serie de campañas fracasadas de rescate en Noruega, Bélgica y los Países Bajos entre 1939 y 1940. Después del ataque relámpago de la Alemania Nazi y su aliado, la Italia fascista, entre mayo y junio de 1940, la dirección política de Francia firmó el Armisticio del 22 de junio de 1940. Los alemanes establecieron un régimen autoritario bajo la tutela del mariscal Philippe Pétain conocido como la Francia de Vichy, que adoptó una política de colaboración con la Alemania Nazi.[38]​ Los opositores del régimen formaron el estado de Francia Libre fuera de Francia, sostuvieron a la resistencia francesa y fueron sumando cada vez más territorios coloniales a su causa. Francia continental fue liberada con el esfuerzo común de los aliados, Francia Libre, y de la resistencia francesa en 1945.

La Cuarta República Francesa, fundada después de la Segunda Guerra Mundial, luchó para mantener su estatus económico y político como potencia mundial. Intentó recuperar el control sobre su imperio colonial, afectado por la guerra. La tentativa poco entusiasta en 1946 de recuperar el control en Indochina francesa dio lugar a la Primera Guerra de Indochina, que terminó en derrota francesa en la batalla de Dien Bien Phu en 1954. Solamente unos meses más adelante, Francia hizo frente a un nuevo conflicto, incluso más áspero que el anterior en su más vieja e importante colonia, Argelia.

El debate por mantener el control de Argelia, entonces tierra de un millón de colonos europeos, debilitó al país y condujo casi a la guerra civil. En 1958, la cuarta república débil e inestable llevó a la Quinta República Francesa, que se apoya en un fuerte poder ejecutivo.

Charles de Gaulle tomó el camino extremo de la guerra. La guerra de Argelia y la guerra civil que estalló en Argelia entre los partidarios de abandonar la colonia y los colonos que se aferraban a mantener la presencia francesa, se concluyó en 1962, con la declaración de Evian que incluían la celebración de un referéndum de autodeterminación.

El general De Gaulle también tuvo que afrontar otra dura prueba en mayo de 1968, de la que salió triunfante en las elecciones anticipadas convocadas en junio del mismo año.

En 1981, el socialista François Mitterrand fue elegido presidente de Francia y gobernó desde 1981 hasta 1995. Luego, el conservador Jacques Chirac sería elegido presidente de Francia, gobernando entre 1995 y 2007, año en que su ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, fue elegido presidente. Francia apoyó a Estados Unidos en la primera guerra del Golfo (1990),[39]​ así como en el derrocamiento del régimen talibán. La reconciliación y la cooperación de Francia con Alemania probaron la línea central a la integración política y económica de la Unión Europea de desarrollo,[40]​ incluyendo la introducción del euro en enero de 1999. Francia estuvo en la vanguardia de los Estados miembros europeos de la unión que intentaban explotar el ímpetu de la unión monetaria para crear una unión europea política, con una defensa y un aparato unificados y más capaces en la seguridad.

Dominique de Villepin, a la cabeza de la diplomacia francesa, lideró el bloque de países que se opuso a la invasión de Irak de 2003,[41]​ amenazando con utilizar su derecho al veto en el Consejo de Seguridad, llevando de paso a un enfriamiento de las relaciones con la administración de George W. Bush. El candidato de la derecha conservadora, Nicolas Sarkozy, derrotó a Segolene Royal en los comicios electorales del 6 de mayo de 2007 para ocupar la Presidencia de la República Francesa, sucediendo a Jacques Chirac.[42]​ El 6 de mayo de 2012 Sarkozy fue derrotado en su aspiración a continuar al frente del gobierno en las elecciones presidenciales por el candidato socialista François Hollande.[43]

En la década de 2010 el país sufrió varios atentados islamistas, entre ellos el ataque contra Charlie Hebdo a comienzos de 2015 con 12 fallecidos,[44]los atentados de París de noviembre de ese mismo año con 130 muertos[45]​ y el de Niza de 2016 con 85 víctimas mortales.

A finales de 2018, tuvieron diversas protestas y detenciones en París relacionadas con el movimiento de los chalecos amarillos,[46]​ en descontento por las políticas del presidente Emmanuel Macron.

La actual Constitución de Francia (Constitución de la quinta república) fue aprobada por referéndum el 28 de septiembre de 1958. Con su implantación, el cargo de presidente de la República fortaleció notablemente su autoridad sobre el poder ejecutivo,[47]anteriormente encarnado en el primer ministro y el gobierno, constituyéndose en verdadero representante del Ejecutivo en relación con el parlamento. Según la Constitución, el presidente es elegido por sufragio directo por un período de cinco años (originalmente eran siete años). El arbitraje del presidente asegura el funcionamiento regular y el equilibrio de los poderes públicos. El presidente designa al primer ministro, quien preside el Gabinete, comanda a las fuerzas armadas y concluye tratados. El gabinete o consejo de ministros es nombrado por el presidente a propuesta del primer ministro. Esta organización del gobierno se conoce como república semipresidencialista.

La Asamblea Nacional es el principal cuerpo legislativo. Sus 577 diputados son electos directamente por un término de cinco años y todos los escaños son votados en cada elección. La otra cámara es el Senado, cuyos 321 senadores son elegidos por un colegio electoral (es un sufragio indirecto) y permanecen nueve años en sus cargos. Un tercio del senado es renovado cada tres años. Los poderes legislativos del senado son limitados, y la asamblea nacional es quien posee la palabra final en caso de ocurrir una disputa entre ambas cámaras. El gobierno posee una fuerte influencia sobre la agenda parlamentaria. Además existe un Consejo Constitucional (9 miembros), [48]​ que asegura el control de la constitucionalidad de las leyes y resuelve los contenciosos electorales. Son ciudadanos franceses todos los mayores de 18 años.

Desde la presidencia del general Charles de Gaulle (1958-1969), la política exterior de Francia se caracteriza por un deseo de independencia, sobre todo frente a los Estados Unidos,[49]​ lo que dio lugar al desarrollo por Francia de armas nucleares y la retirada del comando integrado de la OTAN entre 1966 y 2009.[49]

La red de embajadas de Francia es la tercera a nivel mundial, contando con 156 embajadas y 97 consulados a través de cinco continentes.[50]​ Francia ayuda a los países en desarrollo, especialmente África. La asistencia oficial para el desarrollo representa un 0,36 % del producto nacional bruto de Francia en 2014, siendo más bajo que el del Reino Unido o Alemania.[51]

La Declaración Schuman es el título con el que informalmente se conoce al discurso pronunciado por el ministro de Asuntos Exteriores francés Robert Schuman el 9 de mayo de 1950 en el que —tal como lo reconoce oficialmente la Unión Europea— se dio el primer paso para la formación de esta organización al proponer que el carbón y el acero de Alemania y Francia (y los demás países que se adhirieran) se sometieran a una administración conjunta.

El Tratado de París, firmado el 18 de abril de 1951 entre Bélgica, Francia, la República Federal Alemana, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, estableció la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) que posteriormente formó parte, primero, de las Comunidades Europeas y, luego, de la Unión Europea.[52]​ Los franceses cuentan con la segunda representación más numerosa en el Parlamento Europeo, en virtud de su número de habitantes; además, el francés Jean-Claude Trichet fue presidente del Banco Central Europeo y Jacques Barrot fue uno de los vicepresidentes de la Comisión Europea para el período 2004-2009.

Estrasburgo es la sede del Parlamento Europeo; las sesiones plenarias se realizan allí una semana cada mes. Por ello la ciudad es considerada como la segunda capital de la UE después de Bruselas, donde están los diputados el resto del tiempo. La ciudad también es sede del Comando Central del Eurocuerpo y el Centro de información de Europol.

El 14 de julio de 2007 tropas de los veintisiete países de la Unión Europea desfilaron juntas por primera vez en los Campos Elíseos de París con motivo de la fiesta nacional francesa en una ceremonia encabezada por Sarkozy.[53]​ La presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2008 estuvo enmarcada dentro del sistema de administración rotativa de dicha institución.[54]​ Estaba previsto que al término de la administración entrase en vigor el Tratado europeo de Lisboa, permitiendo nombrar al primer presidente permanente de la Unión, pero ello no fue posible ya que el documento no fue ratificado por todos los estados.

En 2017 Emmanuel Macron era uno de los líderes principales del proyecto de refundación de la Unión Europea.[55]

Las Fuerzas armadas francesas son miembros de la OTAN, la EUFOR y del Eurocuerpo. El ejército francés, con una fuerza de personal de 547 278 en 2014 (257 920 de fuerza regular, 204 000 reservistas y cerca de cien mil de gendarmería),[56]​ constituye una de las fuerzas militares más grandes de Europa. En 2011 el país tuvo el quinto gasto militar mundial más alto, detrás de los Estados Unidos, China, Rusia y el Reino Unido.[57]

La dinámica industria armamentística gala, especialmente la aeronáutica, produce aviones de caza como el Rafale, con cargamento nuclear. El DGSE es el servicio de inteligencia del país. La Armada francesa cuenta con un solo portaaviones, el de impulsión nuclear Charles de Gaulle pero esperan tener disponible en el 2012 uno con el nombre PA2 (Portaaviones 2) que desplazará 75 000 toneladas.[58]​ En el año 2011, Francia destinó el 2,3 % de su PIB anual a la defensa nacional, según los datos de la OTAN y junto con Alemania destinan en conjunto más del 40 % del gasto en defensa total de la Unión Europea.[59]​ Alrededor del 10 % del presupuesto en defensa francés se destina a la Force de frappe, encargada de las armas nucleares embarcadas en submarinos.[60]

En marzo de 2008 el Gobierno francés anunció sus planes para lograr la reducción de su arsenal a menos de 300 cabezas nucleares, «la mitad del máximo» de las que mantuvo durante la Guerra Fría.[61]

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Francia ha firmado o ratificado:

Francia se divide administrativamente en regiones, departamentos, distritos, cantones, y municipios (o comunas). Adicionalmente cuenta con colectividades, territorios y dependencias. El departamento más extenso es la Guayana francesa con 91 000 km².[72]

Las 18 regiones y sus correspondientes 101 departamentos son de la metrópoli o de ultramar.

Seis dependencias son islas francesas dispersas y actualmente deshabitadas: Clipperton, en el nororiente del océano Pacífico (administrada desde la Polinesia francesa) y la Isla Europa, las Islas Gloriosas, Juan de Nova, Tromelin, y Bassas da India, en el suroccidente del océano Índico (administradas por Reunión).

El territorio francés tiene una extensión de 675 417 km²,[1]​ lo que representa el 0,50 % de las tierras emergidas del planeta (Puesto 43º en el mundo). La Francia metropolitana, es decir, europea, cuenta con 551 500 km²,[1]​ en tanto que la Francia de ultramar tiene otros 123 722 km² (sin considerar la Tierra Adelia por el Tratado Antártico en 1959 que suspendió el reconocimiento de todas las soberanías en dicha región). Es el país más extenso de Europa Occidental y de la Unión Europea (con cerca de 1/5 de la superficie de la UE). Sus islas de mayor tamaño son Nueva Caledonia, Córcega, Kerguelen, Reunión, Guadalupe, Martinica, Tahití y Mayotte.

La demarcación política de la Francia continental europea se apoya en sus «fronteras naturales» siendo estas (en sentido antihorario): el mar del Norte, el canal de la Mancha, el océano Atlántico (golfo de Vizcaya); los Pirineos; el mar Mediterráneo (golfo de León, Costa Azul); los Alpes; los montes Jura; el río Rin. El Rin es frontera solo en una parte de su curso, punto desde el cual y hasta el mar del Norte, no existen accidentes geográficos que delimiten «naturalmente» la frontera con Bélgica, Luxemburgo y Alemania. La isla francesa más importante en Europa es Córcega, ubicada en el mar Mediterráneo. En la Francia metropolitana las fronteras se extienden a lo largo de 2889 km y la línea costera por otros 3427 km. En África, Asia, Oceanía, América del Norte y el Caribe, el territorio francés es insular. La Guayana francesa (en América del Sur) es el único territorio continental fuera de Europa, limita al norte con el océano Atlántico (378 km); al oeste con Surinam (510 km), al este con Brasil (673 km). La mayor parte de la isla de San Martín (en el mar Caribe) es francesa teniendo una frontera meridional con las Antillas Neerlandesas (10,2 km).

El territorio de Francia, y su parte metropolitana o continental, limita, al sur, con el mar Mediterráneo y Mónaco (4,4 km); al suroeste, con España (623 km), Andorra (56,6 km) y el mar Cantábrico; al oeste, con el océano Atlántico; al norte, con el canal de la Mancha, Reino Unido (22,6 m, en medio del túnel submarino que los une), el mar del Norte y Bélgica (620 km), y al este, con Luxemburgo (73 km), Alemania (451 km), Suiza (573 km) e Italia (488 km). Su territorio insular europeo comprende la isla de Córcega, en el Mediterráneo occidental, y diversos archipiélagos costeros en el océano Atlántico. En América, es territorio de Francia la Guayana Francesa, que limita con Brasil (673 km)[73]​ y Surinam (510 km), también la mayor parte de la isla San Martín que limita con la parte neerlandesa de Sint Marteen (10,2 km)[74]​, y las islas y archipiélagos de Martinica, Guadalupe, San Bartolomé, y San Pedro y Miquelón. En el océano Índico posee las islas de Mayotte y de Reunión, así como los archipiélagos de la Polinesia francesa, Wallis y Futuna y Nueva Caledonia en el océano Pacífico. Son territorios deshabitados de Francia el atolón de Isla Clipperton, en el océano Pacífico oriental, y las Tierras Australes francesas (Kerguelen y varias otras en el océano Índico sur) y las denominadas Tierras Antárticas francesas (Tierra Adelia y Base Dumont D'Urville en la Antártida). A nivel mundial es el 2.° país con mayor extensión de mar territorial (11 millones de km²).[75]

Francia posee parte de los Pirineos (frontera con España y Andorra) y de los Alpes (frontera con Italia), ambos al sur. Otros macizos montañosos son el Jura (en la frontera con Suiza), las Ardenas, el Macizo Central y la cordillera de los Vosgos. El Mont Blanc en los Alpes con 4810,06 metros de altura es la cumbre más alta de Europa occidental y de la Unión Europea. El punto más bajo del país está en el delta del río Ródano: -2 m. El territorio cuenta también con llanuras costeras hacia el norte y oeste del país.

La mayor parte del territorio metropolitano de Francia corresponde al bioma de bosque templado de frondosas, aunque también están presentes el bosque templado de coníferas en los Alpes y el bosque mediterráneo en el sureste. La cantidad de venados y ciervos en estado salvaje se está incrementando gracias a políticas orientadas con este objetivo, además se garantiza la protección de las especies autóctonas no domésticas, con la creación de parques y reservas naturales, así como por la reintroducción de especies que fueron exterminadas en el país (oso pardo, lince y bisonte europeo, entre otros).

En la Francia metropolitana hay 136 especies de árboles,[76]​ algo excepcional tratándose de un país europeo. Las especies vegetales cultivadas para consumo humano directo y para la producción agro-industrial ocupan grandes espacios de la superficie francesa, destacándose la vid y el trigo entre muchas otras. Se practica una intensiva crianza y explotación de reses, cerdos, ovejas, cabras y caballos. También abundan especies menores como conejos y aves de corral.

La producción agropecuaria representa un 56 % (del cual las tierras de labrantío son un 33 %, las cosechas permanentes un 3 %, y los pastos permanentes un 20 %), la masa forestal el 28 %, y «otros» el 16 %.[77]​ Los bosques se extienden sobre la superficie de la Francia metropolitana hasta cubrir más de 140 000 km. Las zonas especialmente protegidas conforman el 8 % del territorio nacional. El subsuelo proporciona materiales de construcción en abundancia (grava, arena, cal) y materias primas (caolín, talco, azufre, potasa), pero es pobre en productos energéticos y minerales. La Guayana francesa, por su parte, forma parte del Macizo Guayano-venezolano, teniendo el 90 % de su territorio cubierto por la selva tropical.

Las aguas interiores cubren el 0,26 % de la superficie continental francesa. Los ríos más importantes de Francia son, en la vertiente atlántica: Loira, Garona, Dordoña (en el océano Atlántico), y Sena (en el canal de la Mancha). En la vertiente mediterránea el Ródano (en el golfo de León), con su afluente el Saona. También posee una buena parte de las cuencas de los ríos Rin, Mosa, Mosela y Escalda (que desembocan en el mar del Norte). El río interior más extenso es el Loira, con más de 1000 km. El lago más extenso es el Lemán (582 km²).

Francia tiene 5500 km de costas y ocupa el cuarto lugar en producción pesquera en la UE. En total las costas francesas son bañadas por los océanos Atlántico, Índico, y Pacífico. La Zona Marítima de Francia es de 12 millas contadas desde la costa, y la Zona Económica Exclusiva se extiende hasta las 200 millas desde la costa (11 millones de km²).

Francia está situada en el occidente de Europa, y a pesar de que el país no sea tan grande como los que están situados en América, el clima es muy variado. Francia tiene una fachada atlántica. Es por ello que, gracias a la corriente del Golfo haga un clima húmedo y suave, con inviernos templados y veranos frescos.

En la zona del interior, el clima es más continental y más riguroso al aumentar la altura. En el norte del país predominan cielos bajos y nubosos. Hacia el centro y el este, los inviernos son fríos y los veranos calurosos, alternados con temperaturas neutras. Por otro lado, el sur de Francia se caracteriza por su clima mediterráneo, con veranos cálidos e inviernos con temperaturas suaves y cielos despejados, aunque se tiene que tener en cuenta que las temperaturas bajan según se vaya ascendiendo y si las zonas son afectadas por los vientos del norte, tales como el Mistral o la Tramontana.

Por todo ello, el clima de Francia se caracteriza por ser templado y estar sometido a las influencias atlánticas que entran en el interior. Después, en ninguna región francesa llueve menos de 500 mm anuales. La extensión en la latitud de Francia provoca que haya distintos tipos de clima, desde el clima mediterráneo de la costa sudoriental hasta el alpino en las zonas más altas. El clima oceánico del litoral atlántico se caracteriza por tener temperaturas suaves y una amplitud térmica baja. En el este del país predomina el clima continental, en el cual la amplitud térmica es mayor, con veranos más cálidos e inviernos más fríos, además de haber más precipitaciones en verano. El clima mediterráneo de Francia se caracteriza por unos veranos calurosos y unos inviernos suaves. El clima alpino de Francia se deja notar en los Alpes, los Pirineos o distintos puntos elevados del país. Las temperaturas medias son bastante bajas y las precipitaciones caen en forma de nieve, superando incluso en determinadas zonas los 3000 mm anuales.

Clima tropical en Bora Bora (Polinesia francesa).

Clima alpino en los Alpes franceses.

Clima oceánico y playas arenosas en la bahía de Arcachón.

Clima mediterráneo en la isla de Córcega.

Francia es considerado un país desarrollado gracias a su nivel de vida (IDH) y por otros indicadores. Es la séptima economía mundial en términos nominales, y a nivel europeo se coloca por detrás de Alemania, con un PIB en dólares superior al del Reino Unido. En 2006 el crecimiento económico francés llegó al 2 % siendo el más bajo de la zona euro y sus índices de desempleo entre los más altos.[78]

La economía francesa cuenta con una gran base de empresas privadas, pero la intervención estatal en las grandes compañías es superior a la de otras economías de su tamaño. Sectores clave con grandes inversiones en infraestructura como el eléctrico, las telecomunicaciones o el sector aeronáutico, históricamente han sido dirigidos directamente o indirectamente por el Estado, aunque desde principios de la década de 1990 la participación estatal ha ido decayendo.

Sus bazas son diversas: transporte, telecomunicaciones, industrias agro-alimentarias, productos farmacéuticos, aeronáutica, defensa, tecnología, así como el sector bancario, los seguros, el turismo, y los tradicionales productos de lujo (marroquinería, prêt-à-porter, perfumes, alcoholes, etc.). El PIB por sector: La agricultura (2,7 %), industria (24,4 %), servicios (72,9 %). Por otro lado, la energía solar está comenzando a tener cada vez mayor importancia en Francia.[79]​ Tiene una industria aeroespacial importante conducida por el consorcio europeo Airbus además de tener una base espacial llamado puerto espacial de Kourou. En telecomunicaciones destaca France Télécom como el principal operador del país.

Sin la producción petrolífera, Francia ha confiado en el desarrollo de la energía nuclear, que ahora representa aproximadamente el 78 % de la producción de electricidad del país. Los residuos radiactivos son almacenados en instalaciones de retratamiento. En 2006 la producción neta de electricidad ascendió a 548,8 TWH, de los cuales:[80]

EL PIB per cápita francés es ligeramente inferior al de otras grandes economías europeas comparables, como la alemana o la británica, aunque el PIB por hora trabajada es uno de los más altos de la OCDE.[81]​ El PIB per cápita se determina por (I) la productividad por hora trabajada, que en Francia es la más alta de los países miembros del G8,[81]​ (II) el número de horas trabajadas, que es uno de los más bajos de las economías desarrolladas;[82]​ (III) la tasa de actividad. Francia tiene una de las tasas de actividad más bajas para el segmento de población entre 15 y 64 años de la OCDE: En 2004 solo el 68,8 % de esta franja de población estaba empleada, frente a tasas del 80 % en Japón, 78,9 % en Reino Unido o del 71,0 % en Alemania, los tramos de edad de 15-24 y de 55-64 son precisamente los que presentan tasas significantemente bajas en relación con la Unión Europea a 25.[83][84]

El hecho de que la tasa de actividad sea baja se explica por la existencia de un salario mínimo alto (lo que mantiene fuera del mercado laboral a trabajadores poco productivos, como los jóvenes, aunque garantiza condiciones laborales dignas), una enseñanza universitaria en muchos casos poco acorde con el mundo laboral[cita requerida] y en el caso de trabajadores más ancianos, incentivos para la prejubilación.[85]

En cuanto al nivel de vida de los franceses, un dato significativo es que la brecha entre ricos y pobres se ha profundizado en Francia durante el periodo de 2004 a 2007. Según un estudio del INSEE (Institut National de la Statistique et des Études Économiques), «la población en general se ha vuelto más pobre en comparación con quienes perciben ingresos muy elevados, que han visto incrementos medios mucho más fuertes».[86]

Los grandes conflictos bélicos europeos y mundiales entre 1870 y 1945 enfrentaron a Francia y Alemania, sin embargo, ambos países han construido desde los años 1950 un entramado de relaciones: institutos de investigación y universidades comunes, un intenso intercambio juvenil, más de 2000 ciudades hermanadas e innumerables contactos personales. Esta situación puso el fundamento de la integración política europea, son recíprocamente su principal socio comercial y juntos constituyen el motor económico de la Unión Europea.

En 2005 con un 10,2 %, volvió a ser el principal destino de las exportaciones alemanas y el origen del 8,7 % de las importaciones.[88]​ En 2006 más del 14 % de las exportaciones francesas tuvieron como destino a Alemania y cerca del 17 % del total de las importaciones francesas provino de Alemania.[89]​ Otros socios importantes en 2006 fueron Bélgica, Italia, Reino Unido y España.

Es el principal productor agrícola de la Unión Europea, aproximadamente un tercio de toda la tierra agrícola. El norte de Francia está caracterizado por granjas de trigo grandes. Los productos lácteos, la carne de cerdo y la producción de manzana se encuentran sobre todo en la región occidental. La producción de ternera está localizada principalmente en la zona central, mientras la producción de frutas, verduras, y el vino se extiende del centro hacia el sur. Es un gran productor agrícola y actualmente amplía su silvicultura e industrias de piscifactoría. La puesta en práctica de la política agrícola común de la Unión Europea y el Acuerdo General sobre tarifas y comercio, GATT han causado reformas del sector agrícola de la economía.

Es un líder de producción mundial agrícola y el sexto más grande. También es el segundo mayor exportador, después de los Estados Unidos. Sin embargo, el destino del 70 % de sus exportaciones son otros miembros de la Unión Europea y muchos países pobres africanos (incluyendo sus antiguas colonias) que afrontan una escasez seria de alimentos. Las exportaciones estadounidenses agrícolas a Francia, son aproximadamente de 600 millones de dólares cada año y consisten principalmente en soja, productos de alimentación y forrajes y mariscos. A los Estados Unidos exportan principalmente el queso, productos procesados y vino. Asciende a más de 950 millones de dólares al año. El sector avícola francés se compone principalmente de dos sectores: pollos de engorde y huevos para consumo.

En energía eléctrica, la empresa Électricité de France se encarga del abastecimiento principal de electricidad en Francia. Por otro lado, la vecina España suele exportar electricidad a Francia a través de las interconexiones existentes entre los sistemas eléctricos de ambos países.

La industria nuclear francesa es ahora un sector líder en su economía y uno de los pilares de su política energética. Francia es el segundo mayor productor de energía nuclear en el mundo solo por detrás de los Estados Unidos. Con más de 60 reactores nucleares en su territorio, Francia tiene el segundo complejo más grande en el mundo mientras que la proporción de la energía nuclear en la producción total de su electricidad corresponde cerca del 79 %, con lo que Francia es líder en todo el mundo en cuanto a este desarrollo.

El turismo es una fuente primordial de la economía francesa, pues este es el país con más visitantes en el mundo, con aproximadamente 80 millones al año; sus turistas provienen principalmente de América del Norte, Japón, China, y otros países de Europa. París es la principal atracción, pero también recibe muchos visitantes la Costa Azul y los castillos del Loira. Francia es un país con múltiples puntos de interés turístico: aparte del turismo cultural derivado de su patrimonio histórico y artístico, tiene turismo de playa, montaña y campo.

El país también posee diversos parques temáticos. Los más famosos son:

Desde hace más de treinta años que la industria francesa se ha ido exteriorizando considerablemente. El desarrollo de las exportaciones francesas, sin embargo, varía mucho de un sector a otro.

Muy importante para el equilibrio del comercio exterior francés es el sector agroalimentario, pues en esta área incluyen producciones como las de las bebidas alcohólicas (champán, vino, coñac), seguidas de la producción de cereales (como el trigo) y el ganado y las carnes. En términos de equilibrio de exportación e importación, el sector agroalimentario es seguido por el sector automotor.

Los principales socios comerciales de Francia en el exterior son los países de la Unión Europea con los que tuvo un superávit comercial del 62 % de las exportaciones y del 60 % de las importaciones en el año 2000. Luego de la Unión Europea los países del Asia y Estados Unidos son también sus principales socios en materia económica en el exterior.

Los principales proveedores de petróleo de Francia son Noruega, Arabia Saudita, Rusia y Reino Unido. Otros productos de importación son los electrodomésticos y productos de ropa de cuero franceses.

La trayectoria histórica de Francia, así como la construcción de su sólido modelo económico tras la Segunda Guerra Mundial, le han proporcionado un estatus político muy relevante en la mayor parte de las organizaciones internacionales. De hecho, al margen de indicadores macroeconómicos como el PIB o la renta per cápita, Francia destaca en indicadores sociales como el porcentaje de carreteras pavimentadas o el ratio de usuarios de Internet, cuyo incremento en los últimos años (372,8 % desde el año 2000) ha sido superior al de algunos países adyacentes. Según el Banco Mundial, Francia tiene un 53 % de terreno dedicado a la agricultura, y es uno de los países que más han reducido las emisiones de CO2 per cápita en las últimas décadas, para lo cual se ha apoyado en parte en la proliferación de centrales de energía nuclear. Según datos de CIA World Factbook, la esperanza de vida media de los franceses es de 80,98 años y de ellos 64 años son con buena salud (noveno país en el ranking europeo, según Eurostat). El número de camas en hospitales, un indicador importante para medir el ámbito global sanitario, es de 718,3 unidades por cada 100 000 habitantes (el único país europeo de gran tamaño que lo supera es Alemania). Además, según el Foro Económico Mundial, Francia es el decimoquinto país del mundo en el Índice de Competitividad Global. En la siguiente tabla se puede analizar el contexto socioeconómico de Francia a partir de datos del Banco Mundial, Eurostat y el Foro Económico Mundial:

La red de ferrocarril es de 29 640 kilómetros (cifra de 2008), siendo la segunda más extensa de Europa Occidental tras Alemania.[127]​ Es operada por la empresa estatal SNCF (Sociedad Nacional de los Ferrocarriles Franceses) que posee trenes de alta velocidad como el Thalys, el Eurostar y el TGV que alcanza los 320 kilómetros por hora. Los trenes Eurostar conectan Francia a través del Eurotúnel con el Reino Unido. También tiene conexiones ferroviarias con sus demás países vecinos de Europa, excepto con Andorra. Además hay metro en varias ciudades del país como París, Lille, Lyon, Marsella, Rennes y Toulouse.

Hay aproximadamente un millón de kilómetros de calzada útil en el país.[128]​ La región de París posee la red más densa de carreteras, que la unen con prácticamente todas las partes del país y con Bélgica, España, Mónaco, Suiza, Alemania e Italia. No hay ningún precio por impuestos en las carreteras, sin embargo, el uso de la autopista tiene peaje excepto en los alrededores de las grandes aglomeraciones. Las marcas francesas dominan el mercado de los automóviles en el país, como Renault (el 27 % de coches vendidos en Francia en 2003), Peugeot (el 20,1 %) y Citroën (el 13,5 %).[129]​ Más del 74 % de los coches nuevos vendidos en 2007 tenían motor diésel.[130]

Hay aproximadamente 478 aeropuertos, incluyendo campos de aterrizaje. El aeropuerto de París-Charles de Gaulle, localizado en los alrededores de París, es el aeropuerto más grande y con más actividad del país, manejando la mayoría del tráfico civil y comercial, y conectando París con prácticamente todas las grandes ciudades del mundo. Air France es la línea aérea nacional, aunque numerosas compañías aéreas privadas proporcionan viajes domésticos e internacionales.

Hay diez puertos principales, el más grande de los cuales es el de Marsella. 14 932 kilómetros de vías fluviales atraviesan Francia incluyendo el Canal del Mediodía que conecta el mar Mediterráneo con el océano Atlántico por el río Garona.

Posee 66 952 000 habitantes (octubre de 2015), de los cuales 62 793 432 habitan en la Francia metropolitana, con una densidad de 115 hab/km², y 2 653 942 habitan en la Francia ultramarina, incluyendo a la comunidad de unos 2000 científicos e investigadores destacados en la Antártida.

Alrededor del 75 % de franceses vive en núcleos urbanos. París y su área metropolitana correspondiente a la región conocida como «Isla de Francia» concentra 11 769 433 de habitantes,[131]​ lo que la convierte en una de las más grandes del mundo, y la más poblada de la Unión Europea. Otras áreas metropolitanas de más de un millón de habitantes son Lyon y Marsella que superan el millón y medio de habitantes cada una.

La esperanza de vida al nacer es de 84,5 años para las mujeres y de 77,8 años para los varones (2009).[132]​ Generalmente los varones tienden a obtener empleos a tiempo completo y las mujeres a tiempo parcial. En Francia las vacaciones pagadas legales suman cinco semanas en cada año laboral. Es considerado como uno de los países con mayor calidad de vida ya que la población disfruta de un alto grado de servicios, aparte de la sanidad que es una de las mejores del mundo.

La población está compuesta por descendientes de varios grupos étnicos, principalmente de origen celta (pero también ligure e ibero), fundamentalmente galos fusionados con la población precedente, que dieron nombre a la región de la Galia, hoy Francia (que incluía también Bélgica, Luxemburgo y Suiza). Cronológicamente se fueron sumando otros grupos étnicos: en el proceso histórico formativo de la Francia actual son también significativas las poblaciones de origen griego, romano, vasco, germano (principalmente franco pero también burgundio), vikingo (en Normandía) y en menor medida sarraceno.

Desde el siglo XIX, Francia es un país de inmigración.[133]​ Uno de cada cuatro habitantes es de origen extranjero (en 1999, 23 % de la población).[134]​ Entre los extranjeros que se van integrando, predominan los belgas, suizos, alemanes, italianos, españoles (la inmigración española comenzó en el siglo XIX), portugueses, polacos, armenios, griegos, magrebíes, subsaharianos, chinos (1 000 000 en 2007),[135]indochinos (vietnamitas, 250 000 en 2008),[136]turcos (500 000 en 2010[137]​) y gitanos (500 000 en 2005[138]​). El mayor número de inmigrantes en los últimos años proviene del Magreb.[139]​ En total existen unos cuatro millones y medio de inmigrantes, de los cuales aproximadamente un millón y medio nació en tierra extranjera pero se ha naturalizado adquiriendo la nacionalidad francesa, en tanto que otros tres millones son aún extranjeros. Según el Gobierno se calcula que en Francia hay entre 200 000 y 400 000 inmigrantes ilegales, aunque las ONG hablan de medio millón.[140]

Los estudios de población francesa muestran su composición mayoritaria de ciudadanos de origen europeo, un 91,6 %, de los cuales son franceses 85,0 % y de otros países 6,6 %. El 5,7 % de la población proviene de países africanos, 3,0 % de asiáticos y 0,6 % de americanos.[141]​ Según un estudio publicado en La France africaine (2000), el 13 % de la población francesa es de origen africano (Magreb y África negra).[142]​ Esta composición es el resultado de la evolución migratoria y de la presencia significativa de población nacida en Francia pero de padres extranjeros, generalmente inmigrantes que a través de los años fueron obteniendo la ciudadanía francesa. La población de origen judío se estimaba en 550 000 personas a principios de los años 2000, aunque no existen datos estadísticos dado que la ley francesa prohíbe recoger datos censales sobre etnias o religiones.

La situación privilegiada en Europa Occidental, en el centro de una de las regiones históricamente más pobladas del mundo, ha favorecido unas tasas elevadas de poblamiento y de expansión demográficas, siendo el tercer país más poblado de la tierra hasta el siglo XVIII. Esta expansión experimentó una fuerte desaceleración en vísperas de la revolución industrial que se mantuvo hasta entrado el siglo XX, en paralelo con el incremento demográfico de las regiones limítrofes, especialmente hacia la centroeuropea, en el área de influencia de Alemania, y las islas Británicas.

Por otra parte, y especialmente desde el siglo XVI a principios del XX, una parte de la población francesa se instaló en otras regiones del mundo, al abrigo de la expansión colonial, configurando la base de las características poblacionales y composición étnica de otros países, principalmente en el Quebec de Canadá, Haití y otras antiguas colonias africanas, asiáticas y de Oceanía. En América, en los territorios de soberanía francesa de San Pedro y Miquelón; la Guayana francesa, Martinica y Guadalupe, a la base poblacional proveniente de la metrópoli, se añadió la de origen africano que junto con la mestiza, se ha convertido en el grupo étnico mayoritario. En Oceanía la emigración de franceses ha sido menor y centralizada en Nueva Caledonia y la Polinesia francesa, mientras que en el norte de África, una parte de la instalada en el Magreb conformó tras su repatriación a mediados del siglo XX la comunidad conocida como de los «pieds-noirs».

También existe una presencia significativa de población de origen francés en otros países fuera del continente europeo no directamente relacionados con sus colonias, principalmente Estados Unidos y en menor medida en Brasil y países de Hispanoamérica, como Argentina, México, Uruguay o Chile. Tras la Segunda Guerra Mundial y el periodo demográfico conocido como baby boom, el lento estancamiento de las tasas de crecimiento ha sido menos marcado en Francia que en otros países de su entorno, manteniendo un nivel de natalidad destacado en Europa gracias a las políticas sociales aplicadas para su estímulo.

El idioma oficial es el francés, que según algunos lingüistas del siglo XIX provendría del franciano, variante lingüística hablada en la Isla de Francia que a principios de la Edad Media y a lo largo de los siglos se impuso al resto de lenguas y variantes lingüísticas que se hablan en otras partes del territorio. La otra tesis que se maneja es que el francés es un estándar configurado a partir de las distintas lenguas de oïl.[143]

A menudo, esta imposición del francés ha sido fruto de decisiones políticas tomadas a lo largo de la historia, con el objetivo de crear un Estado uniformizado lingüísticamente. De hecho, el artículo 2 de la Constitución francesa de 1958 dice textualmente que «La langue de la République est le français».[144]

Este artículo ha servido para no permitir el uso oficial en los ámbitos de uso cultos de las lenguas que se hablan en Francia, hasta que en 1999 el informe Cerquiglini estableciera 75 lenguas regionales y minoritarias habladas en Francia metropolitana y de Ultramar. Desde 2006, 13 de ellas se enseñan como segunda lengua extranjera optativa en la escuela pública, como el bretón, el catalán, el corso, el occitano, el vasco, el alsaciano, el tahitiano y 4 lenguas melanesias. La inmigración proveniente de fuera del país, así como de regiones exclusivamente francófonas, hace que el porcentaje de hablantes de estas lenguas sea cada vez más bajo.

Es uno de los estados que no han firmado la Carta europea de las lenguas minoritarias. A pesar de todo, hoy en día, algunas instituciones privadas han procurado fomentar el uso de estas lenguas creando medios de comunicación, asociaciones culturales, escuelas primarias y secundarias para enseñar estas lenguas y emprender acciones reivindicativas a favor de una política lingüística alternativa.

La República Francesa oficialmente se declara como un estado laico,[146]secular y que tiene la libertad religiosa como un derecho constitucional. Algunas organizaciones como la Cienciología, la Iglesia de la Unificación o la Familia o Familia Internacional (ex Niños de Dios) tienen el estatuto de asociaciones sin ánimo de lucro ya que no son reconocidas como religiones, y son consideradas «sectas» en numerosos estudios parlamentarios.[147]​ La oficina central de culto, dependiente del Ministerio del Interior, asegura las relaciones entre el Estado y las asociaciones religiosas establecidas.

La religión mayoritaria es la católica. Hay más de 45 000 iglesias católicas en Francia. La Ley francesa de separación de la Iglesia y el Estado de 1905 se ve excepcionada en algunos puntos debido a la reanudación de la relación concordataria con la Iglesia católica en 2008 con la firma del Acuerdo sobre reconocimientos de grados y diplomas de enseñanza superior de 18 de diciembre de 2008, con entrada en vigor el 1 de enero de 2009, y que ha supuesto el reconocimiento oficial de la enseñanza religiosa.[148]​ Hay que tener en cuenta que estos acuerdos, con valor de tratado internacional, desplazan en lo que sea incompatible la legislación interna, en virtud de la primacía del derecho internacional. No supone, por tanto, una derogación de la ley, pero sí que no será de aplicación a la Iglesia católica en lo que respecta a los aspectos del acuerdo.

Según una encuesta de enero de 2007 hecha por las Noticias Católicas Mundiales, en su población están representadas las principales confesiones religiosas, pero el catolicismo está en receso:[149][150]​ católicos 52 % (frente al 80 % de 15 años antes), ateos 30 % (frente al 23 % en la misma encuesta hecha 15 años antes), musulmana 6 %, protestante 6 %, judía 1,5 %, budista 1 %, ortodoxa 2 %, otras 1 %. En otra encuesta realizada por IFOP y publicada en la revista católica La Vie,[151]​ los católicos representan el 64 %, la proporción de ateos es igual al 27 %, el 3 % se identifica como musulmán, el 2,1 % se identifica como protestante y el 0,6 % se identifica como judío.

Según el más reciente eurobarómetro de 2005,[152]​ el 43 % de los ciudadanos franceses respondió que «ellos creen que hay un dios», mientras que el 27 % contestó que «ellos creen que hay algún tipo de espíritu o de fuerza» y el 30 % que «ellos no creen que haya ningún tipo de espíritu, dios, o fuerza». Otro estudio da el 32 % de personas que se declara atea, y otro 32 % que se declara «escéptico sobre la existencia de Dios, pero no un ateo».[153]

La comunidad de judíos en Francia se cuenta aproximadamente en 600 000 según el Congreso Mundial Judío y es el grupo más grande de esta religión en Europa. Las estimaciones del número de musulmanes varían mucho. Según el censo de 1999 había solo 3,7 millones de personas (el 6,3 % de la población total). En 2003, el Ministerio de los Asuntos Interiores estimó el número total entre 5 y 6 millones[154][155]​ (8 millones según el Frente Nacional).[156]

En Francia han nacido grandes inventores como los hermanos Montgolfier (inventores del globo aerostático), Joseph-Nicéphore Niépce (químico, litógrafo y científico aficionado que inventó, junto a su hermano, un motor para barcos y, junto a Daguerre, la fotografía), Clément Ader (inventor del avión, el micrófono y los primeros perfeccionamientos del teléfono), los Hermanos Lumière (inventores del proyector cinematográfico), René Théophile Hyacinthe Laënnec (inventor del estetoscopio), Louis Pasteur (la técnica conocida como pasteurización) entre otros, cuyos aportes a la ciencia han sido decisivos en la historia de la humanidad.

En Francia la educación es gratuita en todos sus niveles, tanto para los estudiantes franceses como para los extranjeros. En 2007 los gastos en educación alcanzaron el 28 % del presupuesto del Estado.[146]​ La Universidad de La Sorbona es una de las más antiguas y prestigiosas del mundo.

Francia es el país con más Premios Nobel de Literatura (quince). Entre los grandes escritores franceses de todos los tiempos se pueden mencionar al dramaturgo Molière, los filósofos Descartes, Montesquieu, Rousseau y Voltaire, el fabulista La Fontaine, el cuentista Charles Perrault, el romántico Victor Hugo, los novelistas Gustave Flaubert, Alejandro Dumas y Guy de Maupassant, y los ganadores del Premio Nobel Sully Prudhomme, Jean-Paul Sartre, Patrick Modiano y Maurice Druon, autor de la serie Los reyes malditos, entre muchos otros. También se puede mencionar al gran escritor Antoine de Saint-Exupéry, autor del libro El principito y Julio Verne, uno de sus más célebres escritores. Tanto los ciudadanos franceses, como los francógrafos de otros países (como el belga Maurice Maeterlinck o el senegalés Léopold Sédar Senghor) componen lo que se denomina como literatura francófona, que ha influenciado la obra de importantes autores extranjeros, y la literatura de muchos países. Tal es el caso del cubano Alejo Carpentier o del denominado boom latinoamericano.

Las primeras manifestaciones provienen del arte prehistórico, en estilo franco-cantábrico. La época carolingia marca el nacimiento de una escuela de iluminadores que se prolongará a lo largo de toda la Edad Media, culminando en las ilustraciones del libro de Las muy ricas horas del duque de Berry. Los pintores clásicos del siglo XVII francés son Poussin y Lorrain. En el siglo XVIII predomina el rococó, con Watteau, Boucher y Fragonard. A finales de siglo comienza el clasicismo de un Jacques-Louis David. El romanticismo está dominado por las figuras de Géricault y Delacroix. El paisaje realista de la Escuela de Barbizon tiene su continuación en artistas de un realismo más testimonial sobre la realidad social de su tiempo, como Millet y Courbet. A finales del siglo XIX, París, convertida en centro de la pintura, ve nacer el impresionismo, precedido por la obra de Édouard Manet. A estos siguen Toulouse-Lautrec, Gauguin y Cézanne. Ya en el siglo XX, surgen los fauvistas en torno a Matisse y el cubismo de la mano de Georges Braque y el español Picasso que trabaja en París. Otros movimientos artísticos se van sucediendo en el París de entreguerras, decayendo como centro pictórico mundial después de la Segunda Guerra Mundial.

La escultura francesa ha evolucionado desde la antigüedad a través de diversos estilos, sobresaliendo en todos ellos: prehistórico, romano, cristiano, románico, gótico, renacentista, barroco y rococó, neoclásico (Frédéric Auguste Bartholdi: Estatua de la Libertad), romántico (Auguste Rodin: El pensador), y los contemporáneos.

En lo que se refiere a la arquitectura, los celtas dejaron su huella también en la erección de grandes monolitos o megalitos, y la presencia griega desde el siglo VI a. C. se recuerda hoy en la herencia clásica de Massalia (Marsella). El estilo romano tiene ejemplos en la Maison Carrée, templo romano edificado entre 138-161 a. C., o en el Pont du Gard construido entre los años 40 y 60 d. C., en Nimes y declarado patrimonio universal en 1985. En Francia se inventó el estilo gótico, plasmado en catedrales como las de Reims, Chartres, Amiens, Notre Dame o Estrasburgo. El renacimiento surgido en Italia, tiene su estilo arquitectónico representado magistralmente en el Castillo de Chambord, el Castillo de Montsoreau o en el Palacio de Fontainebleau entre otros.

El arte barroco (también de origen italiano), y el rococó (invención francesa) tienen obras extraordinarias en Francia. Tal es el caso del Palacio del Louvre y el Panteón de París entre tantos otros. El modernismo o arte moderno en arquitectura abarca todo el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, y en él Alexandre Gustave Eiffel revolucionó la teoría y práctica arquitectónica de su tiempo en la construcción de gigantescos puentes y en el empleo de materiales como el acero. Su obra más famosa es la llamada Torre Eiffel. Otro grande de la arquitectura universal es Le Corbusier, un innovador y funcionalista celebrado especialmente por sus aportes urbanísticos en las edificaciones de viviendas y conjuntos habitacionales.

En la música francesa desde antes del año 1000 se destaca el canto gregoriano empleado en las liturgias. En Francia se creó la polifonía. En la denominada Ars Antiqua, se le atribuye a Carlomagno el Scholae Cantorum (783). Los Juramentos de Estrasburgo es la obra lírica francesa más importante de la Edad Media, periodo en el que se desarrollan los Cantares de Gesta como el Cantar de Roldán. Francia fue la cuna de los trovadores en el siglo XII, así como del Ars Nova dos siglos más tarde. Durante el Romanticismo París se convierte en el centro musical del mundo y en la actualidad Francia mantiene un lugar privilegiado en la creación musical gracias a nuevas generaciones de compositores. Dentro de los exponentes de la música popular francesa de la segunda mitad del siglo XX, se encuentran figuras como Edith Piaf, Dalida, Charles Aznavour, Charles Trenet, Gilbert Bécaud, Johnny Hallyday, Georges Brassens, Serge Gainsbourg, Jean-Michel Jarre, Michel Sardou o Barbara.

Caracterizada por su variedad, fruto de una diversidad regional, tanto cultural como de materias primas, así como también por su refinamiento, la cocina francesa está considerada como referente mundial. Su influencia se deja sentir principalmente en las cocinas del mundo occidental que han ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos franceses. El renombre internacional de sus principales chefs, como Taillevent, La Varenne, Carême, Escoffier, Ducasse o Bocuse contribuyó a la difusión de la alta cocina por los restauradores franceses desde finales del siglo XIII. El art de la table o arte de la mesa, desarrolla una serie de recomendaciones sobre cómo presentar la mesa, servir los platos y degustarlos. La célebre guía roja Michelin (Guide rouge Michelin) establece una clasificación de los mejores restaurantes mundiales mediante una jerarquización por número de estrellas, el máximo de ellas reservado a unos pocos considerados de calidad suprema.

Con el apoyo de las autoridades y el beneplácito del presidente de la República Nicolas Sarkozy, un grupo de chefs y gastrónomos abogan porque la cocina francesa sea incluida por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad.[158]

Tradicionalmente, cada región posee su propia cocina, caracterizada por los productos

Si en algo destaca la gastronomía francesa, aparte de por sus panes, sus quesos y su bollería, es por sus vinos y licores de todo tipo, desde el burdeos hasta los espumosos de la región de Champaña-Ardenas. Son, además, típicos franceses y de producción nacional la absenta, el armañac, el calvados, el chartreuse, el Cointreau, el coñac y el pastis.

A lo largo de su historia, Francia ha tenido grandes deportistas que han puesto en alto la bandera tricolor francesa. Entre ellos cabe destacar al 4 veces campeón de Fórmula 1, Alain Prost, a Romain Grosjean, a la tenista Mary Pierce, a los tenistas Gael Monfils y Richard Gasquet, a los baloncestistas de la NBA, Tony Parker , Joakim Noah y Boris Diaw. La mejor participación de Francia en los Juegos Olímpicos fue en 1900, año en que la cita se realizó en París, ciudad que volvió a acoger el certamen en 1924. En este evento, la delegación gala nunca ha bajado de los 10 primeros lugares siendo una de las mayores potencias mundiales a nivel olímpico y por qué no, a nivel deportivo.

Una de las claves del porqué Francia es una de las mayores potencias deportivas del mundo se deben al INSEP, centro de alto rendimiento de financiación estatal ubicado en las afueras de París que está considerado una referencia mundial del deporte base, y cuyos métodos de entrenamiento son estudiados por entrenadores de todo el mundo.

Francia es una de las potencias del automovilismo a nivel mundial, ya que es sede de las 24 Horas de Le Mans, una de las carrera de automovilismo más importantes del mundo. El Gran Premio de Francia se disputó desde 1950 hasta 2008, diez años más tarde (2018) esta competencia volvió a celebrarse en el Circuito Paul Ricard, además hubo numerosos equipos franceses en la categoría reina entre los que destacan Equipe Ligier y el equipo Renault F1 que fueron campeones en 2005 y 2006.

Los deportes individuales están bien implantados en Francia. Así por ejemplo el Tour de Francia, celebrado anualmente en el mes de julio desde 1903, es la competición ciclística más prestigiosa del calendario profesional. También destacan en el ciclismo en pista, modalidad en la que han conseguido varios campeonatos del mundo. El Torneo Roland Garros en París es uno de los torneos más cosmopolitas del Grand Slam.[159]​ En lo referente a las artes marciales, Francia también destaca entre uno de los mejores de Europa. Pues la que más domina hasta el día de hoy es el karate, el judo y el savate (box francés), este último uno de los más difundidos en el mundo principalmente en los torneos del Knock Out. En Judo destaca como uno de los más importantes en la historia del mundo, el francés David Douillet con diversas participaciones y premiaciones a lo largo de su trayectoria en este deporte.

En cuanto a los deportes de equipo, el fútbol es el deporte más popular del país, y la selección de fútbol de Francia es uno de los combinados nacionales más importantes a nivel mundial. Ha ganado la Copa Mundial de Fútbol de Francia 1998 y Rusia 2018, y obtuvo la Eurocopa 2000 y la Eurocopa 1984 y las Copas Confederaciones de 2001 y 2003.

La liga nacional, conocida como la Ligue 1 es una de las mejores a nivel europeo. Destacan clubes como Olympique de Marsella, único club francés ganador de la prestigiosa Liga de Campeones de la UEFA, y Saint-Étienne, segundo club más laureado del país. Así mismo, destacan Olympique Lyonnais (club ganador de siete títulos de liga de forma ininterrumpida en los inicios del siglo XXI), París Saint-Germain (ganador actualmente de seis títulos de liga de forma consecutiva, habiendo ganado la última temporada finalizada -2018-19-), AS Monaco (club que pese a ser extranjero -del estado homónimo, donde ese el único club deportivo-, participa en la liga francesa), Girondins de Bordeaux, entre otros.

Por su parte la selección de rugby de Francia es una de las mejores del mundo, y el rugby goza de gran popularidad y la liga francesa es una de las más importantes del mundo. El básquetbol es uno de los deportes más seguidos, teniendo a la selección de balonmano de Francia como un gran protagonista a nivel internacional. Dentro de su palmarés se cuenta el título en la Copa de Europa 2010, los campeonatos del Mundo de 2009 y 2011, y la medalla de oro de los Olímpicos de Pekín 2008, siendo la primera selección de balonmano en conseguir estos tres títulos, los más importantes del mundo en este deporte, de manera consecutiva. También la Selección de baloncesto de Francia es igualmente uno de los mejores combinados nacionales más importantes a nivel mundial. Obtuvo el quinto puesto en el Campeonato mundial de baloncesto de 2006.



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