Uruguay, oficialmente República Oriental del Uruguay, es un país de América del Sur, situado en la parte oriental del Cono Sur. Limita al noreste con Brasil —estado de Río Grande del Sur—, al oeste y suroeste con Argentina —provincias de Entre Ríos, Corrientes, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires— y tiene costas en el océano Atlántico por el sur. Abarca 176 215 km² y es el segundo país más pequeño de Sudamérica, después de Surinam. Según los datos del último censo del INE en 2011, la población de Uruguay es de 3 286 314 habitantes, con lo que figura en la décima posición entre los 12 países sudamericanos.
Es una república presidencialista subdividida en diecinueve departamentos y 125 municipios. La capital y ciudad más poblada del país es Montevideo, con 1,3 millones de habitantes, y cuya área metropolitana ronda los 2 millones, lo que representa el 56,3 % del total nacional.
Es miembro fundador de las Naciones Unidas, del Mercosur, de la OEA y del G77, y forma parte de otros organismos internacionales.
El actual territorio uruguayo fue conocido durante la época colonial como Banda Oriental, e incluía parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur. El 27 de agosto de 1828 se firmó la Convención Preliminar de Paz, en la que se estableció la creación de un estado independiente, aunque sin un nombre oficial. El nombre del nuevo estado dado en su primera Constitución fue «Estado Oriental del Uruguay», cambiándose el mismo por el actual en la Reforma Constitucional de 1918.
Tiene clima templado con una temperatura media de 17,5 ºC, siendo enero el mes más cálido, con una media de 22,6 ºC, y julio el mes más frío, con una media de 10,6 ºC. Las lluvias son abundantes y varían de los casi 1000 mm por año en el sur a los 1500 mm en el norte, en la frontera con Brasil. Las precipitaciones tienen también variaciones estacionales, siendo los meses de otoño y primavera los que registran precipitaciones más abundantes.
Los principales recursos económicos son la agricultura, la forestación y la ganadería. Los recursos minerales y energéticos son escasos, y las principales industrias son las del papel y el cartón, el cemento y la refinería de petróleo.
Según las Naciones Unidas, es el país de América Latina con el nivel de alfabetización más alto. De acuerdo al estudio de la organización Transparencia Internacional, es el país de Latinoamérica con menor Índice de Percepción de Corrupción y el 23° en el mundo. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dice que es el tercer país de Latinoamérica (después de Chile y de Argentina) con mayor Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el 54º en el mundo. De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), es uno de los países de la región con una distribución de ingresos más equitativa, con un Coeficiente de Gini de 0,39. También es el cuarto país de Latinoamérica (después de Cuba, Costa Rica y Chile) con la esperanza de vida más alta. En el año 2018 es el tercer país de Latinoamérica (luego de Panamá y de Chile) con el PIB (PPA) per cápita más alto.
La Corporación Latinobarómetro, en un estudio realizado en 2008, lo sitúa como el país más pacífico de América Latina. Además, según la revista estadounidense International Living es el mejor de Latinoamérica para vivir. Esta misma publicación asegura que se encuentra entre los veinte países más seguros del mundo, mientras que la publicación británica The Economist, lo ubica entre los veinte más democráticos, siendo el único país sudamericano considerado por dicho índice como una «democracia plena».
En la época colonial se conoció al territorio como Banda Oriental. Tal denominación proviene de su ubicación geográfica, por ser el dominio más oriental de España en el continente americano. Durante los primeros años de la lucha independentista, se llamó Provincia Oriental, formando parte de la Liga Federal y posteriormente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Durante la Invasión luso-brasileña (1816-1828) se denominó oficialmente Provincia Cisplatina.
Al redactarse el anteproyecto de la primera Constitución en 1830 se sugirió el nombre de "Estado de Montevideo" para la nueva nación independiente, durante la discusión del proyecto también se propusieron los nombres de "Estado Nord Argentino" y "Estado Oriental del Río de la Plata" o "Estado Oriental del Uruguay", finalmente tras una votación en la asamblea se aprobó el nombre de Estado Oriental del Uruguay, en referencia geográfica al río Uruguay. Finalmente, en la Reforma Constitucional de 1918, se modificó la denominación oficial por la de República Oriental del Uruguay, nombre que ya venía siendo utilizado de facto desde hacía unas décadas.
Actualmente la denominación más común es simplemente Uruguay, existen varias teorías acerca del significado y origen de la palabra:
Históricamente el correcto gentilicio para referirse a los habitantes de la república es el de orientales, pero paulatinamente ha ido cayendo en desuso, habiendo sido reemplazado en la mayoría de los usos por uruguayos.
Tiene una superficie terrestre total de 176 215 km², de la que 175 015 km² es la suma total de los departamentos, 1200 km² comprende la suma de los lagos artificiales del río Negro, 105 km² de las islas del río Uruguay y 16 799 km² de aguas jurisdiccionales (río Uruguay, río de la Plata y laguna Merín). Hasta agosto de 2016, el área de mar territorial era de 125 057 km² (véase Puntos extremos de Uruguay). El 30 de agosto de 2016, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar confirmó a Uruguay la nueva extensión de la plataforma continental, por lo que el país crece 83 000 kilómetros cuadrados hacia el mar y pasa a tener más territorio marítimo que terrestre. De ahí en más, el área total del territorio uruguayo abarca 384 272 km².
Uruguay mantiene dos disputas fronterizas con Brasil respecto de los territorios conocidos como Isla Brasilera y Rincón de Artigas, en el departamento de Artigas, que ocupan un área de 237 km².
El relieve uruguayo está caracterizado por su escasa altitud, dividido en dos grandes áreas estructurales: las penillanuras y las llanuras. Representa una zona de transición entre la llanura pampeana y el escudo brasileño.
Si bien la altura media de 140 msnm puede considerarse baja, el relieve no se corresponde con una llanura típica, dada la presencia casi constante de cuchillas y sierras; a este tipo de relieve se le llama penillanura. Las elevaciones se encuentran asociadas a dos sistemas: la cuchilla de Haedo, al norte del río Negro, y la cuchilla Grande, al sur del mismo. De estos dos sistemas, se desprenden cuchillas de menor tamaño y elevación.
De la Cuchilla de Haedo surgen las cuchillas Negra y Santa Ana que sirven de límite entre Uruguay y Brasil, la cuchilla de Hospital algo más al sur y entre los ríos Negro y Tacuarembó; hacia el oeste se extienden las cuchillas de Belén, del Daymán y del Queguay. Geológicamente, este sistema está compuesto principalmente por basaltos y arenisca. Sus cerros suelen tener forma achatada.
El sistema de la Cuchilla Grande está compuesto por la Cuchilla Grande propiamente dicha, que discurre de norte a sur. Como una extensión de la misma por el norte se encuentra la cuchilla de Dionisio, entre los ríos Olimar y Tacuarí. La cuchilla del Cerro Partido se extiende hacia el este entre el río Cebollatí y el arroyo India Muerta. La sierra de Carapé forma el extremo meridional del sistema y tiene los tres cerros más altos del país: el cerro Catedral, el cerro de las Ánimas y el cerro Pan de Azúcar. Como extensión de la sierra de Carapé se extiende la cuchilla de la Carbonera, paralela a la costa Atlántica. Hacia el oeste, se encuentra la cuchilla Grande del Durazno, entre los ríos Negro y Yi. En la misma dirección, más al sur, la cuchilla Grande Inferior llega hasta las llanuras cercanas a la desembocadura del río Uruguay, desprendiéndose de la misma las cuchillas del Santa Lucía, las sierras de Mahoma, la cuchilla del Bizcocho y la cuchilla de la Colonia. Este sistema está compuesto principalmente por granitos y sus cerros suelen presentar forma redondeada en su cumbre.
El punto más alto es el Catedral, ubicado en el Departamento de Maldonado, con 514 metros. Otras elevaciones destacadas son el cerro de las Ánimas y el Pan de Azúcar en Maldonado, el Arequita en Lavalleja, el de Montevideo con su fortaleza histórica y del que se supone deriva el nombre de la ciudad, y el Batoví, próximo al balneario Iporá, en Tacuarembó.
Las planicies o llanuras tienen generalmente suelo formado por sedimentación y muy fértil. Se encuentran principalmente en el litoral del río Uruguay, la costa del Río de la Plata y la costa atlántica, extendiéndose esta última a la laguna Merin y las cuencas de los ríos Olimar y Cebollatí.
Cerro Pan de Azúcar, Maldonado
Cerro Catedral, Maldonado
Cerro Batoví, Tacuarembó
Cerro de las Ánimas, Maldonado
Cerro Arequita, Lavalleja
Llanura del litoral del río Uruguay, Paysandú
Llanura. India Muerta, Rocha
Los ríos y arroyos de Uruguay forman una extensa y densa red que riega toda la extensión del territorio. Todas las corrientes fluviales desembocan en el océano Atlántico. Estas corrientes suelen ser de escasa pendiente, lo que hace que se trate de corrientes lentas y con bucles, lo que favorece los depósitos de sedimentos en sus lechos. Dada la irregularidad de las precipitaciones en la región, en épocas de exceso de lluvias suele producirse inundaciones, algunas de ellas de gravedad.
Si bien la mayor parte del territorio del país está ocupado por praderas, en la ribera de los cauces de agua se concentran la mayor parte del bosque indígena. La importancia de este bosque está dada en que detiene la erosión del suelo ribereño, evita la evaporación excesiva y represa los cauces.
También existen importantes depósitos subterráneos de agua, siendo el norte del país parte del acuífero Guaraní; otros acuíferos importantes son el de Raigón, en el sur del país, el de Mercedes, en el oeste, y el de Chuy, en el este del territorio.
La mayor parte del territorio se encuentra dentro de la cuenca del Río de la Plata, mientras que el resto del territorio forma parte de la cuenca de la laguna Merin y de una serie de pequeños cauces de agua que desembocan directamente en el Océano Atlántico. Para un mejor estudio de los recursos hídricos superficiales, el Estado uruguayo divide el territorio en tres regiones hídrológicas: del río Uruguay, de la laguna Merin y del Río de la Plata y el frente marítimo.
La región hidrográfica del río Uruguay es la parte de la cuenca de dicho río que está dentro del territorio uruguayo. Tiene una extensión aproximada de 113 600 km² y representa un 64% de la superficie terrestre del país. De esa extensión, más de la mitad, 68 200 km², corresponde a la cuenca del río Negro.
La región hidrográfica del Río de la Plata y el frente marítimo está comprendida por las cuencas de ríos y arroyos que desembocan en el mencionado río, exceptuando el río Uruguay y sus afluentes, y en el Océano Atlántico. Tiene una extensión de 34 899 km², representando un 20% de la extensión territorial de Uruguay.
La región hidrográfica de la laguna Merín está compuesta por la parte de la cuenca del mismo nombre que está dentro del territorio uruguayo y se extiende por 27 892 km², lo que equivale a un 16% del territorio.
El río Uruguay, además de ser el más largo del país, sirve de límite con la República Argentina y tiene gran importancia económica, dado que las planicies que lo rodean son de gran fertilidad. En él se encuentra la represa de Salto Grande, aguas arriba de las ciudades de Salto (Uruguay) y Concordia (Argentina), puesta en marcha el 21 de junio de 1979 y que aporta la mayor parte de la energía eléctrica del país. El embalse de la represa ha generado un lago artificial de 783 km², con una longitud de 140 km, un ancho de 9 km y un volumen de 5 500 hm³. La cuenca del río tiene una extensión total aproximada de 339 000 km² , de los que 113 600 km² (algo más del 33%) están dentro del territorio uruguayo. En esta región, los principales afluentes del río Uruguay son los ríos Cuareim, Arapey, Dayman, Queguay, Negro y San Salvador. Tiene también importancia como vía de comunicación, ya que es navegable hasta la ciudad de Concepción del Uruguay y por buques de poco calado hasta las ciudades de Concordia y Salto.
La cuenca del río Negro ocupa más de la mitad del territorio de la cuenca del río Uruguay que pertenece a este país, con una extensión de 68 214 km². El río Negro es el afluente más importante del río Uruguay, con una longitud 850 km y un caudal medio de 520 m³/s. Sirve de límite a varios departamentos: Cerro Largo, Rivera, Tacuarembó, Río Negro, Flores y Soriano. Sus principales afluentes son el río Tacuarembó y el río Yi.
El río Negro tiene gran importancia económica, ya que además de ser una fuente importante de agua para riego y consumo humano y animal, tiene tres represas para la generación de energía eléctrica: represa de Rincón del Bonete, con una potencia instalada de 152 MW a una tensión de kV, la represa de Rincón de Baygorria, con una potencia de 108 MW y una tensión de 150 kV y la represa Constitución o Palmar, con una potencia de 333 MW y tensión de 500 kV. Esto representa algo más de un tercio del total de energía hidroeléctrica de Uruguay.
Está formada por una serie de ríos y arroyos de media o corta longitud, que desembocan directamente en el Río de la Plata o en el océano Atlántico. Esta región ocupa el 20% del territorio continental del país. Dentro de esta región, aparece con especial importancia el río Santa Lucía, del que se extrae agua para su potabilización en Aguas Corrientes, instalación que abastece a 1 700 000 personas en Montevideo y varias poblaciones del departamento de Canelones.
Principalmente hacia el este de esta región, los cursos de agua suelen desembocar en lagunas litorales, las que tienen comunicación con el Río de la Plata o el océano. Las lagunas del Cisne y del Sauce son utilizadas para la potabilización de agua. La laguna del Sauce abastece hasta 300 000 personas en temporada estival, incluyendo las ciudades de Maldonado, Punta del Este, San Carlos, Piriápolis, Pan de Azúcar y varias poblaciones menores más.
Es una cuenca que abarca parte del territorio uruguayo y de Brasil. En Uruguay ocupa 27 892 km², algo más de la mitad de la superficie total de la misma. Su afluente principal es el río Cebollatí. Muchos de los ríos y arroyos que conforman esta cuenca transitan por la llanura que rodea la laguna, formando esteros y bañados extensos, lo que hace posible el cultivo de arroz, muy extendido en la zona. Para evitar que la estacionalidad de las precipitaciones afecte este cultivo, se han construido varias represas, entre las que se destaca la represa de India Muerta.
El Río de la Plata baña las costas de Montevideo.
Represa de Salto Grande, sobre el río Uruguay
Río Negro
Puente ferroviario sobre el río Yi
Embalse de Aguas Corrientes, río Santa Lucía
Laguna del Sauce
Se define como flora de Uruguay a las alrededor de 2500 especies vegetales distribuidas en 150 familias, ya sean nativas o foráneas, que existen en ese país. El 75% del territorio es terreno pastoso.
La existencia de zonas diferenciadas de especies a lo largo del territorio está determinada, principalmente, por la existencia o no de irrigación artificial, cuya falta produce que en la mayor parte del territorio uruguayo predomine la pradera natural. Por otra parte, las especies vegetales de gran porte pueden encontrarse en quebradas, sierras, riberas de ríos y zonas aledañas a las mismas.
Uruguay posee la agrupación de ombúes más grande del mundo, ubicada en la Laguna de Castillos. Se destaca así mismo el enorme palmar de la especie Butiá capitata que abarca gran parte del departamento de Rocha, siendo la agrupación de palmeras más austral del mundo, con cientos de miles de ejemplares distibuidos a lo largo de decenas de kilómetros cuadrados.
Entre las especies exóticas introducidas en el territorio se destacan el eucalipto (introducida en el siglo XIX), el pino, la araucaria, el roble, el cedro santo, el sauce llorón, el abedul, el algarrobo, el romero, el hibisco, el ficus, el cactus, la hiedra, la tacuara, los árboles frutales (cítricos, guayaba, manzano, higuera, etc.), la cepa, la palmera, platanus hispanica (para la ornamentación de ciudades), juncos, plantas trepadoras, la caña de azúcar, entre otras.
La fauna autóctona de Uruguay se caracteriza por una gran cantidad de aves acuáticas y terrestres, así como también de mamíferos y reptiles. Sin embargo, la presencia humana ha puesto en peligro a diversas especies animales, en parte por la destrucción de su hábitat natural o debido a la caza furtiva.
La avifauna de Uruguay consta de alrededor de cuatrocientas cincuenta especies, veinticuatro de las cuales se encuentran globalmente amenazadas y cinco son introducidas.
Dentro del grupo de las aves de plumaje, destacan la gallinita grande y el chiricote o crespón pequeño, dos de las especies más conocidas del país. Son comunes, además, la Pardirallus, o gallinita de pico rojo y azul y la manchada. De igual importancia es también el burrito de patas rojas y el de patas verdes, de la misma forma que especies de menor tamaño como el burrito de pecho amarillo, el de alas manchadas o negruzco y finalmente el burrito pintado.
El Tero se encuentra extendido por todo el territorio y se caracteriza por su velocidad y su canto, del cual recibe el nombre vulgar de "Teru-Teru" . Por otra parte, el ñandú se encuentra en proporción estable y en los últimos años su carne ha sido comercializada en mercados extranjeros, por lo que se ha extendido la cría a de esta especie en condiciones especiales.
El cardenal presente en todo el continente americano, y otras especies como la cotorra argentina, el papagayo, el furnarius rufus, el urogallo, el cisne de cuello negro, el pato, la garza, la gaviota, así como el pelícano, el benteveo, el cuervo gris, la grúa, el águila de montaña, y la golondrina que habita en meses de verano, son aves presentes a lo largo del territorio uruguayo, al igual que el Chajá.
Se cree que en el país hay más de 200 especies de reptiles, la mayoría de ellos inofensivos para el ser humano; las serpientes venenosas se encuentran al norte, en los departamentos de Artigas, Rivera, Salto y Tacuarembó, y en las zonas serranas en el sur.
Se destacan múltiples reptiles, entre ellos varias especies de lagartos como el lagarto overo, tortugas como la morrocoyo, y serpientes como la víbora de la cruz o yarará. El yacaré overo se distribuye en el norte de Uruguay, sobre todo en el departamento de Artigas en costas del Río Cuareim y sus afluentes; al estar en peligro, existe cría en cautiverio en la reserva del Cerro Pan de Azúcar.
Es rica la fauna de batracios, llamando la atención el gran sapo gigante, la rana criolla, el escuerzo, y varias especies pequeñas, entre ellas, algunas endémicas.
La fauna de mamíferos terrestres de Uruguay comprende 77 especies agrupadas en 7 órdenes y 24 familias. De ellas, aproximadamente 40 habitan en los Humedales del Este en Rocha. Por otra parte, existe certeza de la extinción de al menos cuatro especies de este grupo en el Uruguay. Ellas son: el oso hormiguero grande (Myrmecophaga tridactyla), el jaguar (Felis onca), el pecarí de collar (Tayassu tajacu) y el ciervo de los pantanos (Blastoceros dichotomus). Este último fue visto por última vez en Rocha en 1957, precisamente en los bañados que rodean el Potrerillo de Santa Teresa.
En cuanto a los animales acuáticos, Uruguay dispone de una diversidad considerable debido a su amplia costa oceánica sobre el Atlántico, a sus ríos caudalosos, y una serie de lagos naturales y artificiales. En las playas de Punta del Este, por ejemplo, habita el lobo de mar, que se alimenta de peces y representa una amenaza para los pescadores de la zona. Durante el invierno austral, es decir, desde junio a septiembre, es posible encontrar en la costa de Montevideo alguna ballena, e incluso pingüinos. Uruguay cuenta con la segunda mayor colonia de lobos marinos del mundo. La mayor parte de ellos se encuentran en la isla de Lobos, cerca de Punta del Este. Principalmente hay dos especies de lobos marinos, Arctophoca australis, conocido vulgarmente como «lobo marino de dos pelos» y Otaria flavescens, cuyo nombre vulgar es «lobo marino de un pelo» o «lobo marino sudamericano». También hay ballenas y delfines.
Los peces de Uruguay se pueden dividir en dos grandes grupos, ambos con notable cantidad de especies, peces de agua dulce y de agua salada.
Muchas especies son explotadas deportivamente desde las costas, mientras otras sostienen una industria ligada a su reproducción sexual. Entre las muchas especies de este grupo se destacan particularmente una buena cantidad de especies de tiburones.
Los peces de agua dulce se pueden distinguir varios subgrupos:
También es conocido entre los acuaristas de todo el mundo por sus variadas especies ornamentales, muchas de ellas endémicas, de las familias Cichlidae y Rivulidae.
Existen cuatro especies que son consideradas plagas, por lo cual se autoriza la caza:
El clima en Uruguay es templado y húmedo, con veranos cálidos, inviernos frescos, y precipitaciones más o menos homogéneas durante todo el año. Uruguay es el único país de América del Sur que se encuentra íntegramente en la zona templada. La ausencia de sistemas orográficos importantes contribuye a que las variaciones espaciales de temperatura, precipitaciones y otros parámetros no sean tan altas. La temperatura media anual es de aproximadamente 17 ºC.
En Uruguay, donde tanto la influencia marítima como continental se hacen notar, la distribución de lluvias presenta una doble estación lluviosa, y se reparte entre primavera-verano y otoño, con un pico máximo en otoño y un máximo secundario en primavera.
Por su latitud, entre 30ºS y 35ºS, las cuatro estaciones están claramente diferenciadas por la temperatura. Aunque se tiende a uniformizar o promediar el clima de Uruguay, existe una diferencia clara entre el norte y el sur del territorio. La zona situada en el extremo noroeste del país (Artigas, Salto, Rivera) es considerablemente más cálida con una media de entre 18-19 °C y un promedio de precipitaciones de unos 1400 mm anuales (la zona del extremo norte tiene un comportamiento típico "subtropical templado"). El sur y el este (Montevideo, Maldonado, Rocha, Lavalleja) en cambio son más frescos con una media de alrededor de 16 °C y 1000 mm anuales (estas zonas tienen características más semejantes a las "templadas marítimas").
En Uruguay predominan formas de relieve bajas (la altura media del territorio es inferior a los 150 metros), por lo que el clima está determinado por la latitud y la influencia de las corrientes marinas del océano Atlántico. La corriente cálida del Brasil incrementa la temperatura del Atlántico desde fines de enero hasta principios de mayo; la corriente fría de las islas Malvinas enfrían sus aguas desde junio a septiembre. El efecto de ambas determina una temperatura promedio del mar a nivel superficial (Punta del Este) entre 8 °C y 23 °C según la época del año. De febrero a abril, la temperatura del océano es muy agradable y generalmente sensiblemente distinta a la que se registra desde junio hasta fines de diciembre, aunque existe importante variación interanual durante el verano.
El frío es por lo general bastante húmedo, muy ventoso con días nublados, el calor no es demasiado seco, más bien húmedo y pesado en la zona sur y más seco en el norte.
La nieve ha estado presente en la zona sur y centro del país, sin embargo lo más común son las heladas meteorológicas, que afectan mayormente a las zonas centro-sur y centro-norte del país. A modo de ejemplo de la variabilidad climática de Uruguay, en los 31 días de un mes de julio pueden registrarse 25 días de heladas como en la ciudad de Florida, 34.1° S 56.2° W, a 54 msnm, a escasos 90 km de Montevideo, (así ocurrió en julio de 2007) o solo 6 días (en julio de 2006), esto evidencia una gran variación entre años en la época fría. El verano, a diferencia del invierno, es más uniforme. El fenómeno de La Niña (año 2007) provoca un invierno uniformemente frío y sequías prolongadas (Florida, media registrada de julio de 2007 6,8 °C), en tanto que el fenómeno del Niño provoca lluvias e inviernos benignos (Florida, media registrada de julio de 2006 13,1 °C).
El clima de Uruguay es propicio para la producción ganadera a partir de los pastos naturales. Tiene por lo general una acusada estacionalidad, con un pico muy importante en primavera, debido a una combinación óptima de humedad y temperatura, y un déficit muy marcado en invierno para cubrir las necesidades nutricionales, debido a la afectación de la calidad y volumen del forraje por las heladas meteorológicas. La zona sur y este, de características marítimas, tienen un ciclo de producción de forraje más favorable que la región centro y norte.
Fuertes vientos estacionales (el pampero es un frío y, ocasionalmente, violento viento que sopla desde las pampas argentinas), sequías, lluvias torrenciales; a causa de la ausencia de montañas, las cuales actúan como barreras climáticas, todas las localizaciones son particularmente vulnerables a los rápidos cambios en el frente climático. Vientos de hasta 200 km/h pueden constatarse con una frecuencia variable de entre 30 y 45 años, 120 km/h es una velocidad más frecuente incluso cada 2 o 5 años.
El cambio climático en Uruguay se refiere a los efectos del cambio climático en Uruguay. Como resultado del aumento de las temperaturas globales, se espera que en Uruguay haya un incremento de la temperatura en 3 °C hacia el 2100 y un aumento en las precipitaciones. El aumento de las precipitaciones en 2018 causaron entre Uruguay y Argentina un costo económico estimado en US$2.500 millones, según la Organización Meteorológica Mundial.
La mayor cantidad de emisiones de Uruguay provienen de la producción de alimentos y el transporte.emisiones de gases de efecto invernadero. En 2017, Uruguay se comprometió a implementar 106 medidas contra el cambio climático mediante la Contribución Determinada a Nivel Nacional (CDN). Algunas de estas medidas incluyen reducir las emisiones en el sector de la producción de alimentos y la producción ganadera, aumentar la superficie de bosque nativo y reforzar el rol de las turberas y pastizales como sumideros de carbono. Esta CDN se encuentra a 2020 en proceso de revisión, con el objetivo de presentar una meta más ambiciosa en 2022.
A nivel global, contribuye solamente solamente un 0.05% de lasUruguay es un país signatario del Tratado Antártico con estatus de miembro consultivo, lo que significa que tiene voz y voto en las reuniones consultivas del tratado. En su documento de adhesión Uruguay se reservó los derechos que le correspondan en la Antártida de acuerdo con el Derecho Internacional.
El país cuenta con dos bases científicas en continente antártico que son administradas por el Instituto Antártico Uruguayo.
La Base Científica Antártica Artigas (BCAA), fundada el 22 de diciembre de 1984 en la isla Rey Jorge, es una base antártica permanente perteneciente a Uruguay, la misma cuenta con 13 edificios y una población de 60 personas en verano y 9 en invierno, en ella se desarrollan diversas actividades científicas.
La Estación Científica Antártica Ruperto Elichiribehety (ECARE), establecida el 22 de diciembre de 1997 por el Instituto Antártico Uruguayo en la península Antártica es una estación científica de verano uruguaya en la Antártida. Funciona como base de apoyo para diversas actividades científicas.
Los primeros humanos llegaron a lo que es actualmente el territorio uruguayo hace 14 000 años, en base a descubrimientos arqueológicos en el departamento de Artigas que por su antigüedad llevaron a replantear la fecha de la llegada del hombre al continente americano.
Las construcciones artificiales más antiguas de la región son los más de 3000 cerritos de indios que datan de hasta 5000 años de antigüedad distribuidos por el este del país, investigaciones arqueológicas han encontrado evidencia en los cerritos de perros de compañía, así como también de la agricultura del maíz, los porotos y las calabazas, práctica que anteriormente se consideraba desconocida para los habitantes prehistóricos del Uruguay.
Los pobladores del Uruguay en el momento de la conquista ibérica eran principalmente los charrúas, entre los que se distinguen los guenoas-minuanes, los bohanes y los chaná, existe controversia sobre la existencia de otro grupo conocido como los arachanes por la falta de registros históricos. Existía además el pueblo de los yaros que pertenecía a los yés mestizados o aculturados con los charrúas. Contrariamente a lo que ha sido la opinión dominante durante gran parte del siglo XIX y el XX, las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas recientes han revelado que el poblamiento del territorio uruguayo por parte de los charrúas fue mayormente posterior a la conquista europea. Más precisamente, ocurrió entre fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, y se debió a su expulsión desde los territorios de las actuales provincias argentinas de Santa Fe y Entre Ríos donde tenían su principal morada, como parte de la gran ofensiva contra los indígenas desencadenada por los colonizadores españoles luego de la guerra Guaranítica. Se acepta, sin embargo, que alguna porción del territorio uruguayo, como por ejemplo, parte del actual departamento de Colonia, tenía presencia charrúa antes de esa migración. La etnia de los minuanes, en cambio, habría sido la más populosa y extendida en el territorio uruguayo, aun después de ese desplazamiento de los charrúas.
Simultáneamente, los guaraníes, originarios de los territorios de las misiones jesuíticas, tanto durante su existencia como más aún luego de su disolución, huyeron a regiones cercanas, incluyendo al territorio uruguayo. Ellos llevaron consigo sus conocimientos europeos transmitidos a través de su contacto con la Compañía de Jesús en las mencionadas Misiones, dando lugar a la principal herencia cultural amerindia en el interior uruguayo, sobre todo en lo que tiene que ver con prácticas relativas a la cría de animales, la gastronomía, y otras costumbres.
El primer asentamiento europeo en la entonces llamada Banda Oriental fue el español San Lázaro, fundado por Sebastián Gaboto en la margen oriental del Río de la Plata a inicios de 1527. Pocas semanas después, los españoles al mando de Gaboto fundaron un segundo fuerte en la desembocadura del río San Salvador, que recibe su nombre europeo a partir del nombre del Fuerte de San Salvador. Tales establecimientos fueron efímeros.
En enero de 1680, los portugueses ocuparon la parte meridional de la Banda Oriental —violando el Tratado de Tordesillas— fundando la Colonia do Santíssimo Sacramento, frente a la ciudad de Buenos Aires. El 22 de noviembre de 1723 el Maestre de Campo Manuel de Freytas Fonseca fundó el fuerte de Montevieu. El 22 de enero de 1724 los españoles de Buenos Aires desplazaron a los portugueses, quienes fundaron en el norte de la Banda Oriental la ciudad de Río Grande en 1737, Porto Alegre en 1742 y la Fortaleza de Santa Teresa en 1762 en Rocha.
Luego de desalojar a los portugueses en 1723, Montevideo fue fundada oficialmente el 24 de diciembre de 1726 por el capitán español Bruno Mauricio de Zabala, llamado «Brazo de Hierro», comisionado por las autoridades establecidas en Buenos Aires. La nueva fundación recibió inicialmente el nombre de Fuerte San José, y luego de San Felipe y Santiago, aunque el lugar era conocido de antiguo por los españoles como Montevideu.[cita requerida] Hay varias teorías sobre el origen de la nomenclatura de Montevideo: una hipótesis afirma que podría derivar del término «monte vide eu» usado por quien avizorara por primera vez el cerro existente en sus costas. Otro origen ampliamente aceptado sería el del censo territorial en los orígenes; denominándose en su momento, a la posición donde se encuentra Montevideo: «Monte VI de E a O» —Monte sexto de Este a Oeste—[cita requerida]. Por aquel entonces España solo tenía Montevideo, sus cercanías y los departamentos de San José, Flores, Canelones y Maldonado. El 90 % de la Banda Oriental seguía siendo portuguesa desde 1680. Los portugueses establecieron relaciones con la nación chaná e introdujeron en Colonia y posteriormente en Montevideo a los africanos de naciones bantú —procedentes de los reinos de Benguela, Ngola y Kongo entre otros— como esclavos.
Los españoles se asentaron a partir de 1726, cuando se produjo la segunda fundación de Montevideo, debido al avance de tropas portuguesas en el actual territorio uruguayo y la fundación de ciudades por estos. La ciudad de Montevideo se fundó con objetivos militares y mercantiles,Virreinato del Río de la Plata le granjeó en varias oportunidades enfrentamientos con Buenos Aires, capital del virreinato.
siendo una importante plaza militar de los dominios coloniales españoles en el sur durante el siglo XVIII y el principal puerto del estuario del Río de la Plata. La importancia de Montevideo como puerto delEl 22 de noviembre de 1749, el rey de España nombra primer gobernador de Montevideo a José Joaquín de Viana. Este llega al Río de la Plata en el barco Nuestra Señora de la Concepción el 3 de febrero de 1751, desembarcando en Buenos Aires, donde jura ese cargo de primer Gobernador ante el Capitán General Andonaegui y toma posesión del mismo en sesión solemne que el Cabildo montevideano celebrara el 14 de marzo. La Gobernación de Montevideo comprendía los territorios que iban desde la boca del arroyo Cufré, en el oeste, hasta el cerro Pan de Azúcar, al este, llegando por el norte desde las nacientes de los ríos San José y río Santa Lucía, siguiendo la línea de la Cuchilla Grande hasta el cerro Ojosmín, que se encuentra en el actual departamento de Flores. En términos de la subdivisión política nacional del presente, corresponde a los actuales departamentos de Montevideo, Canelones y parte de los de San José, Flores, Florida, Lavalleja y Maldonado.
El primer virrey del Río de la Plata, Pedro de Cevallos —o Zevallos— reconquistó Montevideo y las Fortaleza de Santa Teresa así como la isla de Santa Catarina. Finalmente, en 1777, el mismo Cevallos, nombrado virrey del recientemente creado Virreinato del Río de la Plata, conquista definitivamente la Colonia, conquista que es refrendada mediante el tratado de San Ildefonso.
En 1763 se funda la ciudad de San Carlos en Maldonado con portugueses por parte de Cevallos. En 1798 y entre 1806 y 1807 se producen las Invasiones Inglesas. Tropas de Montevideo y de Buenos Aires repelen juntas los ataques de la flota inglesa —la primera comandada por el comodoro Home Riggs Popham y la segunda por el almirante Charles Stirling— venida a conquistar los territorios del Plata.
Durante la Revolución de Mayo de 1810 —iniciada en Buenos Aires— y el levantamiento revolucionario de las provincias del Plata, la ciudad de Montevideo se mantuvo fiel a las autoridades españolas, aunque no así buena parte del interior rural y las ciudades más pequeñas. Se destaca en el inicio de su formación el caudillo José Gervasio Artigas cuya intención era crear en la Provincia Oriental el núcleo de una confederación que abarcara la totalidad de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Artigas se tituló protector de los pueblos libres, reuniendo bajo su mando militar a la Banda Oriental —mayormente el actual Uruguay— y las actuales provincias argentinas de Entre Ríos, Misiones, Corrientes, Santa Fe y, brevemente, Córdoba. También pretendía integrar las Misiones Orientales —que Artigas declaraba parte de la Provincia Oriental— y la República del Paraguay. En 1815 Artigas convocó a la reunión de un congreso de esas provincias —el Congreso de Oriente— en el Arroyo de la China, actual Concepción del Uruguay en Entre Ríos, para tratar de solucionar sus problemas con el gobierno de Buenos Aires. Durante la invasión luso-brasileña Artigas centró sus operaciones desde el Campamento de Purificación.
Durante su breve período como líder y gobernante de la Banda Oriental, Artigas promovió la implementación de un avanzado programa de desarrollo social que incluía una reforma de las estructuras agrarias, a través del Reglamento Provisorio de 1815, en el que se establecía un reparto de tierras con sentido social bajo la consigna de que «los más infelices sean los más privilegiados». Dentro de esta categoría, dicho reglamento menciona a los negros, los zambos y las viudas pobres con hijos, entre otros. Como otros proyectos de desarrollo cabe mencionar la fundación de la primera biblioteca pública, el reglamento aduanero para el fomento de la producción nacional, y el primer intento de establecer una escuela pública. Este proceso llega a su fin con la invasión de los portugueses a través del Brasil. En 1816 la Banda Oriental cayó bajo el poder del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. En 1821 el Congreso Cisplatino decidió la incorporación del territorio a Portugal con el nombre de Provincia Cisplatina. En 1825 se produjo una revolución conocida como la gesta emancipadora de los Treinta y Tres Orientales, inmediatamente continuada con la Guerra del Brasil, entre el Imperio y las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta concluyó con la constitución del Estado Oriental del Uruguay en 1828 luego de firmada la Convención Preliminar de Paz.
Desde la Independencia, Uruguay intentó incorporarse al mundo occidental por medio de la expulsión de uno de los pueblos indígenas supervivientes, conocidos como los charrúas, para quedarse con sus tierras. El 18 de abril de 1831, siendo presidente el General Fructuoso Rivera y ministro de guerra el General Manuel Oribe, se llevó a cabo la Matanza del Salsipuedes en la que murieron cerca de treinta charrúas, la más importante de una serie de batallas con los pueblos originarios, que tuvo como resultado la emigración de muchos charrúas hacia Brasil y Argentina. Esta batalla fue el corolario de una guerra que antecedió a la llegada de los españoles al Río de la Plata, entre la nación charrúa y la guaranítica, esta última protegida por el general Rivera.
Los primeros cuarenta años del nuevo país fueron testigos de una gran inestabilidad política. Los continuos enfrentamientos entre blancos y colorados dieron lugar a la llamada Guerra Grande y al largo sitio de Montevideo, con el país dividido entre dos gobiernos rivales, y que presenciaron graves intromisiones en sus asuntos internos por parte de la Argentina y el Brasil. A esa guerra siguieron una serie de golpes de estado y revoluciones, que llevaron a Uruguay a participar en la larga y costosa Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. Solo después de la Revolución de las Lanzas, en 1872, comenzó una etapa de resolución más pacífica de las situaciones políticas, aunque siguieron ocurriendo pequeñas guerras civiles hasta 1904. En 1870 España reconoció la independencia de Uruguay al firmarse el Tratado de Reconocimiento, Paz y Amistad entre la República Oriental del Uruguay y el Reino de España.
A finales del siglo XIX el país había completado su organización y durante la era Batllista —liderada por el presidente en ese momento, José Batlle y Ordóñez— consolidó su democracia y alcanzó altos niveles de bienestar, equiparables a los europeos. Debido a esto, Uruguay comenzó a ser conocido internacionalmente como «la Suiza de América». Uruguay fue uno de los primeros países en establecer por ley el derecho al divorcio —1907— y uno de los primeros países en el mundo en establecer el derecho del sufragio femenino. Además, fue la segunda nación del mundo que, siguiendo los postulados de José Pedro Varela, estableció por ley un sistema educativo gratuito, obligatorio y laico —1877—.
Hubo una bonanza económica dada por las consecuencias de la II Guerra Mundial, cuando se empezó la industrialización del país, donde por años se dejó de importar productos manufacturados europeos y a fabricarse en el territorio nacional. Así se tuvo una de las más bajas tasas de desocupación. A todo esto se sumaron otros logros; el edificio más alto de América Latina en 1928 —Palacio Salvo—, la excelente infraestructura, sanidad y educación con niveles superiores a los países europeos y a muchos países de la América Latina en desarrollo, su universidad pública, el estadio más grande del mundo —Estadio Centenario—, los servicios públicos estatales —electricidad, teléfonos, gas, tranvías, ferrocarriles, agua corriente, entre otros—, un peso uruguayo que tendía a apreciarse frente al dólar, nuevas instituciones públicas, el triunfo en los campeonatos de fútbol en los Juegos Olímpicos —París 1924 y Ámsterdam 1928— y los mundiales de 1930 —cuya sede fue la ciudad de Montevideo— y 1950, en Brasil —llamado Maracanazo—, hazañas que contribuyeron a perpetuar el mito de la «edad de oro» de Uruguay.
Durante el período entre 1940-1944 que fue el año en que Uruguay entró en la Segunda Guerra Mundial, la economía dependía excesivamente del capital extranjero. Uno de los problemas de Uruguay fue que dependía en un 100% de la energía que provenía del exterior y por ello la mayor parte de los beneficios que se obtenían volvían a salir sin dar beneficio alguno al país. Por ello, el crecimiento y la evolución de Uruguay se vieron muy mermados, ya que la salida del capital no ayudaba a la inversión nacional.
A finales del siglo XIX, el motor del crecimiento de Uruguay, como el de muchos otros países de Iberoamérica, fueron las exportaciones. La diferencia fundamental de Uruguay con los demás, es que no dependía excesivamente de un único país de destino.
Entorno al cambio de siglo —1900— los principales bienes que exportaba Uruguay fueron la lana con un 42 % del porcentaje total y en segundo lugar la carne congelada con un 24 %. Solo con estos dos bienes Uruguay alcanzaba el 66 % de las exportaciones, dándole especial importancia al sector agrícola. Estos productos se dirigieron especialmente a tres mercados que fueron Bélgica, Francia y Argentina, aunque sin representar el 70 % de la exportación total. Con la I Guerra Mundial las exportaciones a estos tres países bajaron y ganaron más peso los denominados otros países. En el año 1912 las exportaciones respecto a otros países era de 30% y al cabo de 5 años pasaron a ser de 70%.
El hecho que su mercado de exportaciones fuese más amplio, fue una ventaja para la economía uruguaya ya que no dependía estrictamente de pocos países, que importaban sus productos, y no era vulnerable a los cambios de demanda de estos mercados. La economía uruguaya concentraba todos sus esfuerzos e inversiones en la producción de estos dos productos primarios, que se exportaban con cierto éxito ya que escaseaban en países, sobre todo europeos, que se dedicaban a la producción de productos manufacturados. La ganadería uruguaya adquirió un mayor peso en la economía del país, debido a los adelantos tecnológicos de la época. Se introdujeron nuevos métodos que aumentaron la productividad de los ganados, como el método de la cría, ya que en términos de extensión de tierra, esta era menor respecto a la vecina Argentina, que era uno de los mayores países exportadores de carne también. Aunque el producto estrella de la economía uruguaya fuera la lana —46 %—, la exportación de carne aumentó gracias a la utilización de frigoríficos, que permitían conservar mejor la carne, y a las mejoras en las técnicas de navegación y transporte que ayudaron los desplazamientos a larga distancia.
Las nuevas características de producción conllevaron un cambio radical en las estructuras agrícolas, dejando paso a explotaciones capitalistas orientadas al mercado, y no al simple consumo interno, pero la organización de la tierra no produjo un desarrollo económico duradero en el país. Los grandes ganaderos estaban sometidos a los intereses de capitalistas extranjeros, ingleses entre muchos, que tuvieron un fuerte control sobre la producción. En el caso particular de Uruguay se habla de un crecimiento extensivo, en el que se aumentó la utilización de tierra y se incorporó más mano de obra sin ocuparse de buscar alternativas a la falta de recursos naturales, como consecuencia de la explotación de la tierra.
Tras la era de las exportaciones, donde Uruguay vivió un período de bonanza económica, llegaron acontecimientos internacionales que hicieron tambalear no solo la economía de Uruguay, sino también la economía a nivel mundial. Estos impactos externos son: la I y II Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929 de EE. UU.; todos ellos son acontecimientos externos a Uruguay pero que le impactaron en su economía.
Como ya se ha comentado, el motor de la economía de Uruguay era el sector exportador. Con los acontecimientos bélicos de sus socios comerciales, Uruguay perdía parte de su demanda de productos del exterior y ello se reflejaba en un retroceso de su crecimiento. Durante este periodo que llegaría hasta principios de la década de los 50, Uruguay estaba a expensas de lo que sucedía en el resto del mundo y ello se observa con las fluctuaciones de su PIB pc —al alza si no hay importantes acontecimientos, y a la baja si se producen hechos de relevancia—. Por ello, hasta la implantación de las medidas de la ISI — Industrialización por sustitución de importaciones— hacia principios de la década de 1950, Uruguay estaba a expensas de la situación internacional.
En 1950 llegan las ideas en Latinoamérica de dejar de ser economías basadas en el sector primario para pasar a producir ellos mismos las manufacturas que hasta el momento habían importado o ISI. En Uruguay, por su limitada expansión geográfica y la restricción que esto suponía para desarrollar un mercado interno potente, las medidas de industrialización tuvieron menor repercusión que en los países vecinos.
Algunas medidas ISI si que llegaron a ser reales: el Gobierno Central tomó partido e impulsó numerosas empresas y se intentó importar más bienes de capital que de otro tipo para el cambio de sistema económico. Pero, como se ha comentado, para Uruguay no está nada claro que las medidas ISI tuvieran la suficiente importancia como para que se diese un cambio de modelo productivo. En cambio, el déficit público que se iniciaría aquí tendría consecuencias más adelante.
La agitación política y social en Uruguay en esta época tampoco ayudó para el despegue de su economía.
Hacia 1955 se inició una crisis económica que afectó también a las instituciones políticas. Durante la década de 1960 hubo un continuo proceso de deterioro social y económico con un notable aumento de la agitación de sectores gremiales de izquierda. Simultáneamente, se registraba la actividad de unos diez grupos revolucionarios, entre los que destacan los «Tupamaros» que se inclinaron por la guerrilla urbana. Al mismo tiempo, durante la década del 60 y 70 actuaron organizaciones de ultraderecha, como la Juventud Uruguaya de Pie —JUP— y el Comando Caza Tupamaros (CCT), conocido como Escuadrón de la Muerte. Las Fuerzas Armadas utilizaron a su favor el deterioro que asolaba al país, asumiendo protagonismo paulatinamente. Estos hechos condujeron, diez años después, a un golpe de estado que instauró una dictadura cívico-militar.
El 27 de junio de 1973 el entonces presidente, Juan María Bordaberry, disuelve el parlamento con el apoyo de las Fuerzas Armadas y meses más tarde crea un Consejo de Estado con funciones legislativas, de contralor administrativo y con encargo de proyectar una reforma constitucional «que reafirme los principios republicanos-democráticos», restringe la libertad de expresión de pensamiento y faculta a las FF.AA. y policiales para asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos.
El golpe de estado de junio de 1973 y su Consejo de Estado resultante se vio inmediatamente resistido por gran parte de la ciudadanía y por los trabajadores agrupados en la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), así como también por el Movimiento Estudiantil, principalmente representado por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU) de la Universidad de la República, quienes realizaron una huelga general de 15 días de duración, la más larga de la historia hasta el momento.
Las Fuerzas Armadas detuvieron a dirigentes de izquierda y a otros ciudadanos sin posición política acusándolos de sedición durante todo el tiempo que duró la dictadura militar, es decir, hasta 1985, así como también (durante breves lapsos) a connotados dirigentes de los partidos políticos tradicionales como Jorge Batlle Ibáñez y Luis Alberto Lacalle de Herrera, quienes posteriormente serían Presidentes de la República con la vuelta a la democracia, entre otros.
Los integrantes de partidos «de izquierda» fueron recluidos en casi total incomunicación y sufrieron torturas físicas y psicológicas (comprobadas posteriormente por organismos como la Cruz Roja Internacional), mientras que los de los partidos tradicionales fueron liberados, sin dejar por ello de ser sospechosos en todo momento y sometidos a vigilancia permanente. En las cárceles uruguayas murieron cerca de un centenar de prisioneros políticos y continúan desaparecidas otras 140 personas.
En 1976, al terminar Bordaberry su mandato constitucional, ante la convicción de que el caos político que había vivido el país era responsabilidad de su sistema político, propone a la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas una reforma del sistema institucional del país, eliminando los partidos políticos y sustituyéndolos por "corrientes de opinión" en un sistema de corte corporativista, idea que no es compartida por los militares. Las desavenencias entre Bordaberry y los militares generaron la crisis política de junio de 1976, que culminó con el cese del presidente y la designación interina de Alberto Demicheli para ocupar la primera magistratura.
Demicheli, quien hasta entonces había ejercido la presidencia del Consejo de Estado, asume la presidencia de la República el 12 de julio. Como primeras medidas de su gobierno, procedió a firmar las Actas Institucionales 1 y 2, por las que suspendía "hasta nuevo pronunciamiento" la convocatoria a elecciones generales (previstas para noviembre de ese mismo año) y se creaba el "Consejo de la Nación". En cuanto a lo que se refiere a la política económica, Demicheli ratificó el Plan Nacional de Desarrollo creado en 1972 durante el gobierno de Bordaberry. La política económica aplicada procuraba una reformulación radical de las bases del funcionamiento económico del país, una nueva alianza entre los militares y la tecnoburocracia, encaminada a la transformación de las estructuras productivas del comercio exterior, de la distribución del ingreso, de la demanda y de los precios relativos, en un marco de amplia liberalización y apertura de la economía. Finalmente, el 1 de septiembre del mismo año, Demichelli delega la presidencia a Aparicio Méndez (exministro de Salud Pública), quien asume por un período de cinco años.
El 30 de noviembre de 1980 la ciudadanía rechaza el proyecto de reforma constitucional propuesto por el régimen dictatorial, dando comienzo a un lento proceso de apertura política. El 1 de septiembre de 1981 asume la presidencia el general Gregorio Álvarez, quien en 1984 llama a elecciones, si bien con ciudadanos y partidos políticos proscritos. Tras realizarse ese mismo año, sale triunfante el Partido Colorado. Durante los primeros días de 1985 Álvarez deja el mando en manos del Presidente de la Suprema Corte de Justicia en ejercicio, Rafael Addiego Bruno y, finalmente, el 1 de marzo de 1985 el gobierno retornó a los civiles con la asunción de Julio María Sanguinetti como Presidente.
En febrero y marzo de 1985, los partidos políticos mayoritarios acordaron votar una ley de amnistía que extinguió los delitos políticos, comunes y militares conexos con estos, cometidos a partir del 1º de enero de 1962. Se exceptuó de la amnistía a los autores y coautores de delitos de homicidio intencional consumados, a cuyo respecto solamente se dispuso la revisión de las sentencias por tribunales civiles. Se excluyó a texto expreso a los funcionarios policiales y militares que hubieran cometido delitos en tratamientos inhumanos, crueles o degradantes o la detención de personas luego desaparecidas, o hubieren encubierto esas conductas.
La ley 15.848 de la Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (popularmente conocida como "ley de impunidad" o "ley de caducidad"), que cubría a todos los miembros de las Fuerzas Armadas acusados de violaciones a los derechos humanos entre 1973 y 1985, fue aprobada por el parlamento en diciembre de 1986. En los años siguientes se llevó a cabo una campaña de recolección de firmas para impulsar un referéndum para anularla. El 16 de abril de 1989, luego de que más de un 25% de la ciudadanía uruguaya habilitara con su firma el referéndum, se llevó a cabo el mismo, con un triunfo del llamado "voto amarillo" (por el color de la papeleta), que ratificaba la ley, con un margen de 57% contra 43% respecto al "voto verde", por su anulación. El triunfo del "voto amarillo" significó no anular la ley de caducidad, y mantener la amnistía a los delitos cometidos durante el gobierno militar.
En los comicios de noviembre de 1989 resultó elegido Luis Alberto Lacalle (del Partido Nacional). En 1994 Sanguinetti resultó elegido por segunda vez.
En 1996 se pone a consideración de la ciudadanía una reforma constitucional que instaura por primera vez las elecciones internas y el balotaje; dicha reforma resulta aprobada por escaso margen en el plebiscito. Siendo así, en 1999 triunfó Jorge Batlle (del Partido Colorado), como resultado de este nuevo sistema.
En julio de 2002, en uno de los momentos más candentes de la crisis bancaria, el senador del Frente Amplio, Alberto Couriel, se encargó de la interpelación del entonces ministro Alberto Bensión, en la cual todos los miembros del Frente Amplio y algunos pocos del Partido Nacional le pidieron formalmente la renuncia al cargo. Esto no sucedió, pero se removió a Rodríguez Batlle.
A mediados de julio se hizo público el rechazo del Partido Nacional, hasta entonces aliado del gobierno de Batlle, para con la política económica que se estaba llevando. Fue entonces que, junto con el Frente Amplio, volvieron a pedir la renuncia de Bensión y esa vez tuvieron mayor suerte. Bensión dejó el cargo el 20 de agosto y asumió Alejandro Atchugarry, quien entonces se desempeñaba como senador por el Partido Colorado. Atchugarry, que acababa de sufrir la pérdida de su esposa tras una larga enfermedad, se mostraba reacio a asumir en el cargo. Sin embargo Batlle encontró en él lo que buscaba, un ministro más político que técnico. Batlle puso al senador en una situación comprometida, y le planteó que si no asumía como ministro, él debería renunciar a la presidencia y Luis Hierro López tendría que tomar las riendas del país. Finalmente, Atchugarry aceptó el cargo diciéndole "Yo a usted lo quiero y lo respeto como a un padre... Bueno, los hijos no le dicen que no a sus padres". Al momento de la asunción de Atchugarry, renunció Rosario Medero, la representante blanca en el directorio del Banco Central, a pedido de su sector político.
El 30 de julio, se decretó el feriado bancario. El gobierno de Batlle se excusó diciendo que fue un pedido expreso del FMI para proceder a la liquidación de los bancos del grupo Peirano. Dicha decisión tuvo como objetivo detener la fuga de depósitos que la plaza financiera uruguaya venía sufriendo desde 2001, ya que muchos ahorristas argentinos acudieron a sus ahorros en Uruguay al verse imposibilitados de sacar dinero en su país. Los cajeros automáticos se quedaron sin dinero, y las casas cambiarias vendían el dólar a 38 pesos y lo compraban a 24. El feriado bancario finalizó el lunes 5 de agosto.
La noche del 31 de julio dejó como saldo el primer saqueo a un supermercado en las proximidades del Palacio Legislativo. El 1 de agosto se produjo una ola de estos fenómenos que sacudieron a la ciudad de Montevideo. Fueron más de treinta, y esta vez sucedieron en zonas marginales. Muchos comerciantes expresaron su voluntad de no reabrir sus comercios al día siguiente por temor a ser saqueados. El ministro del Interior, Guillermo Stirling, intentó tranquilizar a la población anunciando un refuerzo de la vigilancia policial para ocasiones futuras. El 2 de agosto no hubo ningún saqueo, sin embargo, una ola de rumores invadió la ciudad. Se rumoreó que una horda de personas se dirigía hacia el centro de Montevideo saqueando todo lo que tenían a su paso. Los comerciantes cerraron sus puertas al instante y el centro de la ciudad quedó desolado. Se dispuso un fuerte operativo policial y la Fuerza Aérea sobrevoló la capital mediante helicópteros en busca de la horda de saqueadores que nunca llegó y quizás, nunca existió.
Mientras en el país reinaba el caos, en Estados Unidos Isaac Alfie comandaba la delegación que Batlle había mandado para formar un grupo de trabajo con delegados del gobierno norteamericano, ya que Horst Köhler, director del FMI, había dado la orden de no prestarle un dólar más a Uruguay. Finalmente Estados Unidos acordó con Uruguay un préstamo puente de 1500 millones de dólares destinados a capitalizar los bancos estatales. Ese fue el comienzo del fin de la crisis económica del país.
En noviembre, el Partido Nacional decidió retirar a los ministros Antonio Mercader, Álvaro Alonso, Carlos Cat, Sergio Abreu y Jaime Trobo de sus cargos en el gobierno de Batlle, ya que querían desligarse de él.
La crisis de 2002 dejó cifras devastadoras para el país. Tal es el caso de la tasa de suicidios, que aumentó un 12,6%, es decir que dos uruguayos se suicidaban por día y se registraban muchos casos de intentos de autoeliminación.
Como consecuencia económica directa de esta crisis, el salario real tuvo una fuerte caída, llegando a su piso entre los años 2003 y 2004 con una pérdida del 22% respecto al año 2000.
Por su parte, la tasa de desempleo trepó a un máximo en el año 2002 del 17% subiendo 3 y medio puntos porcentuales respecto al momento de asumir el mandato. Hacia el final de su gobierno, los índices de desempleo revirtieron su tendencia, ubicándose en cifras inferiores a las del momento de su asunción. Por el contrario, la caída sufrida por el salario real no pudo ser revertida, ubicándose en el año 2005 unos 18,6 puntos porcentuales por debajo de las cifras del año 2000.En las elecciones presidenciales de 2004 resultó elegido el socialista y oncólogo Tabaré Vázquez, candidato por la coalición izquierdista Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría con el 50,6 % de los votos, alcanzando la victoria en la primera vuelta y logrando un parlamento con mayorías absolutas. Tabaré Vázquez perteneció al Partido Socialista Uruguayo durante más de 25 años, se desafilió del mismo en diciembre del 2008 por discrepancias filosóficas en su posición respecto a la despenalización del aborto, no obstante sin dejar de continuar siendo una persona de profundos ideales socialistas. En las elecciones municipales de 2005 el Partido Nacional obtuvo diez intendencias, el EP-FA-NM obtuvo ocho y el Partido Colorado obtuvo una.
En las elecciones legislativas de octubre de 2009 el Frente Amplio vuelve a lograr la mayoría parlamentaria con el 48 % del total de sufragios (contando votos en blanco y anulados), en tanto que el Partido Nacional resultó segundo con un 29,4 %, el Partido Colorado tercero obteniendo un 17,5 %. La votación del Frente Amplio no logró la mayoría absoluta del total de votos emitidos, incluidos los votos en blanco y anulados, entonces la elección presidencial se definió el 29 de noviembre de 2009 mediante un balotaje entre el izquierdista José Mujica del Frente Amplio y el derechista expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera del Partido Nacional.
José “Pepe” Mujica resultó elegido como presidente de Uruguay y sucesor de Tabaré Vázquez. La fórmula del Frente Amplio obtuvo el 52,4 % de los sufragios, mientras que el otro candidato, el expresidente blanco Luis Alberto Lacalle (1990-1995), logró el 43,5 %, de acuerdo con los resultados de la Corte Electoral. En torno al cuatro por ciento de los sufragios fueron en blanco o anulados. En la primera vuelta del 25 de octubre pasado, Mujica, del gobernante partido de izquierda Frente Amplio, y Lacalle, del Partido Nacional, habían sido los más votados (48 % y 29,1 % respectivamente), pero ninguno logró la mayoría. En su discurso de toma de mando, realizado el 1 de marzo de 2010 Mujica reafirmó la necesidad de que el país contara con políticas de estado. También planteó como un objetivo primordial de su administración la eliminación de la indigencia y la reducción de la pobreza en un 50 %.
En las elecciones departamentales de 2010, el Partido Nacional obtuvo doce intendencias (recupera tres, pierde una), el Frente Amplio obtuvo cinco (pierde cuatro, conquista una) y el Partido Colorado obtuvo dos (gana una más). En las elecciones generales de Uruguay de 2014 nuevamente fue elegido Tabaré Vázquez en segunda vuelta con el 56.62 % de los votos.
La República Oriental del Uruguay es un Estado unitario democrático y descentralizado de carácter presidencialista.
Según un informe publicado por la revista británica The Economist (El Economista), Uruguay es considerado el país más plenamente democrático de Sudamérica, ubicado en el puesto 27 sobre un total de 167 naciones, y además es el primero de Latinoamérica en la tabla de los países con menor índice de percepción de corrupción (elaborado por la organización Transparencia Internacional).
Su gobierno se divide en tres poderes independientes:
El poder ejecutivo es ejercido por el presidente de la República, actuando en acuerdo con el Ministro o Ministros respectivos, o con el Consejo de Ministros. El presidente es simultáneamente jefe de Estado y Gobierno, y es electo junto con el Vicepresidente mediante elección popular directa. El Presidente tiene un mandato de 5 años sin reelección inmediata hasta después de igual período desde el cese de su cargo. Se eligen en una misma candidatura presentada por el respectivo partido. En caso que ninguna candidatura obtenga la mayoría absoluta de los votos, se procede a una segunda vuelta entre las dos primeras mayorías. En dicha votación resulta ganadora la candidatura que obtenga la mayoría simple de los votos.
El Presidente de la República nombra los titulares de los Ministerios y puede destituirlos. Asimismo, la Asamblea General puede destituir a los Ministros por mayoría absoluta de votos.
El poder legislativo reside en la Asamblea General, que consta de una Cámara de Senadores de treinta y un miembros (contando al presidente de la cámara, que es el Vicepresidente de la República) y de una Cámara de Representantes de 99 miembros. Las elecciones para el parlamento se celebran en listas cerradas simultáneamente con la elección presidencial (no se aplica el voto por cada candidato a Diputado o Senador sino por una lista presentada por cada partido político). Los Diputados se eligen por departamento, mientras que los senadores se eligen a escala nacional, ambos para mandatos de cinco años. Cada uno de los 19 departamentos de Uruguay es encabezado por un intendente elegido popularmente. Los ediles de la Junta Departamental actúan como poder legislativo a nivel departamental.
El poder judicial es encabezado por la Suprema Corte de Justicia, cuyos miembros son nombrados por la Asamblea General mediante una mayoría de dos tercios y cuyos mandatos duran diez años o hasta que cumplen 70 años de edad. La Suprema Corte de Justicia es la última instancia de apelación y es también la encargada de juzgar la constitucionalidad de las leyes. El poder judicial está compuesto asimismo por Tribunales de Apelaciones, Juzgados Letrados y Juzgados de Paz.
Los gobiernos de cada uno de los 19 departamentos se organizan a semejanza del gobierno central, con dos órganos fundamentales: el Intendente Municipal (Ejecutivo), y la Junta Departamental (Legislativo). Se ocupan de las tareas domésticas del departamento, transporte, cuidado de las ciudades, residuos, alumbrado público, entre otras funciones. Cuentan con recursos propios, en particular tributos que gravan los vehículos empadronados en el departamento ("patente de rodados") y los inmuebles situados en él ("contribución inmobiliaria", tasa de alumbrado, tasa de saneamiento, etc.).
El Uruguay está dividido en 19 departamentos y tiene 125 municipios, cada uno de los cuales tiene una población igual o superior a 2000 habitantes:
Las principales ciudades en relación a su población son: Montevideo, Salto, Ciudad de la Costa, Maldonado, Paysandú, Las Piedras, Rivera, Tacuarembó, Melo y Artigas.
Por la ley N.º 18567 del 13 de septiembre de 2009 se crearon entidades locales llamadas municipios, con órganos de cinco miembros. Su presidente recibe el nombre de "alcalde" y los demás miembros el de "concejales". Los miembros se eligen por voto directo de la ciudadanía en la misma oportunidad en la que se eligen los Intendentes y las Juntas Departamentales. Por la ley N.º 18.653 del 15 de marzo de 2010 se definieron 89 municipios, cuyo territorio no abarca la totalidad del país.
Las facultades de estos órganos locales son muy limitadas y se basan fundamentalmente en la delegación de funciones que reciban de los respectivos gobiernos departamentales. Los municipios no tienen presupuesto ni funcionarios propios, y sus recursos son los que les asignen el gobierno central y los departamentos.
El Democracy Index (índice de democracia) es la clasificación elaborada por la Unidad de Inteligencia de The Economist, a través de la cual se pretende determinar el rango de democracia en 167 países.
Uruguay es junto con Costa Rica y Chile los únicos países de Latinoamérica considerados como "democracias plena", obteniendo elevadas puntuaciones en tres de las cinco áreas de valoración, aunque la baja puntuación en el área de "participación política" le impide ascender a las primeras posiciones mundiales de la tabla. Aun así, obtiene mejor promedio en la calificación que la mayoría de los países de la Unión Europea.
Las Fuerzas Armadas de Uruguay están constitucionalmente subordinadas al presidente por medio del Ministro de Defensa. En el 2003, Uruguay tenía más de 2500 soldados en 12 misiones pacíficas de la Organización de las Naciones Unidas. Las tropas más grandes se encuentran en la República Democrática del Congo y en Haití. En la península de Sinaí se encuentran 57 miembros de las fuerzas armadas. Las fuerzas armadas de Uruguay están constituidas por el Ejército Nacional, la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Uruguaya.
El ejército se compone de unos 24 000 efectivosdivisiones. Su fuerza blindada consta de 15 Ti-67 Tiran, (carros de combate T-55 capturados por Israel en 1967 durante la Guerra de los Seis Días y modernizados), 17 M24 Chaffee y 22 M41A1 Walker Bulldog. Aparte, 15 vehículos de combate de infantería BMP-1, 100 transportes blindados de personal OT - 64, 55 Thyssen Henschel - Cóndor, 24 M113A2, 15 EE-9 Cascavel, 18 vehículos de reconocimiento EE-3 Jararaca, 48 blindados 4x4 Vodniks provenientes de Rusia, y 147 Mowag Piranha.
organizados en cuatroEl actual fusil de asalto utilizado por el ejército es el FN FAL. Una empresa iraní (Moldex) licitó para sustituir el FN FAL, pero existe un embargo por parte de la ONU a las importaciones de armas desde Irán. Finalmente, la licitación dio como ganador, al fusil austríaco Steyr AUG 5.56 mm y de excelente calidad, del que se adquirirán inicialmente (en 2009), 3500 unidades, para luego llegar a 20 000, equipando a toda la fuerza.
La Armada Nacional, se compone de unos 5000 efectivos y se estructura en cuatro comandos, el Comando de la Flota, la Prefectura Nacional Naval, la Dirección de Material Naval y la Dirección de Personal Naval.
La Armada incluye al Cuerpo de Fusileros Navales que consta de cuatro brigadas y representa el cuerpo de infantería de marina de Uruguay.
Cuenta con una Aviación Naval, cuya base está ubicada en el departamento de Maldonado, a orillas de la laguna del Sauce, y su nombre es de Base Aeronaval N.º 2 «Capitán de Corbeta Carlos A. Curbelo», que le da el nombre al aeropuerto, que pertenece a la Armada Nacional, y actualmente se encuentra concesionado por decisión del gobierno en la década de 1990, también conocido como Aeropuerto Internacional de Laguna del Sauce, donde se encuentra los medios aéreos para la tarea de Control de Aguas Jurisdiccionales (CAJ) y la búsqueda y rescate en el mar (SAR).
La Escuela Naval se encuentra ubicada en Carrasco, un barrio de la ciudad de Montevideo. La instrucción consiste en 4 años de estudio, embarcándose al final del último año a bordo en el buque escuela ROU 20 Capitán Miranda por un período aproximado de un año. Este viaje sirve de experiencia práctica para los futuros marinos que visitan diversos puertos de todo el mundo, a la vez que promocionan al Uruguay como destino turístico.
La Fuerza Aérea se compone de unos 3000 efectivos y está organizada en tres brigadas aéreas. La Brigada Aérea 1, está basada en la base aérea Cesáreo Berisso que está en el Aeropuerto de Carrasco en los que están los escuadrones de transporte y helicópteros. La Brigada Aérea 2 está en la base aérea Mario W. Parallada en el Aeropuerto de Santa Bernardina y tiene a los escuadrones de caza y de ataque a tierra, además de tener a la escuadrilla de enlace y al Escuadrón de Vuelo Avanzado. La Brigada Aérea 3, está basada en la base aérea Boiso Lanza, y esta alberga al escuadrón de observación y enlace.
Aviones de combate está constituido por los estadounidenses A-37B Dragonfly. Para instrucción tienen el Aermacchi SF.260, B-58 Baron y al PC-7. Para el transporte utilizan un par de C-130B Hércules unos C-95 Bandeirante, un EMB-120 Brasilia y unos C-212 Aviocar. Las aeronaves de observación y enlace son el 206H Stationair, y T-41D Mescalero. Por último, los helicópteros incluyen UH-1H Iroquois, Twin Hueys, y AS 365 Dauphin.
Uruguay tradicionalmente ha tenido fuertes vínculos políticos y culturales con sus países cercanos y Europa. El diplomático británico Alfred Mitchell-Innes fue Ministro de Uruguay en todos los años cruciales de La Gran Guerra (1913-1919).
Con la globalización y los problemas económicos regionales, sus vínculos con Estados Unidos se han fortalecido. Uruguay es un firme defensor de la democracia constitucional, el pluralismo político y las libertades individuales. Históricamente las relaciones internacionales se han guiado por los principios de no intervención, el multilateralismo, el respeto de la soberanía nacional y la confianza en la ley para resolver las controversias. Uruguay también refleja las relaciones internacionales de su campaña para buscar mercados de exportación e inversión extranjera. Es miembro fundador de MERCOSUR. En junio de 1991, el MERCOSUR y Estados Unidos firmaron el Acuerdo de Rose Garden (conocido también como el Acuerdo "Cuatro Más Uno"). El acuerdo no fue operativo hasta junio de 2001 cuando el MERCOSUR invitó a los EE. UU. para examinar la viabilidad de las negociaciones de acceso a los mercados. La primera reunión EE. UU. - MERCOSUR se celebró el 24 de septiembre de 2001, y dio lugar a la creación de cuatro grupos de trabajo en comercio industrial, el comercio electrónico, la agricultura, y la inversión.
Uruguay tiene un TLC con México e integra el Fondo Latinoamericano de Reservas aunque no pertenece al Sistema Andino de Integración.
Luego de posiciones ambivalentes del gobierno de Tabaré Vázquez sobre el ofrecimiento estadounidense de firmar un TLC, ante la falta de completo respaldo en el Frente Amplio, las negociaciones culminaron con la firma de un Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones con EE. UU.
Uruguay es miembro del Grupo de Río, una asociación de Estados de América Latina que se ocupa de cuestiones de seguridad multilaterales. Asimismo, es un estado integrante del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca). La ubicación de Uruguay entre Argentina y Brasil conlleva a estrechas relaciones con estos dos vecinos más grandes. Uno de los primeros proponentes de la Iniciativa para las Américas, Uruguay ha participado activamente en el proceso de seguimiento periódico a las Cumbres de las Américas, en especial el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
A menudo considerado como un país neutral, al contar con un cuerpo diplomático profesional, Uruguay es llamado frecuentemente a presidir organismos internacionales. Más recientemente, Uruguay fue seleccionado para presidir el ALCA y comités agrícolas de la OMC y un uruguayo preside la Asamblea General de la OMC. Uruguay también es miembro de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), una asociación comercial con sede en Montevideo que incluye 10 países de América del Sur más México y Cuba.
Uruguay junto con Brasil, Argentina y Paraguay es un estado parte y fundador del mercosur , Chile como primer miembro asociado; y Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, como Estados asociados recientemente El Mercosur comenzó a funcionar con su propia personalidad jurídica el 15 de diciembre de 1994, fecha de entrada en vigencia del Protocolo de Ouro Preto, siendo Uruguay parte del grupo inicial de países que conformaban este bloque.
El Mercosur posee facultades legislativas, a través del dictado de Decisiones, Resoluciones y Directivas que son de aplicación obligatoria para los estados miembros (artículos 9, 15 y 20 del Protocolo de Ouro Preto).
En Uruguay existen diferentes actitudes con respecto al Mercosur desde los diferentes partidos políticos. Desde filas derechistas, el expresidente Luis Alberto Lacalle afirmó que el Mercosur debe limitarse a relaciones comerciales. Antagónicamente, el expresidente izquierdista de Uruguay, José Mujica, afirmó en su día de asunción como presidente que se debe continuar con el Mercosur aún más profundamente, según sus propias palabras,"hasta que la muerte nos separe".
El Mercosur también ha sido duramente criticado desde sus comienzos. Hay quienes afirman que, dado el tamaño comparativo de Uruguay con respecto a los otros socios del Mercosur y considerando las constantes trabas que sufren los productos de este país para exportarse a países vecinos, que al Uruguay no le conviene la actual conformación del Mercosur. En más de una ocasión, la relación entre Uruguay y el Mercosur corrió riesgo de romperse; como cuando, por ejemplo, existía la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio entre Uruguay y los Estados Unidos.
La economía de Uruguay está dominada por el sector agrícola orientado a las exportaciones, y por un sector industrial desarrollado. Después de haber crecido un 5 % por año durante el periodo de 1996 - 1998, la economía se vio fuertemente afectada por las recesiones económicas de Brasil y Argentina, y la moneda se devaluó al mismo tiempo que lo hacía la moneda argentina. Uruguay es miembro del Mercosur, y Montevideo es la sede. Tras la crisis de 2002, el país inició una prolongada fase de crecimiento económico a tasas elevadas, basado principalmente en las exportaciones de mercancías a precios elevados.
Uruguay es un país agroexportador, por lo cual la agricultura: arroz, trigo, maíz, girasol, sorgo, cebada, soja, caña de azúcar (Bella Unión) y la ganadería (vacunos, ovinos) son los recursos fundamentales de la economía. Las industrias principales son los frigoríficos, la lechera y derivados, la textil, la de papel y cartón, los fertilizantes, los alcoholes, el cemento y la refinación de hidrocarburos.
Si bien los recursos minerales y energéticos son escasos, existen grandes yacimientos de ágatas y amatistas en el norte del país (departamento de Artigas), yacimientos de granito y mármol, y extracción de oro en la localidad de Minas de Corrales. También está en estudio la búsqueda de diamantes y otros minerales.
Destaca también el sector de servicios (financieros, logística, transporte, comunicaciones) así como la pujante industria de las tecnologías de la información, en particular el desarrollo de software y servicios vinculados. Uruguay es también el mayor exportador per cápita de software de América Latina y el cuarto en términos absolutos, solo superado por México, Brasil y Argentina. En los últimos años ha crecido en importancia la explotación forestal de Eucalyptus grandis y Eucalyptus globulus, con vista a la producción de madera aserrada y madera para la producción de pasta de celulosa. Asimismo, está en construcción una planta perteneciente a Montes del Plata, resultado de la unión de las empresas Stora Enso y Arauco, así como hay otras en estado de proyecto. Se encuentra en funcionamiento una planta de pasta de celulosa perteneciente a la empresa finlandesa UPM-Kymmene (anteriormente Botnia), ubicada sobre el río Uruguay, en el departamento de Río Negro, cerca de la capital del mismo, Fray Bentos.
Otro de los principales ingresos económicos al país es el turismo: la nación cuenta con una línea costera sobre el Río de la Plata y el océano Atlántico salpicada de balnearios, entre los que se destacan Punta del Este y Piriápolis, de fama internacional. El turismo agropecuario, histórico y termal tiene importancia.
Luego de años de crecimiento, en el período 1999 - 2002 la economía sufrió una recesión importante, que derivaba fundamentalmente de los efectos indirectos de los problemas económicos de sus grandes vecinos, como Argentina y Brasil. La crisis bancaria fue provocada por el retiro masivo de los activos de ciudadanos argentinos de la banca uruguaya. Luego con la intervención del FMI, el Uruguay pudo hacer frente a sus problemas, entre ellos, la reestructuración de la deuda. El crecimiento promedio en el quinquenio 2004 - 2008 fue del 8% anual. La deuda externa al 31 de diciembre de 2014, según datos de la CIA The World Factbook llegó al 24 190 millones de dólares.
Según estimaciones del FMI, en 2009 luego de la crisis financiera internacional, la economía creció al 0,6 %. Según el Banco Central, con los datos procesados en 2010, la economía creció en 2009 en un 2,9% y en el año 2010 en un 8,5 %. Desde 2013 se asiste a un estancamiento de la actividad económica, con un crecimiento anual en declive: 5,1 % (2013), 3,5 % (2014) y 1,5 % en 2015.
El PBI nominal llegó en 2015 a los 53 790 millones de dólares, en tanto que el PBI (nominal) per cápita, corregido por paridad de poder de compra, llegó en 2015 a los 21 500 dólares, convirtiéndose en la cuarta economía de Latinoamérica, tras Argentina, Chile y México. De hecho, si se considera el PBI per cápita a precios corrientes, Uruguay lideraría en la región con 16 350 dólares por habitante, seguido por Chile y Argentina.La inflación o IPC fue del 8,7 % en 2015.
Estructura del PIB en 2002:
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Uruguay es el tercer país de América Latina (después de Chile y de Argentina) con mayor Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el 54° en el mundo.
La pobreza medida en porcentaje de personas pobres alcanza en 2014 el 9,7 %, en tanto la indigencia el 0,3 % de la población.CEPAL, Uruguay tiene el menor índice de pobreza de Latinoamérica. El promedio de ingreso mensual por habitante, a enero de 2015, en Montevideo, es en los hogares: 5 492 $ (226 US$), y por persona: 20 363 $ (838 US$). En el resto del país, hogares: 47 215 $ (1943 US$), personas: 14 386 $ (592 US$) –No incluye ingreso por aguinaldo y valor locativo (1 dólar = 24,3 $) 15 de enero de 2015, BCU–.
Según el Informe Panorama Social de América Latina 2011 de laAl comparar la incidencia de la pobreza por ascendencia, se observan diferencias contundentes. Para el año 2008, mientras la pobreza en las personas blancas era de 19,4 %, las personas afro descendientes registraban un 43,1 % para el total del país.
Según el CIA The World Factbook, las exportaciones uruguayas en 2009 totalizaron los 6320 millones de dólares y las importaciones unos 6576 millones de dólares. En el año 2010 las exportaciones uruguayas según Dirección General de Aduanas y el Instituto Uruguay XXI, fueron de 6761 millones de dólares y las importaciones unos 6320 millones de dólares, y por último en el año 2011 según las mismas instituciones, las exportaciones uruguayas fueron de 8022 millones de dólares y las importaciones de 8571 millones de dólares
Desde sus inicios como país la ganadería fue muy importante para Uruguay. La producción de carne y lana se mantuvo siempre entre los principales rubros de actividad y de exportación del país. Existen múltiples establecimientos de cría tanto de ganado vacuno (Hereford, Aberdeen Angus, y otras razas), como ovino (Corriedale, Merino Australiano). Los antiguos saladeros dieron paso en el siglo XX a las cámaras frigoríficas, desde donde las carnes vacunas uruguayas salen a muy variados destinos en el mundo.
Es importante también la ganadería en cuanto al ganado lechero. El sector ha pasado de abastecer únicamente al consumo local desde los tradicionales tambos, a la situación en el siglo XXI en que los productos lácteos industrializados son un importante rubro de exportación. Uruguay actualmente vende productos lácteos a países europeos.
La producción de ganado ovino se concentra en el norte del país, en los departamentos de Artigas y Salto aunque se reparte en el resto del país en menor medida, mientras que el ganado bovino se encuentra en todo el territorio, con más predominio en el sur del país.
La producción mineral no es uno de los rubros destacados del país, sin embargo pueden encontrarse: ágatas y amatistas en el departamento de Artigas, minas de oro en Rivera, Treinta y Tres y Lavalleja, berilo en Colonia, plomo, cinc, baritina y dolomías en Lavalleja, (se pueden encontrar estos dos últimos también en Maldonado), hierro en Rivera, Durazno, Florida y Treinta y Tres, manganeso en San José y Rivera, cuarzos y feldespatos en Florida (este último también se encuentra en Canelones), montmorillonita en Cerro Largo, caolín en Durazno, talco en Colonia y Lavalleja, ilmenita y turba en Rocha, limos en Montevideo, San José y Maldonado, calizas en Lavalleja, Paysandú y Treinta y Tres, arcilla en Montevideo, Durazno, Maldonado, San José y Canelones y arcilla yesifera en Río Negro. Asimismo en distintos puntos del país se extrae granito, granito negro, arena, yeso, cantos rodados, marga, pirita, balasto, piedra laja, triturada y bruta, diorita y granodiorita.
Existió un proyecto de explotación, el primero en el país de gran porte, de minería de cielo abierto, denominado proyecto Aratirí, para la extracción de hierro en la zona de la Cuchilla Grande, en los departamentos de Treinta y Tres, Durazno y Florida, cerca de la localidad de Valentines.
La agricultura todavía contribuye aproximadamente con el 10 % al PIB del país y es la principal fuente de divisas, poniendo al Uruguay en consonancia con otros exportadores agrícolas como Brasil, Canadá y Nueva Zelanda. Uruguay es miembro del Grupo de Cairns de los exportadores de productos agrícolas.
En Uruguay la agricultura de secano[3] [4]
es de relativamente bajos insumos de mano de obra, tecnología y capital en comparación con su agricultura de riego (arroz) y a otros países, lo que resulta comparativamente más baja en los rendimientos por hectárea, salvo el arroz, pero también abre la puerta a Uruguay para comercializar sus productos como "naturales" o "ecológicos". Campañas como "Carne uruguaya natural alimentada con pasto" y "Uruguay Natural" tienen la finalidad de establecer a Uruguay como marca en el sector de la carne, el vino y otros productos alimentarios. Se puede acceder libremente a la aptitud de sus suelos y sus características consultando a través del parcelario rural nacional de Uruguay en los servidores de mapas siguientes:Algunos cultivos agrícolas de exportación en Uruguay son trigo, cebada, avena, soja, arroz, maíz, sorgo, girasol y arándanos.
Uno de los cultivos tradicionales en este país es la vid. Este cultivo fue introducido por los colonizadores españoles a mediados del siglo XVII. Aunque tradicionalmente había viñas plantadas en todo el territorio nacional, en la actualidad se distinguen algunas zonas de concentración de viñedos y bodegas como el área metropolitana de Montevideo, los alrededores de la ciudad de Colonia y de la ciudad de Bella Unión.
Recientemente, ha surgido una industria en torno a las estancias de turismo que capitaliza las tradiciones o folclore asociados con la cultura gauchesca y los recursos restantes de las históricas estancias de la era dorada de Uruguay. Uno de los ejemplos de esta industria es el turismo relacionado con el mundo del vino y la restauración. Dada la importancia histórica de este cultivo y el espíritu asociacionista del país algunas bodegas han formado la asociación Los caminos del vino, cuyo objetivo es fomentar el turismo del vino.
Uruguay no cuenta con recursos propios de combustible fósil para la generación de energía. El potencial de energía hidráulica es relativamente pequeño. Por esta razón, el 60% de las necesidades de energía se importan. Especialmente esto causa la dependencia de las importaciones de petróleo. El gobierno alienta el uso de gas natural, que se importa desde Argentina.
Uruguay tiene tres represas hidroeléctricas en el Río Negro: Rincón del Bonete (1945), Baygorria (1960) y Palmar (1982); y una en el Río Uruguay, Salto Grande (1979), esta última compartida con Argentina. Existen una variedad de centrales a gas y a fuel-oil, que se utilizan como respaldo ante la falta de agua.
El consumo de energía eléctrica en 1999 disminuyó, debido principalmente a la recesión. Sin embargo, se espera un nuevo aumento del consumo en las próximas décadas. El mismo depende principalmente de las centrales hidroeléctricas. Una mayor expansión de la potencia de producción de electricidad a partir de las centrales hidroeléctricas es muy improbable, ya que la mayoría de los ríos en los que se puede construir presas significativas, ya están represados. A ello se agrega la problemática de las frecuentes sequías que las afectan.
En el año 2000 se instaló el primer aerogenerador experimental en la Sierra de los Caracoles, y en 2007 se instaló el primer aerogenerador comercial en Maldonado. En 2016 se alcanzaron los 1000 MW de potencia instalada.
Además, se proyectan nuevas capacidades para la generación de energía con gas natural, biomasa, etc. En algunos de estos aspectos ya existen avances o planes pilotos. Además está en discusión la posibilidad de optar por la generación a partir de un reactor atómico.
La red actual de Uruguay está integrada con la de Argentina por el oeste participando en las exportaciones y las importaciones de energía eléctrica. Actualmente está en ejecución el proyecto de interconexión con Brasil por el este, logrando de esta forma diversificar los suministros de energía.
Por otra parte, en los últimos años se han realizado campañas de exploración de hidrocarburos tanto en tierra (onshore) como en la plataforma continental marítima (offshore) logrando importantes avances en el conocimiento en esta área.
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