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Ciutat de València



De izquierda a derecha y de arriba abajo: la torre de la iglesia de Santa Catalina, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la plaza del Ayuntamiento, una barraca en La Albufera, falla del Ayuntamiento, el jardín del Turia, la lonja de la Seda, las torres de Serranos, el palacio de la Generalidad Valenciana, el Oceanográfico, la catedral, el puerto, la playa de la Malvarrosa y el mercado de Colón.

Valencia (en valenciano y oficialmente, València,[6]AFI: [vaˈɫensia])[7]​es un municipio[8]​ y una ciudad de España, capital de la provincia homónima y de la Comunidad Valenciana. Con una población de 801 545 habitantes (2020), [9]​que sube a 1 581 057 habitantes (2020) si se incluye su espacio urbano,[10]​ es la tercera ciudad y área metropolitana más poblada de España, por detrás de Madrid y Barcelona.[11]

Valencia fue fundada por los romanos como colonia en el año 138 a. C., siendo cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, y se denominó Valentia Edetanorum. Varios siglos después, en el año 711, los musulmanes ocuparon la ciudad aportando su lengua, religión y costumbres, como la implantación de sistemas de riego y la introducción de nuevos cultivos. En 1238 el rey cristiano Jaime I de Aragón reconquistó la ciudad, y repartió las tierras entre los nobles que le ayudaron a conquistarla, tal y como queda testimoniado en el Llibre del Repartiment, así como también creó una nueva ley para la ciudad, los Fueros de Valencia, los cuales se hicieron extensivos al resto del reino de Valencia. En el siglo XVIII, Felipe V derogó los fueros como castigo al reino de Valencia por alinearse con los austracistas en la guerra de sucesión española. En 1982 se instituyó a Valencia como la capital de la actual Comunidad Valenciana, tal y como recoge el Estatuto de Autonomía.

La ciudad está situada a orillas del río Turia, en la costa levantina de la península ibérica, justo en el centro del golfo de Valencia, aunque en el momento que los romanos la fundaron, se encontraba en una isla fluvial del Turia, a unos cuatro kilómetros de distancia del mar. A unos diez kilómetros al sur de la ciudad se encuentra la Albufera de Valencia, la cual es propiedad del Ayuntamiento de Valencia desde 1911 cuando la compró a la Corona de España por 1 072 980,41 pesetas.[12]​ La albufera es uno de los lagos más grandes de España, ya que tiene cerca de 2100 hectáreas de superficie,[13]​ a las cuales hay que añadir una extensión de 14 100 hectáreas de marjal dedicadas al cultivo del arroz.[13]​ Debido a su valor cultural, histórico y ecológico, este paraje natural fue el primer parque natural que declaró la Generalidad Valenciana, en 1986.

En la actualidad la economía de la ciudad se centra en los servicios, ya que cerca del 84 % de la población activa ocupada pertenece al sector servicios. No obstante, la ciudad mantiene una base industrial, con un porcentaje de población ocupada del 5,5 %. Por otro lado, las actividades agrícolas, aun teniendo una importancia relativamente menor con solo el 1,9 % de la población activa ocupada, perviven en el término municipal con un total de 3973 hectáreas, las cuales están ocupadas en su mayor parte por cultivos de huerta y cítricos.[14]

Su casco histórico es uno de los más extensos de España, con aproximadamente 169 hectáreas,[15]​ y gracias a su patrimonio histórico y monumental y sus diversos espacios escénicos y culturales la convierten en una de las ciudades con mayor afluencia de turismo nacional e internacional de todo el país. Entre sus monumentos más representativos se encuentran el Miguelete, la Catedral, las Torres de Serranos y de Quart, la Lonja de la Seda, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, y la Ciudad de las Artes y las Ciencias.[16]​ También hay que destacar que el Museo de Bellas Artes de Valencia es el museo pictórico más importante de la Comunidad Valenciana siendo por su relevancia la segunda pinacoteca de España,[17][18]​ al igual que el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el cual tiene por objetivo el investigar y difundir el arte del siglo XX.[19]

Debido a su larga historia, esta es una ciudad con innumerables fiestas y tradiciones, entre las que caben destacar las fallas, las cuales fueron declaradas como fiestas de interés turístico internacional el 25 de enero de 1965[20]​ y Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el 30 de noviembre de 2016,[21]​ y el Tribunal de las Aguas, también declarado en 2009 como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.[22]​ Además de esto, Valencia ha sido, y es en la actualidad, escenario de diversos eventos mundiales que han contribuido a configurar la ciudad y darle proyección internacional, como han sido la Exposición Regional de 1909,[23][24]​ la 32.ª[25]​ y la 33.ª Copa América de vela,[26]​ el Gran Premio de Europa de Fórmula 1,[27]​ el Open 500 de tenis,[28]​ y el Global Champions Tour de Hípica.[29]

Desde 2015, el alcalde es Joan Ribó, de Compromís, que llegó a la alcaldía gracias al Pacto de gobierno de la Nau, firmado por su formación con el PSPV y València en Comú. En 2019, Joan Ribó i Canut ganó las elecciones y fue reelegido alcalde.

El topónimo de «Valencia» deriva del término latino Valentia Edetanorum, que le dieron los romanos al fundarla.[30]​ Dicha denominación puede traducirse como 'Valor (o fuerza) en la tierra de los edetanos' (o simplemente como 'Valor de los Edetanos'), y se enmarca en la costumbre, ya practicada en Italia en el siglo II a. C., de fundar colonias con topónimos alegóricos de virtudes militares.[31]​ Los árabes la denominaron مدينة التراب (Madīna at-Turab, 'Ciudad de la arena'), por estar emplazada en la orilla del río Turia, mientras que reservaron el término بلنسية (Balansīa) para la totalidad de la taifa de Valencia.[32]​ En la época de Abd al-Aziz la ciudad recuperó para sí el nombre de Balansīa,[32]​ que pasaría a ser Valencia en castellano.

En 2016, el Pleno del Ayuntamiento acordó por unanimidad recuperar un decreto municipal no oficializado en el año 1996, por el que se inician los trámites oportunos para oficializar la denominación oficial en valenciano, València,[33]​ como única forma oficial,[34]​ cambio que tuvo lugar tras los respectivos vistos buenos de diversas instituciones gubernamentales, entre ellas la Academia Valenciana de la Lengua que consideró mayoritariamente que la grafía adecuada desde el punto de vista histórico y lingüístico de València era con «e» abierta, aunque la pronunciación recomendada para los valencianos es con «e» cerrada.[35]​ El 14 de febrero de 2017 se publicó en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana el cambio de denominación del municipio de Valencia por la forma exclusiva en valenciano,[36]​ hecho que fue oficial tras su publicación en el BOE.[37]

A lo largo de la historia la ciudad ha recibido varios apodos, como el de la Ciudad de las mil Torres,[38]​ durante los siglos XVII y XVIII, la Capital del Turia o el Cap i Casal. También durante varios siglos y hasta época reciente fue conocida como Valencia del Cid.[39]

Desde su fundación, Valencia ha sido la capital de la taifa de Valencia, del reino de Valencia, de la Segunda República Española y de la actual Comunidad Valenciana. Debido a esto, en los últimos años se está trabajando en la redacción de la Carta Municipal de Valencia,[40][41]​ la cual tendría rango de norma autonómica, y regularía la gestión, organización y competencias de la capital de la Comunidad para contribuir a esclarecer y a delimitar las competencias propias del Ayuntamiento de la ciudad, así como para establecer la dotación económica presupuestaria para llevarlas a cabo.[40][42]

Desde la conquista de la ciudad por Jaime I hasta el reinado de Pedro el Ceremonioso la ciudad utilizó como armas propias un escudo alusivo a su emplazamiento, «una ciudad amurallada sobre olas». Este emblema aparece representado en uno de los primeros sellos municipales (1312) y en el escudo esculpido en la puerta gótica de la catedral. No obstante, ya desde el siglo XIV Valencia empleó como divisa las propias armas reales, ya que el rey Pedro el Ceremonioso en reconocimiento a la resistencia opuesta por Valencia a Pedro el Cruel de Castilla durante la guerra de los Dos Pedros (1356-1365), le concedió a la ciudad de Valencia el derecho a utilizar en su escudo y bandera las armas reales de Aragón y la corona real. Además de esto, como símbolo de la lealtad de la ciudad frente a los dos asedios sufridos en la guerra con Castilla, el rey añadió a izquierda y derecha del escudo una «L» (de lealtad), timbradas con la corona real. De este modo, el consejo municipal (Consell municipal) fijó la composición del escudo ya en el año 1377:

El actual escudo[43]​ deriva de las armas reales de Aragón, aunque posteriormente se le han ido incorporando nuevos elementos, como el murciélago, lo rat penat en valenciano, una evolución de un guiverno, el cual aparece también en el escudo de la Generalidad Valenciana, y que se integró en el emblema de la ciudad en el año 1503. El murciélago ya se utilizaba en algunos casos y se asociaba a algunos mitos de la conquista de Valencia por Jaime I, aunque este no fue oficial hasta el siglo XVII. El último elemento que se incorporó al escudo se debe a Fernando VII, quién otorgó dos ramas de laurel como recompensa a la resistencia de la ciudad durante la guerra de la Independencia.

En la actualidad el escudo tiene el siguiente blasonado: «En escudo losanjado, campo de oro con cuatro palos de gules, dos eles coronadas como tenantes y en la parte inferior dos ramas de laurel. Al timbre, corona real abierta surmontada de un murciélago, visto de frente y con las alas extendidas, de sable».

La denominada Real Señera, Señera Coronada, o Señera tricolor, es la misma bandera que la de la Comunidad Valenciana.[44]​ El origen de esta bandera viene de una enseña heráldica, es decir un escudo, que fue evolucionando hasta adoptar la forma de una bandera, con una corona sobre las barras de los reyes de la Corona de Aragón.[45]​ De este modo, actualmente la bandera de la ciudad queda establecida de la siguiente manera: «La Bandera de Valencia es la tradicional "Señera" compuesta por cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, coronada por poseer el título de Reino y franja azul junto al asta.»

La ciudad de Valencia se encuentra en la costa mediterránea de la península ibérica, sobre la gran llanura aluvial de los ríos Júcar y Turia, justo en el centro del golfo de Valencia.[46]​ La ciudad primitiva estaba ubicada a unos cuatro kilómetros del mar, en una isla fluvial del Turia. Los montes más cercanos a la ciudad son algunas de las últimas estribaciones del sistema Ibérico en la Comunidad Valenciana, como el Cabeçol de El Puig y la sierra Calderona, a unos 12 km y 25 km al norte de la ciudad respectivamente.[46]

Valencia ha sido tradicionalmente la capital de la extinta comarca histórica y natural de la Huerta de Valencia, comarca que en 1989[47]​ se disgregó para formar las comarcas de la Huerta Norte, Huerta Sur, Huerta Oeste y ciudad de Valencia, quedando así constituida como la única ciudad-comarca de la Comunidad Valenciana, la conocida como la «Ciudad de Valencia». De este modo, la comarca de Valencia se extiende tan solo a la ciudad, sus pedanías, y el lago de la Albufera.[13]​ La «Ciudad de Valencia» limita al norte con las comarcas de Huerta Norte y Campo de Turia, al este con el mar Mediterráneo, al sur con las comarcas de Huerta Sur y Ribera Baja, y al oeste con la comarca de Huerta Oeste.

En cuanto a su término municipal, el territorio que incluye el casco urbano presenta los siguientes límites:

El exclave de Rafalell-Vistabella limita con Massamagrell, Massalfassar y el Mar Mediterráneo.

El exclave de Mauella i Tauladella limita con Museros, Albuixech y Albalat dels Sorells.

El exclave de Cases de Bàrcena limita con Foios, Meliana, Almàssera, Bonrepós i Mirambell y Vinalesa.

Panorama urbano de Valencia. En la izquierda de la imagen aparecen la Torre de Francia y el CC. Aqua, en el centro la ciudad de las Artes y las Ciencias, y al fondo el Puerto de Valencia y el mar Mediterráneo.

La ciudad de Valencia se encuentra en el centro de la depresión valenciana, al sur del sector ibérico. Esta llanura es la mayor planicie de toda la cuenca mediterránea española, y se encuentra en el centro de la Comunidad Valenciana. La depresión limita con la sierra Calderona al norte, con las montañas de la serranía del Turia al noroeste, con la sierra de las Cabrillas al oeste, con el macizo del Caroig al suroeste y con la Serra de Corbera y el Mondúver por el sur.[46]

Su origen se debe, en un primer momento al proceso de hundimiento del golfo de Valencia, iniciado hace unos 6 millones de años, y en un segundo lugar, al proceso de colmatación de la zona por el aporte sedimentario de los ríos Palancia, Turia y Júcar, así como también de los barrancos de Carraixet y Poyo. Este proceso se vio acelerado por la baja acción erosiva del mar, y en los últimos tiempos por la acción antrópica, ya que el hombre ha acelerado el proceso de colmatación de las zonas húmedas mediante aterramientos selectivos.[48]

No toda la depresión es una llanura perfecta, ya que las zonas extremadamente llanas más próximas al litoral están conectadas con extensos piedemontes interiores, como son el pla de Cuart o el campo de Liria. También cabe destacar que la llanura se encuentra salpicada por pequeñas lomas que rompen la unidad, como el Cabeçol de El Puig, la montaña de los Santos de Sueca, la sierra Perenchisa de Torrente o la montaña de las Zorras de Cullera.[46]​ La mayor altitud del municipio de 104 metros se encuentra en Horteta.[2]​ De este modo, los paisajes tradicionales de esta unidad de relieve son los campos de cultivo de la huerta y las zonas húmedas, como la albufera de Valencia[13]​ y los marjales de Rafalell y Vistabella y del Moro.[46][49]

El río que atraviesa la ciudad es el Turia. Este es un río de la vertiente mediterránea de la península ibérica, el cual nace en la muela de San Juan de los montes Universales, término municipal de Guadalaviar (Teruel), y tras 280 km de recorrido desemboca al norte de la playa valenciana de Pinedo. Son famosas sus crecidas, en especial la del 14 de octubre de 1957, conocida como la gran riada de Valencia, que con un caudal de 3700 m³/s inundó gran parte de la ciudad de Valencia produciendo una gran cantidad de daños materiales y personales.

Este hecho hizo crear un proyecto para desviar dicho cauce y evitar posteriores inundaciones, así mismo procuraba generar nuevas infraestructuras para el crecimiento de la ciudad. Este proyecto se materializó con la construcción de un nuevo cauce desviándolo por el sur de la ciudad, conocido como Plan Sur;[50]​ dicho cauce aparentemente está seco, debido a que solo discurre caudal por él durante las crecidas, pues los caudales ordinarios se utilizan para el regadío de la vega de Valencia en las tomas de las acequias desde el azud del Repartiment. El antiguo cauce que pasa por la zona centro de la ciudad se ha convertido en un espacio lúdico-cultural, el jardín del Turia.

A lo largo de la historia se ha utilizado el agua del Turia para la irrigación de los campos de cultivo, para lo cual se desarrolló una compleja red de irrigación, cuyo eje fundamental son las acequias de la vega de Valencia.[51]​ Estas acequias toman sus aguas de los últimos caudales del río, aguas abajo del azud de la acequia de Moncada. Finalmente las escorrentías y aguas sobrantes del Turia se aprovechan para la acequia del Oro y los regadíos de Francos y Marjales de Valencia.

Las ocho acequias son, por el margen derecho: la acequia de Quart, de esta acequia parte luego la acequia de Benàger i Faitanar que tiene categoría de acequia madre también; la acequia de Mislata;[52]​ la acequia de Favara;[53]​ y la acequia de Rovella. Y por el margen izquierdo: la acequia de Tormos; la acequia de Mestalla; y la acequia de Rascanya.

Valencia cuenta con un clima mediterráneo suave y ligeramente lluvioso durante los inviernos y caluroso y seco durante los veranos. De acuerdo con los criterios de la clasificación climática de Köppen Valencia tiene un clima de transición entre los climas mediterráneo (Csa) y semiárido cálido (BSh).[55]​ La temperatura media anual es de 18.4 °C.[56][57][58]

El clima de Valencia presenta veranos cálidos e inviernos suaves. Enero es el mes más frío, con temperaturas máximas medias de 16-17 °C y temperaturas mínimas de 7-8 °C. Las nevadas y las temperaturas bajo cero son raras dentro del núcleo urbano de la ciudad pero ocurren.[59]​. El mes más cálido es agosto, con temperaturas máximas medias de 30-31 °C y temperaturas mínimas de 21-23 °C y una humedad relativa moderadamente alta. La amplitud térmica diaria es reducida debido a la influencia marítima: en torno a los 9 °C de media. Del mismo modo la amplitud térmica anual es pequeña por la influencia del mar, situándose entre 9 y 10 °C.[57][58]

Las precipitaciones anuales se sitúan entre 450 y 500 mm, con mínimos marcados en verano (de junio a agosto) especialmente en julio con una media de unos 8 mm; y máximos en los meses de otoño, especialmente en septiembre y octubre (llegando la media algo por debajo de los 80 mm en octubre) por el efecto de la gota fría, que ha llegado a acumular en varias ocasiones más de 150 mm en un día, causando inundaciones. La humedad media anual es relativamente alta debido a la influencia del mar, situándose alrededor del 65 % y variando poco a lo largo del año.[57][58]

A continuación se muestra una tabla con los valores climatológicos en el periodo de referencia 1981-2010 del observatorio de la AEMET situado en Jardines del Real (Valencia), a 11 msnm. Los valores extremos son del período 1981-2015.

A continuación algunos récords climatológicos registrados en el observatorio de la AEMET situado en Jardines del Real (Valencia), considerados a partir del año 1937 para la temperatura y precipitación y a partir de 1945 para el viento. El récord de temperatura máxima absoluta es de 43 °C registrada el 27 de agosto de 2010, y la mínima de –7.2 °C registrada el 11 de febrero de 1956. La precipitación máxima en un día es de 262,6 mm registrados el 17 de noviembre de 1956, y la máxima racha de viento es de 117 km/h registrada el 25 de febrero de 1989.[60]

El principal riesgo natural que sufría la ciudad de Valencia eran las inundaciones, ya que a lo largo de la historia el río Turia ocasionó varias desbordamientos e inundaciones muy graves de la ciudad. Entre todos estos desbordamientos del Turia, el más grave fue el ocurrido el 14 de octubre de 1957 con la Gran riada de Valencia, cuando se produjeron precipitaciones superiores a los 300 mm en buena parte de la cuenca hidrográfica del Turia (361 mm en Bejís, aunque esta población está ubicada en la cuenca del río Palancia), las cuales originaron dos ondas de crecida sobre Valencia, la primera de 2700 m³/s y una velocidad media de 3,25 m/s; y la segunda, más violenta, de 3700 m³/s y 4,16 m/s. Estas ondas de crecida inundaron la mayor parte de la capital valenciana, causando la muerte a más de 80 personas, además de cuantiosos daños materiales.

Tras esta riada se proyectó desviar el cauce del Turia por el sur de Valencia, con el proyecto llamado Plan Sur. Este proyecto dotaba al río de una capacidad de desagüe de 5000 m³/s,[50]​ además de otras obras menores de regulación del río. Ante la tardanza de las ayudas por parte del gobierno tras la riada, el alcalde Tomás Trénor Azcárraga se enfrentó a Francisco Franco, el cual le destituyó. Sin embargo, con su comportamiento el alcalde logró su objetivo, ya que a partir de sus críticas se agilizaron las ayudas a la ciudad y comenzaron las obras del desvío del Turia.

Otro riesgo que suele afectar a la zona mediterránea de la península ibérica son las olas de calor y de frío. Valencia sufre cada año en los meses veraniegos varias alertas por olas de calor, las cuales son según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) un período de al menos 3 días con temperaturas anormalmente elevadas. Estas olas de calor pueden provocar los denominados golpes de calor, causantes incluso de muertes. Por el contrario, en los meses invernales el peligro viene por las olas de frío, ya que las temperaturas pueden llegar a caer puntualmente por debajo de los 0 °C. Esto se debe a la irrupción de corrientes de aire gélido procedentes del Ártico o de Siberia en el territorio valenciano.[46]​ Las principales consecuencias de las olas de frío son los cortes de carreteras por placas de hielo o el peligro de hipotermia para las personas sin hogar.

El riesgo sísmico también afecta a Valencia, ya que la ciudad se encuentra en una zona de moderada peligrosidad sísmica. A lo largo de la historia Valencia ha sufrido varios terremotos,[61]​ siendo unos de los más fuertes el registrado el 16 de septiembre del 2003, el cual tuvo una magnitud de 4,2 en la escala Richter, aunque ese no fue el de mayor intensidad, ya que en los años 1823 y 1904 la ciudad también sufrió sendos terremotos de intensidad 5.[61]​ Hay que destacar que a lo largo de los años 2010 y 2011 se produjeron 16 terremotos, aunque todos ellos de baja intensidad, con magnitudes entre 1,5 y 2,8 en la escala Richter.[62]

Valencia se encuentra en el piso bioclimático termomediterráneo, por lo que su vegetación clímax es el bosque mediterráneo, mientras que la maquia se da en aquellas zonas donde ha desaparecido la vegetación arbórea.[63]​ Con motivo de la antropización del medio, en la mayor parte del término municipal predominan las especies vegetales nitrófilas, con la excepción de las que se dan en el entorno de los humedales costeros (Albufera y marjal de Rafalell y Vistabella) y de los cauces fluviales.[64]

Las principales especies arbóreas que se pueden encontrar en los espacios de bosque mediterráneo que quedan en el término municipal de Valencia (fundamentalmente en la Dehesa del Saler) son la carrasca, el pino carrasco y el taray, mientras que las especies arbustivas, las cuales se dan en el sotobosque o en zonas de maquia, son el lentisco, el enebro, la coscoja, el mirto, el tomillo, la aliaga, el romero, la satureja y el palmito.

Por otra parte, las especies arbóreas asociadas al bosque de ribera (cauce del Turia) son los sauces, los alisos, los chopos o álamos, los fresnos, los olmos y los tarays, mientras que las especies arbustivas asociadas a este tipo de bosque son entre otras los juncos, los carrizos, las aneas, las adelfas y las zarzas. En torno a las zonas húmedas y acequias se encuentran varias comunidades de vegetación palustre, las cuales hunden sus raíces en el agua dulce o el lodo húmedo, como las cañas, las aneas, las mansiegas y los carrizos.

En los cordones dunares más cercanos al mar destaca la presencia de «especies pioneras». Unas de estas especies son propias de las dunas móviles, como el carrizo o la campanilla de mar, y las otras son típicas de las dunas fijas, como el aladierno o el lentisco. Finalmente, en las malladas de las dunas se dan algunas especies suculentas, como la hierba salada o la salicornia.

El territorio valenciano presenta una gran biodiversidad, la cual es mayor en torno a la Albufera de Valencia, donde se encuentra el Centro de recuperación de fauna La Granja de El Saler.[65]​ Algunas especies de peces con presencia en el término municipal de Valencia son el fartet y el samarugo, especies endémicas de la Comunidad Valenciana, así como la anguila, el mújol y la lubina, de especial importancia económica.[66]

La extraordinaria riqueza avícola del territorio valenciano,[67]​ puede observarse por la gran variedad de especies que hay en el territorio de Valencia. En el término municipal pueden encontrarse varios tipos de anátidas, como el pato colorado con hasta 10 000 ejemplares, la cuchara común con hasta 20 000 ejemplares o el ánade azulón. También son destacables las colonias de garzas, pudiendo reseñar la garcilla bueyera, la garcilla cangrejera o la garza real. Por último también es destacable la presencia de especies como el charrán común, el charrán patinegro, la cigüeñuela común, la cerceta pardilla o la gaviota.

Por lo que respecta a los mamíferos que se pueden encontrar en el territorio de Valencia, destacan las especies de roedores, como la rata parda, la rata de agua, el ratón de campo o el ratón moruno. Aunque también pueden encontrarse algunos grupos de musarañas, zorros y murciélagos (el murciélago de cueva, el murciélago rabudo, etc.).

En el término municipal de Valencia también hay algunas especies de anfibios, como el sapo partero común, el sapo común, el sapo corredor, el sapillo pintojo, el sapo de espuelas, el sapillo moteado, el gallipato y la rana verde común.[68]​ Así como también hay presentes varios tipos de reptiles, como lagartos y lagartijas (la lagartija ibérica, el lagarto ocelado, el eslizón ibérico, la lagartija colirroja y la lagartija colilarga), culebras (la culebrilla ciega, la culebra de escalera, la culebra de herradura, la culebra bastarda y la víbora hocicuda), salamanquesas (la salamanquesa costera y la salamanquesa común), y tortugas o galápagos (el galápago europeo y el galápago leproso).[69]

La ciudad de Valencia cuenta en su término municipal con varios lugares y espacios naturales de especial importancia ecológica, cultural y paisajística, los cuales deben en gran parte su estado actual a la acción del hombre.

Este paraje de 21 120 ha fue declarado parque natural por la Generalidad Valenciana el 23 de julio de 1986, y desde el año 1990 está incluido en la Lista de zonas húmedas de importancia internacional para las aves establecida por razón del Convenio de Ramsar de 2 de febrero de 1971. Desde el año 1992 es zona LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) y desde 1994 está incluido en las áreas ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Esta zona húmeda se encuentra situada a unos 10 km al sur de la ciudad de Valencia,[70]​ y comprende un sistema formado por el lago de la Albufera, su entorno húmedo, y el cordón litoral adyacente a ambos.[13][71]

El marjal de Rafalell y Vistabella, con una extensión de 102,92 ha, es uno de los últimos marjales que se extendían al norte del río Turia desde Alboraya a Sagunto, el cual se nutre de aguas subterráneas y de restos de riego.[72][73]​ En cuanto a la vegetación de este humedal, hay que destacar que este está dominado por carrizales y juncales, los cuales sirven de refugio a varias especies de aves palustres y limícolas, así como también algunos vestigios de vegetación dunar sobre dunas semifijas y de vegetación de saladar, con especies como el limonio fino o la salicornia. En el marjal hay algunas acequias y pequeñas lagunas con vegetación subacuática, como la lengua de oca o la espiga de agua. Los peces con presencia en el marjal son la anguila, la lubina, el múgil y el pejerrey, aunque existen hábitats apropiados para la reintroducción de especies endémicas valencianas como el samarugo, el fartet, la colmilleja o la gambita de acequia.[72]

La huerta valenciana[49]​ nació en la época del Imperio romano, cuando Valencia fue un centro logístico y de hibernación para sus campañas de conquista en Iberia. Los romanos introdujeron nuevos cultivos, como los cereales, el olivo y la vid; no obstante estos y por las condiciones propias del entorno no eran lo suficientemente productivos.

Aunque lo que hoy conocemos realmente como la huerta valenciana se desarrolló en la Edad Media, durante el periodo islámico. Ya que los musulmanes crearon una importante red de infraestructuras de irrigación: acequias; azudes; y pequeñas presas. Esta red derivaba las fuertes avenidas del Turia y los barrancos, consiguiendo desecar grandes zonas pantanosas y llevando el riego los campos. Al mismo tiempo se desarrollaron diversas actividades a lo largo de estas infraestructuras como: molinos de agua, donde se aprovechaba el caudal que circulaba por las acequias; lavaderos, los cuales daban servicio a las viviendas o alquerías cercanas.

Valencia cuenta con dos playas urbanas de arena fina y dorada, la playa de las Arenas y la playa de la Malvarrosa, las cuales delimitan por el sur con el puerto de Valencia y por el norte con la playa de la Patacona de Alboraya.[74]​ Son unas playas de carácter urbano, que cuentan con un extenso paseo marítimo en el que hay numerosos y amplios locales, los cuales ocupan antiguas casas de baño, y ofrecen una amplia oferta de alojamiento y gastronomía local.

Las playas de la capital situadas al sur del Turia no tienen un carácter urbano tan marcado y presentan un ambiente más solitario. Desde las playas de Pinedo, con el sector de la Casa Negra donde se practica el nudismo, hasta la playa del Perellonet o del Recatí y la gola del Perelló, hay más de 15 kilómetros de costa arenosa (protegida por dunas), las cuales constituyen una oferta de playas espaciosas, rodeadas por el parque natural de la Albufera.[75]

Recientemente se han encontrado restos arqueológicos de los siglos IV a. C. y III a. C..[76]​ Estos son los testimonios más antiguos de la presencia humana en la comarca. Investigaciones recientes han permitido conocer que Valencia y su entorno, hoy incluido dentro del entorno urbano, formaban parte de una ruta comercial de cerámica de lujo.[77]

Valencia es una de las ciudades más antiguas de España, ya que se fundó con el nombre de Valentia Edetanorum por unos dos mil colonos romanos en el año 138 a. C., en tiempos del cónsul Décimo Junio Bruto Galaico. Esta era una ciudad clásicamente romana en su concepción, ya que se ubicó en un lugar estratégico cerca del mar, una isla fluvial atravesada por la Vía Augusta, que comunicaba la actual Andalucía (Bética) con la capital del imperio (Roma). El núcleo principal de la ciudad se localizaba en el entorno de la actual plaza de la Virgen. Allí se encontraba el foro y el cruce del Cardo y el Decumano, que eran y siguen siendo los dos ejes principales de la ciudad. El Cardo corresponde a las actuales calles Salvador-Almoina y el Decumano a la calle de los Caballeros.[3][78]

Durante la guerra entre Cneo Pompeyo Magno y Quinto Sertorio, en el año 75 a. C., se destruyó la ciudad de Valenctia, la cual no volvió a reconstruirse hasta pasados unos 50 años. Tras este periodo de abandono, la ciudad recuperó su población y comenzó a construir grandes obras de infraestructura, ya en el siglo I, lo cual propició que a mediados de siglo la ciudad viviera un periodo de gran crecimiento urbano. Aunque pasados los siglos, en el siglo III, Valencia vivió una nueva época de decadencia. Finalmente, durante los últimos años del Imperio romano, en el siglo IV, la ciudad comenzó a conformar una primitiva comunidad cristiana.[78][79]

Unos siglos después, coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos y con el vacío de poder dejado por la administración imperial, la iglesia asumió las riendas de la ciudad y los edificios de culto cristiano fueron reemplazando los antiguos templos romanos. Con la invasión bizantina del sudoeste de la península en 554 la ciudad cobró una importancia estratégica, instalándose en ella contingentes militares visigodos.[79]​ Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una etapa oscura, mal conocida por la historia y apenas documentada por la arqueología, que parece testimoniar un tono de vida urbana muy bajo. Durante el período visigótico fue sede episcopal de la iglesia católica, sufragánea de la archidiócesis de Toledo que comprendía la antigua provincia romana Cartaginense en la diócesis de Hispania.[80]

La etapa inmediatamente posterior a la conquista musulmana del año 711, constituye un periodo oscuro de la ciudad del que no se cuenta con gran información. Pese a esto, se conoce que Abd al-Rahman I (primer emir de Córdoba) ordenó destruir la ciudad, aunque varios años después Abd Allah al-Balansi, hijo de Abd al-Rahman I, ejerció una especie de gobierno autónomo sobre el área valenciana. Entre sus decisiones destaca la orden de construir en las afueras de la ciudad un lujoso palacio, la Russafa, origen del barrio del mismo nombre, y del que por el momento no se ha encontrado resto alguno.[79]​ En esta época la urbe recibió durante unos siglos el nombre de Medina al-Turab, ciudad del barro o del polvo, por el estado de abandono en que se encontraba.[78][81]

El mayor auge de la ciudad empezó con los reinos de taifas (siglo XI), uno de los cuales era el de Valencia. La ciudad creció, y en tiempos de Abd al-Aziz (siglo XI) se edificó una nueva muralla de la cual se conservan restos por toda Ciutat Vella. El noble castellano Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador) entró en Valencia, quedando la ciudad en manos de tropas cristianas entre los años 1094 y 1102 estableciendo un señorío independiente en Valencia.[82]​ Tras la muerte del Cid, su esposa Jimena, convertida en señora de Valencia, consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III durante un tiempo. Pero en mayo de 1102, ante la imposibilidad de defender el principado, la familia y gente del Cid abandonaron Valencia con la ayuda de Alfonso VI, no sin antes desvalijar e incendiar la ciudad.[83]​ Así, Valencia fue conquistada al día siguiente de nuevo por los almorávides, que restauraron el culto musulmán.

La decadencia del poder almorávide coincidió con el ascenso de una nueva dinastía norteafricana, los almohades, que se hicieron con el control de la península a partir del año 1145, aunque su entrada en Valencia se vio frenada por Ibn Mardanis, monarca de Valencia y Murcia, hasta el año 1171 momento en el que finalmente la ciudad cayó en manos de los norteafricanos.[78]

En 1238, la ciudad fue conquistada por Jaime I con la ayuda de tropas de las órdenes militares. Tras la victoria cristiana, la población musulmana fue expulsada y la ciudad repartida entre aquellos que habían participado en la conquista, de lo que queda testimonio en el Llibre del Repartiment.[84]​ Jaime I otorgó a la ciudad unas nuevas leyes, los Fueros de Valencia (els Furs), que años después hizo extensivas a todo el reino de Valencia. A partir de este momento, comenzó en la ciudad una nueva etapa histórica de la mano de una nueva sociedad y de una lengua, las cuales sentaron las bases del pueblo valenciano tal y como se conoce hoy en día.[78]

Según los datos sobre la capitulación de la ciudad, el reino de Valencia tenía una población de 120 000 musulmanes, 65 000 cristianos y 2 000 judíos y gracias a la capitulación y los pactos que a ella llevaron, la población valenciana pudo mayoritariamente seguir en sus tierras.[80]​ Así, según el historiador árabe Hussein Mones de la Universidad de El Cairo, estas fueron las palabras que el rey Zayan dijo a Jaime I en el momento que le entregó las llaves de la ciudad:

La ciudad pasó por graves aprietos a mediados del siglo XIV. Por un lado, la peste negra de 1348 y las sucesivas epidemias de años siguientes, que diezmaron a la población, y por otro lado, se sucedieron una serie de guerras y revueltas, como la Guerra de la Unión, una revuelta ciudadana contra los excesos de la monarquía encabezada por Valencia como capital del reino,[80]​ así como la Guerra con Castilla, que obligó a levantar a toda prisa una nueva muralla para contener, en dos ocasiones (en los años 1363 y 1364), el ataque castellano. En estos años la convivencia entre las tres comunidades que ocupaban la ciudad (cristiana, judía y musulmana) fue bastante conflictiva. Los judíos, instalados en torno a la calle de la Mar, habían progresado económica y socialmente, y su barrio fue ampliando progresivamente los límites a costa de las parroquias contiguas. Por su parte, los musulmanes que permanecieron en la ciudad tras la conquista fueron instalados en una morería junto al actual mercado de Mosen Sorell. En 1391 una turba descontrolada asaltó el barrio judío, lo que supuso la práctica desaparición de esta comunidad y la conversión forzosa de sus miembros al cristianismo. En 1456, de nuevo un tumulto popular asaltó también la morería, aunque sus consecuencias fueron de menor trascendencia.[79]

El siglo XV fue una época de apogeo económico, cultural y artístico para la ciudad. A lo largo de este siglo se produjo también un crecimiento demográfico que hizo de Valencia la ciudad más poblada de la Corona de Aragón.[78]​ La industria local (con los textiles a la cabeza) alcanzó un gran desarrollo, siendo la industria de la seda la que generó una importante actividad económica.[86]​ En esta época también se creó la Taula de canvis, banca municipal de apoyo de las operaciones comerciales. A finales de siglo se erigió la Lonja de la Seda y de los Mercaderes. La ciudad se convirtió en un emporio comercial que atrajo a mercaderes de toda Europa.

Este auge económico se reflejó en el plano artístico y cultural. Se levantaron a lo largo de esta época algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como las torres de Serranos (1392), la Lonja (1482), el Miguelete o la capilla de los Reyes del convento de Santo Domingo. En pintura y escultura las tendencias flamencas e italianas tuvieron influencia sobre algunos artistas como Lluís Dalmau, Gonçal Peris o Damian Forment. En literatura, al amparo de la corte de Alfonso el Magnánimo floreció la producción escrita, de la mano de autores como Ausias March, Roig de Corella o Isabel de Villena. Hacia 1460 Joanot Martorell escribió el Tirant lo Blanch, una innovadora novela de caballería que influyó en numerosos autores posteriores, desde Cervantes a Shakespeare. También en esta época, entre los años 1499 y 1502, se fundó la Universidad de Valencia bajo el nombre de Estudi General.[79]

A raíz del descubrimiento de América, la economía europea se orientó hacia el Atlántico en detrimento del Mediterráneo. Pese a la unión dinástica con Castilla, la explotación del Mediterráneo quedó en manos de la antigua Corona de Aragón, es decir, valencianos, catalanes y mallorquines, mientras que la conquista y explotación de América era un asunto exclusivo de Castilla. Frente a esto, Valencia entró en una aguda crisis económica, que se manifestó pronto con la rebelión de las Germanías (1519–1522), una revuelta social en contra de la nobleza que había huido de la ciudad ante una epidemia de peste en 1519.[79]​ Los caudillos de la insurrección fueron cruelmente reprimidos por parte de la virreina Germana de Foix, lo que supuso la aceleración de la centralización autoritaria de Carlos I.[87]

La crisis se acentuó durante el siglo XVII con la expulsión de los moriscos y judíos en 1609,[88]​ los cuales suponían casi un tercio de toda la población del reino.[79][89]​ El poder de la nobleza, cada vez más preponderante, provocó la ruina del país y la bancarrota de la Taula de Canvis en 1613. Durante la llamada Sublevación de Cataluña (1640-1652), Valencia colaboró con la causa de Felipe IV con milicias y dinero, lo que provocó un período de penurias económicas acentuadas por la llegada de tropas provenientes de otras partes de España.

La decadencia de la ciudad tocó fondo con la Guerra de Sucesión Española (1702-1709) que significó el fin de la independencia política y jurídica del reino de Valencia. Después de la Batalla de Almansa (25 de abril de 1707), Felipe V dispuso la derogación de los Fueros valencianos como castigo al apoyo que el reino había prestado a Carlos de Austria. A partir de los Decretos de Nueva Planta rigió en Valencia el Fuero castellano.[90][91]​ La capitalidad del reino de Valencia pasó a Orihuela, como un ultraje a la ciudad. Felipe V ordenó que se reuniera la Audiencia con el virrey cardenal Luis de Belluga, quien se opuso al cambio de capitalidad dada la cercanía de Orihuela como centro religioso, cultural y ahora político a Murcia (capital de su otro virreinato y de su diócesis). Así, habida cuenta su odio a la ciudad de Orihuela a la que bombardeó y saqueó sin cesar durante la Guerra de Sucesión, abandonó el virreinato de Valencia como protesta ante Felipe V que finalmente devolvió la capitalidad a Valencia.[79]

Con la abolición de los Fueros valencianos y el acomodo del reino y de su capital a las leyes y costumbres de Castilla, los cargos del gobierno municipal dejaron de ser electivos, y pasaron a ser de designación directa del monarca, ocupados a menudo por aristócratas foráneos. Valencia se tuvo que acostumbrar a ser una ciudad ocupada, con presencia de tropas acuarteladas en la ciudadela,[92]​ que se encontraba junto al convento de Santo Domingo, y en otros edificios, como la misma Lonja, que fue un cuartel hasta el año 1762.[79]

El siglo XIX comenzó con España encadenando guerras con Francia, Portugal o Reino Unido. pero fue la Guerra de la Independencia la que más afectó a tierras valencianas y concretamente a la capital.[80]

En la Guerra de la Independencia española contra el ejército de Napoleón —también conocida como Guerra del Francés— la Primera Batalla de Valencia ocurrió el 28 de junio de 1808. Todavía se pueden ver los cañonazos en las torres de Quart y Serranos. La ciudad cayó en manos de las tropas bajo el mando del mariscal Suchet el 8 de enero de 1812 tras un largo asedio. La ocupación se prolongó hasta el final de la guerra en 1814.[93]​ Tras la capitulación, los franceses impulsaron algunas reformas en Valencia, que llegó a ser capital de España cuando José I trasladó aquí la Corte en el verano de 1812.[79]

Con la retirada de los franceses, el general Elío organizó una revuelta militar en Valencia que sirvió para reponer en el trono a Fernando VII e iniciar el sexenio absolutista (1814-1820).[94]​ En los años siguientes, como consecuencia de la legislación sostenida por la Constitución española de 1812 que ordenaba la formación de ayuntamientos en todas aquellas poblaciones que rebasaran el mínimo de vecinos estipulado por la ley, numerosas pedanías próximas al núcleo urbano de la ciudad de Valencia en situación legal confusa se constituyen en municipios, entre ellas Ruzafa y el Grao.[79]

Entre los años 1850 y 1851 Vicente Rodríguez de la Encina y Falcó de Belaochaga fue alcalde de la ciudad, también ocupó la dirección de la Casa de Beneficencia municipal, y fue promotor del Banco de Valencia (fundado en 1900) y director de la Sociedad Valenciana de Aguas Potables (fundada en 1846).[79]​ Durante el reinado de Isabel II se concedió el título de duque de Valencia al general Ramón María Narváez, aunque simplemente era un título nobiliario sin jurisdicción alguna.

En la década de 1840 se introdujo la iluminación de gas y poco después comenzó el empedrado de las calles, una labor que se alargó durante varios años por la falta de recursos del ayuntamiento. En 1850 se instaló la red de agua potable y en 1882 se introdujo la energía eléctrica en la ciudad. En estos años se consolidó el crecimiento de la ciudad y se derribaron gran parte de las antiguas murallas.[79]

En 1860 el municipio contaba con 140 416 habitantes. En 1858 los arquitectos Sebastián Monleón Estellés, Antonino Sancho y Timoteo Calvo diseñaron el Proyecto General del Ensanche de la Ciudad de Valencia, que preveía el derribo de las murallas para permitir la expansión de la ciudad (se reprodujo una segunda versión en 1868). Ambos proyectos no obtuvieron la aprobación definitiva pero sirvieron como base para el crecimiento de la ciudad. A partir de 1866 se derribaron en su totalidad las antiguas murallas de la ciudad a fin de facilitar la expansión urbana de la misma.

Durante la Revolución cantonal de 1873, se articuló en el cantón federal de Valencia (proclamado el 19 de julio y disuelto el 7 de agosto), al que se adhirieron la mayoría de los municipios de las comarcas próximas. En 1894 se fundó el Círculo de Bellas Artes de Valencia.[95]

Durante el siglo XX Valencia se mantuvo como el tercer polo demográfico de España, ya que a lo largo del siglo triplicó su población, pasando de los 213 550 habitantes del año 1900 a los 739 014 del año 2000. Del mismo modo, durante el siglo XX Valencia también fue el tercer polo industrial y económico del país, gracias a hitos tan importantes como la creación del banco de Valencia en el año 1900,[96]​ el desarrollo del ensanche de la ciudad, la construcción de los mercados Central y de Colón, y la construcción de la estación del Norte de ferrocarril, la cual se finalizó en el año 1921. Además de esto, la Valencia del nuevo siglo se dio a conocer con un gran evento, la exposición regional valenciana de 1909, que emulaba las exposiciones nacionales y universales, celebradas en otras ciudades del mundo. Este evento fue promovido por el ateneo mercantil de Valencia, especialmente por su presidente, Tomás Trénor y Palavicino, y contó con el apoyo del Gobierno y de la Corona, ya que fue inaugurado por Alfonso XIII.[23][24]

El 6 de noviembre de 1936 Valencia se convirtió en la capital de la España republicana a manos de Francisco Largo Caballero, presidente del gobierno. El 17 de mayo de 1937 el gobierno pasó a manos de Negrín, y el 31 de octubre de ese mismo año se trasladó el gobierno a Barcelona.[97]

El 13 de enero de 1937 se produjo desde un buque de la marina italiana fascista el primer bombardeo oficial sobre la ciudad de Valencia. Desde este día, los bombardeos se intensificaron y se sucedieron en varias ocasiones, llegando al final de la guerra a los 442 bombardeos sobre la ciudad. Estos bombardeos dejaron 2 831 heridos y 847 muertos, aunque se calcula que la cifra de víctimas mortales fue mayor, ya que los datos anteriores son los reconocidos por el gobierno de Franco.[79]

A raíz de la gran riada de Valencia de 1957 se construyó un nuevo cauce para el río, en el extrarradio de la ciudad, por lo que el antiguo cauce pudo reconvertirse en una zona lúdica y ajardinada.[50]​ A comienzos de los sesenta comenzó la recuperación económica, y Valencia vivió un espectacular crecimiento demográfico debido a la inmigración y la ejecución de importantes obras urbanísticas y de infraestructuras.[98]

Con la llegada de la democracia, el antiguo reino de Valencia se instituyó en comunidad autónoma, la Comunidad Valenciana, y estableció en su Estatuto de Autonomía que la capital fuera Valencia. Pese a esto, la noche del 23 de febrero de 1981 hubo una tentativa golpista, que en Valencia encabezó Jaime Milans del Bosch, la cual fracasó.[99]​ La democracia propició la recuperación de la lengua y la cultura valenciana, aunque no se pudo evitar cierta crispación social en torno a los símbolos (conocido como la Batalla de Valencia).[100][101]

Durante los primeros 25 años de democracia, Valencia ha sufrido un gran desarrollo, principalmente por obras tan emblemáticas como el Palacio de la Música, el Palacio de Congresos, el metro, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, de Santiago Calatrava y Félix Candela,[102]​ el MuVIM, el IVAM, etc. Gracias a estas obras, así como a la progresiva rehabilitación de la Ciutat Vella, cada día la ciudad atrae más y más turismo.[103]

La población empadronada en el municipio de Valencia es de 800 215 habitantes (INE 2020), mientras que su área metropolitana tiene 1 581 057 habitantes (INE 2020).[104]​ El área metropolitana de Valencia está formada principalmente por municipios situados en la Huerta de Valencia; algunas localidades como Mislata se encuentran completamente conurbadas a la ciudad, mientras que el resto se sitúan en una primera o en una segunda corona metropolitana. Los municipios del área metropolitana que destacan por su población son Torrente con 83 962 habitantes, Paterna con 70 195 habitantes, Mislata con 44 320 habitantes y Burjasot con 38 024 habitantes (INE 2020).[104]

A lo largo del siglo XX la ciudad ha multiplicado por tres y medio su población inicial, siendo los periodos de máximo crecimiento demográfico los años 1930-1940 y la década de 1960. La década de 1990 fueron años de estabilidad demográfica por efecto de la caída del éxodo rural, el cual fue un factor fundamental de crecimiento en las décadas anteriores, así como también por la reducción de la natalidad. En los años 2000 las fuertes corrientes migratorias exteriores que recibió España provocaron de nuevo una dinámica migratoria positiva, la cual comenzó a estabilizarse e incluso a ser negativa con la crisis económica de 2008-2012.[107]

Según el nomenclátor de 2009, la población del municipio está repartida entre las entidades de población, tal y como se recoge a continuación:

85

El progresivo aumento de la esperanza de vida y la reducción de la fecundidad se han reflejado en una pirámide de edad que se hace más estrecha en su base y se ensancha en la parte superior, con un peso creciente de las generaciones de mayor edad. No obstante, la población de la ciudad continúa siendo relativamente joven, con un 25 % de sus efectivos en las generaciones de 15 a 29 años, y un 29 % en las de 30 a 49 años.[109]

También hay que destacar que un 13,9 % de la población empadronada en el municipio es de nacionalidad extranjera (INE 2011), procedente principalmente de Suramérica (un 40,3 % de los extranjeros censados), seguido de los originarios de otros países europeos (un 30,9 %), de países africanos (13,3 %), asiáticos (11,3 %), de América Central (3,1 %), de América del Norte (1,0 %), y finalmente los procedentes de Oceanía (0,1 %).[110]​ Las nacionalidades extranjeras con mayor presencia en la ciudad son la ecuatoriana (12 358 censados), la boliviana (12 176 censados) y la rumana (11 568 censados).[110]

La ciudad de Valencia se divide en distritos, y estos en barrios. Los barrios de la ciudad, a su vez, se agrupan en siete órganos de gestión desconcentrada llamados juntas municipales de distrito. Las siete juntas son Ciutat Vella, Russafa, Abastos, Patraix, Trànsits, Exposició y Marítim. Algunos de los barrios y pedanías eran municipios independientes que se adhirieron a la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Es el caso de Beniferri, Benimaclet, Patraix y Ruzafa que aparecen en el censo del año 1877 como parte de Valencia; Benimámet y Els Orriols en 1887; Borbotó, Campanar, Mahuella, Pueblo Nuevo del Mar y Villanueva del Grao en el censo de 1897; y Benifaraig, Carpesa y Masarrochos, en el censo de 1900.[111]

El plano callejero de Valencia presenta una estructura radial, con varios ejes concéntricos.[113]​ El primer eje concéntrico es la Ronda Interior, la cual se desarrolló en el solar que quedó tras derribar la antigua muralla de la ciudad. Los nombres de las calles que conforman esta ronda son: Guillem de Castro; Játiva; Colón; Puerta del Mar; pintor López; y Blanquerías.[114]​ Los otros ejes concéntricos son las grandes vías (la de Fernando el Católico, la de Ramón y Cajal, la de las Germanías y la del Marqués del Turia), la ronda de Tránsito, formada por las avenidas de Pérez Galdós, César Giorgeta, Peris y Valero, Eduardo Boscá, Cardenal Benlloch, Primado Reig, Peset Aleixandre, General Avilés y Campanar, y finalmente, las más alejadas del centro son las rondas Norte formada por las Avenidas de Pío Baroja, de los Hermanos Machado, de los Naranjos y Serrería-Menorca.[115]​ y la ronda Sur formada por la avenidas del 9 de Octubre, de las Tres Cruces y Antonio Ferrandis .[116]

Las vías radiales son las avenidas del Reino de Valencia, Blasco Ibáñez o de Valencia al Mar,[117]​ la del Puerto, la avenida del Cid, la avenida de las Cortes Valencianas, la de Ausias March, la avenida de Francia, Avenida de Burjasot y las calles San Vicente Mártir, Nicasio Benlloch, Padre Ferris y Centelles. Además de todas estas calles y avenidas hay que destacar otras vías de vital importancia para la ciudad, como son los márgenes del río.

En último lugar, las principales calles del casco antiguo de Valencia son la calle Caballeros, la calle San Vicente, la calle Quart, la calle de la Paz y la avenida del Oeste.

El Turia ha sido una barrera natural que divide en dos zonas a la ciudad, por lo que se construyeron a lo largo de la historia varios puentes. Algunos han sido destruidos por las riadas, como la de 1957, y reconstruidos después. Siguiendo una dirección oeste-este, desde el parque de Cabecera hasta el puerto, los puentes son:[118]

La ciudad fue concebida por los romanos como un lugar de descanso, y posteriormente los musulmanes construyeron multitud de plazas y jardines. Actualmente cuenta con numerosos parques y zonas ajardinadas (el jardín Botánico, el parque del Oeste, el jardín del Turia, de más de 6,5 km de vegetación, etc.) y cerca del 90 % de los viales dispone de zonas ajardinadas en mayor o menor medida. Pese a esto, la ciudad cuenta con solo 5,64 m² de superficie verde por habitante, una de las tasas más bajas de las grandes ciudades españolas.[120]​ Algunos de los parques y jardines más populares de la ciudad son:

En Valencia hay presentes cuatro niveles de administraciones públicas, las cuales tienen diferentes responsabilidad y competencias. Por un lado está el Ayuntamiento de Valencia,[127]​ el cual es el organismo con mayores competencias y funcionarios públicos en la ciudad, ya que regula la vida diaria de los ciudadanos, e importantes asuntos como la planificación urbanística, los transportes, la recaudación de impuestos municipales, la gestión de la seguridad vial mediante la policía local, el mantenimiento de la vía pública (asfaltado, limpieza...) y de los jardines. También es el responsable de la construcción de equipamientos municipales como guarderías, polideportivos, bibliotecas, residencias para la tercera edad, entre otros.

La Diputación de Valencia también tiene su sede en la ciudad, en el Palacio de Batlia, sito en la plaza de Manises.[128]​ Este es el organismo público con menores competencias en la ciudad, pese a ello se encarga de gestionar los intereses de establecimientos tan emblemáticos como la Casa de Misericordia, el Centro Cultural La Beneficencia y la Sala Parpalló,[129]​ el Museo Taurino,[130]​ el MuVIM[131]​ y el Hospital General,[132]​ entre otros.

La administración encargada del gobierno autonómico de la Comunidad Valenciana es la Generalidad Valenciana,[133]​ la cual tiene las sedes de sus instituciones en Valencia, como son las Cortes Valencianas, situado en la plaza de San Lorenzo de Valencia,[134]​ el palacio de la Generalidad (sede de la Generalidad Valenciana), ubicado en la plaza de Manises, o el Palacio de Fuentehermosa (sede de la presidencia de la Generalidad), situado en la calle Caballeros. La Generalidad tiene amplias competencias sobre la gestión de la ciudad, desde educación, asuntos sociales, tránsito, políticas económicas, comercio, etc. También es la responsable de la construcción de equipamientos como hospitales, escuelas, universidades, residencias para la tercera edad, etc.

Finalmente, la Administración General del Estado, la cual se ocupa de cuestiones como la seguridad (Cuerpo Nacional de Policía y Ejército), la Justicia, la gestión de puertos y aeropuertos, los trenes de Renfe, y las costas, entre las competencias más destacadas.[135]​ Estas competencias son coordinadas por el Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana y el subdelegado del gobierno de Valencia, que son designado por el Gobierno de España, y que tienen la sede en la plaza del Temple.[136]

El gobierno del Ayuntamiento de Valencia se escoge por sufragio universal en elecciones celebradas cada cuatro años. El sistema D'Hondt es el método electoral que se utiliza en España, para repartir los concejales de los ayuntamientos, de modo aproximadamente proporcional a los votos obtenidos por las candidaturas.

En las elecciones municipales de 2019, Joan Ribó, de Compromís per València, ganó las elecciones, obteniendo diez regidores, y se alzó con la alcaldía de la ciudad. Junto a los 7 del PSPV ha formado gobierno gobierno para la legislatura 2019-2023.[137]

Desde la recuperación de la democracia en España, se han celebrado nueve elecciones municipales, y han gobernado la ciudad tres partidos políticos, el PSOE, el PP y Compromís. Desde las primeras elecciones municipales, celebradas en el año 1979, hasta el año 1991 gobernó la ciudad el PSOE. Durante estos años se sucedieron dos alcaldes, Fernando Martínez Castellano (1979) y Ricard Pérez Casado (1979-1988), y una alcaldesa, Clementina Ródenas Villena (1988-1991). Mientras que desde el año 1991 hasta 2015, ha gobernado la ciudad el PP, siendo alcaldesa Rita Barberá Nolla. A partir de las elecciones de mayo de 2015, Joan Ribó de Compromís ocupó la alcaldía, con el apoyo del PSPV y València en Comú. En las elecciones de mayo de 2019, Joan Ribó revalida la alcaldía, con el apoyo del PSPV.[137]

El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, es también el presidente de la Junta de Gobierno Local, por lo que es el encargado de nombrar a los demás miembros de la misma, cuyo número no puede ser superior al tercio del número legal de miembros de la Corporación. Hay que destacar que el alcalde puede nombrar como miembros de la Junta de Gobierno Local también a personas que no sean concejales. En la actualidad, la Junta de Gobierno Local está integrada por diez miembros, el alcalde y nueve concejales:

Cada grupo con representación en el grupo municipal dispone de un portavoz, los cuales son:

La economía de Valencia y su área metropolitana está, al igual que todo el entramado empresarial, muy ligada a las PYMES (pequeñas y medianas empresas), muy competitivas, siendo reconocido su carácter emprendedor y con una finalidad principalmente exportadora.

En la actualidad se dedican un total de 3 973 hectáreas del término municipal de la ciudad al cultivo de la huerta,[139]​ aunque las sucesivas ampliaciones del puerto y de su ZAL, así como el desarrollo urbano, la construcción del nuevo hospital de la Fe o los nuevos viales y cinturones de la ciudad, prácticamente han acabado con las zonas de huerta periurbana.[140]

No obstante, la mayor concentración del comercio agrícola se realiza en Valencia, ya que las instalaciones portuarias y ferroviarias de la ciudad son unas vías rápidas para el comercio de los productos perecederos provenientes del campo. También es importante el mercado mayorista de la ciudad, Mercavalencia, es cual es el centro de referencia para toda el área metropolitana de Valencia.

Hoy en día, el sector industrial[141]​ realmente es casi simbólico dentro mismo del municipio, debido a las nuevas legislaciones y el carácter urbano de Valencia. Por este motivo las empresas industriales se han trasladado a otras ubicaciones fuera de la ciudad. Desde finales del siglo XIX y durante casi todo el siglo XX ha habido en la ciudad un gran número de empresas industriales, de sectores como la metalurgia, la cerámica, la fabricación de muebles, etc. Este éxodo de empresas provocó que los pueblos del entorno de la ciudad acogieran a las empresas, y sufrieran un enorme desarrollo demográfico y económico, como son los casos de Manises en el sector cerámico, Benetúser y Alfafar en el sector del mueble, o Paterna, con la creación del polígono Fuente del Jarro.

Por lo que respecta a la industria textil, hay que destacar que este subsector ha sufrido una dura competencia por parte de terceros países. Pese a esto, esta competencia no ha afectado de forma tan brusca a la industria textil de Valencia, ya que los productos valencianos se caracterizan por la calidad, sobre todo en lo que se refiere a los tejidos de seda, los cuales tienen un prestigio en todo el mundo por la tradición de esta industria.

En Valencia hay varios centros comerciales, grandes almacenes, hipermercados y supermercados.[142]​ Los más importantes son aquellos que pertenecen a las grandes cadenas, como son los hipermercados Carrefour, con 3 hipermercados en el término municipal de Valencia y 4 en su área metropolitana, Alcampo, con dos hipermercados en el área metropolitana, los grandes almacenes de El Corte Inglés e Hipercor, con 6 centros en Valencia, o los supermercados Consum, con 68 locales, Mercadona, con 59 locales, Dia, con 29 locales, Opencor y Supercor, con 14 locales, Lidl, con 5 locales, o Aldi, con 2 locales. Además de estas instalaciones, en la ciudad de Valencia también existen varios centros comerciales, como son el Nuevo Centro, el Aqua Multiespacio, el Saler, el Arena Multiespacio, el de Ademúz, el Mercado de Campanar, etc.

Para la ciudad también son importantes los mercados de barrio, como el mercado Central, el mercado de Colón, el mercado de Ruzafa, el mercado de Benicalap, el mercado de Algirós, el mercado de Castilla, el mercado del Cabanyal o el mercado de Torrefiel, entre otros. Aunque también hay que destacar la gran cantidad de comercios de barrio existentes en la ciudad, entre los que destacan los comercios de ropa de la calle Colón o los de productos tecnológicos de la calle Islas Canarias.

El Turismo realmente comenzó con el boom de principios del siglo XX, momento en el que los habitantes de Valencia comenzaron a disfrutar del entorno que les rodeaba, principalmente las zonas costeras de la Malvarrosa y el Cabañal, donde se construyeron casas de segunda residencia, e incluso un balneario. En esta época, era costumbre de la gente importante poseer alguna de estas casas, para su uso y poder invitar a sus familiares y amigos. Un caso muy destacado es el escritor valenciano Blasco Ibáñez, y sus conocidas reuniones con pintores y filósofos de la época. Transcurrida la guerra civil se produjo un segundo boom turístico, cuando se mejoraron las antiguas playas de pescadores, aumentando la oferta de alojamientos y servicios de las playas para convertirlas en verdaderos centros turísticos.

Aunque en realidad el verdadero boom turístico de la ciudad ocurrió a finales del siglo XX y principios del XXI, ya que fue en esta época cuando se construyeron los nuevos iconos arquitectónicos y culturales de la ciudad, como por ejemplo el Palacio de la Música, la Ciudad de las Artes y las Ciencias,[16]​ el Palacio de Congresos o el Bioparc. En esta época se celebraron también varios eventos deportivos y culturales importantes, en particular las dos ediciones de la America's Cup y el Gran Premio de Europa de fórmula 1 en el circuito urbano de Valencia.[103]

El Palacio de Congresos, diseñado por el arquitecto inglés Norman Foster, fue inaugurado por los reyes de España en 1998 y cuenta con 15 581 , dotado de 3 auditorios o salas de conferencias, 9 salas de comisiones, y una sala de exposiciones de 1  077 m².[143]​ Este edificio está concebido para la realización de todo tipo de eventos y convenciones tanto de carácter nacional como internacional, especialmente grandes congresos y conferencias. La cubierta de 8.200 m² del edificio destaca por la presencia de láminas fotovoltaicas para producir electricidad y está sustentada por pilares de vidrio, piedra y alabastro, contando con una marquesina de 18 metros de altura.

Desde su puesta en marcha en el año 1998 hasta el 2011, el Palacio de Congresos ha acogido más de 2 000 eventos con 1,5 millones de asistentes, lo cual ha supuesto un impacto económico de más de 700 millones de euros para la ciudad de Valencia.[cita requerida] Llegando a ser reconocido en el año 2010 como la mejor sede congresual del mundo, al recibir el World´s Best Convention Centre, máximo galardón de la Asociación Internacional de Palacios de Congresos.[144]

Por su parte, la Feria Muestrario Internacional de Valencia (Feria Valencia) es la institución organizadora de certámenes feriales más antigua de España, ya que fue fundada en el año 1917. La feria de muestras está ubicada en la pedanía valenciana de Benimámet, y fue remodelada y ampliada recientemente, por obra del arquitecto José María Tomás Llavador, convirtiéndose en la institución ferial con el cuarto recinto más grande del mundo. Feria Valencia organiza más de un centenar de certámenes, ferias y eventos cada año, motivo por el cual constituye una de las más importantes dentro del circuito europeo.

Los sectores que regularmente celebran ferias en este recinto están el agrícola, el de productos de alimentación, el del mueble, el turístico, el de formación y empleo, etc. En el año 2010 Feria Valencia contabilizó más de un millón trescientos mil visitantes de todo el mundo y más de doce mil expositores participaron en sus certámenes (entre directos y representados). Por lo que el impacto económico de Feria Valencia en su entorno se estima entre unos 700 y 800 millones de euros anuales.[145]

En España la primera Bolsa en constituirse fue la de Madrid, en 1831, y posteriormente se crearon las de Bilbao, en 1890 y Barcelona, en 1915. Mientras que la Bolsa de Valencia comenzó su andadura en 1980, cuando el antiguo Bolsín de Comercio se transformó en Bolsa. La sede de la Bolsa de Valencia está en el Palacio Böil de Arenós, en el distrito de Ciutat Vella.[146]

De todas formas, la historia de la bolsa de Valencia viene de más atrás, puesto que ya en el año 1863 se solicitó una Bolsa para Valencia, porque en esa época ya había corredores, los cuales se reunían en la Lonja. Aunque no fue hasta el 15 de noviembre de 1887 cuando comenzó a funcionar el Bolsín de Valencia, el cual estaba ubicado en la sede del Colegio de Corredores de Comercio, sito en la calle Puñalería número 10.[147]

En la actualidad, la Bolsa de Valencia es una bolsa de mercado secundario oficial, destinado a la negociación en exclusiva de las acciones y valores convertibles o que otorguen derecho de adquisición o suscripción. Según la Ley del Mercado de Valores (LMV), «Son mercados secundarios oficiales de valores aquellos que funcionen regularmente, conforme a lo prevenido en esta Ley y en sus normas de desarrollo, y, en especial, en lo referente a las condiciones de acceso, admisión a negociación, procedimientos operativos, información y publicidad».[148]

La Universidad Politécnica de Valencia inauguró el año 2002, el parque científico Ciudad Politécnica de la Innovación (CPI),[149]​ el cual comprende un espacio de 140 000 m², y aglutina la totalidad del sistema de I+D+i de la UPV, es decir, 45 institutos de investigación,[150]​ unos 3 000 investigadores, así como unas 400 personas de apoyo.[150][151]

La CPI es un parque científico en red estructurado en tres áreas actuación; el local, en el que participan más de 25 ayuntamientos, asociaciones de empresas y entidades promotoras de toda la provincia de Valencia; el nacional, con más de 100 organismos públicos y privados de I+D+i españoles; y el internacional,[149]​ donde los investigadores y centros de investigación de la CPI colaboran con más de 1 000 órganos públicos y privados de investigación y de promoción de la innovación de más de 60 países. La gestión de la Red y la dinamización de la cooperación entre sus actores es responsabilidad de la Fundación Ciudad Politécnica de la Innovación, entidad sin ánimo de lucro promovida por la Universidad Politécnica de Valencia, y entre cuyos patronos de referencia se encuentra el Grupo Santander.[149]​ Este parque científico es miembro de la Asociación Española de Parques Científicos y Tecnológicos (APTE), así como también de la International Association of Science Parks (IASP).[149]

Dentro del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias se inauguró también en el año 2002 el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), el cual cuenta con 23 laboratorios distribuidos en tres programas de investigación: biomedicina; biología química y cuantitativa; y medicina regenerativa. La fundación gestora de este centro de investigación está compuesta por la Generalidad Valenciana y la Fundación Bancaja. Este centro tiene como objetivo el estudiar las posibles soluciones sobre las enfermedades que afectan a la salud humana, aplicando las tecnologías más avanzadas para poder así desarrollar nuevas terapias y/o métodos de diagnóstico.[152]

Finalmente, la Universidad de Valencia inauguró en el año 2009 su propio parque científico, el Parque Científico de la Universidad de Valencia (PCUV),[153]​ ubicado en el Campus de Burjasot-Paterna, a unos 8 kilómetros del centro de la ciudad. La entidad gestora del PCUV es la Fundació Parc Científic Universitat de València, una fundación de carácter privado e interés general, cuyos patronos son la Fundación Bancaja, el Grupo Santander, la Cámara de Comercio de Valencia y la Confederación Empresarial Valenciana, además de la Universidad de Valencia.[154]​ Este parque científico cuenta con un espacio de más de 200 000 m² para la investigación, innovación y transferencia de conocimientos, uniendo en un solo espacio la investigación universitaria y las demandas de I+D+i del tejido productivo valenciano.[155]​ El PCUV cuenta con dos áreas diferenciadas, de un lado está el área científica, de la que forman parte los institutos de investigación, y de otro lado la empresarial, formado por un vivero de empresas y diversos edificios para la instalación de compañías, laboratorios de I+D y plataformas tecnológicas. En la actualidad cuenta con 6 institutos de investigación, centros singulares y servicios científicos, y acoge a más de 60 empresas.[153]​ Del mismo modo que la CPI, el PCUV es miembro de la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE) y de la International Association of Science Parks (IASP).

Por lo que respecta a la educación reglada, la Constitución recoge que existe un reparto de competencias en materia educativa entre las diversas entidades y administraciones presentes en el Estado. De este modo, la Administración General del Estado se reserva la competencia exclusiva para regular la estructura de los distintos niveles educativos y las condiciones de obtención, expedición y homologación de los títulos académicos y profesionales, mientras que la Consejería de Educación de la Generalidad Valenciana se ocupa de:[156]

La enseñanza básica es obligatoria y gratuita, comprendiendo como enseñanza básica a la educación primaria y la educación secundaria obligatoria. Esta enseñanza incluye diez años de escolaridad y se extiende desde los seis hasta los dieciséis años, aunque los alumnos tienen derecho a permanecer cursando estas enseñanzas hasta los dieciocho años.

Además de estos centros educativos, en Valencia hay varios centros de enseñanzas de régimen especial. La escuela oficial de idiomas en el curso 2009/10 tenía 4064 alumnos de inglés, 2 103 de francés, 1204 de alemán, 940 de italiano, 591 de valenciano, y 1790 de otros idiomas.[157]​ Por lo que respecta a los estudios de música y danza, la ciudad cuenta con varios conservatorios: el conservatorio municipal “José Iturbi”;[158]​ el conservatorio profesional de música;[159]​ el conservatorio superior de música;[160]​ el conservatorio profesional de danza;[161]​ y el conservatorio superior de danza.[162]​ Valencia es, además, la sede principal de Musikeon, institución activa en diferentes países en el campo de la educación musical especializada y que atrae anualmente a la ciudad profesionales de la música y estudiantes avanzados desde muchos países de Europa y Latinoamérica.

La ciudad cuenta con dos universidades públicas, así como con varias universidades privadas. Hay que destacar que las universidades públicas valencianas se encuentran entre las mejores de España, tal y como lo establecen algunos rankings como el la Universidad de Shanghái Jiao Tong.[163]

La Universidad de Valencia (UV),[164]​ fundada el año 1499 bajo el nombre de Estudi General, es una universidad pública orientada a la docencia e investigación de casi todos los ámbitos del saber. Figura entre las cuatro mejores universidades españolas, conforme a los sistemas de acreditación más reconocidos, como el que mantiene la Universidad de Shanghái Jiao Tong. Esta universidad cuenta con tres campus principales (Blasco Ibáñez, Tarongers y Burjasot-Paterna), contando además con numerosas extensiones, delegaciones, centros adscritos y emplazamientos ejemplares, como el edificio histórico de La Nau,[165]​ el Jardín Botánico[121]​ o el Palacio de Cerveró.[166]​ Es conocida en Valencia como la «Universidad Literaria», para distinguirla de la Universidad Politécnica de Valencia, a pesar de que una parte muy importante de la docencia e investigación de la Universidad de Valencia sea en campos «no literarios».

La otra universidad pública de Valencia es la Universidad Politécnica de Valencia (UPV),[167]​ la cual se fundó el año 1968. Esta es una universidad en la que se da especial énfasis a la ciencia y tecnología. Tiene varios campus, siendo el más importante de todos el situado en la ciudad de Valencia, el denominado campus de Vera, aunque fuera de la ciudad están los de Alcoy y Gandía. La UPV está organizada en 9 escuelas técnicas superiores, 2 facultades y 2 escuelas politécnicas superiores, que se encargan de organizar la docencia de 34 grados, y cuenta con 41 departamentos y 45 centros e institutos de investigación. En el 2010 ocupó el puesto número 336 en el ranking de las mejores universidades del mundo de la Universidad de Shanghái Jiao Tong, siendo la 6.ª española y la 1.ª politécnica española.[163]

La Universidad Católica de Valencia (UCV)[168]​ es la universidad privada y católica de Valencia. Esta universidad, nombrada en homenaje a San Vicente mártir fue fundada por el cardenal monseñor Agustín García-Gasco el 8 de diciembre de 2003. Esta Universidad es la continuación de la labor universitaria de la «Escuela Universitaria de Enfermería Nuestra Señora de los Desamparados» fundada en 1953, de la «Escuela Universitaria de Formación del Profesorado Edetania», fundada en 1969 y de la «Facultad de Estudios de la Empresa», creada en 1995. En la actualidad la Universidad Católica de Valencia cuenta con 7 Facultades que enmarcan 20 enseñanzas oficiales de Grado.

Además de estas, en Valencia también hay varias sedes universitarias y escuelas de negocios asociadas a otras universidades de fuera de la ciudad. La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)[169]​ cuenta desde el año 1997 con una sede en Valencia, el denominado Centro Francisco Tomás y Valiente. Este centro fue creado por la Orden Ministerial de 21 de septiembre de 1978, aunque la sede se situó en la ciudad de Alcira. En octubre de 1983 entró en funcionamiento la sub-sede de Valencia, la cual dependía de la de Alcira, y cuya sede se encuentra desde el año 1987 en la Casa de la Misericordia. Posteriormente, en el año 1995 el centro entró a formar parte del proyecto de la Red Básica de Centros Asociados de la UNED, y finalmente, en el año 2000 pasó oficialmente a denominarse «Centro Alcira-Valencia Francisco Tomás y Valiente».

Otra universidad con sede en Valencia es la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU),[170]​ la cual se fundó en el año 1999 y se inauguró en el año académico 2000/01. Esta Universidad tiene la sede de su Escuela de Negocios CEU en Valencia, la cual está ubicada en el Palacio de Colomina, donde se imparte su oferta de posgrado.

Desde el año 1989 el centro universitario ESIC[171]​ cuenta con una sede en la Avenida de Blasco Ibáñez de la ciudad. Este centro universitario imparte en la actualidad, como centro adscrito a la Universidad Miguel Hernández de Elche, grados oficiales y un máster asimismo oficial en los términos previstos por la normativa universitaria. Y finalmente, la Universidad Europea de Valencia (UEV),[172]​ es otra universidad con presencia en la ciudad de Valencia. La UEV es un centro autorizado por la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana con fecha de 27 de enero de 2010, aunque está presente en Valencia a través del Centro Adscrito de Valencia y Estema Escuela de Negocios desde septiembre de 2008.

La sanidad pública en Valencia está gestionada principalmente por competencias autonómicas mediante la Consejería de Salud de la Generalidad Valenciana.[173]​ La ciudad dentro del mapa sanitario de la Comunidad Valenciana, pertenece al centro de salud pública de Valencia, el cual controla los siguientes departamentos sanitarios:[174][173]

En el año 2010 Valencia contaba con un total de 28 centros de salud de atención primaria y 14 consultorios, en los cuales trabajaban un total de 534 médicos y 124 pediatras, además de otros 698 trabajadores del sector sanitario, como enfermeros y auxiliares. Mientras que el total de centros de especialidades era de 4, en los cuales trabajaban un total de 258 médicos y pediatras, y 233 enfermeras y auxiliares. También hay que destacar que en el año 2010 la ciudad de Valencia contaba con un total de 7 centros hospitalarios públicos (de la Agencia Valenciana de la Salud), en los cuales había un total de 3 371 camas funcionantes, 112 quirófanos, 3 130 trabajadores sanitarios facultativos y 6 962 trabajadores del otras actividades sanitarias.[157]​ Además de estos hospitales públicos, en la ciudad también hay otros 7 centros hospitalarios privados. De este modo, los hospitales existentes en la ciudad de Valencia son:

Las administraciones encargadas de la seguridad ciudadana son dos: de un lado está el Ayuntamiento de Valencia, del cual dependen el cuerpo municipal de bomberos del Ayuntamiento de Valencia[175]​ y la policía local de Valencia;[176]​ y de otro lado está el Ministerio del Interior del cual depende la guardia civil, la policía nacional[177]​ y la policía autonómica, aunque en la gestión de este cuerpo de policía también interviene, en parte, la Generalidad Valenciana.[178]

El cuerpo de Policía Local de Valencia tiene su origen en el Cuerpo de Vigilancia creado en la década de 1820, el cual se mantuvo hasta el año 1870,[179]​ cuando el Ayuntamiento decidió establecer un servicio más acorde con las necesidades de una ciudad de doscientos mil habitantes, para lo cual se creó el cuerpo de la guardia municipal, con una plantilla de cien funcionarios, diez inspectores y un jefe. En 1901 se redactó el primer reglamento de la guardia municipal, y se creó la sección montada. En el año 1927 debido al crecimiento de la ciudad y al aumento de las actividades designadas al cuerpo, se amplió su plantilla, se distribuyeron los efectivos del cuerpo por distritos, y al año siguiente se constituyó la sección de circulación.[179]

La Central de Policía Local de Valencia (sito avenida del Cid número 37) cuenta con unas instalaciones modernas y concordes con las necesidades que se le presentan en estos tiempos al Cuerpo de Policía Local de la ciudad.[176]​ La plantilla de la Policía Local de Valencia alcanza los 1 900 efectivos,[180]​ divididos en varios departamentos:[181]​ policía de barrio; unidades de distrito; unidades de tráfico; unidades Goe; unidad de playas; sección de atestados e investigación de accidentes; sección de caballería; sección especial X-4; patrulla verde y unidad policial molí del sol; y grupo Gama.

El servicio de bomberos en la ciudad de Valencia data del año 1755, cuando el Ayuntamiento realizó una publicación para extinguir incendios. En esta publicación se detallaba dónde se encontraba el primer parque de bomberos de la ciudad y como se debía utilizar la «Machina Hydraulica».[182]​ La Sección de Bomberos Zapadores de Valencia fue creada por la Mutua Contra Incendios de Valencia, con la intención de proteger las propiedades intramuros de los mutualistas, aunque poco después se amplió la zona de actuación a las casas extramuros. Pero no fue hasta el año 1857 cuando el Ayuntamiento comenzó a hacerse cargo del Cuerpo de Bomberos.[183]

Actualmente el Cuerpo Municipal de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia divide a la ciudad en seis zonas de trabajo (Campanar, Norte, Oeste, Sur, Marítimo y Saler),[175]​ y cuenta con siete parques de bomberos: el parque de bomberos central - servicios generales; el parque de bomberos de Campanar; el parque de bomberos de la Devesa; el parque de bomberos del Marítimo; el parque de bomberos de la zona Norte; el parque de bomberos de la zona Oeste; y el parque de bomberos de la zona Sur.[175]

El artículo 7 de la Ley sobre Tráfico, Circulación y Seguridad Vial aprobado por RDL 339/1990 atribuye a los municipios unas competencias suficientes para permitir, entre otras, la inmovilización de los vehículos, la ordenación y el control del tráfico y la regulación de sus usos.[184]​ En Valencia estos temas se regulan mediante una ordenanza municipal sobre circulación, la cual se aprobó según acuerdo plenario el 28 de mayo de 2010.[185]​ Por lo que respecta al parque automovilístico de la ciudad, en el año 2010 este estaba formado por 495 022 vehículos:[186]​ 370 357 turismos; 50 610 motocicletas; 29 684 ciclomotores; 29 573 camiones; 7 964 tractores; 5 887 remolques; y 947 autobuses.[186]

Las principales autovías de Valencia tienen un recorrido radial, como la V-21, la V-31, la A-3, la V-15/CV-500, la CV-35 o la CV-36. Pero Valencia tiene además una serie de carreteras circunvalatorias a su alrededor, estás son el By-pass, la V-30, que une la A-7 con el puerto de la ciudad, o la CV-30, la cual bordea la zona norte de la ciudad.

La red de metro de Valencia es la tercera red de metro que se construyó en España, después de las de Madrid y Barcelona, la segunda en número de kilómetros, después de Madrid, y la cuarta en número de usuarios, después de Madrid, Barcelona y Bilbao, aunque es el medio de transporte de la ciudad que más está incrementando el número de pasajeros en los últimos años.

La actual red de Ferrocarriles de la Generalidad Valenciana en Valencia es heredera de la antigua red de ferrocarriles interurbanos de Valencia, conocida popularmente como el Trenet de Valencia, que unía la capital con las poblaciones cercanas. Dicha red de vía estrecha había sido construida en su mayor parte durante el final del siglo XIX, y fue gestionada sucesivamente por la Sociedad Valenciana de Tranvías,[187]​ más tarde por Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia[188]​ y finalmente por Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha.

La modernización de la antigua red, durante los años 1980,[189]​ y su ampliación y conversión en un moderno ferrocarril metropolitano, han dado origen a la red de Metrovalencia que, tras los cambios en la numeración de las líneas en 2015, dispone de seis líneas de metro y tres de tranvía en superficie:[190][191]

Lloma Llarga-Terramelar - Empalme

Valencia cuenta con una red de autobuses urbanos y de periferia. La Empresa Municipal de Transportes[192]​ se encarga de toda la ciudad, llegando a cada rincón de la capital, tiene un servicio desde las 3:00 de la mañana en alguna de sus líneas, hasta las 23:00. Tras ello, comienza el servicio nocturno que termina sobre las 2:00 a excepción de viernes, sábados y vísperas de festivos que se prolonga hasta las 3:30.

En el periodo veraniego, entre el 1 de junio y el 31 de agosto, se modifica el trayecto de la línea 2 y se añaden las líneas 20 y 23 a la red existente el resto del año, con el fin de conectar todas las zonas de la ciudad con las playas. Además de estas líneas, también se suelen activar una serie de líneas especiales, las cuales funcionan durante períodos determinados, como el 1 de noviembre con motivo del día de todos los santos. Por el contrario durante la semana fallera, la mayoría de líneas se ven obligadas a modificar su itinerario.[193]

En la ciudad de Valencia y su región metropolitana opera una amplia red de taxis, unos 3 000 aproximadamente. Estos se distinguen por ser vehículos de color blanco y llevar el distintivo de la Generalidad Valenciana y el lema "Área de Valencia" en la puerta del conductor, además de un dispositivo en el techo llamado módulo que indica si el taxi está libre mediante el encendido de una luz verde y además lleva los números 1, 2 y 3 que indican la tarifa que en ese momento lleva puesta en el taxímetro.[194]

Antiguamente, y hasta los años 80, los taxis eran de color negro con una raya horizontal amarilla a lo largo de todo el vehículo y con las armas de la ciudad en la puerta delantera y el número de la licencia otorgada por el Ayuntamiento.

En Valencia los taxistas tienen regulados unos días de descanso obligatorio que se regula según la numeración en la que terminen sus licencias. Tienen un día entre el lunes y el viernes inclusive obligado de descanso que cambia anualmente y luego otro día el fin de semana que va rotando semanalmente.[194]

En Valencia los taxistas suelen llevar buenos vehículos y de no mucha antigüedad, siendo renovados cada 5 años de media. La Conselleria de Infraestructuras y Transporte a través de la Agencia Valenciana de Movilidad (AVM) tiene en marcha desde el ejercicio 2005 un programa de ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos destinados al servicio de taxi. En la actualidad, existen ya 69 vehículos híbridos eléctricos prestando el servicio de taxi en el Área de Valencia.[195][196]

La ciudad de Valencia cuenta con muchos tramos de carril bici (alrededor de 160 km),[186]​ que forman una red interconectada gracias al anillo ciclista, un carril bici que recorre el centro de Valencia conectando todos los carriles bici de la periferia.[197]

Actualmente, la ciudad también cuenta con el servicio público de alquiler de bicicletas Valenbisi, implantado el 21 de junio del año 2010. Este servicio, promovido por el Ayuntamiento y gestionado por la empresa JCDecaux, contaba en la primera fase de implantación con 50 estaciones y 500 bicicletas, aunque en la actualidad se da este servicio a cerca de 103 000 abonados con un total de 2 750 bicicletas, distribuidas en 275 estaciones.[198][199]​ Este servicio de alquiler de bicicletas se ofrece las 24 horas del día, los 365 días de año, siempre y cuando no haya ningún acto que impida el correcto funcionamiento del servicio.[200]

EuroVelo, la red transeuropea de vías ciclistas pasa por esta ciudad, en concreto la Ruta Mediterránea EuroVelo 8. España cuenta con un total de tres rutas cicloturistas transeuropeas que recorren más de 3000km de la geografía española.

La encargada de coordinar el transporte urbano e interurbano en la Comunidad Valenciana es la Agencia Valenciana de Movilidad (AVM). En cuanto al transporte de autobuses interurbanos en el área metropolitana de Valencia, la AVM creó un consorcio para la explotación de las líneas interurbanas regulares: Autobuses Metropolitanos de Valencia (MetroBus).[201]​ El consorcio MetroBus está compuesto por un total de 8 compañías de autocares y autobuses (AUVACA, EDETANIA BUS, AVSA - Autos Vallduxense, FERNANBUS, Autobuses BUÑOL, Autobuses HERCA, URBETUR y ALSA) que explotan las 58 líneas que componen la red de MetroBus.[201]​ Además de estas líneas regulares, alguna de las empresas que explotan MetroBus también hacen servicios discrecionales con los autobuses de línea regular.[201]

En la ciudad de Valencia también hay una estación de autobuses, la cual se encuentra ubicada en la Avenida Menéndez Pidal, y cubre con sus líneas la mayor parte de los pueblos de la provincia y las principales poblaciones de la Comunidad, así como líneas nacionales de servicio diario y numerosas líneas internacionales.[202]​ La estación de autobuses sirve como centro de conexión intermodal, ya que cuenta con una parada de taxi en la puerta principal, y con la estación de Turia, de MetroValencia, a escasos 200 metros.[203]

La ciudad cuenta con cinco estaciones de ferrocarril en su término municipal de las cuales cuatro son de cercanías y media distancia; estas son: Valencia-Norte, Valencia-Fuente de San Luis, Valencia-Cabañal y Valencia-San Isidro. La quinta es una estación provisional para la nueva línea de Alta Velocidad[204]​ que une a la ciudad con Madrid, Cuenca y Albacete, la cual se sitúa en la calle San Vicente, junto al cruce con la Avenida de César Giorgeta, muy cerca de la actual Estación del Norte y se denomina Valencia Joaquín-Sorolla.[205]

Finalmente, el tren de Alta Velocidad (AVE) cruzará la ciudad a través de un túnel pasante de tres vías (dos de alta velocidad y una de cercanías), que discurrirá bajo las grandes vías de Germanías y Marqués del Turia y que contará con dos estaciones de interconexión para los trenes de cercanías, una de ellas en la Avenida de Aragón y otra en el Campus de Tarongers.

Actualmente Valencia tiene un núcleo propio de cercanías,[206]​ el cual está compuesto por seis líneas que unen a Valencia con Gandía, Mogente, Utiel, Chirivella, Caudiel y con Castellón de la Plana. Además cuatro de las líneas tienen continuación como líneas de media y larga distancia enlazando Valencia con capitales como Madrid, Barcelona, Albacete, Zaragoza, etc.[207]

Con la ley de aeropuertos de 1927, se consideró urgente la creación de un aeropuerto para la ciudad de Valencia y se habilitó en el puerto de Valencia una zona para la hidroaviación. Poco después se pensó instalar el aeropuerto en la lengua de tierra que separa la albufera de Valencia del mar para poder utilizarlo tanto para hidroaviones como para aviones terrestres. No obstante esta alternativa fue desechada y se decidió construir el aeropuerto en su ubicación actual, es decir, en Manises.[208][209]

La apertura del aeropuerto se produce en marzo de 1933 y se declara aduanero en 1934. El 1 de septiembre de ese mismo año se realiza el primer vuelo regular entre las ciudades de Madrid y Valencia.[208]

Actualmente se están ejecutando importantes obras de mejora para poder acoger el incremento de operaciones que desde el año 2001 aumentan, gracias al turismo que atraen las ciudades, y sus alrededores, de Valencia y Castellón de la Plana, así como las compañías de bajo coste, que desde 2003 operan desde Manises con una gran cantidad de destinos. Todo esto ha supuesto que en el año 2010, el aeropuerto registrara un tráfico de 4 934 268 pasajeros, es decir, más del doble del número de pasajeros del año 2001, cuando el volumen total de pasajeros era de 2 301 191.[210]

En septiembre de 2008 se presentó la segunda ampliación del Aeropuerto de Manises, que se encuentra a 8 km de la ciudad de Valencia y está comunicado por autobús, taxi y metro. Este aeropuerto permite alcanzar la mayoría del territorio español, Europa y ciudades del norte de África. Además, el 6 de junio de 2009 comenzó de forma regular vuelos con el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, con 4 vuelos semanales.[211]​ En la actualidad se están realizando varias obras, como las ampliaciones del Edificio Terminal, de la plataforma de aviación comercial, de la plataforma de aviación general y del aparcamiento, además de la asistencia técnica para el control y vigilancia de las mismas, así como la nueva Terminal 2 (T2), un edificio entendido como lógico crecimiento de la actual Terminal por su lado este y complemento de la Terminal Regional.[212]

El Puerto de Valencia es uno de los puertos gestionados por la Autoridad Portuaria de Valencia (Valenciaport), la cual también gestiona los de Sagunto y Gandía. Este puerto tenía una superficie total en el año 2004 de 4 366 262 m², de los cuales 2 137 295 m² se destinaban a depósito y 778 074 m² a viales, y ofrecía 9 637 metros de línea de atraque distribuidos en 16 muelles y 2 pantalanes.

Este es el puerto comercial líder del Mediterráneo occidental en términos de volumen de mercancías containerizadas, ya que durante el año 2010, 64 millones de toneladas pasaron por los puertos de Valencia, Sagunto y Gandía, un 10,81 por ciento más que en el ejercicio 2009, cifras que consolidan el liderazgo de Valenciaport.[152]​ Y desde el año 2006 el Puerto de Valencia es, según fuentes del ministerio de fomento,[152]​ el primer puerto español en tráfico de contenedores, así como el 5º de Europa y uno de los 50 primeros del mundo en el tráfico de contenedores.

Mientras que la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) de Valencia,[213]​ por su parte, es un centro de distribución multimodal dedicado a la logística de la mercancía marítima, que completa la oferta de servicios logísticos del Puerto de Valencia. La ZAL permite a las empresas allí instaladas mejorar su competitividad en términos de coste y de tiempo, gracias a la ubicación preferente en la zona anexa al puerto, a la completa red de conexiones a los principales centros nacionales e internacionales por carretera y ferrocarril, a la extensa superficie adaptable a las necesidades de cada cliente y a la amplia oferta de servicios empresariales y sociales.

Por lo que respecta al transporte de pasajeros, actualmente la Terminal de Pasajeros del puerto de Valencia está gestionada por la empresa naviera Acciona Trasmediterránea y cuenta con todos los servicios necesarios para atender la demanda de los armadores de cruceros: asistencia a la tripulación, pasarelas de acceso directo a los buques, aparcamiento para pasajeros, tiendas de regalos, duty free, etc.[214]​ Actualmente, hay líneas regulares a Palma de Mallorca, Ibiza, Mahón y Formentera.[215]

Hay que destacar que el puerto de Valencia cerró el año 2010 con buenos resultados en el tráfico de cruceros. El número de escalas (156) creció un 9,29 % y el de pasajeros (253 000), un 37 %. Pero es en 2011 cuando Valencia quiere dar el gran salto en la industria de cruceros y sus previsiones apuntan a un aumento del 41 % en escalas, con 212 confirmadas a inicios de año, y un incremento del 73 % en pasaje con 400 000 pasajeros.[216]

La catedral de Valencia está dedicada por deseo de Jaime I, siguiendo la tradición del siglo XIII, a Santa María, siendo consagrada el año 1238 por el primer obispo de Valencia posterior a la reconquista, Fray Andrés de Albalat. Se encuentra sobre la antigua mezquita de Balansiya, que a su vez se había alzado sobre la antigua catedral visigótica.[217]​ El estilo constructivo predominante de esta catedral es el gótico valenciano o mediterráneo, aunque también contiene elementos del románico, del gótico francés, del renacimiento, del barroco y neoclásico.

Contiene algunas de las primeras y mejores pinturas del quattrocento de toda la península ibérica, que llegaron de Roma a través de artistas contratados por Alejandro VI. Este último Papa valenciano, cuando todavía era el cardenal Rodrigo de Borja, hizo la petición para elevar la sede valentina al rango de Metropolitana, categoría que le fue otorgada por el papa Inocencio VIII en 1492. En su interior se venera el Santo Cáliz, fechado del siglo I, y dado a la catedral por el rey Alfonso el Magnánimo en 1436.

Su torre campanario es conocida como "El Miguelete" (en valenciano "El Micalet"). La construcción de la torre se inicia en 1381 y finaliza en 1429. Debido a su complejidad, fue dirigida por varios maestros de obra, siendo el primero Andrés Juliá, desde 1381, y los siguientes, entre otros, José Franch (1396), Pedro Balaguer (1414, constructor de las Torres de Serranos) hasta Martín Llobet (1425), el último de los arquitectos que intervino en la construcción. Posteriormente se construye la espadaña (1660 - 1736).

Durante el siglo XVII se levantaron en Valencia numerosas construcciones barrocas, la mayor parte religiosas, y se transformaron tanto interior como exteriormente antiguos edificios góticos.[218]​ La Real Capilla de la Virgen de los Desamparados, con categoría de Basílica desde 1872, fue realizada entre 1652 y 1666 por Diego Martínez Ponce de Urrana, a partir de los diseños realizados por los más importantes artífices del momento, aprobados y muy posiblemente, orientados por Juan Gómez de Mora, Maestro Mayor del rey.[219]

A principios del siglo XX, se planteó la posibilidad de realizar una majestuosa ampliación de la Basílica. Por ello, el prelado convocó un concurso de ideas en el año 1932, que ganó Vicente Traver. Según su proyecto, el nuevo edificio tendría la cúpula más alta de la ciudad, y sería de las más grandes de Europa. Pero durante la guerra civil ocurrió el incendio de la Basílica, y la obra no se llevó a cabo. Décadas después se retomó la idea, pero al comenzar las obras en la parte trasera de la Basílica, actual plaza de la Almoina, se descubrieron ruinas romanas, visigodas y árabes, por lo que el proyecto quedó definitivamente paralizado.

El templo dedicado a Santa Catalina Mártir, sito en la plaza Virgen de la Paz, se levantó sobre una mezquita anterior y en 1245 ya había adquirido el rango de parroquia. Consta de una sola nave, con contrafuertes laterales entre los que se colocaron las capillas. Es la única de las iglesias góticas de la ciudad con girola en la cabecera, igual que la catedral.[220]

En el siglo XVI el edificio fue revestido con decoración clasicista al gusto renacentista y, tras un pavoroso incendio sufrido en 1548, parcialmente reconstruido. En 1785, siguiendo la moda imperante, se le dio un aspecto barroco. En la década de 1950 se llevaron a cabo obras de repristinación para devolverle su fisonomía gótica original, para lo cual se despojó a los muros de todo el ornamento barroco y neoclásico.

El campanario fue construido entre 1688 y 1705 por Juan Bautista Viñes, cuyo nombre aparece grabado en una lápida conmemorativa que podemos ver en su base. Obra maestra del barroco valenciano, es de planta hexagonal, y su alzado se divide en cuatro pisos separados por molduras, más el cuerpo de campanas y el remate superior.[221]

La primitiva iglesia de los Santos Juanes se alzó en el arrabal de la ciudad conocido como la Boatella, donde se ubicaba una antigua mezquita. La antigua ermita fue levantada antes de 1240 sobre la mezquita. Estaba situada extramuros de la ciudad árabe, cerca de las puertas de Bab al-Qaysariya y de la Culebra, cuando se construyó la muralla cristiana quedó incluida ya dentro de Valencia.[222]

De su antigua estructura gótica queda la nave y el gran óculo cegado, conocido como "la O de Sant Joan", que fue concebido como un gran rosetón en una de las fachadas. En 1592 la iglesia sufrió un aparatoso incendio que obligó a una reconstrucción casi total a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Destaca, por lo infrecuente, la amplia fachada del mercado, concebida como un grandioso retablo de piedra sobre una terraza que domina la plaza frente a la lonja, formando un conjunto urbanístico único. La preside la escultura de la Virgen del Rosario, obra en estuco de Jacopo Bertesi, y sobre ella se alza la torre del reloj, flanqueada por los dos Santos Juanes y coronada por el famoso "pardal de Sant Joan" (pájaro de San Juan), la veleta a la que, según cuenta la tradición, se hacía mirar a los niños cuando sus humildes padres los abandonaban en la plaza. En la parte baja de la terraza se abren "les covetes de Sant Joan" (las cuevas de San Juan), semisótanos en lo que antaño se ubicaban chatarrerías y tiendas de viejo. En el templo nuevamente levantado predicó San Vicente Ferrer y allí ofreció su primer sermón en el día de San Juan Bautista.

El interior del templo es de una desbordante imaginación barroca, con estatuas de Bertesi que representan a personajes de las Doce Tribus de Israel, y sobre todo el conjunto de los frescos que ejecutó Antonio Palomino en la bóveda. Este templo se declaró BIC (bien de interés cultural) mediante el Decreto en el BOE del 26 de febrero de 1947.[223]

El 19 de julio de 1936, durante la guerra civil, fue pasto de las llamas y sus efectos aún perduran. Las pinturas se hallan en estado lastimoso, ya que fueron quemadas o ennegrecidas por el humo de los incendios, si bien se está trabajando en su recuperación desde hace décadas.[224]

La iglesia de San Juan del Hospital fue la primera iglesia construida en Valencia, tras la Catedral, como un priorato de los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén. Su fundación se debe a la concesión, realizada por el rey Jaime I en la época de la conquista de Valencia al caballero sanjuanista Hugo de Folcalquier, lugarteniente del Maestre de su orden en la Corona de Aragón, de unos terrenos junto a la puerta de la Xerea, para establecer allí esta sede prioral. Aquí se levantaron varios edificios: una iglesia dedicada a San Juan Bautista; el hospital correspondiente a la labor asistencial específica de esta orden militar, la cual recibió el nombre "de Jerusalén, del Hospital, de Rodas y de Malta"; un convento; y un cementerio propio para los caballeros difuntos del hospital. Todo se construyó entre los años 1238 y 1261, terminándose totalmente lo conventual antes de 1316.[223]

La iglesia está precedida de un patio decorado con cuadros cerámicos del Vía Crucis, donde se conservan estos restos arquitectónicos y elementos sueltos de los edificios que componían la fundación.[223]​ La verdadera iglesia ocupa una superficie de 36 metros de longitud por 19 metros de anchura, y está compuesta por una bóveda apuntada con plementería de piedra sobre gruesos fajones que se apoyan en ménsulas, y una cabecera poligonal de cinco lados techada con crucería, donde se encuentra el presbiterio. Este fue levantado a fines del siglo XIII y está iluminado por ventanas rasgadas de estilo ojival; la central más ancha, con tracerías y decorada con columnillas adosadas. Sobre los nervios de piedra, las bóvedas son de ladrillo a tizón y en sus paramentos extremos, son obra posterior, del siglo XIV, dos altas capillas que perforan los muros con arquivoltas ojivales y se desarrollan entre los contrafuertes.[225]

Las capillas laterales son la mayor parte a modo de grandes arcosolios que se abren a la nave por ojivas cistercienses sobre columnillas adosadas, protegidas por un alfiz moldurado.[225]​ Sus bóvedas de piedra debieron estar pintadas con frescos que solo se conservan parcialmente, en espera de restauración, en la primera parte del evangelio. Las dos últimas de este lado son más amplias y están techadas con crucería diagonal. En el testero subsisten dos tramos de una logia con bóveda de crucería que se abre a los pies de la nave.[223]

Este monasterio es una importantísima obra del renacimiento valenciano que según algunos autores puede ser considerado como precedente del monasterio de El Escorial, siendo como este, monasterio jerónimo, foco cultural e iglesia conmemorativa de la memoria de su fundador. La primera piedra fue colocada en 1548 por el obispo y el Fernando de Aragón, duque de Calabria. La construcción del monasterio se prolongó durante el siglo XVII, iniciándose la iglesia del monasterio a partir de 1601.[226]

En 1821 la desamortización del trienio liberal suprimió la comunidad jerónima. El edificio, según la Real Orden de 2 de julio de 1821 se habilitó como Casa de Beneficencia y Corrección. En 1823 se produjo el regreso de los frailes, que realizan algunas obras menores. En 1835 se produce la exclaustración definitiva, pasando el monasterio y sus propiedades a manos del Estado. Tras la desamortización, las obras de arte y libros que quedaban después de haber sido objeto de saqueo en la Guerra de la Independencia, fueron trasladados al Museo de Bellas Artes de Valencia y buena parte de los libros, entre los que se encuentran los procedentes de la valiosa biblioteca del Duque de Calabria, se destinaron a la Biblioteca Universitaria.

Tras usos como presidio, escuela o almacén, entre 1997 y 2000 fueron realizadas las obras de rehabilitación del conjunto para su destino de sede de la Biblioteca Valenciana.



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