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Ciudad de México D. F.



Claudia Sheinbaum
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Ciudad de México (abreviado como CDMX y anteriormente denominada Distrito Federal o D. F.)[nota 1]​ es una de las treinta y dos entidades federativas de México,[27][28][29]​ así como la capital de los Estados Unidos Mexicanos.[30][31]​ Se localiza en el Valle de México, a una altitud media de 2240 m s. n. m. Tiene una superficie de 1495 km², y se divide administrativamente en dieciséis demarcaciones. Su población ya supera los nueve millones de habitantes, con 9 209 944 habitantes de acuerdo con los resultados del XIV Censo de Población y Vivienda (2020). Sin embargo, cuando se considera también la Zona metropolitana del Valle de México,[32]​ suma entonces una población total de 21 804 515 de habitantes, lo que la coloca en el noveno puesto de las aglomeraciones urbanas más grandes y más pobladas del mundo, y con ello la más grande del continente americano y del mundo hispanohablante.[33]

Es el núcleo urbano más grande de la República mexicana y también su principal centro político, económico, social, académico, financiero, empresarial, turístico, cultural, de comunicaciones, de entretenimiento y de moda. Ha sido el escenario de varios de los acontecimientos históricos y mediáticos más importantes de dicha nación. Ciudad de México tuvo un PIB, en 2018, de 568,445 millones de dólares, mayor a las economías de países como Argentina, Colombia o Perú, también superando en PIB per cápita al estado brasileño de São Paulo.[13]​ con un crecimiento medio en ese año de 6.8 % (por encima de la media nacional); dichas cifras representaron el 17 % del total del PIB nacional, siendo la principal economía de México, además de significar una aportación del 27 % al crecimiento económico del país ese año.[34]​ Catalogada como ciudad global, es uno de los centros financieros y culturales más importantes del mundo, con una de las economías más dinámicas a nivel internacional, y es la número quince a nivel mundial, por el tamaño de su PIB.[35][36][37][38]

No hay consenso científico sobre la fecha de la fundación de la ciudad, pero pudo ocurrir a inicios del siglo XIV. Correlaciones hechas en el periodo de la Nueva España sugieren que la fundación fue llevada a cabo por los mexicas el 13 de marzo de 1325, en una isla del lago de Texcoco, con el nombre de Cuauhmixtitlan y renombrada México-Tenochtitlan por Acamapichtli en 1376 como homenaje al caudillo Ténoch. Ese núcleo urbano se convirtió, con el tiempo, en la capital del Imperio mexica. El 13 de agosto de 1521, los mexicas fueron derrotados con la toma de la ciudad, a manos de los españoles y sus aliados indígenas al mando del conquistador español Hernán Cortés, acontecimiento que marcó el inicio de la época virreinal.[39]

En 1535, se creó oficialmente el Virreinato de la Nueva España y se estableció la nueva Ciudad de México encima de la antigua México-Tenochtitlan, reconocida por una cédula real, de 1545, como Muy Noble, Insigne, Muy Leal e Imperial Ciudad de México por Carlos I de España.[40]​ En ese momento, fue declarada capital del virreinato, y funcionó a partir de entonces como centro político, financiero y administrativo de los territorios del Imperio español en Norteamérica, Centroamérica, Asia y Oceanía. El dominio español de esa época sobre la ciudad capital llegó a su fin cuando concluyó la guerra de independencia en 1821, con la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad. El estatus de sede de gobierno fue ratificado en el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, que la nombraba Capital del Imperio.[41][39]

En 1823, con la proclamación de la Primera República Federal, terminó de manera oficial el Primer Imperio mexicano (1821-1823), y el 18 de noviembre de 1824 el Congreso decidió crear un Distrito Federal (es decir, una entidad distinta a los demás estados) para albergar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en un territorio que no perteneciese a ningún estado en particular, a fin de evitar la hegemonía de un estado sobre los demás de la federación. Gracias a fray Servando Teresa de Mier y a algunas otras personas que apoyaron su causa, Ciudad de México fue elegida como el lugar donde se concentrasen los poderes de la unión.[42]

En 1929, se extinguieron las libertades municipales del Distrito Federal.[43][44]​ Las progresivas modificaciones al estatus de la ciudad comenzaron en 1988 con la conformación de un órgano legislativo de elección popular (la Asamblea de Representantes del Distrito Federal); continuaron en 1997 con la elección de un poder ejecutivo propio (jefe de Gobierno del D. F.); y concluyeron en 2016 con la reforma política que redactó su propia constitución política (entró en vigor plenamente en 2018); este proceso político también concluyó otorgándole en la carta magna federal los mismos derechos y facultades de cualquier estado, pero que, considerando su categoría de capital de la república, conserva la denominación de entidad federativa; también se dejan de emplear los nombres México D. F. y Distrito Federal para usar únicamente el término Ciudad de México.[45][46][39]

En Ciudad de México se encuentran enclavados cuatro de los treinta y cinco sitios Patrimonio de la Humanidad con los que cuenta el país: el Centro Histórico, Xochimilco, el Campus Central de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Casa y estudio de Luis Barragán. En 1968, fue la primera ciudad de Latinoamérica y del mundo de habla hispana sede de unos Juegos Olímpicos.

La ciudad cuenta con la segunda mayor cantidad de museos (151) en el mundo, solo por debajo de Londres.[47]

Los indicios más antiguos de ocupación humana en el territorio de Ciudad de México son los de la «Mujer del Peñón» y otros encontrados en San Bartolo Atepehuacan (Gustavo A. Madero), y se creía que correspondían al período Cenolítico Inferior (9500-7000 a. C.).[48]​ Sin embargo, recientes estudios ubican su antigüedad en 12 700 años, y su origen, por su ADN mitocondrial, como asiático.[49]

Durante los primeros tres milenios antes de nuestra era, bajo el influjo o a la sombra de la cultura olmeca, se desarrollaron aquí varias poblaciones importantes como Cuicuilco. Hacia el final del Preclásico, la hegemonía cuicuilca cedía ante el apogeo de Teotihuacan, localizada al noreste del lago de Texcoco. Durante el Clásico esa ciudad fue un núcleo que concentró a la mayor parte de los pobladores de la cuenca lacustre, quedando Azcapotzalco como uno de sus satélites en la ribera poniente, ocupado por pueblos de ascendencia otomí. En el oriente del lago, el cerro de la Estrella fue la sede de un pequeño pueblo teotihuacano.

Hacia el siglo VIII comenzó la decadencia de Teotihuacan. Algunos de sus habitantes se trasladaron a la ribera del lago de Texcoco, donde fundaron pueblos como Culhuacán, Coyoacán y Copilco. La zona fue destino de las migraciones de los teochichimecas durante los siglos VIII y XIII, pueblos que originarían a las culturas tolteca y mexica. Estos últimos llegaron hacia el siglo XIV para establecerse primero en las orillas del lago.

Debido a su origen mitológico, no hay consenso científico sobre la fecha de la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlan pero pudo ocurrir a inicios del siglo XIV.[50][51]​ Fuentes del siglo XVI que hicieron correlaciones de los antiguos calendarios con los occidentales la situaron en 1325[52]​ —2 casa en la cuenta calendárica mexica— o en 1345, en un islote al centro de la zona lacustre. Algunos años más tarde una fracción de los mexicas que migraban desde el norte del país habrían fundado la ciudad de México-Tlatelolco en otro islote al noroeste.[53]​ Más tarde, en 1428 Tenochtitlan, Tetzcoco y Tlacopan establecieron la Triple Alianza[54]​ la cual fue dominada por los mexicas que crearon un imperio en un territorio de cerca de 300 000 kilómetros cuadrados. Como parte de esta expansión, Tenochtitlan conquistó a la otra ciudad de origen mexica de Tlatelolco en 1473,[53]​ que dada su cercanía, se unieron en una sola zona urbana. Al momento de la llegada de los españoles, México-Tenochtitlan era una de las urbes más grandes del mundo antiguo contando, basado en estimaciones modernas, con un estimado de 300 000 personas.[55][56]

Los españoles llegaron al territorio que actualmente es Ciudad de México por Iztapalapan, en julio de 1519. Siguieron su camino por la calzada de Iztapalapan hasta la capital tenochca[57]​ donde Hernán Cortés fue recibido por Moctezuma Xocoyotzin el 8 de noviembre de 1519. En 1520, Pedro de Alvarado (en ausencia de Cortés) arremetió contra los mexicas en la Matanza de Tóxcatl. Este hecho fue el punto por el que los mexicas iniciaron hostilidades contra los invasores europeos.

Durante la conquista Hernán Cortés tuvo como ayudante y traductora a Malintzin, mejor conocida como La Malinche, quien le ayudó a comunicarse con los aztecas.

En sustitución de Moctezuma quien fue linchado por su pueblo tras ser obligado por los españoles a convencerlos de cesar las hostilidades, Cuitláhuac fue elegido tlatoani de México-Tenochtitlan, encabezando la resistencia contra la ocupación española, derrotó a los invasores y sus aliados indígenas el 30 de junio de 1520 en el episodio conocido como «La Noche Triste». Por aquella época también tuvo lugar una desastrosa epidemia de viruela, que cobró miles de vidas, entre ellas la del propio Cuitláhuac. Como sustituto de Cuitláhuac fue elegido Cuauhtémoc, quien enfrentó el asedio de los españoles aliados con los indígenas del valle de Puebla-Tlaxcala.

Cuauhtémoc se rindió luego de múltiples derrotas de los mexicas y tlatelolcas a manos de la epidemia de viruela y el hambre, el 13 de agosto de 1521 al ser capturado en Tlatelolco.

En 1521 Cortés decidió establecer en la antigua Tenochtitlan la capital de la Nueva España, por lo que ordenó su reconstrucción ya que había sido destruida durante la guerra de conquista. Entretanto se reconstruía, estableció el gobierno español en la población de Coyoacán, al sur del lago de Texcoco. Desde allí gobernó provisionalmente con el título de Capitán General que le ratificó el emperador Carlos V. Desde esta población de Coyoacán partieron las expediciones de conquista de lo que había sido el imperio mexica, con el propósito de someter a los pueblos indígenas de los diversos rumbos de lo que sería el reino de la Nueva España. En 1528 fue establecida la Primera Audiencia de México, encabezada por Nuño de Guzmán y en 1535 se estableció el virreinato de la Nueva España, siendo su primer virrey, Antonio de Mendoza, quien continuó con la expansión territorial de la conquista española.[58]

Los pueblos situados alrededor del lago (como Tacuba o Xochimilco) fueron frecuentemente entregados en encomiendas en el siglo XVI, pero paulatinamente pasaron a depender solo de los oficiales del rey. La ciudad de México se dividió en barrios (que se asentaron sobre las estructuras territoriales de los calpultin mexicas). Estos barrios de indios estaban situados originalmente en la periferia, aunque con el crecimiento urbano y la migración por razones de trabajo, los límites fueron cada vez menos claros, y los indios llegaron a vivir en el centro de la ciudad. Al mismo tiempo tuvo lugar un proceso de asimilación cultural y educación de los naturales, en escuelas situadas en conventos y parroquias. Hubo una intensa campaña de educación de los indios, encabezada primero por los franciscanos, quienes además de la doctrina enseñaban artes y oficios. Los franciscanos también establecieron el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco para los hijos de la nobleza indígena, donde entre otros conocimientos avanzados, los alumnos aprendían el latín. A fines del siglo XVI este Colegio entró en decadencia.[59]

Durante el virreinato, Ciudad de México se llenó de suntuosas construcciones, ya fuera para el culto religioso, como edificios destinados a la administración, o bien, residencias de la élite, rodeada de barrios de clases humildes. La idea de las dos repúblicas —de indios y españoles—, fue desbordada por la realidad de una población mestizada, donde las categorías de español o indio no dependían únicamente del origen étnico. De ahí que no podamos hablar de la existencia de una «ciudad de españoles» rica, frente a una «ciudad de indios» pobre. Así, a finales del siglo XVIII, en las calles más céntricas de la ciudad:

La ciudad virreinal fue víctima de varias inundaciones (1555, 1580, 1607, 1629, 1707, 1714, 1806). Este hecho llevó a tomar la decisión de desecar la cuenca lacustre del Valle de México, por medio de la construcción de un canal de desagüe y un tajo, para drenar y dar salida a las aguas por el río Tula.

Tras la ocupación francesa en la Península, el Ayuntamiento de México se declaró simpatizante de la creación de una Junta soberana que gobernara la Nueva España mientras durara la ocupación. Los miembros más radicales, como Francisco Primo de Verdad y Melchor de Talamantes, pensaban que la independencia debía ser definitiva. La Junta de México contaba con el apoyo del virrey José de Iturrigaray. Sin embargo, un movimiento reaccionario puso presos a los miembros del ayuntamiento en 1808 y consiguió la destitución del virrey.

Tras el inicio de la revolución independentista en Dolores, Guanajuato, el objetivo de las tropas insurgentes era la captura de la capital. Sus caminos los llevaron a las inmediaciones de Ciudad de México. Hidalgo y su ejército llegaron a San Pedro Cuajimalpa poco tiempo después de proclamar la independencia en Dolores. Derrotaron a los realistas en la batalla del Monte de las Cruces, y a pesar de ello, los insurgentes decidieron volver al Bajío sin tomar la capital.

A partir de entonces, el valle de México no volvió a ser objetivo militar de los independentistas, y se había convertido en la plaza fuerte del ejército realista. Hacia 1820, cuando la revolución popular estaba casi extinguida, Ciudad de México fue la sede de nuevos movimientos contra el gobierno virreinal. Esta vez, los conspiradores eran los mismos que habían logrado la destitución de Iturrigaray, que tras la aprobación de la Constitución de Cádiz vieron amenazados sus privilegios. Entre ellos estaba Agustín de Iturbide, quien selló un pacto (Plan de Iguala) con Vicente Guerrero (jefe de la revolución en el sur de México) y luego obligó a Juan O'Donojú a firmar los Tratados de Córdoba que declaran la independencia de México. El Ejército Trigarante entró triunfante a Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, después Agustín de Iturbide es proclamado emperador del Primer Imperio Mexicano, por el congreso, coronándose en la Catedral de México.

Tras la independencia, Ciudad de México era capital del estado del mismo nombre. El 18 de noviembre de 1824 el Congreso decidió crear un distrito federal, entidad que albergaría los poderes federales. El territorio del Distrito Federal se conformó con Ciudad de México y otros seis municipios: Tacuba, Tacubaya, Azcapotzalco y Mixcoac, el 20 de febrero de 1837.

En esta época se vivió un período de luchas internas, dos invasiones extranjeras (la francesa y la norteamericana) y una guerra civil que terminó con el triunfo de los liberales y el gobierno de Benito Juárez.

Durante su régimen se implantaron Las Leyes de Reforma, las cuales planteaban un examen de las bases históricas y filosóficas de la sociedad mexicana. Negaban tanto el pasado indígena como el catolicismo europeo al promover la disolución de las asociaciones religiosas y la propiedad comunal indígena; proponían la separación de la Iglesia y el Estado; la desamortización de los bienes eclesiásticos y la libertad de enseñanza (disolviendo las órdenes religiosas que las monopolizaban).

Durante el siglo XIX, el Distrito Federal fue el escenario central de todas las disputas políticas del país. Fue capital imperial en dos ocasiones (1821-1823 y 1864-1867), y de dos Estados federalistas y dos Estados centralistas que se sucedieron tras innumerables golpes de Estado en el espacio de medio siglo antes del triunfo de los liberales tras la Guerra de Reforma. También fue el objetivo de una de las dos invasiones francesas a México (1861-1867), y ocupada por un año por las tropas estadounidenses en el marco de la Guerra de Intervención estadounidense (1847-1848).

Hacia finales del siglo XIX, en el marco del Porfiriato, el gobierno de México decide realizar numerosas obras urbanísticas que si bien tenían como centro de atención Ciudad de México, terminarían por afectar a todo el territorio del Distrito Federal. Entre ellas se encuentra la construcción del Gran Canal del Desagüe, iniciado hacia 1878 y terminado en 1910. Está obra puso casi al borde de la extinción a los lagos que cubrían buena parte del territorio capitalino. Se introdujeron barcos de vapor para el transporte a través de los canales del valle, y tranvías para el transporte terrestre.

En 1910, comienza la Revolución mexicana triunfando en su primera etapa Francisco I. Madero y exiliando al presidente Porfirio Díaz, durante el breve periodo presidencial de Madero se sucede en la ciudad el hecho conocido como la «Decena Trágica» que fue un periodo de 10 días de combates que sacudieron a la ciudad en febrero de 1913, cuando un grupo de rebeldes encabezados por Bernardo Reyes, Félix Díaz y Manuel Mondragón —y parte del ejército mexicano— derrocaron y asesinaron al presidente Madero.

La Revolución mexicana dio fin a la larga presidencia de Porfirio Díaz y marcó el inicio del siglo XX mexicano. Durante la guerra, el Distrito Federal fue ocupado sucesivamente por los maderistas, los zapatistas y villistas y finalmente los carrancistas. Esta última facción sería sustituida por el llamado Grupo Sonora, que a su vez daría lugar al Partido Revolucionario Institucional (y sus antecedentes) que dominó el gobierno de México desde 1929 hasta el año 2000.

Motivado por conflictos políticos con sus adversarios y argumentando un mejor control de la administración,[61]​ el entonces candidato a la presidencia Álvaro Obregón envió el 18 de abril de 1928[62]​ a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una iniciativa de ley de reforma al artículo 73 de la Constitución.[62]​ En ella propuso suprimir el régimen municipal en el Distrito Federal, con lo que las trece municipalidades existentes en su territorio desaparecieron y el gobierno pasó a mandato del presidente de la república, el cual administraría el territorio con un Departamento Central, y designaría a discreción el o la regente, el o la procuradora de justicia así como la intervención en la designación de los futuros delegados. La reforma fue aprobada por mayoría, con 185 votos a favor y 21 en contra[62]​ de la fracción del Partido Laborista Mexicano, liderada por Vicente Lombardo Toledano.[63]​ Dicho instituto político tenía en la época gran parte del control político de las municipalidades del distrito,[62]​ y uno de sus personajes relevantes, Luis N. Morones, buscaba como Obregón la presidencia.[62]​ La nueva Ley Orgánica del Distrito y Territorios Federales que determinaba estas nuevas disposiciones fue publicada el 20 de agosto en el Diario Oficial de la Federación y entró en vigor el 31 de diciembre de 1928,[61]​ sin que Obregón llegara a verla implementada ya que fue asesinado poco después de ganar la reelección, el 17 de julio.

Más tarde, en 1970, fue promulgada una ley que dividió la entidad en dieciséis delegaciones políticas cuyos pobladores estuvieron imposibilitados de elegir representantes y gobiernos locales hasta 1997.

Con el período de apogeo económico conocido como «milagro mexicano» (décadas de 1950 y 1960), Ciudad de México vivió una época de urbanización sin precedentes en el país. Su población se duplicaba en menos de veinte años, y fue absorbiendo poco a poco a los poblados cercanos, hasta desbordarse del territorio del D. F. Fueron inauguradas numerosas obras públicas en ese período. Entre ellas se puede citar a la Ciudad Universitaria cuyos planes de construcción se remontan a 1929, cuando dos estudiantes de arquitectura presentan como tesis, un proyecto de Ciudad Universitaria. La zona en la que proyectaron su plan fue en Huipulco, también al sur de la Ciudad. Pero es hasta 1945, cuando por decreto se formula y aprueba una ley «sobre la fundación y construcción de Ciudad Universitaria». Otra construcción emblemática es el Estadio Azteca.

También a partir de 1950, Ciudad de México fue el escenario de numerosas expresiones de inconformidad contra el gobierno priista. En la década de 1950 tuvo lugar la protesta de los ferrocarrileros, que terminó con el encarcelamiento de varios de sus líderes (como Demetrio Vallejo).

En 1968, los estudiantes de numerosas escuelas públicas y privadas también iniciaron una serie de protestas que concluyeron con la Matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre, por el Ejército Mexicano. Tres años más tarde, el 10 de junio de 1971 una manifestación de estudiantes de la Escuela Normal Superior fueron atacados por el Gobierno, en lo que se conoce como Jueves de Corpus. El 19 de septiembre de 1985, Ciudad de México se vio gravemente dañada por un terremoto de 8,1 grados Richter. A partir de entonces, la sociedad civil capitalina comenzó a tomar cada vez más en sus manos el control de aquellos espacios que el Estado había dejado abandonados. Como resultado de lo anterior, en las controvertidas elecciones federales de 1988, el PRI fue derrotado ampliamente en el Distrito Federal por el FDN.

En la década de 1980 las peticiones de mayor representación política se incrementaron,[64]​ por lo que en 1987 se realizó una reforma constitucional que creó la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, que funcionó de 1988 a 1994. A partir de ese año otra reforma legal elevó el rango a Asamblea Legislativa del Distrito Federal y sus integrantes se convirtieron en legisladores.

Para 1997 el Distrito Federal eligió a su jefe de gobierno por primera vez en su historia. En esa ocasión el PRI perdió el control político de la ciudad a manos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y su candidato, Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano. Desde entonces, este partido ha ganado las elecciones para jefe de Gobierno del Distrito Federal en cuatro ocasiones consecutivas (1997, 2000, 2006, 2012).

Las últimas elecciones de la Ciudad de México (2018) tuvieron como resultado la victoria de Claudia Sheinbaum como jefe de Gobierno electo de la Ciudad de México, perteneciente a la coalición Juntos haremos historia de Morena, PT y Partido Encuentro Social, por el periodo comprendido de 2018 a 2024, obteniendo más del 47.05 % de votos, dejando detrás a sus oponentes, Mikel Arriola del PRI, Alejandra Barrales Magdaleno contendiente por la coalición Por México al Frente de los partidos PRD, PAN y el partido de Movimiento Ciudadano, Purificación Carpinteyro por Nueva Alianza, Marco Ignacio Rascón Córdoba del Partido Humanista, Mariana Boy Tamborriel por el PVEM y finalmente Lorena Osorio Eliozondo como candidata independiente.

La toma de posesión de Claudia Sheinbaum como jefe de Gobierno de la Ciudad de México tuvo lugar el 5 de diciembre de 2018, con lo cual concluyó el periodo de gobierno de Miguel Angel Mancera.

En la etapa de los gobiernos anteriores, se aprobaron una ola de políticas liberales, convirtiéndose así en la primera entidad federativa de México en reconocer legalmente las uniones entre personas del mismo sexo. Esto ocurrió con la aprobación de la Ley de Sociedades de Convivencia en la Asamblea Legislativa Capitalina. En abril de 2007 también se convirtió en la primera entidad federativa en despenalizar el aborto antes de las 12 semanas de embarazo,[65]​ ley que fue criticada en su tiempo por la Iglesia católica y por las organizaciones conservadoras.[66][67]

El 29 de enero de 2016, se promulgó y publicó el decreto de reforma constitucional por la que el Distrito Federal dejaba de existir para convertirse, a partir del día siguiente, en una entidad con plena autonomía dentro de la federación bajo el nombre de Ciudad de México; continuará conservando el carácter de capital de la República y seguirá albergando los poderes de la unión.[68]​ Este cambio a ciudad-estado es similar a la existente organización territorial de las capitales de otros países, tales como Alemania o Austria.[69][70]

Algunos de los cambios más relevantes de esta nueva designación son:[71][72]


Originalmente buena parte del territorio de la actual Ciudad de México fue ocupado por el sistema de lagos de la cuenca de México. Esta se formó hace más de un millón de años con la aparición de la sierra de Chichinauhtzin, que represó a los ríos que corrían hacia el sur y produjo que las aguas se acumularan formando un gran lago; posteriormente, la cuenca fue abierta por obra del ser humano a través de la construcción de los tajos de Huehuetoca y Nochistongo, en el Estado de México, para desviar al río Cuautitlán que era el que causaba las inundaciones en aquella época. La decisión de desecar el sistema lacustre fue tomada durante la época virreinal. Aunque estas obras se realizaron como consecuencia de la inundación de 1629, fueron incapaces de evitar que Ciudad de México se anegara en repetidas ocasiones entre los siglos XVII y XVIII.

El 17 de marzo de 1900, el presidente Porfirio Díaz inauguró el Sistema de Desagüe del Valle de México, que continúa en funciones e impide el crecimiento de los cuerpos de agua en el suelo capitalino. Los últimos remanentes de los cuerpos de agua son los sistemas de canales que riegan la chinampería de Xochimilco y Tláhuac, así como los humedales de Tláhuac.

A partir de la construcción de las grandes obras que tenían como propósito la desecación de los lagos, la cuenca de México quedó integrada artificialmente por medio tanto del Gran Canal del Desagüe como por el río Cuautitlán, a la cuenca del río Moctezuma, que forma parte de la región hidrológica del río Pánuco. La explotación de los recursos hídricos con propósitos de consumo humano e industrial provocaron la desaparición de los manantiales de las zonas aledañas. Durante el siglo XIX, desaparecieron los manantiales de Chapultepec. En el siglo XX, muchos de los manantiales de Xochimilco y Atlapulco fueron canalizados para abastecer de agua al centro de la ciudad hasta su agotamiento. Desde de la década de 1980, los canales de Xochimilco, Mixquic y Tláhuac son alimentados con aguas tratadas de la planta del cerro de la Estrella.

El agua de los ríos que aún bajan a Ciudad de México es conducida al lago de Texcoco o al Gran Canal del Desagüe para ser drenada hacia el golfo de México, a través del sistema Tula-Moctezuma-Pánuco. Los únicos cursos de agua que sobreviven en la entidad federativa nacen en la sierra de las Cruces o en el Ajusco, y son de poco caudal. Muchos de ellos corren entre barrancas que han sido ocupadas por asentamientos humanos, lo que pone en peligro tanto a los habitantes como a los ecosistemas asociados al río. Ejemplos de estos ríos son: San Joaquín, Tacubaya, San Ángel, Barranca del Muerto, Los Remedios, Río Hondo, Mixcoac, Magdalena, etc. El más largo de estos ríos es el Magdalena, que corre por el área protegida de Los Dínamos, antes de ser entubada y desembocar en el río Churubusco.

Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el territorio de la Ciudad de México se localiza en la provincia geológica de lagos y volcanes del Anáhuac. El límite norte de Ciudad de México está dado por la sierra de Guadalupe del que forma parte el cerro del Tepeyac. Hacia el centro oriente de la ciudad se localiza la sierra de Santa Catarina, una cadena de volcanes apagados cuyo punto más alto es el volcán de Guadalupe o El Borrego, que se eleva a 2780 msnm. En algunas descripciones de la geografía capitalina se suele incluir al cerro de la Estrella como parte de la sierra de Santa Catarina.

La planitud del valle de México, en el que se asienta la mayor parte de los habitantes de la Ciudad de México solo es interrumpida por pequeñas lomas y cerros, de los cuales destacan el Peñón de los Baños, localizado cerca del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Más al sureste, en la salida a Puebla, se levanta el Peñón Viejo. En el poniente de la ciudad se levanta el cerro de Chapultepec. Es un pequeño monte que marca el inicio de las serranías que recorren desde el oeste hasta el sureste de la Ciudad de México, y separan al valle de México de los valles de Toluca y de Morelos. La sierra de las Cruces es parte de ese sistema, de ella bajan la mayor parte de los ríos que aún surcan la Ciudad de México.

Al oriente de la sierra de las cruces se encuentra el volcán Ajusco, que es la cumbre más elevada del Distrito Federal, y da su nombre a la serranía que cierra la cuenca de México por el sur. Está cadena montañosa pertenece al Eje Neovolcánico y también recibe el nombre de sierra de Ajusco-Chichinauhtzin. Entre otros, forman parte de ella los volcanes Xitle, Chichinauhtzin, Tláloc y Teuhtli. La serranía del Ajusco aloja varios valles de tierra fría en los que sus pobladores practican la agricultura de trigo, avena y maíz. De ellos los más importantes es la meseta donde se asienta Parres, en Tlalpan; y el valle de Milpa Alta, que sube desde Tecómitl hasta San Pedro Atocpan, entre las faldas de los volcanes Teuhtli y Tláloc.[73]

Por su altura sobre el nivel del mar, la Ciudad de México posee climas que van desde el templado hasta el frío húmedo y tundra alpina en las partes más altas de las sierras del sur.

La zona urbana presenta un clima templado lluvioso, 16.6 °C de media, con temperaturas máximas superiores a 28 e incluso superando los 30 °C en algunos días del final de la primavera; en algunos días del invierno las temperaturas bajan a 0 °C en el centro histórico de la ciudad y a −10.8 °C en zonas periféricas.[74]

La temporada húmeda en la ciudad abarca de mayo a noviembre, si bien la pluviosidad es mayor entre los meses de junio y agosto. El patrón de las lluvias indica que son más abundantes mientras mayor sea la altitud de un sitio. Por ello, las partes bajas cercanas al vaso del lago de Texcoco suelen ser más secas que las cumbres del Ajusco. De igual manera, la altitud condiciona la temperatura y los ecosistemas en la Ciudad de México. La zona que comprende el norte de Iztapalapa, los territorios de Iztacalco y Venustiano Carranza y el oriente de Gustavo A. Madero es la región más seca y templada.

En la ciudad pueden ocurrir fenómenos meteorológicos extremos, como granizadas, que habitualmente se presentan entre mayo y septiembre con una frecuencia anual promedio de nueve episodios,[75]​ y pequeños tornados, que pueden ocurrir cada cierto tiempo. Las nevadas eran un fenómeno de ocurrencia esporádica hasta la década de 1920. El período entre 1878 y 1895 se caracterizó por la presencia de inviernos fríos,[76]​ de los cuales únicamente en 1880 no se presentó una tormenta invernal.[76]​ A raíz de la casi extinción del lago de Texcoco y del crecimiento de la ciudad y con ello la isla de calor urbano, que causan mayores temperaturas y que ya no se presente el fenómeno de nevada por efecto lacustre, la probabilidad de que una nevada vuelva a ocurrir es prácticamente nula. La última nevada en la ciudad ocurrió en 1967, cuando la población era de 7 millones de habitantes.[77]

El avance de la mancha urbana ha puesto en peligro a todos los ecosistemas que existieron en el valle de México. Los primeros en padecer la depredación por el género humano fueron los lagos. Asociados a ellos existieron arboledas de ahuejotes, una especie endémica de los lagos de México. También eran además el hogar de numerosas especies acuáticas, como el axolote o las garzas, que fueron perseguidas hasta su desaparición del valle de México.

De las montañas desaparecieron todas las especies mayores de mamíferos, especialmente los venados y algunos géneros de cánidos que fueron cazados para comercializar la carne o para defender el ganado. En las laderas y cuevas de los cerros se refugian especies más pequeñas, como los murciélagos, varios géneros de roedores y serpientes ponzoñosas y otras inofensivas.

Hacia la década de 1980, la situación ambiental de la Ciudad de México estaba al borde del desastre ecológico. El crecimiento de la actividad industrial hizo de la atmósfera de la otrora «región más transparente del aire» (según la frase de Alexander von Humboldt) una de las más contaminadas del planeta. El problema del abasto de agua se hizo más evidente, puesto que la ciudad no cuenta con fuentes propias y suficientes del líquido, y la demanda de la población y la industria superaban la oferta. El estudio actual de las fuentes de abastecimiento de agua para la Ciudad de México cobra así mucha importancia.[86]

Entre las primeras medidas que se tomaron para aliviar un poco la situación estuvo la introducción de un sistema de medición de la calidad del aire (conocido como IMECA). Los resultados de la medición señalaban que la polución del aire podría acarrear problemas graves de salud a los habitantes de la capital. Por ello se tomaron medidas complementarias destinadas unas a la reducción de contaminantes atmosféricos, y otras a la recuperación ecológica de la Ciudad de México. Por ejemplo, se implementó el programa Hoy no circula, para que las personas dejaran de usar sus automóviles una vez a la semana (dos, en los días que hubiese contingencia ambiental).

Como complemento de lo anterior, se recuperaron algunas regiones no urbanizadas de la Ciudad de México. En 1986, más de la mitad del territorio capitalino fue declarado Área de Reserva Ecológica por el presidente Miguel de la Madrid Hurtado. En años posteriores se emitió igual declaración para otras zonas del D. F. A pesar de todo ello, la presión de la urbe mantiene en peligro las zonas protegidas de la Ciudad de México.

La aceleración de la gravedad en la Ciudad de México (incluyendo la Zona Metropolitana) es de 9.78 m/s2.

La Ciudad de México cuenta con diversos parques y bosques, algunos de ellos clasificados como reserva natural protegida. Algunos de los principales parques y bosques ubicados en la Zona Metropolitana de Ciudad de México son los siguientes:

El territorio de la actual Ciudad de México ha sido históricamente una de las zonas más pobladas del país. Hacia principios de la época independiente, la mancha urbana de la ciudad se hallaba restringida más o menos a lo que hoy es la demarcación territorial de Cuauhtémoc. A principios del siglo XX, cuando Porfirio Díaz gobernaba México, las élites del Distrito Federal comenzaron una migración hacia el sur y el poniente. Pronto, pueblos como Mixcoac, la colonia Del Valle o San Ángel se convirtieron en sitios de recreo o descanso, gracias a los miembros de las clases altas de la ciudad. La tendencia de las clases acomodadas a trasladar su residencia al poniente de la ciudad se reforzó a lo largo de todo el siglo XX.

En los terrenos que fueron ganados al lago a causa de la desecación de la cuenca, se habilitaron nuevos fraccionamientos habitacionales, llamados colonias, con el propósito de dar cabida en ellas a los miembros de las clases medias y bajas. La primera de ellas fue la colonia Doctores. A ella siguieron otras como la colonia Obrera y la colonia Morelos —destinadas a la clase popular—, y la colonia Roma y la colonia Juárez —ocupadas por la burguesía porfiriana—.

En la década de 1950, el área urbana del Distrito Federal comenzó a desbordarse del territorio de las delegaciones centrales[92]​ hacia los terrenos desocupados de las delegaciones periféricas. En el transcurso de las décadas siguientes, la población de la Ciudad de México se multiplicó por dos en intervalos de veinte años, más o menos. El crecimiento se explica por la alta concentración de la actividad económica industrial en el valle de México. La concentración económica en el Distrito Federal estimuló la inmigración proveniente de los estados de la República, especialmente de estados pobres como Puebla, Hidalgo, Oaxaca y Michoacán.

Hacia la década de 1980, el Distrito Federal era la entidad más poblada de México. Tras el sismo de 1985, buena parte de la población de las delegaciones más afectadas se fue a residir a las delegaciones del sur del Distrito Federal. En 1990, la mancha urbana de la ciudad ocupaba una superficie mayor que en el censo anterior, con una población más reducida. A partir de entonces, la Ciudad de México, como entidad federativa únicamente, dejó de ser la entidad más poblada de México.[cita requerida]

Como consecuencia del crecimiento demográfico del Distrito Federal, en la década de 1970 los municipios mexiquenses aledaños al Distrito Federal quedaron conurbados a la zona urbana. Su integración en la zona metropolitana está relacionada con su condición de zonas industriales, lo que atrajo a buena parte de los migrantes que llegaron al valle de México por aquella época. En 1990 se definió que la ZMCM abarcaba las dieciséis delegaciones del Distrito Federal más treinta y ocho municipios del estado de México. Más recientemente, con el apoyo del gobierno local, los gobiernos estatales de México e Hidalgo y el gobierno federal definieron la Zona Metropolitana de la Ciudad de México como el área urbana formada por las 16 delegaciones del Distrito Federal, 40 municipios conurbados del estado de México y uno del estado de Hidalgo.[93]

Esta definición es positiva en el sentido de que todos los municipios están conurbados o cumplen con los requisitos de integración económica y social. También se aprobó la definición de la Zona Metropolitana del Valle de México, integrada por otros 18 municipios del estado de México (en total 58), como definición normativa, es decir, integrada por algunos municipios que todavía no se han conurbado pero que, dada la dinámica de crecimiento poblacional y geográfico, quedarán integradas en el futuro próximo.[cita requerida]

La mayor parte de los habitantes de la ciudad son mestizos (población con ascendencia mixta: europeo e indígena). A pesar de que en números relativos la población indígena no representa más del uno por ciento del total de la población capitalina, la Ciudad de México es el ámbito de población amerindia más amplio de México y de América, con más de 360 000 indígenas de casi todas las etnias del país. El mayor de los grupos étnicos que habitan en la Ciudad de México es el de los nahuas. Otros grupos indígenas que habitan en ella no son nativos de la región. Las comunidades indígenas migrantes más amplias de la Ciudad de México son los mixtecos, los otomíes, los zapotecos y los mazahuas, aunque se encuentran también los tlahuicas, los purépechas y grupos de origen maya. Las demarcaciones territoriales con el mayor número de indígenas son: Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Cuajimalpa.

Suele ocurrir que las generaciones de indígenas nacidos en la Ciudad de México se asimilen a la cultura cosmopolita dominante, aunque en las dos últimas décadas se observan movimientos reivindicativos de las culturas indígenas capitalinas. La mayor parte de los indígenas que viven en la Ciudad de México ha abandonado el uso de su lengua vernácula y la reserva para ciertos ámbitos de la vida doméstica,[94]​ a excepción de ciertas zonas de la demarcación territorial Milpa Alta, como Santa Ana Tlacotenco, en donde es una lengua usual paralela al español.[95][96]

Producto de la inmigración de origen internacional, la Ciudad de México también alberga la mayor parte de los extranjeros que radican en México. Las comunidades más amplias son los españoles, estadounidenses, argentinos, colombianos, franceses, italianos, chinos, coreanos, alemanes, libaneses, guatemaltecos, rusos, griegos, peruanos, turcos, cubanos, armenios y polacos, que forman el resto de la población capitalina con un menor porcentaje.[cita requerida]

Como en todo el país, el idioma dominante y oficial en la Ciudad de México es el español, hablado por la mayoría de los habitantes, aunque también se consideran lenguas originarias de la capital el náhuatl y el otomí.[cita requerida]

El idioma náhuatl es la lengua originaria más hablada en la capital del país y la que se hablaba mayoritariamente en la época anterior a la conquista española. Fue lingua franca cuando la capital mexica se llamaba México-Tenochtitlan. Actualmente solo se habla en las demarcaciones territoriales de Milpa Alta y Xochimilco.[cita requerida]

La segunda lengua originaria que sobrevivió a la conquista y al proceso de urbanización fue el otomí. Esta lengua aún la hablan algunos nativos capitalinos en la demarcación territorial de Cuajimalpa.[cita requerida]

La gran diversidad étnica en la Ciudad de México deriva en una gran diversidad lingüística de todo el país. En la capital de México se hablan una gran diversidad de lenguas indígenas, entre las que destacan el mixteco (pueblo mixteco, Guerrero-Oaxaca-Puebla), el zapoteco (Tehuantepec, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Veracruz) y el idioma mazahua (pueblo mazahua, procedente del estado de México), entre otras. Estas lenguas indígenas y sus variantes, a pesar de ser lenguas nacionales, llegaron al Distrito Federal por la migración de comunidades indígenas hacia la capital del país. Por consiguiente, puede decirse que México es uno de los países con mayor diversidad lingüística e intercambio cultural y, por eso, la ciudad es sinónimo de intercambio cultural y lingüístico. Prácticamente todas las lenguas indígenas de México se hablan en la Ciudad de México.[cita requerida]

Existen otras lenguas que se hablan en la Ciudad de México. Estas lenguas no tienen estatus de lengua nacional pero sí se enseñan y se hablan en sus comunidades. El inglés es la lengua más hablada y más estudiada después del español; le siguen el francés, el alemán, el italiano, el árabe, el chino, el japonés, el catalán, el vasco, el portugués, el romaní, el ruso, el yidis, el quechua y el hebreo.[cita requerida]

La mayor parte de los capitalinos son creyentes de la religión católica,[98]​ siendo en 2010 7 299 242 personas las que admitieron dicho credo. Aunque a efectos de la pregunta expresa de cuál es la religión que practican, muchos suelen decir que son creyentes, lo cual significa que se consideran adeptos al catolicismo, pero no son practicantes regulares. Las asociaciones religiosas existentes son 1 177; 760 son católicas y 417 de otros credos y existen 25 052 ministros de dichos cultos.[98]

Además, en la ciudad se encuentra la Basílica de Santa María de Guadalupe, un santuario de la Iglesia Católica dedicado a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado al pie del Cerro del Tepeyac, en la Ciudad de México, y pertenece a la Arquidiócesis Primada de México.[cita requerida]

La Basílica es el recinto dedicado a la Virgen María más visitado del mundo. Aproximadamente 27 millones de feligreses visitan este santuario cada año, de los cuales alrededor de 9 millones de peregrinos acuden en la fecha de festejo a la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre).[cita requerida]

La composición de creyentes en la Ciudad de México está compuesta de esta forma:

En paralelo a los cultos y religiones anteriores, han florecido en la capital mexicana otros menos ortodoxos, que recogen tradiciones populares no reconocidas como religión. Entre ellos está el culto a la Santa Muerte, que tiene su centro en la zona de Tepito y La Merced. Hay practicantes de santería de origen afroantillano, así como chamanismo, procedente principalmente de Oaxaca y de Veracruz.[cita requerida]

De acuerdo con los artículos 44 y 122 de la Constitución federal, y luego de la reforma política de 2016 (que derivó en la promulgación de su propia constitución), como sede de los poderes de la Unión, la Ciudad de México tiene un estatus distinto al de los estados de México. Posee los mismos derechos y facultades que cualquier estado pero, considerando su categoría de capital de la república, conserva la denominación de entidad federativa.[99][100]

El Distrito Federal se creó en 1824 con el territorio correspondiente a un círculo cuyo centro era el Zócalo y tenía un radio de dos leguas. En 1898, se fijaron los límites entre los estados vecinos y el Distrito Federal. A partir de entonces, el perímetro capitalino no ha sufrido grandes modificaciones, salvo pequeños cambios en el lindero oriental, realizados no sin el disgusto de algunas comunidades de la zona, que pasaron a formar parte del estado de México. A la Ciudad de México, al albergar los poderes federales y el asiento de órganos de autoridad local, se le reconocía una doble naturaleza; de ahí la permanente ambivalencia para referirse a ella, ya fuera como Ciudad de México o Distrito Federal, e incluso la combinación de ambos con el término México, D. F.

El asiento de los poderes federales en la Ciudad de México se admitió en el Constituyente de 1857 como una fórmula transitoria; se trató de una transacción a la que se llegó en el seno de esa asamblea. La segunda parte del artículo 44 determina la posibilidad teórica del traslado de los poderes federales a otro sitio, por decreto del Congreso de la Unión, e implicaría que la Ciudad de México se convirtiera en un estado. La evolución histórica de su estatus político ha estado ligado a los cambios políticos del país. Por lo anterior, entre 1927 y 1997 el presidente de la República ejercía la administración de la entidad a través del Departamento del Distrito Federal, que era encabezado por un regente. En 1993, el estatus del entonces Distrito Federal se modificó con la aprobación del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal,[101]​ que reconoció a los capitalinos el derecho a la elección de sus representantes a una Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

Este órgano funcionó entre 1991 y 1997, cuando fue reemplazada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). En 1997, fecha en la que entró en funciones la primera legislatura de la ALDF, los capitalinos también pudieron elegir por sufragio universal al jefe de Gobierno del Distrito Federal, elección que se realiza cada seis años, en la misma fecha que la del presidente de México. No obstante, bajo el esquema de territorio de la federación, todavía tiene facultades limitadas y sus decisiones están sujetas al veto presidencial o del Congreso de la Unión.[102][103]

La reforma política, que concluyó en 2016, había planteado la posibilidad, a través de modificaciones a la Carta Magna, de reformar el estatus político del entonces Distrito Federal, por las cuales el actual Estatuto de Gobierno sería sustituido por la Constitución de la Ciudad de México en el año 2018 y desaparecerían las delegaciones políticas para que se conviertan en Demarcaciones Territoriales, mismas que serían controladas por un gobierno de la nueva entidad federativa; que en gran medida solo dejaría de emplear los nombres México D.F. y Distrito Federal, para usar únicamente el término Ciudad de México; descentraliza el gobierno y amplia facultades de supervisión y consulta a los entes gubernativos de las demarcaciones, sin restituir los municipios, y en cambio creando alcaldías compuestas por un ente ejecutivo (alcalde) y un cuerpo colegiado deliberativo (concejales).[104][105][106][107]

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dispone que la Ciudad de México es el asiento de los poderes de la Federación. Sin embargo, también dispone que la residencia de los mismos puede trasladarse a cualquier otra parte del país, si así lo dispone el Congreso de la Unión. En tal caso, la Ciudad de México se convertiría en un estado en igualdad de condiciones con respecto a los otros estados de la Unión y con los nuevos límites territoriales que el Congreso le asigne.[cita requerida]

Sin embargo, desde la década de los ochenta han florecido pequeños movimientos que pugnaron por la erección del Distrito Federal en el estado treinta y dos de la Unión mexicana. Estos movimientos han sido retomados por los partidos políticos, especialmente los de izquierda. Por ejemplo, el Partido Popular Socialista en 1986 presentó una de las primeras propuestas para convertir al Distrito Federal en el estado del Anáhuac.[108]

La Ciudad de México, como una de las 32 entidades federativas del país, es autónoma en cuanto a su régimen interior, el cual, de acuerdo con su constitución local y en sincronía con la carta magna federal, es republicano, representativo, democrático, laico y popular; compuesto por 16 alcaldías o demarcaciones, base de su organización política y división territorial. De acuerdo con su ley fundamental, la soberanía y el poder público son origen y correspondencia del pueblo, y es este el que decide ejercerlo a través de un sistema de separación de poderes: jefe de Gobierno (Ejecutivo), Congreso local (Legislativo) y un Poder Judicial, depositado en distintas instituciones, cuya cabeza es el Tribunal Superior de Justicia.[109][110][111]

En lo que respecta al Congreso de la Unión, la Ciudad de México es representada en igualdad de condiciones que cualquier otro estado. En el Senado, es representada por tres senadores, dos electos por mayoría relativa y uno asignado a la primera minoría, y en la Cámara de Diputados, por el número de distritos acorde a su tamaño poblacional. En 2018, el Distrito Federal eligió 24 diputados.[cita requerida]

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México es el titular del poder ejecutivo de la entidad. Es elegido mediante voto directo y universal. Una vez electo, entra en funciones el 5 de diciembre del año de la elección. Su cargo dura un periodo de seis años, sin posibilidad de reelección; ni siquiera en el caso de haberlo desempeñado como interino, provisional o sustituto. El cargo solo es renunciable por causa grave, que deberá ser calificada por el Congreso Local. En caso de muerte, destitución o renuncia, asume de manera inmediata y provisional el cargo, el secretario de gobierno, después, con las reservas que contempla la constitución local, corresponde al Congreso nombrar un sustituto o interino.

La vigente Constitución local prevé dicho cargo en su título quinto, capítulo segundo, y es abordado por los tres apartados, y diversos puntos e incisos, que componen el artículo 32. En ellos se especifican las obligaciones, facultades, requisitos y restricciones al cargo; especificaciones que van desde el mando de la fuerza pública de la Ciudad (policía local y guardia nacional adscrita); la titularidad de las políticas económica, desarrollo social y de seguridad pública; la promulgación y ejecución de las leyes emitidas por el poder legislativo; proponer nombramientos a cargos que requieren aprobación del Congreso o el Tribunal Superior de Justicia, y diversas prerrogativas concedidas en otros artículos de la misma carta magna y las leyes locales.[112][113]

El jefe de Gobierno es la cabeza de la Administración Pública Local y es auxiliado por un gabinete compuesto por varias secretarías, dependencias locales, organismos descentralizados y direcciones generales, los cuales tienen a su cargo diversas carteras de interés público, además de distintos asesores adscritos a la oficina de la jefatura de gobierno.[cita requerida]

El Congreso de la Ciudad de México es el órgano depositario del poder legislativo en esta entidad federativa. Conformada como asamblea unicameral, se compone de 66 diputados, de los cuales 33 son electos por medio del voto popular y 33 por el principio de representación proporcional. Sus integrantes son electos por voto universal bajo los dos principios ya mencionados; los primeros de forma directa y los otros de acuerdo al sistema de listas plurinominales que establece la ley federal. La duración del cargo es de tres años con opción a una reelección inmediata, siempre y cuando sea representando al partido o coalición que postuló originalmente al diputado. Por cada diputado titular se elige un suplente; siendo este quien suplirá las ausencias temporales o definitivas de su compañero de fórmula.[114]

La constitución federal contempla este órgano en el artículo 122; en tanto que la carta magna local lo aborda en los tres artículos que componen el Capítulo II del Título V. En dicha sección se detallan las facultades, obligaciones, derechos, prerrogativas, requisitos y restricciones del cuerpo legislativo, que en términos generales están enmarcadas en aquellas políticas en las que la entidad es autónoma (régimen interno, presupuesto, ingresos, desarrollo social, seguridad pública, procuración e impartición de justicia —que no estén contempladas en el orden federal—) y que no estén adjudicadas en exclusividad al Congreso de la Unión.[115][116]

El Poder Judicial de la Entidad está integrado por el Tribunal Superior de Justicia (que cuenta con una Sala Constitucional), un Consejo de la Judicatura y los Juzgados locales y Tribunales especializados. Sus fundamentos se encuentran en el Título III, Capítulo III (abarcando seis apartados del artículo 35) de la Constitución Política de la Ciudad de México y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Ciudad de México. La administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial, con excepción del Tribunal Superior de Justicia, está a cargo del Consejo de la Judicatura. En este poder y su conjunto de órganos, se deposita la facultad de impartir justicia en todos los aspectos institucionales de la ciudad; la aplicación de las normas y principios jurídicos en la resolución de conflictos; y en todos los ámbitos de la aplicación del Derecho y la interpretación de las leyes en la sociedad (civil, penal, constitucional, mercantil, laboral, administrativo, fiscal, procesal, etcétera), siempre y cuando ninguno este contemplado en exclusividad para el Poder Judicial Federal.[117][118]

La Ciudad de México se divide internamente en 16 demarcaciones territoriales. Cada demarcación goza de autonomía en su capacidad para elegir a su propia Alcaldía (equivalente a los Ayuntamientos en los municipios, aunque con menores atribuciones), la cual es responsable, en la mayoría de los casos, de proveer todos los servicios públicos que requiera su población. La Alcaldía es encabezada por un alcalde, elegido cada tres años. Cada demarcación posee un órgano colegiado denominado Concejo, integrado por concejales de mayoría relativa y representación proporcional en función de su tamaño poblacional.[cita requerida]

La constitución local estableció en el capítulo VI del Título III la denominación oficial de demarcación territorial para las unidades administrativas en que se dividiría la ciudad, por lo cual la figura de delegado fue remplazada por la de alcalde. Dicho capítulo es el que describe las facultades y responsabilidades de las alcaldías, confiriéndole especialmente la administración de los servicios públicos más básicos (seguridad pública, agua potable, drenaje, alumbrado, panteones, mercados, parques, obra pública menor, servicios de limpieza, uso de suelo, desarrollo urbano y/o comunitario, transporte público, etc.), la acción legislativa de los concejales para ese fin, el cobro de impuestos a dichos servicios y cualquier otra facultad que le otorgue la constitución local, la ley orgánica de alcaldías y los reglamentos administrativos. La ley orgánica específica la estructura y organización política para cada demarcación y su correspondiente alcaldía de acuerdo a ciertas disposiciones[119][120]

También se les faculta para coordinar su organización con aquellos municipios del estado de México con los que constituyen, de acuerdo con la categorización del INEGI, la Zona metropolitana del valle de México. Cada demarcación territorial está integrada por pueblos, barrios y colonias, todas equivalentes a las localidades que son las poblaciones comunes en los estados. Pueblos y barrios son denominaciones que corresponden a unidades vecinales de gran antigüedad, algunos de ellos datan de la época prehispánica. Las colonias nacieron a partir de la expansión de la zona urbana de la Ciudad de México en los terrenos aledaños.

La Ciudad de México está conformada por 16 demarcaciones territoriales que, de acuerdo con el Artículo 52, Apartado 4, de la Constitución política de la Ciudad de México, son las siguientes:[121][122]

La Ciudad de México ha sido, durante buena parte de la historia del México independiente, su principal centro económico. En el siglo XIX, las municipalidades periféricas de la entidad poseían una economía basada en la agricultura y el comercio de los bienes producidos por esta actividad y otras manufacturas complementarias. Tanto los productos agropecuarios como los obrajes eran bienes de consumo cuyo principal punto de comercio era Ciudad de México. Esta, por su carácter de capital nacional, se especializaba en la prestación de servicios asociados a la administración pública. Algunos de sus habitantes también eran trabajadores agrícolas, pero casi todos ellos estaban concentrados en los sectores de servicios y la incipiente industria.

Durante el siglo XIX, las principales actividades industriales en el Distrito Federal fueron las ramas textil y papelera. A finales de ese siglo, durante el gobierno porfirista se introdujeron telares mecánicos en fábricas como La Magdalena o La Fama,[123]​ en tanto que la producción papelera florecía en Peña Pobre y Loreto. La industria capitalina se transformó hasta bien entrado el siglo XX, cuando se promovió un modelo de sustitución de importaciones.[124]

Entre las décadas de 1950 y 1980, el Distrito Federal llegó a producir hasta el 36 % del PIB nominal nacional.[125]​ Sin embargo, desde entonces el Distrito Federal ha disminuido su peso específico en el PIB nacional. A principio del siglo XXI, solo representaba el 25 % del total; esto, debido no a una disminución del potencial productivo del D. F. (que sigue siendo la primera economía del país), sino, en gran medida, por la descentralización del desarrollo económico y el crecimiento de varios estados.

Igualmente, el Distrito Federal daba empleo al 45 % de los trabajadores de la industria manufacturera de México en 1980, pero una década más tarde, la proporción había caído hasta el 33 %. De las quinientas empresas más importantes del país, en 1982 albergaba a 257 de ellas. Siete años más tarde solo permanecían en la capital mexicana ciento cuarenta y cinco.[126]

El retroceso de la actividad industrial en el Distrito Federal implicó, por una parte, el crecimiento en términos relativos de los ingresos aportados por el sector terciario (de servicios), y por otra parte, también se reflejó en el crecimiento de la economía informal en la ciudad. A pesar de todos esos retrocesos, después de la crisis de la economía mexicana de las décadas de 1980 y 1990, el Distrito Federal fue una de las pocas entidades federativas cuya participación en el PIB nacional mejoró. Pasó de 21 % en 1988 a 23 % en 1996. Además, el ingreso per cápita se incrementó, debido en parte a la contracción demográfica resultado del terremoto de 1985.[127]

En 2004 produjo el 20,52 % del producto interior bruto (PIB) nacional,[128]​ que equivale a casi 133.000 millones de dólares.

La Ciudad de México obtuvo un PIB en 2011, de 470.000 millones de dólares. En 2012, con un crecimiento del 3,5 % su PIB ascendió a 486.450 millones de dólares, lo cual se duplicará en años consecutivos. El principal aporte a la economía de la ciudad son las finanzas, los negocios y el turismo.

La ciudad tuvo un PIB, en 2016, de 550 819 millones de dólares,[13]​ con un crecimiento medio en ese año de 4.0 % (por encima de la media nacional); dichas cifras representaron el 17 por ciento del total del PIB nacional, siendo la principal economía de México, además de significar una aportación del 32% al crecimiento económico del país ese año.[34]​ El PIB per cápita de la ciudad también es el más alto del país, siendo de alrededor de 26 229 dólares.

Según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Ciudad de México es la entidad federativa que posee el índice de desarrollo humano (IDH) más alto del país. Su coeficiente es de 0,9225 Crecimiento,[129]​ por encima del 0.8323 promediado por la república en su conjunto. El índice de desarrollo humano se obtiene mediante el análisis de la disponibilidad de servicios de salud, niveles educativos e ingreso de una población. En el caso de la Ciudad de México, el mejor indicador correspondió al índice de ingreso (II), en el cual obtuvo 0.7595 (primera posición a nivel nacional); en el índice de educación (IE), el puntaje fue de 0.8498 Crecimiento (primera posición a nivel nacional), mientras que en el índice de salud (IS), fue de 0.8880 Crecimiento (segunda posición a nivel nacional). En la Ciudad de México se localizan cinco de las diez subdivisiones territoriales con mayor IDH en la República Mexicana. Estas fueron, en 2004, las demarcaciones territoriales de Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Tlalpan, Coyoacán y Cuajimalpa. En la siguiente tabla se puede apreciar el crecimiento del índice de desarrollo humano de la ciudad para el periodo 2000-2010.

La Ciudad de México y su zona metropolitana han experimentado un proceso de descentralización de la actividad industrial de transformación a partir de los últimos años de la década de 1980. Este proceso fue estimulado por el gobierno federal en virtud de los peligrosos niveles de contaminación que se alcanzaron en esos años, así como a los problemas urbanos derivados de la alta concentración demográfica que tuvo en la expansión industrial capitalina uno de sus principales incentivos. La mayor parte de la industria se ha trasladado hacia ciudades cercanas como Toluca, Santiago de Querétaro y Puebla de Zaragoza. La descentralización industrial de la capital ha favorecido el crecimiento de esta actividad en otros estados, especialmente los del norte y cerca la frontera estadounidense, en donde a partir de la década de 1990 se establecieron nuevas empresas maquiladoras, parcialmente impulsada por el TLCAN .

Según datos de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad (Sedeco-DF),[131]​ la entidad cuenta con cincuenta y cuatro zonas industriales, y de su superficie total, 2.578 ha son destinadas para uso industrial. El PIB industrial capitalino representa el 16,32% del total de la producción industrial de México, y alcanzó un valor de MXN $50 768 867 000 en el año 2004. Esto representa una contracción en términos absolutos y proporcionales con respecto a los resultados de 1999, cuando la capital participaba con el 18% del producto industrial nacional, con valor de más de 55 000 millones de pesos mexicanos.[132]

En el año 2003, existían 27 727 unidades económicas[133]​ que fueron calificadas como industriales que dieron empleo a más de 547 000 capitalinos.[134]​ La demarcación con mayor número de estas unidades fue Iztapalapa, con 5578 unidades económicas industriales.[133]​ En 2005, la industria química y de transformación del petróleo, la industria alimentaria, la industria farmacéutica, y la producción de aparatos electrónicos, maquinaria y otros artículos metálicos, concentraron buena parte de la mano de obra del ramo industrial capitalino.[135]

La Bolsa Mexicana de Valores, S.A.B. de C.V. (BMV) es actualmente la única bolsa de valores de México y la más importante de Hispanoamérica[cita requerida]. Sus instalaciones se encuentran en la avenida Paseo de la Reforma, en el centro de Ciudad de México y opera bajo una concesión otorgada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en términos de la Ley del Mercado de Valores. La BMV se encarga de proveer la tecnología, los sistemas y las reglas de autorregulación bajo los cuales funciona el mercado de valores mexicano, principalmente en lo relativo a la inscripción, negociación y registro de acciones, certificados de participación, títulos de deuda y títulos opcionales. Como parte de su proceso de desmutualización y acorde con las tendencias mundiales y los cambios en el marco normativo, la BMV realizó el 13 de junio de 2008 la Oferta Pública Inicial de las acciones representativas de su capital social, por lo que a partir de entonces dichas acciones son susceptibles de negociarse libremente en el mercado bursátil mexicano.

Cuenta con varios índices, entre los que destacan: IPC, INMEX, IMC30, IDIPC, IRT y HABITA de los cuales el principal es el IPC o Índice de Precios y Cotizaciones. En la actualidad existen 35 acciones en la lista de 175 compañías que cotizan en la bolsa.

Llamada oficialmente Central de Abasto de la Ciudad de México o CEDA, es el principal mercado mayorista y minorista de productos de consumo en la Zona Metropolitana del Valle de México, especialista en abarrotes, víveres, frutas, legumbres, flores, hortalizas, aves, cárnicos, pescados, mariscos y follajes. Por flujo de dinero, se le considera el segundo mayor centro comercial de México después de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)

y el de mayor tamaño en Latinoamérica.[136]​ Se encuentra en la demarcación territorial de Iztapalapa. Además, existen numerosos mercados en la ciudad, casi uno en cada colonia, por lo que los hay de diferentes dimensiones.

El turismo en la Ciudad de México es una actividad económica importante para la capital, colocada en primer lugar a nivel nacional en términos de llegadas de turistas nacionales y extranjeros, con 13 millones 124 000 visitantes, contabilizados solo en el sector hotelero, en 2015,[137]​ y es el primer destino turístico para los visitantes extranjeros dentro de América Latina, con 3.5 millones de arribos al año, lo que deja una derrama económica de 600 dólares por visitante.[138]​ Con base en estudios, en relación con los arribos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la mayoría de los turistas que ingresan a la ciudad provienen de los Estados Unidos.[138]​ Los empleos directos generados por la actividad turística de la capital en 2015 fueron 318 000 y 795 000, indirectos.[137]

La Ciudad de México en 2014 contaba con 48 217 cuartos de hotel. De 2013 a 2014, la ciudad recibió 9 006 292 turistas nacionales y 2 013 481 extranjeros.[139]

Al ser capital de un vasto imperio prehispánico, también del virreinato más rico dentro del Imperio español (que gobernó un amplio territorio en América y las Indias Occidentales), y, finalmente, la capital del actual México, la ciudad tiene una rica historia de expresión artística y cultural.

Desde el período preclásico mesoamericano, los habitantes de los asentamientos alrededor del lago de Texcoco produjeron muchas obras de arte y artesanías compleja de renombre mundial, algunas de las cuales se exhiben hoy en el Museo Nacional de Antropología y en el Museo del Templo Mayor. Si bien muchas piezas de cerámica y grabado en piedra han sobrevivido, la gran mayoría de la iconografía amerindia fue destruida durante la conquista de México.

Gran parte del arte colonial temprano se derivó de los códices (libros ilustrados aztecas), con el objetivo de recuperar y preservar un poco de iconografía e historia azteca, y de otros amerindios. A partir de entonces, las expresiones artísticas en México fueron mayormente de temática religiosa. La Catedral Metropolitana aún exhibe obras de Juan de Rojas, Juan Correa y una pintura al óleo cuya autoría ha sido atribuida a Murillo. Las obras de arte seculares de este período incluyen la escultura ecuestre de Carlos IV de España, conocida localmente como «El caballito». Esta pieza, en bronce, fue obra de Manuel Tolsá y se colocó en la plaza homónima, frente al Palacio de Minería. También en esta misma se encuentra el Museo Nacional de Arte (MUNAL).

Durante el siglo XIX, un importante productor de arte fue la Academia de San Carlos, fundada durante la época virreinal. Más tarde se convirtió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, que imparte pintura, escultura y diseño gráfico, hoy día una de las escuelas de arte de la UNAM. Muchas de las obras producidas por los estudiantes y la facultad de esa época ahora se muestran en el Museo Nacional de San Carlos. Uno de los estudiantes, José María Velasco, es considerado uno de los más grandes pintores de paisajes de su tiempo. El régimen de Porfirio Díaz patrocinó las artes, especialmente las que tuvieron influencia francesa. Las artes populares, florecieron en forma de caricaturas e ilustraciones, por ejemplo, las de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla. La colección permanente del Museo de San Carlos también incluye pinturas de maestros europeos como Rembrandt, Velázquez, Murillo y Rubens.

Después de la Revolución mexicana, un movimiento artístico de vanguardia se originó en la Ciudad de México: el Muralismo. Muchas de las obras de los muralistas José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera se exhiben en numerosos edificios de la ciudad, en particular en el Palacio Nacional y el Palacio de Bellas Artes. Frida Kahlo, esposa de Diego Rivera, con una fuerte expresión nacionalista, fue también una de las pintoras más famosas de México. Su casa actualmente es un museo donde se muestran muchas de sus obras.[cita requerida]

La antigua casa de Dolores Olmedo alberga un museo del mismo nombre. La instalación se encuentra en Xochimilco, en la zona sur de la Ciudad de México, e incluye varios edificios rodeados de extensos jardines. Alberga una gran colección de pinturas y dibujos de Rivera y Kahlo, así como xoloizcuintles, un perro muy emblemático de la región. También presenta exposiciones temporales pequeñas pero importantes de arte clásico y moderno, por ejemplo, de la Escuela veneciana y arte moderno de Nueva York.[cita requerida]

Durante el siglo XX, muchos artistas emigraron a la Ciudad de México de diferentes regiones de México, como Leopoldo Méndez, un grabador de Veracruz, que apoyó la creación del Taller de Gráfica Popular, ideado para encontrar un lugar de expresión para los ciudadanos trabajadores. Otros pintores vinieron del extranjero, como el pintora catalana Remedios Varo, junto a otros exiliados españoles y judíos. Fue en la segunda mitad del siglo XX cuando la producción artística comenzó a desviarse de temas revolucionarios. José Luis Cuevas optó por el arte contemporáneo, en contraste con el movimiento muralista asociado con la política social.[cita requerida]

La Ciudad de México es la ciudad con más museos del mundo,[142]​ cuenta con numerosos museos dedicados al arte, que incluyen arte colonial, arte moderno y contemporáneo. El Museo Tamayo se inauguró a mediados de la década de 1980 para albergar una colección de arte contemporáneo internacional, donada por el famoso pintor mexicano Rufino Tamayo (nacido en el estado de Oaxaca). La colección incluye piezas de Picasso, Paul Klee, Kandinsky, Warhol y muchos otros, aunque la mayoría de la colección se almacena mientras se muestran las exhibiciones que visitan. El Museo de Arte Moderno (MAM) es un repositorio de artistas mexicanos del siglo XX, incluidos Rivera, Orozco, Siqueiros, Kahlo, Gerzso, Carrington, Izquierdo y Tamayo, entre otros, y también alberga exposiciones temporales de arte moderno internacional. En la zona sur de la ciudad, el Museo Carrillo Gil exhibe artistas de vanguardia, al igual que el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), diseñado por Teodoro González de León e inaugurado a finales de 2008.

El Museo Soumaya, que lleva el nombre de la esposa del magnate mexicano Carlos Slim, tiene la mayor colección privada de esculturas originales de Auguste Rodin fuera de París. También tiene una gran colección de esculturas de Dalí, y recientemente comenzó a mostrar en su colección piezas de El Greco, Velázquez, Picasso y Canaletto. El museo inauguró una nueva instalación de diseño futurista en 2011 y mantiene una instalación más pequeña en la Plaza de Loreto, en el sur de la ciudad. El Museo Júmex está dedicado al arte contemporáneo, ubicado en los extensos terrenos de la empresa de jugos Jumex, y se dice que tiene la mayor colección privada de arte contemporáneo de América Latina; alberga piezas de su colección permanente, así como exhibiciones itinerantes de destacados artistas contemporáneos. El Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, un palacio con columnas del siglo XVII, alberga regularmente exposiciones de arte mexicano e internacional, y sus exposiciones recientes han incluido las de David LaChapelle, Antony Gormley y Ron Mueck. El Museo Nacional de Arte (MUNAL) también se encuentra en un antiguo palacio del Centro Histórico, el cual alberga una gran colección de piezas de los principales artistas mexicanos de los últimos 400 años y también organiza exposiciones.[cita requerida]

Otro lugar importante de los museos de la ciudad es el Museo Memoria y Tolerancia, inaugurado a principios de 2011. La idea de dos jóvenes mexicanos se transformó en un espacio único dedicado a mostrar todos los principales acontecimientos históricos de discriminación y genocidio. Las exhibiciones permanentes incluyen las del Holocausto y otras atrocidades a gran escala. También alberga exposiciones temporales; uno en el Tíbet fue inaugurado por el Dalai Lama en septiembre de 2011.[cita requerida]

La Ciudad de México es hogar de varias orquestas que ofrecen programas de temporada. Éstas incluyen la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, que actúa en la Sala Ollin Yoliztli; la Orquesta Sinfónica Nacional, la cual opera en el Palacio de Bellas Artes, de igual modo la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, la Compañía Nacional de Ópera (Ópera de Bellas Artes), la Compañía Nacional de Danza y del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández; la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), y la Orquesta Sinfónica de Minería, que se presentan en la Sala Nezahualcóyotl, que fue la primera sala de conciertos envolvente del hemisferio occidental del mundo cuando inaugurada en 1976. También hay muchos conjuntos más pequeños que enriquecen la escena musical de la ciudad, incluyendo la Orquesta Escuela Carlos Chávez, el Cuarteto Latinoamericano, la Orquesta del Nuevo Mundo y la Sinfónica Politécnica Nacional.

De entre los recintos, destaca en el Centro Histórico el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris que se consagra como uno de los más importantes de la capital, en este lugar llegaron a presentarse importantes figuras tanto del ámbito nacional como el internacional. El Polyforum Cultural Siqueiros, el Teatro de los Insurgentes, el Centro Cultural del Bosque, ubicado al lado del Campo Marte, y el Centro Cultural Helénico, así también, el Teatro Telcel y el Centro Cultural Telmex. El Teatro Metropólitan es una edificación viviente de las antiguas salas de cine; dedicado principalmente a la realización de obras de teatro, conciertos, musicales, recitales, presentaciones de danza, entre otros, tanto a nivel nacional como internacional.

El Auditorio Nacional es el principal recinto de espectáculos contemporáneos en México, considerado entre los mejores del mundo por diversos medios especializados, localizado sobre el Paseo de la Reforma, donde se encuentran otro lugar de menor capacidad de espectadores llamado el Lunario. La ciudad cuenta también con arenas de espectáculos, destinadas para eventos tales como conciertos, eventos deportivos, circos, entre otros. La más antigua es la Arena México, arena multipropósito especialmente usada para la lucha libre profesional; el Palacio de los Deportes arena construida para los Juegos Olímpicos de 1968 y la nueva Arena Ciudad de México, el más grande y moderno centro de espectáculos del país.[143]​ La capital cuenta con el Foro Sol, recinto deportivo destinado para la realización de eventos masivos, como el Vive Latino y otro espacio deportivo que también es destinado para eventos de espectáculos es el Estadio Azteca.

En Ciudad de México es posible encontrar una amplia gama de alimentos. Existen zonas especializadas en la oferta de comida preparada, como restaurantes y cafeterías. En otros sitios de la ciudad es posible encontrar restaurantes internacionales y de alta cocina, que representan las tradiciones culinarias de países tan diversos como Francia, Italia, Portugal, Polonia, España (incluidas las cocinas regionales de Castilla, Asturias, Galicia y el país Vasco), Tailandia, Japón, Corea, China, Marruecos, Líbano, Perú, Argentina y Brasil. Desde luego, también existen importantes establecimientos dedicados a la gastronomía mexicana de todas las regiones del país.

En lo que respecta a la gastronomía local, la ciudad es resumidero de las tradiciones culinarias del país. La antigua tradición gastronómica del valle de México ha venido desapareciendo, acompañada por una creciente dificultad para conseguir los ingredientes que eran nativos de la cuenca lacustre. En la actualidad, conseguir ahuautlehueva de mosquitos lacustre— es prácticamente imposible, amén de los patos silvestres y las guías de calabaza, que eran básicas en la gastronomía de Iztapalapa. El mixmolemole de pescado— que se prepara en Míxquic ha tenido que sustituir las lenguas de vaca —una especie de quelite— por acelgas, y los pescados nativos por carpas. Hoy en día, en las calles se consumen diariamente típicos antojitos mexicanos tales como el tlacoyo (de la palabra tlatlaoyo en náhuatl) que es una tortilla gruesa, ovalada y larga (generalmente de maíz azul) rellena de frijoles, haba o requesón. También los tradicionales tacos de bistec, suadero y «al pastor», y quesadillas con ingredientes como flor de calabaza, huitlacoche (hongo negro proveniente del maíz), papas con chorizo, picadillo y muchos guisados más. Todos éstos siempre acompañados con variados estilos de salsa verde y roja, cebollas asadas, nopales y frijoles. También son tradicionales las «guajolotas», que son tortas de tamal, generalmente de rajas, salsa verde, o de mole.

Por otra parte, la ciudad es sede de eventos gastronómicos de envergadura nacional, como la Feria Nacional del Mole, que se celebra durante las tres primeras semanas de octubre en San Pedro Atocpan (Milpa Alta).

Según el Sistema de Información Cultural (SIC) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), hay un total de 226 casas de cultura o centros culturales en Ciudad de México.[144][145]​ Los siguientes son tan sólo algunos ejemplos (algunos pertenecen a las demarcaciones territoriales de Ciudad de México; otros, a las representaciones oficiales de los estados, otros más dependen de instituciones educativas públicas y también los hay que funcionan gracias a la iniciativa privada):[146]

Ciudad de México es sede de importantes festividades a nivel nacional, que van desde la celebración del Día de la Independencia en el Zócalo a festividades religiosas, como la Representación de la Pasión de Jesús en Iztapalapa,[147]​ el Día de Muertos en Míxquic[148]​ o las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe.[149]

Todos estos sucesos atraen a cientos de miles de personas procedentes de todo el país y del extranjero a la capital. Algunas demarcaciones tienen calendarios saturados de festividades populares, como Milpa Alta[150]​ cuyo número alcanza la cifra de setecientas fiestas anuales. Al lado de las tradiciones nativas del Distrito Federal, la inmigración ha contribuido a la integración en la cultura capitalina de eventos como la Guelaguetza, impulsada por los migrantes oaxaqueños, o bien la celebración del Año Nuevo Chino. A finales del siglo XX y principios del XXI, la globalización ha permitido la proliferación en la capital de expresiones extranjeras que se han mezclado con las preexistentes. Así, por ejemplo, es posible observar la iconografía del Halloween en los altares de muertos;[151]grafitis introducidos por los migrantes que volvieron, y que forman parte del paisaje urbano del Distrito Federal, o bien las incontables reelaboraciones del rock que realizan grupos capitalinos, comerciales y subterráneos.

Ciudad de México tiene una importante y arraigada tradición taurina y alberga a una muy numerosa afición. La temporada grande se celebra en la Plaza México, que, aparte de ser la más grande del mundo, es considerada la más importante de Iberoamérica. La temporada empieza en otoño y termina en primavera.

Ciudad de México ha adoptado una nueva festividad llamada La Feria de las Culturas Amigas; feria internacional que se efectúa en la avenida de Paseo de la Reforma. La feria tiene como fin ser un punto de reunión donde los visitantes aprenden y conocen las tradiciones y costumbres de diferentes naciones a lo largo del mundo. La Feria de las Culturas Amigas es ya la celebración más importante de comunicación y cercanía con más de 73 países participantes, en Ciudad de México.[152]​ Debido a su éxito, muchos países han mostrado interés en adquirir un espacio en la feria para exponer la riqueza y diversidad cultural de sus países, donde se pueden apreciar un sinfín de reliquias artesanales, música, platillos típicos, vestimenta, arte, textos, entre otros muchos objetos característicos de cada país.

Ciudad de México cuenta con una gran tradición oral, que va desde los muy antiguos mitos como La Llorona, que supuestamente estaría relacionado con la Cihuacóatl mexica, hasta la leyenda, muy difundida en los hospitales capitalinos, de La Planchada, que versa sobre una enfermera espectral que sana milagrosamente a los muertos desahuciados a los que cuida.[153]

Ciudad de México cuenta con múltiples centros educativos públicos y privados, y es la entidad con mayor número de estudiantes. Cuenta con jardines de niños, primarias y secundarias, que dependen de la Secretaría de Educación Pública.

La Zona Metropolitana de Ciudad de México cuenta con institutos de educación media superior públicos y privados. En el caso de ingreso a los institutos públicos de educación media superior se realiza un concurso democrático organizado por la COMIPEMS (Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior) conformada por nueve instituciones que organizan de forma unificada el proceso de selección de alumnos de acuerdo con la cantidad de aciertos, la lista jerárquica también conocida como la lista de opciones, que enlista los planteles de mayor prioridad para el aspirante y así como la demanda de los planteles. En este entorno, la Universidad Nacional Autónoma de México diseña y califica su propio examen para los aspirantes que alistaron uno de sus planteles como la primera opción de sus preferencias, al mismo tiempo que mantienen los mecanismos de coordinación con las otras instituciones que integran la Comipems, las cuales utilizan el Examen Nacional de Ingreso a la Educación Media Superior (EXANI-I) que elabora y califica el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval).[154][155]​ Gracias a la alta demanda de los aspirantes para estudiar la media superior en el 2011 el Gobierno del Distrito Federal abrió una preparatoria para dar cabida a 350 de los estudiantes que fueron rechazados para ingresar a este nivel.[156]​ De igual manera la Secretaría de Educación capitalina ofrece el Programa de Bachillerato a Distancia para cursar a través de internet y de manera gratuita el nivel medio superior.[157]

En primera instancia, hay escuelas que pertenecen a las dos universidades más importantes de la ciudad y del país: en el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México, se encuentran la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades; en el caso del Instituto Politécnico Nacional, sus Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (cada uno de ellos llamado también vocacional Cecyt) y el Centro de Estudios Tecnológicos. En segundo lugar, hay instituciones que pertenecen a la Secretaría de Educación Pública, como el Colegio de Bachilleres, los Centros de Estudios Tecnológicos, Industriales y de Servicios y el Colegio Nacional de Capacitación Profesional, así como la reciente creación del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal, que depende del gobierno local.

En términos de apoyo a los estudiantes de la educación media superior, el Gobierno del Distrito Federal creó el programa Prepa Sí, plan que otorga una beca mensual de entre 500 y 700 pesos a más de 550 mil estudiantes capitalinos que estudian en instituciones públicas de la capital y que ha permitido reducir en más de 60% la deserción escolar, según afirmaciones del secretario de Educación de la capital en el año 2011.[158]

Dentro de la Ciudad, convergen numerosas instituciones enfocadas a las diversas áreas de estudio, entre las que destacan la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), siendo la más antigua y una de las de mayor prestigio de México e Hispanoamérica.[159][159][160][161]​ Su campus central, conocido como la Ciudad Universitaria, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007. La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), es considerada una de las mejores universidades del país y América latina, por su alto desempeño académico, así como, una de las de mayor cohesión social y desarrollo humano del mundo, clasificada la universidad mexicana más alta entre las mejores universidades del mundo en 2019.[162][163][164][165]​ El Instituto Politécnico Nacional (IPN) [166][167]​ incluye, entre otros, muchos centros y unidades de investigación, donde se llevan a cabo investigaciones de alto nivel sobre las disciplinas científicas y tecnológicas.

Entre las instituciones de educación superior en la capital destacan, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Universidad Pontificia de México (UPM), la Universidad La Salle (ULSA), la Universidad Anáhuac, la Universidad Iberoamericana, El Colegio de México (COLMEX), la Escuela Libre de Derecho, la Universidad Panamericana (UP), la Universidad del Valle de México (UVM) y la Escuela Bancaria y Comercial; en las áreas artísticas y humanísticas, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Escuela Nacional de Antropología e Historia y la Universidad del Claustro de Sor Juana; y en la formación docente, Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y la Escuela Normal Superior de México.

Ciudad de México es la entidad federativa con el mayor grado de alfabetización. De los más de ocho millones de personas que viven en él y que están en edad de asistir a la escuela o de haber concluido la instrucción primaria, el 94,83 por ciento saben leer y escribir. La media nacional es de 90,69 por ciento. En lo que respecta al grado de escolaridad, el promedio ronda los once años de instrucción. Ciudad de México concentra una alta proporción de personas que han concluido una formación universitaria o de posgrado.

Las principales bibliotecas públicas de la ciudad son:

La base de la red vial interna son los ejes viales, que forman una retícula en la zona urbana de la ciudad. Complementan esta red dos anillos conocidos como Circuito Interior y Anillo Periférico. Ambos son considerados, junto con la Calzada de Tlalpan, la calzada Ignacio Zaragoza, el Viaducto Miguel Alemán, la avenida Aquiles Serdán y la avenida Río San Joaquín, las siete vías rápidas de la capital. También destacan el Paseo de la Reforma, el Eje Central Lázaro Cárdenas y la Avenida de los Insurgentes; estas dos últimas atraviesan la ciudad de norte a sur.

En adición, desde agosto de 2010, se trabaja en un proyecto integral en el poniente de Ciudad de México, llamado Autopista Urbana, que conectará las autopistas de Querétaro, de Toluca y de Cuernavaca, y estará compuesto por las vialidades elevadas en Periférico Norte y Periférico Sur, y por el sistema vial de puentes, túneles y distribuidores sur-poniente de la ciudad. En 2007, después de concluidas las obras del Eje Troncal Metropolitano, mediante la construcción de puentes viales en los cruces más importantes del Eje 3 Oriente, se constituyó una vía rápida que conecta Xochimilco con Ciudad Azteca.

Ciudad de México está conectada con el resto del país por medio de varias autopistas a las ciudades de Querétaro (211 km), Toluca (65 km), Cuernavaca (85 km), Puebla (127 km), Texcoco (15 km), Tulancingo (100 km) y Pachuca (91 km). Las autopistas son operadas mediante concesiones a particulares desde su privatización a empresas particulares. Además, existen carreteras federales de circulación libre —aunque de menor calidad— que enlazan la capital con las ciudades que llevan el mismo nombre de las autopistas y otras como Cuautla (120 km) y Oaxtepec (80 km).


El Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) es el de mayor tráfico en la República Mexicana y uno de los más bulliciosos de América Latina.[178]​ Tiene conexiones con las principales capitales de América Latina y con varias ciudades de los Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia y Oceanía, incluidos los destinos más solicitados del país.

Para el transporte terrestre con el resto del país, Ciudad de México cuenta con cuatro terminales de autobuses foráneos: la Terminal Central de Autobuses del Norte, la Terminal Central de Autobuses del Sur, la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO, la más grande del país) y la Terminal Central de Autobuses del Poniente).[179]

Según lo estipulado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, un nuevo Reglamento de Tránsito entró en vigor el martes 15 de diciembre del 2015.[180]

El abastecimiento eléctrico de la ciudad corre a cargo de la Comisión Federal de Electricidad, luego de que en 2009 fuera extinguida el organismo Luz y Fuerza del Centro. La capital mexicana, junto al Estado de México, es la zona del país con la mayor demanda de energía de este tipo de todo el país.[181]​ En esta misma zona centro, el 25 % de la energía eléctrica se desperdicia.[182]

El abastecimiento de agua potable y el bombeo de drenaje fuera de la urbe corren a cargo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), quien es también uno de los principales consumidores de energía eléctrica de la ciudad. Las fuentes de abastecimiento de la ciudad son en su mayoría de tipo subterráneo, como el acuífero del valle de México (55 %) y el Sistema Lerma (12 %). El restante proviene de fuentes superficiales como el Sistema Cutzamala (30 %) y de manantiales (3 %).[183]​ Muchas zonas de la ciudad padecen de desabasto y falta de acceso al agua,[184]​ siendo Iztapalapa una de las demarcaciones territoriales que más graves problemas vive al respecto.[185]​ Un 20 % de la población capitalina no cuenta con acceso al agua corriente en sus domicilios, obteniéndola de mantera intermitente de fuentes comunales o separadas de sus viviendas, y un estimado de 70 % de la población recibe menos de 12 horas de agua continua,[184]​ recibiéndola por tandeo, es decir, en determinados horarios del día. Un 40 % del agua que llega a la ciudad se desperdicia debido a fugas y ordeña ilegal de tuberías.[186]

Las condiciones geográficas de Ciudad de México, debido a su desarrollo en una cuenca lacustre y los hundimientos debido a ello y a la extracción de agua de sus mantos acuíferos, hace que la urbe enfrente un serio problema tanto para saciar la necesidad de agua —es una de las urbes que mayor demanda de agua tienen en el mundo[184]​— como de extraer las aguas residuales, particularmente en temporada de lluvias cuando se sufren por ello inundaciones y encharcamientos considerables.[187]​ La ciudad por esas características ha padecido inundaciones que se han prolongado desde días hasta años, como las registradas en 1604, 1629, 1925 y 1951.[188]​ A raíz de esta última fue construido a partir de 1967 el Sistema de Drenaje Profundo de la ciudad.[188]

La seguridad pública de Ciudad de México corre a cargo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, la policía capitalina. Dicho cuerpo contaba con 90 mil elementos en 2013,[189]​ y su actuación estaba organizada en 2017 por 5 zonas, 15 regiones, 72 sectores y 847 cuadrantes.[190]

En el primer trimestre de 2017 fueron denunciados 23 400 asaltos, un promedio de 560 al día, y una tasa de 265 atracos por cien mil habitantes. Las demaracaciones territoriales donde ocurren más robos es Cuauhtémoc, seguida de Benito Juárez y Miguel Hidalgo.[191]​ También en 2017 la tasa de homicidios dolosos se encontraba a su máximo histórico en dos décadas, con 244 en un trimestre.[191]​ A nivel nacional, las zonas norte y oriente de la capital mexicana tienen de los niveles más altos de percepción de inseguridad a nivel nacional.[192]

En 2016 la incidencia de feminicidios era de 3.2 por cada &&&&&&&&&0100000.&&&&&0100 000 habitantes, siendo la media nacional de 4.2[193]​ Un informe del gobierno de la ciudad de 2015 determinó que dos de tres mujeres mayores de 15 años de edad en la capital sufrieron alguna forma de violencia.[194]​ Además del acoso callejero, uno de los sitios en donde las mujeres de Ciudad de México viven violencia es el transporte público. Anualmente el Metro de Ciudad de México recibe 300 denuncias por acoso sexual.[195]

En esta ciudad se alojan algunas de las instituciones deportivas más importantes del país. Es la sede del Comité Olímpico Mexicano, de la Escuela Superior de Educación Física y de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos. Cuenta con varias unidades deportivas, de entre las cuales la mayor es La Magdalena Mixiuhca, construida en lo que fueron los ejidos del pueblo del mismo nombre (en Iztacalco). Justo es en este espacio donde se encuentran instalaciones como el Autódromo Hermanos Rodríguez, el Foro Sol, el Palacio de los Deportes, el Velódromo Olímpico y la Sala de Armas. En otras partes de la ciudad se encuentran la Alberca Olímpica y el Gimnasio Olímpico (Benito Juárez), la Pista Olímpica de Canotaje (Xochimilco), así como tres estadios de fútbol: el Estadio Azteca, el Estadio Azul y el Estadio Olímpico Universitario.

Ciudad de México fue sede de los Juegos Olímpicos de 1968, en los que la delegación deportiva nacional cumplió la mejor actuación de su historia, con nueve medallas en total. Es la primera ciudad de América Latina y la primera del mundo de habla hispana que ha sido sede de juegos olímpicos.

En 1970 y en 1986 también fue una de las ciudades mexicanas en las que se realizaron los partidos de las dos copas mundiales de fútbol, donde se incluyeron los dos juegos de la final. Ciudad de México es la ciudad donde se han llevado a cabo el mayor número de partidos de Copa Mundial de Fútbol (23) y, junto con Roma, las únicas ciudades sede de dos finales de la misma.[196]

Ha sido sede de los Juegos Panamericanos en 1955 y 1975; de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1926, 1954 y 1990; así como de la Universiada de 1979.

De acuerdo a registro hemerográficos del diario The Two Republics del 1 de enero de 1881, el día 30 de diciembre de 1880 es fundado el Al Fresco Club en Ciudad de México y uno de los deportes propuestos entre otros es el football aunque finalmente la idea no prosperó. Esta es la primera mención en los diarios de la época del término football en México. En los años siguientes, diversas asociaciones atléticas de la clase acomodada de la ciudad intentaron infructuosamente fundar equipos de fútbol, no obstante, solo se concretaron esporádicos encuentros amistosos sin continuidad en la organización de un conjunto o competencia alguna. Sobresale en estos intentos el primer partido de fútbol jugado en la ciudad con motivos de los festejos de la inauguración de las obras del Gran Canal de Desagüe el 9 de octubre de 1892 entre dos representativos de clubes sociales y deportivos.[198]

El Reforma Athletic Club fundado como club social y deportivo en 1894, organizó el primer club de fútbol en la historia de la Ciudad en 1901, y sería este quien gestionará la creación del primer torneo organizado en el país: la Liga Mexicana de Football Amateur Association el 19 de julio de 1902. El primer juego se disputó el 19 de octubre del mismo año en un campo de béisbol de la zona aledaña al Paseo de la Reforma; México Cricket Club derrotó 5-1 a British Club.[199]

La Ciudad de México es la sede de tres equipos de Primera División: el Club América, el Club Universidad Nacional y el Cruz Azul (este último fundado en Hidalgo, en 1927, y cuya sede se mudó en 1971 a la capital). La rivalidad entre América y Universidad Nacional se conoce con el nombre de Clásico Capitalino, mientras que el Clásico Joven enfrenta a América con Cruz Azul. También es sede de un equipo de la Seria A de la Liga Premier y 16 de la Tercera división del balompié profesional.

Necaxa (1923-2003) y Atlante (1918-89, 1990-02 y 2004-07) también fueron equipos tradicionales de Ciudad de México, pero se mudaron respectivamente a Aguascalientes, en 2003, y a Cancún, en el 2007. La ciudad fue sede además de los clubes: British Club (1901-1912), México Cricket Club (1901-1908), Reforma Athletic Club (1901-1924), Club de Fútbol México (1910-1935), España (1912-1950), Asturias (1918-1950), Club de Fútbol Aurrerá (1919-1932), Marte (1928-1953), Leones (1932-1933) y Atlético Español (1971-1982).

En la ciudad, juega como local el Diablos Rojos del México, equipo profesional de la Liga Mexicana de Béisbol y la franquicia más exitosa de dicho circuito, con 16 campeonatos. Entre 1955 y el 2001, albergó también a los llamados Tigres Capitalinos, que obtuvieron ocho campeonatos en la capital mexicana mientras jugaron ahí. Además de ellos, también llegaron a jugar en esta ciudad los Azules de Veracruz, los Tigres de Comintra, el Agrario de México, la Gendarmería de México, la Policía del DF, los Chiclets Adams de México, los Leones de Obras Públicas, el Tráfico de México y el Monte de Piedad de México.

El Foro Sol, escenario multipropósito de la ciudad, albergó los duelos del grupo B, en la primera ronda del Clásico Mundial de Béisbol 2009.

En 2015 organizó el Campeonato FIBA Américas de 2015, con sede en el Palacio de los Deportes, en el cual Venezuela ganó el campeonato y, junto con Argentina, clasificó a los Juegos Olímpicos de Río 2016. La selección de México terminó en cuarto lugar. En este evento, FIBA registró el récord de mayor asistencia, con 20 020 espectadores.

Hoy en día, Ciudad de México tiene un equipo profesional de baloncesto, Capitanes de la Ciudad de México.

El Autódromo Hermanos Rodríguez ha sido sede del Gran Premio de México, carrera válida para el campeonato mundial de automóviles de Fórmula 1, que se llevó a cabo por primera vez como evento no válido para el título en 1962, para luego ser incluido entre 1963-1970, entre 1986-1992 y a partir de 2015. El autódromo también ha sido sede de carreras de la NASCAR Busch Series, la NASCAR México Series, la Champ Car, la Fórmula E y el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA.

En abril de 2008 se disputó, en el Campo Marte de esta ciudad, el Campeonato Mundial de Polo, que es la cita máxima del polo a nivel de selecciones nacionales.

En cuanto a fútbol americano, la ciudad es sede de los legendarios equipos de Liga Mayor Pumas CU de la UNAM, Águilas Blancas del IPN y Burros Blancos del IPN, que compiten en la Conferencia del Centro de la ONEFA. La ciudad también cuenta con tres equipos en la Liga de Fútbol Americano Profesional de México: Mayas, Mexicas y Condors.

En octubre de 2005, Ciudad de México se convirtió en la primera ciudad en ser sede de un partido de temporada regular de la NFL fuera de los Estados Unidos, juego disputado en el Estadio Azteca. Los 103 467 espectadores que asistieron a este partido es la cifra más alta en toda la historia de la NFL para un juego de temporada regular.[200][201]

El 5 de febrero de 2016 la NFL, después de algunos de meses de gestión por parte de autoridades deportivas de Ciudad de México, la filial de la liga en México y el grupo que administra el estadio Azteca, anunció que este volvería a tener un partido de temporada regular. Los Oakland Raiders y los Houston Texans se enfrentaron el lunes 21 de noviembre de 2016, resultando ganadores los Raiders con marcador 27-20; esta fue la primera edición del celebre Monday Night Football jugado fuera de Estados Unidos.[202]


La ciudad forma parte de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas y, además, Ciudad de México cuenta actualmente con 24 Convenios de Hermanamiento y Amistad con ciudades de América, Europa y Asia, de las cuales 15 son capitales[203][204]

Se han suscrito convenios de cooperación específica con 23 ciudades de América del Norte, Asia, América Latina y Europa:[206]

También pertenece a la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) que es una asociación que agrupa a otras 29 ciudades de Iberoamérica.[209]





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