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Señorío de Cuzcatlán



Estado precolombino

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El Señorío de Cuzcatlán[nota 1]​ (en idioma náhuat: Kuskatan) fue una nación nahua en su mayoría pipil del Período Posclásico tardío de la prehispánica fundamentada en lo que se conoce como régimen Zuyuano (el cual era una estructura ideológica que sustentaba a los gobiernos de ese período). Su territorio abarcaba la mayor parte de las zonas occidental y central de El Salvador), cubriendo un territorio de aproximadamente 10 000 km².[1]

Estaba dividido en 74 provincias tributarias denominadas como kalpishkayu (náhuatl clásico: calpixcayotl 'cosas del calpixqui o mayordomo'), también llamados atepet (náhuatl clásico: altepetl 'cerro de agua') o techantakutun (techan 'pueblo', takutun 'parte', parte de un pueblo. Este es un neologismo utilizado actualmente en el vocabulario nahua para designar a este tipo de entidades así como municipios y entidades similares). Las principales eran: el propio Cuzcatlán (en la actualidad Antiguo Cuscatlán), Izalco (el cual fue dividido a principios de la época colonial en Tecpán Izalco, el actual Izalco, y Caluco Izalco, el presente Caluco), Tacuzcalco (el actual Nahulingo y las ruinas de Tacuzcalco), Cojutepeque, Nonualco (actuales Santiago Nonualco y San Juan Nonualco), Tecoluca y Purulapa (actuales San Martín, San Pedro Perulapán y San Bartolomé Perulapía). De estas Nonualco, Izalco, Cojutepeque y Cuscatlán eran las que tenían más población y pudieron haber sido sedes de un taketzakayu (nahuatl clásico: tlahtohcayotl 'cosas del hablador o tlahtoani, reino o región dominada por un linaje principal') o taltakutun (tal 'tierra', takutun 'parte'), estando las demás provincias repartidas entre estos taketzakayu. Mientras que Purulapa, Tacuzcalco y Tecoluca pudieron ser pendones de guerra o regiones dependientes llamados kwawtaketzakayu (nahuatl clásico cuauhtlatocayotl, otro nombre para estas en náhuatl clásico era tlahuallinalpan) de alguno de los taketzakayu.[2]

Cada provincia tributaria al weytechan (capital) de un taketzakayu era gobernada por un tekutaketzani (náhuat clásico: teuctlahtoani 'señor orador') también llamado wey kalpiani (náhuatl clásico: huey calpixqui 'el gran poseedor de casas') que tenían bajo su disposición a los recaudadores o recolectores de tributos llamados kalpiani (náhuat clásico: calpixque 'el que posee casas') o tepiani (náhuat clásico: tepixqui 'el que posee gentes'). Mientras que el gobernante respectivo de la weytechan de un taketzakayu recibía el título de "Taketzani" (náhuatl clásico: tlahtoāni 'el que habla, orador'), de estos el Taketzani de Kuscatan llevaba el título de "Takateku" (náhuatl clásico tlācatecuhtli 'jefe de los hombres') o "Wey Taketzani" (náhuatl clásico Huey Tlahtoani 'gran orador') y era su vez el gobernante de la nación.[2]

El principal motor económico de las provincias era el maíz, el cual era cultivado en la mayoría de las provincias que no estaban en la costa o cerca del lago de Ilopango. Este era seguido por el cultivo de cacao que era cosechado principalmente en las poblaciones ubicadas en los actuales departamentos salvadoreños de Sonsonate y Ahuachapán. Además de Atehuan (la actual Ateos), Ciguateguacan (actual Santa Ana), Chalchuapa y Cinacantan (está última es una población extinta), mientras que la recolección de sal y/o la pesca principalmente de Olominas era el motor económico de las provincias costeras y cercanas del lago de Ilopango.[2][3]

Reconstruir la historia de este Señorío resulta problemático, debido a la inexistencia de manuscritos de los habitantes de la nación en la actualidad, ya que ninguno logró sobrevivir. Por otro lado Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán y Domingo Juarros mencionan en sus escritos un poco de historia de este Señorío, mencionando que originalmente era dominada por los jefes militares en un tipo de república, que luego desembocó en una dictadura en el gobierno de Cuachimichin, quien fue derrocado y sucedido por Tutecotzimit, el cual estableció la monarquía hereditaria y, al parecer, fue sucedido por Pilguanzimit y este probablemente por Tonaltut (de este último no se conoce su relación con los anteriores).[4]

La conquista del Señorío inició en 1524 con la expedición de Pedro de Alvarado, el cual logró llegar a la capital pero no pudo someterla, teniendo que regresar debido a la cercanía del invierno. Un fuerte militar (que es mencionado como la primera villa de San Salvador) sería fundado por Gonzalo de Alvarado en un lugar desconocido de este Señorío en 1525, debido al temor de un intento de conquista por parte de Pedrarias Dávila, pero este fuerte sería abandonado en 1526. La conquista definitiva sucedió en 1528 y, tras su terminación en el mismo año, se fundó la villa de San Salvador en el sitio de ciudad vieja. Tras su fundación, sucedieron algunos levantamientos, siendo el principal el del peñón de Cinacantan que sucedió entre finales de 1528 y principios de 1529. Después del sometimiento de este peñón, el territorio estaba prácticamente conquistado.[5]

Las fuentes para el estudio del Señorío de Cuzcatlán son problemáticas, debido a la falta de manuscritos originales provenientes del mismo Señorío, ya que ninguno sobrevivió hasta la actualidad, pero su existencia en el pasado queda corroborada por los escritos de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, y Domingos Juarros, quienes mencionan haber usado códices nahuas como referencias a la historia de tal etnia que narran en sus respectivos escritos ubicando ambos su narración en el territorio del Señorío.[3]

Debido a la inexistencia de fuentes originales en la actualidad, para reconstruir y estudiar a este señorío, se debe recurrir a manuscritos prehispánicos provenientes de otras naciones mesoamericanas y a escritos de la época colonial, además de las investigaciones científicas realizadas principalmente en lo que respecta a la arqueología.[3][6]

El Lienzo de Tlaxcala y los Anales de los Cakchiqueles o Memorial de Sololá son los únicos manuscritos originarios de poblaciones indígenas de Mesoamérica que mencionan a este Señorío. Ambos fueron hechos entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII cuando comenzaba la época colonial.[6]

Muestra imágenes de las batallas que los guerreros tlaxcaltecas libraron junto a Pedro de Alvarado en su intento de conquista de lo que hoy es Guatemala y El Salvador (incluyendo este Señorío). Su importancia radica en que muestra más poblaciones por las que transitó Pedro de Alvarado y que él omite mencionar en su carta de relación a Hernán Cortés. Pero por otro lado, en las escenas los soldados indígenas de Guatemala y de este Señorío son representados de manera tosca como bárbaros o chichimecas, a contrario de cómo son representados los tlaxcaltecas.[6]

Narra la historia de la etnia maya cackchiquel desde sus mitos de la creación hasta la conquista española. En este escrito se menciona el área nahua como Panatacat (conformado por el cakchiquel "pan: lugar de", y el náhuat "atacat: habitantes de la costa marítima"; significando: lugar de los habitantes de la costa marítima)[7]​ dentro de la cual son mencionados los señoríos de Atacat (pequeño señorío nahua cuyo territorio cubría el centro y oriente del actual departamento guatemalteco de Escuintla. Los nombres de Panatacat y Atacat son similares, pero se observa en el libro que al nombrar a Cuscatan, se omite el nombre de Panatacat, apareciendo Atacat como otro señorío, dando a entender que dentro de Panatacat se incluye a Cuscatan)[8]​ y este Señorío (siendo este el más importante). El memorial registra el comienzo de una guerra acaecida entre los cakchiqueles contra los señoríos del área de Panatacat.[9]​ Posteriormente se menciona la expedición conquistadora de Pedro de Alvarado, donde se muestra la importancia de la conquista de este Señorío desde el punto de vista cakchiquel, al nombrar tres veces a Cuzcatan,[8]​ mencionando a este señorío antes de Atacat (aunque la conquista de este último fue primero)[10]​ y contar los días desde que Alvarado marchó hacia este señorío al regresar este a Guatemala (en el libro solo se cuentan los días transcurridos de un acontecimiento cuando este es importante).[11]

La principal fuente de información para reconstruir y estudiar a este señorío proviene de los escritos de la época colonial dentro de los cuales se encuentran descripciones geográficas, cartas de relación, crónicas y probanzas de méritos y servicios de diversos autores en los tres siglos y medio en que duro la época colonial.[6]

Entre los manuscritos de este siglo que ayudan al estudio de este señorío están aquellos que se refieren sobre la conquista del territorio de esta nación, entre estos están: las cartas de relación de Pedro de Alvarado, Bernal Díaz del Castillo, fray Antonio de Remesal y Francisco de Alva Ixtlilxóchitl, la Brevísima relación de la destrucción de las Indias de fray Bartolomé de las Casas, Historia de los indios de Nueva España de fray Toribio de Benavente, el Proceso de residencia contra Pedro de Alvarado, y las probanzas de méritos y servicios de Diego de Usagre, Francisco Castellón, Bartolomé Bermúdez y Miguel Díaz Peñacorba. Todos ellos dan información acerca de la conquista e indicios sobre como era el señorío principalmente la segunda carta de relación de Pedro de Alvarado que narra como eran los ejércitos nahuas.[6][2]

Otros documentos del siglo XVI ayudan a reconstruir y estudiar a este señorío al describir las poblaciones ubicadas en esta nación y dar información acerca de la sociedad y la cultura, dentro de estos documentos podemos mencionar: la carta de relación del primer obispo de Guatemala Francisco Marroquín en 1532, la tasación de tributos hecha durante el gobierno del capitán general Alonso López de Cerrato, la relación de Diego García de Palacio, la Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre Alonso Ponce por Antonio de Ciudad Real, la relación de Antonio González Lozano, Descripción de la provincia de Guatemala por Juan de Pineda, Historia general y natural de indias por Gonzalo Fernández de Oviedo y los escritos de Bernardino de Sahagún.[6][3]

En los últimos siglos de la época colonial varios escritores españoles recopilaron información de los autores del siglo XVI, mientras que otros presentan nueva información acerca del señorío a partir de fuentes indígenas ya desaparecidas o a través de los indígenas vivientes en ese tiempo; entre los escritos de estos siglos se pueden mencionar: Monarquía Indiana de fray Juan de Torquemada, las Décadas de Antonio de Herrera, Recordación Florida de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, Compendio de la historia del reino de Guatemala de Domingo Juarros y Descripción geográfico-moral de la diócesis de Guatemala por el obispo de Guatemala Pedro Cortés y Larraz.[3][2]

Las investigaciones realizas sobre el señorío y los nahuas de Kuskatan desde el siglo XIX ha sido el medio por el cual se han dado conocer y entender las fuentes antedichas y conocer más acerca del señorío al descubrir y analizar los objetos característicos de la cultura de los habitantes y los sitios arqueológicos de la época del señorío. Entre los investigadores e instituciones que han realizado trabajos históricos, antropológicos o arqueológicos relacionados con este señorío podemos mencionar: Santiago Barberena, Jorge Larde y Larín, Rodolfo Barón Castro, Manuel Rubio Sánchez, Pedro Escalante Arce, Paul Amaroli, Marylin Beaudry, Ministerio de Educación de El Salvador, Banco Agrícola, Concultura, Fundar, David Browning, Karen Bruhns, Lyle Campbell, William Fowler, Gregorio Bello Suazo, Francis Gall, Pedro Geoffroy Rivas, Miguel Ángel Espino, Wolfgang Haberland, Biblioteca de Guatemala, Juan López de Velasco, Samuel Lothrop, Leonhard Schultze-Jena, Robert Sharer, Payson Sheets, J. Eric S. Thompson, Franz Termer, entre otros.[3][2]

El topónimo náhuat Cuzcatlán fue traducido por un sacerdote en el siglo XVII como Tierra de Preseas.[12]​ Está compuesto por los elementos cuzcat (que significa 'joya' o 'preseas', ambos términos son sinónimos) y tan (este último un sufijo locativo o de lugar).[13]

Cuzcatlán es la variante del idioma mexica, mientras que Cuzcatán (con el sufijo tan) es el topónimo náhuat (la forma náhuat original sin traducción al español sería Kuzshkatán); la forma Cuzcatlán (con el sufijo tlan) fue adoptado alrededor de 1800, este cambio que se nota para varios topónimos náhuat del país probablemente se deba al prestigio que gozaba el idioma azteca.[14]

Los Nahuas arribaron desde el actual México a lo que hoy es El Salvador en varias migraciones durante el Período Posclásico temprano (900-1200) y se asentaron principalmente en el valle de Chalchuapa, la parte superior de la cuenca del río Acelhuate, el valle de Sonsonate, la porción central del país, la región de Metapán del Lago de Guija, la planicie costera alrededor de Acajutla y la Costa del Bálsamo.[15]

Los nahuas trajeron consigo la influencia de la Cultura tolteca la cual se dejó sentir principalmente en la zona occidental y central del territorio salvadoreño dando origen a las Fases Matzin (en la zona occidental) y a la Fase Guazapa (en la zona central y la planicie costera occidental, extendiéndose hasta el sitio Loma China en el departamento de Usulután en la zona oriental).[15]​ Los sitios nahuas principales para ese entonces fueron Cihuatan, Las Marías (en la zona central), Chalchuapa y Igualtepeque (en la zona occidental).[16][17]

Las investigaciones arqueológicas en los sitio arqueológico Madreselva y Cumbres de Cuscatlán (los cuales se ubican en un sector de la ciudad de Cuzcatán, capital del señorío, específicamente en el área cercana a la laguna de Cuzcatán actualmente seca) muestran que para el período clásico tardío (600-900) el sitio era una aldea grande probablemente tributaria a San Andrés y por lo tanto eran practicantes de la cultura maya local que se veía influenciada principalmente por Copán. Mientras las poblaciones centrales como San Andrés colapsaron al final del clásico tardío, los sitios de Madre Selva y cumbres de Cuscatlán continuaron siendo habitados y no hubo cambios en la cultura de los sitio hasta alrededor del año 1000 cuando ya dentro del posclásico temprano se empiezan a observar una clara influencia de la cultura tolteca producto de la migración de los nahuas tales como: cerámica de los grupos tohil plomiza y nicoya polícroma, navajas de obsidiana verde, entre otras; las cuales están relacionadas principalmente con Cihuatán y otros sitios relacionados con esté que forman parte de la fase Guazapa.[18]

En el siglo XIII tras la caída de Tula y de los toltecas probablemente los nahuas paulatinamente se unificaron.[16]Cihuatán, Las Marías y las poblaciones tributarias de estos fueron destruidas, quemadas y abandonadas probablemente por un conflicto con otro grupo nahua. En el mismo siglo había una expansión de mayas hablantes de pocomam a los que al parecer los nahuas les permitieron asentarse en su territorio para servir de amortiguador fronterizo, habitando específicamente en las poblaciones de: Ahuachapán, Atiquizaya y Chalchuapa; asimismo había una expansión xinca a los cuales los nahuas les permitieron asentarse en la población de Mopicalco.[16][20]

Las evidencias del período posclásico tardío o protohistórico (1200-1524) encontradas por los trabajos arqueológicos en Cumbres de Cuscatlán y Madreselva muestran un aumento en la calidad constructiva. En Cumbres de Cuscatlán se detectaron dos pequeñas plataformas, muros pertenecientes a dos estructuras ubicados en la cercanía del sitio Madreselva y un basurero. Mientras que en Madreselva se encontraron dos grupos de estructuras, el primer grupo una plazuela conformada por tres estructuras de planta rectangular que probablemente fue el centro de un linaje o calpulli; en cambio el segundo grupo es una zona ceremonial formada por 4 montículos cuyas dimensiones máximas son 2 m de altura y 20 m de diámetro. Estas estructuras muestran que ambos sitios formaban parte de la capital del señorío.[18]

Para los siglos XIV y XV los nahuas iniciaron la expansión de su esfera de influencia más allá del territorio del señorío estableciendo relaciones comerciales con sus vecinos o permitiendo a grupos poblacionales asentarse en territorio de sus vecinos bajo el auspicio del señorío; muestra de ello puede verse en lo escrito por Francisco Ximénez en el siglo XVIII en su libo Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, en donde menciona que en Sacatepéquez había grupos pocomames que les dijeron que eran originarios del señorío de Cuzcatlán y antes de la llegada de los españoles emigraron porque «ya no cabían en la provincia de Cuscatlán» permitiéndoles los cakchiqueles del linaje de Chajomas (que se habían separado de los cakchiqueles de Iximché) asentarse en su territorio para que no fueran donde los cakchiqueles de Iximché;[21]​ por otro lado un documento colonial temprano describe a los indígenas de la población hondureña de Naco como «pueblo de indios que vinieron del mar del sur».[22][2][23]

Según Francisco Solano como resultado de la expansión de la esfera de influencia del señorío en Guatemala, las poblaciones xincas principalmente las ubicadas en la costa pacífica entre Escuintla y el territorio salvadoreño se convirtieron en un pueblo servil y sumiso a los nahuas, extendiéndose la influencia de los nahuas en la costa pacífica de Guatemala hasta el actual departamento de Escuintla (la evidencia paleo ambiental muestran que entre los siglos IX y XIV la estabilidad ambiental de esta área se vio afectada por condiciones climáticas y variables que provocó el colapso de las poblaciones del clásico y que las primeras migraciones nahuas ocurridas a inicios del período posclásico que intentaron asentarse en está área emigraran al altiplano guatemalteco y fueron absorbidas por las poblaciones mayas en el transcurso del posclásico temprano, siendo el área prácticamente abandonada a excepción de muy pocas excepciones ubicadas en sitios altos, las condiciones húmedas regresaron entre los siglos XIV y XV, los sitios atribuidos a los nahuas en Escuintla se establecieron entre 200 y 150 años antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI).[24][25][26]

En un principio, según Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán y Domingo Juarros, el territorio nahua era gobernado por un Kwawtaketzani (náhuatl clásico: Cuautlatoani 'el que habla como águila, jefe militar') y como segundo en el gobierno había un Siwakúat (segundo en el gobierno y comandante principal del ejército de la nación) ambos eran elegidos por un consejo de 8 miembros llamado Taketzke (náhuat clásico: Tlatoque 'los que hablan, plural de Tlatoani'; era ocupado por personas de las familias principales es decir aquellos que ocupaban el cargo de jefes militares y sacerdotes; este consejo trataba sobre asuntos del gobierno y dentro del cual se encontraban 4 tenientes que asistían al Kwawtaketzani en algunas tareas del gobierno), el cargo de Kwawtaketzani y Siwakúat originalmente eran permanentes pero posteriormente se hicieron temporales hasta el siglo XV, cuando (como se mencionó arriba) el territorio nahua estaba en período de expansión lo cual causó preocupación a sus vecinos en la actual Guatemala lo que los llevó a guerra contra los Quichés y Cakchiqueles (estos últimos eran dominados en ese entonces por los quichés en el reino K'iche' de Q'umarkaj) alrededor de las década de 1450s o 1460s durante el gobierno del Ahpop (título del gobernante del señorío quiché con capital en Q'umarkaj) Kiq'ab'; esto a su vez causó que el cargo de gobernante se volviera permanente en el gobierno de Cuachimichin.[4][27][28]

Según Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán y Domingo Juarros, el gobierno de Kwachimichin fue muy desfavorable para con el pueblo ya que aumento los impuestos y mandó a matar a algunos varones estimados por el pueblo y a primogénitos de las familias principales (cuyos miembros ocupaban puestos importantes en el gobierno como jefes militares y sacerdotes), razón por la cual el pueblo liderados por personas pertenecientes a las familias principales le dieron golpe de estado y lo ejecutaron alrededor de las décadas 1460s o 1470s.[4][27][28]

Los mismos autores dichos anteriormente mencionan que tras la ejecución de Kwachimichin se nombró Tutekotzimit (proviene de: tu- 'nuestro', teku 'señor' (conformando estos dos el título de gobernante) y tzimit 'acortamiento de tzitzimit que es el nombre de unas criaturas sobrenaturales y es el nombre propio de este gobernante') como sucesor, este estableció la monarquía hereditaria, redujo los tributos, reformo el sistema de gobierno nombrando entre las personas cercanas a su familia a los 8 miembros del Taketzke y eligiendo a algunos Pilwanzimit (proviene de: pilwan o pilawan 'hijos de' y Tzimit 'nombre de su padre'; significando 'hijos de Tzimit') para ocupar las posiciones más importantes dentro del ejército, siendo nombrado su hijo mayor (probablemente Tonaltut) como su sucesor y como Siwakúat; además se hizo jurar ante el Taketzke como Takateku o Wey Taketzani (gobernante de la nación) e hizo leyes acercas de la sucesión y la justicia.[4][27][28]

Desde 1470 ocurrieron revueltas en el territorio quiché en las cuales se independizaron los cakchiqueles y tzutujiles, este conflicto interno en el reino Kiché dio cierto período de paz al territorio nahua hasta aproximadamente 1485 en que según Juarros y Guzmán el Ahtziquinayha (título del gobernante del señorío tzutujil, cuya capital era Chuitnamit) Voo Caok raptó a unas princesas de la capital quiché, razón por la cual el Ahpop (gobernante quiché) Tekum se alió con los Cachiqueles, gobernados en este entonces por el Ahpop Sotz'il (título del gobernante Cakchiquel, cuya su capital era Iximché) Oxlahuh-Tz'i', y le declaró la guerra a los Tzutujiles, estos se aliaron con los mames y con los nahuas, luego y dentro de la misma guerra los nahuas se enfrentarían contra los Cakchiqueles. Sucediendo esto al comienzo del gobierno de Tutecotzimit.[4][29][30]

Tutecotzimit probablemente falleció en 1501. Guzmán menciona que no pudo evitar que los nahuas fueran presionados por los quichés y cakchiqueles en la guerra después de que estos expulsaran a los pochtecas mexicas (de lo que se habla más adelante y que sucedió en 1501), lo cual probablemente significa que Tutekotzimit falleció poco antes o en el momento de la llegada de los pochtecas a los territorios quichés y cakchiqueles; por otro lado Guzmán menciona que los nahuas fueron huyendo a unas barrancas en Tecoluca, que si bien Guzmán menciona que se debió al conflicto con los quichés y cakchiqueles, lo más probable es que se tratase de un conflicto con los lencas potones, los cuales probablemente en ese entonces empezaron a expandirse en el territorio nahua. Para 1532 (que es el año en que el obispo Marroquín nos proporciona la información de los encomenderos de la provincia de San Salvador y sus encomiendas) varias poblaciones en Usulután (como Jiquilisco, y el propio Usulután), Chinameca (en el departamento de San Miguel), las poblaciones del departamento de Cabañas (como Sensuntepeque) y las poblaciones del oriente de Chalatenango (como Tepeagualpoton, la actual Jutiapa) tienen nombres nahuas pero todos aparecen como chontales (es decir extranjeros) y en todas ellas se tiene información de que sus habitantes hablaban poton.[4][27][28][31]

En 1501 el Huey Tlatoani de Tenochtitlán (ciudad principal de la triple alianza azteca y por lo tanto capital del imperio Azteca) Ahuizotl envió una serie de mercaderes o pochtecas a explorar y entablar relaciones con las naciones indígenas de la costa pacífica de Centroamérica. Los exploradores, al parecer, llegaron hasta la actual Nicaragua pasando por lo tanto el territorio del señorío;[32]​ en Gumarcaah (capital Kiché), Iximché (capital Cakchiquel) y Chiya (capital Tzutujil) los exploradores fueron expulsados, esto según Guzmán y Juarros (ambos confunden a estos exploradores con los enviados por Moctezuma II debido a que consideran los exploradores enviados por Ahuizotl el origen de los nahuas de Kuskatan, lo cual no es cierto;[4][27][28]​ por otro lado ambos autores mencionan que los exploradores al no poder entablar relaciones con los Quichés, Cakchiqueles y Tzutujiles, estos se trasladaron al territorio nahua donde pudieron entablar relaciones comerciales, iniciando, de esta forma, el intercambio comercial entre aztecas y nahuas)[4][27][28]​ provocó que tanto los Kichés y Cakchiqueles presionaran más a los Nahuas, los que sufrieron más derrotas y lo que llevó al fin de la guerra.[28]

La guerra con los Cakchiqueles finalizó en 1501 durante el reinado de Tonaltut (su nombre proviene de: tonal 'sol o día' y tut 'acortamiento de tutut que significa pájaro'; siendo su significado completo 'pájaro diurno o solar'; fue el sucesor de Tutekotzimit). Según Juarros y Guzmán, los Cackchiqueles habían conseguido gran ventaja sobre los nahuas y llamó a Tonaltut a terminar con la guerra. Este viendo la declinación de sus soldados y los estragos causados por la guerra en su propio pueblo, aceptó terminar la guerra llegando ambas partes al acuerdo de que los nahuas no podrían apoyar nuevamente a los tzutujiles y que habría perpetua alianza entre los nahuas, quichés y cakchiqueles, lo cual permitiría a los ejércitos y comerciantes quichés y cakchiqueles incursionar dentro del territorio nahua, y que en el caso de que no hubiera una sucesión legítima en el territorio nahua, el señor de los cakchiqueles nombraría al sucesor al trono y si se resistían los cakchiqueles les declararían la guerra. Pero por otro lado, los cakchiqueles y quichés ayudarían a los nahuas contra cualquier nación que los atacase.[4][33]

Antes de la guerra los nahuas, habían fundado varias poblaciones en territorio guatemalteco,[25]​ durante la guerra las poblaciones crecieron con la llegado de soldados que se asentaron esas localidades,[28]​ y tras el fin de la guerra las poblaciones nahuas ubicadas en el actual departamento guatemalteco de Escuintla formaron el señorío de Atacat con capital en la población homónima (la actual población de Escuintla),[28]​ y probablemente al mismo tiempo, las poblaciones ubicadas desde la frontera de El Salvador hasta el límite de los municipios de Asunción Mita y Santa Catarina Mita en el departamento guatemalteco de Jutiapa formaron el señorío de Mita (cuya capital homónima tras la conquista fue dividida en Asunción Mita y Santa Catarina Mita). Ambos señoríos tenían poca extensión territorial y sus provincias tendían a tener más autonomía (muestra de ello puede verse en la carta de relación de Pedro de Alvarado, en la cual el conquistador español mencionan que algunas provincias que formaban parte del señorío de Atacat habían llegado a rendirse ante el conquistador cuando este estaba en Iximché, a pesar de que Atacat o Isquintepeque, nombre con el que se menciona a está población en esa fuente, se los impedía, tras esto, Alvarado les prometió a los señores de las provincias que iría a conquistar Isquintepeque y posteriormente les preguntó a los señores de los cakchiqueles si les parecía bien que en su travesía pasara por esa zona, lo cual aceptaron siendo esto posterior al momento en que los señores de los cakchiqueles le dijeron a Alvarado que sus enemigos eran los Tzutujiles y Panatacat, y después de la conquista de los tzutuhiles y del regreso de Alvarado a Iximché; siendo Cuzcatlán el señorío nahua que querían conquistar tanto los caqchiqueles como Pedro de Alvarado).[34]​ Siendo el señorío de Cuzcatlán el principal de los señoríos nahuas, el cual al parecer actuaba como protector de los otros señoríos.[28][8]

En 1520 la población del señorío se redujo en un 50 % debido a una epidemia de viruela que afecto a toda el área mesoamericana. El 12 de marzo de 1521 los cakchiqueles iniciaron una guerra contra los nahuas, razón por la cual los cakchiqueles le prestarían 1000 guerreros a Pedro de Alvarado para la conquista de los señoríos nahuas.[2]​ En 1522 el piloto mayor Andrés Niño descubrió la costa de este señorío en su travesía hacia el golfo de Tehuantepec.[5]

Después de la caída del Imperio Azteca, Pedro de Alvarado cruzó el río Paz el 6 de junio de 1524, el 8 de junio libró una batalla en Acaxual (actualmente Acajutla) y luego el 13 de junio libró otra batalla en las cercanías de la población de Tacuzcalco;[5]​ el 17 de junio arribó a la ciudad de Cuzcatlan y finalmente abandono el territorio del señorío el 21 de julio de 1524 sin lograr la conquista del territorio del señorío.[5][35]

A finales de 1524 o principios de 1525 Pedrarias Dávila (conquistador de Panamá y Nicaragua) envió a Francisco Hernández de Córdoba a Honduras y este a su vez envió a Hernando de Soto hacia Olancho pasando por Nequepio (nombre con el que los indígenas chorotegas conocían a este Señorío). A raíz de esto Pedro de Alvarado envió a un grupo de hombres liderados por Gonzalo de Alvarado en 1525, este grupo fundó la primera villa de San Salvador bajo la advocación de Divino Salvador del Mundo siendo su primer alcalde Diego de Holguín. (este era más un fuerte militar que una villa) en un lugar desconocido, en 1526 los cuzcatlecos incendian la villa en un levantamiento contra el dominio español y queda desaparecida por 2 años. Los colonos se dispersan para sus primeros asentamientos o bien para la ciudad de Santiago de los Caballeros en Guatemala.[5]

Entre diciembre y febrero de 1528 Diego de Alvarado fue enviado a conquistar el territorio de este Señorío lo cual logró; en abril de 1528 después de terminada la conquista Diego de Alvarado refundo la villa de San Salvador en lo que es actualmente el sitio arqueológico Ciudad Vieja, desde ahí se repartieron las poblaciones del Señorío a los capitanes del ejército conquistador en calidad de encomienda y para el 23 de noviembre todos los pueblos pertenecientes a este señorío estaban en manos de los españoles.[5]

Entre 1528 y 1540 se sucedieron varias manifestaciones siendo la más grande la del Peñón de Cinacantán, está sucedió entre finales de 1528 y principios de 1529 cuando la revuelta fue controlada por los españoles liderados por Diego de Alvarado. Para 1540 el territorio del señorío sería totalmente pacificado, permitiendo así la colonización española.[5][35]

El señor de Cuzcatlán recibía el título de "Wey Taketzani" (náhuatl clásico: Huey tlahtoāni 'gran orador') o "Takatéku" (náhuatl clásico tlācatecuhtli 'jefe de los hombres').[3][36]​ Mientras que los gobernantes de las provincias principales sedes de los taketzakayu (Nonualco, Itzalco, Cojutepeque, la capital) ostentaban el título de: "Taketzani" (náhuatl clásico: tlahtoāni 'el que habla, orador'; el Takatéku era a su vez el Taketzani del taketzakayu de Cuzcatlán), los líderes de las regiones dependientes o pendones de combate dentro de los otros taketzakayu que tenían un rango especial (Tacuzcalco, Purulapa y Tecoluca) llevaban el título de Kuautaketzani; mientras que los líderes de las provincias tributarias o kalpishkayu recibían el título de Tekutaketzanio Wey Kalpishke, estos tenían bajo su mando varias a personas encargadas de la recolección de tributos en las diferentes divisiones administrativas de su provincia (llamadas kalpishke o tepiani) y eran a la vez el mayor juez y principal líder militar en la provincia que gobernaban; en cambio los líderes de los pueblos tributarios de una provincia y de las agrupación kalpules en la sede de una provincia (en el caso de que una provincia las tuviese) llevaban el título de "Téku" (náhuatl clásico: Tecuhtli 'jefe').[36]

Como segundo en el gobierno se elegía a un "Taketzanipiltzin" (príncipe) que ostentaba el título de "Cihuakúat" (náhuatl clásico: cihuacoōātl 'mujer serpiente') y que se encargaba de la organización interna del pueblo y el control social interno.[36]

Cada provincia se dividía en barrios llamados calpules (en algunos casos se agrupaban formando distritos de la sede provincial o pueblos separados pero tributarios a la capital de la provincia donde estaban ubicados), cada uno de estos tenían sus propios gobernantes los cuales llevaban el título de Alahuae.[37][4]​ un ejemplo de esto es Caluco Izalco (que formaba junto con Tecpán Izalco el pueblo de Itzalco) la cual estaba dividida en 5 kalpules cada uno con su propio Alahuae.[3]

El Takatéku, los Taketzani y sus respectivos Cihuakúat estaban asistidos por un consejo de ocho miembros llamado "Taketzke" (los miembros de este consejo vestían ropas pintadas de ciertos colores que estaban prohibidos para el resto de la población y eran elegidos cuidadosamente entre los individuos de mayor rango de la comunidad y que a su vez eran cercanos a la nobleza) este tenía cierta jurisdicción sobre el pueblo y se encargaban de: elegir al sucesor de un Taketzani fallecido, administrar los impuestos y hacer leyes para una buena y eficiente administración (teniendo para cumplir tales funciones ministros subordinados). El Taketzke estaba compuesta por los siguientes miembros:

El Taketzani era asistido por cuatro miembros del Taketzke (respectivamente el Takáteka, Takushkalkat, Tilankalki y el Ezwawakat) que lo asistían sobre disposiciones militares y lo ayudaban en: proveer su casa, sobre asuntos del gobiernos, casamientos y sementeras; además daban cuenta de su gestión y su parecer de todo; y además los ayudaban en tener comunicación y consulta con los sacerdotes.[3][37][4]

Cuando moría un "Taketzani", le sucedía en el mando el hijo mayor. Pero cuando la jefatura correspondía a un menor de edad nombraban como regente a un hermano o pariente del fallecido hasta que el primogénito llegara a la edad necesaria para gobernar entonces los miembros del Taketzke se encargaban de ver si tenía los dotes necesarios para asumir el trono y si no los tenía se nombraba al segundo hijo y si este o los otros hijos no tenían los dotes necesarios para suceder al Taketzani fallecido, los miembros del Taketzke elegían al pariente más cercano que tuviera las dotes necesarias para el gobierno.[1][36][37][4]

Las mujeres eran excluidas de la sucesión al trono para que no entrase una nueva dinastía pero se les permitía heredar tierras, casas y esclavos.[4]

Hubo muchos Takatékus o señores de Cuzcatlán, de los cuales se ha olvidado el nombre, a excepción de los últimos cuatro, de los cuales hablan los historiadores como Domingo Juarros. Son:

El Takáteku y los Taketzanis eran los principales jueces de sus respectivo territorio y eran asistidos y ayudados por su respectivo Cihuakúat y los cuatro miembros del Taketzke mencionados anteriormente (el Takáteka, Takushkalkat, Tilankalki y el Ezwawakat),[37]

Cada provincia tenías sus propias leyes pero además existían leyes cuyos efectos abarcaban todo el territorio del señorío, Diego Gracía de Palacios, Antonio de Herrera, Francisco de Fuentes y Domingo Juarros mencionan las principales leyes, las cuales según los dos últimos fueron impuestas por Tutecotzimit y su Taketzke. Estás leyes en forma resumida describen que: el adulterio (excepto el cometido con una esclava ajena), incesto, menosprecio hacia los sacrificios, el robo de cosas importantes (como las estatuas de los dioses por ejemplo), las violaciones sexuales, la castidad antes del matrimonio en las mujeres y los homicidios eran condenados con la muerte (aunque el adulterio también podía ser castigado con azotes usando palos; mientras que el que cometía adulterio con un esclava ajena se le hacía esclavo al menos que fuese perdonado por el Tecti o sacerdote principal por sus servicios en la guerra, en cambio si era un esclavo el que había cometido adulterio se lo enterraba vivo; a los violadores se los podía hacer esclavos o pedirles pagar cierta cantidad. Por otro lado, a los homicidas también se les podía condenar a pagar cierta cantidad a los hijos y parientes del fallecido); a los hombres que incitaban a la infidelidad conyugal a una mujer y a los ladrones (de cosas que no eran de gran importancia religiosa o política) se los expulsaba de su pueblo (y en el caso del primero sus bienes eran confiscados; a los ladrones también se los podía cortarles el cabello y hacerlos esclavos hasta que pagaran lo robado, y si no lo hacía o tardaba en pagar eran ejecutados); la mentira era castigada con azotes, en cambio si era sobre cosas de guerra se le hacía esclavo.[37][4][3]

Para el momento de la conquista española, este señorío se encontraba en guerra con el señorío Cakchiquel de Iximche razón por la cual en tiempos de la conquista los Cakchiqueles le prestaron 1000 guerreros para su entrada a Cuzcatlán.[2]​ Guzmán y Juarros mencionan que los náhuas habían formado una alianza con los Zutuhiles y estaban enemistados con los quiches además que los Cakchiqueles; aunque después de la guerra que se menciona arriba, no hubo ningún conflicto con los quiches y no pudieron darle ayuda a los Zutuhiles en otro conflicto.[4][33][28]

No se sabe cuales eran las relaciones que mantenía está nación con los Chortis ubicados el norte y los Potones o Lencas salvadoreños ubicados al este y el noreste, a quienes los náhuas nombraban Chontales (forasteros o extranjeros). Probablemente se veían grandemente influenciados por este señorío sobre todo las poblaciones cercana a la frontera de este señorío lo cual puede verse en los topónimos de las poblaciones designadas chontales en la relación del obispo Marroquin en 1532 momento durante la cual varias no servían a sus encomenderos o estaban de guerra; por otro lado también cabe la posibilidad sobre todo las poblaciones con topónimo náhua pero en dominio lenca que hubiesen sido conquistadas por estos pues nota una expansión poton más allá del río Lempa (que tradicionalmente servía de frontera con los náhuas) para 1532; prácticamente todos los nombres de las provincias chontales ubicadas en el departamento de Chalatenango, Cabañas y el nororiente de San Vicente procedían del idioma náhuat aunque se encontraran fuera del territorio del señorío y en ellos se hablara el idioma Chortí o Poton (tales como: Tejutla y Citalá en el departamento de Chalatenango; Sensuntepeque y Tepeagualpoton, actual Jutiapa en el departamento de Cabañas, probablemente la razón de que está última incluía en su nombre el nombre del idioma fuese para diferenciarlo de la población náhuat de Tepeagua; Sihuatepeque, en el noriente del departamento de San Vicente; entre otros), por otro lado varias provincias chontales mencionadas en 1532 o en 1548 que estaban ubicadas en el departamento de Usulután (por ejemplo: como el propio Usulután y Jiquilisco) y la población de Chinameca en el departamento de San Miguel también tienen nombres que provienen del nahuat; al parecer la influencia de este señorío llegaba hasta Chinameca en la parte oriental y al norte hasta parte de Honduras, específicamente en: Tomalá, Ocotepeque (llamado el Asistente en 1532), Teculucelus (pequeña población actualmente extinta probablemente tributaria a Ocotepeque; estás tres localidades que estaban ubicadas en territorio chorti son mencionadas dentro de la Provincia de San Salvador en la relación de 1532 o en la tasación de tributos de 1548; aunque como se dijo anteriormente es probable que algunas de estas poblaciones fuesen arrebatadas a los náhuas antes de la llegada de los españoles sobre todo las ubicadas en la zona oriental y el departamento de Chalatenango), en el señorío de papayeca - chapagua (cuya doble capital estaban ubicadas cerca de Trujillo y en donde en el siglo XVI el obispo de Honduras envió a unos indígenas «naguatatos» con otros caciques de la zona de Trujillo a persuadir a unos indígenas que se habían refugiado en los cerros vecinos para que volvieran a su pueblo) y en el señorío de Naco (donde un documento colonial temprano describe a la población de Naco como: «pueblo de indios que vinieron del mar del sur»; las excavaciones arqueológicas han demostrada que la arquitectura y cerámica de este territorio es similar a la de Cihuatán sobre todo a la fase final de la ocupación prehispánica entre 1450 y 1536).[2][23][22][31]

Con respecto a la relación con los xincas y las otras naciones náhuas en Guatemala: Atacat o Izquintepeque y Mita, parece que (como se dijo anteriormente) los xincas estaban en un estado de servidumbre y bajo la influencia de los náhuas principalmente a este señorío aunque mantenían su independencia; mientras que por otro lado está señorío era protector de las otras naciones náhuas debido a que era la más unificada y con más capacidad militar, en el caso de Escuintla se sabe que la industria lítica de los sitios arqueológicos de esa zona guarda similitud con los de Socunusco en Chiapas y con las de Chalchuapa, principalmente está última, y que la obsidiana procedía principalmente de Istepeque en el territorio de Mita y de donde provenía la obsidiana tanto de Mita y Cuzcatlán; por lo tanto la influencia del señorío se extendía hasta Escuintla y Sacatepequez (en está última como se mencionó anteriormente había un grupo pokomam que emigró antes de la llegada de los españoles desde este señorío hasta Sacatepequez donde les permitieron asentarse los Cakchiqueles del linaje Chajoma para que no fueran donde los Cakchiqueles de Iximche).[8][24][21][39]

El ejército fue una institución muy importante, las razones para la guerra eran principalmente por: asuntos de los límites del territorio (ya sea de una provincia o de la nación en general) o para capturar hombres y hacerlos esclavos o sacrificarlos. Los soldados tenían kalpules o barrios dispuestos para poder dormir, de día iban donde sus familias y a sus tierras de cultivo para alimentarse; en cada pueblo siempre había una compañía de soldados para guardar el pueblo.[36]

En 1524 el conquistador Pedro de Alvarado tuvo que enfrentarse a los ejércitos náhuas en dos ocasiones (en Acaxual, actual Acajutla, y Tacuzcalco) respectivamente, en su segunda carta de relación a Hernán Cortés describe al ejército náhua que se enfrentó con estás palabras:

Un cadete recién ingresado en el Telpushkal (náhuatl clásico: "Telpochcalli"), en donde se entrenaba a los soldados, llevaba el título de kuetspal (nahuatl clásico: "cuexpal") en batalla se encargaban de ser cargadores o tamemes; tras terminar su entrenamiento se convertían en tiakauh, tras capturar un prisionero pasaba a ser un yaoquizqueh.[36]

Desde que un soldado capturaba dos enemigos iban ascendiendo en las siguientes categorías u órdenes militares (ordenadas de forma ascendente):

Existieron otras órdenes militares pero las principales eran las anteriores; Antonio de Herrera menciona los siguientes sobre las órdenes militares y el ejército náhua en general:

Cuando un militar había capturando gran cantidad de prisioneros y por lo tanto tenía un gran prestigio militar podía ser ascendido al rango de Takateka que se desempeñaba como director del Telpuchkal y miembro del Taketzke del kalpul al que pertenecía; también podía ser electo para ejercer alguno de los otros cargos del Taketzke, excepto el de Takushkalkat cuyo cargo era ejercido por un noble y era el principal líder militar después del gobernante y el Cihuacúat.[36]

Los soldados pipiles, recién reclutados y en fase de entrenamiento, usaban como vestuario el "mashte" (especie de taparrabos) y el cotón (camisa de algodón, sin mangas y de escote rectangular). Mientras que los que habían terminado la fase de entrenamiento, usaban como vestuario el mashte y un corselete o chaleco llamado "ishkahuipil" (nahuatl clásico: "ichcahuipilli") que era una armadura de algodón acolchado de tres dedos de espesor.[36]

Los que pertenecían a las órdenes militares usaban un tawish (nahuatl clásico: "tahuiztl") que al igual que el ishkahuipil era hecho de algodón y tenía tres dedos de espesor con la diferencia de que era un traje de cuerpo completo y era decorado según el animal que llevaba por nombre la orden militar a la que pertenecían; usaban además el kuateposh (nahuatl clásico: "cuatepoztli") un yelmo de madera que tenía la forma de la cara del animal al que representaban; los guerreros destacados y los comandantes llevaban en la espalda unas enseñas diseñadas para ser vistas desde lejos llamadas "pamit" (nahuatl clásico: "pamitl"); por otro lado los nobles usaban sobre su ishkahuipil o tawish una túnica llamada "ewat" (nahuatl clásico: "ehuatl").[36]

En los períodos cortos de paz las armas se manufacturaban y guardaban en un Tacuzcalco (casa de armas).[36]​ Las armas que usabán los soldados de este señorío:

El Señorío de Cuzcatlán abarcaba un área aproximada de diez mil km² cubriendo gran parte de las zonas central y occidental del actual El Salvador y abarcando variedades distintas de medio ambientes con un total de 7 formaciones vegetales entre la costa y las elevaciones mayores de 2000 metros.[2]

Este Señorío limitaba hacia el occidente con los señoríos xincas de Pasaco, Jalpatagua y Comapa;[42]​ hasta donde cubre la frontera el actual departamento de Ahuachapán y con el Señorío de Mita (un señorío náhua cuya capital a inicios de la época colonial fue dividida en las poblaciones actuales de Asunción Mita y Santa Catarina Mita) en la parte de la frontera que actualmente es compartida entre Guatemala y el departamento de Santa Ana. Siendo el lindero occidental similar a la frontera actual entre El Salvador y Guatemala.[2]

Al norte este señorío limitaba con el territorio de los Chortis al cual algunos autores han llamado Payaquí, el cual era una confederación de pueblos independientes (ubicados en los actuales departamentos guatemaltecos de Chiquimula, el occidente de la nación de Honduras y el occidente y centro del departamento salvadoreño de Chalatenago) que solo se unían en tiempos de crisis principalmente de guerras como durante la conquista española.[23]​ El lindero norte era diferente de la parte de Santa Ana no coincidiendo con la frontera actual con Honduras, mientras que del lado del departamento de Chalatenango el límite del señorío con lo que hoy es este departamento seguía algunos límites del actual departamento pero difiere del lado suroccidente de Chalatenango donde estaban ubicados las poblaciones de Tepeagua y Chacalingo.[2]

Del lado nororiental y oriental este señorío limitaba con el territorio de los Lencas, el cual era llamado por los náhuas como Popocatepet y era una confederación de pueblos independientes que solo se unían en tiempos de crisis principalmente de guerras o de treguas conocidas en está área como Guancasco.[23]​ El lindero nororiental sigue el límite sur y suroriental de Chalatenango y sigue prácticamente el límite oriental y parte del sur del departamento de Cabañas, difiere en el límite nororiental del departamento de San Vicente mientras sigue con precisión el límite oriental de este departamento que a la vez sigue el recorrido el río Lempa hasta su desembocadura al mar, siendo el océano Pacífico el límite sur de este señorío.[2]

Este señorío estaba dividido en varias provincias conocidas popularmente como cacicazgos estás eran independientes en un primer momento, después fueron sometidos por el Cacicazgo de Cuzcatlán (cuya capital era la ciudad de Cuzcatlán, hoy Antiguo Cuzcatlán). Al igual que con los aztecas, los cacicazgos no formaban un sistema político totalmente unificado, sino más bien un sistema de tributo a la ciudad de Cuzcatlán siendo como una federación en donde el poder central de la capital era amplio pero no total ya que cada provincia tenía su propio gobierno y una menor o mayor autonomía de la capital.[3]

Se considera a este Señorío como un Estado-nación debido a que con los datos aportados por fuentes históricas del siglo XVI (tales como: el conquistador Pedro de Alvarado, el oidor Diego García de Palacio y el obispo Francisco Marroquín) puede concluirse que el gobierno de Cuzcatlán tenía el suficiente poder sobre su nación para: reclutar individuos para la guerra o las obras públicas; imponer y cobrar impuestos; y decretar y hacer cumplir las leyes. Estos son tres criterios generalmente aceptados y usados para poder distinguir y definir a un estado-nación.[15]

Este señorío contaba con un total de 74 kalpishkayu o atepet (altépetl o pueblos), algunas de estas tenían poblaciones tributarias, en cambio otras solo estaban conformadas por la cabecera y el territorio aledaño. De estas las provincias más importantes eran: el propio Cuzcatlán (en la actualidad Antiguo Cuscatlán y Nuevo Cuscatlán), Itzalco (el cual fue dividido a principios de la época colonial en Tecpán Izalco, la actual Izalco, y Caluco Izalco, la presente Caluco), Tacuzcalco (la actual Nahulingo y las ruinas de Tacuzcalco), Cojutepeque, Nonualco (actuales Santiago Nonualco, San Juan Nonualco), Tecoluca y Purulapa (actuales San Martín, San Pedro Perulapán y San Bartolomé Perulapía). Todas estás poblaciones contaban para 1520 (antes de la epidemia de viruela y la conquista) con una población entre 10,500 y 5300 habitantes, mientras que el resto de poblaciones del señorío tenían para el mismo año entre 4500 y 90 habitantes; el hecho de que no existan localidades en el rango intermedio muestra que había una tendencia hacia centros principales lo cual acarrea implicaciones de un mayor grado de centralización.[1][43][1][2]

Las provincias de Nonualco, Cojutepeque, Itzalco y la capital contaban para 1520 con una población entre 11 000 y 7000 (mientras que la población de Tecoluca, Puralapa y Tacuzcalco estaba entre 6130 y 5300 habitantes); estás cuatro provincias (Itzalco, Nonualco, Cojutepeque y la capital Cuzcatán) pudieron haber sido cada una sede de un taketzakayu (nahuatl clásico: tlahtocayotl 'cosas del tlatoani') que eran como estados o regiones lideradas por un linaje principal (es decir, las otras 70 provincias pudieron haber estado repartidas entre algunas de estos 4 taketzakayu encabezada cada una por alguna de las 4 provincias mencionadas), tal y como ocurría con los quiches (que originalmente encabezaban un señorío conformado además por los cakchiqueles, tzutuhiles y rabinales, teniendo cada uno de los 4 sus propias provincias tributarias; posteriormente tras la independencia de los otros tres organizaron el territorio en los 3 amaq o linajes que se dividían los quiches, los cuales eran: Nima Quiche, Tamub e Ilocab) y los Cakchiqueles (que se dividían en Kaqchiqueles, Zotzies, Tukuches y Chajomas o Ajakales; para la llegado de los españoles los tukuches y chajomas se habían independizado conformado cada uno su señorío y quedando el territorio del señorío de Iximche conformado por los otros dos). Un ejemplo de esto pudo haber sido el área conocida como los Izalcos (probablemente el área administrada Itzalco), un total de 15 provincias de los actuales departamentos de Ahuachapán y Sonsonate que fueron repartidas por Jorge de Alvarado en 1528 y que le fueron quitadas a los fundadores de San Salvador (después de haber sido conquistado el señorío y fundado la villa de San Salvador) debido a que en esas provincias se cultivaba en gran medida cacao, probablemente esto pudo haber estado basado en la misma división administrativa del señorío ya que inclusive dentro de estas 15 provincias había dos isletas de población en donde se encontraban principalmente las provincias de Nahuizalco y Masahuat que fueron repartidas por las autoridades de San Salvador; es extrañamente raro que parte de las encomiendas de una provincia española esté en medio de otra, si bien este territorio de Izalco es considerado para ser un señorío aparte que se expresa principalmente en la existencia de una pequeña distinción entre la cerámica del territorio de Izalco y el propio territorio de Cuzcatlán pero por otro lado evidencia tanto arqueológica como histórica confirma que la organización política de Cuzcatlán parece haber tenido poca distancia social de la de los izalcos y que Cuzcatlán habría estado en un ascenso o hegemonía tanto militar y político sobre el territorio de Izalco en las décadas anteriores a la conquista.[2][23][44][45]

Según la Real cédula del rey y emperador Carlos I de España emitida en 1538, se dice:

En la anterior cita, cuyos requerimientos los dio Pedro Nuñéz de Guzmán (conquistador del Señorío de Cuzcatlán y vecino de la villa de San Salvador) conforme a las denuncias que tanto él como Sancho de Figueroa, Antonio de Figueroa y Antonio Docampo (también conquistadores del Señorío de Cuzcatlán y vecinos de San Salvador) tenían debido a que el gobernador de Guatemala Pedro de Alvarado les había quitado ciertas encomiendas, se puede constatar que el territorio del Señorío quedaba a 20 leguas de Santiago de Guatemala que es aproximadamente la distancia que hay entre esa ciudad y la frontera actual entre Guatemala y El Salvador, y por los territorios quitados fueron los ubicados en los actuales departamentos salvadoreños de Ahuachapán y Sonsonate (que posteriormente serían llamados provincia de los Izalcos y luego Alcaldía Mayor de Sonsonate), y también se puede ver que la parte que les quitó fue la tercia parte, está frase indica que tal territorio estaba dividido en tres partes, las que de seguro eran: Izalco (mencionada en los documentos como provincia de los Izalcos), Cuzcatlán (la capital que también tenía su propia jurisdicción dentro del señorío) y Nonualco (mencionada por algunos autores como Juan de Pineda, este menciona que las poblaciones de Tecoluca, Zacatecoluca, San Juan y Santiago Nonualco se les llama los Nonoalcos); por otro lado, en el caso de Cojutepeque probablemente era un Taketzakayu formado pero que aún no se había consolidado y seguía ligado al Taketzakayu de Cuzcatlán, en los documentos del siglo XVI, se menciona que Cojutepeque fue sede de un gran curato y doctrina de los monjes de Santo Domingo o Dominicos al que también dependía el curato y doctrina de Apastepeque, está área probablemente constituye su territorio como Taketzakayu a excepción (claro está) las poblaciones que en los documentos aparecen como chontales o que no se tiene confirmado que fuesen pipiles.[46][47][48]

Las provincias de Tecoluca, Purulapa y Tacuzcalco, que como se dijo anteriormente contaban con una población de entre 6130 y 5300 habitantes, se encontraban en un punto intermedio entre las provincias principales (Cuzcatan, Nonualco, Itzalco y Cojutepeque) y el resto de provincias tributarias; probablemente cada una de las tres eran sedes de un taketzakayu pero a la vez estaban dentro de otro taketzakayu del cual también formaban parte teniendo una autonomía especial y siendo las tres sede de un kuautaketzakayu (nahuatl clásico: cuautlatoani, tipo de gobierno nahua donde los mandatarios de los territorios que ostentaban esa denominación eran elegidos por el Taketzani del taketzakayu al que pertenecían siendo elegidos por su prestigio militar y cuyo mandato podía ser temporal o vitalicio pero no podía ser heredado), la razón de este rango intermedio pudo haber sido porque tenían una importancia militar (este pudo haber sido el caso de Tacuzcalco cuyo nombre es el mismo dado a los lugares o estructuras donde se guardaban y manufacturaban las armas) o porque eran regiones conquistadas por el taketzakayu al que pertenecían; probablemente Tacuzcalco estaba dentro del taketzakayu de Itzalco, Tecoluca dentro de la de Nonualco y Purulapa dentro de la de Cojutepeque.[2][23]​ Este tipo de organización conformado por 7 unidades sociales conformadas por un grupo de 4 unidades separadas y un grupo de 3 unidades que a la vez formaban parte de una o varias unidades sociales se encuentran en varias señoríos nahuas del mismo período.[49]

Todos las provincias o cacicazgos se dividían en un número variado de tejtechan (en forma plural siendo su singular Techan, nahuatl clásico: "Teccalli" 'casa señorial') de los cuales los españoles diferenciaron tres tipos: pueblos, aquellos sentamientos permanentes que tenían un centro ceremonial y una distinción espaciales de las áreas habitables que demostraban una jerarquía social; aldeas, asentamientos permanentes sin una diferenciación social y con un número mayor a tres casas; y estancias, asentamientos permanentes con una o dos casas por hectárea.[50]​ Ejemplos de tejtechan, específicamente de aquellos que fueron considerados por los españoles como pueblos, pueden nombrarse a: Atiquizaya (dentro de la provincia de Chalchuapa), Zacatecoluca (dentro de la provincia de Nonualco), Nahuilingo (dentro de la provincia de Tacuzcalco), entre otros.[3][23]

Cada techan y weytechan (cabeceras de las provincias) se dividían en Kalpules (calpoltin 'casas grandes o linajes'), estos podían ser de distinta jerarquía (kalpules principales y kalpules menores), aparecían casi siempre en un número simétrico (4, 6, 8, etc)[51]​ y eran de tamaño variable y no necesariamente estaban relacionadas con el parentesco, en los Kalpules la tierra y los alimentos eran comunitarios y cada familia recibía su terreno para cultivar; en algunos casos se agrupaban varios Kalpules en una unidad llamada Kampan (distritos o parcialidades) ejemplo de estos pueden considerarse a: Tecpán Izalco y Caluco Izalco (dentro de la provincia de Izalco), Sacacoyo y Tepecoyo (dentro de la provincia de Coyo), las dos mitades en que fue dividida la provincia de Cuzcatan por sus respectivos encomenderos en 1532 e igualmente las otras provincias que se dividieron entre encomenderos en ese mismo año (probablemente tales divisiones se basaban en los Kampan o distritos en que se dividía una provincia antes de la llegada de los españoles); por otro lado los kalpules se dividían en un número variado de Tashilakales (nahuatl clásico: "Taxilacalli"; agrupaciones de casas o barrios pequeños dentro de un Kalpul).[3]

La ciudad de Cuzcatlán o Cuzcatán estaba ubicada donde actualmente se encuentra la población de Antiguo Cuscatlán,[52][53]​ a la orilla de una laguna (que actualmente está seca), la cual era la fuente principal de agua del asentamiento.[54]​ Diego García de Palacio menciona a la laguna de Cuzcatán de la siguiente forma:

Tomando como referencia la relación de Marroquín de 1532 y el promedio aproximado de los fallecidos por las epidemias, Paul Amaroli estimó que para 1520 Cuzcatán tenía una población de aproximadamente 7000 habitantes; por otro lado Bartolomé de Las Casas (en su escrito Brevísima relación de la destrucción de las Indias; en donde también indica que conoció al hijo «del señor principal de aquella ciudad [de Cuzcatlán]») estima que a la llegada de Pedro de Alvarado en 1524 la ciudad tenía entre 20 000 y 30 000 habitantes (lo que está apoyado por una declaración cualitativa por el mismo Alvarado), pero autores como Roberto Barón Castro y Amaroli desestiman ese estimado de población para la ciudad debido al hecho de que consideran probable que pidiera tratarse de una multitud de curiosos provenientes de los territorios del señorío reunida para ver a los españoles (ya que similar le sucedió a Hernán Cortés cuando llegó a Tenochtitlán) pero otros autores como William Fowler consideran a esa estimación no del todo irrazonable e incluso conservativa teniendo en cuenta que Alvarado menciona a la población como ciudad (lo que se menciona abajo) y que el dato también podría incluir la población de las localidades circundantes.[2][56]

Sobre la base de la relación de 1532 se estima que la provincia de la ciudad cubría alrededor de 86,05 km²; en 1529 la provincia fue repartida en dos mitades dadas en calidad de encomienda a Pedro Núñez de Guzmán y Antonio Bermúdez, teniendo cada mitad 400 casas (lo que es igual a un aproximado de 2000 habitantes por cada mitad en 1529) habiendo en total 800 casas (que es igual a 4000 habitantes en la provincia para 1529), probablemente está división en dos mitades estaba basado en la organización prehispánica habiendo en cada mitad dos agrupaciones de Kalpules (llamadas Kampan), tomando en cuenta la baja de la población por las epidemias se estima que cada mitad en 1520 tenía un aproximada de 700 casas (que es igual a 4000 personas en cada mitad) habiendo en total en la provincia alrededor de 1400 casas.[nota 3][2]

El conquistador español Pedro de Alvarado menciona a Cuzcatlán como una ciudad, término que el únicamente utiliza con Gumarcaah o Utatlán (capital de los quiches), Iximche o Guatemallan (capital de los cakchiqueles), Chiyá o Atitlán (capital de los zutuhiles).[57]​Lo cual además de revelar que la ciudad era similar en extensión que sus contemporáneas en lo que es actualmente Guatemala, también implica que este señorío era análogo a los estados Quiché, Cackchiquel y Zutuhil.[58]

Las principales fuentes para conocer la distribución de este señorío antes de la conquista (tanto los nombres de las poblaciones como los productos comerciales que eran producidos en estas) son la Relación del Obispo Francisco Marroquín de 1532 y la Tasación de tributos de 1548, en ambas se mencionan las poblaciones con sus respectivos encomenderos y cuales eran los productos comerciales producidos en estas localidades. La relación de 1532 mencionan las poblaciones principales que eran capitales de su propia provincia dentro del Señorío y que pertenecían para ese año a la Provincia de San Salvador, mientras que la Tasación de tributos de 1548 es más extensa debido a que en esa década se declaró como pueblos a poblaciones que antes eran tributarias a las mencionadas en 1532 y a la vez menciona las poblaciones que desde 1540 pertenecían al área conocida como los Izalcos,[nota 4]​ que fueron repartidas por vecinos de Guatemala a principios de la colonia, que eran sedes de sus propias provincias.[2][59]

En este departamento se ubicaban las población aún existentes de: Atiquizaya, Ahuachapán, Juayúa, Ataco, Apaneca, Guaymango, Tacuba y Jujutla; además poblaciones en la actualidad extintas de Mopicalco, Acatepeque, Cozalchiname y Mascote. En la Tasación de tributos de 1548, Acatepeque y Cozalchiname son nombrados juntos lo cual probablemente indica que conformaban una unidad social prehispánica, asimismo Atiquizaya no es mencionado en el mismo documento ni en el de 1532 pero se sabe de su existencia para ese entonces siendo probable que fuese una población tributaria a Chalchuapa en el departamento de Santa Ana. Por otro lado, la población más grande era la de Ataco la cual para 1520 tenía aproximadamente 3,200 habitantes.[59][nota 5]

Todas las poblaciones mencionadas anteriormente pertenecían al área que con posteridad en la época colonial llegó a ser conocida como Los Izalcos, los principales producto comerciados fueron el maíz y el cacao, es de mencionar que debido a que este último era el principal producto comercial para el comienzo de la colonia (principalmente por la producción del chocolate) las poblaciones antedichas fueron conquistadas y repartidas exclusivamente por vecinos de Santiago de Guatemala. Por otro lado en la población de Ahuachapán se fabricaba cerámica, en Cozalchiname se producía ropa, también en Cozalchiname y en Acatepeque se recolectaba pescado y sal, esto último también se producía en Mopicalco.[59]

Aquí se ubicaban las poblaciones de Itzalco (actuales Izalco y Caluco), Tacuzcalco (el actual pueblo de Nahuilingo y las ruinas de Tacuzcalco), Nahuizalco, Acajutla, Mazagua (actual Santa Catarina Masahuat), Quezalcoatitan (actual Salcoatitán), Coazagua (actual Cuisnahuat), Zapotitlán (actual Santa Isabel Ishuatan), Cacaluta (actual San Julián), Guymoco (actual Armenia), Miaguatlán, Tonalá, Alzuneque y Ayovasco (estos cuatro últimos actualmente extintos). De estas poblaciones las más grandes para 1520 eran Itzalco que tenía 7000 habitantes (sobre la población de Itzalco es de mencionar que en la tasación de tributos de 1548 aparece dos veces que corresponden a los actuales Izalco y Caluco, pero solo en una se menciona el número de casas, que era de 400, normalmente se considera que originalmente ambos encomenderos tenían igual número aproximado de casas lo que daría 800 casas lo que es igual que en 1520 tuviese 14 000 habitantes, sin embargo se considera que 800 casas para 1548 es excesivo para ese tiempo por lo que se considera que las 400 casas que mencionan se refieren a la de toda la población lo cual es igual a que para 1520 haya tenido 7000 habitantes), Tacuzcalco con 5300 habitantes y Nahuizalco que tenía una población de 4000 habitantes y su provincia abarcaba un territorio de 81 km².[59]

Las poblaciones de Itzalco, Tacuzcalco, Acajutla, Quezalcoatitan y Miaguatlán pertenecían al área conocida como Los Izalcos, el principal producto comerciado de estos pueblos era el cacao, al igual que las poblaciones del actual departamento de Ahuachapán las poblaciones antedichas fueron conquistadas y repartidas exclusivamente por vecinos de Santiago de Guatemala debido a que el cacao era el principal producto comercial para el comienzo de la colonia (principalmente por la producción del chocolate).[59]​ Mientras que Nahuizalco, Mazagua, Coazagua, Zapotitlán, Cacalula, Guymoco, Tonalá, Alzuneque y Ayvovasco fueron repartidas por vecinos de San Salvador en 1528 (año de la fundación de la villa de San Salvador por los españoles) siendo mencionadas en la relación de 1532, para 1548 algunas ya era repartidas por vecinos de Guatemala.[2]

Una de las primeras menciones de la población principal de la llamada provincia de los Izalcos, es decir de Itzalco, en los documentos coloniales se da en una cédula emitida por el gobernador de Guatemala [{Pedro de Alvarado]] el 2 de febrero de 1532 en la que se reconfirma a Antonio Diosdado como encomendero de la mitad de la población de Itzalco (está mitad corresponde a la actual Izalco) de la que era encomendero desde 1529 cuando se la dio el teniente de gobernador Jorge de Alvarado tras quitarle la población de los Izalcos a los conquistadores de San Salvador; tal documento dice:

En el documento anterior se ve que Izalco (la población original antes de ser dividida en Izalco y Caluco) aparece como Ytzccalco (que escrito en el español actual sería Itzkalco), en los documentos de principios de la colonia Izalco aparece mencionado tanto como Yzalco (que provendría de Itz, 'obsidiana negra'; xal, 'arena', y co, 'en' o 'por'; significando: en arena como obsidiana) o como Ytzcalco (que vendría de Itz, 'obsidiana negra'; Kal, 'casa'; y con, 'en'; significando: en casa como obsidiana), se considera que tal nombre proviene de la arena negra producto de la ceniza del volcán Ilamatepec o de Santa Ana (que en los primeros registros españoles aparece como volcán de Izalco o de Sonsonate; antes de que apareciera el actualmente mencionado volcán de Izalco), tal arena era ocupada para hacer bahareque o adobe para las viviendas; mientras que Pedro Escalante Arce propone que tal nombre provendría de Itzcolco un calpulli de Tlatelolco (población nahua ubicada en el Lago de Texcoco y uno de los principales sitios comerciales de Mesoamérica durante el posclásico) y que hubiera sido fundada por pochtecas o comerciantes provenientes de tal lugar; por otro lado el mismo Pedro Escalante Arce también menciona que la encomienda que fue de Antonio Diosdado fue movida posteriormente de su lugar original (a la par de Caluco) hasta el collado peñascosco donde se asienta actualmente Izalco, y sería originalmente llamada Tecpán Izalco (la palabra tecpán proviente de: teuc, 'señor real' y pan 'aobre área de'; significando: dominio del señor de) porque dentro de esa población se encontraba la casa gobernante de los Izalcos.[61][62]

En este departamento de ubicaban las localidades aún existentes de Metapán, Ciguateguacán (actual Santa Ana), Chalchuapa, Coatepeque, Atempa-mazagua (actual Masahuat) y Tequeastepeque (actual Texistepeque); además de las poblaciones extintas en la actualidad: Tecomatán, Uxaca, Langui y Mazagua (pequeña población cerca del lago de Guija, no confundirla con Masahuat). De estas poblaciones Tequeastepeque y Tecomatán son nombradas juntas en la relación de Marroquín de 1532 lo cual probablemente indique de que conformaban una unidad social prehispánica, además de las localidades anteriores solo Langui y Mazagua no aparecen en la relación de 1532 lo cual indica que eran pequeñas poblaciones tributarias a alguna de las otras poblaciones que aparecen en la relación de 1532 probablemente Mazagua era tributaria a Uxaca ya que apare mencionada junto a está en la tasación de 1548. Por otro lado, la población con más habitantes para 1520 era Metapán que tenía aproximadamente 3400 habitantes; está era seguida por las localidades de: Chalchuapa que contaba con 3000 habitantes (la provincia de esta población abarcaba aproximadamente 62,53 km²) y Ciguateguacán la cual poseía 2231 habitantes y su provincia abarcaba alrededor de 115,48 km².[2][59]

El principal producto comercial producido en este departamento era el maíz, seguido por el cultivo de algodón. Además, se cultivan frijoles en las poblaciones de Atempa-Mazagua (la cual también proporcionaba jornales y producía pepitorias o semillas de melón) y Ciguateguacan; en está última población y en Chalchuapa se cultivaba chile y cacao, se elaboraba ropa y se criaban pavos; esto último también era llevado a cabo en Metapán donde a su vez se producía cochinillas (un insecto del cual se extrae un tinte color púrpura que se empleaba para el teñido de telas, se reproduce como parásito de los nopales) ocote (tipo de pino del cual se extraían astillas resinosas para hacer fuegos y encender antorchas)[2][35]

En este departamento se ubicaba la capital de este señorío además de las poblaciones de: Atehuan (actual Ateos), Comasagua, Coyo (actuales Sacacoyo y Tepecoyo), Chiltiupán, Opico, Quezaltepeque, Tacachico, Terniquetepeque (actual Talnique), Teotepeque, Xicalapa (actual Jicalapa), Xacayatepeque (actual Jayaque), Yzucar (la actual Huizucar), Cinacantán, Zicucalco, Cinancantepeque, Colzumea, Tequepa, Chichigualtepegua, Coatamagaz y Coazalata (estas ocho últimas poblaciones están actualmente extintas). En la relación de Marroquín de 1932 las poblaciones, Opico, Chichigualtepegua y Paluca (este último ubicado en el departamento de San Salvador) aparecen nombrados juntas e igualmente se nombran juntas a Coatemagaz y Coazalata; mientras que la tasación de tributos de 1548 también menciona juntas las poblaciones de Colzumea y Cinancantepeque. Estos indica que cada uno de los tres casos mencionados anteriormente conformaban una unidad social prehispánica. Además de todas las poblaciones mencionadas solamente Xicalapa, Cinancantepeque y Colzumea no son mencionadas en la relación de 1532 lo cual probablemente indica que eran pequeñas poblaciones tributarias o anejos de algunas de las otras localidades mencionadas en 1532. Por otro lado, La población más grande era la de Cuzcatan (capital de la nación) cuya población se la menciona más arriba.[2][59]

El principal producto comercial cosechado era el maíz. Este era seguido por: los cultivos de algodón, frijol y chile; la crianza de pavos, elaboración de ropa, recolección de cera y miel. Además en las poblaciones de Cinacantán y Atehuan se cultivaba cacao; en la capital del Señorío se cosechaba piña; mientras que en las poblaciones ubicadas en la costa se extraía bálsamo y se recolectaba sal y pescado (esto último con la excepción de Tequepa); y la población de Opico proveía de jornales.[2]

Aquí se encontraban las poblaciones de: Apocopan (actual Apopa), Gilopango (actual Ilopango), Tonacatepeque, Soyapango, Guazapa, Nixapa (la presente Nejapa), Panchimalco, Sequechustepeque (actual Ayutuxtepeque), la mitad de la población de Purulapa (actual San Martín, la otra mitad está en el departamento de Cuscatlán), Tequezaquango (actuales Santiago Texacuangos, Santo Tomás y San Marcos), Paluca y Ziguatlán (estos dos últimos actualmente extintos).[2]​ En la relación de 1532 no aparecen mencionadas las poblaciones de Sequechustepeque y Soyapango, lo cual probablemente significa que eran pequeñas poblaciones tributarias a las otras mencionadas en 1532. Mientras que en el mismo documento de 1532 las poblaciones de Gilopango y Tonacatepeque aparecen juntas, al igual que (como se dijo anteriormente) Paluca, Chichigualtepegua y Opico (estando ubicadas estás dos en el departamento de La Libertad) probablemente esto indique que estos dos casos conformaban cada uno una unidad social prehispánica.[2][59]

La población con mayores cantidades de habitantes eran: el grupo de Gilopango y Tonacatepeque, en total estás dos poblaciones contaban para el año de 1520 con alrededor de 4000 habitantes y su provincia cubría alrededor de 148 km²; estás dos poblaciones eran seguidas por la población de Tequezaquango que contaba con 3000 habitantes y por Apocopa la cual para ese año tenía 1344 habitantes y su provincia abrcaba aproximadamente 138,30 km²; es de mencionar que la población de Purulapa (cuya mitad se encuentra en San Salvador y la otra en Cuscatlán) tenía para el año de 1520 una población de 6130 habitantes y su provincia se extendía alrededor de 49,79 km².[2][59]

El cultivo del maíz erá el principal producto comercial, seguido por los cultivos de algodón, chile y frijol; la elaboración de ropa, crianza de pavos. Además la población de Panchimalco se dedicaba a la recolección de sal y pescado; en Gilopango y Tonacatepeque se recolectaba cera y miel; en las dos poblaciones anteriores y en Purulapa se pescaba Olominas (especie pequeña de pez que habita en el Lago de Ilopango); y en Apocopan se producía cerámica.[2][35]

En este departamento se encontraban las poblaciones de: Cuxutepeque (la actual Cojutepeque), Guyciltepeque (el actual cantón Huisiltepeque en el municipio de Tenancingo), Suchitoto, Tenango (la presente Tenancingo), Montepeque (actualmente un cantón de Suchitoto), y la mitad de la población de Purulapa (actuales San Pedro Perulapán y San Bartolomé Perulapía). De estas poblaciones, Tenango y Montepeque aparecen agrupados en la tasación de tributos de 1548 lo cual indica que probablemente formaban una unidad social prehispánica; mientras que en la relación de 1532 solo Cuxutepeque y Purulapa son mencionadas, lo cual indica que todas las demás eran pequeñas poblaciones tributarias probablemente hacia la población de Cuxutepeque o de Purulapa o de otra ubicada en los actuales departamentos cercanos a este.[2][59]

La población más grande era la de Cuxutepeque la cual para 1520 tenía una población de 11 000 habitantes y su provincia abarcaba aproximadamente 78,56 km²; seguida por Perulapa, está localidad como se dijo anteriormente la mitad se encontraba en San Salvador y la otra mitad en lo que hoy es este departamento y contaba en total para 1520 con una población de 6130 habitantes y su provincia se extendía por alrededor de 49,79 km²; a su vez Purulapa era seguida por Suchitoto la cual para ese mismo año tenía alrededor de 2400 habitantes.[2][59]

El cultivo de maíz era el principal producto comercial producido por las poblaciones que actualmente forman parte de este departamento, seguido por los cultivos de frijol, chile, algodón, la elaboración de ropa, crianza de pavos, recolección de cera o miel y pesca de Olomina.[2]

Acá se encontraban las localidades de: Nonualco (actuales Santiago Nonualco y San Juan Nonualco), Zacatecoluca Chincongoa (actualmente es un barrio de San Miguel Tepezontes), Mazagua (los actuales San Antonio Masahuat y San Pedro Masahuat), Olocuilta, Cuyultitán, Tepezonte (actuales San Juan Tepezontes y San Miguel Tepezontes), Chinameca (actual San Francisco Chinameca), Xalozinagua y Zoquiclan (estos dos últimos actualmente extinto). De estas poblaciones solo Chinameca y Zacatecoluca no son mencionadas en la Relación de Marroquín, siendo por lo tanto una población tributaria a alguna de las otras mencionadas en 1532, en el caso de Zacatecoluca está era tributaria a la población de Nonualco. Por otro lado Chicongoa es mencionado como barrio de Tepezontes tanto en la relación de 1532 como en las tasación de 1548 conformando ambas poblaciones una unidad social prehispánica.[2][59]

La localidad con más pobladores era Nonualco la cual para 1520 tenía alrededor de 12,000 habitantes (para 1532 tenía un aproximado de 1000 casas lo que daría una población de 9000 habitantes para 1520, sin embargo la cifra es demasiado redondeada por lo que habría que buscar en la tasación de 1538 donde el territorio de su provincia tributaria se encontraba dividido en Nonualco y Zacatecoluca, al sumar ambas nos da una cifra de 660 casas lo que equivaldría a una población de 14,000 habitantes para 1520; y al aproximarlo con la cifra que se obtiene del dato de 1532 nos da un total de 12,000 habitantes para 1520); está era seguida por Xalozinagua que contaba para ese año con 4500 habitantes y su provincia cubría un área de alrededor de 71,49 km²; y Mazagua que tenía para ese año 3000 habitantes y su provincia abarcaba aproximadamente 190,10 km².[2][59]

El principal producto comercial era el maíz, seguido por la recolección de sal y pesca, el cultivo de chile y de algodón, la elaboración de ropa y la crianza de pavos. Además en Mazagua se cultiva frijoles, mientras que en Tepezontes y Chicongoa se pescaban Olominas en el lago de Ilopango, y en Olocuilta y Cuyultitán se pescaban camarones.[2]

Una de las primeras menciones de la capital de los Nonualcos se da en la ya mencionada relación de Francisco Marroquín en 1532, para ese entonces el altépetl de Nonualco estaba encomendado al justicia mayor y teniente de gobernador de la provincia de San Salvador Gómez de Alvarado, lo que nos dice tal documento es lo siguiente:

Hay que mencionar que lo dicho en el documento anterior fue recogido de lo que dijo personalmente Gómez de Alvarado al cura párroco de San Salvador el presbítero Antonio Lozano; la razón de que Gómez de Alvarado describa a la población como «que no tiene sujeto (población tributaria) ninguno...que es tierra caliente e que es tierra esteril...», es porque los conquistadores españoles esperaban ir a conquistar nuevas tierras y a al mencionar que las poblaciones con tales términos suponían que con eso no se acarrearían problemas con las autoridades cuando se embarcase en las conquistas de nuevos territorios (tal como el mismo Gómez de Alvarado lo hizo en 1534 cuando se embarcó en la expedición de su hermano Pedro de Alvarado al Tahuantinsuyo) y para inducir a la corona para que les diese más subvenciones por sus conquistas;[63][59]​ sin embargo está claro que una población que tiene mil casas (es decir una población de aproximadamente 5000 personas para ese año) no iba a ser estéril o no tener una población sujeta donde organizar esa población;[59]​ se sabe que Zacatécoluca (que no es mencionada en 1532 pero sí en la tasación de tributos de 1548) era parte de la provincia tributaria de Nonualco, para 1548 Nonualco tenía 260 casas (aproximadamente 1300 habitantes) y Zacatecoluca tenía 400 casas (lo que es igual a una población de alrededor de 2000 habitantes)[59][2]​ esto podría indicar que dentro del altépetl de Nonualco la población de Zacatecoluca se había convertido en la principal dejando relegada a Nonualco como pueblo tributario,[23]​ también podría deberse a que parte de la población de Nonualco fue movido a Zacatecoluca o inclusive podría ser lo que se refiere en ese documento como Nonualco es la población actual de San Pedro Nonualco (que está ubicado más lejos que Santiago y San Juan Nonualco) mientras que dentro de Zacatecoluca estaban las poblaciones de Santiago y San Juan Nonualco sin embargo San Pedro Nonualco no es mencionada en los documentos del siglo XVI por lo que probablemente se separó de los demás pueblos nonualcos tras ese siglo.[35][2]​ Por otro lado, Nonualco fue fundado por varios linajes Nonualcos (entiendáse como el grupo de varios linajes nahuas provenientes del estado mexicano de Veracruz o Tollan-Xicocotitlan, dentro de los cuales estaban los chalchiucalcas que probablemente le dieron su nombre a Chalchuapa o los Cuzcatlecos que le dieron su nombre a Cuzcatlán) que se considera fue la última migración de los grupos antecesores de los náhuas acaecida entre finales del siglo XII a mediados del siglo XIII.[18][2]

Aquí se encontraban las poblaciones de: Istepeque (actual San Cayetano Istepeque), Tecoylata (actual Tecoluca), Tepetitán y Apastepeque. De estas poblaciones solamente Tepetitán y Apastepeque no son mencionadas en la relación Marroquín de 1532, por lo que estaban subordinadas a Istepeque o a Tecoluca, muy probablemente a Istepeque ya que al igual que está localidad no eran consideradas nonualcas como lo consta Juan de Pineda, en cambio Tecoluca era una de las poblaciones llamadas nonualcas o de los nonualcos.[2][23]

La población con más habitantes en lo que hoy es este departamento era Tecoluca la cual para 1520 tenía alrededor de 5300 habitantes y cuya provincia abarcaba aproximadamente 201,44 km²; seguida por Istepeque que contaba con 3000 habitantes y su provincia cubría alrededor de 56,89 km². El principal motor comercial era la elaboración de ropa; además en Istepeque se cultivaba maíz, frijoles, chile y algodón, y se criaban pavos; mientras que en Tecoylata se recolectaba sal y pescado.[2]

En este departamento solo se encontraba dos poblaciones que formaban parte de este Señorío, estás eran: Tepeagua (actualmente extinta) la cual para 1520 tenía una población de alrededor de 400 habitantes y una provincia de aproximadamente 106,93 km²; y Chacalingo que para 1520 tenía 730 habitantes. El principal producto comercial producido en estas dos localidades era el maíz, seguido por la elaboración de ropa; mientras que en la población de Tepeagua se cultivaba algodón y se recolectaba cera y miel; en cambio en Chacalingo se producía ocote.[2]

A través de los cronistas y de la arqueología sabemos que la sociedad náhua estaba dividida en cuatro clases sociales: primeramente la nobleza o Pipiltin, cuyos miembros podían optar por cargos en el gobierno y en el sacerdocio; como segunda clase estaban los comerciantes o Pochtecas, los cuales estaban dedicados al intercambio de productos entre poblaciones del mismo señorío o de otras naciones y regiones de Mesoamérica; en tercer lugar estaban los plebeyos o Macehuales, al que pertenecían los artesanos, agricultores, pescadores y todas las personas comunes que eran libres; al final y como la clase más baja en la estratificación social estaban los esclavos, los cuales eran hombres y mujeres capturados durante las guerras.[3][37]

La unidad básica de la sociedad era la familia extendida compuestas por padres, hijos y las esposas e hijos de estos. A estás familias podían pertenecer otros parientes y personas no vinculadas al grupo familia. Los varones eran polígamos es decir tenían varias esposas y las familias extendidas eran de carácter patrilineal dirigida por un hombre mayor normalmente el padre o uno de sus hermanos, o el mayor de los hijos.[35]

Los documentos coloniales de los cuales se puede extraer un aproximado de la población del señorío son la Relación de Marroquin de 1532 y la Tasación de Tributos de 1548 (siendo la de 1532 la más certera mientras que la Tasación de 1548 para calcular la población de las 15 provincias ubicadas en los actuales departamentos de Ahuachapán y Sonsonate que eran repartidas por los encomenderos de Guatemala). En 1989 Paul Amaroli utilizó ambos documentos para calcular la población de los pueblos náhuas (es decir aquellos que en la relación de 1532 no son denominados como chontales) encomendados a los habitantes de la villa de San Salvador tomando en cuenta una baja de entre 1/2 o 2/3 de la población por las enfermedades entre 1520 (cuando llegó la epidemia de viruela) y 1532; y una baja de 25% de la población entre 1520 y 1548 (lo cual puede ser utilizado para calcular la población de las 15 provincias mencionadas anteriormente); utilizando el método de Amaroli se calcula que para 1520 las provincias encomendadas a los habitantes de la villa de San Salvador era (sin aproximar los números no decimales) 104 528 habitantes y las 15 provincias encomendadas a Guatemala 29 103 habitantes, siendo un total de 131 277 habitantes; a estos faltaría sumar los muertos en las batallas libradas durante la conquista (principalmente Acaxual y Tacuzcalco), William Fowler (analizando los cálculos hechos anteriormente por Roberto Barón Castro y Howard Daugherty) calculó que el total de soldados náhuas que se enfrentaron al contingente de Alvarado en Acaxual y Tacuzcalco era de alrededor de 30 000 soldados, lo que sumado al estimado de población para 1520 de las 15 provincias encomendadas a Guatemala (entre las cuales estaban Acaxual y Tacuzcalco) da un total de 59 103 habitantes, al sumar esto al estimado de población para 1520 de las provincias encomendadas a San Salvador da un total de 163 631, al aproximarlo da un total de alrededor de 200 000 habitantes para el señorío en 1520.[43][2][64]

Al igual que El Salvador en la actualidad, el Señorío de Cuzcatlán era un país multiétnico, es decir, habitado por muchas etnias o pueblos.[3]​ Según el cronista Diego García de Palacio, en el territorio del Señorío de Cuzcatlán (que cubría los territorios de las provincias coloniales de Izalco y San Salvador en la época de Palacio) era habitado por las siguientes etnias indígenas (cada una de las cuales hablaban su propio idioma homónimo):

Los pobladores de este señorío obtenían los diversos productos de su subsistencia a través de la caza, la pesca y la agricultura; siendo esta última actividad la base principal de su economía, ya que con ella se obtenían: cereales como el maíz, granos como el cacao, legumbres, frutas, entre otras.[3]

La agricultura era el motor principal de la economía mesoamericana, los productos cultivados eran primeramente el maíz y el cacao; seguido por los cultivos de: frijol, chiles, tomates, calabazas o ayotes, papas, yucas, camotes; frutos como el aguacate, zapote, etc.[3]

El producto principal o de mayor importancia en el Señorío de Cuzcatlán fue el maíz que era cultivado en la mayoría de las poblaciones. Otro producto principal fue el cacao; este último fue la moneda de los náhuas y solamente los gobernantes podían preparar el Chocolat (Chocolate) y era cosechado en el área llamada de los Izalcos (lo que es en la actualidad en los departamentos de Ahuachapán y Sonsonate) y en Chalchuapa, Ciguateguacan, Atehuan y Cinacantan.[3]​ El algodón era cultivado en algunas poblaciones ubicadas en la costa y el cultivo de frijol y chile estaba concentrado en las poblaciones próximas al lago de Ilopango.[2]

Para cultivar se usaba una herramienta llamada huizotl o huizote (el cual era una vara con la punta endurecida al fuego y que se usaba para abrir los agujeros en los cuales sembrar), antes de la siembra se cortaba la maleza y se daba fuego para limpiar el terreno; la siembra se realizaba al comenzar la estación lluviosa el 3 de mayo; ese día era celebrado en gran manera durante el cual se practicaban varios ritos religiosos.[3]​ En la población de Zuanclán el cultivo se hacía con regadíos.[2]

La caza y la pesca también eran parte importante de la economía del Señorío de Cuzcatlán a través de estas actividades, además de satisfacer sus necesidades vitales, se obtenían materiales para otras actividades como la elaboración de objetos de pieles hueso, conchas marinas y plumas preciosas.[3]

Entre los productos extraídos a través de la caza estaban: las pieles de animales como venados de cola blanca, tepezcuintles, mapaches, jaguares; carne y plumas de distintas aves como paujiles, patos, perdices, quetzales, etc.[3]​ En Ahuachapán se comían y vendían hormigas del género Atta (los cuales son llamados en El Salvador como zompopos). Mientras que en lo que se refiere al pescado, varios pueblos dedicados a está tarea estaban situados alrededor del Lago de Ilopango desde donde se extraía una pequeña especie de pez llamada Olomina; mientras que en Olocuilta y Cuyultitán se pescaba camarones salados los cuales eran cocidos al sol.[35]

Para cazar los pobladores cerraban un tramo del campo en forma de un círculo y daban fuego alrededor, luego iban acercándose a los animales y los mataban a flechazos y a palos. Mientras, para pescar interrumpían los ríos con tierra y ramas, dejando una pequeña salida en donde colocaban una red de cañas (donde nadando mataban a los peces a palos y flecha)s.[3]

Se producían tintes y colorantes para teñir sus ropas, para pintar la cerámica y como tinta para escribir. Para tales tareas se utilizaba el jiquilite el cual es una planta que en tiempos prehispánicos crecía en las márgenes del río, no era cultivado solo era usado para teñir ropas ya que de esta se obtenía el color añil o azul indigo. Mientras que el color rojo era extraído de las cochinillas un tipo de insecto que se reproduce como parásito de nopales donde se los recolectaba, el único lugar que producía este colorante era la población de Metapan. En Ahuachapán se extraía un colorante rojo de unos arroyos que se usaba para pintar la cerámica.[35]

La cera y la miel eran producidos en amplias zonas entre las costas y las tierras altas, también la crianza de pavos era muy común en las áreas antes mencionadas de las poblaciones ubicadas en esas zonas solo la población de Olocuilta criaba pavos en grandes cantidades.[35]

Se explotaban las minas y canteras para extraer piedras que necesitaban para tallar y esculpir obras de arte, y también para fabricar utensilios y las puntas de las flechas y las lanzas; la cal era preparada ya que era utilizada como revestimiento para los edificios.[3]

La sal además ser un importante producto en la dieta alimenticia se usaba para conservar los pescados; era extraída en los esteros del litoral en las poblaciones de: Coyultitán, Olocuilta, Masagua, Zuacanclán, Zoquiclán, Tecoyolata y Tonalá; y era extraída por cocimiento o por evaporación.[35]

En las tierras templadas crecían algunos tipos de árboles de los cuales se obtenían productos de gran importancia económica. De la resina del árbol del copal se obtenía incienso para las ceremonias; del pino se obtenían astillas resinosas utilizadas para hacer fuego que eran conocidas como "ocotes"; la resina del liquidambar era usada para usos cosméticos; de la corteza del Amate se fabricaba un tipo de papel muy importante para uso ceremonial; de algunas variedades de palmera (como el corozo, el coyol y el coco) se utilizaba para bebidas, alimentos, fibra y aceite; los frutos del jocote y el marañón se utilizaban como alimentos; las maderas del conacaste y el madrecacao eran utilizados para hacer cayucos y para producir sombra para proteger los árboles pequeños de cacao; la fibra del maguey se usaba para fabricar hamacas, cordeles, redes o matates; de la ceiba además de su sombra se utilizaba la madera de está que es fácil de trabajar y la fibra de está que se usaba para hacer colchones; el aceite del bálsamo (este árbol crece principalmente en la costa homónima) era usado para usos medicinales y cosméticos.[35]

En Ahuachapán y Apocopan se producía cerámica; mientras que en varias poblaciones se producía ropa y una especie de manta llamadas "toldillos", en la población de Cojutepeque se producían ropa de varias clases: ropa blanca, pintada y mantas de paredes lisas. Por otro lado en Mazagua se producían cutaras o sandalias; y las poblaciones de Apocopan y Atempa-Mazagua proveían de jornaleros (personas que trabajaban a cambio de pago por día de trabajo).[35]

El comercio fue parte importante para el desarrollo de todas las culturas mesoamericanas, el intercambio comercial se llevaba a cabo en plazas llamadas tianquizt (el topónimo en español es tianguis) o mercados, donde reunían los mercaderes de diferentes localidades. Para transportar los productos de un lugar a otro usaban cacaxtles y canastos, tenían un clase especial de cargadores llamados Tamemes (en Nahuatl clásico: Tlamemes).

Según la relación del obispo Francisco Marroquín de 1532, los principales productos comerciados o producidos por las poblaciones del señorío eran: maíz, frijol, cacao, chile, semillas de melón o pepitorias, algodón, pavos, olomina, camarón, ocote, sal y pescado, miel y cera, cutaras o sandalias, cochinilla, ropa (toldillos y mantas) y jornales (el servicio de trabajo por sueldo).[68]

Otros productos que eran producidos o comercializados y que no son mencionados en la relación de 1532 porque no atraían la atención de los europeos eran: obsidiana, añil, bálsamo, plumas, yuca y metal principalmente cobre; este último quizás procedía de ciertas zonas de Guatemala y Honduras y era destinado para un amplio uso cotidiano principalmente en forma de hachas de cobre,[63]​ acerca de estas hachas de cobre menciona el presidente de la Real Audiencia de Guatemala Diego García de Valverde (él mando hacer cinco cañones en la costa de Acajutla fundiendo hachas de cobre recolectadas a los indígenas para defender la costa del pirata Francis Drake):

La moneda de los náhuas era el cacao. Las unidades monetarias estaban basadas al igual que los otros pueblos mesoaméricanos en un sistema vigesimal, las unidades estaba representadas por puntos, el veinte (púal o púwal) por una bandera, el cuatrocientos (tzonte) los aztecas (entre otros pueblos nahuas) lo representaban por un arbolito o cabellera, pero según Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán los náhuas lo mostraban como un círculo atravesado por una línea perpendicularmente; el ocho mil (xiquipil) los aztecas lo dibujaban como una bolsa ceremonial en cambio según Guzmán los náhuas lo dibujaban como un círculo en la punta de un triángulo; y el dieciséis mil (carga, está última añadido por los españoles en el siglo XVI).[3]

La educación de las personas comunes se realizaba de forma oral trasmitiendo los padres sus conocimientos a sus hijos y la asimilación de las normas y deberes en el diario contacto con el grupo social al que pertenecían; por otro lado, la escritura facilitaba la transmisión de otros elementos culturales.[3]

Los Náhuas, al igual que los aztecas, tenían dos institutos o academias: el Telpushkal y el Kalmekac; en el primero estudiaban los guerreros y se obtenían tres grados, que de orden de menor a mayor eran: "Tiakauh" (instructor de los alumnos recién ingresados), "Telpushtaketza" (jefe de instructores), y Takateka (director del Telpushkal). Mientras que en el segundo se graduaba la nobleza y el sacerdocio náhua y podían obtenerse los siguientes grados (ordenados de menor a mayor): "Tamakashto" (era como un acólito), "Tamakashqui" (era como un diácono), "Tanamakak" (sacerdote).[36]


El pueblo pipil practicaba una religión basada en el culto a las fuerzas de la naturaleza, tenían muchos dioses, que son los mismos de los aztecas y toltecas. La divinidad primordial o suprema era Téotl, considerado el creador del Universo y padre de los dioses. Los dioses principales que lideraban a los demás dioses eran: Quetzalcóatl y Itzqueye (está última era una diosa que tenía su origen en el golfo de México), al ser los líderes de los dioses a los dos se los consideraba como patronos de los gobernantes y sacerdotes y a la vez dioses de la guerra.[3][37]

Los dioses principales (además de los ya mencionados) eran: Xipe Tótec (dios de la fertilidad), Quetzalcóatl (creador de la tierra y líder de los dioses y por lo tanto ), Ehécatl (dios del viento), Tláloc (dios de la lluvia), Tezcatlipoca (antagonista de Quetzalcoatl representaba la destrucción y la noche) Chalchitlicue (diosa de las aguas en movimiento como los ríos y quebradas), Tonatiuh (dios del sol, era llamado Tonal por los pipiles), Metztli (diosa de la luna era considera hermana de Tonal), Tonantzin (diosa madre de la tierra, era llamado Tunantal o Tunantzintal por los pipiles), Xilomen (diosa del maíz) y Tozi (diosa del maíz maduro). Además había dioses que eran propios de los pipiles como: Itzqueye (era considera esposa de Quetzalcoatl.[3]

El gran sacerdote era llamado "Tecti", éste vestía una túnica larga de color azul y llevaba en la cabeza una diadema o una especie de mitra, pintada de diferentes colores, que tenía en las puntas un manojo de plumas de Quetzal; traía también un báculo en la mano.[36][37]

En segundo lugar estaba el "Tehuamatine", el cual decía las suertes y las predicciones y a la vez era considerado el mayor erudito de los libros.[36][37]​ Después estaban cuatro sacerdotes llamados "Teupishque", cada uno de estos vestía ropas largas de diferentes colores (específicamente: negro, rojo, verde y amarillo) y eran los miembros del consejo que trataba de los asuntos ceremoniales, asistían a todos los ritos y cada uno agarraba y sostenía una extremidad del que iba a sacrificarse.[36][37]​ Y finalmente estaba el "Tupilzín", que se encargaba de guardar los objetos de culto y de abrir el pecho y sacar el corazón de las víctimas durante el sacrificio. Había otros sacerdotes que se encargaban de sonar y teñían los instrumentos musicales que tocaban para llamar a las personas a las ceremonias. Los sacerdotes vivían en templos llamados "Teupas"; el palacio o Teupa del Tecti estaba junto a la pirámide o templo mayor.[36][37]

Cuando el Tecti fallecía era velado por quince días y luego era enterrado vestido y sentado en un banco pintado en su propia casa; su sucesor era electo por el Taketzani y Tehuamatine de entre los custro Teupishques, la elección era grandemente celebrada y el recién escogido Teucti se sacrificaba la lengua y el órgano genital. Tras su nombramiento, el Tecti escogía su sucesor en el puesto de Teupishque que había dejado vacante, para tal puesto escogía a uno de los hijos del Tecti anterior o algún otro hijo de los sacerdotes solamente en caso de que el Tecti fallecido no haya tenido hijos.[37]

Había varias clases de ritos en algunas se ofrecían ofrendas y en otras se sacrificaban animales o personas; también se ofrecían sangre de diferentes partes del cuerpo, los hombres valientes eran conocidos por los agujeros que se hacían en el miembro viril mientras las mujeres se perforaban y se hacían sangrar las orejas y lengua. Todo esto era ofrecido a los dioses en agradecimiento por la vida y para que el universo estuviera en orden y no entrara en caos y los dioses les fuesen favorables con un medio ambiente tranquilo, fértil y tuvieran lo necesario para poder vivir.[2]

Había dos que eran de carácter solemne y que se realizaban cada año, estos eran: el primero a principios del invierno (el día que en el calendario gregoriano es 3 de mayo) y el segundo a principios del verano (el 2 de noviembre), ambos sacrificios eran ocultos solo eran observados por el Taketzani y la nobleza, y en ambos se sacrificaban niños de 6 hasta 12 años.[3]

Antes de iniciar una confrontación militar el Tehuamatine sacrificaba un Shulut (una raza de perro conocida en México como Xoloitzcuintle) y observaba las vísceras del animal para ver si sería o no favorable una confrontación bélica.[36]​ Después de haber ganado una guerra se ofrecía una fiesta pública, religiosa y ceremonial a Quetzalcoatl o a Itzqueye (si era a Quetzalcóatl duraba 15 días y si era a Itzqueye duraba 5 días, cada día se sacrificaba a un esclavo de guerra, el Tehuamatine era el encargado de ver a cual de los dos dioses recaía la suerte) esta ceremonia se llevaba a cabo en el patio del palacio o teupa del Tecti y cada día después de la ceremonia la población de se dedicaban a celebrar el triunfo en la guerra con música, baile y ventas de productos.[3]

Para sembrar los campos de cultivos ponían en unas jícaras pequeñas todas los tipos de semillas que querían sembrar, las llevaban ante el altar del templo y en el suelo cavaban un agujero donde las enteraban en orden y sobre ellas ponían un brasero grande con muchas brasas y con copal; para estas ofrendas los teupixques se perforaban la nariz y las orejas o en otras ocasiones la lengua y el miembro viril, y la sangre era untada en cañas largas y posteriormente quemada.[3]​ Por otro lado, antes de la cacería se sacrificaba un venado y antes de pescar sacrificaba un pescado, en ambos casos las vísceras principalmente el corazón del animal era quemado.[3]

El Taketzani y Tecti de una población eran los encargados de casar a los habitantes de esa localidad; el día de la boda los padres de la novia iban por el novio y los padres del novio por la novia y los llevaban a lavarse en un río cercano, posteriormente cada uno era envuelto en una manta blanca nueva. Luego eran llevados a la casa de la novia donde los padres de la novia daban al novio como presentes jicoles (algún tipo de joyas o adornos), mantas, algodón, pavos y cacao; y los mismo daban los padres del novio a la novia y lo comían todo juntos. Finalmente el Tecti metía los dedos meñiques de los novios en una camarilla donde había fuego y les hacía ciertas amonestaciones y al apagarse el fuego quedaban casados.[3]

Las mujeres iban a parir a algunas partes secretas del campo a solas y cortaba el cordón umbilical y lavaba al niño y a ella en un arroyo un niño; si el recién nacido era varón se le ponía un arco y una flecha en las manos, y si era niña se le ponía un huso y algodón; la partera les hacía una raya con tizne en el pie derecho para que no se perdieran y doce días después el recién nacido era llevado al Tecti y se le ponía el nombre de sus abuelos y abuelas, y los padres ofrecían de presentes al sacerdote cacao o pavos.[3]

Cuando moría alguien, si no era de la nobleza y el sacerdocio solo lo velaban los parientes del fallecido; mientras que cuando moría alguien de la nobleza era velado por cuatro días y cuatro noche, cuando amanecía después de la cuarta noche el Tecti daba por terminada la vela. Cuando fallecía un recién nacido la madre guardaba la leche materna durante cuatro días y no se la daba a ningún otro niño; por otro lado a todos los difuntos a los cuatro días de fallecidos se les ponía todo tipo de comida porque se creía que ese día el difunto llegaba a despedirse de su caso (en ambos casos a este sacrificio se le conoce como Na Uitia), en la cama ponían un recipiente con agua con una vela encendida y los parientes esperaban su llegada recitando oraciones. Todos los fallecidos eran enterrados en sus casas sentados, vestidos y con todos sus bienes.[3]

La cultura es todo aquello que definía y diferenciaba a los habitantes de este señorío de sus vecinos, a su vez dentro de la cultura hay elementos que son compartidos y comunes en las demás naciones del posclásico tardío o protohistórico mesoamericano durante la cual está nación existió.[70]​ La fase cultural en la que se encontraban todas las expresiones artísticas y culturales de este señorío es denominada fase Cuscatlán.[71]

El arte de los habitantes de este señorío era principalmente de carácter religioso y se manifestaba en su escultura, cerámica y arquitectura; a su vez muestra las características generales del arte mesoamericano del posclásico tardío.[70]

La escultura se manifestaba principalmente en estelas, figuras antropomorfas y zoomorfas, y en los yugos, palmas y hachas; las estelas eran monumentos tallados en piedra que eran más toscos que los hechos por los mayas durante el período clásico, las figuras antropomorfas y zoomorfas representaba a las divinidades, de estas figuras pueden mencionarse las estatuas de Xipe Totec que se han encontrado en varios sitios, por otro lado como se dijo anteriormente estás esculturas de dioses estaban ubicadas pueblo en unas casas largas y angostas construidas sobre una plataforma ceremonial; los yugos, palmas y hachas eran objetos que se han encontrado en los juegos de pelotas y que eran finamente labradas.[70]

Casi todos las poblaciones de este señorío estaban ubicadas entre valles con muy pocas excepciones que estaban fortificadas encima de una superficie orográfica (cerro, loma, etc) a diferencia de los posclásico temprano (antes que surgiera el señorío) donde la mayoría estaba fortificada sobre una loma o cerro; esto es un reflejo de la consolidación del poder y el surgimiento de este señorío.[15]

Las viviendas de la población común o plebeyos eran ranchos pajizos y estaban hechos de materiales fácilmente destructibles y en tamaño eran todas iguales pero variaba según la zona donde habitaban. Las casas de los habitantes que poblaban el área costera tenían paredes hechas de madera de mangle (estas paredes eran similares a las de una empalizada) y tenían techos de palma; mientras que las viviendas de los que habitaban en el interior tenían paredes hechas de bahareque, utilizaban distintos tipos de madera para la estructura del techo y este a su vez estaba cubierto por zacate.[70]

Las viviendas de las nobleza estaban hechas de un material más duradero, no era tan grandes pero tenían cierto arte en su disposición. Las pirámides eran pequeñas en tamaño a comparación de las hechas durante los períodos preclásico y clásico; a su vez al igual que los templos estaban construidas sobre una plataforma ceremonial; como se dijo anteriormente el palacio o teupa del Tecti estaba ubicado a la par de la pirámide principal. Entre los palacios y las demás casas de las noblezas y las pirámides, templos y las casas de los sacerdotes se encontraban plazas rodeadas por las mismas construcciones. A la par de esas construcciones, también había canchas para el juego de pelota.[70]

La fabricación de cerámica era un arte primordial y muy necesario para los habitantes de este señorío debido a que la mayoría de los distintos tipos de alfarería eran utilizada principalmente como utensilios y recipientes; por otro lado los sacerdotes ocupaban la alfarería para distintos usos ceremoniales.[70]

La cerámica se diferenciaba de la cerámica de la fase Guazapa del posclásico temprano (antes que surgiera el señorío) en que el inventario cerámico fue simplificado, desaparecen las cerámicas foráneas mientras que las cerámicas locales continuaron, por otro lado los grupos cerámicos que sugirieron eran de desarrollo local y compartían rasgos con la cerámica fabricada en las tierras altas de Guatemala durante el posclásico tardío o protohistórico.[72]

La cerámica de este señorío se restringía a vasijas en formas de cuencos (con paredes curvas y rectas) y cántaros globulares de cuellos altos (que tienen dos o tres asas y pueden ser compuestos), que en su mayoría eran de color natural y solamente alisados, en algunos casos a las vasijas se les aplicaba un delgado baño en el interior y el exterior.[72]

Los principales grupos cerámicos eran Joateca, Marihua, Chinautla, Ahuachapán, Güisnay, Cuscatlán y Teshcal. El grupo Joateca se expresa en ollas y comales; el grupo Marihua se encuentra como cuencos hemisfericos (con 3 soportes y pintura roja con líneas muy anchas en el interior), cajetes trípodes (con soportes acuminados largos) y jarras (con cuellos altos y dos asas equidistantes), es una cerámica de desarrollo local para uso doméstico que se originó en el posclásico temprano; Chinautla se manifiesta en forma de platos, cuencos y cántaros, se la considera originaria del área pokomam de Guatemala; Ahuachapán se producía en cuencos, sartenes y comales, y era principalmente fabricado en la población homónima; Güisnay se manifestaba en cuencos y jarras; Cuscatlán se presentan como cuencos (con bases planas y paredes divergentes con tres soportes; y cuencos hemisfericos) y cántaros (con cuellos altos, bordes evertidos y tres asas verticales de correa y de sección aplanada), muy probablemente fuese la cerámica producida en Apopa; Teshcal se manifestaba como cuencos (con bases aplanadas y paredes ligeramente divergentes), molcajetes y cántaros (con asas de correa aplanadas, cuellos largos y borde evertidos). Todas las cerámicas descritas anteriormente eran fabricadas principalmente para uso doméstico[73]

Otros tipos de cerámica eran los incensarios y cabezas modeladas de cerámica que en algunos estaban combinadas en una sola pieza; un tipo de incensario eran los sahumerios estos tenían mangos huecos, eran elaborados en forma de cabeza de reptil u otras formas y eran pintadas con pigmento fugitivo blanco y/o azul; otro tipo de cabezas modeladas de cerámica eran los vasos que representan a Tlaloc.[2][70]

La industria lítica era un arte de vital importancia ya que a través de este se fabricaban herramientas, utensilios, armas (tanto para la cacería y pesca como para la guerra) y también para uso ceremonial; la lítica desarrollada y distintiva de este señorío eran: puntas bifaciales de obsidiana (fabricadas a partir de navajas prismáticas, por otro lado la obsidiana provenía principalmente de Istepeque) y metates planos con tres soportes.[2]

Manifestaciones artísticas como el canto, danza, música, dibujo y pintura, fueron también practicados por los artistas de este señorío, las primeras tres eran parte principal de las celebraciones religiosas populares, como instrumentos musicales los habitantes de este señorío tenían flautas o chirimías, pitos, conchas de caracoles marinos, caparazones de tortugas, sonajas de jícara o de barro y el tun (llamado en el actual México como teponaztli; por otro lado, este instrumento era un tipo de tambor de madera ahuecadas con dos lengüetas para una mejor percusión).[70]

El desarrollo de la ciencia y tecnología estaba a la par con el adelanto cultural de los demás pueblos mesoamericanos; la adaptación a su propio medio y la práctica de los labores más indispensables para satisfacer sus necesidades, fueron la fuente de varios conocimientos científicos.[70]

La escritura y numeración utilizada por los pobladores de este señorío eran las mismas utilizadas por las naciones Nahuas de lo que hoy es México. No existen códices pipiles en la actualidad pero si hay referencia sobre su existencia, tal y como lo mencionan: Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán y el cronista Antonio de Herrera.[70]

La escritura de este señorío utilizaban signos que podían ser: pictográficos (representando simplemente el objeto sin otra idea asociada), ideográficos (usando símbolos para representar ideas y objetos abstractos) y fonéticos (representación gráfica de un sonido o pronunciación). Como papel se ocupaban el papel amate y la piel de venado.[70]

En el sistema de numeración los números del 1 al 5 tenían sus propios nombres, mientras que los nombres de los números del 6 al 9 representaban la sumatoria de 5 y los números del 1 al 4; para las decenas se podían ocupar un sistema vigesimal de base 20 o un sistema quintésimal de base 5 y en las centenas, millares y números superiores se combinaban los sistemas vigesimal y quintésimal.[74]

Francisco Antonio de Fuentes Guzmán menciona en su recordación florida varios manuscritos pipiles entre los cuales había unos provenientes de la Alcaldía Mayor de Sonsonate que le fueron proporcionados por el cura Juan de los Ríos, que era vecino de la villa de Sonsonate, uno de estos códices era al parecer una tasación de tributos llevado a cabo por un señor o tekú particular llamado Jotecusochil (este nombre fue escrito de la forma más similar posible del español, la forma correcta respetando la gramática pipil sería Tutekushuchit. En ambos casos significa: "nuestro señor flor" ya que proviene de "Tu-", nuestro; "Tekú", señor; y "Shuchit", Flor), de la cual menciona Guzmán que era de difícil interpretación debido a lo confuso o desconocimiento del significado de algunos caracteres, también mencionan que la unidad (el número 1) era representado por un punto o un dedo, el cinco por un renglón o por cinco puntos, igualmente incluye símbolos que antes de mencionar tal manuscrito ya había dicho su significado (como por ejemplo mencionan que un Zonte (el número 400) era representado por un círculo atravesado por una línea perpendicularmente), por último menciona que al final del manuscrito había unas casillas de tasaciones de tributos las cuales Guzmán dibujó en su libro.[75]

Este Señorío ocupaba y poseía los mismos calendarios de las demás naciones mesoamericanas (principalmente las naciones nahuas de lo que hoy es México) variando únicamente los nombres de algunos de los días; por lo tanto los habitantes de este Señorío ocupaban: un calendario civil de 18 meses de 20 días más 5 días conocidos como Nemontemi (teniendo en total 365 días y era conocido por los Mexicas como Xiuhpohualli) y un calendario religioso de 20 semanas de 13 días (con un total de 260 días y era conocido por los Mexicas como Tonalpohualli).[70]

Al combinarse los dos calendarios dichos anteriormente conformaba un ciclo que terminaba cada 52 años iniciando a la vez otro de la misma duración, lo cual era celebrado en un festejo conocido como fuego nuevo, según Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán este ciclo era representado como un haza de bastones atados.[70]

La ciencia médica estaba unida a la magia, adivinación y a los dioses por tal razón los sacerdotes eran quienes tenían la exclusividad de practicarla. los sacerdotes sabían el valor curativo de muchas plantas, lo cual era obtenido tras muchos años de estudio y de observación de su medio.[70]

Un producto medicinal de origen vegetal al que se le tenía mucha estima era la resina del árbol de bálsamo que crecía en la costa homónima. Por otro lado, en la población de Atiquizaya se hacía un betún llamada Axin (que se producía al cocer en agua un tipo de gusanos hediondos y ponzoñosos) que era ocupado para curar varias dolencias; en Ataco se extraían piedras de los intestinos de los venados (que son conocidas mundialmente como bezoares y que se los puede extraer de varios tipos de animales en otros lugares del mundo) que era ocupado como antídoto contra varios tipos de envenenamientos.[35]




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