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Estado ruso



Russian Federation (orthographic projection) - Crimea disputed.svg

Rusia (en ruso, Россияromanización Rossíya),[n. 1]​ conocida formalmente[n. 2]​ como Federación de Rusia[n. 1]​ (en ruso, Российская Федерацияromanización Rossíyskaya Federátsiya) y citada de manera extraoficial en ocasiones como Federación Rusa, es el país más extenso del mundo. La Federación de Rusia cuenta con una superficie de 17 098 242 km²,[4]​ equivalente a la novena parte de la tierra firme del planeta, y con gran variedad de relieve y de ecosistemas. Su capital es la ciudad federal de Moscú.

La forma de gobierno es la república semiparlamentaria formada por ochenta y cinco sujetos federales, y es el noveno país con mayor población en el mundo al tener 146 904 396 habitantes.[12]​ Ocupa toda Asia del Norte y alrededor del 40 % de Europa (principalmente Europa del Este),[n. 3]​ por lo que es un país transcontinental. En Rusia existen once zonas horarias, desde UTC+2 hasta UTC+12.[n. 4]​ Rusia tiene las mayores reservas de recursos energéticos y minerales del mundo aún sin explotar, y es considerada la mayor superpotencia energética. Posee las mayores reservas de recursos forestales y la cuarta parte del agua dulce sin congelar del mundo.

Rusia es el país que limita con mayor número de países, un total de dieciséis,[n. 5]​ y el que tiene las fronteras más extensas. Limita con los siguientes países (empezando por el noroeste y siguiendo el sentido antihorario): Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Bielorrusia, Lituania,[n. 6]Polonia,[n. 6]Ucrania,[n. 7]Georgia,[n. 8]Azerbaiyán, Kazajistán, República Popular China, Mongolia y Corea del Norte. Tiene límites de aguas territoriales con varios de los anteriores, con Japón y con los Estados Unidos (en concreto, con el estado de Alaska). Limita también con los estados de reconocimiento limitado Abjasia, Osetia del Sur y la Unión de Repúblicas Populares (Nueva Rusia). Las costas de Rusia están bañadas por el océano Ártico, el norte del océano Pacífico y mares interiores como el Báltico, el Negro y el Caspio.

La historia de Rusia comienza con los eslavos orientales. Los eslavos emergieron como un grupo reconocible en Europa entre los siglos III y VIII d. C.[12]​ Fue fundado y dirigido por una clase guerrera noble de vikingos (llamados varegos) y sus descendientes. El primer estado de los eslavos orientales, la Rus de Kiev, surgió en el siglo IX y en el año 988 adoptó el cristianismo ortodoxo, producto de la cristianización llevada a cabo por Cirilo y Metodio, enviados desde el Imperio bizantino. Comenzó entonces una síntesis de las culturas bizantina y eslava que definiría la rusa durante el siguiente milenio.[13]​ Más tarde, la Rus de Kiev se desintegró en muchos pequeños estados feudales, de los cuales el más poderoso fue el Principado de Vladímir-Súzdal que posteriormente se transformó en Principado de Moscú, el cual se convirtió en la fuerza principal en el proceso de la reunificación rusa y la lucha por la independencia contra la Horda de Oro. Moscú reunificó gradualmente los principados rusos circundantes y comenzó a dominar en el legado cultural y político de la Rus de Kiev. En el siglo XVIII d. C., el país se expandió mediante la conquista, la anexión y la exploración hasta convertirse en el tercer imperio más grande de la historia, el ruso, al extenderse desde Polonia, en poniente, hasta el océano Pacífico y Alaska, en el este.

Rusia ha tenido poder y mucha influencia en el mundo: primero, en la época del Imperio ruso; después, como el país dominante de la Unión Soviética (URSS), el primero y el más grande de los estado socialistas constitucionalmente establecidos y una superpotencia reconocida como tal; y, actualmente, como la Federación de Rusia. Tiene una larga tradición de calidad en todos los aspectos de las artes y de las ciencias.[12]​ La Federación de Rusia se fundó en 1991, al disolverse la Unión Soviética, y es reconocida como la heredera de la personalidad legal de esta.[14]​ Su economía tiene uno de los mayores crecimientos del mundo. Es el octavo país por PIB nominal y el sexto por PIB (PPA), con el tercer presupuesto militar más grande del mundo. Es uno de los cinco países con armas nucleares reconocidos, posee el mayor arsenal de armas de destrucción masiva del mundo, tiene el segundo ejército más poderoso del mundo y el cuarto país con gasto militar más alto.[15]​ Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, miembro del G20, del APEC y de la OCS, y tiene mucha influencia en los países que fueron repúblicas soviéticas, y aún más en los países miembros Comunidad de Estados Independientes (CEI). Rusia también alberga el noveno mayor número de sitios nombrados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

El nombre Rusia se deriva de Rus, un estado medieval poblado principalmente por los eslavos orientales. Sin embargo, el nombre propio se hizo más prominente en la historia posterior, y el país fue llamado típicamente por sus habitantes "Русская земля" (Russkaya zemlya), que puede traducirse como "tierra rusa". Para distinguir este estado de otros estados derivados de él, la historiografía moderna lo denota como Rus de Kiev. El nombre de Rus en sí proviene de la temprana Edad Media, usado para personas del Mar Báltico, que fundaron un estado centrado en Nóvgorod, que más tarde se convirtió en la Rus de Kiev.

Una versión latina medieval del nombre Rus fue Rutenia, que se usó como una de varias designaciones para las regiones eslavas orientales y ortodoxas orientales, y comúnmente como designación para las tierras de Rus'. El nombre actual del país, Rusia (En ruso Россия, pronunciado Rossiya), proviene de la designación griega bizantina de la Rus ', Ρωσσία Rossía —deletreado Ρωσία (Rosía se pronuncia [roˈsia]) en griego moderno.

La forma estándar de referirse a los ciudadanos de Rusia es "rusos" en español. Hay dos palabras en ruso que se traducen comúnmente al español como "rusos": una es "русские" (russkiye), que con mayor frecuencia se refiere a los rusos étnicos, y la otra es "россияне" (rossiyane), que se refiere a los ciudadanos de la Federación de Rusia, independientemente de su origen étnico.

Antes del siglo I, las vastas tierras de la Rusia meridional fueron pobladas por varios pueblos, muy dispersas por el inmenso territorio, como el protoindoeuropeo y el escita. Desde el siglo III hasta el VI, las estepas fueron asoladas por oleadas sucesivas de invasiones nómadas, dirigidas por tribus belicosas que, como los hunos y los ávaros, a menudo continuarían su avance hasta la Europa central y occidental.

Desde el siglo V hasta el VII, la cultura de Dyákovo (Дьяковская культура), que estaba en plena Edad del Hierro, ocupaba la zona del Volga Superior, el Valdái y la cuenca del río Oká. La cultura de Dyákovo estaba formada por gente de lengua ugrofinesa, los antepasados de los pueblos meria, muromiano, meshchiorá y vepsios (también llamados chud). Toda la toponimia regional ugrofinesa y su carácter hidrónimo apunta a esta cultura; un ejemplo es el río Yauza, afluente del Moscova, y tal vez también el mismo Moscova.

Los turcos y los kazajos dominaron las estepas más bajas de la cuenca del Volga entre los mares Caspio y Negro hacia el siglo VIII d. C.. Destacaron por sus notorias leyes de tolerancia cosmopolita.

Los jázaros fueron la conexión comercial principal entre la región báltica y el imperio musulmán abasí, radicado en Bagdad. Se convirtieron en importantes aliados del Imperio bizantino y emprendieron una serie de guerras exitosas contra los califatos árabes.

En esta época, el término "Rhos" o "Rus" se aplicó primero a los varegos y luego también a los eslavos que habitaban la región. En los siglos X y XI, la Rus de Kiev o Rusia medieval llegó a ser el principado más grande de Europa y uno de los más prósperos, debido al comercio diversificado tanto con Europa como con Asia. La apertura de nuevas rutas del comercio con Oriente en el tiempo de las cruzadas contribuyó a la decadencia y a la fragmentación del principado a finales del siglo XII.

En los siglos XI y XII, las incursiones constantes de las tribus turcas nómadas, como los cumanos y los pechenegos, llevaron a la migración masiva de las poblaciones eslavas del sur fértil a las regiones más arboladas del norte: Opolie. Los estados medievales de la República de Nóvgorod y el Principado de Vladímir-Súzdal surgieron como sucesores del Rus de Kiev. Mientras, el curso mediano del río Volga vino a ser dominado por el Estado musulmán de Bulgaria del Volga. Como muchas otras partes de Eurasia, estos territorios fueron invadidos por los mongoles, que fundaron el estado de la Horda de Oro, que saquearía los principados rusos durante más de tres siglos. Cerca de la mitad de la población rusa pereció durante la invasión mongola; posteriormente conocidos como los tártaros, los mongoles gobernaron las extensiones meridionales y centrales de Rusia, mientras que los territorios actuales de Ucrania y Bielorrusia fueron incorporados al Gran Ducado de Lituania y Polonia, dividiendo así en dos a los rusos: bielorrusos en el norte y ucranianos en poniente.

Al igual que en los Balcanes, el movimiento nómada retardó el desarrollo económico y social del país. Sin embargo, la República de Nóvgorod y la ciudad de Pskov retuvieron algún grado de autonomía durante el tiempo del dominio mongol, y pudieron en gran parte evitar las atrocidades que afectaron al resto del país. En el año 1240, la República de Nóvgorod, dirigida por Alejandro Nevski (1220-1263), repelió los intentos de los cruzados germánicos de colonizar la región.

A diferencia de su director espiritual, el Imperio bizantino, el Principado de Moscú, regida desde la ciudad Moscú, pudo revivir y organizar su propia guerra de la reconquista; venció a sus enemigos y, mediante la anexión, recobró territorios que había perdido. Después de la caída de Constantinopla en 1453, la Rusia moscovita quedó como el único estado cristiano operativo en la frontera de la Europa Oriental, y adquirió así el derecho de reclamar el legado del Imperio Romano de Oriente. Todavía bajo el dominio de los mongolo-tártaros, el ducado de Moscú comenzó a afirmar su influencia en la Rusia Occidental al principio del siglo XIV. El resurgimiento espiritual, apoyado por la Iglesia ortodoxa y san Sergio de Rádonezh, ayudó al ducado de Moscú a derrotar a los mongoles en la batalla de Kulikovo en 1380.

Iván IV "El Terrible" (1530-1584) puso fin al control de los invasores, y consolidó regiones cercanas a Moscú con el nombre de Zarato ruso. Iván IV fue el primero en adoptar el título de zar (el primero en adoptar el título de «Gran príncipe de Toda Rusia» había sido Iván III).

Al principios del siglo XVI, el estado ruso fijó como metas principales recuperar todos los territorios perdidos a consecuencia de la invasión mongola y proteger la zona fronteriza meridional contra los ataques de los tártaros de Crimea (las guerras ruso-crimeas) y de algunos pueblos turcos. Los hidalgos, recibiendo un señorío del soberano, fueron obligados a servir en el ejército. El sistema del señorío llegó a ser la base para la caballería noble. En 1547, Iván IV fue coronado oficialmente como el primer zar de Rusia. Durante su reinado, Iván IV anexionó regiones de Kazán y Astracán, entre otros lugares, y transformó Rusia en un estado poliétnico. Promulgó un nuevo código de leyes (el Sudébnik de 1550), estableció el primer cuerpo representativo feudal (el Zemski Sobor) e introdujo la autogestión local en las regiones rurales. A finales del siglo, cosacos rusos fundaron los primeros establecimientos en Siberia Occidental. El reinado de Iván IV también fue marcado por la larga y fracasada guerra contra la coalición de Polonia, Lituania y Suecia, guerra cuya causa eran las rutas comerciales del mar Báltico.

Iván IV llevó a cabo una serie de purgas en la aristocracia feudal, probablemente provocadas por la traición por parte del príncipe Andréi Kurbski, y por esas purgas fue por lo que Iván IV fue llamado "El Terrible". Después de su muerte, los fracasos militares, las epidemias y las pobres cosechas debilitaron el estado, y los tártaros de Crimea incendiaron Moscú. La muerte de los hijos de Iván más la hambruna que se dio desde 1601 hasta 1603 llevaron a la guerra civil y a la intervención extranjera.[16]

A mediados del siglo XVII había establecimientos rusos en la Siberia Oriental y en la península de Chukchi aprovechando río Amur. En 1648, el navegante ruso Semión Dezhniov descubrió el estrecho que separa Siberia de Alaska, que sería explorado en 1728 por el navegante danés Vitus Bering, por el que se le daría nombre.

El control moscovita de la nueva nación continuó después de la intervención polaca bajo la subsiguiente dinastía de los Románov, empezando con el Zar Miguel I de Rusia en 1613.

Pedro I el Grande, que gobernó el Zarato Ruso, derrotó al Imperio sueco durante la Gran Guerra del Norte, y lo forzó a ceder la Carelia Occidental e Ingria (dos regiones perdidas por Rusia durante la Época de la Inestabilidad), y Livonia (actuales Estonia meridional y Letonia septentrional). Esto aseguró el acceso del Imperio ruso al mar y el comercio marítimo en Ingria. Pedro I fundó en 1703 una nueva capital, San Petersburgo, y fue en gran parte responsable de introducir en el Imperio Ruso la cultura de la Europa Occidental por medio de sus reformas.

Luego de dichas reformas, Rusia obtuvo poder en Europa. Catalina la Grande, que gobernó entre 1762 y 1796, continuó los esfuerzos de Pedro I e hizo de Rusia una de las grandes potencias europeas. Como ejemplos de la participación europea en el siglo XVIII, se destacan la guerra de Sucesión polaca y la guerra de los Siete Años. Tras la división de Polonia, Rusia adquirió los significativos territorios del oeste, los cuales se encontraban poblados principalmente por personas de religión ortodoxa. A consecuencia de las guerras contra el Imperio otomano, Rusia desplazó sus fronteras hasta el mar Negro, teniendo como objetivo proteger de los turcos la región cristiana de los Balcanes. En 1783, Rusia y el Reino Georgiano (que fue devastado casi totalmente por las invasiones persas y por los turcos) firmaron el Tratado de Gueórguiyevsk (ciudad situada en el Krai de Stávropol) según el cual Georgia (Reino de Kartli-Kajetia) recibía la protección de Rusia.

En 1812, Napoleón comenzó la invasión del Imperio Ruso, habiendo reunido casi medio millón de soldados: unos, franceses, y otros, de los países conquistados en Europa. Sin embargo, luego de tomar Moscú, fue forzado a retirarse hacia Francia. Casi el 90% de las fuerzas invasoras pereció en las batallas con el ejército ruso por los guerrilleros y por el crudo invierno. Los ejércitos rusos terminaron la persecución del enemigo ocupando su capital: París. Los oficiales de las guerras napoleónicas llevaron a Rusia las ideas del liberalismo e incluso procuraron reducir los poderes del zar durante la rebelión abortada de los decembristas en 1825, la cual fue seguida por varias décadas de represión política. Otro de los resultados de las guerras napoleónicas fue la constitución de Besarabia y de Finlandia en el Imperio ruso, así como la creación del Zarato de Polonia. La permanencia de la servidumbre en Rusia y las políticas conservadoras de Nicolás I de Rusia frenaron el desarrollo del Imperio ruso a mediados del siglo XIX. Como resultado, el país fue derrotado en la Guerra de Crimea (1853-1856) por una alianza de las potencias europeas mayores como el Reino Unido, Francia, el Imperio Otomano y el Reino de Piamonte-Cerdeña.

El sucesor de Nicolás I de Rusia, Alejandro II (1855-1881), fue forzado a emprender una serie de reformas completas y promulgó en 1861 un decreto aboliendo la servidumbre. Las grandes reformas del reinado de Alejandro II incrementaron el desarrollo y las tentativas del capitalista Serguéi Witte hacia la industrialización. Se daba un fenómeno de eslavofilia, sobre todo por la victoria de Rusia en la Guerra Ruso-Turca, victoria que forzó al Imperio otomano a reconocer la independencia de Rumanía y de la Unión Estatal de Serbia y Montenegro, y la autonomía de Bulgaria.

El fracaso de las reformas y la supresión de lo agrario a consecuencia del crecimiento de la intelectualidad liberal fomentaron la continuidad de los problemas. Poco antes de la Primera Guerra Mundial, la posición del zar Nicolás II y su dinastía parecía precaria y decadente.

El gobierno ruso no quería la guerra, pero percibía que, de no tomar parte en ella, habría que aceptar la hegemonía alemana en Europa. Rusos de clase alta y de la burguesía ayudaron en el esfuerzo de guerra del régimen. Campesinos y trabajadores, en cambio, colaboraron con mucho menos entusiasmo ante la situación. El Imperio Alemán tenía un ejército que llevaba la delantera en Europa y un enorme poder industrial, contando además con Austria-Hungría y el Imperio otomano entre sus aliados. Consecuentemente, Rusia se vio forzada a luchar en otras tres guerras y en la guerra inglesa simultáneamente. Con esas circunstancias, el esfuerzo ruso en la guerra fue muy grande. Habiendo ganado varias batallas importantes en 1916, el ejército guardó distancia cuando estalló la revolución, en parte por razones económicas, pero principalmente porque la desconfianza pública aumentó por la corrupción y la traición. Muchas historias fueron inventadas o enormemente exageradas, tal como la creencia de que un místico, Grigori Rasputin, tuvo gran influencia política dentro del gobierno. Lo que importó, sin embargo, fue que los rumores fueron creídos.

En 1917, la llamada Revolución de Febrero marcó la primera etapa de la revolución rusa: provocó la abdicación del zar Nicolás II, puso fin a la monarquía rusa de los Románov y llevó a la formación de un Gobierno Provisional Ruso.

Tras el fracaso de las Jornadas de Julio de 1917, Vladímir Ilich Lenin (llamado en realidad Vladímir Ilich Uliánov) huyó a Finlandia por razones de seguridad. Allí escribió El Estado y la revolución (Государство и революция), obra con la que llamaba a una nueva forma de gobierno, basado en asambleas de trabajadores (sóviets) e instituyendo al poder soviético elegido como revocable por ellos en todo momento. Lenin volvió a Petrogrado en octubre, y alentó la llamada Revolución de Octubre con el lema "¡Todo el poder para los sóviets!". El 6, 7 y 8 de noviembre, Lenin dirigió el derrocamiento del gobierno provisional desde el Instituto Smolny. Al final de la Revolución rusa de 1917, una facción política marxista, los bolcheviques, tomó el poder en Petrogrado y en Moscú bajo la dirección de Lenin. El asalto y la capitulación del Palacio de Invierno en la noche del 7 al 8 de noviembre marcaron el principio del gobierno soviético.

El zar Nicolás II y la familia real fueron ejecutados, y con ello terminó la última dinastía rusa. Durante un tiempo, se creyó el rumor de que la hija menor de la familia, Anastasia, había sobrevivido, rumor que han desmentido investigaciones recientes.

A pesar de que Rusia se industrializaba rápidamente, apenas una pequeña parte de la población, principalmente nobles y algunos industriales, tenía buenas condiciones de vida. Los campesinos eran pobres y, pese a la reforma agraria de Alejandro II, les era muy difícil acceder a la propiedad de la tierra. Las derrotas sucesivas en la Primera Guerra Mundial y el descontento generalizado de la población causaron un deterioro de la economía interna, lo que condujo al caos social, a varias revueltas y a intentos revolucionarios en 1905 y en 1917.

Comenzó el fin de la era zarista con la revolución de 1905. Rusia fue derrotada inesperadamente por Japón, que era un país pequeño y débil técnicamente, y eso aterrorizó al zar Nicolás II, e hizo menguar su aceptación popular. Asimismo, en 1905 un grupo de trabajadores hizo una instancia al propio zar (en vez de hacerla al Palacio Imperial de San Petersburgo) exigiendo reformas económicas y sociales. El movimiento fue violentamente reprimido por las tropas imperiales: hubo 200 manifestantes muertos y 800 heridos. Ese episodio fue conocido como el «Domingo Sangriento», y a partir de entonces se formaron los primeros sóviets (consejos).

El poder de los sóviets y la influencia de la revolución de 1905 se fue diluyendo en los años siguientes. Sin embargo, con la entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial, las condiciones de vida de gran parte de la población empeoraron drásticamente, lo que generó las condiciones para nuevas revueltas, que darían origen a la Revolución de Febrero de 1917 que derrocó a la monarquía.

Tras la Revolución de Febrero los social-revolucionarios, los mencheviques, los cadetes y los bolcheviques intentaron encontrar —por separado— nuevas fórmulas de gobierno para Rusia que dieron lugar a una breve república de inspiración occidental, cuyo máximo dirigente fue Aleksandr Kérenski. Este nuevo orden no prosperó debido, principalmente, a la oposición de los dirigentes rusos de la nueva república a que Rusia abandonase la guerra, lo que favoreció a los bolcheviques, quienes, pese a ser una minoría política entre los partidos de la época, eran los únicos partidarios firmes de ese abandono.

Así se gestó la Revolución de Octubre, de inspiración bolchevique, y la posterior toma del poder por parte de los sóviets encabezados por Lenin y Trotski, que fundaron el Partido Comunista de la Unión Soviética, con el que se dieron los primeros pasos para la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

A raíz de la disolución de la Asamblea Constituyente Rusa por los bolcheviques, en Rusia se desencadenó una guerra civil (1917-1922) entre los partidarios de la revolución bolchevique (Ejército Rojo de Obreros y Campesinos) y sus opositores (Ejército Blanco), apoyados estos últimos en algunos momentos por diversas potencias extranjeras. Para ganar, Lenin adoptó el comunismo de guerra, y confiscó la producción agraria para abastecer a los soldados. Con la victoria del Ejército Rojo, grandes compañías privadas fueron cerradas como, por ejemplo, la empresa Smirnoff.

La Unión Soviética es la sucesora del Imperio ruso. El último zar, Nicolás II, gobernó hasta marzo de 1917 y fue ejecutado con su familia el año siguiente en Yekaterimburgo. La Unión Soviética se fundó en diciembre de 1922 con el nombre de Unión de las Repúblicas Soviéticas de Rusia (familiarmente conocida como Rusia Bolchevique), Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia, gobernadas las tres primeras por partidos bolcheviques y la última por el menchevique.

La actividad revolucionaria moderna en el Imperio ruso comenzó con la Revuelta decembrista de 1825, y aunque se abolió la servidumbre en 1861, fue en términos desfavorables para los campesinos, y sirvió para azuzar a los revolucionarios. Un parlamento, la Duma Imperial de Rusia, fue establecido en 1906 después de la Revolución de 1905, pero el malestar político y social siguió, y fue agravado durante la Primera Guerra Mundial por el fracaso militar y la escasez de alimento en las ciudades principales.

El levantamiento popular espontáneo en San Petersburgo, en respuesta al decaimiento de la economía y la moral en tiempo de guerra, culminó con el derrocamiento del gobierno imperial. La autocracia zarista fue derrocada por la Revolución de Febrero y reemplazada por el Gobierno provisional ruso, cuyos dirigentes pensaron en establecer una democracia liberal en Rusia y continuar participando en el lado de la Triple Entente en la Primera Guerra Mundial. Al mismo tiempo, para asegurar los derechos de la clase obrera, surgieron en todo el país las asambleas de trabajadores (sóviets). Los bolcheviques, dirigidos por Lenin quien volvió del exilio en abril, presionaron a favor de una revolución socialista tanto en las asambleas como en las calles, y derrocaron al Gobierno Provisional en noviembre de 1917.[17]

En enero de 1918, el nuevo gobierno bolchevique disolvió la Asamblea Constituyente Rusa, elegida democráticamente en noviembre de 1917, lo que desencadenó una larga y sangrienta Guerra civil rusa (1918-1921), durante la que se aprobó la primera constitución soviética, y en la que hubo intervención extranjera en varias regiones de Rusia. Después de la guerra polaco-soviética, que duró desde 1919 hasta 1921, a principios de ese último año se firmó el Tratado de Riga, con el que se repartieron los territorios disputados de Bielorrusia y Ucrania entre Polonia y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

El 29 de diciembre de 1922, una conferencia de delegaciones plenipotenciarias de la RSFS de Rusia, la RFSS de Transcaucasia, la RSS de Ucrania y la RSS de Bielorrusia aprobaron el Tratado de Creación de la URSS y la Declaración de la Creación de la Unión Soviética, y se fundó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Estos dos documentos fueron confirmados por el primer Congreso de los Sóviets de la Unión Soviética y firmados por los cabezas de las delegaciones: Mijaíl Kalinin, Mijaíl Tsjakaya,[18]Mijaíl Frunze, Grigori Petrovski y Aleksandr Cherviakov, el 30 de diciembre de 1922. El 1 de febrero de 1924, la Unión Soviética fue reconocida por la primera potencia mundial de la época: el Imperio británico.

Ya en los primeros días del poder soviético, en 1917, empezó la reestructuración intensiva de la economía, la industria y la política del país. Una gran parte se realizó según los Decretos Iniciales Bolcheviques, documentos del gobierno soviético firmados por Lenin. Uno de los adelantos más prominentes era el plan GOELRÓ, que propugnaba una reestructuración profunda de la economía soviética basada en el suministro eléctrico en todo el país. La realización del plan comenzó en 1920, su desarrollo se extendía durante un período de 10 a 15 años, e incluía la construcción de una red de 30 centrales eléctricas regionales y diez grandes centrales hidroeléctricas, así como la electrificación de numerosas empresas industriales. El plan llegó a ser el prototipo para el subsiguiente Plan Quinquenal, que en la práctica culminó en 1931, durante la dirección de Iósif Stalin.

Después de la política económica de los bolcheviques durante la guerra civil,[19]​ el gobierno soviético permitió durante los años 1920 que algunas empresas privadas coexistieran con la industria nacionalizada. Del mismo modo, la requisa total de los excedentes alimentarios en el campo fue reemplazada por impuestos sobre los alimentos.[20]​ Aunque algunas de estas medidas fueron discutidas por dirigentes soviéticos, se consideraron necesarias para evitar que se reemprendiera la explotación capitalista en la Unión Soviética. Los asuntos económicos constituyeron el telón de fondo en la lucha por el poder que se desencadenó entre los jefes soviéticos a la muerte de Lenin en 1924. Consolidando gradualmente su influencia y aislando a sus rivales dentro del partido, Iósif Stalin se convirtió a mediados de los años 1920 en el dirigente de la Unión Soviética.

En 1928, Stalin introdujo el Primer Plan Quinquenal destinado a construir una economía socialista.[21]​ Esto, a diferencia del internacionalismo expresado por Lenin y Trotski durante la revolución, apuntaló el socialismo en el país. El estado asumió el control de todas las empresas existentes y emprendió un programa intensivo de industrialización. En el ámbito agrario, se fundaron granjas colectivas por todo el país. La política de colectivización forzada causó una hambruna por la que hubo millones de muertes, con particular intensidad en Ucrania, en lo que fue conocido como el Holodomor o genocidio ucraniano. La hambruna soviética de 1932-1933 afectó a las mayores áreas productoras de grano de la URSS, en particular las entonces repúblicas soviéticas de Ucrania y Kazajistán, así como el Cáucaso Norte y la región del río Volga,[22]​ el sur de los Urales y Siberia Occidental.[23][24]​ El trastorno social continuó en los años 1930. La Gran Purga de Stalin expulsó del partido a muchos «viejos bolcheviques» que habían tomado parte en la revolución con Lenin. Mientras tanto, millones de ciudadanos soviéticos fueron encarcelados y enviados a campos de trabajos forzados.[25]​ A pesar de la confusión reinante a mediados de los años 1930, la Unión Soviética desarrolló una economía industrial poderosa años antes de la Segunda Guerra Mundial.

En los años 1930 se dio la mayor cooperación entre los países occidentales y la Unión Soviética. En 1933, se establecieron relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. Cuatro años más tarde, durante la Guerra Civil Española, la Unión Soviética apoyó activamente a la Segunda República Española en su lucha contra los fascistas italianos y alemanes.[26]​ No obstante, después de que Gran Bretaña y Francia firmasen los Acuerdos de Múnich con la Alemania nazi, la Unión Soviética hizo también trato económicos y militar con ella: el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que suponía el compromiso de paz entre los dos países, y llevó a la invasión de Polonia y a la ocupación de Lituania, Letonia y Estonia.[27]​ A finales de noviembre de 1939, incapaz de forzar a Finlandia por medios diplomáticos a desplazar su frontera a 25 kilómetros de Leningrado, Stalin ordenó la Guerra de Invierno. Aunque se haya debatido si la Unión Soviética tuvo la intención de invadir la Alemania Nazi una vez fuese suficientemente fuerte, la misma Alemania rompió el tratado e invadió la Unión Soviética en 1941. El Ejército Rojo detuvo la ofensiva nazi en la Batalla de Stalingrado (1942-1943), y se dirigió por la Europa del Este a Berlín, hasta la rendición de Alemania en 1945.[28]​ La Unión Soviética también tomó parte en la derrota de Japón invadiendo la región de Manchuria tres meses después de que concluyese la guerra en el oeste. Aunque destrozada por la guerra, la Unión Soviética surgió del conflicto como la mayor superpotencia militar reconocida.

Las repúblicas soviéticas perdieron aproximadamente 27 millones de personas. Durante la posguerra, la Unión Soviética mantuvo un control estrictamente centralizado, ayudó a la reconstrucción en los países del Bloque del Este al convertirse estos en estados soviéticos satélites, fundó el Pacto de Varsovia en 1955, más tarde el Consejo de Ayuda Mutua Económica, la ayuda suministrada a los comunistas finalmente victoriosos en China, y vio crecer su influencia en otras partes del mundo. Mientras tanto, la tensión creciente de la Guerra Fría la enemistó con los que habían sido sus aliados en tiempo de guerra: el Reino Unido y los Estados Unidos.

Iósif Stalin murió el 5 de marzo de 1953. En ausencia de un sucesor aceptable, los funcionarios más altos del Partido Comunista optaron por gobernar colectivamente la Unión Soviética, aunque existiera una lucha por el poder tras la apariencia de dirección colectiva. En 1956, Nikita Jrushchov, quien a principios de la década de los años 1950 había ganado la lucha por el poder, denunció la represión llevada a cabo por Stalin.[29]​ Al mismo tiempo, la fuerza militar soviética sirvió para sofocar los levantamientos nacionalistas en Hungría y Polonia ese mismo año.[30]

Durante este período, la Unión Soviética seguía siendo consciente de su extenso potencial científico y técnico, y lo aprovechó. Lanzó en 1957 el primer satélite artificial: Sputnik 1. Ese mismo año, la perra Laika fue primer ser vivo en viajar al espacio. En 1961, con el Vostok 1, Yuri Gagarin fue el primer ser humano en órbita de la Tierra. En 1963, a bordo del Vostok 6 iba la primera mujer tripulante de un vehículo en el espacio exterior: Valentina Tereshkova. En 1965, una persona fue la primera en andar en ese medio: Alekséi Leónov.

Las reformas de Jrushchov en la agricultura y en la administración fueron generalmente improductivas, y la política exterior con China y con los Estados Unidos se deterioró, lo que llevó a la ruptura con China. Jrushchov fue destituido en 1964.

Después de la expulsión de Jrushchov, siguió otro período de mando colectivo, que duró hasta que Leonid Brézhnev se estableciera a principios de los Años 1970 como la figura preeminente en la vida política soviética. Brézhnev fue mandatario durante el período de la Détente, y al mismo tiempo, incrementaba la fuerza militar soviética. La concentración de armas contribuyó a que cesara la Détente, lo que ocurrió a finales de los años 1970; otro factor fue la Guerra de Afganistán.

En esa etapa, la Unión Soviética mantuvo la igualdad con Estados Unidos en el ámbito de la tecnología militar, pero esta expansión finalmente hizo que se paralizara la economía. Por contraste al espíritu revolucionario que acompañó el nacimiento de la Unión Soviética, la tendencia predominante de la dirección soviética después de la muerte de Brézhnev fue la aversión al cambio. El período de la dirección de Brézhnev fue llamado de «estancamiento brezhneviano».

Después de algunos experimentos con reformas económicas en la década de 1960, la dirección soviética volvió a medios establecidos de administración económica. La industria tuvo ganancias lentas pero estables durante los años 1970, mientras que el desarrollo agrario continuó retrasándose: no hubo suficiente grano para alimentar a la creciente población, y hubo que importarlo. Debido a la mala calidad de su materia elaborada, la exportación se veía limitada a la materia prima.[31]​ Tal circunstancia llevó a una balanza de pagos negativa y a un déficit comercial,[32]​ y la economía se vio gravemente afectada.

Dos fenómenos caracterizaron la siguiente década: el desmoronamiento cada vez más evidente de las estructuras económicas y políticas de la Unión Soviética, y las tentativas de un conjunto fragmentario de reformas para invertir ese proceso. Después de la sucesión rápida de Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko, figuras de transición con raíces profundas en la tradición de Brézhnev, Mijaíl Gorbachov fue designado Presidente de la Unión Soviética. Gorbachov comenzó a aplicar cambios significativos en la economía, y también en la dirección del Partido Comunista.[33]​ La política de transparencia permitió el acceso público a la información después de décadas de estricta censura del gobierno, y también abogó por la transparencia de la gestión de los dirigentes soviéticos.

A finales de los años 1980, las repúblicas que componían la Unión Soviética comenzaron legalmente un movimiento hacia una declaración de soberanía sobre sus territorios, citando el Artículo 72 de la Constitución de la URSS, que indicaba el derecho de autodeterminación de las repúblicas soviéticas. El 7 de abril de 1990 fue aprobada una ley por la que una república podría separarse si más de dos terceras partes de los residentes de ella votaban a favor de ello en un referéndum. Muchas liberalizaron primero las elecciones de la era soviética para sus propias legislaturas nacionales en 1990, y avanzaron en una legislación que contradecía las leyes de la Unión Soviética: situación que fue conocida como la «Guerra de Leyes».[34]​ En 1989, la RSFS de Rusia, que era entonces la más grande (con cerca de la mitad de la población), convocó una nueva votación para constituir un Congreso de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética.

El 12 de junio de 1990, el Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia aprobó la Declaración de Soberanía Estatal de la RSFS de Rusia.[35]​ El 11 de julio de 1990, durante la celebración del XXVIII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, Borís Yeltsin anunció su abandono del PCUS. Se presentó como independiente a las primeras elecciones multipartidistas, celebradas el 12 de junio de 1991, y se convirtió en presidente de la RSFS de Rusia al obtener el 57 % de los votos. El período de la incertidumbre legal continuó durante 1991 cuando las repúblicas componentes llegaron a ser paulatinamente independientes en la práctica.

El referéndum para la conservación de la URSS fue celebrado el 17 de marzo de 1991, con la mayoría de la población que votó por la conservación de la Unión Soviética en nueve de las quince repúblicas. El referéndum dio a Gorbachov un empujón secundario y, en julio de 1991, el Nuevo Tratado de la Unión fue diseñado y fue acordado para ocho repúblicas que se habrían inclinado a convertir la Unión Soviética en una federación mucho más flexible. La firma del tratado, sin embargo, fue interrumpida por el intento de golpe de estado de agosto de 1991 dirigido contra Gorbachov por miembros marxistas extremistas del gobierno y de la KGB, que procuró invertir las reformas de Gorbachov y reafirmar el control central del gobierno sobre las repúblicas. Después que el golpe fallara, Yeltsin salió como un héroe mientras el poder de Gorbachov disminuyó. El equilibrio político se inclinó apreciablemente hacia las repúblicas. En agosto de 1991, Letonia y Estonia declararon inmediatamente la restauración de la independencia plena (siguiendo el ejemplo de Lituania en 1990), mientras las otras 12 repúblicas continuaban discutiendo de nuevo los modelos de una Unión cada vez más débil.

El 8 de diciembre de 1991, los presidentes de la RSFS de Rusia, RSS de Ucrania y RSS de Bielorrusia firmaron el Tratado de Belavezha que declaró la Unión Soviética disuelta, estableciendo la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en su lugar. Como quedaban dudas sobre la autoridad del Tratado de Belavezha para disolver la Unión Soviética, el 21 de diciembre de 1991 los representantes de todas las repúblicas soviéticas, excepto la República de Georgia, inclusive las repúblicas que habían firmado el Tratado de Belavezha, firmaron el Protocolo de Almá-Atá, que confirmó el desmembramiento y la disolución de la URSS y volvió a plantear el establecimiento de la CEI. La cumbre de Almá-Atá convino también en varias otras medidas prácticas como consecuencia de la extinción de la Unión Soviética. El 25 de diciembre de 1991, Gorbachov se rindió a lo inevitable y renunció como presidente de la Unión Soviética, declarando a la Unión Soviética disuelta. Transfirió los poderes, que pasaron desde entonces a Borís Yeltsin, el presidente de Rusia. El día siguiente, el Soviet Supremo de la URSS, el cuerpo gubernamental más alto de la Unión Soviética, reconoció el desmoronamiento de la nación y se disolvió. Esto es reconocido generalmente como la disolución final de la Unión Soviética como un estado. Muchas organizaciones como las Fuerzas Armadas Soviéticas y la policía se conservaron hasta principios del año 1992, pero fueron eliminadas progresivamente y/o retiradas o absorbidas por los estados nuevamente independientes.

A mediados de los años 1990, Rusia era una democracia multipartidista, pero era difícil asegurar un gobierno representativo a causa de dos problemas estructurales: el enfrentamiento entre el presidente y el parlamento, y el anárquico sistema de partidos. Aunque Yeltsin ganó prestigio en el extranjero al mostrarse como un demócrata para debilitar a Gorbachov, su concepción de la presidencia era muy autocrática, actuando bien como su propio primer ministro (hasta junio de 1992) o bien nombrando para tal cargo a gente de su confianza, sin tener en cuenta al parlamento.

Mientras, la excesiva presencia de partidos minúsculos y su rechazo a formar alianzas coherentes dejaba la legislatura ingobernable. Durante 1993, el contencioso entre Yeltsin y el parlamento culminaría con la crisis constitucional de octubre. Esta llegó a su punto crítico cuando, el 3 de octubre, Yeltsin mandó a los tanques a bombardear el parlamento ruso. Con este trascendente (e inconstitucional) paso de disolver a cañonazos el parlamento, Rusia no había estado tan cerca del enfrentamiento civil desde la revolución de 1917. A partir de entonces, Yeltsin dispuso de entera libertad para imponer una constitución con fuertes poderes presidenciales, que fue aprobada en referéndum en diciembre de 1993. Sin embargo, el voto de diciembre también supuso un avance importante de comunistas y nacionalistas, reflejo del creciente desencanto de la población con las reformas económicas neoliberales.

Pese a llegar al poder en un ambiente general de optimismo, Yeltsin nunca recuperaría su popularidad tras apoyar la "terapia de choque" económica de Yegor Gaidar: fin del control de precios de la era soviética, recortes drásticos en el gasto público y la apertura al comercio exterior en 1992. Las reformas devastaron inmediatamente la calidad de vida de la gran mayoría de la población, especialmente en aquellos sectores beneficiados por los salarios y precios controlados, los subsidios y el estado del bienestar de la época socialista. Rusia sufrió en los años 1990 una recesión económica más grave que la Gran Depresión que azotó los Estados Unidos o Alemania a principios de los años 1930.[36]

Las reformas económicas consolidaron una oligarquía semi criminal enraizada en el viejo sistema soviético. Aconsejada por los gobiernos occidentales, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, Rusia se embarcaría en la mayor y más rápida privatización jamás llevada a cabo por un gobierno en toda la historia. A mediados de la década de 1990, el comercio, los servicios y la pequeña industria ya estaban en manos privadas. Casi todas las grandes empresas fueron adquiridas por sus antiguos directores, engendrando una clase de nuevos ricos cercanos a diversas mafias o a inversores occidentales.[37]​ En la base del sistema, a causa de la inflación o el desempleo, muchos obreros acabaron en la pobreza, la prostitución o la delincuencia.

A pesar de todo, un supuesto regreso a la economía dirigida parecía casi imposible, contando con el rechazo unánime de Occidente. La economía rusa encontró el fin del calvario con la recuperación a partir de 1999 en parte gracias al alza de los precios del crudo, su principal exportación aún quedando lejos los niveles de producción soviéticos.

Tras la crisis financiera de 1998 Yeltsin se encontraba en el ocaso de su trayectoria. Solo unas horas antes del primer día de 2000, dimitió por sorpresa dejando el gobierno en manos de su primer ministro, Vladímir Putin, un antiguo funcionario del KGB y jefe de su agencia sucesora tras la caída del comunismo. En 2000, el nuevo presidente derrotó con facilidad a sus contrincantes en las elecciones presidenciales del 26 de marzo, ganando en primera vuelta. En 2004 fue reelegido con el 71 % de los votos y sus aliados ganaron las legislativas, pese a las reticencias de observadores nacionales y extranjeros sobre la limpieza de los comicios. Se hizo aún más patente la preocupación internacional a finales de 2004 a causa los notables avances en el endurecimiento del control del presidente sobre el parlamento, la sociedad civil y los representantes regionales.[cita requerida]

En las elecciones legislativas rusas de 2007 el partido Rusia Unida (Conservador y Nacionalista con una base de centrista), que apoya incondicionalmente a Putin y el curso de desarrollo tomado desde su llegada al poder, consiguió el 64,30 % de los votos, lo que se consideró como apoyo de los rusos al dicho curso político y económico.

En las elecciones presidenciales de Rusia de 2008, el candidato del partido Rusia Unida, Dmitri Medvédev, apoyado por el entonces presidente Vladímir Putin, ganó por amplio margen[38]​ a sus opositores en las urnas. Medvédev asumió el cargo en mayo de 2008.

El día 4 de marzo, se realizaron las Elecciones presidenciales de Rusia de 2012 para designar al sucesor de Dmitri Medvédev en el cargo, resultando como vencedor el candidato por el partido Rusia Unida, Vladímir Putin quien asumió el 7 de mayo de 2012 por un periodo de seis años, mientras que su predecesor en el cargo, Dmitri Medvédev, quedó designado como el nuevo presidente del Gobierno de Rusia, puesto también conocido como primer ministro.

El 18 de marzo de 2014 a la Federación de Rusia se anexó la república parcialmente reconocida de Crimea, conteniendo las antiguas subdivisiones de Ucrania: la República Autónoma de Crimea y la ciudad con estatus especial de Sebastopol. A consecuencia de esto se formaron dos nuevos sujetos federales: República de Crimea y la ciudad federal de Sebastopol.[39]

El 27 de marzo de 2014 fue aprobada la Resolución 68/262 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (llamada Integridad territorial de Ucrania) en respuesta a la crisis de Crimea. Aprobada por 100 países, la resolución afirmó el compromiso de las Naciones Unidas para reconocer a Crimea como parte de Ucrania, rechazando el referéndum sobre el estatus político.

Putin fue reelegido con un 76,69% de los votos en los comicios presidenciales de 2018.[40]

Según la Constitución, que fue adoptada en referéndum nacional el 12 de diciembre de 1993 después de la crisis constitucional rusa de 1993, Rusia es una federación y una república semipresidencialista, donde el presidente es el jefe de Estado y el presidente del Gobierno (primer ministro) es el jefe de Gobierno. La Federación de Rusia está constituida como una democracia representativa. El poder ejecutivo se ejerce por el gobierno. El poder legislativo es responsabilidad de las dos cámaras de la Asamblea Federal. El gobierno se regula por un sistema de controles y balances definidos por la Constitución de la Federación de Rusia, la ley fundamental del país y el contrato social para el pueblo de la Federación de Rusia.

El gobierno federal está compuesto por tres ramas:

Según la Constitución, la justicia constitucional en la corte se basa en la igualdad de todos los ciudadanos, los jueces son independientes y solo se someten a la ley, los juicios son abiertos y al acusado se le garantiza la defensa. Desde 1996, Rusia ha establecido una moratoria sobre la aplicación de la pena capital, aunque esta no ha sido abolida por ley.

El presidente se elige por votación popular para un mandato de seis años (desde las modificaciones constitucionales de 2008; actual mandato es de cuatro años) con la opción de ser elegido para un segundo mandato consecutivo (no hay restricción sobre el número total de veces que la misma persona puede ser elegida). Los ministerios del gobierno están compuestos por el presidente del Gobierno (primer ministro) y sus viceprimer ministros, ministros y otros individuos; todos son designados por el presidente por recomendación del primer ministro con requerimiento del consentimiento de la Duma Estatal. El legislativo es la Asamblea Federal consistente de dos cámaras; la Duma Estatal con 450 diputados y el Consejo de la Federación con 178 representantes. Los principales partidos, los únicos representados en la Duma Estatal, son Rusia Unida, el Partido Comunista de la Federación Rusa, el Partido Liberal Democrático de Rusia y Rusia Justa.

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Rusia ha firmado o ratificado:

La Federación de Rusia es reconocida en el Derecho internacional como continuidad de la personalidad jurídica de la antigua Unión Soviética.[51]​ Rusia continúa implementando los compromisos de la Unión Soviética, había asumido el asiento permanente de la Unión Soviética en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como la afiliación en otras organizaciones internacionales, además de los derechos y obligaciones bajo los tratados internacionales, las propiedades y deudas. La política exterior de Rusia es polifacética. Rusia mantiene relaciones diplomáticas con 178 países y tiene 140 embajadas. La política exterior de Rusia la dirige el Presidente y la implementa el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Rusia juega un importante papel en el mantenimiento de la paz y seguridad internacional, y juega un rol importante resolviendo conflictos internacionales participando en el Cuarteto de Madrid, en las conversaciones a seis bandas con Corea del Norte, promoviendo una solución al conflicto de Kosovo y resolviendo asuntos sobre la proliferación nuclear. Rusia es un miembro suspendido temporalmente del G8, Consejo de Europa, OSCE y APEC, además de jugar un rol de liderazgo en organizaciones regionales como la CEI, EurAsEC, OTSC, y la OCS. Rusia, junto con Bielorrusia, forman el llamado Estado de la Unión. El presidente Vladímir Putin abogó por una alianza estratégica con mayor integración en varias dimensiones incluyendo el establecimiento de los cuatro espacios comunes entre Rusia y la Unión Europea.

La defensa de Rusia la garantizan las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia, una organización militar estatal que según la ley Federal № 61-ФЗ de 31 de mayo de 1996 «Sobre la defensa» sirve para rechazar las agresiones dirigidas contra la Federación de Rusia, para la defensa armada de la integridad e inviolabilidad del territorio de la Federación de Rusia, así como para la realización de tareas de acuerdo con las leyes constitucionales federales, leyes federales y acuerdos internacionales de la Federación de Rusia. Rusia tiene el tercer gasto militar más grande del mundo, detrás de Estados Unidos y China.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas es el presidente de la Federación de Rusia (actualmente Vladímir Putin), y el Ministerio de Defensa sirve como cuerpo administrativo de estas. Hoy en día las tropas activas son aproximadamente 1 037 000 y todos los hombres disponibles en total suman 3 037 000.

Las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia tienen tres ramas principales: las Fuerzas Terrestres, la Armada, y la Fuerza Aérea. Además, hay tres cuerpos independientes de las tres ramas anteriores: las Fuerzas Coheteriles Estratégicas, las Fuerzas Espaciales y las Tropas Aerotransportadas.

La Federación de Rusia consiste en un gran número de subdivisiones políticas diferentes, haciendo un total de 85 componentes constituyentes (sujetos federales).

Hay 21 o 22 repúblicas dentro de la federación (la cantidad depende de cómo se reconozca a Crimea; aunque la mayoría de países del mundo la considera como una república autónoma dentro de Ucrania, en la actualidad se encuentra bajo soberanía absoluta de Rusia y donde la gran mayoría de su población es descendientes rusos, al igual que su idioma. Razón bajo la cual en el plebiscito de pertenencia,[52]​ ganó ampliamente su anexión a Rusia), que disfrutan de un alto grado de autonomía sobre la mayor parte de cuestiones internas y estas corresponden a algunas minorías étnicas propias de Rusia (aunque no siempre sean mayoritarias en ese territorio). Cada república tiene su propia constitución.

El territorio restante consiste en 9 krais (territorios), 46 regiones conocidas en ruso como óblasts, 4 distritos autónomos y una región autónoma (Región Autónoma Judía). Aparte de esto, hay dos o tres ciudades federales, Moscú, San Petersburgo y Sebastopol (el último es una soberanía disputada; la mayoría de países del mundo le considera como una ciudad con estatus especial en Ucrania, debido a la misma situación que afrontó la república de Crimea).

Los gobernadores de los sujetos federales son elegidos mediante sufragio directo (sistema presidencial o semipresidencial) o, si así lo decide el sujeto federal, por medio de su parlamento (sistema parlamentario).

En el año 2000, fueron creados los distritos federales, que actualmente son ocho. Cada uno agrupa a los varios sujetos federales anteriormente descrito, con la finalidad de administrar y gestionar de mejor manera, las competencias del gobierno federal a lo largo de todo el país.

Cada distrito federal está dirigido por un Representante plenipotenciario del presidente de la Federación de Rusia para velar el cumplimiento de las acciones federales en cada uno de los sujetos federales del distrito federal a su cargo.

La Federación de Rusia se extiende a través de la mayor parte del norte del supercontinente Eurasia, por lo que existen una gran variedad de paisajes y climas en su territorio. La mayor parte del paisaje consiste en llanuras enormes, tanto en la parte europea como en la parte asiática que son ampliamente conocidas como Siberia. Estas llanuras son predominantemente estepa al sur y arbolado denso al norte, con la tundra a lo largo de la costa del norte. Se encuentran cadenas montañosas a lo largo de las fronteras del sur, como el Cáucaso (conteniendo el monte Elbrús, el punto más alto de Rusia con 5642 m) y el macizo de Altái, y en la parte este, como la Cordillera Verjoyansk o los volcanes sobre Kamchatka. Notables son los montes Urales en la parte central que son la división principal entre Europa y Asia.

Rusia tiene una extensa línea de costa de 37 653 kilómetros[4]​ que se extiende a lo largo de los océanos Ártico y Pacífico, así como bordeando mares interiores como los mares Báltico, Negro y Caspio. Los mares más pequeños son parte de los océanos; el mar de Barents, mar Blanco, mar de Kara, mar de Láptev y mar de Siberia Oriental son parte del Ártico, mientras que el mar de Bering, el mar de Ojotsk y el mar de Japón pertenecen al Pacífico. Las principales islas de Rusia se encuentran en los archipiélago de Nueva Zembla, Tierra de Francisco José, islas de Nueva Siberia e islas Kuriles, además de la isla de Wrangel y la isla de Sajalín.

Muchos grandes ríos fluyen a través de las llanuras desembocando en las costas rusas. En Europa estos son el Volga, Don, Kama, Oká y el Dviná del Norte, mientras otros ríos nacen en Rusia, pero desembocan en otros países, como el Dniéper y el Dviná Occidental. En Asia se encuentran los ríos Ob, Irtysh, Yeniséi, Angará, Lena y Amur. Los lagos principales incluyen el lago Baikal, lago Ládoga y lago Onega.

El 2 de agosto de 2007 dos batiscafos rusos "Mir" realizaron una inmersión en el océano Glacial Ártico, en el Polo Norte, e instalaron en el fondo una bandera rusa, así como una cápsula con mensaje para generaciones venideras. Esta expedición sin precedentes perseguía entre otros objetivos, comprobar si las cordilleras subacuáticas Lomonósov y Mendeléiev son la extensión natural de la plataforma continental de Rusia, hipótesis que, de ser confirmada, permitiría a Moscú reivindicar en el futuro derechos exclusivos sobre la explotación de recursos minerales en esta zona.

En Rusia hay una gran variedad de climas, sin embargo, en líneas generales, se considera que predomina el clima continental, caracterizado por una gran variabilidad térmica, con biomas de tundra, taiga y estepa, predominantemente. La zona que corresponde al Cáucaso posee un clima templado. En Siberia, los veranos son calurosos, con temperaturas de hasta 30 °C y humedad, y los inviernos gélidos, con récords mundiales en Oimiakón de −71,2 °C. Las precipitaciones, comúnmente, son bajas, excepto en forma de nieve.

La crisis económica que afectó a todos los países postsoviéticos en los años 1990 fue peor que la Gran Depresión en los países de Europa Occidental y los Estados Unidos en los años 1930. Incluso antes de la crisis financiera del año 1998 el Producto Interno Bruto (PIB) de Rusia disminuyó hasta la mitad de los niveles de principios de la década de los 1990. Con el comienzo del nuevo siglo, los crecientes precios del petróleo, mayores inversiones del exterior, mayor consumo interno y mejor estabilidad política reforzaron el crecimiento económico de Rusia. A finales de 2007 el país disfrutaba del noveno año de crecimiento continuo, con una media del 7 % desde la crisis financiera del 1998. En el 2007 el PIB de Rusia fue de dos billones 76 mil millones USD (est. PPA), el sexto más grande del mundo, con el crecimiento de 8,1 % desde el año anterior. El crecimiento se debe principalmente a bienes y servicios no transables para el mercado interno, en comparación con la extracción de petróleo y otros minerales y las exportaciones. El salario medio en Rusia fue de unos 640 $ al mes a principios de 2008, comparado con 80$ en 2000. Aproximadamente el 14 % de los habitantes vivían por debajo del umbral de pobreza en 2007, muchos menos comparado con el 40 % del año 1998. El desempleo en 2007 era del 6 %, mientras que en 1999 era del 12,4 %.

Rusia posee las mayores reservas de gas natural del mundo, las segundas mayores reservas de carbón y las octavas mayores reservas de petróleo. Es el primer exportador de gas natural y el segundo de petróleo, gas natural, metales y madera constituyen el 80 % de las exportaciones de Rusia. Sin embargo, desde el 2003, las exportaciones de recursos naturales empezaron a descender en importancia para la economía, al reforzarse considerablemente el mercado. A pesar de los elevados precios, el petróleo y gas solo contribuyen con el 5,7 % al PIB de Rusia, y el gobierno pronostica un 3,7 % para el año 2011. Se considera que Rusia está muy por delante de la mayoría de los países ricos en recursos en su desarrollo económico, con una larga tradición en educación, ciencia e industria. El país tiene el mayor número de graduados en educación superior que cualquier otro país europeo.

El desarrollo económico del país es irregular geográficamente, con la región de Moscú contribuyendo con cantidades desproporcionadas al PIB. Gran parte de Rusia, especialmente las comunidades rurales en Siberia se encuentran muy atrás. No obstante, la clase media creció de solo ocho millones de personas en el 2000 hasta 55 millones en el 2006. En Rusia se encuentra el segundo mayor número de multimillonarios del mundo, después de Estados Unidos, con 50 multimillonarios en 2007 de un total de 110.

La inflación creció hasta el 12 % al final de 2007, comparado con el 9 % en 2006. Esta tendencia continuó en el primer trimestre del 2008, debido principalmente al aumento de los precios de los alimentos. La infraestructura, obsoleta e inadecuada después de años de descuido, se considera un obstáculo para el crecimiento económico. El gobierno prevé invertir un billón de dólares en infraestructura hasta el año 2020.

Según las estimaciones preliminares al censo de 2010, la población residente de la Federación de Rusia el 1 de enero de 2010 era de 142 millones de personas. En 2007 la población disminuyó en 237 800 personas, o en 0,17 % (en 2006 – en 532 600 personas, o en 0,37 %). La inmigración creció un 50,2 % en 2007 hasta alcanzar 274 000. La mayoría de los inmigrantes llegaron desde la CEI y eran rusos o rusoparlantes. Además se estima que hay unos 10 millones de inmigrantes ilegales de las antiguas repúblicas soviéticas en Rusia. La Federación de Rusia es una sociedad diversa y multiétnica, hogar para 160 grupos étnicos y pueblos indígenas distintos. Aunque la población de Rusia es relativamente grande, la densidad de población es baja por la enorme extensión del país. La densidad es mayor en la parte europea de Rusia, cerca de los montes Urales y en el suroeste de Siberia.

El 73 % de la población vive en áreas urbanas. Según el censo de 2002, las dos ciudades más grandes de Rusia son Moscú (10 126 424 habitantes) y San Petersburgo (4 661 219). Otras once ciudades tienen entre uno y dos millones de habitantes: Ekaterimburgo, Novosibirsk, Nizhni Nóvgorod, Kazán, Cheliábinsk, Omsk, Perm, Rostov del Don, Samara, Ufá y Volgogrado.

La población de Rusia fue de 148 689 000, su máximo, en 1991. El número de muertes durante 2007 superaba en 477 700 el número de nacimientos. En 2006 superaba en 687 100. Según los datos publicados por el Servicio Estatal Federal de Estadística, la mortalidad en Rusia cayó un 4 % en el 2007, comparado con el 2006, alcanzando unos 2 millones de muertes, mientras que la tasa de nacimientos creció un 8,3% año a año hasta 1,6 millones de nacimientos. Las principales causas del decrecimiento de la población de Rusia son una alta tasa de mortalidad y una baja tasa de natalidad. Mientras que la tasa de natalidad de Rusia es comparable a otros países europeos (11,3 nacimientos por 1000 personas en 2007 comparado con una media de 10,0 por 1000 de la Unión Europea) su población decrece a una tasa más alta por la considerablemente más alta tasa de mortalidad (en 2007, en Rusia 14,7 por 1000; en la Unión Europea una media de 10,0 por 1000). Sin embargo, según las estimaciones del ministerio ruso de salud, la tasa de mortalidad será la misma que la tasa de natalidad para el año 2011, al aumentar la natalidad y descender la mortalidad.

Los 160 grupos étnicos de Rusia hablan en unos 100 idiomas. Según el censo de 2002, 142,6 millones de personas hablan en ruso, seguido por el tártaro con 5,3 millones y alemán con 2,9 millones. El ruso es el único idioma oficial a nivel estatal, pero la Constitución concede a las repúblicas de Rusia el derecho a declarar su idioma nativo como cooficial junto al ruso. A pesar de la difusión, el idioma ruso es homogéneo en Rusia. El ruso es uno de los idiomas más difundidos de Eurasia y el idioma eslavo más hablado. El ruso pertenece a la familia de lenguas indoeuropeas y es una de las lenguas vivas del subgrupo de lenguas eslavas orientales, junto con el ucraniano, el bielorruso y el rusino. Ejemplos escritos del antiguo eslavo oriental datan del siglo X en adelante.

Más de un cuarto de la literatura científica del mundo se publica en ruso. El ruso se utiliza para codificar y almacenar el conocimiento universal: entre 60 % y 70 % de toda la información mundial se publica en inglés y ruso. El idioma ruso tiene una gran importancia regional, particularmente en las Ex Repúblicas Soviéticas. Es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU, y uno de los seis idiomas de trabajo en la OSCE. El año 2007 fue designado Año Internacional de la Lengua Rusa.[55]

En Rusia también se hablan los idiomas de las demás repúblicas exsoviéticas: el ucraniano, el kazajo, el uzbeko, el bielorruso, el lituano, el letón, el estonio, el armenio, el azerí, el georgiano, el kirguís, el moldavo, el tayiko, y el turcomano. Algunos de los otros idiomas minoritarios por varios pueblos que habitan Rusia, principalmente en Siberia y el Cáucaso ruso, son el buriatio, el carelio, el chuvasio, el osetio, el yakuto, el cabardiano, el ingusetio, el erzya, el jakasio, el tártaro de Crimea, el checheno, el calmuco, el karachái-bálkaro, el coriaco, el kerek, el chucoto, el itelmen, el evenki, el even, el nenezo, el yucaguir, el janty, el komi, entre otros. Rusia también cuenta con hablantes minoritarios de otras lenguas europeas, como el alemán, el yidis, el finés, o el polaco, los inmigrantes de Asia que viven en Rusia hablan idiomas como el coreano, el japonés, el vietnamita o el chino.

Rusia es un Estado laico.[57]​ La libertad de culto está garantizada por la Constitución.[58]

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, el 50.6% de los adultos se considera adherente de la Iglesia ortodoxa rusa, mientras el 43.3% se considera sencillamente cristiano.[59]​ Aunque los ortodoxos rusos son predominantes, otras comunidades cristianas como los ortodoxos armenios, católicos, protestantes, mormones y testigos de Jehová también existen en cantidades menores. Según una ley de 1997 sobre religión, las cuatro religiones tradicionales de Rusia son la Iglesia ortodoxa rusa, el islam, el budismo y el judaísmo. Todas las demás religiones deben cumplir una serie de requisitos para su inscripción y derecho a predicar. Se calcula que existen alrededor de 15 millones de musulmanes rusos, siendo así el Islam la segunda religión con más adherentes en Rusia. El budismo, especialmente de tipo tibetano o lamaísmo es mayoritario en algunas regiones del sur de Rusia, especialmente Buriatia, Kalmukia, Tuvá y Yakutia. En algunas zonas rurales de Siberia y Chukotka se practican cultos paganos y chamanistas de manera sincrética con religiones como el budismo y el cristianismo. Rusia es el sexto país con mayor cantidad de judíos después de Israel, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Francia. También existen comunidades pequeñas de hare krishnas y neopaganos. Se encuentra además un porcentaje muy superior al promedio internacional de ateísmo, en parte consecuencia de la pasada política soviética que, con base en los textos comunistas de Karl Marx, desalentaba la religión y la consideraba opuesta a la razón.

En el censo de 2002, 329 ciudades de la Federación de Rusia superaban los 50 000 habitantes; 166 tenían más de 100 000 habitantes; 75 más de un cuarto de millón; 34 más de medio millón; y 13 ciudades ya superaban el millón de habitantes. Las principales ciudades son:

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Moscú
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San Petersburgo
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Novosibirsk
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Ekaterimburgo

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Kazán
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Samara
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Omsk

Los numerosos grupos étnicos de Rusia tienen sus tradiciones características en música folclórica. La música en Rusia del siglo XIX estaba definida por la tensión entre el compositor clásico Mijaíl Glinka y sus seguidores, quienes defendían la identidad nacional rusa y añadieron elementos religiosos y folclóricos a sus composiciones, y la Sociedad Musical Rusa liderada por los compositores Antón y Nikolái Rubinstein, que defendían el punto de vista conservador. La tradición romántica tardía de Chaikovski, uno de los más destacados compositores de la era romántica cuya música sería conocida y querida por su carácter distintivo ruso así como sus ricas armonías y conmovedoras melodías, fue introducida en el siglo XX por Serguéi Rajmáninov, uno de los últimos grandes abanderados del estilo romántico de la música clásica europea.

Los mundialmente renombrados compositores del siglo XX incluyen a Skriabin, Stravinski, Rajmáninov, Prokófiev, y Shostakóvich. Durante la mayor parte de la era soviética, la música era escrupulosamente examinada y mantenida dentro del conservativo, accesible modismo en conformidad con la política estalinista del realismo socialista. Los conservatorios rusos impulsaron a generaciones de mundialmente renombrados solistas. Entre los más conocidos están los violinistas David Óistraj y Gidon Kremer, violonchelista Mstislav Rostropóvich, pianistas Vladimir Horowitz, Sviatoslav Richter y Emil Guilels, y la vocalista Galina Vishnévskaya.

El compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski compuso las más famosas obras de ballet del mundo: El lago de los cisnes, El cascanueces y La bella durmiente del bosque. Durante los principios del siglo XX, los bailarines rusos Anna Pávlova y Vátslav Nizhinski se hicieron famosos, y el empresario Serguéi Diáguilev y sus ballets Rusos viajaron por el extranjero influyendo en el desarrollo de la danza mundialmente. El ballet soviético mantuvo y perfeccionó las tradiciones del siglo XIX, y las escuelas de coreografía de la Unión Soviética produjeron estrellas de fama internacional una detrás de otra, incluyendo a Maia Plisiétskaia, Rudolf Nuréyev, y Mijaíl Baríshnikov. El Teatro Bolshói de Moscú y el Ballet Mariinski de San Petersburgo permanecen famosos en todo el mundo.

La literatura rusa se considera una de las más influyentes y desarrolladas del mundo, contribuyendo con muchas de las más conocidas obras literarias. La historia literaria rusa data del siglo X, y de principios del siglo XIX emergió una tradición nativa, desarrollando a los más grandes escritores de todos los tiempos. Este periodo y la Edad de oro de la poesía rusa comenzó con Aleksandr Pushkin, considerado el fundador de la literatura rusa moderna y frecuentemente descrito como el Shakespeare ruso. Entre los más renombrados poetas y escritores rusos del siglo XIX están Yevgueni Baratynski, Mijaíl Lérmontov, León Tolstói, Nikolái Gógol, Iván Turguénev y Fiódor Dostoyevski. Iván Goncharov, Mijaíl Saltykov-Shchedrín, Antón Chéjov, Alekséi Písemski y Nikolái Leskov hicieron aportaciones duraderas a la prosa rusa. Tolstói y Dostoyevski en particular fueron unas figuras titánicas hasta el punto de que muchos críticos literarios caracterizaron a uno o al otro como el mejor novelista que jamás haya existido.

En los años 1880 la literatura rusa empezó a cambiar. La era de los grandes novelistas había acabado y los relatos cortos y poesía empezaron a ser los géneros dominantes para las siguientes décadas conocidas como la Edad de plata de la poesía rusa. Dominada anteriormente por el realismo, la literatura rusa entre 1893 y 1914 estaba dominada por el simbolismo. Los escritores destacados de este período incluyen a Valeri Briúsov, Andréi Bely, Viacheslav Ivánov,[60]Aleksandr Blok, Nikolái Gumiliov, Dmitri Merezhkovski, Fiódor Sologub, Anna Ajmátova, Ósip Mandelshtam, Marina Tsvetáyeva, Leonid Andréyev, Iván Bunin y Máximo Gorki.

Después de la revolución rusa de 1917 y la guerra civil, la vida cultural estaba en caos. Algunos arraigados escritores salieron de Rusia, mientras que estaba emergiendo una nueva generación de escritores con talento quienes simpatizaban con la revolución. Los más entusiastas se unieron en organizaciones con el objetivo de crear una nueva y distintiva cultura proletaria para un nuevo estado. En los años 1920 los escritores disfrutaron de una amplia tolerancia. En los años 1930 la censura se endureció en línea con la política de Stalin del realismo socialista. Después de su muerte hubo un deshielo en las restricciones, que fueron disminuidas. En los años 1970 y años 1980, los escritores ignoraban cada vez más la guía del realismo socialista. Los principales escritores de la era soviética son Vladímir Mayakovski, Yevgueni Zamiatin, Isaak Bábel, Ilf y Petrov, Yuri Olesha, Vladímir Nabókov, Mijaíl Bulgákov, Borís Pasternak, Serguéi Yesenin, Mijaíl Shólojov, Aleksandr Solzhenitsyn, Yevgueni Yevtushenko y Andréi Voznesenski.

Mientras que en los países industrializados del Occidente, las imágenes en movimiento se consideraron al principio como una forma barata de recreación y ocio para la clase trabajadora, la producción del cine ruso destacó a partir de la revolución de 1917 al explorar la edición como la forma primaria de expresión cinematográfica. El cine ruso y posteriormente soviético era el núcleo de la invención en el período inmediatamente posterior a la revolución de 1917, resultando en películas mundialmente renombradas como El acorazado Potemkin. Los directores de cine de la era soviética, particularmente Serguéi Eisenstein y Andréi Tarkovski, se convertirían en los cinematográficos más innovadores e influyentes del mundo.

Lev Kuleshov, profesor de Eisenstein, cinematográfico y teórico, formuló el innovador proceso llamado montaje en la primera escuela del cine del mundo, la Universidad Panrusa Gerásimov de Cinematografía en Moscú. Dziga Vértov, cuya teoría Cine-Ojo sobre que la cámara, como el ojo humano, es mejor para explorar la vida real, tuvo un gran impacto en el desarrollo de la realización de documentales y el realismo del cine. En 1932, Stalin hizo del realismo socialista la política estatal, lo que reprimió la creatividad, a pesar de lo cual muchos filmes soviéticos eran artísticamente exitosos, por ejemplo Chapáyev (sobre Vasili Chapáyev), Cuando pasan las cigüeñas de Mijaíl Kalatózov y Balada sobre un soldado de Grigori Chujrái. Las comedias de Leonid Gaidái de los años 1960 y años 1970 fueron inmensamente populares, cuyos latiguillos siguen en uso en la actualidad. 1969 fue el año del lanzamiento de la película Sol blanco del desierto de Vladímir Motyl,[61]​ con la que comenzó el género de los osterns.[62]​ Una de las tradiciones de los cosmonautas es ver este filme antes de cada viaje al espacio.[63]

Las décadas de 1980 y 1990 fueron años de crisis para el cine ruso. A pesar de la recientemente adquirida libertad de expresión, los subsidios estatales se redujeron drásticamente, disminuyendo el número de filmes producidos. En los primeros años del siglo XXI aumentó la audiencia con la subsecuente prosperidad de la industria gracias al rápido desarrollo económico. Los niveles de producción alcanzaron los del Reino Unido y Alemania.[64]​ Si en 1996 los ingresos de las taquillas eran de unos 6 millones de dólares, en 2007 fueron de 565 millones (un 37% más que en 2006).[65]​ El cine ruso sigue obteniendo reconocimiento internacional. El arca rusa (2002) de Aleksandr Sokúrov fue el primer largometraje consistente en una sola toma sin editar.

La pintura rusa temprana se centra en iconografía y frescos heredados por los rusos del Bizancio. A medida que el poder de Moscú aumentaba, Feofán Grek y Andréi Rubliov son los nombres clave asociados con el comienzo de un arte distintivamente ruso. La Academia Imperial de las Artes fue creada en 1757, con el objetivo de dar un papel y estatus internacional a los artistas rusos. Notables pintores de retratos de la Academia incluye a Iván Argunov,[66]​ Fiódor Rókotov,[67]Dmitri Levitski y Vladímir Borovikovski. Realismo floreció en el siglo XIX y los realistas tomaron la identidad rusa. Paisajes rusos de anchos ríos, bosques, y claros entre abedules, así como un género de escenas enérgicas y retratos robustos de sus contemporáneos afirmaron un sentido de identidad. Otros artistas se centraron en la crítica social, mostrando las condiciones de los pobres y caricaturizando la autoridad mientras floreció el realismo crítico bajo el reinado de Alejandro II.

Después de la abolición de la servidumbre en 1861 algunos artistas se centraron en el círculo del sufrimiento humano. A veces los artistas crearon amplias campañas para describir momentos dramáticos de la historia rusa. Un grupo de artistas llamados Peredvizhniki (itinerantes) rompieron con la Academia e iniciaron una escuela de arte libre de sus restricciones. Sus pinturas tenían un profundo significado social y político. Entre realistas destacados se encuentran Iván Shishkin, Arjip Kuindzhi, Iván Kramskoi, Vasili Polénov, Isaak Levitán, Vasili Súrikov, Víktor Vasnetsov e Iliá Repin. En los años 1830 la Academia enviaba a los pintores al extranjero para completar sus estudios. Entre estos Aleksandr Ivánov y Karl Briulov tenían más talento, destacando en las históricas campañas románticas. Los estilos de la pintura rusa del final del siglo XIX estaban íntimamente ligados a la vida diaria de la sociedad rusa.

El término vanguardia rusa engloba una amplia e influyente tendencia del arte moderno que floreció en Rusia desde aproximadamente 1890 hasta 1930. El término cubre muchos distintos, pero inseparablemente ligados, movimientos artísticos de aquel tiempo, como el neoprimitivismo, suprematismo, constructivismo, rayonismo y futurismo ruso. Artistas notables de esta era incluyen a El Lissitzky, Kazimir Malévich, Vasili Kandinski, Vladímir Tatlin, Aleksandr Ródchenko y Marc Chagall entre otros. El vanguardismo ruso alcanzó su auge máximo de creatividad y popularidad en el período entre la revolución del 1917 y el 1932, cuando las ideas vanguardistas chocaron con la recientemente emergida directriz conservativa estalinista del realismo socialista.

A finales de los años 1920 la estricta política del realismo socialista envolvió los artes visuales del mismo modo que la literatura y el cinematógrafo, con lo que pronto el vanguardismo se desvaneció. Algunos artistas como Ernst Neizvestny, Ilyá Kabakov, Mijaíl Shemiakin, Érik Bulátov y Vera Mújina combinaron la innovación con el realismo socialista. Ellos empleaban técnicas tan variadas como el primitivismo, la hiperrealidad, el grotesco y la abstracción, pero compartían un desagrado común por los cánones del realismo socialista. Algunos artistas soviéticos realizaron trabajos muy patrióticos y antifascistas en los años 1940. Los eventos y batallas de la Gran Guerra Patria fueron descritos con un conmovedor patriotismo y después de la guerra los escultores hicieron muchos monumentos dedicados a los muertos de la guerra, de los cuales los más destacados tenían una gran solemnidad contenida. En el siglo XX muchos artistas rusos trabajaban en la Europa occidental, debido en parte a los traumas de la revolución. Artistas rusos como Vasili Kandinski, Marc Chagall y Naum Gabo difundieron su trabajo e ideas internacionalmente. Estos artistas rusos estudiaron en diferentes países, en París y Múnich y su exilio involuntario difundió el impacto del arte ruso globalmente.

El arte del video es muy popular en la Rusia moderna. Rusia es uno de los mercados prioritarios para YouTube.[68]​ El episodio más popular de la serie de televisión animada rusa "Masha y el oso" tiene más de 3 mil millones de visitas.[69]​ Especialmente popular es el canal "+100500", que aloja reseñas de videos para videos divertidos y BadComedian, que hace reseñas de películas populares. Muchos tráileres de películas rusas fueron nominados en "Golden Trailer Awards".[70][71]​ Muchos videos de Nikolay Kurbatov, editor ruso, poeta y publicista, el fundador de la poética del tráiler y la construcción del diálogo del tráiler[72]​ fueron cargados en los grandes canales de YouTube, fueron utilizados como los tráileres principales e ingresados en el libro de los registros.[73][74]

Los deportes de invierno tienen la mayor popularidad en Rusia. El patinaje sobre hielo y el hockey sobre hielo son muy populares como deportes de ocio y como deportes para espectadores. La selección rusa de hockey sobre hielo ganó el campeonato mundial en el año 2008, en tanto que los Liga Continental de Hockey se ha expandido a varios países de Europa Oriental. En el patinaje artístico Rusia cuenta con deportistas tan destacados como Yevgueni Pliúshchenko. El esquí a campo traviesa tenía gran popularidad como deporte de ocio durante la época soviética, aunque su popularidad se ha disminuido en los últimos años.

Entre otros deportes, el atletismo tiene mucha popularidad, en casi todas sus facetas. En tenis se han destacado María Sharápova, Marat Safin u Yevgueni Káfelnikov (en tenis), que han logrado el primer puesto en el ranking mundial. En gimnasia sobresalen Alekséi Nemov, Aliyá Mustáfina y Svetlana Jórkina, que han logrado medallas de oro, plata y bronce en diferentes competencias de gimnasia, incluyendo en los Juegos Olímpicos.

Después de la desaparición de la Unión Soviética, el fútbol ha llegado a los primeros planos, pasando a ser una de las disciplinas dominantes. Existen clubes conocidos a nivel internacional, como lo son el Spartak Moscú (campeón de la liga rusa en diez ocasiones); el CSKA Moscú (campeón de la Copa de la UEFA en 2005), el Zenit San Petersburgo (ganador del mismo torneo en 2008) y campeón de la supercopa europea de ese mismo año y Rubin Kazan (campeón de la liga premier de Rusia en 2008).

La selección rusa es considerada como la sucesora oficial de la selección de la Unión Soviética, por lo que todos los logros que consiguió dicha nación son oficialmente heredados para Rusia. A lo largo de su historia ha participado en once mundiales de este deporte, en ocho ocasiones como Unión Soviética (Suecia 58, Chile 62, Inglaterra 66, México 70 y 86, España 82 e Italia 90) y cuatro como la actual Rusia (USA 94, Corea-Japón 2002, Brasil 2014 y como sede en 2018). Su mejor actuación como Unión Soviética fue haber conseguido el cuarto lugar en la edición de 1966; y con el nombre de Rusia llegó hasta los cuartos de final de la edición 2018. Ha asistido a la Eurocopa de naciones en 11 ocasiones, siendo campeón de la primera edición en 1960 y subcampeón en 1964, 1972 y 1988 como Unión Soviética. Su mejor participación como Rusia fue en 2008, en donde logró conseguir el tercer lugar.

Rusia ha dado dos grandes futbolistas que forman parte de la historia del balompié mundial, como lo son Lev Yashin, que es considerado el mejor portero de todos los tiempos; y Oleg Salenko, quien posee el histórico récord de 5 goles en un mismo partido, logrado el 28 de junio de 1994 ante Camerún en el Mundial de Estados Unidos.

La selección de baloncesto ganó el Campeonato Europeo en 2007. También, como Unión Soviética ha ganado 14 Eurobasket y tres campeonatos mundiales de baloncesto, en 1967, 1974 y 1982.

El rugby también es uno de los deportes que poco a poco se ha estado ganando la popularidad de los jóvenes. Durante este año logró ser invitada al Circuito Mundial de Rugby 7 en Hong Kong, y su selección de XV conocida como los osos disputó la Copa Mundial de Rugby 2011, pero terminó siendo derrotada en sus 4 partidos del grupo C frente a selecciones experimentadas como Irlanda, Australia, Estados Unidos e Italia.

El voleibol ruso es uno de los más importantes a nivel mundial tanto en su rama masculina como en la femenina.

El ajedrez es otro deporte que se practica, podría ser considerado el deporte nacional. Rusia tiene el honor de tener el mayor número de campeones mundiales (muchos de los cuales figuran con bandera de la Unión Soviética, pero nacieron en territorio ruso actual): Mijaíl Botvínnik, Vasili Smyslov, Borís Spaski, Mikhail Tal, Tigran Petrosian, Alexander Alekhine. En esta disciplina, Garry Kaspárov y Anatoli Kárpov son los ajedrecistas más conocidos a nivel mundial en la época contemporánea, ya que ambos han ganado el Campeonato del mundo de ajedrez. Tras el Cisma del ajedrez ha habido más campeones rusos como Vladímir Krámnik. La Escuela Soviética de ajedrez es una de las más famosas y profesionales a nivel mundial, la cual fundada por Mijaíl Botvínnik. El ajedrez ruso también hizo una aparición importante en la reciente serie de Netflix Gambito de Dama, en la cual el Campeón mundial de Ajedrez es precisamente de proveniencia rusa. Hoy en día Rusia cuenta con varios deportistas de élite mundial en el mundo del ajedrez, tales como Ian Nepomniachtchi, Daniel Dubov, Alexander Grischuk, entre otros.

En ciclismo Rusia tiene a cinco de los mejores ciclistas de los últimos años en las figuras de Vladímir Karpets, Vladímir Yefimkin, Pável Tonkov, Yevgueni Berzin y Denís Menshov. También destacan en el ciclismo en pista, modalidad en la que han conseguido varios campeonatos del mundo.

En fútbol playa Rusia es el actual campeón de la Eurocopa de fútbol playa y bicampeón mundial, pues obtuvo la Copa mundial de fútbol playa en 2011 y 2013.

Rusia acogió los Juegos Olímpicos de invierno del año 2014 en la ciudad de Sochi. En verano del año 1980, la ciudad de Moscú (por entonces capital de la Unión Soviética) fue la sede de los XXII Juegos Olímpicos.

El 2 de diciembre de 2010, la FIFA dio a conocer que Rusia ganó la candidatura para organizar la Copa Mundial de Fútbol de 2018, en la cual preparó 12 sedes que dieron vida a la mayor cita de Fútbol del planeta. Las ciudades sedes fueron: Moscú (dos estadios), Kaliningrado, Samara, San Petersburgo, Ekaterimburgo, Rostov del Don, Sochi, Krasnodar, Nizhni Nóvgorod, Kazán, Saransk y Volgogrado. En balonmano tuvo su época dorada en los 90 con varios títulos europeos y mundiales.

En fútbol, Rusia fue la sede de la Copa Mundial de Fútbol 2018, el cual inició el 14 de junio y finalizó el 15 de julio.



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